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75 - Inc - 22 - ESCANEADO
75 - Inc - 22 - ESCANEADO
— GUILLERMO R. MONCAYO —
DEL PODER LEGISLATIVO
— GUILLERMO R. MONCAYO —
ART, 75, INC. 22 SEGUNDA PARTE: AUTORIDADES DE LA NACIÓN
es JN-Fallos, 315:1492.
BIDART CAMPOS, Derecho constitucional del poder [ed. 1996], 1.1, p. 285 y
siguientes. CSJN-Fallos, 225:493. CS JN-Fallos, 257:99.
— GUILLERMO R. MONCAYO —
707 DEL PODER LEGISLATIVO
5
Esta doctrina fue reiterada en la causa "Esso S.A. Petrolera Argentina c. Nación
Argentina s/Repetición", CSJN-Fallos, 271:7.
— GUILLERMO R. MONCAYO —
ART. 75, INC. 22 SEGUNDA PARTE: AUTORIDADES DE LA NACION___________708
6
CSJN-Fallos, 318:514, causa "Giroldi, Horacio David y otro".
7
CS JN-Fallos, 316:1669.
— GUILLERMO R. MONCAYO —
109 DEL PODER LEGISLATIVO ART. 75, INC. 22
8
CSJN-Fallos,3lT.m2.
9
MANILI,£7 bloque de constitucionalidad. La recepción del derecho internacional
de los derechos humanos en el derecho constitucional argentino [ed. 2003], p. 102.
— GUILLERMO R. MONCAYO —
ART. 75, INC. 22 SEGUNDA PARTE: AUTORIDADES DE LA NACIÓN
10
CSJN-Fallos, 202:353,causa "Ferreyra, Pedro P. c. Fisco Nacional
11
CSJN-Fallos, 315:1492.
— GUILLERMO R. MONCAYO —
ART. S
75, wc 22PARTE: AUTORIDADES DE LA NACIÓN
EGUNDA 7
12
CSJN-fallos, 311:2553.
13
CS JN-Fallos, 310:508.
14
CS JN-Fallos, 310-.10S0.
15
CSJN-fallos, 311:2497.
16
CS JN-Fallos, 315:1952.
17
REY CARO, LOS tratados internacionales y la Constitución Nacional [ed. 1995], ps.
39y
18
VANOSSI, Régimen constitucional de los tratados [ed. 1969], p. 155.
40.
- GUILLERMO R. MONCAYO —
ART. 75, INC. 22PARTE: AUTORIDADES DE LA NACIÓN
SEGUNDA 714
nes de su vigencia, es decir, sujetos las reservas que pudiesen haberle sido
formuladas y que se encuentren internacionalmente vigentes. A su respecto,
también rige respecto al común de los tratados la previsión que la Constitución
reformada establece en el párr. 2- del art. 75, inc. 22 con relación a los tratados
de derechos humanos constitucionalizados.
Pueden las reservas ser formuladas al firmarse un tratado, al ratificarlo, al
aceptarlo o aprobarlo o al adherir a él, pero también aquí cabe la salvedad de
que las reservas a los tratados sólo rigen internamente cuando tienen vigencia
internacional y esta vigencia, páralos tratados regidos por la Convención de
Viena sobre Derecho de los Tratados, se halla regulada por ella (Parte II,
Sección 29). De tal modo, son sus normas las que regulan las cuestiones
atinentes a la formulación de reservas, la aceptación y objeción a las reservas y
sus efectos jurídicos, entre otras.
Naturalmente, la ley aprobatoria de un tratado no es susceptible de ser
revocada por un tratado ulterior; "sería absurdo pretender que el Congreso
argentino pueda revocar la manifestación de voluntad otorgada para obligarse
mediante un tratado internacional y que, en virtud de esa revocatoria el tratado
quede sin efecto"19.
19
BARBERIS, "La Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados y la
Constitu
Argentina", en Prudentia Iuris, áic. 1985-abr. 1986, p. 169.
20
CS JN-Fallos, 318:2639.
— GUILLERMO R. MONCAYO —
7 "25 DEL PODER LEGISLATIVO ART. 75, INC. 22
21
CSJN-Fallos, 316:1669.
22
CSJN-Fallos, 305:2150.
— GUILLERMO R. MONCAYO —
I
23
GOLDSCHMIDT, "Derecho internacional y derecho interno argentino", ED, 7-7.
24
LEGARRE, "El tratado internacional y su ley aprobatoria en el derecho
argentino",^'
1996-A-1021. t
— GUILLERMO R. MONCAYO —
SEGUNDA PARTE: AUTORIDADES DE LA NACIÓN 71I
23
GOLDSCHMIDT, "Derecho internacional y derecho interno argentino", ED, 7-7.
24
LEGARRE, "El tratado internacional y su ley aprobatoria en el derecho
argentino",LL,
1996-A-1021.
— GUILLERMO R. MONCAYO —
717 DEL PODER LEGISLATIVO ART. 75, INC. 2,
— GUILLERMO R. MONCAYO —
ART. 75, INC. 22 SEGUNDA PARTE : AUTORIDADES DE LA NACIÓN 718
menes de Guerra y de Lesa Humanidad a las que las leyes 24.820 y 25.778,
respectivamente, les confirieron esa jerarquía.
Cabe concluir que de la Constitución reformada resulta, por vez primera en
nuestro Derecho, una distinción, una distinta jerarquía, entre el común de los
tratados y las convenciones y los instrumentos de derechos humanos que tienen
jerarquía constitucional, precisados en el art. 75, inc. 22, y los tratados que la
adquieran ulteriormente. El interés particular del tema y su importancia han
determinado el estudio específico que se realiza en esta obra.
— PABLO L MANILI —
719 DEL PODER LEGISLATIVO ART. 75, INC. 1
1
KOVEN LEVIT, "The Constitutionalization of Human Rights in Argentina: Problem
Promise", enColumbia Journal ofTrasnational Law, vol. 37, n5 281,1999, p. 281 y ss., e
p.312.
— PABLO L. MANILI —
ART. 75, INC. 22 SEGUNDA PARTE : AUTORIDADES DE LA NACIÓN 72
2
Manifestación vertida durante su alocución en el seno de la Convención Naciona
Constituyente Argentina de 1994, donde fue invitado como experto extranjero.
3
VANOSSI, "La Constitución evanescente", LL, 1994-E-1258. Asimismo, VANOSSI -
D¿ LLA VIA, Régimen constitucional de los tratados [ed. 2000], p. 307.
4
Sobre este tema puede verse MANILI, "Crimen y castigo: los derechos humanos en
Ar gentina de fines del siglo xx", en Revista Científica de la Universidad de Ciencias
Impresa ríales y Sociales, vol. IV, n9 2,2000, p. 238.
5
Véanse casos "Priebke" (CSJN-Fallos, 318:2148), y "Scwammberger" (CSJN-
Fallos 313:256).
— PABLO L. MANILI —
DEL PODER LEGISLATIVO
les ante la ley y admisibles en los empleos sin otra condición que la
idoneidad" (art. 16). Era necesario, por lo tanto, incorporar al sistema
constitucional una protección más completa y adecuada de tales sujetos en
forma específica y atendiendo sus necesidades particulares 6. Así lo entendió el
constituyente, ya que, al mismo tiempo, agregó los arts. 37 y 75, inc. 23 que se
refieren a esos grupos humanos. d ) En referencia a la CIEDR, entendemos que
de todas las convenciones que nuestro país tiene ratificadas en la materia, ésta
resulta ser la más completa puesto que las demás se refieren a aspectos
específicos del tema, como por ejemplo, la discriminación en la enseñanza, el
apartheid, etcétera. Una vez asegurada la no discriminación de la mujer y de
los discapacitados, por medio de los arts. 37 y 75, inc. 23 recién mencionados
(además de una convención específica para la mujer) el tema más importante a
regular en materia de discriminación era el racial, para la cual el viejo art. 16 de
la Const. Nacional resultaba insuficiente por referirse a la igualdad formal ante
la ley y no a la igualdad real de oportunidades ni a medidas concretas para
lograrla.
6
Máxime teniendo en cuenta el grado de desarrollo que en el Derecho
internacional de los derechos humanos habían adquirido esas dos materias mediante la
adopción de cantidad de declaraciones y convenciones que consagraban no sólo los
derechos de esos grupos sino también medidas de acción positiva en beneficio de ellos.
7
Diario de Sesiones, sesión del 3/8/94, intervención del convencional KESSELMAN.
8
TRAVIESO, "La reforma constitucional argentina de 1994", LL, 1994-E-1322;
ídem, Derechos humanos y derecho internacional [ed. 1996], p. 201.
— PABLO L. MANILI —
ART. 75, INC. 22 SEGUNDA PARTE : AUTORIDADES DE LA NACIÓN 72
CPSDG CT
Por la materia CIEDR
Específicos CM
— PABLO L. MANILI —
723 DEL PODER LEGISLATIVO ART. 75, INC. 22
10
Res. n9 217 (III).
11
Conf. CASSIN, "La Déclaration Universelle et la mise en oeuvre des droits de
l'homme", enRecueil des Cours de l'Academie de Droit Internationale, 1951-2, vol. 79, p.
239 y siguientes.
12
La Convención Europea de Derechos Humanos de 1950 en su preámbulo proclama
que los signatarios están resueltos a "... tomar las primeras medidas adecuadas para
asegurar la garantía colectiva de algunos de los derechos enunciados en la Declaración
Universal...".
13
Opinión Consultivan910/89.
14
COLAUTTI, LOS tratados internacionales y la Constitución Nacional (ed. 19981, p.
69.
— PABLO i. MANILI —
ART. 75, INC. 22 72
No obstante, discrepamos con COLAUTTl por cuanto creemos que, sin per-
juicio de las características especiales del protocolo bajo análisis (y de las partes
mencionadas de los demás tratados), su elevación al rango constitucional le da
mayor rigidez que a un tratado común y dificulta su denuncia, manteniendo así
el reconocimiento de la competencia del Comité para recibir denuncias
individuales de violaciones a los derechos humanos por parte de los
particulares. Y ello necesariamente es una consecuencia prevista por el
constituyente por lo cual debemos interpretar que fue su voluntad "rigidizar"
esos mecanismos internacionales de promoción y protección de los derechos
humanos.
En conclusión, la mayor o menor jerarquía, en sí, del protocolo (y de las
partes referidas de los demás tratados) sólo agrega, como derecho sustantivo, el
de petición individual ante los órganos internacionales. Pero como en el sistema
ideado por el constituyente de 1994, la mayor jerarquía trae aparejada mayor
rigidez (aunque no a la inversa), creemos que su elevación a rango
constitucional resulta muy provechosa a los efectos de lograr esa rigidez. Más
abajo volveremos sobre las relaciones y diferencias entre jerarquía y rigidez.
15
Órgano dependiente de Naciones Unidas, que sesiona en tres períodos anuales de
tres semanas cada uno: en primavera en Nueva York y en verano y otoño en Ginebra.
Tiene competencia para recibir informes sobre la situación de los derechos civiles y
políticos que presenten los Estados Parte y para expedir recomendaciones sobre dichos
informes. Asimismo, el Comité presenta anualmente un informe general a la Asamblea
General de la ONU, por intermedio del Consejo Económico y Social. Sobre el tema
puede verse PoCAR,The International Co-venant on Civil and Political Rights", en
Manual on Human Rights Reporting [ed. 1991].
— PABLO L. MANILI —
725 DEL PODER LEGISLATIVO ART. 75, INC. 2
16
Versión taquigráfica de la sesión del 27 de julio de 1994, proyecto impulsado por
convencional RODOLFO BARRA. Conforme a la ley aprobatoria de dicha convención, n 2
23.8
la Argentina formuló la siguiente cláusula interpretativa: "en el sentido que se entiende
niño todo ser humano desde el momento de su concepción y hasta los dieciocho años de
edad
17
CAFIERO - GRAHAM, "Tratados sobre derechos humanos", en Jerarquía
constitución
de los tratados internacionales, JUAN CARLOS VEGA (dir.) [ed. 1996], p. 49.
18
Ratificación es el acto internacional por el cual un Estado, después de haber
firmado un tratado (en los tratados que además de la firma requieren la ratificación
ulterior) manifiesta su voluntad de obligarse por el mismo. Adhesión es el acto
internacional por el cual un Estado que no ha participado de las negociaciones de un
tratado manifiesta su voluntad
obligarse por el mismo (conf. art. 2q.b de la CVDT).
19
El instrumento de ratificación o de adhesión a un tratado debe ser notificado por
el
todo al depositario del tratado (que generalmente es la Secretaría General de la ONU en
el
bito universal y la de la OEA en el ámbito americano), salvo en los tratados bilaterales
que se estila el canje de instrumentos de ratificación o adhesión entre los Estados Partes.
— PABLO L MANILI —
ART. 75, INC. 22 SEGUNDA PARTE : AUTORIDADES DE LA NACIÓN 7Ü
requiere para hacerlo, y puede ocurrir también que sea elevado a lajera quía
constitucional por el Congreso en esas condiciones. Pues bien, entendimos que
hasta tanto el tratado no entre en vigor conforme a los principios y normas de
Derecho internacional que rigen el instituto 20 no resulta aplicable en el Derecho
interno, tenga o no tenga jerarquía constitucional, ya que ésta se le otorga al
tratado "en las condiciones de su vigencia", o sea "siempre que esté vigente".
Esta interpretación que proponemos tiene efectos también sobre el tema de la
denuncia de los tratados con jerarquía constitucional, tal como veremos más
abajo.
Una postura distinta es sostenida por BIDART CAMPOS21, quien afirma que
los tratados se incorporan al Derecho interno al momento de la ratificación y
pueden tener un período de unicatio legis entre la ratificación internacional y la
entrada en vigor. Por nuestra parte entendemos que nuestro país incorpora los
tratados al Derecho interno como normas de Derecho internacional sin que
pierdan el carácter de tales y sin transformarse en Derecho interno
(simplemente son normas internacionales directamente aplicables en el ámbito
interno); por lo tanto, un acto unilateral del Estado, como es la ratificación, no
puede poner en vigor una norma que según el Derecho internacional no lo está,
ya que lo impide el principio básico de esa materia según el cual las normas
nacen o se extinguen por coordinación de voluntades entre los sujetos. En otras
palabras: así como la ratificación hecha por el Estado n implica obligarse
internacionalmente, sino manifestar su voluntad de hacerlo, ratificar tampoco
implica incorporar al Derecho interno sino manifestar la voluntad de hacerlo.
En ambos casos esa voluntad estatal está sujeta a la condición suspensiva de
que el tratado llegue a entrar en vigor. Por lo tanto, el tratado se va a incorporar
al Derecho interno recién cuando entra en vigor en el ámbito internacional, ya
que hasta entonces no resulta invocable ante los tribunales nacionales. Sostener
lo contrario equivale afirmar que el Estado argentino incorpora a su sistema
jurídico normas no v gentes, lo cual es un contrasentido, o bien, caer en la vieja
postura dualista de creer que el tratado se incorpora al Derecho interno en su
faceta denominada de Derecho interno y no en su faceta de norma
internacional. En el mismo sentido que sustentamos se expide COLAUTTI22: "Un
tratado que no tiene vigencia internacional no puede tener vigencia interna
aunque haya finalizado los trámites de aprobación".
20
Un tratado entra en vigor según sus propias reglas a tal efecto o —en caso de
carece
de ellas— según las reglas de la CVDT.
21
BlDART CAMPOS, Tratado elemental de derecho constitucional argentino [ed.
1995],
III, p. 284.
22
COLAUTTI, LOS tratados internacionales y la Constitución Nacional [ed. 1998],p.
21.
— PABLO L MANILI —
727 DEL PODER LEGISLATIVO ART. 75, INC. 2
23
Decimos "principalmente" y no "únicamente" puesto que existen otros institutos
c
Derecho de los tratados que pueden generar efectos similares, cono por ejemplo la
modificación, por la cual algunos (no todos) Estados Partes en un tratado deciden
modificar ciertas
cláusulas para regular las relaciones entre sí, pero manteniendo el tratado en su versión
original para regir las relaciones con los otros Estados que no participan de este acuerdo
colateral de modificación (el tema es regulado por el art. 4Í de la CVDT.
24
Conf. art. 29. l.d de la CVDT, ratificada por la Argentina el 5/12/72 y en vigor
desde
20/1/80. Para mayor desarrollo del concepto, puede verse BONET P3REZ, Las reservas a
los tratados internacionales [ed. 1996], p. 58y siguientes.
25
Conf. art. 20, CVDT.
26
Ello ha sido descripto por la doctrina como el principio de relatividad de las
convenciones multilaterales (conf. MONCAYO - VINUESA - GUTIÉRREZ POSSE, Derecho
internacional
público.-1985], t. I,p. 126).
27
Por ejemplo, la República Argentina, al ratificar la Convención Americana de
Derechos Humanos formuló una reserva y tres declaraciones interpretativas: de los arts.
59.3,79.7 y 1
— PABLO L. MANILI —
SEGUNDA PARTE: AUTORIDADES DE LA NACIÓN
28
CSJN, 7/4/95, CS JN-Fallos, 318:514.
— PABLO L MANILI —
729 DEL PODER LEGISLATIVO ART. 75, INC. 2.
29
Consid. 21 del voto mayoritario.
30
CSJN-Fallos, 317:771.
31
Consid. 12 del voto del doctor BARRA, y consid. 15 del voto del doctor
BOGGIANO.
32
Art. 459, inc. 2- del Código Procesal Penal de la Nación.
33
CSJN-Fallos, 319:1840.
34
CSJN-Fallos, 321:3555; publicado también en JA, ejemplar del 30/6/99 con dos
nota
al pie, una de BIDART CAMPOS y ÁLBANESE, y la otra de SAGÜES. Este último ensaya una
interesante fórmula donde compagina y coordina la doctrina de ambos fallos.
— PABLO L. MANILI —
ART. 75, INC. 22PARTE: AUTORIDADES DE LA NACIÓN
SEGUNDA
- PABLO L. MANILI -
731 DEL PODER LEGISLATIVO ART. 75, INC. 2
37
Decisión n2 70-39 DC, del 19/6/70.
38
Sentencia del Tribunal Constitucional de España 10/82, fundamento jurídico 2o-,
publicada en Jurisprudencia Constitucional, vol. VIII, ps. 139 y 140.
39
Sentencia del 30/7/90, publicada en Gaceta Oficial, n° 21.726 del 18/2/91.
40
BlDART CAMPOS, Tratado elemental de derecho constitucional argentino [ed.
1995],
III, p. 271 y ss.; ídem, El derecho de la Constitución y su fuerza normativa [ed. 19951, p.
26
ídem, La interpretación del sistema de derechos humanos [ed. 1994], p. 123; MONCAYO,
L
aplicación de los tratados de derechos humanos por los tribunales locales [ed. 1997], p.
8
También se refiere a él: SAGÜES, Elementos de derecho constitucional [ed. 1997], ps. 78
y 11
puede verse asimismo, MANILI, El bloque de constitucionalidad. La recepción del
derecho internacional de los derechos humanos en el derecho constitucional argentino f
ed. 2003].
41
En Francia se trata de textos constitucionales y legales anteriores (la Declaración
(
1789, el Preámbulo de la Constitución de 194S y los principios fundamentales de las
leyes <
la República); en España, en cambio, ingresan al bloque los estatutos de las comunidades
autónomas y ciertas leyes orgánicas; y en Panamá se contemplan la jurisprudencia de la
Corte
Suprema, la costumbre constitucional, el reglamento de la Asamblea Legislativa, la
Constitución derogada de 1946 y el estatuto de retomo al orden constitucional de 1989.
Para mayor
detalle puede verse MANILI, El bloque de constitucionalidad. La recepción del derecho
internacional de los derechos humanos en el derecho constitucional argentino [ed.
2003], p. 283
siguientes.
42
No obstante, tal diferencia se desdibuja si tenemos en cuenta la jurisprudencia de
Corte Suprema anterior a la reforma de 1994 (especialmente la doctrina del ya
menciona*
— PABLO L MANILI —
731 DEL PODER LEGISLATIVO ART. 75, INC. 2
— PABLO L MANILI —
ART. 75, INC. 22 SEGUNDA PARTE : AUTORIDADES DE LA NACIÓN 732
43
Caso "González de Delgado, Cristina y otros c. Universidad Nacional de
Córdoba",
CSJN-Fallos, 323:2659.
44
El doctor BoGGIANO, en el consid. 4-; el doctor BOSSERT, en el consid. 10.
— PABLO L. MANILI —
733 DEL PODER LEGISLATIVO ART. 75, INC. 22
45
BIDART CAMPOS, Tratado elemental de derecho constitucional argentino [ed.
1995], t.
VI, p. 555.
46
EKMEKDJlAN, "Los tratados internacionales en la reforma constitucional", en
Pensamiento Jurídico, año I, n21, oct. 1994, p. 2 y 88., esp. p. 3; en lugar de "tratados"
creemos que
debió decir "instrumentos".
47
HITTERS, "La jurisprudencia de la Corte Interamericana como guía para la
interpretación de la Constitución", ED, 164-1238.
48
Véase su voto en autos "Choco bar, Sixto c. ANSES", consid. 11 (CSJN-Fallos
319:3241).
— PABLO L MANILI —
ART. 75, INC. 22 SEGUNDA PARTE: AUTORIDADES DE LA NACIÓN
49
Conf. CAFIERO - GRAHAM, "Tratados sobre derechos humanos", en Jerarquía
constitucional de los tratados internacionales, JUAN CARLOS VEGA (dir.) [ed. 1996], p.
50. También s<
refiere a esa "influencia" de ciertos medios de prensa, RABBI-BALDI CABANILLAS, "La
Corte Suprema en el origen y el desarrollo de la constitucionalización de los tratados sobre
derechos
humanos", ED, 180-1383 y ss.,esp. p. 1391.
50
Nada más lejano a la realidad, ya que el derecho de rectificación o respuesta
implica
justamente extender el derecho a la libertad de publicar ideas a todos los habitantes de la
Nación y no solamente a aquellos que son titulares de medios de prensa.
— PABLO L MANILI —
735 DEL PODER LEGISLATIVO ART. 75, INC. 22
51
BADENI, Instituciones de derecho constitucional [ed. 1997], p. 196.
52
A los cuales el referido autor menciona indiscriminadamente como "tratados" cuan-
do no todos lo son.
53
Voto del doctor VÁZQUEZ, en el fallo "Mendes Valles" (CSJN-Fallos, 318:2639).
54
Además de otros errores que cometen sobre el tema, tales como sostener que un
tratado "deroga" una ley (cuando debe decir "inconstitucionaliza") en el caso de BADENI.
55
Incluso, BADENI afirmaba, hasta 1994, que los tratados tenían la misma jerarquía de
las leyes, con lo cual es de suponer que asignaba al art. 31 esta misma interpretación que
pro-
ponemos (que no distingue jerarquías dentro del Derecho federal del art. 31), contradicién-
dose así con la afirmación transcripta más arriba. Por lo demás, el mantenimiento de esa
pos-
tura después de lo sostenido por la Corte en "Ekmekdjian c. Sofovich" implicaba negar el
cambio fundamental operado con ese fallo.
— PABLO L MANILI —
ART. 75, INC. 22 SEGUNDA PARTE : AUTORIDADES DE LA NACIÓN 73t
nales que también están por encima de las leyes? Digamos que para que la
literalidad y la lógica de la norma se ajusten a la postura que criticamos, debería
estar redactada así: "tienen jerarquía constitucional, pero no mucha. Están por
debajo de la Constitución pero por encima de los demás instrumentos
internacionales...".
Por último, entendemos que admitir una diferencia jerárquica de ese tenor y
con esos fundamentos lleva necesariamente a aceptar, a contrario sensu, que
esos instrumentos internacionales están por encima de la segunda parte de la
Constitución, lo cual tampoco es aceptable porque la misma Constitución no
puede tener distintas jerarquías entre la primera y la segunda parte del mismo
texto.
En este mismo punto debemos incluir la postura del ministro BELLUSCIO de
la Corte Suprema, quien, en el voto emitido en la causa "Petric, D c. Página 12"
sostuvo que los instrumentos del art. 75, inc. 22, "configuran pues, normas
constitucionales de segundo rango que prevalecen por sobre las leyes
ordinarias, pero que son válidas únicamente en la medida en que no afecten los
derechos consagrados en la primera parte de la Constitución"56 (la cursiva nos
pertenece). Tampoco en este caso encontramos el sustento de esa aserción.
56
CSJN-Fallos, 321:835, consid. 79 de ese voto.
57
SABSAY - ONAINDIA, La Constitución de los argentinos [2- ed., 1994],
comentario al art.
31, p. 114 y siguientes.
58
Los autores, si bien distinguen las dos declaraciones del resto de los tratados,
omiten
computar al Protocolo como un tratado en sí mismo, con lo cual son nueve y no ocho los
convenios internacionales a que se refiere la norma. En el mismo error (entre otros)
según nuestro
entender, cae HITTERS, "Nada nuevo con los tratados", en diario Clarín, ejemplar del
24/8/94,
aunque luego parece haber rectificado su postura, ya que en "Jerarquía de los tratados
sobre
derechos humanos: fundamentos de la reforma de 1994", ED, ejemplar del 31/10/94,
afirma
que son nueve los tratados (pero omite mencionar las dos declaraciones).
59
SABSAY - ONAINDIA, La Constitución de los argentinos [2-ed., 1994], comentario
al art.
31, p. 117.
— PABLO L MANILI —
737 DEL PODER LEGISLATIVO Afir. 75, INC
60
SABSAY - ONAINDIA, La Constitución de los argentinos [2- ed., 1994],
comentario
31, p. 119.
61
SABSAY - ONAINDIA, La Constitución de los argentinos [2- ed., 1994],
comentario
31, p. 122.
^ 62 Conf. VICENTE - RODRÍGUEZ, "Reflexiones sobre la relación de supremacía const: §
nal tras la reforma de 1994", ED, 163-911.
63
SAGÚES, "Constitucionalidad y extensión del derecho de réplica", JA, n9 6115,
§ piar del 11/11/98, p. 44 y ss., esp. p. 50.
Y 64 Convencional RODOLFO BARRA, Diario de Sesiones de la Convención Constiti 3
versión taquigráfica, p. 2836.
— PABLO L MANILI —
739 DEL PODER LEGISLATIVO ART. 75, INC
los tres niveles de constitucionalidad" le resulta atractiva 65. Nótese que en esta
postura queda sin explicar la solución a una posible colisión entre una norma
de un instrumento internacional y alguno de los arts. 36 a 43 de la Constitución
Nacional.
Por nuestra parte, coincidimos con las manifestaciones del otro miembro
informante por la mayoría en el recinto de la asamblea constituyente, quien
afirmó que en caso de conflicto la interpretación válida es la que da una tutela
más favorable a la persona humana66, es decir, el principio pro homine, al cual
nos referiremos en detalle más abajo67. En un primer momento, la
jurisprudencia de la Corte avalaba claramente esta interpretación, así en
diciembre de 1996 cuatro ministros sostuvieron que "los tratados complemen-
tan las normas constitucionales sobre derechos y garantías, y lo mismo cabe
predicar respecto de las disposiciones contenidas en la parte orgánica... aunque
el constituyente no haya hecho expresa alusión a aquélla, pues no cabe sostener
que las normas contenidas en los tratados se hallen por encima de la segunda
parte de la Constitución. Por el contrario, debe interpretarse que las cláusulas
constitucionales y las de los tratados tienen la misma jerarquía, son
complementarias y no pueden desplazarse o destruirse recíprocamente" 68.
No obstante, a fines del 2000, en el ya referido fallo "Felicetti", una ajustada
mayoría69 sostuvo: "Una interpretación distinta pondría en pugna la cláusula del
Pacto (se refiere al art. 89, inc. 29, ap. h , CADH) con el art. 117 de la
Constitución... pues ambas tienen sin lugar a dudas igual valor por imperio de
lo establecido por el art. 75, inc. 22, ya que la segunda no pertenece a la
primera parte de la Constitución, semejante conflicto carecería de clara solu-
ción". Por lo tanto, a contrario sensu, si la pugna se planteara entre el CADH y
una norma de la primera parte de la Constitución, la solución sería distinta.
Pero entendemos que con esta postura complicamos más de lo que aclaramos, a
la vez que no existe forma de inferir esa afirmación del texto de la norma, que
es muy claro respecto a la jerarquía uniforme de la Constitución y los
instrumentos internacionales mencionados en la norma bajo estudio.
65
SAGÜES, "Constitucionalidad y extensión del derecho de réplica" JA, n9
6115,ejemlar del 11/11/98, p. 47.
66
Convencional JUAN P. CAFIERO, Diario de Sesiones de la Convención
Constituyente,
versión taquigráfica, p. 2857.
67
Véase ¿Ai/ra, §6.
68
Fallo "Monges, Analía c. Universidad de Buenos Aires". CSJNFallos, 319:3148,
veto
de los doctores NAZARENO, MOLINE O'CONNOR, LÓPEZ y BOGGIAKO, consid. 22.
69
Integrada por los ministros NAZARENO, MOLINE O'CONNOR, LÓPEZ, BELLUSCIO
y VÁZQUEZ. Curiosamente los tres primeros habían suscripto el voto referido en la nota
anterior.
— PABLO L MANILI —
ART. 75, INC. 22 SEGUNDA PARTE : AUTORIDADES DE LA NACIÓN
70
CSJN-Fallos, 319:3241, voto de los doctores NAZARENO, MOLINE O'CONNOR
y L
consid. 12.
— PABLO L MANILI —
DEL PODER LEGISLATIVO
72
Voto de los doctores NAZARENO, MOLINE O'CONNOR y LÓPEZ, consid. 11.
73
BlLDER, "Integrating International Human Rights Law into Dome stic Law-US E
rience", enHouston Journal ofInternational Law, vol. 4,Autumn 1981. n91, p. 1. Asimii
CHRISTENSON, "The Uses of Human Rights Norms to Inform Constitutional Interpretat
en Houston Journal of International Law, vol. 4, Autumn 1981, n91, p. 38.
74
BlDART CAMPOS, Tratado elemental de derecho constitucional argentino [ed.
199
III, p. 277 y t. VI, p. 559.
— PABLO L MANILI —
ART. 75, INC. 22 SEGUNDA PARTE : AUTORIDADES DE LA NACIÓN
75
Aun cuando existen ciertas Constituciones que admiten diferencias de jerarquía
entre algunas de sus normas, como por ejemplo, la española que distingue entre
"derecho; deberes fundamentales" (arts. 14 a 29 y 30 a 38) y "principios rectores de la
política social y
nómica" (Capítulo III), protegiendo a los primeros mediante garantías judiciales y a los
segundos no. Ello se ha inspirado, a su vez, en la Carta Fundamental de Bonn. Sobre el
pi
puede verse BIDART CAMPOS, El derecho de la Constitución y su fuerza normativa
[ed. 1S
p. 254 y siguientes.
— PABLO L MANILI —
741 DEL PODER LEGISLATIVO ART. 75, me. 22
— PABLO L MANILI —
ART. 75, INC. 22PARTE: AUTORIDADES DE LA NACIÓN
SEGUNDA
— PABLO L MANILI —
743 DEL PODER LEGISLATIVO ART. 75, INC.
80
Desde ese punto de vista, ésta puede ser considerada la "cláusula de los tratados de
jerarquía constitucional implícitos".
81
Conf. CVDT, art. 22, inc. a ) que establece que la misma se aplica "cualquiera que
sea
su denominación particular".
— PABLO L. MANILI —
ART. 75, INC 22 SEGUNDA PARTE: AUTORIDADES DE LA NACIÓN 7^
las mismas se encuentren investidas del mismo grado de consenso que 1 dos
incluidas expresamente en el bloque por el constituyente, ya que, en c so de
silencio del texto, el poder constituido no podría ir más allá que el p der
constituyente.
c — Tratados mixtos. — Surge el interrogante de si el Congreso puede elevar
tratados que en parte sean de derechos humanos y en parte sean referidos a otras
materias82. La norma ni lo prohíbe ni lo aclara exprésame te, por lo cual
debemos contestar la pregunta basándonos en el contexto normativo
(constitucional e internacional) y buscar una interpretación armonizante.
Una interpretación literal de la norma brindaría una respuesta negativa, ya
que solamente se refiere a "los demás tratados y convenciones sobre derechos
humanos" y no a "las demás normas de derechos humanos", ni "los demás
instrumentos sobre derechos humanos", con lo cual puede deducirse que la
norma prevé la elevación a la jerarquía constitucional de la totalidad del tratado
y no de una parte o de algunas de sus normas. Pero creemos que esta
interpretación peca de excesivamente formalista, de incompleta, de aislar a la
norma de su contexto.
Acudiremos por vía de analogía a la Opinión Consultiva n 91 de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos83 en la cual se le requirió a la referida
Corte que se expidiera sobre al alcance de su competencia consultiva para
interpretar "otros tratados" (según el art. 64, CADH).Las variantes de
interpretación que brindó el gobierno que planteó la consulta (Perú) se referían
sólo a la competencia de la Corte en razón de la persona (tratados suscriptos por
Estados americanos y no americanos) y en razón del sistema (tratados no
auspiciados por la OEA). Pero la Corte al contestarla fue más allá de la consulta,
y extendió su competencia también en razón de la materia, al afirmar que era
competente para interpretar "toda disposición, concerniente a la protección de
los derechos humanos, de cualquier tratado internacional aplicable en los
Estados americanos, con independencia de que sea bilateral o multilateral, de
cuál sea su objeto principal, o de que sean puedan ser partes del mismo Estados
ajenos al sistema interamericano" (1 cursiva nos pertenece). BIDART CAMPOS, al
comentarla84 sostuvo que, e
82
Por ejemplo, el Estatuto de la Corte Penal Internacional, celebrado en Roma en
julio de 1998, es un tratado que contiene normas de Derecho penal internacional, otras
que crea
un órgano internacional de aplicación, pero también contiene normas concernientes a
derechos humanos.
83
Opinión Consultiva 1/82.
84
BIDART CAMPOS, "La lección derivada de la Opinión Consultiva I de 1982", en
Derechos Humanos. Corte Interamericana. Opiniones Consultivas. Textos completos y
comentarle
[ed. 2000],t.I,p. 69.
— PABLO L. MANILI —
745 DEL PODER LEGISLATIVO ART: 75, INC. 22
85
NIKKEN, "Bases de la progresividad en el régimen internacional de protección de los
derechos humanos", en Derechos humanos en lasAméricas: homenaje a la memoria de
Carlos A. Dunskee deAbranches [ed. 19841, ps. 22 y 23.
— PABLO L MANILI —
ART. 75, INC. 22 SEGUNDA PARTE: AUTORIDADES DE LA NACIÓN
86
Conf. DE VEGA, La reforma constitucional y la problemática del poder
constituy [ed. 1985], p. 240.
— PABLO L MANILI —
141 DEL PODER LEGISLATIVO ART. 75, INC. 22
— PABLO L MANILI —
ART. 75,SEGUNDA
me. 22 PARTE: AUTORIDADES DE LA NACIÓN 7-
a salvo, por cuanto lo que está actuando como límite de ese supuesto
ejercicio de poder constituyente es —nada más y nada menos-voluntad
de la comunidad internacional que adoptó ese tratado de derechos
humanos, al cual el Congreso (previa ratificación por el Ejecutivo)
decidió otorgar la máxima jerarquía, mediante los dos tercios la totalidad
de sus miembros y haciendo uso de una facultad que le conferida por la
letra expresa de la Constitución formal.
5. Por último, la mayoría de votos exigida para ejercer esta facultad es más
agravada de toda la Constitución: dos tercios de la totalidad miembros de
cada Cámara, es decir, según la interpretación que adopte del art. 30,
puede llegar a ser más alta que la que éste exige, que existe un debate
que lleva un siglo y medio acerca de si los dos tercios a que se refiere
esta norma se calculan sobre los miembros presentes de ambas Cámaras
o sobre los presentes de cada una de ellas, o sobre la totalidad de ambas
Cámaras o sobre la totalidad de cada una ellas. En cambio, el art. 75, inc.
22 no deja dudas al respecto90.
90
Según nuestra opinión, el actual contenido del art. 75, inc. 22 es un elemento
adicional a favor de la interpretación más restrictiva del art. 30, es decir, dos tercios de
la totalidad de cada una de las Cámaras. Ello es porque si para lo menos (elevar tratados
a la jerarquia constitucional) se exige esa mayoría, la misma debe exigirse también para
lo más (decidí reforma de la Constitución).
— PABLO L MANILI— I
749 DEL PODER LEGISLATIVO ART. 75, n
que una jerarquía superior del primero sobre el segundo en cuanto agentes
generadores de normas, difícilmente podamos considerarlo decidido por
uno tenga la misma jerarquía que lo resuelto por él. En cambio, si
tomamos en cuenta la práctica constitucional argén y distinguimos entre
poder constituyente originario y poder reformador, advertimos que
nuestro Máximo Tribunal ha aceptado la revisibilidad en sede judicial de
las actividades del poder constituyente reformador o poder reformador, tal
como ha sido resuelto por la Corte Suprema en los casos "Soria de
Guerrero"91 (referido a la reforma 1957) y "Fayt, Carlos" 92 (referido a la
reforma de 1994). Basándonos en ello podríamos afirmar que el poder
reformador es asimilable poderes constituidos, y está sometido al
contralor judicial, por lo que no posee diferencia de jerarquía respecto de
los otros poderes constituidos (en el caso, Ejecutivo y Legislativo, cuyas
voluntades corren para la elevación de nuevos tratados a la jerarquía
constitucional). De ello se sigue que no cabe distinguir entre los tratados
el dos a la máxima jerarquía por el poder constituyente de reforma;
elevados por el Congreso (con la ratificación previa del Ejecutivo según
nuestra interpretación). Pero somos conscientes que si discutimos esta vía
de razonamiento y estos argumentos, dejamos abierta la posibilidad de
que alguien nos replique objetando que, entonces, t poco los instrumentos
expresamente mencionados en este inciso \ den estar a la misma altura que
la Constitución, que fue redad por el poder constituyente originario y,
como tal, es superior a los poderes constituidos y al poder reformador, de
modo tal que la Constitución quedaría por encima de todos ellos.
Debemos buscar otro camino.-
6) Otra alternativa es utilizar el método de interpretación literal, se el cual
la norma resulta categórica en el sentido que: "Los demás tratados y
convenciones sobre derechos humanos... requerirán... para gozar de
jerarquía constitucional" (la cursiva nos pertenece).
c) También acude en nuestro apoyo el método subjetivo de interpretación,
ya que si tenemos en cuenta que la mayoría exigida en este párrafo
(dos tercios de la totalidad de los miembros de cada Cámara la más
alta de todo el texto constitucional, resulta evidente que ese recaudo
fue adoptado por el constituyente para que esa decisión fu adoptada
por un alto grado de consenso, y esa precaución no habría sido
necesaria para elevar a esos instrumentos a una jerarquía
constitucional.
91
CSJN-Fallos,m:55S.
92
CSJN-Fallos,m:1609.
— PABLO L. MANILI —
ART. 75, INC. 22 SEGUNDA PARTE: AUTORIDADES DE LA NACIÓN 750
93
Ley 24.820.
94
Ley 25.778.
95
Por medio de la ley 24.556, promulgada el 13/9/95.
96
SAGÜES, "Jerarquía constitucional de la Convención Interamericana sobre
Desaparición Forzada de Personas", ED, 173-889. PDN"
97
CAFIERO - GRAHAM, "Tratados sobre derechos humanos", en Jerarquía
constitución ni dé los tratados internacionales, J UAN CARLOS VEGA (dir.) [ed. 19961,
p. 53.
- PABLO L MANILI —
A R T . 7S5 EGUNDA
y i N C . 2 2PARTE: AUTORIDADES DE LA NACIÓN
93
Ley 24.820.
94
Ley 25.778.
95
Por medio de la ley 24.556, promulgada el 13/9/95.
96
SAGÜES, "Jerarquía constitucional de la Convención Interamericana sobre
Desaparición Forzada de Personas", ED, 173-889.
97
CAFIERO - GRAHAM, "Tratados sobre derechos humanos", en Jerarquía
constitucional de los tratados internacionales, JUAN CARLOS VEGA(dir.) [ed. 1996],
p. 53.
— PABLO L MANILI —
751 DEL PODER LEGISLATIVO ART. 75, INC. 2i
98
Sostener lo contrario sería análogo a promulgar un proyecto de ley (aun cuando un de
las Cámaras del Congreso se expidió, todavía falta que lo haga la otra).
— PABLO L MANILI —
ART. 75, INC. 22 SEGUNDA PARTE : AUTORIDADES DE LA NACIÓN 75
— PABLO L. MANILI —
753 DEL PODER LEGISLATIVO ART. 75, INC.
99
Autos "Goldwater v. Cárter", 444 U.S. 996 y 100 S.Ct. 533, fallado en 1979.
100
Dictamen n9 7 del 13/7/94, p. 62, suscripto por el convencional JUAN P.
CAFIERO.
101
SABSAY- ONAINDIA,La Constitución de los argentinos [2? ed., 19941,
comentario al
31, p. 114 y ss. Allí sostienen también que la denuncia puede "alterar o suprimir"
instrumentos de rango constitucional, respecto de lo cual disentimos, ya que la denuncia
no altera tratado, simplemente desobliga al Estado.
— PABLO L MANILI —
ART. 75, INC. 22 SEGUNDA PARTE: AUTORIDADES DE LA NACIÓN 7¿
— PABLO L MANILI —
755 DEL PODER LEGISLATIVO ART. 75, INC. 22
del Poder Ejecutivo subsiste respecto de los tratados sin jerarquía constitucional,
dentro de los cuales también encontramos tratados sobre derechos humanos, los
que, al no existir ninguna previsión constitucional, continúan siendo pasibles de
denuncia por un acto del Poder Ejecutivo. Por ello entendemos que debería
haberse previsto en forma expresa la necesidad de que el Congreso apruebe
previamente el acto de denuncia de un tratado cualquiera, exigiendo solamente
mayoría simple para los que no tienen jerarquía constitucional, pero el análisis
detenido de esta cuestión escapa al objeto de este comentario, por lo cual nos
limitamos a dejarla planteada.
102
AYALACORAO, "La jerarquía de los Tratados de Derechos Humanos", en MÉNDEZ -
Cox (eds.), El futuro del Sistema lnteramericano de Protección de los Derechos Humanos
[ed. 19981, p. 137 y siguientes.
— PABLO L MANILI —