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Instituto Superior “Carmen M.

de Llano”

Tecnicatura Superior en Gastronomía

2019

INTRODUCCION A LAS BEBIDAS

Profesora: Bárbara Pérez Lugo

Integrantes:
Barboza, Marcela
Delgado, Micaela
Fernández, María Victoria
Ferrigno, María Florencia
González, Cecilia Rosa
AGUA
Todas las actividades que una persona hace en su vida cotidiana están de una
manera u otra relacionadas con el agua. Sabemos que alrededor del 75% de la
tierra es agua en forma de océanos, lagos, ríos, glaciares, etc. Nuestro cuerpo
está hecho principalmente de agua, está en cada célula, tejido y órgano del
cuerpo y esta juega un papel muy importante en nuestra salud física.

Aproximadamente el 85% de nuestro cerebro, el 80% de nuestra sangre y el


70% de nuestros músculos es agua, y cada célula de nuestro cuerpo necesita
agua para vivir. El agua transporta el oxígeno y nutrientes a todas nuestras
células alimentando esas estructuras de modo que sean bien formadas. Así
podemos entender la importancia del agua en el organismo y cómo podemos
incluirla en el cuidado del cuerpo. Ella también regula nuestras funciones. Un
individuo bien hidratado tendrá piel, uñas y cabellos bien nutridos.

El funcionamiento del organismo depende del agua: las reacciones químicas, la


respiración, la circulación, el funcionamiento de los riñones, la desintoxicación,
la digestión, los sistemas de defensa, la piel, en fin, todo lo que es necesario
para mantener la vida.

“El agua aumenta el volumen de sangre. Con ese aumento del volumen
sanguíneo, los nutrientes contenidos en él serán mejor distribuidos. Ella hace la
limpieza de nuestro organismo, elimina las toxinas, eliminando por ejemplo, el
exceso de minerales como el sodio.

Los excesos son eliminados con el agua, el intestino funciona mucho mejor.
Ella hidrata el bolo fecal y ayuda a expulsar las heces mucho más fácilmente.

El agua se comporta como un lubricante en casi todos los procesos del cuerpo,
sobre todo en la digestión. Ya en la boca, la propia saliva ayuda a masticar y a
deglutir el alimento, de modo que se asegure un buen deslizamiento por el
esófago. El agua también lubrica las articulaciones y los cartílagos de forma
que nos movamos con menos rigidez y de manera más fluida.

El agua también proporciona amortiguación para las articulaciones del cuerpo.


El agua también ayuda a regular la temperatura corporal, nuestra piel también
necesita de agua para realizar el intercambio con el ambiente externo y para
mantener la piel hidratada con vitalidad. Especialistas resaltan que el
organismo no tiene mecanismo para el almacenamiento del agua, por esto, la
cantidad perdida cada día debe ser restituida para mantener la salud y la
eficiencia del cuerpo.

Necesitamos agua para mantener el correcto funcionamiento del metabolismo.


Tenemos que mantener cierto nivel de agua en nuestro cuerpo si no lo
hacemos así, entonces esto dará como resultado la deshidratación. Por lo

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tanto, es fácil ver por qué es muy importante beber de seis a ocho vasos de
agua al día.

Una buena regla para consumir agua es dividir el peso entre 10. Si usted pesa
70 kilos, se aconseja beber 7 vasos de agua diarios. También es conveniente
controlar el color de la orina, buscando un tono amarillo claro. En caso de
observar una orina oscura, significa que necesitamos beber más agua.

Consumo de bebidas:

El agua y demás bebidas (bebidas refrescantes, infusiones, caldos, zumos,


etc.) representan un 75-80% del total de líquidos ingeridos a lo largo del día.

Consumo de alimentos:

Se calcula que un 20-25% de las necesidades de agua provienen de los


alimentos. Por orden de mayor a menor magnitud en el aporte de agua se
clasifican en:

1. Los vegetales: Más de un 17% del agua diaria procede de los vegetales
que se ingieren, fundamentalmente las frutas y las verduras, lo que supone
aproximadamente 1 litro diario.

2. Productos lácteos: Aportan numerosos nutrientes y son la primera fuente


de calcio en la alimentación. Su composición en agua varía de unos productos
a otros. En el caso de la leche puede alcanzar entre el 80 y el 90%. En el caso
de los recién nacidos, sus necesidades hídricas se consiguen a través de la
leche materna.

3. Los cereales: Este grupo de alimentos contribuye aproximadamente con


un 8% del agua diaria. Destaca entre todos los alimentos de este grupo el pan,
que es el cereal habitualmente más consumido y que suele contener un 39%
de agua.

4. Carne y pescado: aportan un 2% de agua al día. El pescado contiene


entre un 73% y un 84% de agua y la carne entre un 50% y un 70%.

Una manera popular para reducir la fiebre es tomar un baño en agua fría, esto
ayuda a bajar la temperatura de nuestro cuerpo.

Este proceso se llama hidroterapia. La hidroterapia es la utilización de agua


caliente o fría para mitigar o aliviar los problemas. Estas terapias incluyen la
inhalación de vapor, compresas de agua fría, baños calientes, duchas, baños
de vapor e hidromasaje.

El uso del agua caliente ayuda a estimular el sistema inmunológico. También


aumenta la circulación de nuestro cuerpo.

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El agua fría se utiliza para reducir la inflamación. Cuando se tiene un esguince
se utiliza una bolsa de hielo para reducir la hinchazón. Un baño frío de asiento
se utiliza para tratar el estreñimiento, el flujo vaginal irregular y las hemorroides.

Algunos tratamientos que utilizan alternando agua fría y caliente son para
aliviar problemas respiratorios, congestiones, infecciones y dolores de cabeza.

Los excesos son eliminados con el agua, el intestino funciona mucho mejor.
Ella hidrata el bolo fecal y ayuda a expulsar las heces mucho más fácilmente.

Simplemente jugar un partido de fútbol sin hidratarse de forma adecuada puede


dar lugar a que en el organismo se produzca una situación de emergencia.

Muchas veces se ha comentado que el cuerpo puede resistir varios días sin
comer, pero no sin beber. Y es así. Abandonados en el desierto sin alimentos
podríamos llegar a sobrevivir hasta un mes. Sin agua, apenas un par de días.

Por lo general, una persona puede empezar a sentir sensación de sed con la
pérdida de un 1% de los fluidos corporales. Sin embargo, hay diferentes
razones que pueden provocar el bloqueo de esa señal, como el estrés. De ahí
que se recomiende no esperar a tener sed para beber, sobre todo, cuando hay
altas temperaturas y en el caso de ancianos y niños, en los que este sistema se
desajusta más fácilmente.

Deshidratación

El cuerpo humano está compuesto por un 70% de agua, cuando existe un bajo
nivel de líquido sucede la deshidratación. Si es diagnosticada pronto, es fácil su
prevención y tratamiento.

Apenas una disminución de un 2% en la composición de nuestro cuerpo puede


causar ya los primeros síntomas de deshidratación, como son la perdida
momentánea de la memoria, problemas con las matemáticas, dificultad en
enfocar la mirada en objetos o letras pequeñas, etc…

Un déficit de agua del 4% acarrea dolores de cabeza, irritabilidad, somnolencia


y graves dificultades de concentración. Si alcanzamos un 10% de pérdida de
peso corporal debido a la deshidratación, podemos perder la vida.

La deshidratación leve causa síntomas como debilidad, vértigo, dolor de


cabeza y fatiga; la grave puede llevar a la muerte. Cuando el líquido perdido no
se repone, los niveles de sodio en el torrente sanguíneo aumentan y surgen
otras complicaciones. Los individuos deshidratados presentan un volumen de
sangre menor que lo normal, lo que fuerza al corazón a aumentar el ritmo de
sus latidos, cuadro al que los médicos llaman: taquicardia. En condiciones
normales, el agua se elimina del organismo por el sudor, la orina, las heces y
las lágrimas. La nutricionista Denise Vale, especializada en vigilancia y

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servicios de salud, alerta: “Estar sin tomar agua o cualquier otro líquido y en
exposición excesiva al sol puede llevar a la deshidratación. El organismo pierde
sodio y potasio. La pérdida de esos nutrientes puede causar la muerte por
parada cardiaca”.

Entre las causas de pérdida excesiva de líquido, la más común es la diarrea.


En el verano, las posibilidades de tener una diarrea aumentan, porque los virus
que causan esa enfermedad tienden a multiplicarse, tanto en el ambiente como
en los alimentos expuestos al calor. Los vómitos también son responsables de
gran parte de los casos de deshidratación. El exceso de ropas aumenta la
eliminación de agua por el organismo y puede llevar a la deshidratación.

Para prevenir la especialista orienta: “Cuidados al hacer sauna, atención


redoblada con los niños. Llevar siempre agua al salir con ellos. No olvidar de
ingerir jugos, frutas y evitar el exceso de sol”. Nunca espere sentir sed para
tomar agua, porque la sed ya es señal de deshidratación.

Si no tenemos suficiente agua, la presión arterial puede caer a niveles


peligrosamente bajos, se pueden formar coágulos sanguíneos, dañaría la
función renal y puede causar estreñimiento.

Algunas otras señales de haber bajo nivel de agua la piel muy seca, y una
mayor incidencia de infecciones del tracto urinario y dolores de cabeza
recurrentes.

Exceso de agua:

Un exceso de agua también puede ser negativo. La hiponatremia (demasiada


agua) puede desequilibrar nuestro organismo, haciendo bajar de forma brusca
los niveles de sal y produciendo congestión pulmonar, inflamación cerebral y,
en casos muy extremos, la muerte.

A veces, los deportistas beben demasiado para combatir la deshidratación. En


esos casos, aumenta la producción de orina para eliminar el líquido sobrante.
Pero si la cantidad de agua es excesiva se colapsa la capacidad del riñón,
comienza a diluirse la concentración de sodio en el cuerpo, produciéndose un
peligroso desajuste electrolítico.

Se ha estudiado los efectos de un exceso de agua en diferentes atletas, como


corredores de maratón, dando lugar a un resultado muy claro: demasiada agua
es también peligrosa para la salud.

Beber agua es bueno para la salud, pero como todos los excesos, puede ser
perjudicial. Entre las consecuencias más comunes de beber este preciado
líquido se encuentran:

• Repercute en el buen funcionamiento de los riñones

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• Calambres musculares y cansancio
• Náuseas
• Dolor de cabeza
• Parálisis
• Pérdida de agilidad mental
• Somnolencia profunda y prolongada
• Convulsiones
• Coma y muerte

También puede provocar hiponatremia, es cuando la sangre no tiene niveles


suficientes de sodio, lo cual produce una deficiencia importante en el
funcionamiento del cerebro.

La congestión cardiaca, es otra de las consecuencias de beber agua en exceso


ya que reduce los niveles de potasio en el organismo alterando el ritmo del
músculo cardiaco.

Beber agua por demás de forma constante, puede tener serias repercusiones.
Si crees que puedes padecer de un trastorno relacionado o que quizá has
estado bebiendo más liquido del que deberías y presentas alguno de los
síntomas antes descriptos, visita al médico; probablemente ser necesario que
te realice un chequeo y de confirmarse que has bebido agua en exceso, puede
que requieras de tratamiento.

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