Introducción: Dos ranas, una optimista y otra pesimista, cayeron al
mismo tiempo en dos vasijas que contenían leche. La rana pesimista dice: “No puedo salir de este cacharro, porque las paredes son muy lisas. No puedo respirar en la leche, voy a asfixiarme, estoy perdida.” Y, en efecto, se asfixia y muere. La rana optimista no sabe tampoco qué hacer; pero como es optimista trata de hacer algo y se agita en todos sentidos. Como se está moviendo continuamente, bate la leche con tanto vigor que ésta se transforma en mantequilla. La rana entonces se sienta sobre la mantequilla y puede respirar libremente. Esto prueba que quien posee un carácter optimista hace siempre algo, aun cuando no sepa qué hacer para salir en una situación difícil; pero sigue luchando y confiando en Dios y él es poderoso para hacernos “más que vencedores.”
En el capitulo 20 del libro de los Jueces encontramos la historia de cómo
el pueblo de Israel venció a la tribu de Benjamín no sin antes pasar por un proceso de aprendizaje a través de la derrota, esto no quiere decir que Dios no esté con su pueblo, sino que es un asunto de persistencia y aprendizaje.
I. Para alcanzar el éxito debe darse el primer paso
Cuando el pueblo de Israel preguntó a Dios si irían al combate la respuesta fue que sí, el pueblo salió a la batalla confiado en la victoria; Jueces 20:19; “19Se levantaron, pues, los hijos de Israel por la mañana, contra Gabaa. 20Y salieron los hijos de Israel a combatir contra Benjamín, y los varones de Israel ordenaron la batalla contra ellos junto a Gabaa”. Notemos tres aspectos que vivió el pueblo de Israel en su primer intento por vencer al enemigo: A. Busco concejo: es preciso que antes de emprender una empresa debe buscarse asesoría para no ir en ignorancia; Vr. 18; “18Luego se levantaron los hijos de Israel, y subieron a la casa de Dios y consultaron a Dios, diciendo: ¿Quién subirá de nosotros el primero en la guerra contra los hijos de Benjamín? Y Jehová respondió: Judá será el primero.” B. Creyó y actuó; un buen concejo debe ser aceptado vr. 19; “19Se levantaron, pues, los hijos de Israel por la mañana, contra Gabaa. 20Y salieron los hijos de Israel a combatir contra Benjamín, y los varones de Israel ordenaron la batalla contra ellos junto a Gabaa” C. Falló en su primer intento; vr.20; “Saliendo entonces de Gabaa los hijos de Benjamín, derribaron por tierra aquel día veintidós mil hombres de los hijos de Israel
II. La motivación hace que se de el segundo paso.
El fracaso no debe ser el obstáculo que haga retroceder en la búsqueda del éxito. El pueblo de Israel no se dejó llevar por su primer fracaso, sino que volvió a actuar porque: A. Lamentaron su derrota: el fracaso no es una cosa agradable para nadie, y es razonable que pueda haber lamento, pero no debe lamentarse todo el tiempo, sino recapacitar; vr. “23Porque los hijos de Israel subieron y lloraron delante de Jehová hasta la noche…” B. El concejo hace Cobrar el ánimo y permite que se intente una vez más; el buen concejo nos anima, y el animo produce un impulso a nuestro propósito; Pr.4:13; “13Retén el consejo, no lo dejes; Guárdalo, porque eso es tu vida. Jue. 20:23; “…y consultaron a Jehová, diciendo: ¿Volveremos a pelear con los hijos de Benjamín nuestros hermanos? Y Jehová les respondió: Subid contra ellos.” C. Un nuevo intento, una nueva derrota: cuando lo intentamos una vez más no quiere decir que la victoria este garantizada, pero si es un paso más para alcanzarla Vr. 25 25Y aquel segundo día, saliendo Benjamín de Gabaa contra ellos, derribaron por tierra otros dieciocho mil hombres de los hijos de Israel, todos los cuales sacaban espada.” Los fracasos deben hacer que el hombre rectifique los errores
III. Un nuevo intento hace que se aprenda una buena
lección Dos intentos frustrados hicieron que Israel rectificara sus errores: vr, 26; “26Entonces subieron todos los hijos de Israel, y todo el pueblo, y vinieron a la casa de Dios; y lloraron, y se sentaron allí en presencia de Jehová, y ayunaron aquel día hasta la noche; y ofrecieron holocaustos y ofrendas de paz delante de Jehová.” En el pasaje anterior se puede notar que el pueblo reconoció por lo menos dos cosas:
A. Poner a Dios en primer lugar, esto implica:
1. Reconocer nuestra debilidad 2. Vivir en su presencia 3. Rendir adoración continuamente B. Establecer una estrategia. La derrotas son buena si aprendemos de ellas y no cometemos los mismos errores, (recuerda Rom. 8:28.) La derrota debe llevarnos a elaborar una mejor estrategia.
Conclusión: las victorias vienen como resultado de esforzarse y continuar
adelante aunque las circunstancias sean adversas. Recuerde que es mejor fracasar por intentar triunfar, que dejar de triunfar por temor a fracasar.