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Habilidades del docente en Educación Infantil

Inteligencia emocional

Se ha seleccionado el componente social “dar una negativa o decir no”. La capacidad


para negarse a las demandas de los demás cuando son contrarias a nuestros deseos,
y hacerlo de manera asertiva requiere de mucha habilidad, por lo que entrenar es
necesario.

De acuerdo con Michelson (1987), aprender a rechazar peticiones de forma adecuada


conlleva un mayor control en las interacciones sociales. De igual manera es importante
que los niños y niñas aprendan a aceptar negativas sin sentirse degradados o heridos.

El objetivo general que se pretende por tanto con las actividades propuestas a
continuación será contribuir a que los niños y niñas de Educación Infantil sean
capaces de:

 Empezar a reconocer sus propios límites personales, expresando


negativas cuando proceda de manera asertiva.

Dicho objetivo se puede conectar con el currículo de la etapa, dado que se engloba
dentro del trabajo de autoconocimiento, socialización del menor, identificación y
expresión de las propias emociones.

Se ha elegido trabajar a través de libros infantiles que tratan el tema central,


desarrollando actividades a partir de ellos. De esta manera se observa la habilidad
social o la carencia de ésta de forma contextualizada, y permite que la historia sea el
eje vertebrador de la sesión.

Los destinatarios elegidos son los catorce niños y niñas del tercer curso de
Educación Infantil del CEIP Anejas. Se trata de un grupo relativamente homogéneo,
con unos vínculos afectivos fuertes (la mayoría llevan en clase juntos desde los tres
años). Hay cuatro niños de nacionalidad extranjera, pero todos hablan y entienden
perfectamente el castellano. Hay marcadas diferencias en la lectoescritura, por lo que
habrá que hacer en determinados casos adaptaciones específicas.

La metodología será similar en todas las sesiones. Se busca en todo momento una
participación muy activa del alumnado, modelando las respuestas y exagerando las
respuestas emocionales y los estilos comunicativos para facilitar la comprensión e
identificación. Mediante un modelo dialógico, donde se prioriza que los niños y niñas
se expresen, y un enfoque lúdico, se busca un aprendizaje significativo,

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contextualizado en situaciones cercanas y cotidianas. Se contemplan actividades


diversas (motrices, artísticas, en grupo, individuales, orales, escritas), a fin de
potenciar las diferencias inteligencias.

Las tres sesiones se han programado para tres semanas consecutivas, los primeros
miércoles del mes de noviembre de 2019, en el período entre la entrada, justo
después de la asamblea diaria, y el recreo. Se ha decidido utilizar siempre el mismo
formato para que los niños y niñas sepan qué va a ocurrir, creando un ambiente más
seguro donde aprender. La duración total será de aproximadamente hora y cuarto
por sesión.

Si yo tuviera una púa


Descripción:

Lectura y posterior análisis conjunto del libro


Si yo tuviera una púa, de Eva Clemente y
Teresa Arias. Se realizarán varias
subdinámicas para afianzar el mensaje.

Duración:

Los tiempos son orientativos, porque depende mucho de la participación en la


asamblea y lo que se alargue. Lo ideal sería dedicar unos 10 minutos a
introducir el tema; 15 minutos a la lectura, dramatizando y enseñando las
ilustraciones; otros 20 a analizar el mensaje y estilos de comunicación; la
dinámica del pasillo otros 10 minutos y por último, hacer un dibujo en el tiempo
restante.

Objetivos específicos:

 Reconocer los tres tipos de comunicación y asignarle un animal.


 Reconocer los propios deseos, intereses y preferencias y expresarlos
verbalmente o a través de representaciones artísticas.
 Participar en actividades grupales, aprendiendo a escuchar, respetar turnos y a
controlar impulsos

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Materiales:

 Libro “Si yo tuviera una púa”


 Tres dibujos plastificados en A4 de un apocado erizo sin púas, un zorro con
cara enfadada y una tortuga con gesto de calma. Se colocarán encima de un
palo, para facilitar su manipulación.
 Cinta para pegar en el suelo
 Materiales para dibujas: folios, pinturas, goma, afilapuntas.

Desarrollo:

Al terminar la asamblea, aún sentados en el suelo y en círculo, se introduce el


tema de la sesión: decir no es lo adecuado cuando algo no nos gusta, no nos
hace sentir bien o nos hace daño. Hacemos el tema significativo, vinculándolo
con su propia experiencia. Les preguntamos si alguna vez jugando con los
amigos se han sentido “obligados” a jugar a algo, o presionados a prestar un
juguete y no se han atrevido a decir no, o por el contrario, se han enfadado
mucho por haberse negado. Con ejemplos, se introducen los dibujos del erizo
(estilo pasivo), el zorro (agresivo) y la tortuga (asertivo), explicando cómo se
comporta cada uno.

Una vez hecho esto, se lee el libro, mostrando las ilustraciones y dramatizando
a los personajes. Después se procede a elegir a un niño o niña por cada
escena y se irá analizando cómo se comporta el protagonista en cada una de
ellas, seleccionando el dibujo que considere que mejor lo define. Es importante
hacer reflexionar al alumnado sobre cómo creen que se sintió el erizo o el resto
de personajes en las diferentes situaciones, y dejar que expresen sus propias
experiencias si surge.

Cuando vemos que el alumnado ya pierde atención o participa menos, se les


pida que se pongan en una fila en el pasillo, sobre la cinta que hemos colocado
previamente, mirando todos en el mismo sentido. Se coloca la imagen de erizo
en la espalda, la de zorro en el frente y la tortuga sobre la misma línea. Se les
explica que se van a leer unas frases y ellos tienen que identificar qué animal lo
está haciendo, dado un paso adelante, atrás o quedándose en el sitio. Por
ejemplo:

 ¡No! ¡No quiero jugar contigo, déjame tranquilo! ¡No quiero ser tu amigo
nunca más! (Tono muy enfadado)

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Por último, se les pide que hagan un dibujo donde expresen lo que les gusta
cuando juegan en el patio, debajo de un ¡Sí! y lo que no les gusta, bajo un ¡No!
Es una manera de que reflexionen sobre sus emociones y límites. Cuando
acaben lo colocamos en un rincón de la pared y cuando haya conflictos en el
patio se puede utilizar para mediar.

Seguimiento, variaciones y evaluación

Gracias a los dibujos colgados podemos seguir reforzando los conceptos, y


siempre que haya un conflicto, utilizarnos para modelar la negación y el
establecimiento de límites personales de manera asertiva.

No se requieren adaptaciones en esta primera dinámica. Todos los niños y


niñas pueden llevarla a cabo sin necesidad de adaptaciones.

En cuanto a la evaluación, se realizará mediante observación directa. El


ejercicio que implica movimiento sirve para comprobar si efectivamente han
entendido los estilos de comunicación. Con el dibujo podemos ver la capacidad
de reflexión y autonocimiento del menor, y así poder trabajar con cada uno de
una forma individualizada, tal y como reza el currículo.

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La niña que siempre decía No


Descripción:

Lectura y posterior análisis conjunto del libro La niña que siempre


decía No, de Swann Meralli y Carole Crouzet. Se realizarán
varias subdinámicas partiendo del libro.

Duración:

De nuevo los tiempos son orientativos, ya que lo importante es que el mensaje


cale y se logren los objetivos marcados. La lectura y análisis del cuento serán
iguales que en la primera sesión, pero se van a realizar otras dinámicas. Se
analizarán situaciones y se buscará cambiar el estilo, haciendo un role-playing
(unos 30 minutos). También manipularán las emociones, con dibujos de caras
expresando enfado, calma, alegría,… (20 minutos)

Objetivos específicos:

 Reconocer emociones ajenas provocadas por las propias acciones


 Identificar consecuencias de una negativa asertiva, agresiva y pasiva.
 Intercambiar una respuesta agresiva por una asertiva.
 Participar en actividades grupales, aprendiendo a escuchar, respetar turnos y a
controlar impulsos

Materiales:

 Libro “La niña que siempre decía No”


 Los tres dibujos plastificados en A4 de un apocado erizo sin púas, un zorro con
cara enfadada y una tortuga con gesto de calma. Se colocarán encima de un
palo, para facilitar su manipulación.
 Fichas de situaciones cotidianas, en entornos conocidos para los niños: en
casa, en el colegio, en el parque.
 Dibujos plastificados que representen caras con las emociones básicas
alegría, tristeza, miedo y enfado.
 Disfraces: pelucas, bigotes, gafas, chupete,…Pinturas de cara de dos colores
diferentes.

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Desarrollo:

Se procede como en la sesión anterior, recordando primero los estilos pasivo


(erizo), agresivo (zorro) y asertivo (tortuga). Si en la primera sesión hicimos
hincapié en cómo nos sentimos nosotros al decir no, ahora vamos a analizar
cómo se siente los demás ante nuestro no y qué podemos hacer al respecto.

Después de la introducción se procede a la lectura del libro, remarcando las


emociones de la niña en cada “no” que le dice a su madre y la respuesta de la
madre en la última escena. Ahí introducimos las consecuencias de nuestras
acciones y de por qué es necesario ser asertivo.

Con ayuda de las fichas con situaciones cotidianas ponemos un ejemplo, y


dejamos que sean los discentes, en parejas voluntarias o elegidas, quienes lo
teatralicen. Por ejemplo,

“Estamos jugando en el parque y viene un niño de nuestra clase a jugar.


Le gritamos enfadados que no puede participar”

Es mejor empezar con situaciones claras, como la citada, e ir poco a poco


eligiendo otras más complejas que les hagan reflexionar. Podemos dejar que
se disfracen, que se pongan una peluca o un bigote para representar a los
demás (padres y madres, abuelos, amigos, maestras,…), haciéndolo más
divertido y motivando para que quieran participar en el role-playing.

Una vez dramatizada la situación, se analiza entre todos. Primero, se reflexiona


sobre cómo se han sentido los dos protagonistas, preguntando por qué crees
que hace eso, cómo crees que te sentirías tú (empatía y reconocimiento de
emociones). Y luego analizamos cómo ha sido ese no, si es de erizo, zorro o
tortuga. Una vez explicado, pedimos que vuelvan a representar la situación,
con el estilo tortuga.

Lo ideal sería dejar que todas las parejas (siete) participen, pero intentando
siempre mantener la atención y participación. Es complicado que niños de
cinco años puedan estar tanto tiempo sentados, con lo que se puede acortar en
cuanto lo veamos necesario.

La última actividad implica movimiento. Hacemos dos grupos: uno son los
adultos y otros los niños. De nuevo podemos dejar que se disfracen o se pinten
para que sea más motivador o tener sentimiento de pertenencia. Se colocan las

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imágenes de las emociones en la pizarra, y se van leyendo situaciones. Por


ejemplo:

 Madre: “¿Me ayudas a recoger tus juguetes?”


 Niño: “¡No, no quiero!”

El primer niño de la primera fila va a la emoción que cree que experimenta la


mamá en esa escena y el primero de la segunda fila, el hijo. Así con ejemplos
pasivos, agresivos y asertivos.

Para terminar la sesión, nos sentamos y podemos aprender la siguiente poesía:

“Ni hacia atrás como erizo, ni hacia adelante como zorro.

Digo lo que siento sin ponerme sin dañar al otro”

Seguimiento, variaciones y evaluación

No se requieren adaptaciones en esta primera dinámica. Todos los niños y


niñas pueden llevarla a cabo sin necesidad de adaptaciones.

De nuevo observaremos para evaluar el grado de comprensión del tema. Se


trata de un comportamiento social muy complejo, que también un componente
madurativo. Es por tanto menester individualizar el seguimiento, viendo la
evolución de cada menor en concreto, sobre todo en aquellos que presenten
mayor carencia de habilidades sociales en general.

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Marta no da besos
Descripción:

Lectura y posterior análisis conjunto del libro Marta no


da besos, de Belén Gaudes. Es un mensaje complicado,
porque muchas veces es la propia familia la que obliga a
dar besos. Sin embargo, dar a conocer a los niños y
niñas que son dueños de su cuerpo desde edades muy
tempranas es absolutamente necesario. En esta sesión
nos centraremos en la invasión del espacio personal y
en los besos, porque es algo que ellos pueden entender
de manera sencilla.

Duración:

Hora y cuarto, dedicando unos 20 minutos a la lectura y comprensión del libro;


otros 40 a dos dinámicas sobre límites personales y el resto a realizar una
carta/dibujo a nuestras familias.

Objetivos específicos:

 Establecer límites claros en relación al contacto físico, con relación concreta a


los besos y el espacio personal.
 Expresar de manera asertiva una negativa
 Respetar los límites de los demás.
 Participar en actividades grupales, aprendiendo a escuchar, respetar turnos y a
controlar impulsos
 Fortalecer los vínculos interpersonales dentro del aula

Materiales:

 Libro “Marta no da besos”


 Folio, lapiceros, goma, pinturas, afilapuntas.
 Dibujos de una mano plastificada con un no pintado en la palma, pegados en
un palo para su manipulación (14)
 Aros (14)
 Silbato

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Desarrollo:

Se lee el libro, resaltado cómo los adultos intentan besar a Marta, de qué
forma intentan convencerla para que les bese y cómo creen ellos que se siente
la protagonista. Se les deja hablar de sus propias experiencias, preguntando
cómo se sintieron, qué ha pasado si se han negado a un saludo o un abrazo, o
si alguien por la calle, un extraño, alguna vez les ha tocado el pelo o la cara por
ser niños.

Una vez que todos han hablado, se procede a la dinámica vivencial para que
comprendan el significado de espacio personal. Se colocan los aros en el suelo
y se les pide a los niños y niñas que se sitúen en el centro de él. Se les explica
que eso es su espacio personal y siempre que alguien entre en él y no nos
sintamos cómodos, podemos pedirle, de manera asertiva como hemos
aprendido, que se aleje un poco. Quitamos un aro y el niño o niña que quede
fuera ha de meterse en otro. El dueño del aro debe decirle de manera asertiva
que prefiere que se aleje. Podemos modelar, con frases tipo:

¿Podrías alejarte un poco? Me sentiría más cómodo. Gracias”

Al sonar el silbato la niña que se movía se queda en el aro en el que está y el


antiguo dueño comienza de nuevo la actividad.

En la siguiente dinámica haremos dos grupos, en dos filas enfrentadas.


Trabajaremos también los conceptos de lateralidad, derecha e izquierda.
Cuando suena el silbato, la fila de la derecha se empieza a acercar a la de la
izquierda a darle un beso, y cada niño de la izquierda decide si permite que le
besen o no, pudiendo levantar la mano con el No en el momento en que lo
considere oportuno. No se permite hablar, deben permanecer en silencio.
Cuando suena el silbato los niños se cambian dentro de su fila (para fomentar
que todos trabajen con todos) y volvemos a repetir la actividad, ahora con el
lado izquierdo. Al terminar podemos reflexionar sobre cómo nos hemos sentido
en cada posición. Se trata de reforzar que son dueños de su cuerpo y su
espacio desde pequeños y cómo poner y aceptar límites.

Para terminar pueden copiar la frase y la llevarán para casa:

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(Nombre de cada niña/o) reparte sus besos como ella/él decide

y no siempre es a quien se los pide.

¿Por qué es tan difícil de entender?

En mis besos mando yo. Lo deberías saber.

Seguimiento, variaciones y evaluación

Como hay dos niños con un retraso significativo en lectoescritura, podemos


escribir el fragmento con un rotulador fosforito y que ellos lo repasen con el
lapicero.

Es importante intervenir en las dinámicas de manera activa, corrigiendo


conductas inapropiadas o mensajes no asertivos. Es fácil que con la excitación
del juego olviden el contenido, y habrá que reconducir de manera inmediata. En
la segunda dinámica es importante hacer hincapié en que un no del otro no es
un rechazo, sino que significa respetar sus límites como queremos que nos
respeten a nosotros.

Se evalúa como en las sesiones anteriores, observando y viendo cómo asimilan


conceptos, si los han entendido y cómo se expresar y reaccionan en el grupo.

Bibliografía

DECRETO 122/2007, de 27 de diciembre, por el que se establece el currículo del


segundo ciclo de la Educación Infantil en la Comunidad de Castilla y León.

Michelson, L. (1987). Las habilidades sociales en la infancia. Barcelona: Martínez


Roca.

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