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LAS MUSAS
DEPARTAMENTO DE GEOGRAFÍA E HISTORIA
GEOGRAFÍA URBANA
2º BACHILLERATO DE CC.SS.
CURSO: 2009-
2009-10
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GEOGRAFÍA URBANA
INTRODUCCIÓN.
Horacio Capel establece tres principios para definir lo que es una ciudad: 1º)
el tamaño; 2º) las funciones o actividades a las que se dedican sus
habitantes y 3º) la densidad de habitantes en un espacio.
Así una ciudad tiene que tener un cierto aspecto formal de ciudad, que
viene dado por la alta densidad de edificaciones y de población y por un tipo
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característico de tipología edificatoria, generalmente colectiva y en altura,
con grandes bloques de oficinas y viviendas.
Una ciudad tiene que ejercer determinadas funciones para ser considerada
como tal, así por ejemplo no son las actividades agrarias o ganaderas las
que predominen sino las actividades industriales y de servicios las que
caracterizan la ciudad.
1- LA MORFOLOGÍA URBANA.
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• Emplazamientos en cruces de caminos para facilitar el comercio y las
comunicaciones.
C)- El Plano. La forma de distribuir los espacios edificados (viviendas,
edificios públicos) y los espacios libres (plazas, parques, jardines) dentro de
la ciudad se dispone según un plano. En general se pueden distinguir tres
tipos de planos:
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comerciales y turísticas al concentrarse en él los principales
monumentos de la ciudad.
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2- EL PROCESO DE URBANIZACIÓN
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artesana. Las ciudades medievales se rodearon de murallas, generalmente
circulares, y en su interior las calles tortuosas, estrechas y las plazuelas
irregulares forman un plano irregular, adaptándose a la topografía y fruto
de una construcción sin planificación previa. Generalmente se puede
observar una tendencia de las calles a disponerse radialmente desde el
centro de la ciudad hacía las puertas de la muralla. Sobre las casas,
sobresalían algunos edificios relevantes como eran las iglesias, palacios,.... Si
la ciudad crecía tenía que hacerlo fuera del recinto amurallado, apareciendo
de esta forma los llamados arrabales.
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aparición de edificios significativos. Se transforma el espacio interno de las
ciudades existentes, crecen con nuevos barrios o arrabales fuera de las
murallas y se desarrolla la arquitectura como importante elemento urbano.
En las ciudades renacentistas contrasta la pobreza urbanística con el
esplendor arquitectónico. No obstante es en esta época aparece uno de los
elementos más genuinos elementos urbanísticos: Las Plazas Mayores. De
planta cuadrangular, uso comunitario y centro de heterogéneas actividades
públicas, en torno a ellas se construyeron iglesias, conventos así como
edificios públicos y privados como los Ayuntamientos y palacios de las
familias más ricas. A esta época corresponde el proyecto de la Plaza Mayor
de Madrid, de Juan Gómez de Mora, que fue finalizado en 1617. De la
importancia de la Plaza Mayor habla el hecho de que durante el siglo XVI
fue un elemento básico del plano urbano
Durante el Renacimiento se utilizó el plano ortogonal con una trama urbana
muy jerarquizada. Junto a la Plaza Mayor se encontraban los principales
edificios y en las calles adyacentes las viviendas y talleres artesanos que se
agrupaban en gremios.
Las ciudades en esta época cumplían funciones muy diferentes: Algunas
ciudades castellanas tenían una función económica importante como en el
caso de Valladolid, Toledo, Segovia o Burgos con gran actividad agrícola,
ganadera, artesana y comercial.
En el sur destacaron varias ciudades debido al auge del comercio con
América como fue el caso de Sevilla y otras por su importancia agrícola o la
calidad de su artesanía como en el caso de Granada, Jaén, Baza o Córdoba.
Madrid y Valladolid fueron importantes centros políticos debido a la
presencia de la Corte.
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Pero no solo existió este interés por el embellecimiento de la ciudad sino
que también hubo interés por los aspectos funcionales. Se llevaron a cabo
proyectos de construcción de la red de alcantarillado y de aguas y se puso
en marcha el servicio de recogida de basuras.
La preocupación de los monarcas ilustrados por todos los aspectos sociales
se plasman en el urbanismo con la mejora de las ciudades en las que se
abren nuevas plazas, paseos, bibliotecas, jardines botánicos, hospitales..
La existencia de zonas prácticamente deshabitadas llevó a la planificación
de ciudades que pudiesen organizar su territorio y actuar como núcleo de
colonización de esas zonas. Uno de los proyectos más importantes, llevado a
cabo por Olavide, bajo el reinado de Carlos III, fue la repoblación de Sierra
Morena dónde se crearon ciudades de Nueva Planta, con planos
hipodámicos, como en el caso de La Carolina en la provincia de Jaén.
B- LA CIUDAD INDUSTRIAL
Durante las últimas década del siglo XIX comenzó un fuerte proceso de
urbanización relacionado con los primeros pasos de la industrialización en
España. La revolución industrial transformó radicalmente el reparto de la
población en el territorio y la morfología y estructura de las ciudades que
se convirtieron en un foco económico y de atracción de la población rural.
Cataluña, País Vasco y Madrid fueron los principales centros de
industrialización y de población.
Para entender este proceso de urbanización hay que tener en cuenta una
serie de factores:
- La localización industrial fue uno de los principales agentes que
motivaron los desequilibrios territoriales. La instalación de fábricas
benefició a algunos núcleos urbanos que iniciaron un rápido
crecimiento, mientras que otras ciudades quedaron marginadas del
proceso industrial y comenzaron a declinar. Algunos factores de
localización industrial fueron la existencia de capital para invertir, la
presencia en el territorio de minas de carbón o de hierro y el
desarrollo de los transportes, sobre todo el ferrocarril, lo que
explica el porqué del desarrollo de algunos núcleos urbanos y no de
otros.
- El crecimiento demográfico. La población había aumentado muy
lentamente hasta el siglo XIX, pero a partir de ese momento se
produjo un fuerte crecimiento que afectó tanto a zonas urbanas como
rurales y motivado por el descenso de las tasas de mortalidad. Las
malas condiciones de vida en las zonas rurales y las mayores
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posibilidades ofrecidas por los nuevos núcleos industriales produjeron
un intenso movimiento migratorio a las ciudades. Las ciudades no
estaban preparadas para recibir y albergar a una creciente población
por lo que surgió la necesidad de crear viviendas, infraestructuras y
servicios lo que se tradujo en la aparición de nuevos barrios obreros
en los que había hacinamiento, falta de higiene y malestar social.
- El ferrocarril. Las zonas más accesibles y bien comunicadas fueron
uno de los factores de atracción industrial por lo que la existencia o
creación de estaciones de ferrocarril fue un motivo importante para
explicar el crecimiento urbano.
- La desamortización. El paso de propiedades de la Iglesia al Estado
supuso un aumento de la superficie edificable. Estos espacios fueron
aprovechados por el Estado o por la burguesía para llevar a cabo
proyectos urbanos de construcción de viviendas y edificios públicos
así como de ampliación de las vías de comunicación. La
desamortización afectó sobre todo a Madrid, donde muchos
conventos fueron demolidos para poder dar cabida a la creciente
población.
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llevaron a cabo proyectos de ensanches urbanos en ciudades como Zaragoza,
Bilbao o Pamplona.
Al derribarse las murallas o cercas su espacio fue sustituido por paseos,
rondas o bulevares. Los altos precios de los solares hicieron que los
ensanches fueran ocupados por clases sociales burguesas. Los grupos
sociales menos favorecidos ocuparon ensanches mas alejados del centro y
peor comunicadas, en viviendas de menor calidad y menor tamaño.
El desorden de la mayoría de las ciudades impedía el desarrollo de la
circulación por lo que se abrieron grandes vías de comunicación que
permitieran una mayor fluidez ( Gran Vía de Madrid, Vía Layetana en
Barcelona, Calle Alfonso I en Zaragoza)
* Desde finales del siglo XIX y primer tercio del XX se fue creando unas
tendencias naturalistas e higienicistas que llevaron al deseo de llevar de
acercar el campo a la ciudad. La idea de la ciudad jardín no suscitó en
España el mismo interés que en otros países europeos aunque sí existieron
algunos proyectos. El ejemplo más claro fue el de la Ciudad Lineal en
Madrid, concebida por Arturo Soria, quien planificó una ciudad jardín de
varios kilómetros de largo, y que uniera dos núcleos rurales preexistentes
(Chamartín y Vicálvaro) de la que apenas se llegó a construir 5. Esta ciudad
constaba de una gran calle central, de gran anchura, en las que las viviendas
se construían a ambos lados. Se trataría de viviendas unifamiliares, con
parcela de jardín y huerto y el espacio central de la vía se utilizaría para la
circulación ( tren y tranvía ).
La idea de acercar el campo a la ciudad junto con el hecho de que la
burguesía urbana era reacia a abandonar el centro de las ciudades, está en
la base de la construcción de los llamados barrios-jardín dentro de la
propia ciudad. Eran barrios que optaban por una tipología de edificios
unifamiliares de alta calidad, en espacios de baja densidad de población (
barrio de Pedralbes en Barcelona, el Viso en Madrid, Neguri en Bilbao ).
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El crecimiento urbano se fue extendiendo hacia municipios próximos
invadiendo algunas zonas rurales. El crecimiento se produjo en los terrenos
que recorrían los caminos que comunicaban las poblaciones. Este crecimiento
hacia las localidades periféricas propició la aparición de los arrabales que
carecían de servicios. Estos barrios en los que la población tenía menos
recursos y no podían acceder a una vivienda se dedicó a la construcción de
chabolas sobre suelo rústico, junto a fábricas y almacenes. Muy pronto las
ciudades industriales españolas se vieron salpicadas por numerosos
polígonos chabolistas o con viviendas de muy baja calidad. Estos arrabales
fueron siendo absorbidos poco a poco por la ciudad central y actualmente
forman parte de ella como por ejemplo Vallecas, Tetuán, Ventas, Vicálvaro,
Hortaleza, Canillejas o Carabanchel
C- LA CIUDAD ACTUAL..
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chabolismo y realojamiento de la población en viviendas sociales,
construidas en los propios barrios o en nuevas periferias, de modo
que dejen libre un espacio más valioso para otros usos.
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LAS NUEVAS FORMAS URBANAS.
URBANAS
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Las Conurbaciones surgen cuando dos ciudades que nacen de forma
independiente, con el tiempo se llegan a unir físicamente siendo cada una de
ellas autónoma. Cuando una conurbación abarca varias ciudades puede llegar
a formar una aglomeración urbana o una megalópolis
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emplazar las industrias en el mismo centro urbano) y por factores
medioambientales (contaminación, ruidos, etc..)
• Función comercial. Todas las ciudades son centros de intercambio y
distribución de productos por lo que todas las ciudades tienen esta
función. Según sea la importancia del núcleo urbano el comercio será
más o menos especializado.
• La función residencial se da igualmente en todas las ciudades al
albergar a la población residente en la misma. Barrios residenciales y
diversas tipologías edificatorias nos encontramos en todas las
ciudades.
• Función Administrativa. Está relacionada con la gestión de las
actividades terciarias generadas por las empresas, con el servicio a
los ciudadanos, bancos, oficinas de seguros, Administración y
Ayuntamientos. Está función es mayor en los centros de decisión
política como pueden ser la capital de la nación (Madrid), las capitales
de las diferentes Comunidades Autónomas y en las capitales de
provincia.
• La Función Turística y de ocio. Esta función está presente en
ciudades que tienen un atractivo turístico por su clima, sus playas o
sus paisajes. Igualmente aparece en ciudades con un rico patrimonio
histórico (Toledo, Granada, Salamanca..). Las ciudades con esta
función poseen buenos servicios asociados a la oferta turística
(Restaurantes, salas de fiesta, hoteles, comercios...)
• Función cultural y religiosa. Esta función aparece en ciudades que
tienen por ejemplo una función universitaria (salamanca, Santiago..) o
ciudades con patrimonio histórico en la que existen museos,
monumentos, bibliotecas, exposiciones, teatros, cines... La función
religiosa ha sido más importante en otros momentos históricos que en
la actualidad. Ejemplo de ciudades con esta función serian las
ciudades de peregrinación como Santiago de Compostela
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algunos casos, la especialización es absoluta, es decir, en un sector urbano
sólo encontramos ese uso como sería las grandes zonas verdes o grandes
parques. El uso industrial a veces ha sido declarado incompatible con otros
usos por su carácter contaminante o molesto para el ciudadano. En otros
casos, varios usos coinciden en una zona aunque alguno de ellos sea
dominante.
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albergan a clases sociales medias o altas. Existe una voluntad de
recuperar estos espacios creando las condiciones físicas y humanas
necesarias para solucionar los principales problemas planteados. Los
centros históricos pueden rehabilitarse o pueden degradarse.
• Las áreas residenciales. Son las que ocupan la mayor parte del
espacio urbano. Se caracterizan por la diversidad resultado de la
combinación de varias características: tipologías edificatorias
(bloques vivienda, casa-manzana, vivienda unifamiliar...), fechas de
formación de las barriadas, calidad de las edificaciones, dotaciones
complementarias a la vivienda (piscinas, zonas verdes, equipamientos
comerciales, colegios...) y nivel socio-económico de sus ocupantes. La
combinación de estas características termina configurando las que
dominamos áreas sociales de la ciudad, con una clara división en
barrios para las clases altas, medias o bajas. En las ciudades se
pueden distinguir zonas en las que predominan viviendas en casas
bloque, construidas en altura y disposición geométrica. Muchas de
estas viviendas se construyeron para albergar a la población
inmigrante en los años 60. y dieron lugar a ciudades dormitorio.
Surgieron así estas ciudades con edificios en altura, viviendas de
mala calidad constructiva y pocas o nulas infraestructuras y
equipamientos. Últimamente estas ciudades dormitorio que surgieron
en los 60, se han ido incorporando a las áreas metropolitanas, han
diversificado sus funciones y han mejorado considerablemente sus
infraestructuras. En las ciudades también existen barrios de
viviendas o segundas residencias, ocupados por clases medias y altas.
Están formados por viviendas de poca altura, mejor calidad en la
construcción y zonas ajardinadas. En las ciudades es frecuente
encontrar también infraviviendas o barraquismo
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los espacios destinados a aparcamiento, estaciones de ferrocarril,
autobuses, aeropuertos...
La población española supera los 40 millones de los que más del 78% vive en
ciudades. Esta tasa de urbanización sitúa a nuestro país dentro del
contexto urbano de los países desarrollados.
El crecimiento de las ciudades españolas ha sido muy desigual. España no se
caracteriza por tener ciudades de gran tamaño pues si bien en 1998 había
más de 50 ciudades con más de 100.000 habitantes, ninguna de ellas
sobrepasaba los 3 millones ( Madrid: 2.881.506, Barcelona: 1.505.581) son
los únicos municipios que superan el millón de habitantes. Valencia, Sevilla,
Zaragoza y Málaga se sitúan por encima del medio millón. Hay 49 municipios
que tienen entre 100.000 y 500.000 habitantes. El resto de las ciudades
españolas tienen entre 10.000 y 100.000.
En los últimos años algunas de las grandes ciudades españolas han perdido
peso demográfico debido a diversos factores como:
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• El creciente interés por la naturaleza y el deseo de ocupar espacios
con mejores condiciones ambientales que ha provocado la extensión
de la ciudad hacia los municipios rurales próximos y el deterioro de su
medio ambiente.
Además las ciudades más grandes han constituido desde 1970 extensas
áreas metropolitanas sobre las que ejercen su influencia y que acogen a
buena parte de la población absoluta española. Algunas de estas ciudades
(Hospitalet, Móstoles, Fuenlabrada, Parla, Getafe...) tienen más población
que muchas capitales de provincia.
Aparte del tamaño de los municipios españoles hay que tener en cuenta el
desigual reparto de las ciudades en el territorio. La mayor parte de las
ciudades se localizan en la periferia y en los archipiélagos mientras que en el
interior solo Madrid y Zaragoza aparecen como grandes municipios urbanos.
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El sistema urbano español se organiza jerárquicamente de tal forma que
cada una de las ciudades cumple una serie de funciones y establece
relaciones constantes con el resto de las ciudades del sistema. Según la
importancia de cada una de las ciudades dentro del sistema urbano español,
podemos englobarlas en alguno de los siguientes sistemas jerárquicos:
metrópolis nacionales, metrópolis regionales, submetrópolis regionales y el
resto.
Las metrópolis regionales coinciden con las ciudades que tienen entre
300.000 y 1.500.000 de habitantes. Son ciudades como Valencia, Sevilla,
Zaragoza, Málaga, Bilbao, Las Palmas.
Estas ciudades tienen importantes flujos con las metrópolis nacionales a
través de una densa red de transportes y tienen una fuerte influencia sobre
el resto de su región. Son el eje económico de sus Comunidades Autónomas,
concentrando importantes industrias y servicios. Algunas de estas ciudades
son importantes centros administrativos pues cumplen funciones sanitarias,
educativas, culturales.. debido a la presencia de organismos autonómicos.
Algunas son además importantes centros turísticos (Málaga).
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En el tercer nivel aparece un buen número de ciudades que superan los
200.000 habitantes (de 200.000 a 500.000 habitantes) son las
submetrópolis regionales. Mantienen fuertes flujos con las metrópolis
nacionales y regionales y actúan como centros de servicios de sus
respectivas provincias, entre ellas destacan Vigo, San Sebastián, Gijón,
Oviedo, Granada, Alicante, palma de Mallorca, Córdoba, Cádiz, Valladolid...
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6- LOS PROBLEMAS DE LA CIUDAD.
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que muchas solo tengan un tratamiento parcial. Los residuos sólidos
urbanos cada vez son más voluminosos y se entierran o queman en
basureros produciendo un grave impacto ambiental.
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PROCEDIMIENTO
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las distintas fases del crecimiento. En las ciudades suelen
encontrarse, según las zonas, distintos tipos de planos. El irregular
suele predominar en los cascos antiguos, en la ciudad antigua,
mientras que los planos ortogonales son frecuentes en los ensanches
y en los barrios de nueva creación. Puede aparecer algún barrio con
plano lineal o radio concéntrico. Habría que explicar la razón por la
que existen diferentes planos en la ciudad.
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VOCABULARIO DE GEOGRAFÍA URBANA.
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• Ciudad-satélite: serían todas aquellas ciudades de pequeño o mediano
tamaño, con carácter residencial, industrial o mixto, que están
próximas a una gran ciudad de la que dependen funcionalmente. A
veces surgen ciudades satélites para descongestionar las grandes
ciudades. Un ejemplo de ciudad satélite lo podría constituir Tres
Cantos en Madrid.
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• Funcionalismo o ciudad funcional: Nueva corriente urbanística
surgida en Europa tras la 1ª Guerra Mundial y que pretendía adaptar
la forma de los edificios a la función que estos desempeñaran. El
principal representante del funcionalismo es Le Corbussier, quien
llevó a cabo proyectos de ciudades formadas por bloques de edificios
de gran altura con el objetivo de destinar el máximo de espacio
posible a zonas verdes. Estos proyectos solucionaban el problema del
espacio en la ciudad y se basaban en la zonificación, es decir, en el
reparto por zonas o barrios de las diferentes funciones de la ciudad.
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• Viviendas sociales. Son casas destinadas a clases sociales
desfavorecidas que no pueden acceder a la compra de una vivienda. En
muchas ocasiones sirven para absorber el chabolismo ( por ejemplo
las Unidades Vecinales de Absorción o U.V.A.S.)
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(industrial, residencial, comercial, etc.) En el uso residencial podemos
distinguir entre edificios unifamiliares ( chales independientes,
adosados, pareados), casa bloque, casas manzana, edificios de
carácter singular, infraviviendas... Constituye uno de los aspectos
fundamentales de la morfología de una ciudad. A grandes rasgos se
puede distinguir entre edificaciones cerradas, construidas en
vertical, sin espacios vacíos, y edificación abierta, construida en
horizontal con casas bajas y abundancia de espacios verdes.
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EL CRECIMIENTO HISTÓRICO DE MADRID.
El factor esencial que marca el inicio de Madrid como núcleo urbano surge
con Felipe II cuando en 1561 traslada la corte a esta ciudad iniciándose el
despegue político y económico de la ciudad.
La decisión de los Austrias hizo que Madrid se convirtiera en una de las
ciudades más representativas del país y sufrió un rapidísimo crecimiento en
todos los ámbitos.
Felipe II mandó construir una cerca que da una nueva configuración a la
ciudad. La puerta del Sol se amplía hacia el camino de Alcalá, la de Antón
Martín hacia Atocha y la de la Latina hacia la actual Puerta de Toledo.
La ciudad crece al incrementarse la población.
Felipe IV en 1625 ordena construir, ante el crecimiento de la ciudad, una
nueva cerca o muralla que se mantendrá hasta mediados del siglo XIX.
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Esta cerca se extendía por la calle Princesa, los bulevares, el Paseo del
Prado, la calle Segovia y la ronda de Toledo. En esta cerca se abrían 5
puertas: Alcalá, Atocha, Toledo, Segovia y Bilbao.
El Madrid de los Austrias es conocido a través del plano de Texeira (1656)
y en él se puede observar:
• Una estructura urbana confusa. Un plano irregular en el que aparecen
pocos espacios verdes. Al oeste se sitúa el Alcázar, residencia real; al
este el Palacio del Retiro con jardines reales. La mayor parte de los
edificios (1/3 de la superficie) pertenecen a órdenes religiosas.
• Las principales vías de comunicación parten de la Puerta del SOL. La
red viaria es estrecha y sinuosa aunque existen algunas plazas.
• El sistema generalizado de transporte es el peatonal y los carruajes
solo se utilizan para el transporte de mercancías y como signo de
riqueza.
• Las zonas comerciales y artesanales se sitúan en las plazas y en las
calles adyacentes, especializándose cada una de ellas en una
mercancía o actividad: en la calle Mayor se localiza el comercio de
lujo (joyeros, orfebres, sedas...); el pescado se vende en la plaza de la
Cebada; la carne en el rastro; las flores y plantas en la Puerta de la
Cruz; se abren nuevos mercados en las plazas de Antón Martín, Santo
Domingo y Red de San Luis. Calles que conservan todavía la actividad
que concentraron entonces: cuchilleros, bordadores, curtidores...
• El anárquico crecimiento de la ciudad provocó una serie de problemas
como el hacinamiento de la población, insuficiencia de servicios,
deficiente saneamiento, falta de agua...
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astronómico...) Los servicios públicos mejoraron y se creó el cuerpo de
serenos que vigilaban la noche madrileña
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El crecimiento de Madrid se verá frenado por el Retiro. El Manzanares, la
Casa de Campo, el Parque del Oeste y el Arroyo Abroñigal.
En los primeros años del siglo XX hay que destacar las iniciativas
urbanizadoras de Arturo Soria (Ciudad-Lineal), la apertura de la Gran Vía y
la inauguración del metro (1919)
Tras la Guerra Civil la reconstrucción y la industrialización son dos de las
metas principales del Estado pues tras la contienda la ciudad quedó
destrozada.
En la década de los 50 España deja el aislacionismo y firma los pactos con
EEUU. El fuerte crecimiento demográfico unido al éxodo rural provocó una
enorme demanda de viviendas. Se crearon poblados de absorción en
Entrevías y Orcasitas, en el extrarradio, donde las viviendas no poseían las
condiciones mínimas. Se adoptan una serie de medidas de protección y
desgravación fiscal para fomentar la iniciativa privada en la construcción de
viviendas. La iniciativa privada comenzó a interesarse por la construcción de
nuevos barrios y colonias residenciales: Puerta de Hierro, Mirasierra, la
Concepción, Niño Jesús, Moratalaz...
El plan de estabilización y el desarrollismo provocan un gran desarrollo de
Madrid. Un nuevo plan de ordenación urbana propició el crecimiento de la
zona norte. El plan no es frenar el crecimiento de Madrid sino canalizarlo
hacia otros municipios del área metropolitana como Alcobendas, Alcorcón,
Getafe, Leganés, Coslada, San Fernando de Henares, San Sebastián de los
Reyes
El estancamiento demográfico del municipio de Madrid, sobre todo en sus
zonas centrales, refuerza la descongestión del casco antiguo. Se promueve
la construcción de oficinas en los grandes ejes (Castellana, Colón, Azca..).
Se promueve la construcción de viviendas en régimen de cooperativas en
Aluche, Campamento, Móstoles, San Blas...
Se inician los polígonos de descongestión industrial en Guadalajara, Toledo y
Alcalá de Henares.
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DATOS ESTADÍSTICOS Y MATERIALES DE APOYO
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Municipios por densidad demográfica
Clasificación de los municipios de más de 200.000 habitantes en 2005 según la
densidad demográfica de habitantes por kilómetro cuadrado en el territorio del
municipio:
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Áreas metropolitanas por número de habitantes
Las áreas metropolitanas que sobrepasaban en 2005 los 300.000 habitantes son las
siguientes
Además, para las dos mayores áreas metropolitanas, se puede hablar de un territorio
más extenso que las engloba: se trata de la Región urbana de Madrid (con 6.380.229
habitantes) y de la Región urbana de Cataluña (con 5.239.927 habitantes).
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Ampliaciones
Parece lógico definir a una ciudad por su función; pero las funciones
de una ciudad son muchas y muy variadas y, además, cambian con el
tiempo. Quizá la única función que no tiene es la producción agrícola,
ni el sector primario, en general: minas, silvicultura, etc.; los altos
precios del suelo no lo permite, ya que son actividades que necesitan
mucha superficie para ser rentables. Pero ni siquiera esto es absoluto,
ya que encontramos actividades agrícolas en las ciudades antiguas.
Las principales funciones urbanas son:
La función comercial que hoy en día es la razón de ser de
todas las ciudades.
La función residencial ya que en ella vive la mayor parte de
la población. En los países ricos más del 75% de la
población vive en ciudades.
La función administrativa, ya que concentra los centros de
decisión tanto públicos como privados.
La función cultural ya que en ella se encuentran los
principales centros de ocio y de difusión de ideas y
opiniones. El turismo urbano se alimenta de esta
concentración cultural.
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La ciudad, y su concepto, ha cambiado a lo largo del tiempo, desde
las casas rurales contiguas de las ciudades más antiguas, a la ciudad
como población amurallada que definiera Alfonso X el Sabio, o la ciudad
actual, tan extensa y variada que se escapa a la escala humana.
No obstante, hay que tener en cuenta que la función, la forma y la
estructura de las ciudades depende de la concepción que sobre el
ámbito urbano y el mundo, tienen la cultura que las crea. Haremos
especial hincapié en la historia de las ciudades españolas
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1- La ciudad clásica
La ciudad clásica es muy diversa. Nos referimos a la ciudad griega y
romana. Como todas las ciudades la forma y estructura de ellas
depende de la concepción que sobre el ámbito urbano tienen la cultura
que las crea. A pesar de todo, tienden hacia la regularidad geométrica,
frecuentemente ortogonal, que ya aparece en Harapa y Mohenjo-Daro.
Pero es en las ciudades griegas donde alcanza su máximo desarrollo, en
la antigüedad clásica. En general las casas son de adobe, ladrillo,
madera y caña.
No obstante hay otras tipologías. Las ciudades egipcias se organizan
en torno a una avenida central, mientras que las mesopotámicas se
fortifican y se construyen sobre elevaciones. Ilahun es la ciudad egipcia
más antigua que conocemos. Su plano tiende a la regularidad
geométrica, con bloques rectangulares y calles estrechas y rectas que se
cortan perpendicularmente; la casa, hecha de adobe, madera y caña, se
organiza en torno a un patio central; y la ciudad estaba amurallada. Las
ciudades de Mesopotamia se organizan en torno a una castillo
fortificado, que es el punto más elevado de la ciudad. Su función militar
está siempre presente. El resto de la ciudad es ciertamente irregular,
con casas de adobe y madera. A pesar de su irregularidad, no faltaba
una gran avenida procesional que comunicaban la puerta principal con
el palacio, lo que les da un aire monumental.
Las ciudades cretenses son precursoras de las griegas. No estaban
fortificadas, ya que por su insularidad se sentían protegidas. En cambio
las ciudades del Peloponeso sí tenían murallas. En estas urbes aparece
una plaza central en la que tiene lugar la vida pública.
Salvo excepciones, la ciudad clásica se conforma como una ciudad
estado, que organizaba el espacio circundante para su abastecimiento:
agricultura, ganado, monte y puerto si lo hubiere. Las excepciones más
notables son Egipto, Persia y Roma, las más representativas las
ciudades griegas, cuyo modelo pasa a Roma, donde se transforma.
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este tipo de plano es muy útil. Ciudades como Mileto, Atenas, Esparta,
Antioquía, etc., tienen esta tipología, modificada sólo por la topografía.
Siempre que se puede, el plano está orientado en dirección norte-sur,
con lo que todas las viviendas tenían una fachada con vistas al sur.
La casa griega se organiza en torno a un patio central. Solían ser de
adobe, y no especialmente de buena calidad: en Grecia se daba más
importancia a la vida pública que a la privada.
Durante la época helenística este tipo de ciudad se extiende por todo
el mundo ya que se crean muchas urbes nuevas, varias con el nombre
de Alejandría; pero, en parte, los lugares tradicionales, como el ágora,
han perdido su función.
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en lugares congestionados y poco saludables, y que en épocas de peligro
no podían proporcionar a sus habitantes los productos básicos; así que
los señores hacendados comenzaron a construir casas en el campo, las
villas romanas, que se procuraban todo lo que necesitaban y se
defendían a sí mismas. Es el comienzo de la Edad Media: la sociedad se
ruraliza y la economía se feudaliza.
La casa romana es más cómoda que la griega. También se organiza
en torno a un patio, con pozo o piscina para procurarse agua, y de ahí
salen diferentes estancias con diferentes funciones, desde dormitorio,
hasta recibidor, cocina, caballerizas, habitaciones para esclavos, etc.;
dependiendo de la renta de la familia. En Roma se llegaron ha construir
edificios de viviendas de varias plantas, lo que significa que no todos los
romanos tenían una casa típica, sino sólo los romanos con buenas
rentas.
La ciudad medieval
Tras la caída del Imperio romano y las invasiones bárbaras,
aparecen en occidente dos culturas importantes con concepciones
totalmente diferentes de ciudad: el mundo islámico y el mundo
cristiano, con la religión en el centro de la civilización.
1- La ciudad islámica
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ciudad medieval islámica existen tiendas fijas y mercados permanentes,
cosa que no encontramos en las cristianas; no en vano su población
supera en mucho a estas. Algunas de ellas cuentan con más de 100.000
habitantes, y otras los 500.000, como Córdoba, Bagdad, Damasco,
Toledo, Granada, Fez o Marraquech. Se trata de una cultura urbana
muy desarrollada, y con una morfología uniforme que se extiende desde
la península ibérica hasta la India.
La ciudad medieval islámica está amurallada y por lo tanto tiene
puertas en las que se pagan impuestos de paso por las mercancías. La
muralla encierra la medina: la ciudad. Tras las murallas surgen barrios
de arrabales, frecuentemente especializados, donde se sitúan los oficios
no deseados dentro de la ciudad, como los curtidores.
También existen ciudades fortaleza llamadas kasba, que son en
realidad un castillo con dependencias familiares en el interior, en el que
no hay calles.
La casa islámica es el lugar donde se desarrolla la vida, tiene un
patio ajardinado interior y dos tipos de estancias: las privadas o harén,
y el salámlik en donde se reciben las visitas.
2- La ciudad cristiana
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Las ciudades cristianas no eran demasiado grandes, unos 15.000
habitantes, y no tenían una desvinculación muy grande del campo,
muchos de sus pobladores se dedicaban a tareas agrícolas.
En la Baja Edad Media se amurallarán la mayoría de las ciudades,
sobre todo a partir de 1270 cuando las partidas de Alfonso X el Sabio
especifican que ciudad es toda población amurallada. Todas las
ciudades tenían que estar fortificadas, y las que no lo estaban se
cercaron por motivos fiscales, para mantener su fuero y para controlar
la percepción de los impuestos de paso: portazgos, pontazgos y
derechos de almacenaje.
Con las murallas aparecen también los arrabales extramuros al
borde de ellas, y en principio un poco alejadas, para no dificultar su
defensa. Sin embargo, no es la función militar la razón más importante
para construir murallas; en España la Reconquista ya estaba en el valle
de Guadalquivir, y en el resto de Europa no había grandes peligros de
invasión.
Como en las ciudades musulmanas, la segregación funcional del
espacio es muy acusada. Los diferentes oficios se localizan en
determinadas calles y barrios; en ellas los gremios controlan la
producción, la calidad, la venta y el acceso a la profesión. Algunos de
los gremios estarán privilegiados.
Las ciudades cristianas tenían una participación activa en su
gobierno, por medio de los ayuntamientos y la catedral, que eran los
ejes de la política ciudadana. Algunas de ellas tenían acceso a las
Cortes, que se reunían fundamentalmente para prestar homenaje al rey
y para conceder impuestos extraordinarios. La burguesía medieval,
urbana y feudal, controlaba el gobierno de las ciudades.
Uno de los lugares fundamentales de la ciudad es el mercado, que se
situaba en alguno de los espacios abiertos: una plaza asoportalada, una
puerta de entrada, o el cementerio, si no había plazas dedicadas a tal
fin. En la ciudad cristiana no había mercado permanente, ni tiendas,
aunque se podía ir a comprar los artículos de consumo a los
productores, en sus barrios.
Las servidumbres colectivas en la Edad Media son muchas, lo que se
refleja en el aspecto y funcionamiento de la ciudad.
La escasez y decadencia de los centros urbanos tras el siglo III
provoca que los reyes medievales tengan que volver a ocupar ciudades
tradicionales (León en el 856 que había sido abandonada) o que se
funden ciudades de nueva planta. La fundación de ciudades, y
bastidas, consiste, fundamentalmente, en la concesión de un fuero que
presente una ventaja sobre el medio rural y que favorezca la población
de la urbe. Pero no faltan ejemplos de ciudades espontáneas, que se
crean en los cruces de caminos de los grandes ejes económicos como el
camino de Santiago, los ríos navegables, en la desembocadura o en el
límite de la navegación, como en el Sena o en el Rin.
45
La ciudad medieval es un espacio privilegiado en un entorno feudal
con fuertes servidumbre personales.
La ciudad moderna
Durante el Edad Moderna se crean los estados nacionales y la
monarquía absoluta. Esto implica la extensión del régimen jurídico a
todo el territorio, si bien no ha todas las clases sociales. Por esta época
nace el capitalismo mercantil, que tendrá en el descubrimiento de
América y en la deriva del cabo de Buena Esperanza sus hitos más
significativos, ya que dará a los mercaderes la posibilidad de comerciar
con otros ámbitos geográficos. Todo esto supone una nueva concepción
de la ciudad como un lugar donde relacionarse y un punto organizador
del espacio regional. La ciudad es el centro del mercado sobre la que
confluyen las mercancías, pero pierden poder político y las influencias
que tuvieron en la Edad Media.
El espíritu racionalista de la Edad Moderna tiende a regularizar las
calles y a ensancharlas. En España se crean las plazas mayores:
grandes espacios en el centro de las ciudades, abiertos con ocasión de
algún incendio o cualquier catástrofe, o alguna operación que
permitiese al ayuntamiento comprar el suelo barato, como el incendio
de Valladolid de 1561. Estas plazas están aportaladas y acogen a los
edificios municipales más representativos de la ciudad. Además, sirven
como mercado, lugar de fiestas y ejecuciones públicas, o simplemente
como centro de relación social. Suelen tener soportales y la entrada,
normalmente, se encuentra en una de las esquinas.
En el Renacimiento, durante la Edad Moderna, con frecuencia se
hacen diseños de ciudades ideales basadas en las ideas de Vitrubio y en
el nuevo arte de la guerra, que incluye la artillería. Tienen plantas
geométricas, ortogonal o radial, y un nuevo tipo de murallas,
estrelladas, que responden a la necesidad de defenderse contra la
artillería desde todos los puntos. Sin embargo, este nuevo tipo de
ciudad apenas se construye en Europa. Sólo Palmanova, en Italia, es
una ciudad construida de nueva planta con estos supuestos. Lo que sí
se levantarán serán nuevas murallas en las ciudades de frontera, y en
este tipo de fortificaciones no se permitirán los barrios arrabales, a
diferencia de lo que ocurre en las ciudades medievales.
Algo más tarde, en América y África, y en la costa, sí se crearán
ciudades nuevas, sobre todo en los dominios españoles y portugueses.
Estas urbes tienen un plano ortogonal, con calles anchas que siguen un
plan. Sólo estaban amuralladas las ciudades costeras que eran puertos
importantes. Incluso algunas ciudades costeras se amurallaron muy
tardíamente. Las urbes americanas tienen una plaza mayor como las
españolas, pero esta plaza está planeada desde el principio y
generalmente se crean por la supresión de una o varias de las
46
manzanas del damero. No suelen tener soportales y la entrada no suele
hacerse por una de sus esquinas sino por el centro de sus laterales.
Estas plazas tienen las mismas funciones que las de la península, pero,
además, son plazas de armas, debido al carácter fuertemente militar de
la sociedad indiana.
A pesar de que la muralla moderna tiene una clara función defensiva
no se pierde la función fiscal. En 1625 Madrid se rodea de una cerca
fiscal que delimita su territorio y dentro de la cual los impuestos son
diferentes, a los de fuera. También se mantienen los impuestos de paso
y almacenaje.
La ciudad contemporánea
Durante el siglo XIX cambia radicalmente la sociedad, la economía y,
por lo tanto, el concepto de ciudad.
Aparece el capitalismo industrial y la creación de una nueva
sociedad, la de clases, con la burguesía dominadora del poder político;
desde la Revolución francesa y las revoluciones burguesas del 38, 48 y
68, y con el proletariado cada vez más explotado y con unas condiciones
de vida miserables. La burguesía es la ostentadora del poder económico,
y pronto lo será del político. Su concepto de propiedad es diferente al
que había en la Edad Moderna: es la propiedad absoluta, libre de
servidumbres y que se pueda comprar y vender. Uno de los hechos más
trascendentales para la construcción de la nueva ciudad es la
desamortización, que pone en el mercado mucho suelo urbano y
posibilita la especulación por parte de la burguesía, cosa totalmente
aceptada en la época.
47
Durante el siglo XIX la ciudad cambia radicalmente, se hace
industrial y burguesa; y crece hasta dimensiones insospechadas,
gracias al transporte. La ciudad contemporánea gravita sobre dos ideas
básicas: la concentración del mercado en torno a la creación de un
centro urbano y la reunión de la fuerza de trabajo y los consumidores.
El prototipo de ciudad es París, y la reforma de Haussmann el
modelo de actuación en todo el mundo. Haussmann propone una
ciudad ordenada, en la que estén presentes los supuestos higienistas de
los ilustrados: alcantarillas, iluminación, calles anchas y arboladas, etc.
Pero, además, esta ciudad está construida con criterios policiales, ya
que se propone un plano; bien sea este radial, ortogonal, o cualquier
otro; que permite la represión de las manifestaciones revolucionarias.
Sin embargo, lo importante del modelo de Haussmann no es esto, sino
el hecho de que somete a la ciudad antigua a toda una operación de
cirugía urbana, tirando lo viejo para construir lo nuevo, y todo ello
financiado por los poderes públicos: Haussmann es un ministro de
Napoleón III.
48
veces de él, como en Oviedo o en Valladolid. Fuera del ensanche y la
ciudad antigua quedaría el extrarradio.
Alrededor del centro urbano y en torno al ferrocarril aparece la
industria urbana, que caracteriza a la ciudad del siglo XIX. Pero las
necesidades de espacio y los problemas de la contaminación terminan
por expulsar esta actividad de las urbes, en favor de la función
residencial y terciaria. La industria se instala en el extrarradio, cada vez
más lejano del centro, a medida que crece la ciudad.
Los altos precios de las parcelas tras los planes de reforma interior y
ensanche suponen que el proletariado no puede acceder a estas
viviendas, por lo que aparecen dos tipos de vivienda marginal: las
barriadas del extrarradio, parcelaciones ilegales, sin un proyecto
conjunto y que dan al plano un aspecto irregular, a pesar de su
regularidad interna; y los corrales o casas de vecinos, en los cascos
antiguos de las ciudades y en el ensanche. Estos corrales se suelen
encontrar en el interior de las manzanas o en los edificios abandonados
por la burguesía, que progresivamente se van deteriorando. Las
parcelaciones ilegales carecerán de infraestructura sanitaria, ya que el
Ayuntamiento no las reconocerá. Los altos precios hacen caro el suelo
incluso para la burguesía, por lo que los planes iniciales casi nunca se
cumplen. Las parcelas se dividen, creándose calles nuevas, porque son
muy caras para un solo promotor. Las casas que se construyen tienen
más pisos de los previstos y menos espacio verde, todo para rentabilizar
del suelo.
Con el tiempo, la burguesía fue trasladándose al ensanche y el casco
antiguo se fue degradando socialmente hasta que recientemente el
interés por conservar los testimonios del pasado y su nueva función,
como lugar de ocio y turismo, lo ha revitalizado, para lo que está siendo
necesario expulsar de allí a las clases marginadas.
La nueva economía capitalista industrial creará una ciudad que
acoja el mercado concentrado, pero también al proletariado que trabaja
en las fábricas, por eso, en todos los países del mundo, en algún
momento, hay un éxodo rural, el abandono del campo y la emigración a
la ciudad, donde está la industria. Esta concentración de la mano de
obra no sólo pretende tener la fuerza de trabajo agrupada y cerca, sino
también desvinculada del medio rural, al que podrían volver en caso de
crisis. De esta manera la burguesía se asegura que la fuerza de trabajo
depende de ella para sobrevivir, y de paso que tiene dedicación
exclusiva, por lo que no hay escasez de mano de obra en las épocas
agrícolamente activas.
Con la explosión demográfica y la urbanización de la sociedad
industrial, las ciudades crecen. El transporte urbano es el que posibilita
el crecimiento de las ciudades en superficie, hasta límites
insospechados poco antes, y sin grandes trastornos de tiempo. El
tranvía es el símbolo de la ciudad decimonónica y el coche privado el de
la ciudad de nuestro tiempo.
49
Tras la generalización del coche privado, la ciudad ha de adaptar su
infraestructura para su uso: se asfaltan las calles, se crean las aceras y
se ponen las señales de tráfico, especialmente el semáforo. Todos ellos
son elementos presentes en nuestras ciudades actuales. La ciudad
tradicional no está preparada para este tráfico y presenta problemas de
congestión. Los atascos son frecuentes por lo que en todas partes han
sido necesarias las carreteras de circunvalación, la construcción de vías
rápidas y la peatonalización de la ciudad más antigua.
El crecimiento urbano ha supuesto la colmatación de la ciudad y la
creación de barrios social y funcionalmente diferenciados. En ellas
aparecen distritos especializados en determinadas funciones: negocios,
residencia, ocio, turismo, etc.
Durante los años 60 el crecimiento demográfico fue, en España, más
rápido que la construcción de viviendas. Esto ha pasado en todos los
países en algún momento. El precio de las viviendas aumentó y las
clases más humildes no pudieron acceder a ellas. Aparecen así los
barrios de chabolas y casas de autoconstrucción en las periferias de las
ciudades. Son suburbios socialmente marginados sin infraestructura
sanitaria; lo que les convierte en permanentes focos de infección, en los
que la marginación es caldo de cultivo de la delincuencia. Este proceso
continúa en las ciudades del Tercer Mundo.
Pero la ciudad contemporánea es en la que se hacen reformas
fundamentales: calles nuevas, anchas y arboladas, alcantarillas,
alumbrado y diversas medidas higienistas. Además, se diseñan las
urbes con criterios policiales y de organización política y administrativa.
50
trabajo de dedicación exclusiva, de ahí que la población se reúna en las
ciudades y se desvincule del campo.
La ciudad actual necesita de una gran infraestructura que debe
situarse en las afueras, desde hospitales y cementerios a vertederos,
rondas de circulación, depósitos de agua, transformadores eléctricos,
etc. La ciudad debe dotarse también de pavimento asfaltado,
modernamente de calles peatonales, alumbrado, estaciones de
transporte y taxi, mobiliario urbano, recogida de basuras y toda una
infraestructura sin la cual sería imposible su funcionamiento.
Tras la segunda guerra mundial los poderes públicos de todo el
mundo toman las riendas de la planificación eficaz de la ciudad,
aunque en muchos casos se salten sus propias normas. La ciudad se
fue equipando, e incorporó a su entorno las barriadas marginales y del
extrarradio. Se construirán viviendas obreras dignas y también para las
clases marginales, con el fin de erradicar el chabolismo. En la
actualidad, se intentan conservar los edificios más antiguos de la
ciudad, pero la renovación del caserío ha sido tan intensa que apenas
quedan edificios anteriores al siglo XIX.
El caserío de la ciudad actual es marcadamente diferente al de la
tradicional. En su concepción han tenido una influencia decisiva los
argumentos de la arquitectura racionalista. Pero no es el modelo de Le
Corbusier el que triunfa (edificios de viviendas en altura rodeados de
campo) sino su técnica de construcción. La arquitectura racionalista
permite optimizar el precio del suelo, permitiendo construir varias
viviendas en altura, y que los bajos de los edificios puedan ser
utilizados para diversos negocios, tiendas, oficinas, etc. En estos
edificios el ascensor es un elemento esencial. Será en Chicago donde se
cree este modelo de ciudad, donde se pongan los primeros ascensores,
donde los bajos se reserven para los negocios y donde se construyan los
primeros grandes almacenes, otra de las señas de identidad de la
ciudad actual. Este modelo es el que ha permitido el aumento de la
densidad humana en las urbes, y el crecimiento en altura del paisaje
urbano. Además, el equipamiento de la casa ha cambiado
extraordinariamente, gracias al alto consumo de energía y el
abaratamiento de los electrodomésticos: luz eléctrica, televisión,
teléfono, frigorífico, lavadora, lavaplatos, microondas, ordenador, etc.
51
Propuestas de ciudades ideales
La ciudad jardín, en la que Ebenezer Howard intenta sintetizar todas
las propuestas de los socialistas utópicos. Esta es una ciudad sin un
verdadero centro urbano, de casas pequeñas y unifamiliares, que
integra abundantes zonas verdes, pensada para la clase obrera, para
hacerles sentirse propietarios y que viviesen en un entorno saludable.
Se construyeron muchas ciudades con estos planteamientos, pero el
modelo estaba tan lejos de lo que era realmente la ciudad industrial que
terminaron por convertirse en pequeños pueblos, o siendo absorbidas
por las grandes ciudades.
La ciudad lineal, que diseñaría Arturo Soria. Su proyecto está más
en la línea de lo que es realmente una ciudad actual. Es modelo que se
fundamenta en las líneas de comunicación, carreteras y ferrocarriles, y
en los nudos, que pueden convertirse en centro urbano. Las viviendas
se dispondrían en torno a estas vías, y todas ellas con las mismas
facilidades de acceso. Detrás de ellas estaría la naturaleza. Además,
este modelo debería constituir un auténtico continuo urbano entre las
ciudades existentes. Con esta pauta se construyó un tramo en Madrid,
pero no se extendió. El ejemplo más desarrollado de ciudad lineal es
Volgogrado (Stalingrado). Pero el precio del suelo no se distribuye
linealmente, lo que impide la construcción lineal de las ciudades.
52
Todos los productos que necesita una urbe los consigue a través de
las vías de comunicación: carreteras, ferrocarril, aviación y puertos. Es
necesario crear una densa red de comunicaciones entre las distintas
ciudades, y con el medio rural y natural, para el buen funcionamiento
de estas.
3- La franja periurbana
La franja periurbana es un espacio difuso entre la ciudad y el mundo
rural. Encontramos tanto pueblos en los que viven familias que
trabajan en la ciudad, como urbanizaciones y casas unifamiliares. Aquí
viven las personas de renta más alta ya que necesitan el coche para
desplazarse a la ciudad.
Una de las condiciones para el desarrollo de esta franja es la
existencia de buenos accesos al centro urbano.
4- La accesibilidad y los equipamientos
La ciudad contemporánea debe su tamaño y sus características a los
nuevos medios de transporte, como el ferrocarril y el automóvil. En los
años 20 surge un nuevo modelo de ciudad: se abren las calles para los
coches y se jerarquiza la red viaria; se crean las infraestructuras que
llevarán el agua y la electricidad a las casas, se recogen las basuras,
etc., y aparece un nuevo tipo de edificio que condicionará el paisaje
urbano: el rascacielos y los edificios de varios pisos.
Con la explosión demográfica y la urbanización de la sociedad
industrial, las ciudades crecen. El transporte urbano es el que posibilita
el crecimiento de las ciudades en superficie, hasta límites
insospechados poco antes, y sin grandes trastornos de tiempo. El
tranvía es el símbolo de la ciudad decimonónica y el coche privado el de
la ciudad de nuestro tiempo. Cuando el tranvía se entierra se convertirá
en metro. En superficie la ciudad es recorrida por autobuses y taxis, y
el coche privado. En el interior de los edificios hay un tipo de transporte
vertical, los ascensores.
Tras la generalización del coche privado, la ciudad ha de adaptar su
infraestructura para su uso: se asfaltan las calles, se crean las aceras y
se ponen las señales de tráfico, especialmente el semáforo. Todos ellos
son elementos presentes en nuestras ciudades actuales. La ciudad
tradicional no está preparada para este tráfico y presenta problemas de
congestión. Los atascos son frecuentes por lo que en todas partes han
sido necesarias las carreteras de circunvalación, la construcción de vías
rápidas y la peatonalización de la ciudad más antigua.
Los trenes tienen disponen de una estación central. Encontramos
estaciones en todas las poblaciones importantes. Las principales
estaciones datan del siglo XIX o principios del XX cuando llegó el tren a
las ciudades. En aquella época estaban a las afueras pero la expansión
urbana las ha integrado y hoy en día se encuentran cerca del centro
urbano.
La red de metro enlaza tanto con la del ferrocarril, como con las
estaciones de autobuses y las paradas de taxis.
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El transporte público de viajeros entre ciudades se concentra en una
estación de autobuses. La mayoría de las ciudades españolas tiene una
estación de autobuses construida en la década de los 90. Se encuentra
muy cerca de la estación de tren y suele tener una parada de taxis y
otra de autobuses urbanos.
En todas las grandes ciudades encontramos paradas de taxis.
Normalmente se encuentra en el centro urbano y en las confluencias de
las calles y plazas más importantes. Las paradas de los autobuses
urbanos también se suelen situar en las confluencias de las calles, pero
se encuentran tanto en el centro como en las afueras de la ciudad. La
mayoría de las líneas pasan por el centro de la ciudad, aunque suele
haber una que conecta los barrios de la periferia sin pasar por el centro.
En las ciudades encontramos teléfonos públicos en la calle. La
mayoría de ellos están situados en el centro de la ciudad, aunque los
hay por toda ella. También los encontraremos en las plazas y las
confluencias de las principales calles.
Repercusiones ambientales
La ciudad es un espacio artificial y cómodo para la vida humana. En
ella está ausente la mayor parte de la naturaleza salvaje. Aunque está
presente la naturaleza domesticada en los parques, las riberas de los
ríos y los animales de compañía. Fuera de esto todo es artificial. Hasta
el piso sobre el que caminamos es sintético, de asfalto o piedras de
distinto tipo. Pero hasta en nuestra ciudad persiste la vida salvaje;
pájaros, insectos, algunos animales que se acercan para conseguir
comida entre nuestros residuos o las ratas que mantienen en buen
estado las alcantarillas y las tuberías más pequeñas.
Además de ser un entorno artificial es un espacio concentrado, lo
que convierte a la ciudad en un agente contaminante de primer orden.
Existe contaminación lumínica, que permite ver durante la noche casi
con la misma eficacia que durante el día. Existe contaminación
atmosférica, procedente de la combustión de gasóleos y gasolinas, tanto
por el transporte como por las calefacciones. Existe contaminación por
residuos, biológicos, sólidos y químicos, que utilizamos en nuestras
vidas diarias generando basuras de muy difícil degradación. La
eliminación de basura es probablemente uno de los problemas más
graves de la sociedad actual. Los residuos llegan a la naturaleza, desde
la ciudad, por distintos caminos: las alcantarillas y los ríos, la recogida
de basuras controlada y la eliminación de basura incontrolada.
Dentro de la ciudad el coche privado es un elemento esencial y un
agente contaminante de primer orden. El coche contamina el aire por la
combustión de gasolina o gasóleo, y el medio por ruido y por la gran
cantidad de espacio que ocupa. Son frecuentes los atascos, pero
también los malos aparcamientos que dificultan el tránsito peatonal.
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Como consecuencia de los altos niveles de contaminación las
ciudades tienen un MICROCLIMA diferenciado. En general, la
temperatura dentro de la ciudad es mayor que en las afueras. Esta
diferencia se incrementa en situaciones de estabilidad por la acción de
un anticiclón térmico, es entonces cuando aparece la isla de calor. La
isla de calor es una situación atmosférica que se presenta en las
grandes ciudades y consiste en el rápido aumento de la temperatura
desde las afueras hacia el centro urbano, donde los edificios y el asfalto
desprenden por la noche el calor acumulado durante el día. Provoca
vientos locales desde el exterior hacia el interior. Además, la atmósfera
urbana es ligeramente más húmeda. Las precipitaciones son las
mismas que en el resto del entorno, pero la escorrentía está dirigida. El
asfalto y la piedra convierten a las calles y alcantarillas en canales de
aguas rápidas que arrastran consigo las basuras acumuladas durante
las épocas secas. Esto provoca un aumento repentino de los detritos en
el agua de los ríos, aumentando su contaminación.
La contaminación atmosférica produce un aumento de las
partículas, sobre todo de CO2 y SO2, que producen lluvia ácida sobre
los bosques más o menos cercanos.
Pero el impacto de la ciudad sobre el medio no se limita a la
contaminación. La ciudad organiza en torno a sí todo el país. Necesita
materias primas y recursos naturales para vivir, ya que ella no las
produce. Las ciudades consumen el 16% del agua, además de maderas,
pierdas, productos energéticos, productos alimenticios, etc.; y todo ello
lo ha de conseguir de una naturaleza más o menos cercana, y más o
menos en buen estado. La buena salud de la naturaleza es vital para la
existencia de la ciudad.
Los urbanitas exigimos de la naturaleza un campo de ocio en buen
estado, aunque no siempre tengamos el cuidado de procurarlo. Son
frecuentes las escapadas al campo los días de fiesta, pero no son tan
frecuentes las recogidas de los residuos que generamos, y es que mucha
gente se cree que alguien lo recogerá, como pasa en la ciudad.
Todos los productos que necesita una urbe los consigue a través de
las vías de comunicación: carreteras, ferrocarril, aviación y puertos. Es
necesario crear una densa red de comunicaciones entre las distintas
ciudades, y con el medio rural y natural, para el buen funcionamiento
de estas.
Toda la actividad económica y social, y su impacto ambiental,
gravita sobre las ciudades, la nuestra es una cultura urbana, este es
nuestro modelo de convivencia, pero dependemos de unas condiciones
ecológicas sanas para sobrevivir.
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La ciudad europea
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eléctricos, etc. La ciudad debe dotarse, también, de pavimento
asfaltado, modernamente calles peatonales, alumbrado, estaciones de
transporte y taxi, mobiliario urbano, recogida de basuras y toda una
infraestructura sin la cual sería imposible su funcionamiento.
Todo este entramado pide un planeamiento de las acciones, ya que
la inversión en dinero es muy grande. Desde comienzos de siglo es
están ejecutando estos planes, primero el de gran vía, luego el
ensanche, dirigidos a crear el centro urbano, y tras él los distintos
barrios. A todo este fenómeno no es ajena la especulación, por lo que
los planes se han tenido que modificar con frecuencia dando al plano
un aspecto irregular donde debe ser regular. Son de destacar las
parcelaciones ilegales de los barrios del extrarradio para albergar
obreros. Cada una de estas parcelas tiene un plano regular, pero no con
la misma orientación que la vecina, lo que da un aspecto muy irregular
al plano urbano. Otro fenómeno de albergue obrero es el patio de
vecinos en el centro de las ciudades y en el casco antiguo. Con el tiempo
la burguesía fue trasladándose al ensanche, y el casco antiguo se fue
degradando socialmente, hasta que, recientemente, el interés por
conservar el pasado y la nueva función del casco antiguo, como lugar de
ocio y turismo, lo ha revitalizado, para lo que está siendo necesario
expulsar de allí a las clases marginadas.
Recientemente, en todas las ciudades se observan fenómenos de
rururbanización, que en las ciudades más grandes alcanzan la isócrona
de los 30 minutos, he incluso más. Aparecen, así, viviendas
unifamiliares en el entorno rural, habitadas por gente que viven de la
ciudad, conviviendo con gente que vive en y del campo.
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