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Alégrate
Alégrate
Palabra:
“Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu
adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus
ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios.”
(Eclesiastés 11:9)
Predicación:
Cuando eres joven o te sientes joven, no piensas que más pronto que tarde
estarás cara a cara ante Dios ya sea que El regrese o que tu vayas. Que El
regrese no sabemos cuándo será, que tu vayas tampoco sabemos cuándo,
pero durante los últimos dos mil años es lo que más ha sucedido, es decir que
muera la gente y se presente ante Dios, así que “Quita, pues, de tu corazón el
enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son
vanidad.” (Eclesiastés 11:10), acuérdate que “aunque un hombre viva muchos
años, y en todos ellos tenga gozo, acuérdese sin embargo que los días de las
tinieblas serán muchos. Todo cuanto viene es vanidad.” (Eclesiastés
11:8). Cuando eres joven te sientes fuerte y lleno de vida y con un gran
futuro, pero si eso no glorifica a Dios, estas siendo una gran fábrica de
desperdicio que te conduce a la vanidad y a la muerte, cualquiera que te diga
otra cosa te presenta un falso evangelio, amigo(a) no desperdicies tu vida
y “No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los
cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen. Pedid, y se os
dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.” (Mateo 7:6-7), Así que ponte
de rodillas y pídele a Dios que cambie tu corazón que te de un corazón nuevo y
ponte a cuentas con El y confiesa todo tu pecado, el cual te ha alejado de
Dios. No sea que llegues a pensar "No hay Dios. No hay quien me pida
cuentas." (Salmo 10:4) DHH
Oración:
Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; Enséñame tus sendas. Encamíname en tu
verdad, y enséñame, Porque tú eres el Dios de mi salvación; En ti he esperado
todo el día. Acuérdate, oh Jehová, de tus piedades y de tus misericordias, Que
son perpetuas. De los pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no te
acuerdes; Conforme a tu misericordia acuérdate de mí, Por tu bondad, oh
Jehová.” (Salmo 25:4-7).