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CAPITULO I
1.1 Definición
Para Víctor Cubas Villanueva, al respecto dice que “Las medidas coercitivas son
medios de naturaleza provisional para asegurar los fines del proceso penal, su
duración está en función del peligro procesal y para concretarlas se puede recurrir
al empleo de la fuerza pública, en forma directa como en los casos de detención o
en forma de apercibimiento”.1
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Calderón Sumarriva, Ana. Águila Grados, Guido. Balotarlo Desarrollado para el Examen del CNM. Ed. San
Marcos.Lima.2010,p.330
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1.2 Características
1.3 Clasificación
• Las medidas de naturaleza personal.- Las que imponen limitaciones del derecho
a la libertad personal.
Principios
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Calderón Sumarriva, Ana Cecilia. Análisis Integral del Nuevo Código Procesal Pena. San Marcos E.I.R.L. Lima,
2009,p.108
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Horvitz Lennon. Lopez Masle, Derecho Procesal Chileno, cit, T.I,p.343
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b) Proporcionalidad: Es necesario considerar que en el caso concreto, aquella
constituye el necesario y último recurso o alternativa para alcanzar los fines del
proceso.
c) Motivación: La imposición de las medidas coercitivas por parte del Juez requiere
de modo ineludible resolución judicial especialmente motivada.
e) Urgencia: Las medidas coercitivas sólo podrán ser impuestas cuando se pueda
evidenciar la concurrencia de un verdadero peligro de ineficacia del proceso penal
por la demora.
1.5 Presupuestos
Existen dos presupuestos que la doctrina reconoce y que resultan de suma utilidad
para marcar los lineamientos básicos en la adopción de las medidas coercitivas o
cautelares:
- El fumus bonis iuris o apariencia del derecho, la razonada atribución del hecho
punible a una persona.4
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Gálvezº Villegas, Tomas Aladino .Rabanal Palacios, William. Castro Trigoso, Hamilton. El Código Procesal
Penal. Comentarios descriptivos, explicativos y críticos. Ed. Jurista Editores.Lima,2009,p.605
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CAPITULO II
2.1 DEFINICION
Las medidas recaen sobre el patrimonio del imputado o sus bienes jurídicos
patrimoniales, limitándolos con la finalidad de impedir que durante el proceso
determinadas actuaciones dañosas o perjudiciales por parte del encausado
afecten la efectividad de la sentencia o la eficacia del proceso. Están dirigidas a la
protección de las pruebas o medios de prueba [en puridad, de fuentes de
investigación o de prueba], lo que en síntesis quiere decir salvaguardar o proteger
el proceso.
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2.2.1 Medidas de no innovar
Alonso Raúl Peña Cabrera Freyre señala que “la orden de inhibición
consiste en otras palabras, en la prohibición del imputado o del tercero civil,
para realizar actos de disposición sobre los bienes objeto del embargo.
Quiere decir, que la inhibición asume una suerte de medida complementaria
al embargo, destinada a evitar la probable insolvencia del sujeto obligado,
impidiendo que se produzcan transferencias inmobiliarias. Por consiguiente,
una vez que el juzgador, dicte el auto de embargo, los sujetos procesales
legitimados, podrán solicitar la orden de inhibición sobre los bienes
afectados con la medida cautelar, por ende, la orden de inhibición está
condicionada a la efectiva adopción del embargo por parte del juez penal.”
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anterior. El Código Procesal Penal en el artículo 312º establece que estas
medidas, a las que denomina anticipadas sirven para evitar la permanencia
del delito o la prolongación de sus efectos lesivos. El NCPP regula las
siguientes medidas:
Pablo Sánchez Velarde hace mención que “el poseedor tiene la facultad de
defender su posesión por medio de la regulación vigente a través de los
interdictos, las acciones posesorias y de desalojo (todas ellas de carácter
civil) y ahora, en la presente regulación, de orden procesal penal, se le da la
oportunidad de protegerla a través de una medida de coerción real regulada
en proceso penal, estos es, el desalojo preventivo. Se trata de una medida
real, inmediata y con fines de aseguramiento del patrimonio afectado”.
Pablo Sánchez Velarde señala que “las medidas anticipadas surgen ante la
necesidad de hacer que la justicia sea más rápida, se deriva del principio de
celeridad procesal”.
Alonso Raúl Peña Cabrera Freyre refiere que “la finalidad no sólo se
circunscribe a la ejecución anticipada de la condena civil (indemnizatoria),
sino también a posibilitar efectos criminógenos, esto es, de cesar un estado
penalmente antijurídico o de evitar la continuación de los efectos dañinos
de la conducta delictiva.”
Pablo Sánchez Velarde señala que “en materia penal, es frecuente los
cuestionamientos sobre las consecuencias jurídicas a imponer a las
personas jurídicas, porque éstas no se encuentran sujetas al principio de
culpabilidad, como las personas físicas. Sin embargo, en materia cautelar
es diferente pues no se parte del presupuesto que la persona jurídica sea
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imputable o no de la comisión de determinado delito, sino que se atiende a
los principios que rigen las medidas de coerción”.
Alonso Raúl Peña Cabrera Freyre tiene a bien señalar que “el NCPP, ha
previsto en el ámbito de las medidas reales preventivas, la pensión de
alimentos anticipada, cuando los efectos perjudiciales del delito han
configurado un estado de necesidad, concretizado en la incapacidad de los
ofendidos por el delito, para solventar sus gastos”.
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CAPITULO III
INCAUTACION
Articulo 316 al 320
3.1 DEFINICION
La doctrina nacional no se pone de acuerdo en cuanto al concepto y
contenido de la medida de incautación, San Martín Castro define a la
medida como “incautación o secuestro” dando entender que se trata de lo
mismo. Sin embargo, Gálvez Villegas hace una distinción entre incautación
y secuestro señalando que la incautación es una medida cautelar que
asegura el decomiso y el secuestro se refiere a la afectación de bienes o
derechos, siempre que estos sean de utilidad para el esclarecimiento de los
hechos.
Lo que si queda claro es que la medida de incautación va dirigida contra
bienes que han servido como instrumentos, productos y ganancias del
delito y que la totalidad de ellos son pasibles de decomiso. Entonces, la
incautación tiene por finalidad asegurar el decomiso de estos bienes,
independientemente si estos tengan incidencia directa en la comisión del
delito como es el caso de los instrumentos del delito o no lo tengan en
apariencia como sucede con los productos y ganancias. El Nuevo Código
Procesal Penal de 2004, incorpora como elementos susceptibles de ser
incautados tanto a los instrumentos del delito como a los objetos y efectos
del mismo
Siendo así, es un acto que el Estado está facultado para realizar a través
de las autoridades de administración de justicia previo un procedimiento, en
tal sentido se le puede entender también como el decomiso de los bienes,
instrumentos o cosas de una persona imputada de la comisión de un delito,
o de los instigadores o los cómplices hayan utilizado para la comisión de un
delito determinado o también a lo referente del producto del acto delictivo.
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Al decir de Roberto Eduardo Cáceres Julca, el secuestro y/o incautación
consiste en el apoderamiento forzoso por parte de la autoridad del
Ministerio Público de los objetos del delito o los instrumentos con los que se
hubiere ejecutado, así como los efectos, sean estos bienes, dinero,
ganancias o cualquier producto proveniente del delito, así se encuentre en
poder de personas naturales o jurídicas.
El artículo VI del Título Preliminar del Código Procesal Penal prescribe que
las medidas que limitan derechos fundamentales, salvo las excepciones
previstas en la Constitución solo podrán dictarse por la autoridad judicial, en
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el modo, forma y con las garantías previstas por la Ley. Se impondrán
mediante resolución motivada, a instancia de la parte procesal legitimada.
La orden judicial debe sustentarse en suficientes elementos de convicción;
en atención a la naturaleza y finalidad de la medida y al derecho
fundamental objeto de limitación, así como respetar el principio de
proporcionalidad.
Para explicar los alcances del acuerdo se debe precisar que el Código
Procesal Penal del 2004 reconoce la existencia de dos formas de
incautación:
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en los instrumentos con los que se ejecutó y en los objetos del delito
permitidos por ley.
Del mismo modo el art. 144.2° del Código Procesal Penal al hablar de la
caducidad de los plazos precisa: “…Los plazos que sólo tienen como fin
regular la actividad de Fiscales y Jueces, serán observados rigurosamente
por ellos. Su inobservancia sólo acarrea responsabilidad disciplinaria…”.
Por ello del Acuerdo Plenario materia de análisis se colige que si bien se
dice que el Fiscal Provincial está en la obligación de solicitar la
confirmatoria judicial de incautación inmediatamente; esto es, rápidamente
y en el día; también lo es, que la morosidad del representante del Ministerio
Público en presentar el pedido inmediatamente, no puede traer como
consecuencia que el requerimiento no sea confirmado por el Operador
Judicial, sino que ello generará sólo responsabilidad administrativa en el
Fiscal y el Operador Judicial deberá pronunciarse sobre el fondo del asunto,
mas no sobre la forma. En consecuencia, la confirmatoria judicial no viene a
ser sino un requisito mas de la incautación como actividad compleja y
busca otorgarle estabilidad instrumental respecto de la cadena de actos que
puedan sucederse en el tiempo y que de uno u otro modo dependan o
partan de el. Si ello es así, el representante del Ministerio Público mientras
no solicite la confirmatoria judicial de la incautación verificada, no podrá
realizar ningún acto de investigación respecto al bien o evidencia incautada.
Del mismo modo en el Acuerdo Plenario analizado se trata del tema del
Reexamen de la Incautación, precisando que ello puede ser solicitado por
el investigado o un tercero ajeno al proceso, pero sobre la base de nuevos
actos de investigación que lógicamente son posteriores a su realización y
deja también expedida la vía de la apelación respecto del mandato judicial
que la confirma, cuando carece desde un inicio de los presupuestos que la
determinan.
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