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PÁMPA BÁRBARA/: UNA HISTORIA NACIONAL

Por Gonzalo Aguilar*


El 17 de octubre de 1945, como ningún argentino lo ignora, fue una fecha histórica
clave. Ese día miles de personas se dirigieron a la Plaza de Mayo para pedir por la
liberación del entonces secretario de trabajo Juan Domingo Perón. Desde entonces,
nada sería igual en la historia de nuestro país. Las multitudes que confluyeron en la
plaza llegaron desde diversos puntos de la ciudad y de sus suburbios, sobre todo del
sur desde donde arribaron los contingentes más numerosos. Pero también vinieron
desde el oeste (por avenida Rivadavia) y de la zona norte donde muchos habían ido a
darle apoyo personal al líder, quien se encontraba detenido en la avenida Luis María
Campos, en el barrio de Belgrano. Seguramente muchos de ellos llegaron a la plaza
por la avenida Corrientes o por las calles aledañas: Lavalle, Tucumán o Cangallo.
Como ya se sabía que las huestes avanzaban, casi todos los negocios estaban
cerrados. También los cines. Aquellos que se dirigieron por Lavalle, seguramente
habrán observado los grandes cartelones que publicitaban en el Ambassador una de
las producciones más esperadas de la pantalla nacional: Pampa bárbara, de Lucas
Demare y Hugo Fregonese, estrenada sólo una semana antes. Desde los grandes
carteles, Francisco Petrone (famoso por su labor teatral y su participación
protagónica en Los prisioneros de la tierra¸ La guerra gaucha y Todo un hombre)
miraba hacia el horizonte con los dientes apretados y su uniforme militar.

Producida por Artistas Argentinos Asociados, el estreno de esta película (muy


esperada después de los resonantes éxitos de La guerra gaucha y Su mejor alumno)
se vió afectada por las jornadas que desembocaron en el 17 de octubre. El día del
estreno (9 de octubre), una fecha determinante en ese entonces para el impulso de
cualquier película, la noticia de la detención del Coronel Perón en la Isla de Martín
García desvió la atención de los espectadores quienes no hablaban de otra cosa. Esta
mala suerte que acosó a Pampa bárbara desde un principio encuentra su origen en
los acontecimientos políticos pero, a la vez, no dice nada de la naturaleza política del
film. Aún más que otros medios, el mundo del espectáculo era refractario de un
modo sumamente curioso a las prácticas políticas, al menos hasta la emergencia del
peronismo.(1) ¿Cómo pensar entonces esa coincidencia más o menos azarosa entre la
realización de una de las mejores películas argentinas y el largo y tortuoso camino
que lleva a Perón al poder? ¿Qué relaciones hay entre un película que reconstruye un
hecho del siglo XIX y una sociedad en la que el cine evitaba hablar de política pero
estaba inescindiblemente ligado a ella por lazos económicos, ideológicos y
personales?

La proyección de las líneas ideológicas que se fueron redistribuyendo en la época del


posperonismo (momento en que el revisionismo histórico se reafirma), hizo que La
guerra gaucha y Pampa bárbara fueran leídas como un anuncio de los tiempos por
venir. Sobre todo a partir de los años sesenta cuando hubo un verdadero revival de
las figuras del peronismo histórico ligadas al campo de la cultura entre las que se
encontraban Raúl Scalabrini Ortiz, Arturo Jauretche, Enrique Santos Discépolo y
Homero Manzi, además de letrista de tangos, integrante de FORJA y guionista de La
guerra gaucha, Su mejor alumno y Pampa bárbara entre otras. En un típico gesto de
* Gonzalo Aguilar es investigador de CONICET. Ha sido docente en la Facultad de
Filosofía y Letras (UBA) y en la Universidad del cine y profesor visitante en
Stanford y en Harvard (USA). En el 2000, obtuvo su doctorado en la Universidad de
Buenos Aires y en el 2005 recibió la beca Guggenheim. En la actualidad, dicta
cursos de posgrado en las Facultades de Ciencias Sociales y Filosofía y Letras de la
UBA . También se ha desempeñado en el ámbito de la crítica literaria donde publicó
libros sobre Oswald Andrade y Gregorio de Matos, antologías sobre literatura
brasileña y poesía concreta. En el ámbito del cine publicó El cine de Leonardo Favio
junto con David Oubiña y Lautaro Murúa. Participó en los tomos correspondientes al
período de 1958-1983 de Historia del cine argentino coordinados por Claudio
España y editados por el Fondo Nacional de las Artes. También publicó Otros
mundos. Un ensayo sobre el nuevo cine argentino (Santiago Arcos editor, 2006) y
Poesía Concreta Brasileña: las vanguardias en la encrucijada modernista,
traducidos a varios idiomas.

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