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2.2. ECUACIÓN DE FLUJO DEL AGUA SUBTERRÁNEA.

2.2.1. Experimento de Darcy.

El experimento de Darcy consiste en colocar un cilindro de material poroso, de


sección S y de longitud L, en un tubo que conecta a dos depósitos con
diferente nivel de agua que se mantiene constante en cada uno de los
depósitos (Figura 2.2.1).

∆h

Figura 2.2.1. Esquema del experimento de Darcy. ∆h es ka diferencia de nivel entre los dos
depósitos que están conectados por un tubo de longitud L.

Lógicamente, cuando en los dos depósitos el nivel de agua es el mismo, no se


produce movimiento de líquido. En cambio, si los niveles en los dos depósitos
son diferentes, para una diferencia de altura ∆h, observamos un caudal Q de
agua que circula desde el depósito de nivel más alto hacia el depósito de nivel
más bajo. Midiendo este caudal en función de ∆h, se comprueba que el caudal
Q que circula es proporcional a tres parámetros (supuestos los dos otros
constantes):

 la sección de paso S (a doble sección, doble caudal)


 la diferencia de alturas de agua entre los dos depósitos: ∆h
 el inverso de la longitud: 1/L (a doble longitud, mitad de caudal)

Es decir que matemáticamente responde a la siguiente expresión:


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∆h
= velocidad × sección
Caudal = constante ⋅ ⋅S
L
que escribiremos de la siguiente forma, llamando k a la constante de
proporcionalidad citada:
∆h
Q =v ⋅ S =k ⋅ ⋅S
L

En esta expresión, definimos la velocidad de Darcy como:


∆h
v= k ⋅
L
∆h
dado que este producto de k * tiene dimensiones de velocidad. Dicha
L
velocidad es la v tal que multiplicada por la sección total de paso nos da el
caudal, pero dado que nuestro cilindro de sección S está relleno de material
poroso, esta v no es la velocidad media del agua que circula por dicho material
∆h
(recuérdese lo comentado en el apartado 2.1.7). Por otro lado, como es la
L
pendiente del potencial hidráulico, es decir, el gradiente i, podemos rescribir
nuestra ecuación anterior como:
 
v =−k ⋅ ∇h =−k ⋅ i

donde el signo negativo aparece dado que el flujo es en la dirección contraria al


gradiente, es decir, va de mayor potencial hidráulico a menor potencial (desde
el depósito de mayor nivel al de nivel más bajo).

2.2.2. Ley de Darcy.

Así, acabamos de ver que:


 
v =−k ⋅ i

Ésta es la ley básica de la hidrología subterránea y nos indica que la velocidad


de Darcy (o flujo específico) es proporcional al gradiente. Al coeficiente de
proporcionalidad k se le llama conductividad hidráulica del terreno y, en el
caso más general, tiene carácter tensorial (es un coeficiente de
proporcionalidad entre dos vectores, la velocidad y el gradiente, lo que
matemáticamente es un tensor).
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Veamos a continuación cómo aproximarnos de una forma intuitiva a la ley de


Darcy. Tenemos un ejemplo análogo en mecánica en la expresión de la
segunda ley de Newton:
 
F= m ⋅ a

que relaciona el valor de la fuerza ejercida sobre una masa con la aceleración
que le produce. Como puede verse en esta fórmula, la masa no es más que el
coeficiente de proporcionalidad entre la causa (la fuerza) y el efecto (la
aceleración). Así, un cuerpo de mayor masa, sometida a la misma fuerza, sufre
una menor aceleración.

En el caso del agua subterránea, la causa es el gradiente piezométrico y el


efecto es el movimiento del agua. La conductividad hidráulica es una
característica intrínseca del terreno que indica la mayor o menor resistencia
que ofrece el terreno a la circulación del agua. Así, el flujo hidráulico en un
terreno de elevada conductividad hidráulica necesitará menos gradiente que un
terreno de menor conductividad hidráulica, en el que deberán darse unas
condiciones de mayor gradiente, para que exista igual movimiento de agua.

De hecho, la ley de Darcy se obtiene de las ecuaciones de Navier-Stokes para


un flujo laminar. Recuérdese que el régimen de movimiento de un fluido puede
conocerse a partir del valor del número adimensional de Reynolds (Re), que
conceptualmente relaciona el cociente entre las fuerzas de inercia y las fuerzas
viscosas según la expresión siguiente:
v ⋅d⋅ρ
Re =
µ
donde:
v = velocidad de flujo en m/s
d = tamaño medio del diámetro de las partículas: d50 o en medios fisurados:
para fisuras muy extensas, el diámetro hidráulico d es igual a 2 veces el valor
de la apertura de la fisura.
ρ = la densidad del fluido en g/cm3
µ = la viscosidad dinámica en dinas.seg/cm2

En medio poroso es válida la ley de Darcy cuando tenemos que:


Re < 1-10
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(el rango es debido a que la transición de flujo laminar a turbulento no es


súbita, sino gradual). En estas circunstancias, con valores de Re inferiores a la
unidad, tenemos la seguridad que el flujo es laminar y por tanto Darcy es
válido, ya que según hemos dicho, el número de Reynolds relaciona las fuerzas
de inercia y las fuerzas viscosas, es decir, si dominan unas o las otras. Cuando
∆h
dominan las fuerzas viscosas, el flujo es laminar y es proporcional a la
L
velocidad. Cuando dominan las fuerzas de inercia, el flujo pasa a ser en
∆h
régimen turbulento y es proporcional a la velocidad al cuadrado, lo que
L
implica que la relación entre las pérdidas de carga y la velocidad del fluido sea
según una relación ya no lineal.

Por tanto, la Ley de Darcy es estrictamente válida únicamente cuando


predominan las fuerzas viscosas, es decir, cuando existe un régimen laminar.
En las aguas subterráneas, dado que en general las velocidades son muy
pequeñas, la ley de Darcy es casi siempre válida.
Veamos en que casos esta ley no es válida:

 En las proximidades de la rejilla de un pozo, el caudal es muy importante


frente a una sección decreciente y las velocidades aumentan rápidamente.
Estamos en un régimen turbulento, y la ley de Darcy pierde su validez.
 En medios fracturados, si las grietas son pequeñas, (<1 mm) y el gradiente
es razonable, el flujo se comporta según el régimen laminar y la ley de
Darcy es aplicable. Sin embargo, si las fisuras son más grandes, actúan
como conductos de circulación preferente en los que el flujo es turbulento y
obedece a otras leyes de la hidrodinámica. En este caso, la ley de Darcy no
sería utilizable.

Relaciones matemáticas análogas a la ley de Darcy se encuentran


frecuentemente, en otros ámbitos de la física (además de la ya citada ley de
Newton), como por ejemplo:

 La ley de transferencia de calor por conducción en termodinámica, que se


define como:

q
 A  = −λ ⋅ ∇T
 
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Siendo q el flujo de calor y A la sección. Donde se relaciona la circulación del
q
flujo de calor   a causa de un gradiente de temperatura ∇T (λ es la
A
conductividad térmica, que es mayor, por ejemplo, en los metales que en los
aislantes).

 En electromagnetismo en que la ley de densidad de corriente es definida


como (ley de Ohm generalizada):

j = −σ ⋅ ∇V
Siendo − σ la conductancia eléctrica y V el potencial eléctrico. Donde

consideramos la presencia de una corriente eléctrica j en función del gradiente
de potencial eléctrico ∇V .

Ello permite por analogías, simular fenómenos de un ámbito mediante modelos


de otros más fáciles de construir (por ejemplo, simular un acuífero mediante un
circuito de resistencias eléctricas, según se verá en el Tema de modelos de
simulación de acuíferos).

2.2.3. Conductividad hidráulica.

De forma análoga a las otras constantes de conductividad de las expresiones


físicas citadas en el párrafo anterior, en la ley de Darcy, el factor k es un tensor
que varía según la dirección. Su valor es una constante para cada medio y
cada fluido en unas mismas condiciones. En general, está ligado a la porosidad
eficaz del terreno, a la interconexión de poros y al tamaño de poro. Así un
terreno muy poroso de grano grueso será en principio muy permeable.

La conductividad hidráulica k que hemos definido depende del medio pero


también del fluido, de su densidad y de su viscosidad. Es interesante disponer
de una magnitud que dependa únicamente del medio, y no del fluido que
circula por el mismo. Esta magnitud, caracterizada por un coeficiente k0 que
ρg
depende sólo del medio, se define por la igualdad siguiente: k = k 0
µ
donde:

[ ]
k = conductividad hidráulica LT −1 (m s )
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k0 = permeabilidad intrínseca, específica, geométrica o coeficiente de


[ ]
permeabilidad del terreno L2 (m 2 )

ρ = densidad o masa específica [ML ] (


−3 kg
)
m3

g = aceleración de la gravedad [LT ] (


−2 m)
s2

µ = viscosidad dinámica del fluido [ML T ] (Pa * s)


−1 −1

Cabe destacar que en la conductividad hidráulica k, también influye la


temperatura, ya que ésta modifica principalmente la viscosidad. Estas
variaciones en la conductividad hidráulica suelen ser relevantes únicamente en
casos de sistemas geotérmicos, puesto que en la mayoría de situaciones la
temperatura del agua subterránea es bastante constante.

Del mismo modo, la composición química del agua también puede condicionar
la permeabilidad del terreno como consecuencia de los fenómenos de
disolución o precipitación que pueden ocurrir en el contacto con el terreno. Pero
sobretodo en los casos de flujo de agua salina.

2.2.4. Flujos en paralelo y en serie.

Analicemos qué sucede con la ley de Darcy en medios heterogéneos.

• Entendemos por flujo en paralelo, el flujo que pasa por varias capas
paralelas o estratificadas de materiales de distintas conductividades
hidráulicas en la misma dirección que la estratificación (Figura 2.2.2).
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∆h

k1 b1

k2 b2
k3 b3
k4 b4

kn bn

Figura 2.2.2. Esquema según el experimento de Darcy de un acuífero que conecta dos
depósitos, compuesto por varias capas horizontales estratificadas (1, 2, 3, ... n) de
materiales de distintas permeabilidades o conductividades hidráulicas (k1, k2, k3, ... kn) y
distintos espesores (b1, b2, b3, ...bn).

Cada nivel n del estrato de conductividad hidráulica kn y de espesor bn sufre la


misma pérdida de carga ∆h (Figura 2.2.2). La cantidad total de agua que circula
por toda la sección es la suma de las que circulan por cada capa.
Individualmente, el caudal que circula por la capa 1 sería (por unidad de
anchura en la dirección perpendicular a la pantalla o al papel):
∆h
q1 = b1 ⋅ k1 ⋅
L
Para la capa 2 tenemos que:
∆h
q2 = b2 ⋅ k 2 ⋅
L
Para la capa n:
∆h
qn = bn ⋅ k n ⋅
L
El caudal total que pasa por todo el conjunto sería la suma de todos estos
caudales:
∆h ∆h
q = ∑ b nK n = ∑ b nK n
L L
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La conductividad hidráulica equivalente del conjunto es aquella tal que:


∆h
q = b·k· ; pero b = ∑ bn
L

luego, tenemos que esta conductividad hidráulica equivalente se relaciona con


la del conjunto de estratos por la relación:
∑ b nK n
K eq =
∑ bn

En esta expresión para valores realistas, se obtiene que generalmente la capa


más permeable domina, es decir, que los medios más permeables condicionan
el flujo de agua.

• En cambio, en el flujo en serie, el flujo pasa perpendicularmente a los


estratos de materiales de distintas conductividades hidráulicas, en una
única sección de paso S (Figura 2.2.3).

∆h1
∆h2
∆h3
∆h4
∆hn

k 1 L1 K2 L2 k3 L3 k 4 L4 Kn Ln

Figura 2.2.3. Esquema según el experimento de Darcy de un acuífero que conecta dos
depósitos, compuesto por varias capas verticales (1, 2, 3, ... n) de materiales de distintas
conductividades hidráulicas (k1, k2, k3, ... kn) y distintos espesores (b1, b2, b3, ... bn) y de igual
sección de paso S. ∆h1,2,3...n es la pérdida de carga de cada capa.
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En este caso, el caudal que cruza todas las capas es único, y para cada tramo
de sección S, tendremos una distinta pérdida de carga, es decir, tenemos que:
∆hn
q = S * Kn
Ln
tal que ∆h = ∑ ∆hn y L = ∑ Ln

ya que la pérdida de carga total es la suma de la de cada tramo.

Luego:
∆hn ∆h
S·k n· = S·k·
Ln L
k·Ln ∆h
⇒ ∆hn = ·
kn L
∆h Ln
⇒ ∑ ∆hn =∆h = k· ·∑
L kn
L
⇒ k eq =
L
∑ n
kn

En este caso, la capa con la conductividad hidráulica menor acostumbra a ser


la que condiciona la conductividad hidráulica equivalente del conjunto.

2.2.5. Derivación de la ecuación general del flujo.

A estas alturas ya disponemos de las herramientas para deducir la expresión


cuantitativa que nos permite relacionar y cuantificar los flujos de aguas
subterráneas con la piezometría y las características del terreno, una vez
hemos visto que esta piezometría (o más exactamente los gradientes
piezométricos) son los motores de los movimientos del agua en el terreno.

Esta ecuación que vamos a derivar es por tanto, la clave de la ciencia de la


hidrología subterránea. A partir de ella, seremos capaces de ir particularizando
cada situación sin más que aplicar estas particularidades a cada caso concreto.

Por tanto, es la ecuación fundamental en lo que se refiere al flujo de agua


subterránea.
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Esta ecuación se deriva de un simple balance de masas y de la Ley de Darcy.


Un balance de masas consiste en plantear una ecuación tan sencilla como la
siguiente:

Entradas – Salidas = Variación de almacenamiento

Esta ecuación se podría aplicar a un volumen de control constante arbitrario;


pero ello nos obligaría a utilizar teoremas de cálculo que requieren un cierto
nivel matemático. Por eso vamos a definir un volumen de control sencillo que
nos permita derivar la ecuación con igual rigor matemático, aunque tal vez con
menor elegancia.

En nuestro caso consideraremos un volumen de control definido en un sistema


de coordenadas rectangulares de ejes X, Y y Z, como un paralelepípedo de
lados de dimensiones ∆x, ∆y y ∆z, como se puede observar en la Figura 2.2.4.

∆x
X
∆y
Y ∆z
Z
1 2

Flujo de agua en la dirección X

Figura 2.2.4. Definición del volumen de control al que se le aplicará el balance de masas.

Sobre el volumen de control que acabamos de definir, aplicaremos el balance


de masas, es decir, determinaremos qué cantidad de masa de fluido entra, qué
cantidad sale, y cómo varía la cantidad almacenada.

Entradas y salidas.
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Dado que este volumen es un paralelepípedo es decir, con seis caras, tenemos
que estudiar el flujo de masa a través de las seis caras, que tomaremos de dos
en dos según la dirección de los ejes.

Consideraremos para empezar, el eje X y las dos caras que le son


perpendiculares. Veamos los diferentes términos que describen dichos flujos
por ambas caras:

- La masa de fluido que entra por la cara 1 sería el caudal específico por la
densidad por el área de paso, es decir:
ρqx x ∆y∆z

donde qx x se refiere al caudal o flujo específico en la dirección X en el punto


de coordenada x.

- La masa de fluido que saldría por la cara 2, opuesta a la cara 1, sería:


ρqx x +∆x ∆y∆z

donde indicamos por qx x +∆x el hecho que no es el mismo flujo específico de


antes, en x, sino en la nueva posición de la cara 2 que es x + ∆x.
Desarrollando esta última expresión mediante el teorema de Taylor(7), y
despreciando los términos para n>1, escribimos el término que representa la
masa que sale por la cara 2 en función de la que entra por la cara 1:


ρqx x +∆x ∆y∆z =ρqx ∆y∆z + ∆x ( ρqx ) ∆y∆z
∂x
x

Al efectuar el balance de masas entre las caras 1 y 2 obtenemos que lo que


entra menos lo que sale nos queda como:


ρqx ∆y∆z − ρqx x +∆x ∆y∆z =− ( ρqx ) ∆x∆y∆z
∂x
x

Si operamos análogamente según los ejes Y y Z, tenemos que las entradas


menos las salidas para las seis caras del volumen de control quedarán como:

 ∂ ∂ ∂ 
−  ( ρqx ) + ( ρqy ) + ( ρqz )  ∆x∆y∆z
 ∂x ∂y ∂z 
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Variación del almacenamiento.

Veremos a continuación qué sucede con el otro término del balance, es decir,
con la variación del almacenamiento. Para ello debemos efectuar una serie de
consideraciones previas que nos permitirán llegar a la fórmula que describe la
variación de almacenamiento. Empecemos por establecer algunas magnitudes:

• La masa de agua en el volumen de control está representada por el


producto del volumen por la densidad, pero a su vez el volumen de agua
no es más que el volumen total multiplicado por la porosidad, es decir:
M= m · ρ · ∆x ∆y ∆z
• El volumen de material sólido dentro de nuestro volumen de control
viene dado en cambio, por el siguiente producto:
(1 − m ) ∆x ∆y ∆z

Es importante destacar esta expresión porque utilizaremos la baja


compresibilidad de la roca para relacionar las variaciones de porosidad con las
otras variables. Para ello establecemos que este volumen de roca es
constante, o lo que es lo mismo dicho matemáticamente, que tiene derivada
nula respecto al tiempo o cualquier otra magnitud (presión, etc.).

• La variación temporal de la masa M respecto al tiempo viene


cuantificada por la derivada respecto al tiempo de M:
∂M ∂
= (mρ∆x∆y∆z )
∂t ∂t

Ahora cabe preguntarse qué parámetros pueden provocar variaciones de la


masa contenida en el volumen de control. El motivo principal que provoca
cambios en la masa contenida en el volumen de control es la variación de la
presión en la vertical. En efecto, los cambios de presión inducen variaciones de
la densidad del agua, y también variaciones de la porosidad del terreno. Estas
dos consecuencias, resultado de la misma acción de la presión, pueden
cuantificarse mediante dos parámetros: la compresibilidad del agua y la
compresibilidad del terreno. Sus expresiones son, respectivamente:

- Compresibilidad del agua:


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1 dρ
β=
ρ dP
(es por tanto el inverso del módulo de elasticidad definido anteriormente)

- Compresibilidad del terreno:


1 d ( ∆z )
α=
∆z dP

expresiones que, aunque puedan parecer complicadas, son las típicas de


cualquier coeficiente de variabilidad: p.ej. un coeficiente de dilatación que se
define como variación de longitud de una barra POR UNIDAD DE LONGITUD
(de aquí el 1/L) y POR UNIDAD DE TEMPERATURA de variación (el dL/dT).

Veamos ahora como con estos parámetros varía la porosidad del terreno con la
presión. Si, como hemos dicho, consideramos despreciable la compresibilidad
del terreno, su volumen permanece constante, lo que es lo mismo que decir
que:
d (1 − m ) ∆x ∆y ∆z  = d ⋅ Vsolido = 0

Si desarrollamos este diferencial utilizando la fórmula del diferencial del


producto, obtenemos cuatro términos (es el producto de cuatro términos), de
las cuales solo quedan estos dos:

− dm ∆x ∆y ∆z + (1 − m) ∆x ∆y d (∆z) =0

puesto que ∆x y ∆y son constantes(8). Si operamos y simplificamos, tenemos


que:
(1 − m ) ⋅ d ( ∆z )
∆z ⋅ dm =
(1 − m ) ⋅ d ( ∆z )
⇒ dm =
∆z
expresión que relaciona la variación de la porosidad con las variaciones de
dimensión vertical ∆z.

Pasemos seguidamente a estudiar cómo varía la densidad del agua al variar la


presión. Ya sabemos que el valor de la presión en cualquier punto se halla
mediante la fórmula: P= P0 + ρgh
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Siendo h la profundidad del punto considerado respecto al nivel de referencia


donde la presión es P0.
Luego: dP = ρg dh [1]
Si ahora sustituimos dP por su valor derivado de la expresión de la
compresibilidad del agua y reemplazamos los términos, tenemos que las
variaciones de densidad se relacionan con las variaciones de h según:
dρ = ρβ ( ρg dh ) [2]

Operando del mismo modo con la expresión de la compresibilidad del terreno


obtenemos la relación entre las variaciones de ∆z y las de h:
d ( ∆z ) = α∆z ( ρg dh )

Y por último, utilizando esta expresión en la relación entre la variación de la


porosidad respecto a ∆z tenemos finalmente como varía la porosidad con h:
(1 − m ) ⋅ d ( ∆z )=
dm= (1 − m ) αρg dh [3]
∆z

Estas tres expresiones [1], [2] y [3] relacionan pues las variaciones de presión,
de densidad, y de porosidad con las variaciones de potencial piezométrico h.
Con ello hemos conseguido nuestro objetivo que es relacionar todos los
parámetros que afectan el almacenamiento con la piezometría, que a su vez ya
sabemos que es el motor del movimiento que nos hace fluir el agua a través del
volumen de control. Estamos pues en condiciones de empezar a relacionar
ambos conceptos: flujos y almacenamientos.

• Una vez establecidos estos términos, volvamos a la expresión de la


variación temporal de la masa de agua contenida en el volumen de
control, que desarrollaremos con la derivada del producto, y en la que
sustituiremos las expresiones que hemos obtenido anteriormente, [1], [2]
y [3]:
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∂M ∂  ∂ ( ∆z ) ∂m ∂ρ 
= (mρ∆x∆y∆z ) =  ρm + ρ∆z + m∆z  ∆x∆y =
∂t ∂t  ∂t ∂t ∂t 
 ∂h ∂h ∂h 
=  ρmα∆zρg + ρ∆z (1 − m ) αρg + m∆zρβρg  ∆x∆y =
 ∂t ∂t ∂t 
 ∂h 
=  ( ρmα∆zρg + ρ∆z (1 − m ) αρg + m∆zρβρg)  ∆x∆y =
 ∂t 
 ∂h 
=  ( mαρg + (1 − m ) αρg + mβρg) ∆zρ  ∆x∆ =
y
 ∂t 
 ∂h 
=  ( mαρg + αρg − mαρg + mβρg) ∆zρ  ∆x∆y
 ∂t 

Así pues, la ecuación que expresa la variación de almacenamiento es:


∂M ∂h
= ( αρg + mβρg) ρ∆x∆y∆z
∂t ∂t

• Luego, juntándolo todo, la expresión del balance general es de la


siguiente forma:

 ∂q ∂qy ∂qz  ∂h
− x + +  ρ∆x∆y∆z = ( αρg + mβρg) ρ∆x∆y∆z
 ∂x ∂y ∂z  ∂t

y simplificando tendremos que:

 ∂q ∂q ∂q  ∂h
−  x + y + z  = ( αρg + mβρg)
 ∂x ∂y ∂z  ∂t
si ahora utilizamos la Ley de Darcy que nos define el flujo específico q según
las tres direcciones del espacio X, Y y Z, es decir:

∂h ∂h ∂h
qx =
−k x ; qy =
−k y ; qz =
−k z ;
∂x ∂y ∂z

y lo sustituimos en la expresión anterior:

∂  ∂h  ∂  ∂h  ∂  ∂h  ∂h
 kx  + ky  + kz  = ρg ( α + βm )
∂x  ∂x  ∂y  ∂y  ∂z  ∂z  ∂t

Ss = Coeficiente de
almacenamiento específico
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∂  ∂h  ∂  ∂h  ∂  ∂h  ∂h ECUACIÓN GENERAL
kx +  k y  + kz =
Ss DEL FLUJO
∂x  ∂x  ∂y  ∂y  ∂z  ∂z  ∂t
DE AGUA SUBTERRÁNEA

Para resolver esta ecuación diferencial en una situación real, debemos


disponer además de dos elementos adicionales:

- Las condiciones de contorno en el instante t = 0, es decir, las condiciones


iniciales en que: h (x,y,z,t) = h0 (x,y,z,0) para todo x,y,z
- Las condiciones de contorno en la frontera del espacio donde se aplica la
ecuación (p.ej. un límite impermeable, un contacto con el mar o un lago,
etc.)

Observemos que dicha ecuación es de segundo orden (derivadas segundas)


para el espacio y de primer orden (primera derivada) para el tiempo.
Evidentemente, el potencial hidráulico depende de la posición y el tiempo, es
decir, h=h(x,y,z,t), y los restantes parámetros dependen de las posiciones:
ki=ki(x,y,z) y Ss=Ss(x,y,z).

Así pues, finalmente, hemos obtenido una ecuación que describe el flujo de
agua subterránea. Si conseguimos una ecuación similar en cuanto a
concentraciones de solutos (elementos disueltos), es decir, la ecuación general
del transporte, ambas englobarían toda la teoría del curso de hidrología
subterránea.

El problema se presenta a la hora de resolver casos reales. Esta ecuación es


demasiado complicada para tener solución directa en situaciones reales.
Además, su resolución implica un conocimiento perfecto de la distribución de
conductividades hidráulicas en todos los puntos, así como del coeficiente de
almacenamiento; situación que en un acuífero no se da nunca porque se
obtienen únicamente valores puntuales y no de la distribución en todo el
espacio, tanto para las conductividades hidráulicas como para los coeficientes
de almacenamiento específicos.

En la ecuación general del flujo de agua subterránea destaca un término por su


importancia, dado que es un parámetro hidráulico de gran relevancia en esta
materia; se trata del coeficiente de almacenamiento específico. Ya hemos visto
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de donde sale (es consecuencia de la compresibilidad del agua y de la


compresibilidad vertical del terreno), y cual es su expresión matemática.
Veamos ahora también como se define conceptualmente.

DEFINICIÓN: El coeficiente de almacenamiento específico SS, es la cantidad


de agua cedida o absorbida por unidad de volumen de acuífero al variar el nivel
piezométrico en un metro. Esta capacidad del terreno para absorber o ceder
agua es función de la compresibilidad del agua β, y de la compresibilidad del
terreno α. De manera que este coeficiente no puede ser nuca 0, ya que aunque
la roca no sea compresible, la compresibilidad del agua nunca será nula.

Conviene advertir que se prefiere utilizar otro parámetro que sea por unidad de
área, ya que como veremos más adelante este coeficiente de almacenamiento
específico no es el parámetro más usado para caracterizar el almacenamiento
de agua en el terreno. Pero ya llegaremos a ello.

Analicemos algunos casos particulares.

a) Estado estacionario

En este caso, las derivadas respecto al tiempo son cero ya que los niveles
no varían en el tiempo. Estamos en un régimen estacionario, y por tanto

∂  ∂h  ∂  ∂h  ∂  ∂h 
kx  + ky  + kz =0
∂x  ∂x  ∂y  ∂y  ∂z  ∂z 

b) Flujo horizontal

Si el flujo es horizontal, no depende de la coordenada z, y por tanto, la


ecuación general se reduce a:

∂  ∂h  ∂  ∂h  ∂h
kx  +  k y  = S s
∂x  ∂x  ∂y  ∂y  ∂t

Si además la conductividad hidráulica horizontal es isótropa ( kx = ky = k ):


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∂  ∂h  ∂  ∂h  ∂h
 k  +  k  = S s
∂x  ∂x  ∂y  ∂y  ∂t

Si el espesor b del acuífero es prácticamente constante, y la conductividad


 ∂  ∂h  ∂ 2h 
hidráulica varía lentamente en el espacio:   k  ≈ k 2 
 ∂x  ∂x  ∂x 

podríamos escribir que:

∂ 2h ∂ 2h ∂h
T + T =S
∂x 2
∂y 2
∂t

donde T=K*b y S=Ss*b

Ahora, el significado de S es distinto, ya que pasa a ser:

DEFINICIÓN: El coeficiente de almacenamiento S, es la cantidad de agua


cedida o absorbida por unidad de área de acuífero al variar el nivel
piezométrico en un metro.

Esta aproximación se puede rescribir como:

∂ 2h ∂ 2h S ∂h
+ =
∂x 2
∂y 2
T ∂t

o simplificadamente:
S ∂h
∇2h =
T ∂t

donde ∇ 2 es una forma compacta de escribir el operador (9):

∂2 ∂2
∇2 = +
∂x 2 ∂y 2

Si además estamos en situación estacionaria, llegamos a


Clase 2.2 Pág. 19 de 51

∇2h = 0 ECUACIÓN DE LAPLACE

Veremos más adelante aplicaciones concretas de todas estas parafernalias


matemáticas.

2.2.6. Soluciones a casos particulares de la ecuación general del flujo de


agua subterránea.

Veamos ahora algunos casos particulares que simplifican la ecuación general


del flujo y permiten hallar una solución simple.

• En el caso bidimensional de un acuífero isótropo e homogéneo, la


ecuación se reduce a:
S ∂h
∇ 2h = ⋅
T ∂t
• Consideremos ahora un acuífero cautivo de conductividad hidráulica
constante k y espesor b que conecta dos lagos de niveles diferentes
(Figura 2.2.5).

h=h(x)

ho
Acuífero cautivo
hL
b k

Figura 2.2.5. Esquema de acuífero cautivo de espesor b, longitud L y conductividad hidráulica


k que conecta dos lagos con nivel diferente h0 y hL. La línea discontinua roja representa el nivel
piezométrico del acuífero cautivo.
Clase 2.2 Pág. 20 de 51

Es un sistema unidimensional (sólo hay variaciones en la dirección x) y


estacionario, donde la altura o nivel piezométrico sólo varía como: h = h(x)
tenemos que (dado que estamos en estado estacionario, es decir, la derivada
temporal es cero) nuestra ecuación general de flujo se reduce a:

∇ 2h =
0
Es decir:
d 2h
=0
dx 2

ya que estamos en un sistema estacionario, homogéneo, isótropo y


unidireccional.
Y si integramos, obtenemos:

dh
dx
= A siendo A una constante

Volviendo a integrar se establece una función o relación de dependencia tal


que:
h ( x=
) Ax + B

Las condiciones de contorno son en este caso que el nivel en los contactos con
los dos lagos corresponden al nivel de la lámina libre de agua. Si aplicamos
estas condiciones de contorno para hallar el valor de las constantes de
integración, tenemos que:

h ( 0 ) = h0 = A ⋅ 0 + B ⇒ B = h0

h (L ) = hL = A ⋅ L + h0 ⇒ A =
(hL − h0 )
L

Y si sustituimos los valores que hemos obtenido para A y para B, la expresión


de la función h (x) es la siguiente:

h(x)
=
(hL − h0 ) x + h
0
L

La representación gráfica de esta función es la recta que describe la superficie


piezométrica para el acuífero (línea roja discontinua en la Figura 2.2.5).
Clase 2.2 Pág. 21 de 51

De esta ecuación sorprende que la superficie piezométrica no depende de la


conductividad hidráulica. Esta aparente contradicción es debida a que si bien el
gradiente (es decir, el motor del movimiento) efectivamente es constante
independientemente de k, la consecuencia, es decir, el flujo, sí variará(10).

• Consideremos ahora un acuífero cautivo en el que perforamos un pozo,


tal como se indica en la Figura 2.2.6:

sr

Acuífero cautivo
ho
k b

Figura 2.2.6. Esquema de un pozo extrayendo un caudal Q en un acuífero cautivo de espesor


b y conductividad hidráulica k. El nivel piezométrico inicial en el pozo era h0. Después de un
determinado tiempo de bombeo, en un punto a distancia r del pozo se ha producido un
descenso de sr. El cilindro representa el flujo radial y el cono de bombeo que se produce al
poner en marcha el pozo extrayendo agua del acuífero.

Es un sistema bidimensional, y si suponemos el caso de un flujo estacionario,


se cumple que:
∇ 2h =
0

Fijémonos que al bombear, se forma un cono de bombeo (Figura 2.2.6). Cada


punto de este cono puede ser representado por coordenadas de tipo
cilíndricas.

Recordemos que las coordenadas cilíndricas (r, Υ, z) de un punto P se


describen como:
Clase 2.2 Pág. 22 de 51

P
·

Z z

r X
Υ
Y

En este caso con simetría radial, la Laplaciana se escribe como:

1 d  dh 
∇ 2h = ⋅  r
r dr  dr 

Y puesto que hemos considerado un caso estacionario, podemos escribir:

1 d  dh  d  dh 
∇ 2h =0 = ⋅  r  ⇒ r =0
r dr  dr  dr  dr 
lo que integrando nos da:

dh
r =A siendo A una constante
dr
y por tanto:
dh A
=
dr r

Luego, integrando nuevamente la expresión de la función h (r) es la siguiente:

(r ) A lnr + B
h=

A la vista de esta ecuación, en el momento que intentemos calcular las


constantes de integración A y B podemos deducir que la solución en estado
estacionario no existe. Para obviar esta dificultad, supongamos que a una
cierta distancia R, denominada radio de influencia, el nivel se mantiene
inalterado y de valor constante h(R)=ho, entonces la expresión anterior a esta
distancia R queda de la siguiente forma:

(R ) A lnR + B
h=
Clase 2.2 Pág. 23 de 51

Por otro lado, h depende del caudal extraído Q, luego aplicando la ley de
Darcy, tenemos:
dh
Q = sup erficie * conductivi dad hidráulica * gradiente = 2πrb * k *
dr

si T=K*b, operando tenemos que:


dh Q
=
dr 2πrT

De las precedentes igualdades mientras integrábamos observemos:


dh A Q Q
= = ⇒A=
dr r 2πrT 2πT
Así pues:
Q
h (r )
= lnr + B
2πT
A partir de ahora en lugar de usar el término nivel h utilizaremos el término
descenso. Sea s la diferencia de altura de h0 a h:

=
s h0 − h

Para un radio igual al radio de influencia, tenemos que h es igual que h0 y S=0.
Luego:
Q Q
h0 = lnR + B ⇒ B = h0 − lnR
2πT 2πT

es decir, la expresión que describe los descensos de nivel en función del radio
es la siguiente:

 Q Q 
s ( r ) = h0 −  lnr + h0 − lnR 
 2πT 2πT 

y operando (diferencia de logaritmos igual a logaritmo del cociente) obtenemos:

Q r
s (r ) = ln
2πT R

Se ve que el descenso de nivel dependerá del diámetro del pozo (mayor


diámetro menor descenso), y que el descenso también dependerá de la T.
Clase 2.2 Pág. 24 de 51

2.2.7. Flujos verticales.

Imaginemos la situación de la Figura 2.2.7. Dos acuíferos, es decir, dos niveles


de terrenos relativamente buenos conductores de agua con conductividades
hidráulicas altas, separados por un material de menor conductividad hidráulica.
Esto correspondería a una situación con un acuífero libre en la parte superior
con nivel piezométrico determinado, y un acuífero cautivo en la parte inferior
con otro nivel piezométrico independiente (es una situación relativamente
corriente en la realidad).

Ahora vamos a analizar lo que sucede si el nivel piezométrico del acuífero


inferior es superior que el del acuífero superior, incluso por encima del nivel del
terreno.
h2

h1
Acuífero superior (1)
Acuífero libre de conductividad hidráulica alta

• A
Acuitardo de baja conductividad hidráulica
b

• B
Acuífero inferior (2)
Acuífero cautivo de conductividad hidráulica alta

Figura 2.2.7. Esquema de dos acuíferos de elevada conductividad hidráulica (superior -1 e


inferior -2) separados por un acuitardo de espesor b. El nivel piezométrico del acuífero inferior
es h2 y el del acuífero superior es h1. El punto A está situado en el techo del acuitardo y base
del acuífero superior que es libre y el punto B está situado en la base del acuitardo y techo del
acuífero inferior que es cautivo.

A continuación realizaremos un ejercicio conceptual consistente en visualizar


distintas situaciones, a base de variar un nivel manteniendo el otro constante, y
estudiando como afecta ello al flujo de agua entre ambos acuíferos. Para ello
Clase 2.2 Pág. 25 de 51

analizaremos como va a circular el agua entre ambos acuíferos a medida que


modificamos el nivel h2.

- Dado que en el punto A, cota inferior del acuífero superior, el nivel


piezométrico es h1, y en el punto B, cota del techo del acuífero inferior es h2,
entre los puntos A y B hay una diferencia de nivel piezométrico.
Recordemos que precisamente las diferencias entre niveles piezométricos
son el motor para que el agua se mueva, y se originen flujos de agua.

¿Cómo va a ser este flujo de agua? Evidentemente desde el mayor nivel


piezométrico al menor nivel piezométrico. Por tanto, en esta situación inicial
tenemos un flujo de agua vertical desde el acuífero inferior hacia el acuífero
superior (Figura 2.2.8).

h2

h1
Acuífero superior

• A

FLUJO VERTICAL HACIA ARRIBA b


Acuitardo de baja conductividad hidráulica
• B
Acuífero inferior

Figura 2.2.8. Esquema del flujo vertical ascendente a través del acuitardo, entre un acuífero
inferior cautivo y un acuífero superior libre en la situación en que el nivel piezométrico del
acuífero inferior está por encima del nivel piezométrico del acuífero superior.

¿Cómo podemos cuantificar el caudal de agua?


Sabiendo que la conductividad hidráulica vertical de este acuitardo intermedio
es kv, aplicando la ley de Darcy el caudal equivale al producto de la superficie
horizontal del sistema, que llamaremos A por la conductividad hidráulica
Clase 2.2 Pág. 26 de 51

vertical kv, y por el gradiente, que es el cociente de la diferencia de niveles (∆h)


dividido entre la distancia, es decir el espesor b del acuitardo:

h2 − h1
Q = A ⋅ kv ⋅
b

- Ahora, ¿qué sucede si este nivel h2, el nivel en el acuífero inferior, empieza
a descender?

construimos una gráfica en la cual vamos a representar el caudal entre


ambos acuíferos a medida que varía h2.

Q
Caudal
vertical
inicial

0 h1 Nivel inicial del h2


acuífero inferior

En principio este caudal tiene sentido ascendente, de abajo a arriba, y el valor


del caudal inicial es el que acabamos de calcular dado por la h2 inicial.

Ahora vamos bajando el nivel piezométrico del acuífero inferior (Figura 2.2.9),
¿qué va a suceder?
Clase 2.2 Pág. 27 de 51

h2

h1
Acuífero superior

• A

FLUJO VERTICAL HACIA ARRIBA b


Permeabilidad vertical = kv
• B
Acuífero inferior

Figura 2.2.9. Esquema del flujo vertical ascendente a través del acuitardo, entre un acuífero
inferior cautivo y un acuífero superior libre en la situación en que el nivel piezométrico del
acuífero inferior está por encima del nivel piezométrico del acuífero superior pero empieza a
descender.

Es bastante obvio que cuando h2 va disminuyendo, el caudal va a ir


disminuyendo, puesto que el término ∆h y por tanto el gradiente vertical se va
reduciendo.

0 h1 h2

- ¿Hasta qué momento va a ir disminuyendo el caudal?

Pues hasta que coinciden h2 y h1, es decir, cuando en la gráfica h2 sea igual a
h1, significa que el nivel del acuífero cautivo inferior y el nivel del acuífero libre
Clase 2.2 Pág. 28 de 51

superior están exactamente al mismo nivel piezométrico, y en este caso, el


caudal es cero (Figura 2.2.10). No hay gradiente, por tanto no hay movimiento
de agua. Así pues, este caudal entre ambos acuíferos se iría reduciendo
linealmente con la disminución de la diferencia de nivel, y en el momento en
que h2 pasa a ser h1, el caudal es nulo.

h2 = h1
Acuífero superior

• A
NO HAY FLUJO
b
Conductividad hidráulica vertical = kv
• B
Acuífero inferior

Figura 2.2.10. Esquema del flujo vertical nulo a través del acuitardo, entre un acuífero inferior
cautivo y un acuífero superior libre en la situación en que el nivel piezométrico de ambos
acuíferos es el mismo.

- Si sigue descendiendo el nivel h2, ¿qué sucederá en el momento en que h2


empieza a estar por debajo de h1?
Clase 2.2 Pág. 29 de 51

h1
Acuífero superior
h2

• A
FLUJO VERTICAL HACIA ABAJO

Conductividad hidráulica vertical = kv


• B
Acuífero inferior

Figura 2.2.11. Esquema del flujo vertical descendente a través del acuitardo, entre un acuífero
inferior cautivo y un acuífero superior libre en la situación en que el nivel piezométrico del
acuífero inferior está por debajo del nivel piezométrico del acuífero superior.

Puesto que el nivel en la base del acuífero superior, es más alto que el nivel
en el techo del acuífero inferior, el flujo ahora es claramente descendente
(Figura 2.2.11), y el caudal pasa a ser negativo respecto al anterior.

0 h1 h2

?
Clase 2.2 Pág. 30 de 51

- Y ahora cabe preguntarse, ¿esto sucederá indefinidamente?


Reflexionemos, ¿qué ocurrirá cuando h2 llegue a la base del acuífero superior?

h1
Acuífero superior

• A h2
FLUJO VERTICAL HACIA ABAJO

Conductividad hidráulica vertical = kv


• B
Acuífero inferior

Figura 2.2.12. Esquema del flujo vertical descendente a través del acuitardo, entre un acuífero
inferior cautivo y un acuífero superior libre en la situación en que el nivel piezométrico del
acuífero inferior se sitúa en el techo del acuitardo.

Pues sigue existiendo un gradiente, es decir (h1 – h2) tiene un determinado


valor, y el caudal continúa siendo vertical hacia abajo (Figura 2.2.12).

- Si continua descendiendo el nivel h2, ¿qué ocurrirá cuando h2 se coloque


por debajo del techo del acuífero inferior?
Clase 2.2 Pág. 31 de 51

Zona no saturada
h1
Acuífero superior

• A
Permeabilidad vertical = kv

Zona no saturada
• B
h2

Acuífero inferior

Figura 2.2.13. Esquema del flujo vertical por goteo a través de la zona no saturada que queda
entre un acuífero inferior cautivo y un acuífero superior libre en la situación en que el nivel
piezométrico del acuífero inferior está por debajo de la base del acuitardo que separa ambos
acuíferos, En esta situación el acuífero inferior cautivo pasa a comportarse como libre dado que
por encima tiene una zona no saturada.

Suceden dos cosas:


1. Cuando h2 es menor que la cota del techo del acuífero inferior o, lo que es
lo mismo, si h2 es menor que la cota de la base del acuitardo, tenemos que
el acuífero inferior pasa de confinado a libre, con una zona no saturada
entre medio (Figura 2.2.13).
2. En dichas circunstancias, ¿cuánto vale el nivel piezométrico en el punto B
(Figura 2.2.13) del techo del acuífero inferior? El término de presión es cero,
es decir igual a la presión atmosférica (que es la referencia que tomamos
por cero), por tanto solo hay término de posición y la h aquí es hB. ¿cuánto
vale el nivel piezométrico en el punto A (Figura 2.2.13) del techo del
acuitardo? Pues es h1. Por lo tanto el caudal que tenemos ahora entre los
dos acuíferos será:

hB − h1
Q = A ⋅ kv ⋅
b

Ahora, fijémonos en que por mucho que descienda h2, el nivel piezométrico del
acuífero inferior, el término del gradiente es constante(11) y por tanto, el caudal
va a ser constante, es decir que tiene un máximo.
Clase 2.2 Pág. 32 de 51

0 hB h1 h2

Qmax

Por tanto tenemos una función de flujo entre los dos acuíferos que no siempre
es lineal. Es lineal cuando h2 está por encima del techo del acuífero inferior.
Pero en el momento en que h2 pasa a estar por debajo del techo del acuífero
inferior, se desconecta el acuífero inferior, tenemos una zona no saturada
intermedia, y entonces el flujo viene controlado por la cota del techo del
acuífero inferior, y asume su valor máximo.

En este caso se produce un flujo por goteo a través de la zona no saturada


dentro del acuífero inferior, exactamente igual como sucede con la infiltración
de lluvia, en la zona no saturada del acuífero superior libre. En resumen, la
función de los flujos verticales entre los dos acuíferos es no lineal a partir del
momento en que h2 está por debajo de hB y tenemos que el flujo pasa a tomar
un valor máximo constante, representado por Qmax en la gráfica.

Esta situación de flujo vertical no sólo se da entre acuíferos, también sucede


cuando tenemos conexión entre láminas libres de agua y acuíferos, como es el
caso de una conexión entre un río y un acuífero. Esta conexión en general y
esquemáticamente, en el cauce de un río, normalmente se forma una cierta
capa de limos, materiales menos permeables por sedimentación de arrastre de
finos por el propio río, que separa lo que es el cauce del río, la lámina libre de
Clase 2.2 Pág. 33 de 51

agua, y lo que es el material aluvial en el cual está encajado el río (Figura


2.2.14).

Material aluvial
Capa de limos

Figura 2.2.14. Corte esquemático de la situación en que un río circula por encima de
materiales aluviales que pueden ser un acuífero. Entre ambos, en el cauce del río se forma por
sedimentación una capa de limos de materiales con menos conductividad hidráulica.

Esta situación la podemos representar mediante un modelo ideal (Figura


2.2.15) es decir, una conexión entre lámina libre de agua con un material
poroso a través de un cierto espesor de limos e, que conecta con el acuífero
inferior.

Figura 2.2.15. Modelo ideal de la situación en que un río circula por encima de un acuífero
aluvial. e es el espesor de la capa de limos que se forma por sedimentación en el cauce del río.

Ahora, vamos a ver qué sucede si en este material aluvial también tenemos un
acuífero.

Estudiaremos diversas situaciones y veremos cómo esquematizarlas.

- ¿Qué sucede si el nivel en el río hr es menor que el nivel en el acuífero hA?


Clase 2.2 Pág. 34 de 51

En estas circunstancias, es evidente que por debajo de los limos, el nivel


piezométrico es más alto que por encima de los limos, por lo tanto tendremos
un flujo vertical hacia arriba, es decir que habrá flujo del acuífero hacia el río
(Figura 2.2.16)

hA

hr

a
Figura 2.2.16. Modelo ideal de la situación en que un río circula por encima de un acuífero
aluvial. En este caso existe un flujo ascendente desde el acuífero aluvial hasta el río a través
de los limos, dado que el nivel piezométrico del acuífero aluvial hA está por encima del nivel de
agua libre del río hr. e es el espesor de la capa de limos que se forma por sedimentación en el
cauce del río, a es la anchura del lecho del río.

Considerando que el ancho del río es a y la longitud del río es L, el caudal es:

hA − hr
Q = a ⋅ L ⋅ kv ⋅
e
Estamos en la situación de un río efluente, es decir, el río recibe agua del
acuífero aluvial.

Esto se correspondería con la situación anterior de los dos acuíferos separados


por un acuitardo en la que hA equivale a h2, y hr equivale a h1. Sin embargo,
aunque antes se trataba de un acuífero libre, y no de una lámina libre de agua,
conceptualmente es exactamente lo mismo, porque antes, también
suponíamos que la conductividad hidráulica de los medios que formaban los
acuíferos era sensiblemente superior a la de los limos intermedios del
acuitardo. Veamos qué sucede cuando desciende el nivel piezométrico del
acuífero aluvial hA, análogamente a como antes sucedía cuando disminuía el
nivel piezométrico del acuífero cautivoh2, y qué ocurre en el momento en que
los niveles del río y del acuífero aluvial coinciden (Figura 2.2.17).
Clase 2.2 Pág. 35 de 51

hA = hr

A
Figura 2.2.17. Modelo ideal de la situación en que un río circula por encima de un acuífero
aluvial. En este caso no existe un flujo entre el acuífero aluvial y el río dado que el nivel
piezométrico del acuífero aluvial hA coincide con el nivel de agua libre del río hr. e es el espesor
de la capa de limos que se forma por sedimentación en el cauce del río, a es la anchura del
lecho del río.

Es evidente que ahora el caudal es cero (Figura 2.2.17). Simplemente, el río


está en equilibrio con el acuífero y no existe flujo entre ambos.

- Si continúa descendiendo el nivel en el acuífero, estaremos en una


situación en la que hA es menor que hr y por tanto, lógicamente el flujo va a
ser hacia abajo (Figura 2.2.18), y el valor del caudal será:

hr − hA
Q = a ⋅ L ⋅ kv ⋅
e

Nos encontramos entonces en la situación de un río influente, en la que se


registra un flujo del río al acuífero.

hr
p hA

A
Figura 2.2.18. Modelo ideal de la situación en que un río circula por encima de un acuífero
aluvial. En este caso existe un flujo descendente desde el río al acuífero aluvial dado que el
nivel piezométrico del acuífero aluvial hA está por debajo del nivel de agua libre del río hr. e es
Clase 2.2 Pág. 36 de 51

el espesor de la capa de limos que se forma por sedimentación en el cauce del río, a es la
anchura del lecho del río, p es la columna de agua en el río.

- Ahora cabe preguntarse si esta situación continua indefinidamente. La


respuesta es que no, porque llegará el momento en el que en el acuífero, hA
pasa a estar por debajo de la base de los limos. En estas circunstancias,
¿qué es lo que sucede?

En este caso, a partir de que el nivel piezométrico del acuífero aluvial se sitúa
por debajo de la base de los limos, hay una desconexión entre el río y el
acuífero. Si llamamos p a la profundidad del agua en el río, cuando hA está por
debajo de la base de los limos, ¿cuál es el nivel en el techo de los limos?
Lógicamente, es p.

¿Cuál es el nivel en la base de los limos? De hecho será cero, así pues el
caudal, cuando hA es menor que hbase es:

p+0
Q hA <hbase = a ⋅ L ⋅ K v ⋅ = Q max = cte
e

Y además, este caudal es el caudal máximo del río al acuífero, y a partir de


aquí, la entrada de agua al acuífero se produce por goteo a través de una zona
no saturada.
Clase 2.2 Pág. 37 de 51

Qacuífero-río

0 hbase hr hA

Qmax

Fijémonos en que nos encontramos en la misma situación anterior entre los


dos acuíferos, con una gráfica similar. Esta gráfica del caudal entre el acuífero
y el río también representa una función no lineal, en la cual a partir de un valor
hr el caudal toma un valor máximo y permanece constante.

2.2.8. Flujo en acuífero libre.

Para estudiar el flujo en un acuífero libre, efectuaremos un balance análogo al


del caso general (apartado 2.2.5), pero considerando un volumen de control
diferente. El volumen de control que utilizaremos (Figura 2.2.19) será un prisma
cuya altura coincide con el espesor del acuífero, es decir, ∆z = h. En este caso
el flujo es horizontal, y por tanto h=h(x,y,t). En nuestro volumen de control, sólo
hemos de valorar las entradas por flujo horizontal en las direcciones x e y, pero
también deberemos tener en cuenta que puede haber entradas a través de la
cara superior, por infiltración de lluvia por ejemplo. En este caso, ya
adelantamos que la compresibilidad del agua juega un papel casi nulo, y por
tanto podemos hacer un balance de volúmenes en vez de uno más riguroso de
balance de masas, como hicimos al derivar la ecuación general. Nuestro
volumen de control es ahora un paralelepípedo limitado en la parte inferior por
la base impermeable del acuífero.
Clase 2.2 Pág. 38 de 51

1 2

h
4
Y
∆y
3
∆x
X

Figura 2.2.19. Definición de un prisma como volumen de control de un acuífero libre al que se
le aplicará el balance. h es la altura del prisma y coincide con el espesor del acuífero ∆x y ∆y la
longitud de los lados.

Consideremos el flujo según el eje X, es decir, el caudal que pasa por la cara 1
menos el que pasa por la cara 2:

∂h ∂h
-h (x) Δy k x x Δt + h ( x+Δx ) Δy k x Δt
∂x ∂x x+Δx

Ahora, consideremos el balance según el eje Y, es decir, el caudal que pasa


por la cara 3 menos el que pasa por la cara 4:

∂h ∂h
-h (y) Δx k y y Δt + h ( y+Δy ) Δx k y Δt
∂y ∂y y+Δy
Clase 2.2 Pág. 39 de 51

∆h

1 2
4
Y

3 ∆y

∆x
X

Figura 2.2.20. Definición de un prisma como volumen de control de un acuífero libre al que se
le aplicará el balance. I es la infiltración que se produce por la cara superior del prisma que
produce un incremento del nivel piezométrico ∆h. La longitud de los lados es ∆x y ∆y.

En la dirección z no hay que hacer el análisis de flujos. Sin embargo, por arriba,
también hay entradas (Figura 2.2.20) como consecuencia de la infiltración por
unidad de superficie. La infiltración es una condición de contorno que se define
como un flujo vertical a través de la zona no saturada. Consideremos el término
del caudal de infiltración, que denotaremos por I (en volumen por unidad de
tiempo por unidad de superficie). El agua que entra por la cara superior de
nuestro volumen de control será:
I Δx Δy Δt

Si en un intervalo de tiempo t y (t+∆t), el nivel registra un incremento de nivel


piezométrico ∆h, podemos expresar la variación de almacenamiento según:

∂h
S ΔxΔy
∂t
Clase 2.2 Pág. 40 de 51

Donde en este caso el coeficiente de almacenamiento S es debido al llenado o


vaciado de poros, y por tanto es igual a la porosidad eficaz m. Agrupando y
operando tenemos que:

 ∂h ∂h 
K x  − h(x, y ) x + h(x + ∆x, y ) x + ∆x ∆y +
 ∂x ∂x 
 ∂h ∂h 
K y  − h(x, y ) y + h(x, y + ∆y ) y + ∆y ∆x +
 ∂y ∂y 
∂h
I∆x∆y = ∆x∆yS
∂t

si dividimos por ∆x∆y, obtenemos:

 ∂h ∂h 
 h ( x+∆x,y ) ∂x x +∆x - h ( x,y )
∂x x 
kx  +
∆x
 ∂h ∂h 
 h ( x,y+∆y ) y +∆y - h ( x,y ) 
 ∂y ∂y y  ∂h
ky +I=S
∆y ∂t

y si tomamos el límite cuando ∆x y ∆y tienden a cero, los términos no son más


que la definición de la derivada, es decir:

∂  ∂h  ∂  ∂h  I S ∂h
h + h  + = Ecuación de
∂x  ∂x  ∂y  ∂y  k k ∂t Boussinesq

Esta ecuación es válida para un flujo horizontal, suponiendo que kx = ky = k.


Puesto que:
∂ 2 ∂f
∂x
( )
f = 2f
∂x

podemos rescribir la ecuación de Boussinesq, y considerando que al tratarse


de un acuífero libre el valor del coeficiente de almacenamiento se asimila al
valor de la porosidad eficaz m, de la forma:

∂ 2h2 ∂ 2h2 2I m ∂h
+ + =2
∂x 2 ∂y 2 K k ∂t
Clase 2.2 Pág. 41 de 51

En el caso de ausencia de infiltración se cumple que:

∂ 2h2 ∂ 2h2 m ∂h
+ 2 = 2
∂x 2
∂y k ∂t
y suponiendo un régimen permanente, en el que h no depende de t, tenemos
que:
∂ 2h2 ∂ 2h2 Ecuación de
+ 2 = 0
∂x 2
∂y Forchheimer

A continuación plantearemos y veremos cómo resolver diversos problemas


tipo.

• Sea un acuífero libre conectado con dos lagos con el mismo nivel
piezométrico, y consideremos una recarga (Figura 2.2.21).

?
?
I

ho

Acuífero libre

L
X

Figura 2.2.21. Esquema de un acuífero libre de anchura 2L, conectado a dos lagos ambos con
el mismo nivel h0. En el momento en que se produce una infiltración I en la superficie del
acuífero libre, el nivel piezométrico en el mismo asciende desde su posición inicial h0 de
manera que se produce un flujo hacia los lagos.
Clase 2.2 Pág. 42 de 51

Dicha situación equivale, por simetría, a un acuífero con un borde impermeable


(Figura 2.2.22).

?
?
I

ho

k
Acuífero libre

Figura 2.2.22. Esquema de un acuífero libre de anchura L, conectado a un lago de nivel h0 y


con un borde impermeable. Es una situación equivalente a la descrita en la Figura 2.2.21. En el
momento en que se produce una infiltración I en la superficie del acuífero libre, el nivel
piezométrico en el mismo asciende desde su posición inicial h0 de manera que se produce un
flujo hacia el lago.

Así pues, en este caso, es suficiente resolver la mitad del problema (problema
simétrico):

- Cuando no hay infiltración I = 0, se cumple que: h (x) = h0


- Cuando llueve, se genera una infiltración I ≠ 0, y entonces el nivel
piezométrico asciende hasta alcanzar un nivel estacionario, en el que el
agua fluye hacia los lados (Figura 2.2.21).

Vamos a resolver la ecuación aplicable, que es la de acuífero libre en un caso


unidimensional, en estado estacionario, es decir:
Clase 2.2 Pág. 43 de 51

∂ 2h2 2I ∂ 2h2 2I
+ =
0 ⇒ =−
∂x 2
k ∂x 2
k

Integrando obtenemos que:


∂ 2 2I
h =− x+B
∂x k

Con las condiciones de contorno x=L: h (L) = h0, y para x=0 tenemos que
(condición de contorno impermeable: gradiente =0):
∂ 2
h =0
∂x 2

luego, aplicando primero esta segunda condición:


B=0

Y volviendo a integrar tenemos que:


I
h2 ( x ) =
− x2 + C
k
Pero como h (L) = h0:
I
h02 =
− L2 + C
k
I
= h02 + L2
C
k
Luego:

h2 ( x )
=
(
I L2 − x 2 ) +h 2
0
k

Y finalmente:

h ( x=
)
k
(
I 2
)
L − x 2 + h02

Ahora como comprobación, determinaremos cual sería el caudal que pasaría


por una sección cualquiera. Recordemos la ley de Darcy que define el caudal
como:
∂h
Q = Ak
∂x
−1 A = área de la sección = h(x)*1
1 I
2k
( )
Q = h (x )k  L2 − x 2 + h o 2 

2 −I 
*
 k
2x 

Clase 2.2 Pág. 44 de 51

Sustituyendo h(x) por la expresión anterior para encontrar el caudal Q(x) que
cruza por la sección de área A, se obtiene:

⇒ Q = I* x

Luego en estado estacionario, el caudal que cruza cualquier sección A en x es


igual a lo que se infiltra entre 0 y x, como era lógico esperar.

Cabe destacar que el ascenso no depende sólo de las características


geológicas del medio (L, k, I), sino que también depende de h0. Así, el mismo
caudal que pasa por un terreno de la misma conductividad hidráulica pero con
diferentes h0 generará gradientes diferentes (Figura 2.2.23).

Ascenso

ho

Acuífero libre ho Acuífero libre

Figura 2.2.23. Ascenso diferencial que se produce por la misma infiltración en dos acuíferos
libres de misma conductividad hidráulica y anchura pero con diferente nivel piezométrico inicial
h0 y de los lagos a los que está conectado. Se observa como los gradientes que originarán
flujos de agua desde el acuífero a los lagos es diferente en cada caso.

La Figura 2.2.24 muestra un caso ideal que representa qué sucede en un


acuífero aluvial encajado en un material impermeable, y que prácticamente
podría calcularse con lo que acabamos de analizar:
Clase 2.2 Pág. 45 de 51

Figura 2.2.24. Esquema ideal de la aportación de agua de un acuífero aluvial a un río


producido por el ascenso del nivel piezométrico del acuífero. La trama rayada representa la
base impermeable del acuífero aluvial en blanco.

Es lo que se denomina almacenamiento en riberas (se verá en detalle en el


apartado 2.6), aplicable a muchos acuíferos aluviales.

• Consideremos ahora un acuífero libre conectado con dos lagos de diferente


nivel piezométrico (Figura 2.2.25). Como de momento aun no hemos
calculado la forma de la piezometría, la representamos plana (Figura
2.2.25), si bien ya vimos que esto no es así.

ho

hL
Acuífero libre

Figura 2.2.25. Esquema de un acuífero libre conectado a dos lagos ambos con diferente nivel
h0 y hL. El nivel piezométrico del acuífero libre puede representarse en una primera
aproximación como una línea entre los niveles de los lagos cuya inclinación (gradiente) vendrá
determinado por la diferencia entre los niveles del lago aguas arriba y del lago aguas abajo.
Clase 2.2 Pág. 46 de 51

En este caso la ecuación es la misma de antes para acuífero libre, de momento


sin infiltración, siendo las condiciones de contorno:
h ( 0 ) = h0
h (L ) = hL
∂h2 ∂ 2
= 0; h= A; h=
2
Ax + B
∂x 2 ∂x 2

para x = 0 h02 = B ⇒ B = h02


hL2 − h02
para x = L h = A ⋅L + h ⇒ A =
2
L
2
0
L
Luego:
hL2 − h02
=h x + h02
L

Que representa una piezometría ligeramente curvada hacia arriba, lo que es


evidente dado que la sección de paso se va reduciendo (al disminuir el espesor
saturado), y por tanto para que el caudal sea constante debe ir creciendo el
gradiente. Este caso se complica ligeramente cuando existe infiltración.
Veamos qué sucede según la cantidad de agua que se infiltra.

Si llueve poco el nivel piezométrico del acuífero libre presenta un ascenso


pequeño (Figura 2.2.26), que llamaremos 1, la infiltración no ha sido muy
importante.

ho

hL
Acuífero libre

Figura 2.2.26. Esquema de un acuífero libre conectado a dos lagos ambos con diferente nivel
h0 y hL. El nivel piezométrico del acuífero libre inicial presenta un ascenso pequeño hasta el
Clase 2.2 Pág. 47 de 51

nivel 1 dado que se ha producido aún poca infiltración de la lluvia o se ha producido una lluvia
pequeña.

A medida que llueva cada vez más, la infiltración se hace más importante, y
lógicamente el ascenso también aumenta pasando sucesivamente por las
fases 2 y 3 (Figura 2.2.27 y 2.2.28).

ho

hL
Acuífero libre

Figura 2.2.27. Esquema de un acuífero libre conectado a dos lagos ambos con diferente nivel
h0 y hL. El nivel piezométrico del acuífero libre inicial presenta un ascenso mediano hasta el
nivel 2 dado que ya se ha producido una mayor infiltración de la lluvia.

ho

hL
Acuífero libre

Línea divisoria de aguas

Figura 2.2.28. Esquema de un acuífero libre conectado a dos lagos ambos con diferente nivel
h0 y hL. El nivel piezométrico del acuífero libre inicial presenta un ascenso mayor hasta el nivel
3 dado que se ha producido una gran infiltración de la lluvia. Dado que el ascenso del nivel en
el acuífero es muy importante, se forma una divisoria de aguas en el mismo originando así un
flujo hacia ambos lagos.
Clase 2.2 Pág. 48 de 51

En la fase 3 (Figura 2.2.28) el ascenso es tal que la curvatura del nivel hace
que podamos imaginar una línea de separación de flujo o una divisoria de
aguas, es decir, que se generan dos gradientes a partir del eje que representa
la divisoria de aguas. Y se generan entonces dos flujos en dos sentidos
simétricos a esta línea divisoria de aguas.

Matemáticamente podemos establecer la expresión siguiente:

∂ 2h2 2I
+ = 0
∂x 2 k

operando y aislando tenemos que:

∂ 2h2 2I
=−
2
∂x k
int egrando
∂ 2 2I
h =− x+B
∂x k
int egrando
I
h2 = − x 2 + Bx + C
k

En este caso, las soluciones son:

h 2 (0 ) = h 0 2 = C ⇒ C = h 0 2

h 2 (L ) = h 2 L = −
I 2
L + B * L + h0 2
K
I 2
hL 2 = − L + B * L + h0 2
K
I 2 2
− B * L = − L2 + h 0 − hL
K
I
B * L = + L2 − h 0 2 + hL 2
K
I 2 2 2
 L − h 0  + hL
B= 
K
L
Clase 2.2 Pág. 49 de 51

Dejamos para el lector calcular la infiltración necesaria para que el gradiente


sea cero en x=0, o cual es la posición de la divisoria de aguas en función de la
infiltración para la situación de la Figura 2.2.28 (fase 3).

Para condiciones x=0, h=h0; x=L, h=hL y I>0 se obtiene la ecuación de la


superfície freática que es:
1
 h 2 − h2L I  2
h = h02 − 0 x + (L − x )x 
 L k 
Las descargas Q0 y QL en x=0 y x=L, respectivamente son:

Q0 =
k
2L
(
h02 − h2L − )
IL
2

QL =
k
2L
(h 2 2
0 −h L ) − IL2
En algún punto entre 0<x<L la superficie freática elipsoidal tiene su máxima
dh
elevación. Este punto es la divisoria de aguas donde = 0 y por lo tanto
dx
según la hipótesis de Dupuit q' x = 0 . Llamamos este punto xWD:
2
L k h0 − h 2L
x WD = −
2 I 2L

De esto se deduce que en determinadas condiciones de h0 y hL, XWD=0.


También es posible tener XWD<0 que significa que no hay divisoria de aguas y
que el agua entra en el acuífero desde el embalse aguas arriba.
Un caso de especial interés es cuando h0=hL=0 donde
2
h2 =
I
(L − x )x ; XWD = L ; h 2 máx = IL
k 2 4k
Por lo tanto la ecuación de la elipse puede escribirse como
2 2
 h   x − L2 
  +   =1
 L 
 hmáx   2 
Donde h0=hL la ecuación se convierte en

h2 − h02 =
I
(L − x )x = 2Q0 (L − x )x ; Q0 = IL
k Lk 2
L
Esta es la ecuación de la elipse. Si x = , h=hmax=H y podemos escribir esta
2
ecuación como:
Clase 2.2 Pág. 50 de 51

I=
(
4k H2 − h02 )
L2

(7) Recordemos que el desarrollo en serie de Taylor nos permite aproximar el


valor de una función en (x+∆x) a partir del valor de la función en x mediante la
siguiente expresión:
df ∆x 2 d2f ∆xn dnf
f ( x + ∆x ) = f (x ) + ∆x + * + .... + * + ...
dx s dx n! dXn
a efecto de ilustración, podemos considerar el ejemplo siguiente:
en una carretera con una pendiente del 10%, en un momento dado sabemos
que estamos a una cota de 1000 m de altitud. ¿A qué altura estaré cuando
haya recorrido 5000 m? cualquier persona puede deducir que la altura a la cual
estaré será:

f (x + ∆x) = Altura después el recorrido


f (x) = Altura inicial = 1000 m
∆x = Recorrido = 5000 m
df
= = pendiente = 10 %
dx

Altura después el recorrido = 1000 + (5000 · 10 %) = 1500 m es una sencilla


aplicación del teorema de Taylor solo que despreciando las sucesivas
derivadas, o dicho de otra forma, suponiendo que la pendiente es constante.

(8) El que d(∆x) y d(∆y) sean nulos puede entenderse por un símil. Imagínese
un bocadillo de tortilla poco hecha. Si apretamos el bocadillo, se observa el
fenómeno siguiente: la tortilla se espachurra entre el pan (es decir, ∆z se hace
pequeño) al mismo tiempo que sale la tortilla por los bordes del bocadillo (es
decir, ∆x y ∆y aumentan). Dicho matemáticamente, en este experimento
nuestro volumen de control reduce el ∆z y aumenta los ∆x y ∆y. El lector
comprenderá que en el caso de acuíferos las dimensiones horizontales no
sufren el mismo efecto de expansión horizontal que la tortilla, y por tanto
mantiene ∆x y ∆y constantes, o lo que es lo mismo dicho matemáticamente,
con derivada nula.
Clase 2.2 Pág. 51 de 51

(9) Los matemáticos son muy aficionados a compactar las expresiones. El


operador ∇ 2 es conocido como “Laplaciana” y en el caso general 3-D no es
más que

∂2 f ∂2 f ∂2 f
∇2 f = + +
∂x 2 ∂y 2 ∂z 2
(10) Relación entre caudal y conductividad hidráulica:
el caudal, al contrario del nivel piezométrico, sí depende de la conductividad
hidráulica. El caudal no es más que la velocidad de flujo (calculada por Darcy)
multiplicada por la sección de paso, y si tomamos ésta por unidad de acuífero
en la dirección perpendicular al dibujo, dicha sección es S=b·1. Veámoslo:
∆h h − h0
Q = S ⋅ v = b ⋅ 1⋅ ( −ki) = −b ⋅ k ⋅
= −b ⋅ k ⋅ L
∆x L
que sí que varía con la conductividad hidráulica (el signo – sólo indica que el
flujo va del lago de mayor nivel al de menor nivel).

hB − h1 0 − h1 h1
(11) = = = constante
b b b

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