Asociamos la Edad media con una larga etapa oscura y bárbara, poco favorable para la
mujer limitada desde su nacimiento a las actividades reproductivas y de consumo, la
mujer medieval participaba en una gran variedad de tareas ya que en el mundo rural, era jornalera, segadora, lechera o plantadora, pero fue en la ciudades, escenario del nacimiento del sistema de producción capitalista, donde participo de una mayor diversidad de oficios. Los roles de las mujeres durante la época medieval eran generalmente marcados por la sumisión ante las figuras masculinas de autoridad, particularmente en términos de sumisión hacia el marido o padre. La cultura ha potenciado desde siempre el papel de la mujer como madre esposa y ama de casa con frases como “Ten preparada la comida para cuando el regrese, minimiza cualquier ruido, déjale hablar primero, no le pidas explicaciones de sus acciones”, entre muchas otras. Las mujeres medievales se les educaba para el matrimonio puesto que la mujer era considerada un complemento para el hombre y debía ser educada por y para ello, las más afortunadas aun a pesar de no recibir una educación excelente, eran las amas de casa nobles; ellas custodiaban la “educación” de sus hijos además de coordinar y dirigir a sus sirvientes. Las damas de la aristocracia durante los siglos XVII Y XVIII se dedicaban a recitar versos y tocar instrumentos musicales y las hijas de los nobles se internaban en conventos para que aprendiesen. Las mujeres con recursos, las mujeres nobles y de burguesía aprendían doctrina cristiana, a leer y escribir, costura entre muchas otras cosas, y todo esto lo aprendían en conventos o internados femeninos, o en su casa con sus madres. Las menos afortunadas eran las mujeres campesinas ya que llevaban todos los oficios del hogar y los realizaban no en labor de supervisión sino en un papel de primera persona, es decir, una labor directa como “limpiar, preparar alimento, cuidar animales, tejer el lino entre otras, ellas eran analfabetas. El concepto de matrimonio y la legalidad dada a la mujer no consideraban a la mujer como un individuo completo, la mujer era catalogada por su sexo y por lo tanto inferior al varón. A pesar de esta visión la iglesia no consiguió, ni tampoco la Aristocracia silenciar a todas las mujeres, algunas de ellas pertenecían a clases medias urbanas, se hicieron notar en el siglo XII, momento en el que empiezan a desarrollarse el comercio y las ciudades, En la ley de los Burgos se tenía en cuenta la actividad de la mujer que estaban en el comercio se les denominaba “ femmes soles” lo cual quería decir que eran mujeres con negocios propios, que además de ayudar a sus maridos mejoraban su status.