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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación

U.E.C “Valle de Cabudare”

Edo. Lara. Cabudare

coronavirus

Alumno: Willians Ojeda

Profesor: Julio López

Año: 1°Año

¿Qué es el coronavirus?
Los coronavirus son una familia de virus que se descubrió en la década de los 60 pero cuyo origen
es todavía desconocido. Sus diferentes tipos provocan distintas enfermedades, desde un resfriado
hasta un síndrome respiratorio grave (una forma grave de neumonía).

Gran parte de los coronavirus no son peligrosos y se pueden tratar de forma eficaz. De hecho, la
mayoría de las personas contraen en algún momento de su vida un coronavirus, generalmente
durante su infancia. Aunque son más frecuentes en otoño o invierno, se pueden adquirir en
cualquier época del año.

El coronavirus debe su nombre al aspecto que presenta, ya que es muy parecido a una corona o un
halo. Se trata de un tipo de virus presente tanto en humanos como en animales.

En los últimos años se han descrito tres brotes epidémicos importantes causados por coronavirus:

SRAS-CoV: El síndrome respiratorio agudo y grave (SRAS, también conocido como SARS y SRAG) se
inició en noviembre de 2002 en China, afectó a más de 8.000 personas en 37 países y provocó más
de 700 muertes. La mortalidad del SRAS-CoV se ha cifrado en el 10% aproximadamente.

MERS-CoV: El coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) fue
detectado por primera vez en 2012 en Arabia Saudita. Se han notificado hasta octubre de 2019
más de 2.400 casos de infección en distintos países, con más de 800 muertes. La letalidad es, por
tanto, del 35%.

COVID-19: A finales de diciembre de 2019 se notificaron los primeros casos de un nuevo


coronavirus en la ciudad de Wuhan (China). Desde entonces el goteo de nuevos infectados por el
virus SARS-CoV-2 (inicialmente llamado 2019nCoV), que provoca el COVID-19, ha sido continuo y
su transmisión de persona a persona se ha acelerado. Los casos declarados de neumonía de
Wuhan ya superan con creces a los de la epidemia de SRAS, pero la tasa de letalidad es más baja.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado la situación de pandemia. Hay personas


infectadas en la mayoría de los países y los profesionales sanitarios insisten en la necesidad
de seguir las medidas preventivas y evitar la alarma social.

En España y otros países se ha decretado el estado de alarma y las autoridades sanitarias insisten
en la necesidad de permanecer en casa para contener la transmisión.

Causas

Hasta ahora, los coronavirus se transmitían de forma limitada entre humanos. Se desconoce el
origen de estos virus, pero se sabe que ciertos animales, como los murciélagos, actúan como
reservorios.

Como en otros virus que causan neumonía, cuando se transmiten en humanos, el contagio se
produce generalmente por vía respiratoria, a través de las gotitas respiratorias que las personas
producen cuando tosen, estornudan o al hablar.
Todo parece indicar que  nuevo coronavirus, COVID-19, también conocido como coronavirus de
Wuhan, tiene una procedencia animal. De hecho, los primeros casos se han relacionado con un
mercado de animales vivos de la ciudad de Wuhan, en China.

En cuanto al MERS, es probable que los camellos sean un importante reservorio para este tipo de
coronavirus y una fuente animal de infección en los seres humanos, como especificaba la
Organización Mundial de la Salud en su nota descriptiva sobre la enfermedad. Sin embargo, se
desconoce la función específica de los camellos en la transmisión del virus y también la ruta o
rutas exactas de transmisión.

En origen, el coronavirus MERS-CoV es un virus zoonótico que se transmite de animales a


personas. Según se desprende del análisis de varios de sus genomas, se cree que el virus se originó
en murciélagos y se transmitió a los camellos en algún momento de un pasado lejano.

Se cree que el coronavirus del SRAS tuvo su origen en los murciélagos, saltando posteriormente a


alguna otra especie de pequeño mamífero, como la civeta, y por último a los humanos.

Síntomas

En general, los síntomas principales de las infecciones por coronavirus pueden ser los siguientes.
Dependerá del tipo de coronavirus y de la gravedad de la infección:

Tos.
 

Dolor de garganta.
 

Fiebre.
 

Dificultad para respirar (disnea).


 

Dolor de cabeza.
 
Escalofríos y malestar general.
 

Secreción y goteo nasal.

En espectro clínico de este tipo de infecciones varía desde la ausencia de síntomas hasta síntomas
respiratorios leves o agudos. Esta tipología suele cursar con tos, fiebre y dificultades respiratorias.
Es frecuente que haya neumonía y, en el caso del MERS, también se pueden registrar síntomas
gastrointestinales, en especial, diarrea.

Tal y como ocurre con el virus de la gripe, los síntomas más graves (y la mayor mortalidad) se
registra tanto en personas mayores como en aquellos individuos con inmunodepresión o con
enfermedades crónicas como diabetes, algunos tipos de cáncer o enfermedad pulmonar crónica.
En los casos más graves pueden ocasionar insuficiencia respiratoria.

En la pandemia de COVID-19 se ha constatado que en torno al 80% de las personas infectadas


presentan síntomas leves.

¿Qué puedo hacer para protegerme y prevenir la propagación de la enfermedad?

Medidas de protección para todas las personas 

Manténgase al día de la información más reciente sobre el brote de COVID-19, a la que puede
acceder en el sitio web de la OMS y a través de las autoridades de salud pública pertinentes a nivel
nacional y local. Se han registrado casos en muchos países de todo el mundo, y en varios de ellos
se han producido brotes. Las autoridades chinas y las de otros países han conseguido enlentecer o
detener el avance de los brotes, pero la situación es impredecible y es necesario comprobar con
regularidad las noticias más recientes.

Hay varias precauciones que se pueden adoptar para reducir la probabilidad de contraer o de
contagiar la COVID-19:

Lávese las manos a fondo y con frecuencia usando un desinfectante a base de alcohol o con agua y
jabón.

¿Por qué? Lavarse las manos con agua y jabón o usando un desinfectante a base de alcohol mata
los virus que pueda haber en sus manos.

Mantenga una distancia mínima de 1 metro (3 pies) entre usted y cualquier persona que tosa o
estornude.

¿Por qué? Cuando alguien tose o estornuda, despide por la nariz o por la boca unas gotículas de
líquido que pueden contener el virus. Si está demasiado cerca, puede respirar las gotículas y con
ellas el virus de la COVID-19, si la persona que tose tiene la enfermedad.
Evite tocarse los ojos, la nariz y la boca

¿Por qué? Las manos tocan muchas superficies y pueden recoger virus. Una vez contaminadas, las
manos pueden transferir el virus a los ojos, la nariz o la boca. Desde allí, el virus puede entrar en su
cuerpo y causarle la enfermedad.

Tanto usted como las personas que les rodean deben asegurarse de mantener una buena higiene
de las vías respiratorias. Eso significa cubrirse la boca y la nariz con el codo doblado o con un
pañuelo de papel al toser o estornudar. El pañuelo usado debe desecharse de inmediato.

¿Por qué? Los virus se propagan a través de las gotículas. Al mantener una buena higiene
respiratoria está protegiendo a las personas que le rodean de virus como los del resfriado, la gripe
y la COVID-19.

Permanezca en casa si no se encuentra bien. Si tiene fiebre, tos y dificultad para respirar, busque
atención médica y llame con antelación. Siga las instrucciones de las autoridades sanitarias locales.

¿Por qué? Las autoridades nacionales y locales dispondrán de la información más actualizada


sobre la situación en su zona. Llamar con antelación permitirá que su dispensador de atención de
salud le dirija rápidamente hacia el centro de salud adecuado. Esto también le protegerá a usted y
ayudará a prevenir la propagación de virus y otras infecciones.

Manténgase informado sobre las últimas novedades en relación con la COVID-19. Siga los consejos
de su dispensador de atención de salud, de las autoridades sanitarias pertinentes a nivel nacional y
local o de su empleador sobre la forma de protegerse a sí mismo y a los demás ante la COVID-19.

¿Por qué? Las autoridades nacionales y locales dispondrán de la información más actualizada


acerca de si la COVID-19 se está propagando en su zona. Son los interlocutores más indicados para
dar consejos sobre lo que debe hacer la gente de su zona para protegerse.

Consulte las noticias más recientes sobre las zonas de mayor peligro (es decir, las ciudades y
lugares donde la enfermedad se está propagando más extensamente). Si le es posible, evite
desplazarse a estas zonas, sobre todo si su edad es avanzada o tiene usted diabetes, cardiopatías o
neumopatías.

¿Por qué? Estas precauciones se deben adoptar en estas zonas porque la probabilidad de contraer
la COVID-19 es más elevada.

Tipos

En los coronavirus humanos, la gravedad puede variar sustancialmente entre un tipo y otro:

Coronavirus del resfriado


Esta variante de coronavirus corresponde a los tipos 229E y OC43, que provocan los síntomas
comunes de un resfriado, aunque en los casos más graves también pueden ocasionar una
neumonía en personas de edad avanzada o en neonatos.

Síndrome respiratorio agudo severo (SRAS)

Es una forma grave de neumonía. Provoca dificultad respiratoria y fiebre superior a los 38 grados.
El brote de 2002 se extendió por todo el mundo, aunque su frecuencia siempre ha sido mayor en
el este asiático.

Síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV)

Causa graves problemas respiratorios, además de fiebre, tos y dificultad para respirar, aunque en
un primer momento puede ser asintomático. En los casos más graves también se produce
expectoración de sangre, diarrea y vómitos. Tuvo su primer brote en el año 2012 y desde entonces
se han reportado muchos casos en Oriente Medio, aunque también ha llegado a Europa y Estados
Unidos.

Coronavirus COVID-19

El nuevo coronavirus detectado a finales de 2019, causante del COVID-19, en China muestra una
secuencia genética que coincide con la del SRAS en un 80%. No obstante, en un principio parece
menos virulento y con una tasa de letalidad inferior. En cambio, su transmisión ha sido muy
superior, ya  ha causado varios miles de casos más que el SRAS y, como consecuencia, el número
de fallecimientos también es mucho más elevado.

Diagnóstico

Para determinar si el malestar que sufre un paciente proviene de un simple resfriado o de un


coronavirus los médicos puede realizar un cultivo de nariz y garganta, o incluso un análisis de
sangre.

En casos de sospecha de coronavirus se suele realizar una tomografía de tórax para determinar los


síntomas de neumonía, así como otros análisis de coagulación de sangre, un análisis bioquímico y
un conteo sanguíneo. También se realizan pruebas de anticuerpos y aislamiento del virus del SARS.

Asimismo, con el fin de contener la transmisión, se efectúa una evaluación a aquellas personas


que presentan los síntomas y que puedan ser proclives a contraer el virus.

El control de la temperatura (con cámaras térmicas y termómetros digitales) de las personas que
llegan a un aeropuerto procedentes de zonas afectadas ha sido una de las medidas que se han
puesto en marcha para detectar posibles casos del COVID-19, tal y como se hizo con los brotes
anteriores. También se realizan cuestionarios a los viajeros; en caso de sospecha, se les somete a
evaluación y, en su caso, se les traslada a centros sanitarios.

Tratamientos
No existe una vacuna contra el coronavirus humano que causa resfriado, pero los casos más leves
pueden superarse siguiendo los mismos pasos que un catarro común. Esto no requiere
intervención médica y simplemente con lavarse las manos de forma frecuente, guardar
reposo y beber líquidos de forma abundante los síntomas desaparecerán a los pocos días.
También se pueden tomar analgésicos como ibuprofeno o paracetamol para aliviar dolores de
garganta o fiebre.

En casos de coronavirus SRAS, MERS CoV y COVID-19, suele ser conveniente el ingreso hospitalario
en los casos graves.  En los casos que los médicos lo consideran necesario, se administran
antivirales, dosis altas de esteroides para reducir la inflamación pulmonar y un soporte
respiratorio con oxígeno; en ocasiones puede precisar antibióticos, pero solo en caso de que
existan infecciones bacterianas sobrevenidas, es decir, sobre infección.

En resumen, este tipo de infecciones respiratorias se tratan con antivirales (según el criterio del
profesional sanitario) y medidas de soporte. El tratamiento se suele adaptar en función de la
gravedad del paciente, ya que hay casos en los que se producen neumonías graves, pero en otros
las manifestaciones son leves.

Otros datos

Pronóstico

La supervivencia del paciente dependerá del tipo de coronavirus contraído:

Los coronavirus de resfriado tienen tasas muy altas de recuperación y prácticamente todos los


afectados consiguen vencer al virus a los pocos días.

Los coronavirus de SRAS también se superan en la mayoría de los casos, aunque entre el nueve y


el 12 por ciento de los casos ocasionan la muerte del paciente. Tienen más expectativa de vida los
pacientes jóvenes, pues suelen presentar unos síntomas más leves.

La tasa de supervivencia del MERS es menos elevada, alcanzando alrededor de un 36 por ciento en


mortalidad, según especifica la Organización Mundial de la Salud.

Aún es pronto para determinar la tasa de letalidad del virus COVID-19, pero parece inferior a la de
los anteriores. No obstante, dado que transmisión del virus está siendo muy superior a la de las
anteriores epidemias, el número de fallecimientos también es mucho más elevado. La edad
avanzada y las patologías crónicas (hipertensión, enfermedad coronaria, enfermedades
respiratorias, cáncer, diabetes) son los principales factores de riesgo asociados a una mayor
gravedad y letalidad de la infección por el SAR-CoV-2.
De entre los 41 primeros casos de COVID-19 que fueron tratados en hospitales de Wuhan, trece
(32 %) necesitaron cuidados intensivos y seis (15 %) murieron. Muchos de los que fallecieron
presentaban comorbilidades como hipertensión arterial, diabetes o enfermedad
cardiovascular que debilitaban sus sistemas inmunológicos.159

En estos casos tempranos que acabaron en fallecimiento, la mediana de la duración de la


enfermedad fue de catorce días y el rango total fue de 6 a 41 días.

De los casos confirmados, 80,9 % fueron clasificados como casos leves.

Hasta el 20 de febrero de 2020, 2 114 de los 55 924 casos confirmados por laboratorio habían
muerto, lo cual representaba un cociente de fatalidad bruto del 3,8 % (CFR del inglés crude fatality
ratio). El CFR general variaba en esos momentos de la epidemia, según la ubicación y la intensidad
de la transmisión, entre un 5,8 % en Wuhan y 0,7 % en otras áreas en China. En China, el CFR
general fue mayor en las primeras etapas del brote (17,3 % para casos con inicio de síntomas del 1
al 10 de enero) y se ha ido reduciendo con el tiempo a 0,7 % para pacientes con aparición de
síntomas después del 1 de febrero. El nivel de atención ha evolucionado a lo largo del curso del
brote. La mortalidad aumenta con la edad y parece ser más alta entre los hombres que en las
mujeres (4,7 % frente al 2,8 %). Mientras que los pacientes que no informaron de condiciones
comórbidas tenían una CFR del 1,4 %, los pacientes con comorbilidad fallecían a tasas mucho más
altas: 13,2 % para aquellos con enfermedad cardiovascular, 9,2 % para diabetes, 8,4 % para
hipertensión, 8,0 % para enfermedad respiratoria crónica y 7,6 % para cáncer.

Al 3 de marzo de 2020 a nivel global, 3 110 de los 90 892 casos reportados de COVID-19 habían
muerto (3,4 %), según cifras indicadas por el director de la OMS.

En un estudio publicado en línea en la revista Pediatrics, unos investigadores analizaron 2 143


casos de niños menores de 18 años que fueron reportados al CCDC hasta el 8 de febrero de 2020.
Aproximadamente la mitad de los niños tenían síntomas leves, como fiebre, fatiga, tos, congestión
y posiblemente náuseas o diarrea. Alrededor del 39 % se enfermó moderadamente, con síntomas
adicionales que incluyen neumonía o problemas pulmonares revelados por la tomografía
computarizada, pero sin dificultad respiratoria evidente. Cerca del 4 % no tenía síntomas en
absoluto. Pero 125 niños, casi el 6 %, desarrollaron una enfermedad muy grave y un niño de 14
años con infección confirmada por coronavirus murió. Trece de ellos fueron considerados
«críticos», al borde de la insuficiencia respiratoria u orgánica. Los otros fueron clasificados como
«graves» porque tenían problemas respiratorios graves. Más del 60 % de los 125 niños que se
enfermaron gravemente o tuvieron una enfermedad crítica, tenían 5 años o menos. Cuarenta de
ellos eran infantes, menores de 12 meses.

Hasta el 11 de febrero de 2020 en China, la probabilidad de muerte entre las personas infectadas
con síntomas se estima en el 3,3% (2,9-3,8), con un fuerte aumento de más de 60 años para
alcanzar el 36% de más de 80 años. Esto es específico de la situación en Hubei, China, durante este
período.149 Sobre un total de 72 314 registros de pacientes, 44 672 (61,8 %) fueron casos
confirmados. Se registró un total de 1 023 muertes ocurridas entre los casos confirmados, con un
índice de fatalidad del 2,3 %.

Corea es el único país del mundo donde se realizaron análisis sistemáticos de grandes conjuntos
de población (unos 10 000 al día, con 210 000 contabilizados hasta el 10 de marzo).

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