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Guatemala retorna al orden constitucional

Comenzó el 25 de mayo de 1993, destaca la disolución del Congreso y de la CSJ por


mandatos especiales del entonces presidente Jorge Serrano Elías; pero no fue solo
Serrano también hubieron otros factores que desembocaron en la peor crisis política que
ha vivido el país de Guatemala.
Las especulaciones sobre el porqué del golpe son muchas y discutibles. Seguros son los
hechos y éstos indican que el golpe venía fraguándose desde hace mucho. Durante
varios meses, Serrano fue presionado por los sectores más recalcitrantes dentro del
ejército y del sector privado para poner fin a los cambios en Guatemala, particularmente a
una verdadera democratización de la sociedad y a una real desmilitarización.
El presidente de Guatemala era Jorge Serrano Elías, el candidato que no despegaba en
las encuestas pero que ganó sorpresivamente las elecciones de 1990 con Movimiento de
Acción Solidaria (MAS). Ya en el gobierno, su partido hizo una alianza con la Democracia
Cristiana y la Unión del Centro Nacional para gobernar en el Congreso.
Pero una noche se cansó de los diputados y los magistrados que, según dijo, cobraban
por aprobar leyes o dejaban en libertad a cualquiera. Se hastió de las críticas de la
prensa, de los cortes de energía eléctrica, de los recursos del Procurador de los Derechos
Humanos, de las negociaciones fallidas con la guerrilla, de las protestas estudiantiles. Y
decidió emular a su colega peruano. En abril de 1992, Alberto Fujimori dio un golpe de
Estado con el apoyo del Ejército, disolvió el Congreso e intervino el Organismo Judicial.
Gobernó a su antojo, con el apoyo de los peruanos, hasta que salieron a luz violaciones a
los derechos humanos y una estructura de sobornos y corrupción que acabaron con su
dictadura.
Ese martes 25 de mayo, comenzaron a sonar los teléfonos fijos. Serrano Elías había
ordenado rodear las casas de los presidentes de los organismos Legislativo y Judicial,
José Lobo Dubón (DC) y Juan José Rodil Peralta, y la casa del PDH, Ramiro De León
Carpio. Pero este último se había escabullido por los tejados.
La situación empeoró el 27 de marzo, cuando una lista de 24 personas “sentenciadas” a
muerte fue enviada anónimamente por fax a los diarios locales. La lista incluía a
académicos, a dirigentes universitarios, a sindicalistas, a periodistas y a varios miembros
de organizaciones populares y de desarrollo que trabajan con la población refugiada y
desplazada y con las CPR, incluyendo hasta un funcionario de la ONU. En el mensaje se
acusaba a los 24 de ser guerrilleros y se les daba un plazo de cuatro días para salir del
país.
En mayo, ninguno de los amenazados había sido tocado, pero la violencia se fue
incrementando en todo el país entre marzo y mayo. Primero a la Universidad de San
Carlos. En abril, mataron a un catedrático a balazos en la calle y frente a testigos y
secuestraron por lo menos a tres estudiantes.
“He acordado restringir las garantías, al mismo tiempo que he acordado disolver el
Congreso de la República, cambiar la Corte Suprema de Justicia y la Corte de
Constitucionalidad, y cambiar a los procuradores de la nación”. Emitió las “Normas
Temporales de Gobierno”, pidió al Tribunal Supremo Electoral (TSE) convocar a
elecciones para elegir a diputados idóneos y propuso nombres de juristas para la Corte
Suprema de Justicia.
Convocó a una conferencia de prensa en el Palacio Nacional, en el Salón de los Espejos
para las 10 u 11 de la mañana Se sentía muy seguro, pues el ejército lo acompañaba,
pero las cosas no salieron como esperaba. Los periodistas cuestionaron su decisión, la
embajada de Estados Unidos emitió un comunicado donde criticó el golpe, la radio
comenzó a transmitir las opiniones contrarias y la gente no salió a las calles en su apoyo.
Durante siete días y sus noches intentó convencer que la medida era correcta, pero sufrió
varios reveses. El TSE se rehusó a convocar a elecciones, su ministro de Trabajo y
algunos embajadores renunciaron. La Organización de Estados Americanos (OEA) envió
una misión de rechazo.
Mientras tanto, Serrano se reunía con diplomáticos, con empresarios y actores sociales.
Nombró a la ministra de Educación María Luisa Beltranena como presidenta de la Corte
Suprema de Justicia. Intentó convencer a los diputados para instalar de nuevo el
Congreso y lo indultaran. Aun cuando ofreció pagarles, no logró convencerlos.
En su desesperación, limitó la libertad de prensa. Su secretaria de Comunicación Social,
Roxana Baldetti Elías, envió censores a los medios, prohibió la circulación de la primera
revista Crónica y de los diarios, cortó las líneas telefónicas para que los corresponsales
no pudieran transmitir sus notas. Pero los medios los burlaron
Las protestas ciudadanas se canalizaron en dos grupos. Una, la Multisectorial del Sector
Social integrada por organizaciones populares, sindicatos, la Universidad de San Carlos y
la figura de Rigoberta Menchú al frente. La otra era la Instancia Nacional de Consenso
(INC) que aglutinaba a partidos políticos, CACIF, Cámara de Comercio y empresarios
como Dionisio Gutiérrez. Organizaron marchas y concentraciones frente al Palacio
Nacional. Se aglutinaron en una sola, la Instancia Multipartidaria, pero no por mucho
tiempo.
La Instancia Nacional de Consenso tomó mayor protagonismo, al igual que la Corte de
Constitucionalidad. El mensaje era el mismo, retomar el proceso para no violentar la
Constitución, pero sin Serrano Elías. Conforme subió el clamor, el ejército le retiró su
apoyo al Presidente hasta decirle que debía dejar el cargo. No hubo mensaje de
resistencia o de despedida.
El 1 de junio, Serrano Elías se subió a un avión con su familia inmediata y dinero, rumbo a
El Salvador y luego a Panamá, donde permanece aislado. Su ministro de Gobernación,
Francisco Perdomo, se fue con él.
Lo acusaron de abandonar el cargo. Su vicepresidente Gustavo Espina, que
supuestamente iba a renunciar para que el Congreso eligiera nuevas autoridades, lo
sustituyó durante tres días. El anuncio lo hizo durante una conferencia de prensa en su
casa. Tuvo el apoyo formal del ejército, el ministro de la Defensa, Domingo García,
2 de junio, Espina salió hacia el Congreso, con la banda presidencial en el saco. Llegó en
el automóvil que usaba el Presidente, ingresó al hemiciclo con la intención de ser
juramentado, pero tampoco hubo quórum. Lo intentó dos veces, con el mismo resultado.
Entendió el mensaje y optó por retirarse. Entonces el ejército le retiró el apoyo y trasladó a
la Corte de Constitucionalidad el control de todo.

Durante dos días no hubo Presidente hasta que el Congreso presentó una terna. La
encabezaba Arturo Herbruger, entonces presidente del TSE que había llevado a cabo
cuatro elecciones limpias, seguido por el PDH Ramiro De León y Mario Quiñonez,
abogado afín al CACIF. En la primera vuelta, De León no obtuvo los votos suficientes, por
lo que Herbruger declinó para la segunda. El Procurador de los Derechos Humanos se
convirtió en Presidente.
La crisis que generó Jorge Serrano Elías duró trece días. El saldo fue un expresidente en
el exilio que no ha podido regresar a Guatemala porque existe un proceso en su contra
por violar la Constitución y abuso de autoridad, entre otros; un vicepresidente que se retiró
de la vida política, un procurador de Derechos Humanos que se convirtió en gobernante y
un jefe del Estado Mayor Presidencial llamado Otto Pérez Molina, que participó en el
movimiento para desplazar a Serrano hasta convertirse en la mano derecha de Ramiro De
León Carpio.
ESQUEMA DE CREACION DE LA LEY

INICIATIVA DE LEY Art. 176


Diputados del congreso
Organismo Ejecutivo
Corte suprea de justica
USAC
Trubunal supremo electoral

PRESENTACION Y DISCUSCION Art. 176


JERARQUIA CONSTITUCIONAL Art. 175
Entrega a comisiones donde sufren
Ninguna ley podra contrariar las
enmiendas por medio de dictamen en tres
disposiciones de la Constitucion.
sesiones.

APROBACION, SANCION Y
PROMULGACION Art. 177
Aprobado el proyecto de ley la junta
directiva enviara en un plazo no mayor de
10 dias al ejecutivo para su sancion y
promulgacion o veto segun sea el caso.

VETO Art.178
Dentro de los 15 dias de recibido el
ejecutivo devolvera al legislativo su
resolucion haciendo uso de su derecho de
veto.

PRIMACIA LEGISLATIVA Art. 179


En un plazo de 30 dias el congreso decide
aceptar o no el proyecto valido.
El congreso ordenara su publicacion en un
plazo no mayor de 3 dias para que surta
efecto.

VIGENCIA Art. 180


La ley entra en vigencia 8 dias despues de
su publicacion a menos que se indique lo
contrario.

DISPOSICIONES DEL CONGRESO Art. 181


No necesitan de sancion del ejecutivo las
disposiciones del congreso relativas a su
regimen interior y las contenidas en los
Arts. 165 y 170

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