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APOPLEJÍA (DERRAME CEREBRAL)

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La apoplejía también conocida como derrame cerebral, ataque cerebral, accidente o


enfermedad cerebrovascular, es una enfermedad en donde el flujo de sangre al cerebro
se interrumpe.
 
Las enfermedades cerebrovasculares se definen como procesos patológicos donde hay
un área cerebral afectada de manera transitoria o permanente bien debido a una
obstrucción de un vaso sanguíneo que impide llevar sangre al cerebro (apoplejía
isquémica), una hemorragia cerca o alrededor del cerebro (apoplejía hemorrágica), o
por daño congénito o adquirido en los vasos sanguíneos (aneurismas, malformaciones
arteriovenosas cerebrales).
 
Las células del cerebro se mueren cuando dejan de recibir oxigeno y nutrientes de la
sangre.
 
Los accidentes cerebrovasculares afectan principalmente a personas de edad media y
avanzadas, y muchos adultos mueren por esta causa. Los adultos mayores de 40 años
son quienes tienen mayor probabilidad de sufrir un derrame cerebral, pero la gente más
joven y los niños también pueden padecerlo.
 
No tiene predominio con respecto al sexo, la raza o posición socioeconómica. El riesgo
de muerte es casi el doble en la población afroamericana, comparado con la población
anglosajona. Por lo general, los afroamericanos sufren daños más graves.
 
Constituyen un importante problema de salud pública ya que se encuentran entre la
segunda y tercera causa de muerte a nivel mundial. Además de esto, un poco más del
50% de los individuos que sobreviven, presentan múltiples secuelas asociadas, como
cambios en la forma de pensar, hablar, ver y moverse, que en la mayoría de los casos
les impiden continuar con sus actividades previas, por lo que se considera también una
importante causa de invalidez.

Etiología (causas y factores de riesgo)


 
Los accidentes isquémicos y hemorrágicos tienen como principales factores de riesgo la
hipertensión y la aterosclerosis; pero también se asocian el tabaquismo, la diabetes
mellitus, las dislipidemias, hipertrofia ventricular izquierda, fibrilación auricular y
cardiopatía isquémica.
 
Los factores de riesgo de los aneurismas cerebrales, son el tabaquismo la hipertensión
arterial, el alcoholismo.
 
En el evento de tipo isquémico se observa la presencia de un coágulo sanguíneo de
otra parte del cuerpo, que obstruye una arteria del cerebro; mientras que en el evento
hemorrágico una arteria sangra dentro del cerebro o alrededor de éste.
 
Las personas con enfermedad cardiaca podrían presentar un mayor riesgo de sufrir
accidentes cerebrovasculares. Además, ciertos tipos de enfermedad cardiaca pueden
causar coágulos sanguíneos.

Manifestaciones clínicas (Signos y síntomas)


 
Después de un derrame cerebral, el paciente podría tener mucha dificultad para cuidar
de sí mismo o tener un empleo. La buena noticia es que muchas personas que han
tenido un derrame cerebral pueden recuperar algunas o todas sus habilidades. La
terapia del habla (logopedia) y física pueden ayudar mucho.

A continuación se enumeran los síntomas más comunes de los derrames cerebrales.


Sin embargo, cada individuo puede experimentarlos de una forma diferente. Si tiene
alguno de estos síntomas llame al 911 (o a su número local para emergencias)
inmediatamente. El tratamiento es más eficaz si se inicia de inmediato.
Los síntomas pueden ser repentinos e incluir:
• Debilidad o entumecimiento repentinos de la cara, el brazo o la pierna, sobre
todo en un lado del cuerpo.
• Confusión o dificultad para hablar o entender que aparecen repentinamente.
• Problemas súbitos de la vista, como visión borrosa o pérdida de visión en uno o
ambos ojos.
• Mareos o problemas con el equilibrio o la coordinación que aparecen de repente.
• Problemas repentinos para moverse o caminar.
• Dolor de cabeza fuerte y repentino del que no se sabe la causa.
En algunos derrames cerebrales no aparecen todas las señales de aviso anteriores. No
ignore ninguna de las señales de aviso; incluso aunque desaparezcan, tome medidas
inmediatamente. Los síntomas del derrame cerebral pueden parecerse a los de otras
condiciones o problemas médicos. Siempre consulte a su médico para el diagnóstico.

Tratamiento
 
Organizaciones como la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos ha
aprobado algunas drogas para prevenir y tratar el derrame cerebral.
Medicamentos que ayudan a evitar que se formen más coágulos de sangre: la
heparina y la warfarina (Coumadin®)
Medicamentos que reducen las posibilidades de que se formen coágulos evitando
que se agrupen las plaquetas (un tipo de célula de la sangre): aspirina y el
dipiridamol (Persantine®).
Tabien existen medicamentos para tratar condiciones médicas existentes como la
diabetes y problemas del corazón o de la presión sanguínea.
FACTORES DE RIESGO PARA EL DERRAME CEREBRAL QUE
PUEDEN MODIFICARSE, TRATARSE O CONTROLARSE
MÉDICAMENTE:
• La presión sanguínea alta
• Enfermedad del corazón 
• Los antecedentes de accidentes isquémicos transitorios (su sigla en
inglés es TIA).
• El recuento mayor de glóbulos rojos (hace que la sangre sea mas
espesa y se pueden formar coagulos)
• El colesterol y los lípidos de la sangre elevados
• La falta de ejercicio, la inactividad física
• La obesidad
• El consumo excesivo de alcohol
• El consumo de drogas (de cierto tipo)
• Anomalías estructurales cardíacas

FACTORES DE RIESGO PARA EL DERRAME CEREBRAL QUE NO


PUEDEN MODIFICARSE:
La edad
Por cada diez años de vida que pasan después de los 55
años, las posibilidades de tener un derrame cerebral se duplican.
El sexo
Los hombres tienen aproximadamente un 19 por ciento más
de posibilidades que las mujeres de tener un derrame cerebral.
La raza
Los afroamericanos tienen mucho mayor riesgo de muerte e
incapacidad debida a un derrame cerebral que los caucásicos, en
parte porque en la población afroamericana hay una incidencia
mucho mayor de presión alta de la sangre.
Los antecedentes de derrame cerebral previo
El riesgo de un derrame cerebral para una persona que ya
haya tenido uno es mucho mayor que para alguien que no lo haya
tenido.
La herencia genética
Las posibilidades de un derrame cerebral son mayores en las
personas con antecedentes familiares de derrame cerebral.
OTROS FACTORES DE RIESGO PARA EL DERRAME CEREBRAL
QUE HAY QUE TENER EN CUENTA:
El lugar de residencia
Los derrames cerebrales son más frecuentes en las personas
que viven en el sudeste de Estados Unidos que en otras partes. Esto
puede deberse a diferencias regionales en el estilo de vida, la raza,
el consumo de cigarrillos y la dieta.
La temperatura, la estación del año y el clima
Las muertes por derrame cerebral ocurren con más frecuencia
en los períodos de temperaturas extremas.

Los factores socioeconómicos


Existen algunas evidencias de que los derrames cerebrales
son más frecuentes en las personas con bajo nivel de ingresos que
en las personas acomodadas.

 
Prevención
 
Para reducir el riesgo de presentar un accidente cerebro vascular se recomienda:
• Vigile su presión arterial. La presión arterial alta (o hipertensión) aumenta las
posibilidades de tener un derrame cerebral. Una de cada tres personas con
hipertensión no sabe que sufre esta enfermedad. Verifique con frecuencia su
presión arterial
• Controle su diabetes. La diabetes puede dañar los vasos sanguíneos del cerebro y
aumentar el riesgo de sufrir un derrame cerebral. Siga la recomendación de su
médico para controlar su diabetes
• Deje de fumar. Fumar puede causar coágulos sanguíneos. Además, puede aumentar
su presión arterial. Hable con su médico, farmacéutico o personal de enfermería
para saber cómo puede dejar de fumar
• Haga ejercicio a diario. El ejercicio fortalece el corazón y mejora la circulación
sanguínea. Además, puede ayudarle a controlar su peso. El exceso de peso
aumenta la posibilidad de enfermedades
 
No ignore los signos de un derrame cerebral (ver más abajo). Aunque usted se sienta
mejor en algunos minutos u horas, es posible que haya tenido un "mini-derrame"
(accidente isquémico transitorio).
 
Después de un miniderrame corre riesgo de sufrir un infarto cerebral. Llame enseguida
al 066 (desde la Ciudad de México) o pida a alguien que llame de inmediato, si advierte
alguno de estos signos:
• Entumecimiento del rostro
• Debilidad o entumecimiento en el brazo o la pierna
• Pérdida total o parcial de la visión en uno o ambos ojos
• Dificultad para hablar y/o entender a otras personas
• Dolor de cabeza muy fuerte sin motivo
• Mareo o caída súbita

Referencias. 
Jane L., Delgado. La guía de buena salud para el corazón sano. Colegio de cardiología
de los Estados Unidos.Carolina Franco, Cecilia Sánchez, Lianella Fuenmayor, et al.
Enfermedad cerebrovascular: epidemiología, diagnóstico y tratamiento. Acta científica
estudiantil,2009,7(1):41-48.

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