Recomendaciones para tener en cuenta al formular un problema:
Elegir un tema concreto y acotado (en el espacio, tiempo y contenido).
Enunciar el problema preferentemente en forma de pregunta. El enunciado del problema debe ser claro, preciso y sencillo. Elegir un tema conocido por el investigador, y que resulte de su real interés. Elegir un tema para el cual existan datos accesibles, y si es posible un consultor. El problema debe expresar una relación entre variables operacionalizables. El tema debe ser empíricamente verificable (observable y/o medible) mediante parámetros indicadores que asignen valores (cuantitativos o cualitativos) a las variables y a sus relaciones. La formulación del problema debe incluir la definición de la cual se aplicará el proceso de investigación. El problema debe ser factible o viable (la magnitud del tema debe ser mayor o igual que las necesidades de análisis de las variables, lo que se vincula con el alcance o nivel de la investigación, pero menor o igual que los recursos – económicos, técnicos, temporales y humanos- con los que cuenta el investigador). Es decir, posible de ser resuelto mediante la investigación. El problema debe ser coherente con el resto de la investigación: los objetivos, el marco teórico, el diseño (métodos, técnicas e instrumentos de recolección de datos), el tipo de datos disponible, los recursos, el nivel o alcance de la investigación, el tamaño de la población y la muestra, el cronograma tentativo, etc.
UNA RESPUESTA AL PROBLEMA:
LA HIPÓTESIS
Es una oración que se formula como respuesta probable al problema planteado.