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descripción densa.
El conductismo de Skinner está muerto, pero hizo una buena aportación: si uno
quiere entender una ciencia, no debe escuchar a los abogados de esa ciencia y lo
que dicen sobre ella, sino que debe atender a los que la practican. En antropología
hay que atender a lo que hacen los etnólogos para entender cómo es la
antropología como forma de conocimiento.
Según el libro de texto, hacer etnografía es establecer relaciones, seleccionar a
los informantes, transcribir textos, establecer genealogías, trazar mapas de área,
llevar un diario, etcétera. Pero para Geertz estas técnicas y procedimientos no son
las que definen la empresa. Lo que la define es cierto tipo de esfuerzo intelectual:
especulación elaborada en términos de "descripción densa" (el término es de
Riley). La descripción densa se hace pensando y reflexionando y pensando
pensamientos.
Una acción cualquiera (el pone el ejemplo de guiñar un ojo) puede significar
muchas cosas dependiendo del contexto en el que se da. Para el conductista
radical todas son lo mismo porque la acción es la misma, pero en realidad no lo
son. Por eso hay que explicar muy bien el contexto. El objeto de la etnografía es
una jerarquía estratificada de las estructuras significativas atendiendo las cuales
se producen, se perciben y se interpretan las acciones y sin las cuales no
existirían.
Lo que nosotros llamamos nuestros datos, son las interpretaciones de las
interpretaciones que hacen los otros (nuestros datos etnográficos), porque la
mayor parte de lo que necesitamos para comprender un suceso particular (rito,
costumbre, etc.) se insinúa como información de fondo antes de que esa cosa
misma sea directamente examinada. Esto no es malo. Sólo es inevitable. El
trabajo etnográfico que dice que es observación, en realidad ya es interpretación.
Desde el comienzo ya estamos explicando explicaciones. La labor del etnógráfo
se asemeja a la del crítico literario. El etnográfico se encuentra con multitud de
estructuras conceptuales y estructuras de significación superpuestas o enlazadas.
El etnógrafo debe ingeniárselas para captarlas primero y explicarlas después. Y
esto ocurre hasta en los niveles de trabajo más rutinarios (observar, entrevistar,
escribir un diario, etc.). Hacer etnografía es cómo interpretar un texto en un idioma
extranjero lleno de comentarios tendenciosos.
La cultura es pública porque la significación lo es. Pero ojo, que el nativo haga
algo y saber lo que significa lo que hace no es lo mismo. Por eso no hay que
convertirse en nativos ni imitarlos, hay que conversar con ellos.
No podemos buscar leyes. Es una realidad que no podía hallarse. Sólo podemos
conjeturar significaciones, estimar las conjeturas y llegar a conclusiones
explicativas.
a) es interpretativa.
En la descripción densa no se empieza con las manos vacías. No se crean por
entero las ideas teóricas, sino que las ideas se aplican de tus estudios afines y se
refinan en el proceso. Si dejan de ser útiles para los problemas que surgen el
proceso, dejan de ser empleadas. Con esta concepción de la serie la práctica, la
distinción entre descripción densa y explicación de diagnóstico es aún más
relativa. La descripción densa es la significación que para unos actores tienen
unas acciones y el significado que para la sociedad el conocimiento sea
alcanzado. La teoría sobre es un montón de conceptos para poder hablar de la
cultura.
Geertz dice que es un error trazar esa frontera que trazaba la Ilustración entre lo
que es común, y por tanto inherente a los hombres, y lo que es cultural y
particular. La Ilustración hacía comparaciones y lo que era común lo consideraba
lo inherente al ser humano, y era esto lo que lo definía. Geertz está en radical
desacuerdo con esto. La variedad humana no es una máscara. Es su esencia. No
hay que buscar al hombre más allá de sus costumbres, sino precisamente en
ellas.
Para Geertz la cultura son planes, recetas… Es decir, programas que gobiernan
la conducta. El hombre es el animal que más depende de estas instrucciones
extragenéticas. Somos un disco duro al que se le instala un software (la metáfora
es mía). Este software son los sistemas de símbolos socialmente significativos. Al
hombre le son dadas de manera muy genérica las facultades de respuesta, pero
las facultades luego hay que concretarlas en respuestas concretas. El hombre
nace inconcluso y nos vamos acabando a medida que vamos viviendo.
Para Geertz, Chartes no es sólo piedra y vidrio (que sería lo genético). Esta
catedral concreta se hizo en un espacio y tiempo determinados. Para entender
Chartes es necesario entender la ecuación sobre las relaciones entre Dios, el
hombre y la arquitectura que rigieron su creación.
Los hombres son artefactos culturales, por lo que hay que entenderlos en la
cultura en que se terminan.
La cultura son dispositivos simbólicos para controlar la conducta del hombre,
una serie de fuentes extrasomáticas de información. Es el vínculo entre lo que los
hombres son intrínsecamente capaces de llegar a ser y lo que realmente son uno
por uno. Ser hombre es ser individuo, y lo conseguimos a partir de esquemas
culturales, sistemas de significación históricamente creados en virtud de los cuales
creemos, ordenamos, formamos y dirigimos nuestras vidas. Y los esquemas
culturales no son generales, sino específicos. No se trata del matrimonio, sino de
lo que los hombres y las mujeres piensan de ellos y de cómo deben relacionarse.
No es cierto que las disposiciones mentales del hombre son genéticamente
anteriores a la cultura y según el cual sus actuales facultades presentan la
extensión o amplificación de esas cualidades existentes por obra de medios
culturales.
Cultura fue necesaria para la formación del hombre moderno y, por tanto, para
su realización existencial los recursos culturales son constitutivos, no accesorios
de la naturaleza humana.
La religión
Está radicalmente en contra de la idea de que los ritos iniciáticos sean una
preparación para entrar en el mundo adulto. Esto se debe como hemos visto antes
a que está en contra de la idea de que todos los fenómenos simbólicos reflejen o
redupliquen la estructura social.
Los símbolos religiosos expresan una congruencia entre un estilo de vida y una
metafísica. Se retroalimentan. Cada instancia se sostiene con la autoridad tomada
de otra. La religión armoniza las acciones humanas con un orden cósmico. La
metafísica proyecta imágenes de orden cósmico sobre el plano de la existencia
humana.
Símbolo es cualquier objeto, hecho, acto o cualidad o relación que sirva como
vehículo de una concepción. Los símbolos son abstracciones de la experiencia.
Todo puede ser símbolo, desde un cuadro a un morfema. Así, la cultura es un
sistema de abstracciones. Los símbolos están en el mundo intersubjetivo de
comunicación. Los esquemas culturales suministran programas para instituir los
procesos sociales y psicológicos que modelan la conducta pública. Los esquemas
culturales son modelos de la realidad (la representan) y modelos para la realidad
(la construyen). Este doble aspecto consiste en darle sentido a la realidad social y
psicológica al ajustarse a ella y al modelarlas según esas mismas estructuras
culturales. Este doble aspecto es lo que distingue a los símbolos de otras clases
significativas. Los símbolos expresan la atmósfera del mundo y la modelan.
Suministran tendencias, actividades, sentimientos, propensiones, destrezas,
hábitos, inclinaciones.
Los símbolos dan rasgos mentales o fuerzas psicológicas que nos sacan de la
atmósfera poco clara de las sensaciones últimas para llevarnos al mundo bien
iluminado de los fenómenos observables. Nos disponen para experimentar ciertas
sensaciones ante determinados actos, para reaccionar de determinadas maneras,
para comportarnos determinadas maneras, para sentir determinadas maneras.
Todos los símbolos como modelo de y para son religiosos. El hombre puede
adaptarse a todo, excepto al caos. Eso no lo puede soportar. Como su mayor
bagaje es la comprensión y explicación, no puede soportar lo que no puede
explicarse (el misterio). Por eso los símbolos son lo más importante. Lo misterioso
tiene que ser explicado o mantener la ficción de que es explicable.
Los símbolos religiosos sirven para explicar y comprender el mundo, y dan una
definición a las emociones y las clasifican. Son modos o cauces de expresar el
sufrimiento. Así lo hacen comprensible y por lo tanto es mitigado. Da un
vocabulario que permite a la persona comprender naturaleza de su mal y remitirla
a un mundo más amplio.
La existencia del mal pone en evidencia los dos juicios morales. El mal no ataca
la idoneidad de nuestros recursos simbólicos para regir nuestra vida afectiva, sino
la idoneidad de esos recursos para suministrar criterios éticos, guías normativas
que gobierne nuestras acciones. Las cosas son como son frente a cómo deberían
ser. El mal y las iniquidades despierta la sospecha de que tal vez no haya orden
en el mundo. La respuesta de todas las religiones es la formulación mediante
símbolos de un orden del mundo que explica y hasta celebra la ambigüedad, los
enigmas y las paradojas de la experiencia humana. No se niega que existan el
mal, la injusticia, sino que se niega que haya hechos inexplicables. El hecho de
que existan desconciertos, sufrimientos y paradojas morales es el campo de
aplicación de la religión.
El ethos son los aspectos morales y estéticos de una determinada cultura. Su
actitud ante el mundo. Es la ética.
Los ritos religiosos aúnan ethos y cosmología. La religión es ambos, pero las
significaciones sólo pueden almacenarse en símbolos. Los símbolos religiosos son
una especie de contrapunto entre estilo de vida y realidad fundamental.