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oY Milo e Phares, J. (2003). Psicologia clinica. Conceptos, mélodos y aspectos précticos,de fa profesion. 6ta. Ed. Capitulo 6. Entrevista de evaluacion. (pp. 143-175). Entrevista de evaluacion PRECUNTAS PRINCIPALES {iCusles son los puntos importantes que hay {que considerar cuando se realiza una entrevista de evaluacién? {Cuales son los tipos ms comunes de ‘entrevistas de evaluactén? Deseriba en forma breve ada tipo, {2Cusles son las semelanzas y las diferencias centre las entéevistas estructuradas y las no estructuradas? |. {Qué tipos de confiabilidad y valider tienen ‘que ver con la valoraclén de una entrevista estructurada? . {Por qué es dificil evaluar la validez de una entrevista de diagndstico estructurada? RESENA DEL CAPITULO La evaluacién en la psicologta clinica Deinicién y propésito HI motivo de consulta Qué influye en la forma en que el cinco aborda el motivo de consulta? Laentrevista Caracteritieas generales de ls entrevistas Fundamentos y técnicas de la entrevista Empatia Comunicacién Maico de reterencia del paciente Marca de relevencia del clinica \Variedades de entrevistas Entrevista de acimisién Entrevista pata historia clinica Entrevista de examen de estado mental Entevista durante la crisis Entrevista de diagnéstico Conflabilidad y valider de fas entrevistas Confiabitidad Validez Sugerencias para mejorar la confiabidad y la validez Arte y clencia de la entrevista RESUMEN DEL CAPITULO TEMMINOS CLAVE a se EROTIC 144 | care entucnsta be evaLuAcion Desde hace mucho, la evaluacién ha sido una acti- vidad importante de los psicélogos clinicos. En el ‘capitulo anterior, tocamos la evaluacién en nuestra exposicién del diagnéstico de los trastornos menta- les, En éste nos centraremos en la entrevista. Los ‘opitulos siguientes tatarén la evaluacién de la in- teligencia, la personalidad y la psicopatologia, y el comportamiento, junto con el praceso de juicio el nico. Sin embargo, antes de zambullitnos en los as- ectos especificos de Ia entuevists, permitasenos hacer unos cvantos comentarios generales sobre la cevaluacién, La evaluacion en la psicologia clinica Como mencionamos en el capitulo 2, 1a evalua: cién psicoldgica como area de interés ha visto sus altas y us bajas. Abeles (1990) coment6 el reciente. “redescubrimiento” de la evaluacién, Observ6 que Gurante Jos ahos sesenta y setenta parecié declinar €l interés en Ta evaluacién psicoldgica. La terapia era la empresa mas glamorosa y de alguna manera Ja evaluacion casi parecia algo “injusta” para los Glientes. Al parecer se estaba desvaneciendo el compromiso histérico de la psicologta clinica con Ja evaluaci6n, La actitud prevaleciente era “Deja (que la hagan los tecnicos!" Descubrieron la psico- gia forense (Ia aplicacién de la psicologia a cuestiones legales} 0 quedaron intrigados por Ia psicologia pediatrica, 1a. geriatria o incluso la No se pueden responder las pre- guntas de un abogado sobre la competencia de un acusacio a menos que se haya evaluado en forma minuciosa a ese individuo por medio de pruebas, centrevistas u observaciones (Matarazzo, 1990). No se puede decidir sobre cuestiones de lesi6n neurol6gica frente a trastorno mental hasta que se ha evaluado a dicho cliente. Como afirmé Abeles (1990); Es mi opinién que una de las contribuciones “inicas del psicdlogo clinico es la capacidad ara proporcionar datos de evaluacion, Pro- veer de evaluaciones se esté volviendo de nue- vo una parte muy valorada y respetada de la psicologia clinica y, en mi opinién, es igual Ja intervencién y @ la psicoterapia como wre actividad vital de la psicologta clinica. ;Centi= nuiemos redescubriendo la evaluacién! (p. 4) Definici6n y propésito La evaluacion psicoldgica puede detinirse de mane 1a formal de much fodo esto nos leva a comprender mejat #! ‘como en In psicoterapla. Ya sea que el clinico wte tomando decisiones o solucionando problemas, lt evaluacién clinica es el medio para ese fin. De manera intuitiva, todos entendemos el pto- Osito del diagnéstico o la evaluacton, Antes de que los médicos puedan prescribir un trataniiet to, deben entender Ta naturaleza de la enferine- dad. Antes de que los plomeros puedan comenai a golpeat tubos, deben determinar primero el ci récter y ubicachon de la dificultad, Lo que es cle to en la medicina y en la plomeria también Io en la psicologia clinica. Aparte de unos cvanlos La mayoria de nosotros podemos revo far ta advertencia severa de nuestros padits’ “Pienss antes de actuar!” En cierto sentido, és es It esencia del proceso de evaluacién o diagndstivi Para ilustrar esta idea, considete el siguiente caso, El caso de Billy G Billy estaba en tercer grado y tenia problemas. St maestro reports diversos problems de compoitit Inento en el san de eases. Billy era ruidoso, pit Janchin y se distrata con facilidad. Era agresiva ¥ en ocasiones golpeaba alos ottos niios. Sv colt Portamiento era impulsivo, erritico y obviament® hiperactivo. Se habia convertido en wna fuci?® trsstornadora del salén de clases. Varias conferencias con el maestro terminaron {por convericer los padres de que el problema no {era por completo responsabilidad de la escuela. En. efecto, mucho del compartamiento del menor se ‘eflejaba en el hogar, donde era igual de dificil de controlat. Sus calificaciones se hablan desplomado jen meses recientes, pero sus padres no podian creer que hubiera un problema intelectual, Por consiguiente, les parecia que Ta explicacién debia estar en factores fisicos 0 emocionales. Su primera decisién fue levar at pequetio con. su médico familiar, quien no pudo encontrar pro- blema fisico alguno y sugirié que lo Nevaran con un newrdlogo. Después de un examen neuroldgico completo, incluyendo un electroencefalogrema y una historia conductual y médica exhaustiva, el | neurdlogo no pudo legar a un diagnéstico definiti vo. No habia una historia de trauma en el naci- iento, lesin en la cabeza, encefalitis o factores de sesgo para una enfermedad neuroldgica. Al mismo tiempo, una historia conductual recopilada a partir de repartes del maestro, observaciones de los padres y las observaciones del neurdlogo contirmé Ta existencia de un problema definido, 1 neuréio- 0 tendia hacia un diagndstico de trastorno por dé Ficit de atercién con hiperactividad (TDAH), Sin embargo, el neurdlogo se inclinaba hacia la psicologia y sentia que habia detectado una relacion muy tirante y algo hosttl entre los pads. En el curso de sus conversaciones con las padces, también se enterd de que el padre rara ver estaba en casa y parecta estar absorto en sus ambiciones por avanzar en su trabajo. La madre parecia estar reaccionando a su propia percepcion de negligencia y se habla voleado en actividades para el servicio ‘omunitario y en funciones sociales. Cuando Billy Iegaba a casa de la escuela, elia siempre estaba ju: {gando bridge, asistiendo a actividades para recaudar fondos o de compras. De seguro parecta que ningu: ‘no de los padres tenia mucho tiempo para él. De he- cho, sélo desde que sus problemas habfan llegado al maximo en la escuela, sus padres parecieron perca- tase de él Por tanto, el neurdlogo enfrentaba un dilema de diagnéstico. Debido a que la medicacion estimu- lante (como el Ritalin) ha sido efectiva a menudo ‘en casos asi, éste podria ser el camino que se de- bia seguir. Por otra parte, parecia haber un patron de rechazo paterno que podrla haber producide Lo evoluacin en la psiolgiacivico | 145 tesentimiento en Billy, Por consiguiente, la "hie peractividad” podia interpretarse como un inten- to por llamar Ia atencin de tos padres y los padres sustitutos (inaestros), Esta formulacién pa- fecia incluir sna recomendacién de psicoterapia para los padres y Billy por igual ‘Al newrdlago le preocupaba dar un diagnéstico equivocado, La medicacién tiene efectos secundarios ¢ incluso podria exacesbar el problema. demas, si el problema no era TDAH, entonces las reacciones, ‘conductuiales de Billy podrian arralgarse mas durante el tiempo desperdiciado y la psicoterapia podria ser ‘mis dificil. Un diagnéstico de TDAH también podria aumentar Ia falta de disposicin en los padres a acep- tar su papel en las dificultades conductuales del hijo. Por otza parte, suponga que la familia siguiera la uta psicoterapéutica, s6lo para enterarse mas adelante que el problema era tratable con medicacién. Enton- ces se habria desperdiciado un Gempo precioso y {quia habria ecurrido un dafo fsico evitable. Por tanto, la cuestién de la evaluacién se con virtié en un asunto de eleccién entre una explica- cién conductual o biolégica para los problemas de Billy, cada una de tas cuales tenia repercusiones muy diferentes para el tratamiento. Enfrentado con este dilema, el neurdlogo decidié enviar a Billy a un psicélogo clinico infantil, quien podria esperarse que administrara una vatledad de prue. bas de inteligencia y personalidad, entrevistara a Jos padres en forma més minuciosa y observara a Billy en una variedad de condiciones. El neurd- logo esperaba que un informe psicolégico, més sus resultados neuroldgicos, le permitisia Megar a un dlagndstico y una decision de tratamiento mis informados. El motivo de consult ‘Alguien, un padke, un maestro, un psiguiatra, un juez o quiz’ un psic6logo, plantea luna interrogante sobre el paciente: "{Por qué es desobediente Johnny?" “Por qué Alice no puede aprender a leer come los otros nifios?" *{El reper- torlo conductual empobrecido del paciente es un funcién de pocas oportunidades de aprendizaje 0 esta constricci6n representa un esfuerzo para evl- tar relaciones intimas con otras personas que po- ddrian ser amenazadoras?” 146 1 cane entacnsta oc Evauncion En algunos ‘casos, la cuestion puede ser imposible de respon- der; en otros, e] clinico puede decidir que es inapropiads una respuesta directa o que necesita replantearse la cuesti6n. Por ejemplo, puede deci- dir que la cuestion "ZE1 paciente es capaz de asesi- nar?” no puede responderse a menos que haya mis informacién sobre Ja situacién. Por tanto, la ccuestién podria replantearse para incluit probabi lidades respecto de clertas clases de situaciones, Si los padres desean que su hijo sea examinado con el iinico propésito, a menudo narcisista, de determinar el CI del nino, el clinico podria decidir {que proporcionar dicha informacién a Ja larga har‘a ‘ms mal que bien al nifio. La inayoria de los padres ro tiene los antecedentes psicométricos para enten- er lo que significa a estiniacién numérica det Cly es bastante probable que Ja malinterpreten. Por tan. to, antes de aceptar Ja consulta en un caso ast, el ps ‘c6logo elinico haria bien en discutir el asunto con los padres. £Qué influye en la forma en que el clinico aborda el motivo de consulta? elemplo, puede ser niés probable que un y libertad para responder Faciitador ‘Alienta el flujo de conversacion del paciente ‘Adlarador Alienta la claridad o ampliacién Confrontadar —_Desalia inconsistencias co contradicciones Directo Una vez que se ha establecido tempatiay el paciente esté tomando la responsabilidad de fa conversacién, estas preguntas pueden ser eficientes y stiles Fuente: Maloney y Ward (1976). GHIEREBDQuizs no hay nada més perturbador para un entrevistador prineipiante que et silencio, Sin embargo, puede significar muchas cosas. Lo impor- tante es evaluar su significado y funci6n en el con texto de la entrevista al-vez ef cliente esta organi zando un razonamiento o decidiendo cual tema iscutir a continuacion. Quiza el silencio sea indi- clinico termine un silencio protongado con un co- mentario sobre éste 0 decida introducir una nueva linea de cuestionamiento, la respuesta facilitaré la comunicacién y entendimiento y no secé una solu- ci6n desesperada a un momento dificil, odemos esperar hacer esto si no hemos escucha- do, ya que es escuchando que Hlegamos a apreciar la informacién y emociones que transmite el paciente, Si nos preocupamos por impresionar al cliente, si estamos inseguros en nuestro papel, Ejerplo ¥eMe contaria sobre sus experiencias cen fa Armada?” "Puede hablarme un poco mas sobre eso?" *;Supongo que esto significa que se siente “antes, gevando dijo..2” Qué le dio a su padre cuando éste critics su eleccién?” sinos guian motivaciones ajenas a la necesidad de entender y aceptar, entonces no es probable que seamos oyentes efectivos. Por ejemplo, muchas personas no pueden recordar el nombre de al. ‘guien que les presentaron dos,minutos antes. La raz6n mvs comin para esto es que no escuchan, stan distrafdas, preocupadss o quizé tan interesa- das por su propia apariencia que nunca escuchan el nombre, Sucede en ocasiones que los terapeutas estin tan seguros de una imptesién sobre el pa ciente que dejan de escuchar y por consiguiente ignoran nuevos datos importantes. EI clinico ha- Dil ha aprendido cuindo ser un oyente activo. Satisfaccién propia, La entrevista clinica no es el momento ni el lugar para que los clinicos trabajen. ten sus problemas. En ocasiones un clinico esté in seguro 0 es inexperto desde el punto de vista pro- fesional. A veces Jos problemas, experlencias 0 conversacién del paciente recuerdan a los clinicos sus problemas 0 amenazan sus valores, actitudes © adaptacién. En una forma u otra, los elinicos deben resistir la tentacién de cembier el foco de atencién a sf mismos, Mis bien, su atencion debe petmanecer en el paciente, Es obvio que esto es tuna cuesti6n de grado. Ninguno de nosotros tiene tanto autocontrol como para que nunce divaguen nuestros pensamientos 0 titubee nuestra concen- su alt a 9 or Av ate 154 1 cane UTREVSTA DE EVALUACION tuacién, Sin embargo, Jos papeles de clinic y pa- lente estén definidos y no deben confundirse. En algunos casos, el paciente hara preguntas personales al dlinico, En general, éstos deben evitar discutir sus vidas u opiniones personales. Sin em- bargo, este corisejo debe ser templado al percatarse de las razones para la pregunta, Por tanto, una pre: gunta despreocupada de apertura, como "Digame, 2qué piensa del juego de bisquetbol de anoche?” ra tiene la misma significaci6n que "Piensa que Freud tenfa razén en su evaluacion de la importan cia de la envidia det pene en las mujeres?” Cuando una pregunta parece sugerit algo de importancia sobe los problemas del paciente, por lo general es mejor desviarla o darle 1a vuelta, de modo que usted pueda seguir su hip6tesis clinica, Pero si una pregunta es trivial, Inocente o de alguna otra ma- nera bisicamente inconsecuente, es probable que una falta de respuesta dizecta sea percibida como la peor clase de evasién, ETRE 1 150105 0s, uno de, los autores trabajé en una clinica con varios tera peutas. Uno de ellos era un psiquiatra maduro mayor de $0 afios, con uns marcada afinidad por Jas batas estampadas. Otro era un psicélogo clini- co varon, de apariencia muy juvenil, bastante del gado, vestido con esmero y al parecer bastante inseguro de si mismo. Era inevitable que ambos fueran percibidos en forina diferente por sus pa: 0, musculoso y atlético puede intimidar un poco a ciertas clases de pacientes. La entrevistadora muy femenina puede producir respuestas en un cliente muy dis- tintas 2 las producidas por su contraparte varén. cedentes y prejuicios que tiene uno afectaran sus percepciones. Por desgracia, por lo general somos ‘més habiles para validar esta noctén en. ‘l clinico puede parec evidencia de patologin grave en realidad puede reflejar Ja cultura del paciente, Veamos el si- guiente ejemplo: Una mujer de otigen chino de 48 aftos habia estado recibiendo medicacién antipsicética y antidepresiva contra una depresion psicética, Con este régimen, la paciente habia perdido Imeluso mas peso y esperanza y se habia inmovilizado més, Un elemento aaitico en este diagnéstico de psicosis era la creencla de la ‘mujer de que su madre difunta, quien aparecta en sus sues, habia viajado del lugar de Tos muertos para inducir la muerte de la paclente y Ievarla al otro mundo. Nosotros no interpreta- ‘mos este sintoma como una creencia delizante, sino como una creencia cultural consistente en ‘una mujer deprimida que recientemente habia comenzado a vera su madre difunta en. sus suefios (un presagio de muerte comin en los suefios de algunos pactentes asiétices). Esta paciente respondié bien después de que se descontinud el medicamento antipsicotico, se redujo la dosis del antidepresivo y se instituy6 una psicoterapia semanal (Westermeyer, 1987, pp. 471-472). Este caso ilustra como todas las claves conduc- tuales en que se basan los clinicos pueden perder su significado cuando se aplican a un paciente de otra cultura, Comenzamos a percatamos de cuinto ‘depende de unos antecedentes compartidos la capa- cidad de un clinico para dar sentido a las verba- Ieaciones de un paciente. Por ejemplo, algunos clinicos del medio oeste que escuchan a pacientes estadounidenses de origen asiético pueden sentir de pronto como si hubieran perdido su propio marco de referencia, Pero al tratar con pacientes del medio ‘este,

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