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ARIEL SALAZAR RAMÍREZ

Magistrado ponente

STC12750-2016
Radicación n.° 11001-22-10-000-2016-00373-01
(Aprobado en sesión de siete de septiembre de dos mil dieciséis)

Bogotá, D. C., nueve (9) de septiembre de dos mil


dieciséis (2016).

Decide la Corte la impugnación formulada contra el


fallo proferido el veintinueve de julio de dos mil dieciséis por
la Sala de Familia del Tribunal Superior del Distrito Judicial
de Bogotá, dentro de la acción de tutela promovida por
Sandra Barrios Curtidor contra el Juzgado Primero de
Familia de Ejecución de Bogotá; trámite al que se vinculó al
Juzgado Tercero de Familia de Ejecución y a todas las partes
e intervinientes en el proceso objeto de la queja
constitucional.

A. La pretensión

La accionante mediante apoderado judicial solicitó el


amparo de su derecho fundamental al debido proceso, que
considera vulnerado por la autoridad judicial accionada por
cuanto negó la entrega de los dineros producto del remate
llevado a cabo en el proceso de alimentos que ella inició
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contra el padre de su menor hijo, así como tampoco dispuso


o garantizó el pago de las cuotas causadas y futuras,
dejando al niño desprotegido pues no recibirá de forma
permanente la suma que debe aportar el progenitor para su
manutención.

En consecuencia, solicita que se ordene al Juzgado « la


entrega de los dineros» o «por lo menos disponer el pago de las cuotas
alimentarias causadas y no pagadas desde febrero inclusive del año
2015 en un total de dieciocho (18) mensualidades, cuyo valor se
encuentra en TRESCIENTOS CUARENTA Y CUATRO MIL SETECIENTOS

VEINTISIETE PESOS M/CTE. ($344.727). [Folio 9, c. 1]

B. Los hechos

1. El 8 de julio de 2008, la accionante y Alberto Vega


Valencia, conciliaron ante el Defensor de Familia de Suba
(Bogotá), que el referido señor como padre del menor Simón
Alberto Vega Valencia, aportaría para su manutención la
cuota de medio salario mínimo mensual vigente.

2. Ante el incumplimiento del obligado, la tutelante en


representación de su descendiente inició proceso ejecutivo
de alimentos contra éste, a fin de que cancelara las
mensualidades comprendidas entre los meses de julio de
2008 a abril de 2009, así como las que en lo sucesivo se
causaran. De igual forma, solicitó el embargo y secuestro del
inmueble con matricula inmobiliaria No. 366-3378 de
Melgar, Tolima.

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Radicación n.° 11001-22-10-000-2016-00373-01

3. El asunto correspondió al Juzgado Dieciséis de


Familia de Bogotá, con radicado 2009-0321, autoridad que
en auto de 11 de mayo de 2009 libro mandamiento de pago
por las cuotas atrasadas y las que en lo sucesivo se
causaran.

4. En proveído de 27 de julio de 2009, decretó las


medidas cautelares solicitadas, las cuales fueron efectivas,
por lo que el inmueble quedó embargado y secuestrado a
favor de dicho litigio.

5. Estando en trámite el referido ejecutivo, la tutelante


inició proceso de aumento de cuota alimentaria, el cual fue
repartido al Juzgado Octavo de Familia de esta ciudad, con
radicado No. 2010-0762, autoridad que mediante
providencia de 26 de noviembre de 2010, admitió la
demanda y fijó como asignación provisional la suma de
$500.000.

5. En decisión de 9 de mayo de 2012, luego de que el


demandado no propusiera excepción alguna y que la
conciliación presentada reuniera los requisitos legales, se
ordenó seguir adelante con la ejecución por las
mensualidades atrasadas y las sucesivas hasta que se pague
el total de la obligación.

6. Posteriormente, en el litigio de modificación de la


cuota alimentaria, se profirió fallo de 29 de abril de 2013,
en el que se estableció como nueva suma un $1’000.000.

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7. Como quiera que el padre del menor tampoco


canceló esta nueva mensualidad, la tutelante a continuación
del verbal inició otro proceso ejecutivo, en cual solicitó el
pago de las comprendidas entre febrero a agosto de 2013,
así como de las que se siguieran causando, para lo cual
también solicitó las medidas cautelares sobre el predio antes
a referido.

8. En auto de 13 de septiembre de 2013 el Juzgado


Octavo de Familia, libró en mandamiento de pago, por esta
nueva demanda de cobro y en providencia de 15 de
septiembre de 2014, ordenó seguir adelante la ejecución.

9. El 30 de octubre de 2013, dentro del primer juicio


ejecutivo, se llevó a cabo el remate del inmueble propiedad
del demandado, por el valor de $52’726.247.

10. En autos de 9 de abril y 23 de junio de 2014, se


aprobaron la liquidación del crédito por la suma de
$21’008.750 y la almoneda, por lo que se dispuso que una
vez cancelada la deuda se entregara el saldo al extremo
pasivo.

11. Sin embargo, el apoderado de la tutelante solicitó al


despacho que con el remanente de la subasta que
correspondía al ejecutado se constituyera una cuenta a
órdenes del juzgado para el pago de las cuotas alimentarias
futuras.

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12. El 16 de febrero de 2015 se negó la pretensión tras


considerar el juzgado que «la solicitud de constituir un patrimonio
para garantizar el pago de la cuota alimentaria, deberá ser materia de
convenio entre las partes, pues en tratándose de proceso ejecutivo, éste
se limita al cobro de las sumas que se alegan como debidas, mes a mes

y hasta su pago total».

13. Decisión contra la que la actora interpuso recursos,


pero fueron rechazados por extemporáneos. [Folio 268,
expediente]

14. En providencia de 14 de agosto de 2015, se dio por


terminado el primer proceso ejecutivo por pago total de la
obligación y se dispuso entregar el « remanente o sobrante que
existiere para el presente proceso, hágase entrega al demandado…».

[Folio 3, c.1]

15. Por otra parte, en auto de 28 de octubre de 2015,


en el segundo de los litigios que fuera remitido al Juzgado
Primero de Ejecución de Familia de la esta ciudad, luego de
que pedir certificación de cuales cuotas se pagaron en el
primer juicio, se aprobó el crédito por las mensualidades
correspondientes al año 2013, 2014 y 2015, por un valor de
$30’5876.490.

16. En auto separado, se indicó que la parte


demandada debía realizar todas las medidas necesarias para
lograr el embargo y secuestro del inmueble del demandado.
Sin embargo, el bien ya fue rematado.

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17. En criterio de la peticionaria del amparo, la


decisión adoptada dentro del asunto con radicado No. 2009-
0321 de dar por terminado el proceso y disponer entregar
el sobrante del producto del remate a la parte demandada
vulneró el debido proceso y desconoció los derechos que
tiene el menor para el suministro de su cuota alimentaria
futura, porque a pesar de existir dineros en ese despacho, se
le ha negado la cancelación de las cuotas que se vayan
causando, privando a su hijo de recibir su sustento. [Folios
7-11, c.1]

C. El trámite de la primera instancia

1. El 19 de julio de 2016 se admitió la acción de tutela,


y se ordenó el traslado a los involucrados en el proceso,
para que ejercieran su derecho a la defensa. [Folio 13, c. 1]

2. El Juzgado Primero de Ejecución en Asuntos de


Familia de Bogotá, manifestó que la decisión objeto de
censura por parte de la accionante de dar por terminado el
proceso ejecutivo de alimentos y que dispuso el pago de un
dinero por concepto de cuotas alimentarias a favor de la
actora y el saldo a la parte pasiva, no fue emitida por ese
despacho sino por el Juzgado Tercero de Familia de
Ejecución de esta ciudad. [Folios 19, c.1]

Por su parte, el Juzgado Tercero de Familia de


Ejecución de Sentencias de esta urbe se opuso a la
prosperidad del amparo para cuyo efecto manifestó que el
14 de agosto de 2015 dio por finalizado el proceso por pago
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total de la obligación y ordenó la entrega de los dineros a la


accionante hasta la concurrencia de la última liquidación
aprobada y el levantamiento de las medidas previas
tomadas al interior del proceso, decisión que cobró firmeza
debido a que los recursos interpuestos contra dicha
determinación fueron notoriamente extemporáneos y se
cumplió un año de su pronunciamiento.

3. En sentencia de 29 de julio de 2016, el Tribunal


negó el amparo, tras estimar que en el presente asunto no
concurre el principio de inmediatez y subsidiaridad por
cuanto la decisión de que se duele principalmente la
quejosa data del 16 de febrero de 2015 y no hizo uso de los
mecanismos de defensa que tenía a su alcance para
censurarlo. [Folios 43-51, c.1]

4. Por estar en desacuerdo con la decisión, la actora la


impugnó, tras manifestar que la providencia adoptada por el
Juzgado Tercero de Familia de Ejecución fue un fallo « insólito»
al ordenar que el remanente se entregara al demandado toda
vez que por ministerio de la Ley tal producto debió
entregarse a la parte demandante y no al ejecutado. [Folio
71-72, c. 1]

II. CONSIDERACIONES

1. La acción consagrada por el artículo 86 de la Carta


Política se encamina, esencialmente, a proteger los derechos
fundamentales de las personas, cuando quiera que resulten

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vulnerados o amenazados por la acción o la omisión de


cualquier autoridad pública, o aún de los particulares en
los casos establecidos en la ley, pero asimismo se acepta
que dicho mecanismo es excepcional, pues solamente puede
ser ejercido con prontitud y ante la inexistencia de algún
otro medio de defensa judicial.

2. Frente a los derechos de los menores de edad, se


torna necesario recordar, que aquellos se encuentran
reconocidos por el artículo 44 del texto constitucional, como
por tratados internacionales que hacen parte del bloque de
constitucionalidad, disposiciones en donde consagran que
éstos son sujetos de especial protección y que por ende, sus
prerrogativas deben ser objeto de atención y ayuda por la
familia, la sociedad y el Estado, a fin de « garantizar su
desarrollo armónico e intelectual ».

De ahí, que se reconozca que cualquier persona puede


reclamar de la autoridad competente «su cumplimiento y la
sanción de los infractores», e incluso ha establecido que existe

un interés superior del menor, que consiste en la


prevalencia que tienen sus derechos y que impone
obligaciones para protegerlos.

Es así que la Jurisprudencia de la Corte Suprema de


Justicia ha definido que, esa especial defensa de los
derechos del menor incluyen « i) la prevalencia del interés del
menor; ii) la garantía de la adopción de medidas de protección que su
condición requiere; y iii) la previsión de las oportunidades y recursos
necesarios para desarrollarse mental, moral, espiritual y socialmente
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de manera normal y saludable, y en condiciones de libertad y

dignidad», por ello, refiere, que frente a los poderes públicos ,

tal régimen constitucional del infante y del adolescente, al


mismo tiempo que potencia, limita las competencias.

De manera que para «el legislador y la administración,


representa tanto obligaciones imperativas como facultades que
impulsan los procesos de creación, interpretación y aplicación de
normas jurídicas y también los de formulación, implementación,

análisis y evaluación de las políticas públicas.», lo que ocurre de

manera similar para los jueces constitucionales, pues «tanto


en las decisiones de constitucionalidad como en las de tutela en las
que se encuentren involucrados los menores de edad, aparecen como
criterios hermenéuticos fuertes, de modo que el juicio abstracto o
concreto debe efectuarse en clave de lo aquí visto: ser sujetos de
especial protección, el imperativo jurídico de buscar el interés superior
del menor, el carácter prima facie prevaleciente de sus derechos, el
reconocimiento de las garantías de protección para el desarrollo
armónico, que generan obligaciones constitucionales verticales y
también horizontales, la exigibilidad de los derechos y por consiguiente
de las obligaciones, basadas en el carácter subjetivo y colectivo de los

derechos e intereses protegidos.»1 (Subrayado fuera del texto).

Condicionamiento que, es evidente, afecta igualmente


a los poderes de los jueces con competencias ordinarias
para conocer de los derechos e intereses de los niños, niñas
y adolescentes, como se ha previsto el artículo 9° del Código
de la Infancia y la Adolescencia que indica: « en todo acto,
decisión o medida administrativa, judicial o de cualquier naturaleza
que deba adoptarse en relación con los niños, las niñas y los

adolescentes, prevalecerán los derechos de estos».


1
Corte Constitucional Sentencia C-055 de 2010
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Radicación n.° 11001-22-10-000-2016-00373-01

Dentro de ese conjunto de garantías superiores de los


niños, niñas y adolescentes se halla la alimentación
equilibrada, de la cual ha sostenido la Corte en relación con
sus destinatarios que «debe implicar la eliminación de cuanto
obstáculo trate de impedirles el goce efectivo », más cuando «prevé el
artículo 134 de la ley 1098 de 2006 que los créditos por alimentos a
favor de los niños, las niñas y los adolescentes gozan de prelación

sobre todos los demás»2.

Es así que el legislador para proteger tal prerrogativa,


ha creado procedimientos especiales, como son los juicios
de fijación de cuota alimentaria, ejecución y revisión de los
mismos, los cuales, deben guiarse por el principio
constitucional mencionado, desarrollado en la Ley 1098 de
2006, que hace referencia al interés superior de los
menores en los siguientes términos: « ARTÍCULO 8o. INTERÉS
SUPERIOR DE LOS NIÑOS, LAS NIÑAS Y LOS ADOLESCENTES. Se
entiende por interés superior del niño, niña y adolescente, el
imperativo que obliga a todas las personas a garantizar la satisfacción
integral y simultánea de todos sus Derechos Humanos, que son
universales, prevalentes e interdependientes.»

Lo anterior en aras de rodear a los infantes de


garantías y beneficios que los protejan en su proceso de
formación y desarrollo hacia la adultez, dentro del cual los
recursos para el sostenimiento de los menores juegan un
papel primordial.

2
CSJ TSC, de 6 de agosto de 2009, Rad. 6800122130002009-00238-
01.
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3. Aquellos imperativos constitucionales y legales


fueron desatendidos por las autoridades judiciales
accionadas, por cuanto no han garantizado al infante en
favor de quien se iniciaron los procesos ejecutivos, los
recursos para su sostenimiento y con ello la satisfacción
integral de sus derechos fundamentales.

En efecto, el Juez Tercero de Ejecución de Familia,


dispuso la entrega al ejecutado del saldo que sobrara del
remate del bien embargado a éste, una vez pagadas las
cuotas causadas hasta ese momento y además negó la
solicitud que realizó la madre de que se garantizaran los
alimentos futuros, bajo el argumento que en tratándose de
proceso ejecutivo, éste se limita al cobro de las sumas que
se alegan como debidas, mes a mes y hasta su cancelación
total.

Argumento que desconoce, lo establecido en los incisos


3º y 4º del artículo 129 del Código de Infancia y
adolescencia, que indica « El juez deberá adoptar las medidas
necesarias para que el obligado cumpla lo dispuesto en el auto que fije
la cuota provisional de alimentos, en la conciliación o en la sentencia
que los señale. Con dicho fin decretará embargo, secuestro, avalúo y
remate de los bienes o derechos de aquél, los cuales se practicarán con
sujeción a las reglas del proceso ejecutivo (…) El embargo se levantará
si el obligado paga las cuotas atrasadas y presta caución que
garantice el pago de las cuotas correspondientes a los dos años
siguientes. ».

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En ese orden, a efectos de entregar el saldo, el juez


debía prever primero, que se garantizara por lo menos las
cuotas correspondientes a los dos años siguientes, pues ello
era hacer efectiva la prevalencia de los derechos del niño,
sin que pueda excusarse en que no lo hizo porque se
trataba de un proceso ejecutivo, porque con mayor razón si
el juez podía verificar el incumplimiento constante y
permanente en el que ha incurrido el padre del menor y
tiene los recursos a disposición de su despacho, debe hacer
los posible por hacer efectivas sus prerrogativas y velar por
la que se le den los alimentos respectivos.

Pues de lo contrario, sería aceptar, que contrario a lo


establecido en la norma no se garantice el pago de la cuota
alimentaria futura que debe sufragarse para la vida del
infante, sino que los dineros sobrantes se entreguen al
ejecutado y que por ende, no existan o se mantengan
medidas llamadas a garantizar sus gastos de sostenimiento,
pese a que acudió mediante la vía adecuada a reclamarlos.

Lo que de ninguna manera puede respaldarse, pues


recuérdese que dentro de las obligaciones de los jueces, se
encuentra el «adoptar con premura las órdenes necesarias para
procurar el goce de los derechos fundamentales del infante, más aun,
tratándose de los alimentos, ya que estos son indispensables para ‘el
sustento, habitación, vestido, asistencia médica, recreación, educación
o instrucción y, en general, todo lo que es necesario para el desarrollo
integral de los niños, las niñas y los adolescentes’ (artículo 24 del
Código de la Infancia y la Adolescencia –Ley 1098 de 2006-)”

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(Sentencia 24 de septiembre de 2010, exp. 11001-22-10-


000-2010-00266-01).

En ese orden no cabe duda de la vulneración de los


derechos del menor por parte del Juzgado Tercero de
Ejecución de Familia de Bogotá, y por ende, por cuanto se
está poniendo en riesgo el mínimo vital del niño involucrado
en este litigio, se hace necesaria la intervención del juez
constitucional.

4. De igual forma se encuentra que el Juzgado Primero


de Ejecución de Familia de Bogotá, quien conoce del
segundo proceso ejecutivo también desconoció los derechos
del menor, pues a pesar de que se le solicitaron medidas
cautelares y que las mismas no fueron efectivas,
precisamente porque en el inmueble ya había sido
embargado en el primer juicio de cobro de alimentos, hecho
que pudo constatar con el certificado de libertad y tradición
del inmueble y del informe del Juzgado comisionado,
requirió a la a la madre para que intentara la cautela sobre
el mencionado inmueble, lo que se muestra un
comportamiento dilatorio y poco diligente del juzgador.

En especial cuando ninguna actuación ha desplegado


pese a que la Ley lo faculta para que de oficio tome medidas
especiales tendiente a garantizar el pago de las cuotas
alimentarias, que ya ascienden a $30’000.000.

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Es así que el artículo 139 de la Ley 1098 de 2006,


establece:

Medidas especiales para el cumplimiento de la obligación


alimentaria. Sin perjuicio de las garantías de cumplimiento de
cualquier clase que convengan las partes o establezcan las leyes,
el juez tomará las siguientes medidas durante el proceso o en la
sentencia, tendientes a asegurar la oportuna satisfacción de la
obligación alimentaria:

1. Cuando el obligado a suministrar alimentos fuere asalariado,


el Juez podrá ordenar al respectivo pagador o al patrono
descontar y consignar a órdenes del juzgado, hasta el cincuenta
por ciento (50%) de lo que legalmente compone el salario mensual
del demandado, y hasta el mismo porcentaje de sus prestaciones
sociales, luego de las deducciones de ley. El incumplimiento de la
orden anterior, hace al empleador o al pagador en su caso,
responsable solidario de las cantidades no descontadas. Para
estos efectos, previo incidente dentro del mismo proceso, en
contra de aquél o de este se extenderá la orden de pago.

2. Cuando no sea posible el embargo del salario y de las


prestaciones, pero se demuestre el derecho de dominio sobre
bienes muebles o inmuebles, o la titularidad sobre bienes o
derechos patrimoniales de cualquier otra naturaleza, en cabeza
del demandado, el Juez podrá decretar medidas cautelares
sobre ellos, en cantidad suficiente para garantizar el pago de la
obligación y hasta el cincuenta por ciento (50%) de los frutos que
produzcan. Del embargo y secuestro quedarán excluidos los
útiles e implementos de trabajo de la persona llamada a cumplir
con la obligación alimentaria.

Sin embargo, en el caso bajo estudio, pese a tener


conocimiento el segundo fallador de que en el primer litigio
ejecutivo se realizó el remate del inmueble y de la existencia
de un saldo a favor del ejecutado, pues en auto de 28 de
octubre de 2015, pidió certificación del estado de la
mencionada controversia y le fue remitido el expediente en
préstamo, por lo cual pudo constatar dichas circunstancias,
no decretó ni el embargo de remanentes o del crédito a favor

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del demandado, medidas que hubiesen sido idóneas para


garantizar los alimentos del menor.

De ahí, que fue dilatorio y vulnerador de los derechos


del menor el comportamiento del Juzgado accionado, al no
tomar las medidas necesarias para garantizar los alimentos,
lo que hizo más gravosa su situación, en especial cuando es
claro, que el niño por más de 11 meses no ha recibido los
dineros necesarios para su subsistencia.

5. Por otra parte, si bien la tutelante no interpuso


recursos contra las decisiones de los juzgadores, en las que
se ordenó la entrega del saldo al padre ejecutado y aquella
que dispuso que intentara el embargo y secuestro de un
bien ya rematado en otro juicio, dicha circunstancia no
impide que se protejan los derechos del niño, toda vez que
actuaciones de los Juzgados accionados vulneraron de
manera protuberante las garantías fundamentales y las
normas de orden público referidas, por lo que no resulta
conveniente anteponer tal exigencia, en especial cuando la
en este caso se tratan de los alimentos de un menor.

En tal sentido, en oportunidad anterior, ante la


evidente transgresión de las prerrogativas constitucionales,
la Sala concedió la tutela, a pesar de que no se agotaron los
mecanismos ordinarios de defensa judicial, ni se promovió
en forma oportuna el amparo, con el fin de « proteger los
derechos reclamados por la parte accionante, en aras de
garantizar la prevalencia del derecho sustancial sobre el
procesal». (CSJ STC, 12 Oct 2012. Rad. 2012-1545-01).
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Igualmente, se aceptó que en atención a la esencia de


la acción bajo análisis, «ésta no puede verse limitada por
formalismos jurídicos, porque aunque no se pone en duda que su
viabilidad está supeditada a la verificación de ciertas condiciones de
procedibilidad, la jurisprudencia constitucional ha determinado que la
mera ausencia de un requisito general de procedencia, no puede
erigirse en parámetro absoluto para privar al actor del goce efectivo de
sus derechos superiores, ni para prohijar su quebranto con la actitud
silente del juez que conoce del reclamo dirigido a obtener su

protección». (CSJ STC, 13 Ago 2013. Rad. 2013-093-01).

De manera, que a pesar de que no se cumpla, en


principio el presupuesto de subsidiariedad, si es evidente
que los funcionarios acusados, vulneraron los derechos
fundamentales del menor, como consecuencia, por lo que
no cabe otra decisión que la de proteger las garantías de
éste.

6. En consecuencia, se revocará la sentencia que por


vía de impugnación se revisó y en su lugar se accederá al
amparo invocado y para proteger los derechos del niño, se
ordenará: (i) al Juzgado Tercero de Ejecución de Sentencias
en Asuntos de Familia de Bogotá se abstenga de entregar los
dineros sobrantes del remate al ejecutado y en su lugar, en
el término máximo de cuarenta y ocho (48) horas, contadas
a partir de la notificación de esta providencia, proceda a
adoptar las medidas necesarias para asegurar los alimentos
futuros del menor Simón Vega Barrios, de conformidad con
los incisos 3º y 4º del artículo 129 del Código de Infancia y
Adolescencia, por las razones expuestas, y (ii) al Juzgado
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Primero de ejecución en Asuntos de Familia de Bogotá, para


que inmediatamente, al recibo del expediente, ordene alguna
de las medidas especiales de las que acá se hizo referencia,
esto es, el embargo de remanentes o crédito a favor del
ejecutado en el proceso ejecutivo No. 2009-00321-00, a
efectos de garantizar los alimentos futuros del menor.

III. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, en Sala de Casación Civil, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley,
REVOCA la sentencia impugnada y en su lugar, CONCEDE
el amparo al derecho fundamental al debido proceso de la
accionante. En consecuencia, dispone,

PRIMERO: ORDENAR al Juzgado Tercero de Ejecución


de Sentencias en Asuntos de Familia de Bogotá se abstenga
de entregar los dineros sobrantes del remate al ejecutado y
en su lugar, en el término máximo de cuarenta y ocho (48)
horas, contadas a partir de la notificación de esta
providencia, proceda a adoptar las medidas necesarias para
asegurar los alimentos futuros del menor Simón Vega
Barrios, de conformidad con los incisos 3º y 4º del artículo
l29 del Código de Infancia y Adolescencia, por las razones
expuestas en esta providencia.

SEGUNDO: ORDENAR al Juzgado Primero de


ejecución en Asuntos de Familia de Bogotá, para que

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inmediatamente, al recibo del expediente, ordene alguna de


las medidas especiales a las que se hizo referencia, esto es,
el embargo de remanentes o crédito a favor del ejecutado en
el proceso ejecutivo No. 2009-00321-00, a efectos de
garantizar los alimentos futuros del menor.

TERCERO: Comuníquese telegráficamente lo aquí


resuelto a las partes; y, en oportunidad, remítase el
expediente a la Corte Constitucional, para su eventual
revisión.

ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO


Presidente de Sala

MARGARITA CABELLO BLANCO

AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO

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LUIS ALONSO RICO PUERTA

ARIEL SALAZAR RAMÍREZ

LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA

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