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El Puertorriqueno Docil PDF
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RENÉ MARQUÉS*
C. WRIGHT MILLS
Definición y deslinde
El sonido y la furia de un
problema psico-seméntico
Nacionalismo y anexionismo:
el impulso autodestructor
mente, en 'el teatro con Palm Sunday (1956) de René 'Marqués," En-
crucijada(1958) de Manuel Méndez Ballestee," El tinal de la calle
(1959) de Gerard Paul Marin" y Un niño azul para esa sombra (1960)
de René Marqués;" en la novela, con La ceiba en el tiesto (1956) de
Enrique A. Laguerre," Los derrotados (1957) de César Andreu Igle-
sias" y El gigante yel alba (1959) de Ricardo Cordero."
.Pero no se crea que en la expresión política sean los nacionalistas
/los únicos en dramatizar, dentro de la sociedad puertorriqueña contem-
/ poránea, el impulso autodestructor. Bien es cierto que en éstos la ex-
presión es más espectacular por tratarse de suicidio físico. Sin embar-
go, en el extremo opuesto, los. asimilistas, estadoístas o anexionistas
\, muestran en su psicología y en diversos grados, claros síntomas suici-
das, aunque en ellos el irreprimible impulso de autodestrucción no se
manifieste en el plano físico, sino en el moral y espiritual. Tomando
como pretexto ideologías opuestas, el nacionalista y el anexionista coin-
ciden en el deseo urgente de autodestruirse. Tan suicida es el gesto
delnacionalistaque, para provocar su muerte física ataca la Casa Blair,
como el del anexionista que, para provocar su muerte moral y espiri-
tual, ataca con intención destructora su propia esencia puertorriqueña.
Ideológicamente aparecen ambos como antípodas, pero psicológica-
mente son almas puertorriqueñas gemelas.
Hay una diferencia, sin embargo. El nacionalista logra casi siern-
prey literalmente sus propósitos: muere de modo violento. El anexio-
nista, en cambio, es un muerto en vida, un suicida nunca del todo rea-
lizado, un condenado a sí mismo a destruirse como puertorriqueño y
más cada día, sin lograrlo nunca, puesto que no puede destruir total-
mente su esencialidad puertorriqueña mientras en él aliente vida. Esta
condición patética. de eterno autocondenado del anexionista explica el
grado de claudicación, humillación y servilismo a que puede en ocasio-
nes llegar en su empeño suicida de anular o destruir su personalidad
puertorriqueña.
. El' fenómeno alcanza el más alto nivel de absurdidad en el caso
del negro anexionista. Nacido en una cultura donde el prejuicio racial-
se ha mantenido, en este siglo de cruentos conflictos, a un nivel muy
bajo, lucha desesperada y suicidamente por destruir esos patrones cul-
turales de humana convivencia para incorporar su país a una cultura
20 Estrenado, no publicado aún. (Las fechas que se dan arriba se refieren a los
estrenos) .
21 Teatro puertorriqueño, Instituto de Cultura Puertorriqueña, San Juan, 1959.
22 Estrenado, no publicado aún.
23 René Marqués, Teatro, Editorial Arrecife, México, 1959.
24 Enrique A.Laguerre, Biblioteca de Autores Puertorriqueños, San Juan, 1956.
'.25 César Andreu Iglesias, Los derrotados, Los Presentes, México, 1956.
26 Ricardo Cordero, El gigante y el alba, Ediciones Rumbos, Barcelona, 1959.
EL PUERTORRIQUEÑO DOCIL
El patrón matriarcal
EL PUERTORRIQUEÑO DOCIL
Conclusión
Para ello podría partirse del excelente estudio realizado entre nosotros
por Tomás Navarro Tomás.56
A pesar de estas y otras posibles lagunas creemos haber demos-
. tiado a lo'largo del análisis que apenas hay zona en la sociedad puer-
torriqueña donde, arañando un poco, no aparezca como rasgo cons-
tante y determinante la docilidad.
56 Tomás Navarro Tomás,i.il español e11 Puerto Rico, Editorial Universidad de Puerto
Rico, 1948.