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EL

MEN
SAJE
DE D
ANI
EL

 

MERLI
NG
ALOMÍ
A UNI
VERSID
AD
PERUA
NA
UNIÓN
DIDAJÉ
1, NO.
2
(2013)L
IMA,
PERÚ
En la que confían más de 1 millón de miembros

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16
R
ESUMEN
“El mensaje
de Daniel”.

De manera
categórica,
el autor
describe al
libro
deDaniel
como una
profecía de
buenas
nuevas, un
evangelio
profético.
Para
deciresto, el
autor
muestra
la evidencia
prepondera
nte de un
mensaje
de victoria
parael
pueblo de
Dios basado
en la
fidelidad a
él. A su
vez, este
concepto se
ve ligadoa
la soberanía
de Dios
mediante
los
episodios
de su
providencia
ocurridos
alpueblo de
Israel, a los
demás
pueblos de
su orbe. No
podemos
hablar del
librode
Daniel ni de
su mensaje
sin poner
como
protagonist
a al
vencedor de
la
grancontrov
ersia: Cristo
Jesús, el
Mesías.
Una
victoria que
toma lugar
en la tierray
termina su
obra en los
cielos
donde
trabaja en
su
Santuario.
Tales
verdadesete
rnas
constituyen
el mensaje
de Daniel, y
sin duda un
mensaje de
gran bien-
aventurada 
esperanza.
Palabras
clave:
Daniel -
2300 años -
Santuario -
Resurrecció
n - Juicio de
Dios
 A 
BSTRACT
“Daniel’s
Message.”

 In a
categorical
way, the
author
describes
the book
ofDaniel as
good news
prophecy, a
prophetic
gospel. To
say this,
the author
showsthe
prepondera
nt evidence
of a
message of
victory for
the people
of God ba-
sed on
loyalty to
Him. In
turn, this
concept is
linked to
the
sovereignty
of
Godthrough
episodes of
His
providence
as occurred
to the
people of
Israel, to
theother
peoples in
its
geographic
context. We
cannot
speak of the
book of
Danielnor
of its
message
without
highlighting
as
victorious
protagonist
of the
greatcontro
versy:
Christ
Jesus, the
Messiah. A
victory that
takes place
on Earth as
Heends His
sanctuary
work in
heaven.
ese
eternal
truths
constitute
the
messageof
Daniel,
being
certainly a
blessed
message of
great hope.
Keywords:
Daniel -
2300 years
-
Sanctuary -
Resurrectio
n - God’s
Judgment
 

17

E
L
 
MENSAJE
 
DE
 D
 ANIEL
Al analizar
el mensaje
del libro de
Daniel, se
descubre
con
asombroqu
e este es
presentado
en series
proféticas
que
invariable
mente se
vincu-lan
con los
días finales
de la
historia
humana –
nuestros
días. Pero,
nuestroaso
mbro se
acrecienta
al
percatarnos
consolados
que este
mensaje es
el mis-mo
mensaje
evangélico,
ya que
Daniel es
“un profeta
de buenas
nuevas”.
1
Sus temas
y profecías
contienen
el mensaje
entregado
a
Danielpor
el mismo
“Dios del
cielo que
revela
los misteri
os” (Dn
2:28). Sin
em-bargo,
al
exponerlas
, Daniel
hace que
sus buenas
nuevas se
concentren
ydesenvue
lvan en
torno a un
solo
personaje
central, el
Mesías,
haciendo
deél la
única
esperanza
de
salvación
de los
fieles de
todas las
edades.
Pero,el
mensaje de
Daniel es
multifacéti
co, ya que
abarca un
sinnúmero
de verdade
s cuya
gama es
tan vasta
y diversa, 
como lo es
el mismo
evangelioy
cada una
de las
promesas
que se
vinculan
con él.
Siendo,
pues, tal
sucontenid
oy
significado
, apenas si
tocaremos
en este
artículo lo
esencialdel
mensaje
abarcado
por este
profeta en
su libro
singular.
Un
mensaje de
victoria
Si se
considera
únicamente
la división
actual de
los
capítulos de
Da-niel y el
contenido
general de
cada uno de
ellos, se
tendrá el
siguiente
bosquejo:
(cap. 1)
Los
fieles estud
iantes
cautivos:
Fidelidad
pese a la
cauti vidad
(cap. 2) El
intérprete
en la corte:
“Hay un
Dios en
los
cielos quer
evela
misterios”.
(cap. 3)
Probados
con fuego:
“Nuestro
Dios puede
librarnos”.
(cap. 4) La
soberbia
abatida:
“El
Rey del
cielo
puede
humillar
alos que
andan con
soberbia”.
(cap. 5)
Juicio a
Babilonia:
“Pesado
has sido y
hallado
falto”.
1
Josefo,
 Antigüedades
de los judíos
, 10.11.7.
 
18
M
ERLING
 A 
LOMÍA 

(cap. 6)
Rugidos
acallados: 
“El Dios
mío envió
su ángel y
cerróla
boca de los
leones”.
(cap. 7)
El juicio
de los
siglos: “El
Juez se
sentó y
los libros
seabrieron”
.(cap.
8) La
intercesión
mesiánica
alterada y
restaurada:
“Hasta230
0 años y el
santuario
será
purificado”
.(cap.
9) La obra
expiatoria
e interceso
ra del
Mesías:
“Se
quitarála
vida al
Mesías
para
terminar
con el
pecado”.
(cap.
10) Miguel
, el
príncipe
celestial: “
Ninguno
hay que se
es-fuerce
como
Miguel”.
(cap. 11)
Todos
contra
Uno: “El
Príncipe
del pacto
seráquebra
ntado más
el pueblo
de su Dios
se
esforzará”.
(cap. 12)
La recomp
ensa de la
fidelidad:
“La
resurrecció
n,patrimon
io de los
fieles”.Pod
ría decirse
que el
libro de
Daniel,
bosquejad
o de este
modo,mue
stra un
mensaje
centrado
en la
victoria. El
primer
capítulo
muestracó
mo los
hijos de
Dios, aun
en medio
de la
adversidad
del
cautiverio
entierra
del
enemigo,
son
dirigidos
por la
providenci
a de su
gracia (Dn
1:9),y en
todas las
pruebas
que a las
que son
sometidos
—en el
comedor,
en elaula,
en la corte,
y en
cualquier
otra
circunstan
cia— son
hallados
por le- jos
como
mejores
que los
demás.
Este capítu
lo muestra
que una
relaciónest
recha con
Dios es el
secreto de
una vida
victoriosa.
El
segundo ca
pítulo
no hace
sino
ampliar
este
concepto.
2
 Daniel
ysus
compañero
s eran
hombres
de oración.
La clave
de sus
vidas
victorio-
sas estaba
en relación
directa con
el poder de
Dios
recibido en
la
cámarade
oración
(1:17-18).
Dios
escuchaba
complacid
o sus
pedidos y
anhelosen
lo secreto
de sus
cámaras y
se deleitab
a
recompens
ándolos en
público(cf.
Mt 6:6). El
testimonio
de su
vidas era
“hay un
Dios
en los
cielos”
(Dn2:28),
y la
convicción
de los que
relacionab
an con
ellos era
“ciertamen
te vuestro
Dios es
Dios de
dioses y
Señor de
los reyes”
(2:47).
2
No debería
perderse de
vista que
Daniel, tanto
en el capítulo
dos como en el
siete de
sulibro,
profetizó la
secuencia de
los cuatro
imperios
mundiales —
Babilonia,
Medo-Persia,
Grecia yRoma,
que a su vez se
dividiría en
diez reinos
menores— tras
los cuales se
levantaría otro
universalde
factura
no humana.
Es decir, estos
darían paso
al imperio
universal,
cósmico y
eterno del
Mesías,quien
reinará con los
santos del
Altísimo.
 

E
L
 
MENSAJE
 
DE
 D
 ANIEL
19
El tercer
capítulo
destaca el
hecho de
que una
vida de
oración
esuna vida
de fe. Los
tres
hebreos
vivían
confiados
en el
cuidado de
Diosbajo
cualquier
circunstan
cia. Ellos
sabían que
si llegaban
al extremo
deentrar en
el horno
de fuego,
no se
quemarían,
ni las
llamas
arderían
enellos (cf.
Is 43:2).
Ellos
sabían,
sobre todo,
que
aunque su
Dios no
loslibrase,
él sabría
por qué no
lo haría.
Como Job,
ellos
confiaron
en
Dios,aunq
ue él los
matase (cf.
Job
13:15).
Ellos
sabían que
solo tal fe
da la vic-
toria que
vence al
mundo (cf.
1 Jn
5:4).El
cuarto
capítulo
destaca el
hecho de
que la
soberbia es
inútilante
Dios (Dn
4:37).
Pero,
sobre todo,
muestra
que la
única
manera
deobtener
la victoria
contra el
orgullo en
nuestras
vidas, es
sometiénd
osea la
dirección
de Dios y
aceptando
su
soberanía
en nuestras
vidas
(4:34-35).
Nabucodo
nosor tuvo
que
entender y
aprender
que la
victoria fin
al noserá
de los
orgullosos,
sino de los
mansos
(cf. Mt
5:5), y que
el reino
deDios
solo los
tales serán
llamados
hijos de Él
(cf. Mt
5:9).El
capítulo
cinco
muestra el
resultado
de
una vida
que
desecha
la victoria
ofrecida
por Dios
como
destino
final. El
burlarse
del
Creador
encuyas
manos está
nuestra
vida y
todos
nuestros
caminos,
sin
honrarle
nireconoce
rle, es
necedad
absoluta
(Dn 5:23,
30). Si al
ser
pesados
por
Diossomos
hallados
faltos
(5:27),
otro
tomará
nuestra
corona (cf.
Ap 3:11).
La victoria
final no
será para
los soberbi
os, sino
para los
que hayan
humilla-do
su corazón
ante Dios
(Dn
5:22).El
capítulo
seis
recalca
nuevament
e que el
secreto
de la
victoria
esuna vida
de oración
íntima.
Pero
muestra
que Dios
apoya a
los suyos
dán-doles
la victoria
mediante
el
ministerio
de sus
ángeles. Si
bien
Daniel
nose paseó
en medio
del horno
de fuego,
sí pernoctó
una noche
sin
recibirdañ
o alguno
rodeado de
fieras en el
temido
foso,
porque
Dios
mitigó
lafiereza
de los
leones
enviando
su ángel
domador
que “cerró
la boca de
losleones”
(6:22).
Después
salió
victorioso
del foso
porque él
estaba
segurode
que “el
ángel de
Jehová
acampa en
derredor
de los que
le temen y
losdefiend
e” (Sal
34:7).El
capítulo
siete es un
despliegue
de la
victoria de
los santos
delAltísim
o a lo
largo de
los siglos.
Aunque
ellos son
perseguido
s,
vencidos(
Dn 7:21) y
quebrantad
os por el
anticristo
(7:25), el
Juez
eterno en
sutribunal
celestial
(7:10)
determina
que ellos
mismos
formen
parte de
sutribunal
como
jueces
(7:22; cf. 1
Co 6:2-3);
para que
luego, a su
debido
 
20
M
ERLING
 A 
LOMÍA 

tiempo,
reciban el
reino
eterno
junto con
el
victorioso
Hijo del
hombrecu
yo reino es
reino
eterno (Dn
7:27).El
capítulo
ocho
presenta
un cuadro
de
desolación
, pero tam-
bién de
seguridad
victoriosa.
Desolació
n en el
atrevido y
blasfemo
ataquedel
anticristo a
la obra y
ministerio
intercesor
del Mesías
—que aquí
espresenta
do como el
Príncipe
de los
príncipes
(8:25),
como
príncipe
delas
fuerzas
celestiales
y como
sacerdote
en su
santuario
(8:10-11).
Peroesta
obra
perversa,
contra el
verdadero
intercesor
del
pecador
(8:11) —
elMesías
Príncipe
de los
príncipes
(8:25)—
es tolerada
por Dios
solo porun
límite de
tiempo, a
saber,
2300 años.
Al final de
ellos, el
anticristo
seríaarruin
ado en
extremo y
la verdad
del
santuario
celestial
sería
tambiénres
taurada. Es
decir, la
intercesión
del Mesías
como
sumo
sacerdote
ce-lestial
iniciaría la
última etap
a de su
ministro
intercesor
reivindicat
ivo ensu
santuario
(8:14).El
capítulo
nueve
expone
con más
amplitud
el triunfo
de la
obraexpiat
oria e
intercesora
del
Mesías. A
Daniel se
le muestra
la victoria
y eltriunfo
logrado
por el
Mesías
con su
muerte y
ministerio
a favor del
peca-dor, a
pesar de la
“abominac
ión
desoladora

3
 que el
anticristo
promuevec
ontra el
santuario
del Mesías
(9:27).
Daniel
establece
con
certeza
que,aunqu
e el
anticristo
blasfemo
imponga la
“abominac
ión
desoladora
” so-bre el
santuario
celestial at
entando
contra
la intercesi
ón
del Mesías
pon-tífice,
sobre el
anticristo
devastador
se
derramaría
sin duda la
sentenciad
ivina ya
decretada,
4
 aunque su
abominaci
ón durase
“hasta la
consuma-
ción del
fin”.
5
 En
realidad, a
Daniel se
le muestra
que tanto
él como
losdemás
fieles de
todas las
edades,
deberían
estar
pendientes
de este
triunfo
3
La expresión
šiqutsim
 
mešomem
, traducida
como
“abominación
desoladora”, es
mencio-nada
en Daniel tres
veces —
9:27; 11:31;
12:11. Daniel
denomina de
esa manera a
un sistema
religiosoque
dirige un culto
sacrílego
mediante un
sacerdocio
blasfemo que
hace que el
Santuario
celestialpierda
su verdadero
significado
para los
fieles, arrogán
dose incluso el
vicariato
del mismo
Cristo, elsumo
sacerdote
celestial (cf.
Heb 4:4-16;
8:1-2; 9:24).
4
Juan
Straubinger
traduce
acertadamente
Daniel 9:27 del
siguiente
modo: “El [el
Mesías]confir
mará el pacto
con muchos
durante una
semana, a la
mitad de la
semana hará
cesar el
sacrificio yla
oblación; y
sobre el
santuario
vendrá una
abominación
desoladora,
hasta que la
consumación
decre-tada se
derrame sobre
el devastador”,
El mismo
Straubinger
refiere que la
abominación
mencionadapor
Daniel es una
referencia al
anticristo tal
como Jerónimo
y otros padres
de la iglesia lo
reconocen.
5
Tal como la
Vulgata lo
traduce: “Y
estará en el
Templo la
abominación
de la
desolación
ydurará la
desolación
hasta la
consumación y
el fin” (Dn
9:27).
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E
L
 
MENSAJE
 
DE
 D
 ANIEL
21
y esa
intercesión
que traería
la justicia
de los
siglos.El
capítulo
diez
presenta al
autor de la
victoria de
los fieles.
Pre-senta a
Miguel, el
gran
príncipe,
quien no
es otro que
el Mesías.
Danielen
medio del
desconcier
to, y
abrumado
por lo que
se le ha
revelado
(10:2,3, 7-
9), es
confortado
y
corroborad
o con la
certeza de
que
Miguel —
elMesías
— está
con su
pueblo y
que estará
también
con él en
los días
deltiempo
del fin. En
Daniel, el
cristiano
tiene la
certeza de
esa
compañíap
oderosa.
Por ella
debe tener
buen
ánimo, y
por ella la
corroboró
el mis-mo
Jesucristo
quien
alentó a su
discípulos
desanimad
os
diciéndole,
“todopode
r en el
cielo y en
la tierra
me ha sido
dado […]
y yo estoy
con voso-
tros hasta
el fin del
mundo”
(Mt 28:18,
20).El
capítulo
once
refuerza
aún más la
promesa
reveladora
deque la
victoria de
los fieles
en el
tiempo del
fin, es la
victoria
del Me-
sías,
aunque
todos estén
contra él.
El
adversario
alista sus
huestes
contrael
Mesías,
para
disipar al
pueblo de
Dios (Dn
11:13),
para
desbaratar
elpacto
(11:28),
para
quebrantar
al mismo
Mesías —
el príncipe
del
pacto(11:2
2)—, y
para
eliminar la
continua
intercesión
de él
poniendo
en sulugar
un
sacerdocio
espurio y
un
sacrificio
abominabl
e (11:31).
Pero,
elpueblo
de Dios se
mantiene
firme, y
aunque
muchos
son
eliminados
enla
contienda
cruel, los
fieles que
conocen a
su Dios se
esfuerzan
y logranla
victoria
(11:32).En
el capítulo
doce de su
libro,
Daniel
proclama
la certeza
de
la victoria 
escatológi
ca
6
 de los
fieles en
virtud del
poder del
Mesías
(12:1).Dan
iel es un
paladín de
la
escatologí
a,
7
 y como tal
precisa
que, al
final,habrá
una
diferencia
entre el
“que sirve
a Dios y el
que no le
sirve”
yque la
vida eterna
es la
recompens
a segura
de los
fieles
(12:2).
Danielproc
lama con
anticipació
n el
mensaje
milenario
de la
victoria
sobre
lamuerte y
el
sepulcro,
cuando el
mismo
Dios
destruya a
la muerte
parasiempr
e,
enjugando
las
lágrimas, y
quitando la
afrenta de
sus
redimidos(
cf. Is
25:8).
Daniel
proclama
el grito de
victoria
que
exhalará a
todo pul-
món las
gargantas
de la
multitud
de
redimidos
que ya
transforma
dos y
6
Véase A. C.
Welch,
Vision of the
End: A Study in
Daniel and
Revelation
 (London:
JamesClarke,
1992), 129.
7
Merling
Alomía,
“Daniel, fonte
suprema da
escatología”, en
O Futuro. A
visão
adventistados
últimos
acontecimientos
, ed. Alberto
Timm et.
al (Engenheiro,
Coelho:
UNASPRESS,
2004), 41-56.
 
22
M
ERLING
 A 
LOMÍA 

resucitado
s gritarán
con
inenarrabl
e júbilo,
cuando
vuelva
el Mesías
con voz
de arcánge
l
y trompeta
de Dios
para dar
a los
suyos la
inmortalid
adprometi
da. Él
anuncia
ese grito
estentóreo
y
victorioso
que surgirá
es-
pontáneo
en
alabanza al
Dador de
la vida
frente a la
impotencia
de
lastumbas
abiertas:
“Ha sido
tragada la
muerte con
victoria. ¿
Dónde está
ohmuerte
tu aguijón?
Y tú,
sepulcro,
¿dónde
está tu
victoria?
(cf. 1 Co
15:51-
55)”. El
mensaje de
Daniel es
ciertament
e el
mensaje de
la victoria
final,de la
victoria
plena
en Jesucris
to, el
Mesías.
La
soberanía
de Dios
El mensaje
contenido
en el libro
de Daniel,
sin
embargo,
es múl-
tiple.
Comienza
proclaman
do la
soberanía
de Dios y
esta es
tambiénde
splegada a
lo largo
del libro
mediante
los
episodios
de su
providenci
aocurridos
al pueblo
de Israel, a
los demás
pueblos, a
Daniel y
sus com-
pañeros, y
sobre todo,
mostrando
esa
soberanía
en la
certeza del
reino veni
dero de
Dios, cuyo
único rey
es el Hijo
del
hombre, el
Mesías.Da
niel
muestra
que el
eterno
Dios del
universo
controla
todas
lascosas y
que
los reinos
en el
presente y,
sobre todo,
en
el futuro,
dependenú
nicamente
de Él. El
Altísimo
no solo
conoce
detalladam
ente lo
porve-nir,
él ya tiene
su plan
establecido
con
antelación
eterna.
Tanto en
los ca-
pítulos
esencialme
nte
históricos
como en
los
eminentem
ente
proféticos,
Dios y su
reino son
exaltados
a pesar de
la
oposición
o ataque al
que
estosson
objeto por
las fuerzas
o
monarcas
opositores.
En Daniel,
el
mensajede
que Dios
controla la
historia es
pleno. Los
reinos
terrenales
ciertamen-
te pasarán
y en su
lugar
se establec
erá el
reino de
Dios (Dn
2:44-45;
8:25).
El mensaje
universal
de salud
Al
comienzo
de su libro,
Daniel
proclama
un
mensaje de
saludpleno
y
abundante
como
resultado
del sano
comer y
beber.
Daniel
certi-fica
la validez
del
régimen
alimentici
o que el
Creador
mismo
estableció
para la
humanidad
desde el
comienzo
de su
existencia.
Que este
asun-to es
de vital
importanci
a, reside
en el
hecho de
su
mención
explícita
alcomienz
o de su
carrera y
la reiterada
mención
que hace
de “la
comidadel
rey” —
eth fathbag
hamelek
, lit.
“porción
de
alimentos
exquisitos
de
 

E
L
 
MENSAJE
 
DE
 D
 ANIEL
23
la mesa
del rey”
(1:5, 8, 13,
15). Aquí,
al nuevo
nombre
que
Babilonia
leobligó
llevar,
ahora le
imponía
un
régimen
alimentici
o contrario
al
queacostu
mbraba
desde
su hogar.
Daniel dec
ide
no transigi
r.Uno
puede
imaginarse
la
extrañeza
de Melsar
ante la
petición
deestos
muchacho
s que
rehusaban
disfrutar
del
buffet 
 imperial
que sin
dudaera
abundantís
imo y
variado,
pero
extremame
nte
malsano.
Cada
comidaera,
de hecho,
un
espectácul
o
gastronóm
ico tal
como solía
hacerse en
lascortes
del
Antiguo
Cercano
Oriente.
Babilonia
les ofrecía
lo mejor
de
sutécnica
culinaria y
he aquí
que estos
cuatro
muchacho
s la
despreciab
any de
remate
pedían
mesa a
parte con
menú
distinto.
La
negativa
inicialde
Melsar
cede ante
la
propuesta
de Daniel
de probar
por diez
días conla
dieta y tras
ellos
comparar
los
resultados
entre ellos
y los
demás mu-
chachos;
además,
Melsar
tendría una
ventaja
adicional:
llevarse
consigocu
atro
raciones
sobrantes,
incluyendo
desde
luego el
vino tan
apetecidop
or él (Dan
1:16).Lo
que Daniel
pidió
como
alimentaci
ón fueron
alimentos
vege-tales

zero’im
— y agua
para beber.
El término
zero’im
 abarca
todo loque
Dios dijo a
nuestros
primeros
padres que
había
creado en
el
mundo veg
etal para
su
alimentaci
ón, lo cual
incluía
“toda
planta que
da
semilla”(G
n 1:29). El
relato
recalca
que Dios
había
creado
“todo
árbol…
buenopara
comer”
(2:9). Así,
Daniel
estaba
sencillame
nte
pidiendo
tener
abun-
dantes
frutas,
verduras
frescas,
nueces,
cereales
integrales
y agua
pura.Seme
jante dieta
no era
imposible
ni mucho
menos
dañina.
Era
variada,int
egral y
saludable.
Hoy la
ciencia
dietética
nos habla
con mayor
énfasisy
autoridad
de los
beneficios
de una
dieta tal,
demostran
do que lo
queDios
ha
señalado
para
beneficio
del
hombre,
resulta
siempre lo
mejor.Por
otro lado,
el hecho de
que
Daniel me
ncione
también de
mane-ra
repetida
el “contam
inarse” —
más bien
lo‘-yithga‘al 
, lit. “no
contaminar
-se” (Dn
1:8, 2x)—
con la
alimentaci
ón que se
le asignó
en la mesa
real, dauna
idea de la
alimentaci
ón
impropia
que estaba
rechazando
.
Posibleme
n-te, en la
mesa
abundaban
carnes
inmundas
y habían
diversos
potajes
pre-
parados
con estas
carnes (Lv
7:22-27), o
simplemen
te la
condiment
aciónera
impropia.
Además,
un
elemento
importantís
imo entre
los
babilonios
en el
comer y el
beber
implicaba
adoración
al panteón
babilónico,
pues,los
alimentos
eran
ofrecidos
previament
e a los
ídolos.
Daniel y
sus
cuatroamig
os,
conocedor
es de estos
aspectos,
decidieron,
por sobre
todas las
co-
 

24
M
ERLING
 A 
LOMÍA 

sas,
glorificar a
su Dios
incluso en
el “comer
y beber”
(cf. 1 Co
10:31).Un
o puede
también
imaginarse
la burla
que
tuvieron
que sopor-
tar al
principio
de parte de
sus
compañero
s en el
comedor
real a la
horade las
comidas
cuando en
vez del
festín
opíparo de
los demás,
Daniel
ysus
compañero
s
disfrutaba
n de
su habitual
comida fru
gal. Pero
pronto,
elcuadro
se revirtió
cuando se
vieron los
resultados
en los
comensale
sy
ladiferenci
a se hizo
evidente
en
la salud,
vigor y
apariencia
entre los
tempe-
rantes e
intempera
ntes. Tal
vez alguno
s de los
demás mu
chachos
adopta-ron
el ejemplo
de Daniel,
o quién
sabe si
el mismo
Melsar
habría
optadopor
una mejor
costumbre
dietética,
no se
menciona;
pero, sí se
precisalos
resultados
experimen
tados por
los
muchacho
s hebreos.
Su
adhesión
ala receta
básica del
Creador
para una
vida
saludable
les
proporcion
ó una vida
rebosante 
de
salud con 
una
sobresalie
nte estatur
a mental, e
mocionaly
espiritual,
evidente
en su
aspecto
lozano e
intelecto
elevado.
“Pasados,p
ues, los
días al fin
de los
cuales
había
dicho el
rey que los
trajesen…
nofueron
hallados
entre todos
ellos otros
como
Daniel,
Ananías,
Misael
yAzarías”
(Dn 1:18,
19).Hay
una
relación
estrecha
entre la
salud
física y el
vigor
mental
eintelectua
l. Una
salud
integral no
es el
resultado
de la
casualidad.
Sin
lasbases
debidas no
hay un
edificio
sólido. La
vida de
Daniel es
un
mensajecla
ro de lo
efectivo
que es
un régime
n
alimentici
o correcto
para una
vidasaluda
ble en
cada
aspecto de
la
existencia.
“Lo que
Dios
estableció,
nolo
menosprec
ie el
hombre”.
Daniel
sabía que
el Creador
era
ciertament
ehonrado
con el
correcto
comer
y beber y,
a su vez, el
Creador
honró a
sussiervos
de manera
señalada
por
haberle
sido leales
en los
principios
de sa-lud
que él
señaló
para la
humanidad
, desde el
comienzo
de su
existencia.
El
vencedor
en la gran
controversi
a
Daniel
presenta
también a
los fieles
de todas
las edades
un cua-dro
real de la
gran
controvers
ia entre
Miguel —
Cristo— y
su
adversario
—Satán.
Al hacerlo,
muestra
con
absoluta
certeza
que
aunque el
reino
deDios en
la tierra
ostente
aparente
destrucció
n,
finalmente
será
estableci-
do para
siempre.
Enseña en
resumen,
detalladam
ente la
forma
cómo
eladversari
o organizó
sus huestes
en forma
de reinos
para
atacar,
oprimir
ydestruir
al pueblo
de
Dios. Indic
a la forma
reiterada
cómo el
adversario
y
 
E
L
 
MENSAJE
 
DE
 D
 ANIEL
25
enemigo
de Dios —
mediante
Roma en
sus fases
pagana y
papal—
actuóperve
rsamente
hasta
el punto de
llegar
primero
a “quitar la
vida
al Mesíasp
ríncipe” y
luego
envalenton
ado, osó
quitar a su
santuario y
pisotear
la verdad 
mediante u
n sacerdoc
io y sistem
a religioso 
espurios. P
ero tam-
bién,
alienta a
los fieles
de Dios
con la
certeza de
que así
como Judá
seríarestab
lecida al
final de
sus 70
años de
cautividad,
la verdad y
la
verdaderai
ntercesión
del Mesías
—el único
sacerdote
nuestro en
el
santuario
celes-tial
— serían
restablecid
as —es
decir
dadas a
conocer en
su plenitud
alpueblo—
al término
de los
2300 días
—o años.
Y
finalmente
muestra
que,aunqu
e en las
postrimerí
as del
tiempo del
fin los
“santos del
Altísimo
vi- virán
tiempos de
angustia”
sin preced
ente, el
mismo
Mesías
intervendr
áde
manera
definitiva
por
los suyos,
transforma
ndo a unos
y
resucitand
o aotros a
fin de
llevarlos a
su reino
eterno
donde
ellos
“brillarán
a
perpetuaet
ernidad”
(12:3).
Dicho de
otra
manera, el
vencedor
final de la
gran con-
troversia
es
innegable
mente el
mismo
Mesías
con
los suyos.
El mensaje
del
santuario
El mensaje
de Daniel
con
respecto
al Santuari
o es
sin duda el
máspeculi
ar de la
Escritura.
A él se le
reveló que
el pecado
es tratado
solo enel
Santuario.
A él se le
reveló
igualmente
, que cada
ataque
hecho
al pueblod
e Dios está
relacionad
o de algún
modo con
el
Santuario
y lo que
allí
seoficia u
ofrece.Igu
almente se
le reveló
que el
Santuario
es el
centro
principal
delgran
conflicto
cósmico.
Allí inició
el querubí
n rebelde
su carrera
de rebe-
lión y
pecado
como
adversario
y padre de
mentira.
Daniel
demuestra
queel
ataque más
atrevido
del
adversario
a Dios, es
el dirigido
al
Santuarioc
elestial,
atacando a
la persona,
carácter y
ministerio
de su
Sumo
Pontí-fice,
el
Mesías.Da
niel, sin
embargo,
también
señala que
para cada
ataque
hayuna
restauració
no
vindicació
n, y en la
contienda
el
triunfador
es
siempreel
Mesías,
dando una
respuesta
plenament
e
aplastante
a la
rebelión
conel
mismo
nombre del
Mesías,
Miguel
—“¿quién
como él?”
En Daniel
elcuartel
general del
universo
en la
contienda
de la gran
controvers
ia cós-
mica es el
Santuario
celestial.E
n Daniel
se atisba
claramente
lo que
Dios
ha hecho y
hace para
En la que confían más de 1 millón de miembros
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26
M
ERLING
 A 
LOMÍA 
eliminar
definitiva
mente el
pecado del
universo.
Se
le revela
que el
desa-rrollo
del gran
conflicto
en toda su
crudeza se
centra en
el
Santuario
alenfrentar
al pecado
y su
originador
con el
método de
Dios. Se le
aseguraqu
e cuando
todo
termine el
universo
entero se
convencer
á
plenament
ede la
justicia de
Dios en su
trato con
el mal.Así,
el
Santuario
en Daniel
aparece
no solame
nte como
el centrode
intercesión
para el
pueblo de
Dios sino
también
como el
centro
deoperacio
nes
vindicativa
s de Dios
en la
persona
del
Mesías.
Daniel
nosmuestr
a que el
mismo
Mesías ha
sido
ungido
como el
Santísimo
Sacer-dote
y a su vez,
sin duda,
él mismo
ungió los
recintos
santos (Dn
9:24),para
inaugurar
su
ministerio
sacerdotal
a favor del
pecador,
como
nues-tro
único
Pontífice y
verdadero
Sumo
sacerdote
en su trono
de gracia.
8
Al
considerar
el mensaje
del
Santuario
proclamad
o por
Daniel,em
erge el
siguiente
bosquejo:I.
El ataque
del
adversario
al
santuario
terrenal
(1:1-2)(a)
Babilonia
ataca al
santuario
terrenal
(1:1-2)(b)
El
sacrilegio
contra el
santuario
de
Jerusalén
(5:3)(c)
Dios
vindica su
santuario
terrenal
(5:23; 9:25
)II. El
inicio del
ministerio
sacerdotal
mesiánico
(9:24)(a)
La
cancelació
n del
santuario
terrenal y
todo su
sistema sa-
crificial
(9:27
b
)(b) La
confirmaci
ón de
pacto a los
gentiles
(9:27
a
)(c) Un
sacerdocio
mejor y
superior (9
:27; Heb
7:24-26)
8
La vinculación
mesiánica
sacerdotal con
el Santuario
celestial es
evidente con la
palabraque
Daniel usa
para referirse
al Mesías. En
Daniel el
término
qodeš qodašim
 —“santo de
los santos”—
señala sobre
todo al Mesías
aunque
conlleva
también el
significado
dado por
los demás
escritores
delAntiguo
Testamento
(AT). En este,
cerca de medio
centenar de
veces señala al
término
vinculado
conel santuario
terrenal. Sin
embargo.
Daniel al usar
qodeš qodašim
 lo hace en
evidente
identificaciónd
el Mesías y
su ministerio
intercesor
y purificador
del Santuario
celestial (Dn
8:14). Así, de
maneraespecia
l Daniel señala
al Mesías en su
calidad de
Santísimo
Pontífice
eterno del
Santuario
celestial alser
ungido en
ocasión de su
bautismo (Dn
9:27). Es decir,
el
qodeš qodašim
 del que habla
Daniel esante
todo Cristo y
por inferencia
el Santuario
celestial, mas
no el hebreo.
El Santuario
donde
Cristoentró,
habiendo
ascendido al
cielo, después
de su sacrificio,
como Sumo
sacerdote del
nuevo
pacto(Heb 8:1-
3). es
solamente el
Santuario
celestial. En
realidad,
Daniel
presenta la
obra del
Mesías, talcual
le fue
revelado,
ministrando en
el Santuario
celestial tanto
en el servicio
del
tamîd 
 —lugar san-to
— como en el
del
 yom kippur 
— lugar
santísimo, tal
como estaba
simbolizado su
ministerio con
elministerio
sacerdotal
levítico (Éx
40:9: cf. Heb
9:11-12).
 

E
L
 
MENSAJE
 
DE
 D
 ANIEL
27
(d) Un
mejor
sacrificio
continuo
(8:12;
11:31;
9:27)III.
El ataque
del
anticristo
al
Santuario
celestial
(8:11-14;
11:31)(a)
Engrandec
iéndose
contra el
Mesías y
su
sacerdocio
(i.e.,anulan
do el
sacerdocio
del Mesías
y su
intercesión
(8:11)(b)
Quitando
el continuo
(i.e.,
anulando
el
sacrificio
redentorde
Cristo)
(8:11)(c)
Echando
por tierra
la verdad y
pisoteándo
la (8:11)
(d)
Establecie
ndo un
sacrificio
abominabl
e y un
sacerdocio
es-purio
(8:13;
11:31;12:1
1)(e)
Echando el
lugar de su
Santuario
por tierra
(i.e.,
anulando
la verdad
del
Santuario)
(8:11;
11:31)(f)
Contaminá
ndolo
(11:31; Ez
28:18)IV.
El
juicio divin
o y la
expiación c
ósmica o
purificación
del
Santuario(a
) El juicio
divino se
realiza en
sus
recintos.
(b) Hay
necesidad
de su
purificació
n.(c) Dios
mismo
estableció
la fecha
del inicio
de la
expiaciónc
ósmica.(d)
La
expiación
cósmica ya
se inició
según el
cronogram
a di- vino.
(e) El
Santuario
es el único
lugar del
universo
donde se
trata
elpecado.
V. El
restableci
miento del
Santuario
celestial
(8:14)(a)
El servicio
redentor
vinculado
con el
Calvario
en el
tiempoesta
blecido(b)
Restableci
do en el
tiempo
definido
(8:14)(c)
Iniciado en
la
expiación
cósmica (8
:14)(d)
Pleno
ejercicio
durante el
tiempo del
fin (8:17)
(e) Nuestra
garantía
actual de
salvaciónL
os
dos capítul
os vitales
para la
comprensi
ón del
mensaje
de Da-niel
en relación
al
Santuario
son el
ocho y el
nueve.
Estos
fueron a
su vez inte
rpretados a 
Daniel por 
Gabriel, el 
intérprete 
celestial de 
modoque
no hubiese
lugar a
dudas
sobre la
certidumbr
e tocante
al anuncio
del
 

28
M
ERLING
 A 
LOMÍA 
ministerio
vicario del
Mesías en
el Calvario
y en su
Santuario.
Los
demás,esp
ecialmente
el 11-12,
son
también
importante
s para la
comprensi
ón yel
entendimie
nto del
Santuario.
El resumen
explícito
del
mensaje
centrado en
el
Santuario
celestialrev
elado a
Daniel e
interpretad
o por
Gabriel en
los capítulo
s 8:14 y
9:24-27 es:
Hasta 2300
días y el
santuario será
purificado
(Dn 8:14).
Sin
embargo,se
han separado
(del total de
los 2300 días
o años [Dn
8:14]),
9
 setentaseman
as (proféticas
o 490 años
[9:24]), como
período
profético
esta-blecido
en beneficio
exclusivo de
tu pueblo y tu
ciudad santa,
JerusalénDur
ante este
lapso, no solo
se decretará
la restauració
ny
edificación
deJerusalén,
sino que los
lugares de
justicia y
juicio
10
 serán
restablecidos
en tiempos
difíciles y de
angustia.
Pero sobre
todo (en este
mismo pe-
ríodo) se hará
lo necesario
—ya
determinado
desde los días
eternos—
para extirpar
la rebelión,
para eliminar
la iniquidad,
por medio de
laredención
que Dios
mismo traerá
mediante el
sacrificio
expiatorio
y voluntario
que el
Mesías hará
para
erradicar
el pecado.Así
se
establecerá la
justicia
eterna del
Mesías, tanto
tiempo
esperadapor
los fieles de
todos los
tiempos
pasados, la
cual será
puesta al al-
cance
gratuito de
todos en
beneficio de
los que en él
crean para
salva-ción
eterna”. El
cumplimiento
exacto de esta
profecía será
la
garantíaindub
itable de la
veracidad
revelada por
Dios en la
visión
anunciadapor
el profeta.
“También se
alistará al
Santuario de
los cielos
para
elministerio
del Mesías,
como
el Pontífice
celestial
donde —
después desu
ungimiento
como
Santísimo, su
muerte
redentora, su
resurreccióny
su ascensión
—, él
intercederá
en su
Santuario, a
la diestra
del Padre,a
favor de los
que solo por
medio de él
se alleguen a
Dios para
sersalvos (cf.
Dn 9:24.27;
Heb 7:24-
26).
Reviste
especial
importanci
a, y sobre
todo
significado
, el descu-
brir que la
profecía de
los 2300
años (Dn
8:14) se
centra en
cuatro
reali-dades
reveladas
en la
misma
profecía:
tiempo,
lugar,
acción y
actor.
Conella se
detalla a
grandes
rasgos y
de manera
puntual lo
que Dios
haríapara
la
definición
final del
pecado y
la gran
controvers
ia. Es
decir, nos
9
Para un detalle
más amplio del
principio
interpretativo
de “día por
año”, véase
más ade-lante
las notas 18 y
19 de este
artículo.
10
Esta
connotación
emana de
la expresión
hebrea
rehob werahus
, “lugar
[público] de
juicio
y justicia”, en
el 9:25 —vgr.
Juicio a favor
de los salvos—
durante el
periodo de
las setenta
semanas,
véasePierre
Vinandy,
“Étude
philologique de
Daniel 9:24-
27” (Tesis
Doctoral,
Universidad de
Paris, 1977).
 

E
L
 
MENSAJE
 
DE
 D
 ANIEL
29
revela
cuándo,
dónde,
cómo y
quién se
realizaría
la
redención
nuestra yla
eliminació
n de la
rebelión
contra
Dios.El
tiempo es
el
momento,
establecid
o por Dios,
para
mostrar
almundo y
al universo
cuándo el
Eterno
haría
lo definitiv
o para
solucionar
de modo
absoluto
liquidando
la gran
controvers
ia y
borrando
para siem-
pre su
resultado
abortivo,
el
pecado.El
lugar es el
sitio donde
Dios
mostraría
su mayor
poder,
solu-
cionando
el
problema
del pecado
y la
rebelión; y
muestra
que sería
en
elCalvario
y su
Santuario.
La acción
se refiere
al
sacrificio
vicario que
se realizarí
a en el
Cal- vario
ya
la mediaci
ón o
intercesión
continua
que estaba
establecida 
en
elSantuari
o a favor
del
pecador.
Todo esto,
junto con
la
expiación
cósmicao
purificació
n del
Santuario
celestial.El
actor es el
Santísimo
encarnado
que fue
ungido el
año
27 parapod
er ser
nuestro
Sacerdote
y sacrificio
vicario
expiatorio.
Todo eso
eraexpresa
do en el
tamîd 
 terrenal
presentado
en
el santuari
o terrenal,
pues
élsimboliz
aba el
tamîd 
 celestial o
cósmico of
recido en
el
Santuario
celestial.D
aniel nos
muestra
que las
dimension
es del
Santuario
celestialest
án
diseñadas
y hechas
de acuerdo
a la
cosmovisi
ón
celestial y
no
anuestra
reducida
concepció
n de la
realidad.
Pero
también
nos
señala que
allí, en esa
grandiosid
ad
celestial,
nuestra
minusculid
ad es
considerad
a ytratada
continuam
ente con
misericord
ia y
justicia,
porque,
allí,
alguiense
mejante a
nosotros
—como
Hijo del
hombre—
siempre
intercede
pornosotro
s (Dn 7:9-
14). Con
esto nos
muestra la
verdadera
dimensión
ysignificad
o del
tamîd 
 cósmico
de cuya
realidad y
validez
siempre
pendiónue
stra
salvación
pasada,
presente,
futura y
eterna
(Heb 7:9-
14). Nos
in-dica que
siempre
fuimos
objeto de
misericord
ia en ese
Santuario
dondehabit
a y oficia
el
Santísimo
Pontífice
de
nosotros,
los pecado
res.Pero
también
nos
muestra
que todo
ese plan y
acción
divino
desalvació
n ha sido y
es atacado
por quien
es contrari
o a nuestra
salvación.
Por eso
ha suprimi
do la
verdad,
quitado
la intercesi
ón
del Santua
rio, anu-
lado la
intercesión
de Jesús,
pisoteado
la verdad,
blasfemad
o contra
Dios,camb
iado su ley
y
persiguien
do a la
iglesia de
Cristo.Gab
riel señala
igualmente
a Daniel lo
tocante al
Santuario
en
loscapítulo
s 11 y
12. Señala
que Roma,
en su fase
pagana,
simbolizad
o comoel
“rey del
norte”
destruye el
santuario
terrenal
atacando y
matando al
 

30
M
ERLING
 A 
LOMÍA 

Mesías
(11:22). En
tanto que
Roma, en
su fase
“cristiana”
o papal,
atacaal
Santuario
celestial,
quitando el
ministerio
intercesor
continuo
del Me-
sías —el
tamîd 
—y
establecien
do la
“abominac
ión
desoladora

(11:31).Se
ñala que
Roma,
en su fase
pagana,
simbolizad
o como
el “rey del
norte”destr
uye el
santuario
terrenal
atacando y
matando al
Mesías
(11:22).
Entanto
que Roma,
en su fase
“cristiana”
o papal,
ataca al
Santuario
celestial,qu
itando el
ministerio 
intercesor
continuo
del Mesías
—el
tamîd 
— y es-
tableciend
o la
“abominac
ión
desoladora

(11:31).La
maravilla
del
mensaje en
torno al
Santuario
celestial es
queeste se
vincula
con
el mensaje
de juicio y
liberación.
Así, el
juicio de
Dioses un
mensaje
alentador
pues este
no es para
destrucció
n de su
pueblo,sin
o para
salvación
de él
así como
para la
vindicació
n de
su carácter
justoy
verdadero,
que refleja
el de su
Creador.
El mensaje
del
Santuario
enDaniel
es
presentado
de manera
peculiar,
haciendo
ver que el
Santuarioc
elestial
tiene su
Sacerdote
celestial
santísimo
cuya
última fase
de su mi-
nisterio lo
ejerce desd
e el final
de los
2300 años
que
él profetiz
ó.
Además,en
Daniel el
juicio de
Dios realiz
ado en su
Santuario,
es hecho a
favor delos
santos del
Altísimo
para su
debida
liberación.
El mensaje
de juicio y
liberación
Juicio y
liberación
van
unidos, y
el mensaje
tocante a
esto es
tam-bién
explícito
en Daniel.
11
 Sin
embargo,
el juicio
está
vinculado
con
elSantuari
o, porque
el juicio es
realizado e
n
el Santuari
o. La
esperanza,
for-taleza,
seguridad
y
salvación
del pueblo
de Dios
está en el
Santuario
celes-tial,
porque
allí nuestro
Santísimo
Sumo
Pontífice
intercede
por
nosotros.A
sí, el reino
de Judá es
invadido
como
juicio a
causa de su
perver-
sión, pero a
la vez
Babilonia
es juzgada
por su
vileza. A
su turno,
las
demásnaci
ones son
juzgadas
por el
mismo
Juez.
Igualmente
, el mismo
anticristo
—aquien
Daniel lo
presenta
como el
cuerno
pequeño
romano-
papal— no
es aje-no al
alcance del
juicio
divino. Sus
acciones
vienen a
memoria y
el juez
eternodeter
mina su
destrucción
, ya que el
mismo
Juez que
ejecuta la
destrucción
delos
adversarios
del pueblo
de Dios,
vindica a
los suyos y
los
restaura.
11
Incluso el
nombre del
profeta
conlleva
fuertemente la
idea del juicio.
Daniel
significa“Dios
es mi juez”.
Cualquier
variación del
nombre en el
seitndo de
“Dios es mi
juez” o “Dios
ha juz-gado”
no hacen sino
enfatizar la
idea principal
de que Dios es
el juez
supremo.
En la que confían más de 1 millón de miembros

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E
L
 
MENSAJE
 
DE
 D
 ANIEL
31
A lo largo
de todo su
libro,
Daniel
establece
con
claridad
que
eldestino
eterno de
los santos
está en
manos del
Juez
eterno
quien dará
la justa
recompens
a en su
destino ete
rno a sus
santos y
lo hará a
su
debidotie
mpo en su
juicio.Así,
ateniéndon
os solo al
concepto
del
mensaje de
juicio,
vincu-lado
con el
Santuario
en cada
uno de los
capítulos
de Daniel,
es
bosque- ja
do con
propiedad
de esta
manera:I.
El juicio
de Dios a
Judá –
Daniel 1II.
El juicio
de Dios a
las
naciones –
Daniel
2III. El
juicio de
Dios a la
idolatría –
Daniel
3IV. El
juicio de
Dios a
Nabucodo
nosor –
Daniel 4V.
El juicio
de Dios a
Babilonia
– Daniel
5VI. Dios
es el Juez
de sus
fieles –
Daniel
6VII. El
juicio de
Dios a sus
adversario
s – Daniel
7VIII. El
juicio de
Dios al
anticristo –
Daniel
8IX. El
juicio de
Dios a la
ciudad
santa y a
su santuari
o – Daniel
9X. Juicio
a Persia –
Daniel 10
XI. Juicio
a Persia
Grecia y
Roma –
Daniel
11XII. El
juicio final
y la
recompens
a de los
fieles –
Daniel
12Daniel
entiende a
plenitud la
realidad
del
tribunal
celestial.
El nosolo
anuncia el
establecim
iento del
día de
juicio
divino sino
también
lahora de
llegada de
ese juicio.
12
 En ese
juicio
interviene
n de
manera
espe-cial,
en medio
del
concilio
celestial la
s miríadas
de ángeles
presididas
porDios el
Padre
—“el
anciano de
días”— y
el Hijo de
Hombre —
el
Mesías.Y
es al
Mesías a
quien se
le da todo
el juicio
y la
restauració
n de todas
lascosas, a
fin de
establecer
el reino de
Dios que
nunca
jamás
se corromp
erá.En
Daniel,
Santuario,
juicio y
parusía
están
estrecham
ente
vinculados
yen esta
secuencia r
evelada
también a
los
profetas.A
sí,
teniendo
en cuenta
los tópicos
correspond
ientes al
Santuarioy
juicio en
Daniel, el
profeta nos
muestra de
manera
única y
especial
alSantuari
o celestial
como
único
lugar de
salvación.
Daniel es
el único
que vincul
a de maner
a muy ínti
ma al Mesí
as como n
uestra ofre
nda vicaria
12
Roger T.
Beckwith, “e
Significance of
the Calendar
for Interpreting
Essene
Chronol-ogy
and
Scatology”,
Revue de
Qumran
38 (1981):
167-202. En
adelante
RevQ.
 

32
M
ERLING
 A 
LOMÍA 
en el
Calvario y
como
nuestro
Sumo Pont
ífice en
el Santuari
o. Nos
revelaque
el paso
único
del Mesías
por el
Calvario y
en especial
por
el Santuari
oson
esenciales
para
su regreso
en las
nubes
del cielo.N
os indica
que el
juicio y el
Santuario
son parte
integral
del pro-
ceso
salvífico y
que el
Mesías lo
realiza con
plena
eficacia.
Daniel es
elúnico
profeta
que nos
revela el
cronogram
a divino
preciso de
salvacióne
stablecido
por la
mediación
de Jesús
en el
Santuario.
En Daniel
el
Cal- vario 
y el Santua
rio son los 
puntos
culminante
s
de salvació
n,
esperanzay
seguridad
para el
pecador. A
Daniel se
le mostró
que la
expiación
cós-mica
como
limpieza
del
Santuario
celestial es
una
necesidad
indispensa
-ble para
definir
nuestra
salvación
y liquidar
para
siempre la
rebelión,
elpecado y
la muerte.
En Daniel
todo lo
anunciado
sobre el
Santuario
se
hacumplid
o, se
está cumpl
iendo y sin
duda se
cumplirá.T
odas estas
realidades
se le
mostraron
a Daniel
de modo
especialen
la profecía
de los
2300 años.
Asimismo
a Daniel se
le recalcó
que
laprofecía
de los
2300 años
“es
verdadera”
, porque en
ella se
expone la
ver-dad en
toda
su dimensi
ón. Ella
tiene que
ver con el
Santuario,
su
servicio,su
sacerdocio
y su
sacrificio.
Tiene que
ver
estrictame
nte con la
salvacióno
btenida
por Jesús
en el
Calvario y
ofrecida
solo por El
en su
Santuario.
Todo eso
fue
distorsiona
do,
pervertido,
quitado,
sustituido,
echado
portierra y
pisoteado
por el
papado y
su iglesia
que han
pervertido 
la verdady
obstruido
la única
vía de
acceso a la
salvación.
A Daniel,
sin
embargo,
se le
indicó que
fuera al
descanso
segurode
su
herencia al
final de
sus días,
tal como
nosotros
podemos
hacerloseg
uros de
nuestra
herencia
lograda en
el Calvario
y
asegurada
en el San-
tuario.
Daniel nos
muestra
que las
dimension
es del
Santuario
celestialest
án
diseñadas
y hechas
de acuerdo
a la
cosmovisi
ón
celestial y
no
segúnnuest
ra
reducida,
minúscula
y
distorsiona
da
concepció
n de la
realidad.Si
no
fuera por
lo revelado
a Daniel
sobre el
Santuario,
las revela-
ciones del
Apocalipsi
s sobre el
mismo
tema
serían un
misterio in
soluble.En
cambio
con Daniel
se tiene la
clave que
abre el
entendimie
nto a
losmisterio
s del
Santuario
en los
demás
libros y en
especial en
el Apoca-
lipsis.
Estudiar y
entender el
Santuario
a la luz de
Daniel son
un
gozoperpet
uo y una
bendición
constante.
¿Quieres
tener ese
gozo
perpetuo?
¿Quieres
disfrutar y
vivir
esabendici
ón
constante?
Anda
siempre al
Santuario,
allí te
espera
Jesús, para
 

E
L
 
MENSAJE
 
DE
 D
 ANIEL
33
darte
consuelo,
perdón,
limpieza,
seguridad 
y
salvación.
Lee a
Daniel, es-
túdialo,
ama su
mensaje,
pero, sobre
todo
vívelo.
Siempre
serás
recom-
pensado
por el Dios
de Daniel.
El triple
mensaje
escatológic
o especial
Resulta
por
demás con
movedor
descubrir
que
Daniel se
distinguep
or la
proclamaci
ón de un
triple
mensaje
escatológic
o especial,
el cual
sien-do de
relevancia
y vigencia
actual es:
de adoraci
ón, de
juicio y de
lealtad.
a.
Adoración
El mensaje
de Daniel
con
respecto a
la
adoración
al único
Dios verda
dero es
pleno y
singular.
Desde el
primer cap
ítulo
establece q
ue fue-ra
de Jehová
no hay
otro en
grandeza y
soberanía
y en medio
del
groseropol
iteísmo
acádico de
Babilonia,
Daniel
establece
más allá
de toda
dudaque
Jehová es
el único
Dios
verdadero.
Es como si
Daniel
gritara en
cadaámbit
o de su
libro
“temed a
Dios y
dadle
honra”.Los
primeros
seis
capítulos
del libro
(Dn 1-6),
muestran
que lafalsa
adoración
es idolatría
y un burdo
remedo de
la
verdadera.
Ademáses
impositiva,
destructora
y vana. En
contraste a
esto la
verdadera
ado-ración
surge
espontánea
como
fiel, consci
ente,
completa,
de fe,
confiada,a
corde a la
voluntad
de
Dios, cós
mica, y,
aceptable a
Dios.Los
últimos
seis capítul
os de
Daniel (7-
12),
muestran
que la ado-
ración está
vinculada
con la gran
controvers
ia cósmica
y se
manifiesta
enla clase
de
adoración
que rinde
el hombre
y a su vez
esta
converge
en
elámbito
escatológi
co. Con
esta
perspectiv
a, se
muestra
que la
verdaderaa
doración
triunfará
en los
últimos
días, a
pesar de la
angustia
sin prece-
dentes que
acontecerá
a los fieles
(12:1), tal
como lo
hizo en
Babilonia
yMedo-
Persia, en
la
experienci
a de
Daniel
y sus
compañero
s sin
importarqu
e hubiera
un horno
ardiente
(Dn 3) o
un foso de
leones (Dn
6).Notable
mente en
el capítulo
tres se
muestra la
vanidad de
la ido-
latría que
es una
manifestac
ión del
orgullo
humano y
la rebelión
contraDios
. El verbo
‫ס‬
13
 —segad,
“adorar”—
aparece
doce
veces enfat
izando la
13
El verbo
‫ס‬
 significa
rendir homenaj
e postrado o
inclinado a la
Deidad. Véase
William

 
34
M
ERLING
 A 
LOMÍA 

adoración
acompaña
da de las
actitudes
propias
peculiares
de
los adorad
o-res
idólatras

‫ח‬‫ל‬‫פ‬
14
 “servir”—
y las
exigencias
impuestas
a los tres
hebreosal
obligársele
s a adorar
la imagen
en la
llanura de
Dura, lo
cual
muestra
demodo
explícito
que la falsa
adoración
es
impositiva
mente
exigente
(3:5,6, 7,
10, 11, 12
[2x], 14,
15, 17, 18,
28).
Igualmente
en el
capítulo
seis,
laimposici
ón egoísta
tramada
por los
enemigos
de Daniel
ataca su
adoraciónl
a cual sale
triunfante
aun siendo
probada al
máximo.
En ambos
casos,el
testimonio
de los
verdaderos
adoradores
es
recompens
ado por
Dios
yreconocid
o por
quienes
desafían la
fidelidad
de la
verdadera
adoración.
Por otro
lado, a
Daniel se
le muestra
cómo es la
verdadera
ado-ración
en los
ámbitos
celestiales
ante el
trono del
Dios del
universo
(Dn7:9, 10
a,b
). Pero, a
su vez, se
le revela
que esa
adoración
es
atrevidame
nteatacada
y
abominabl
emente
reemplaza
da por el
anticristo y
su
sacerdocio
falso, que
se arroga
el derecho
divino
reclamand
o para sí
una
adoraciónb
lasfema.
Sin
embargo,
esta
adoración
abominabl
e también
sucumbirá
ante el
Mesías
triunfante
que
se levantar
á para
recompens
ar a sus
fieles
yestablece
r su reino
sempiterno
. En
Daniel, la
adoración
es tan vital
que esun
asunto de
vida o
muerte,
tal como
lo fue
desde los
días de
Abel, en
suspropios
días y lo
será en los
días finales
(Dn 12:1).
b. Juicio
Si bien el
grito de
Daniel es
“temed a
Dios y
dadle
honra”, su
cla-mor de
“la hora de
su juicio
ha
llegado”
no lo es
menos. El
primero en
ser juzgad
o es Judá
(Dn 1:1) lo 
cual es coi
ncidente d
e que
el juicio
de Diosco
menzará
primero
por su
pueblo.
Luego las
naciones
son a su
turno juz-
gadas una
por una y
finalmente
el
anticristo
no escapa
al tribunal
celestial.D
esde el
primer
capítulo,
Daniel
muestra
que a la
soberanía
deJehová
no escapa
nada, y
que
propios y
extraños
están bajo
su
jurisdicció
nabsoluta.
Al llegar
el día
del ajuste
de cuentas,
es su
balanza la
que deter-
mina el
fallo justo,
y su
juicio es
inapelable.
Holaday, “
 ‫ס‬
”, en
 A Consise
Hebrew and
Aramaic
Lexicon of the
Old estament
Based upon
the Lexi-cal
Work of
Ludwing
Koehler and
Walter
Baumgartner 
 (Grand
Rapids, MI:
Eerdmans,
1971), 414.
Enadelante
CHALO 
; W. A.
VanGemeren,
ed., “
 ‫ס‬
”, en
New
International
Dictionary of
Old
estamentTeol
ogy and
Exegesis
 (Grand
Rapids, MI:
Zondervan,
1997), 3:222.
14
El verbo
‫ח‬‫ל‬‫פ‬
 igual significa
reverencia a
una deidad y
adorar (
CHALO 
, 1108).
 

E
L
 
MENSAJE
 
DE
 D
 ANIEL
35
c. Lealtad
El mensaje
referente a
la lealtad,
sin
embargo,
es también
uno delos
más
notorios.
La lealtad
absoluta es
demostrad
a por el
mismo
Danielen
su relación
personal
con Dios y
en sus
tareas
seculares.
En el vigor
desu
juventud y
en la
experienci
a de su
senectud la
lealtad de
los fieles
es
lamisma,
porque
ellos saben
en quién
ha creído y
saben
quién es su
Dios yde
qué él es
capaz.Tod
o esto en
realidad
vuelve a
tener un
eco
diáfano en
el librode
Apocalipsi
s cuando
los tres
ángeles
unen sus
voces para
proclamar
almundo el
último
mensaje de
advertenci
a que al
igual que
el de
Daniel
estambién
de
adoración,
de juicio y
de lealtad,
frente a los
ataques del
mis-mo
anticristo
en su
empeño de
imponer su
adoración
blasfema.
Dichode
otro modo,
sobre
todas las
cosas, el
asunto de
la lealtad
se torna
másdramát
ico al
ponerlo en
paralelism
o con el
mensaje
del
Apocalipsi
s pre-
sentado en
su capítulo
14, donde
se exige la
misma
calidad de
adoracióny
lealtad en
medio del
ataque y
persecució
n del
mismo
anticristo
frenteal
juicio
inminente
de Dios.
¡Imposible
separar el
mensaje de
Daniel
delmensaj
e del
Apocalipsi
s! Ambos
revisten
una
relevancia
y plena
vigenciaac
tual.
Ambos
requieren
de
una compr
ensión
cabal cuyo
resultado
es vi-tal
para la
iglesia de
hoy.Por
eso Jesús
exhortó a
su iglesia a
leer Daniel
entendiénd
olo.Jesús
de esta
manera
presenta a
Daniel
como el
profeta
que posee
elmensaje
que la
iglesia del
tiempo del
fin
necesita
conocer.
Dicho de
otromodo,
Jesús
reconoce
que a
Daniel se
le
revelaron
profecías
específicas
relacionad
as con el
tiempo del
fin y de
manera
particular
con su
segundoad
venimient
o en
majestad y
gloria
como el
Mesías
triunfante.
Por eso
laiglesia
ha
reconocido 
siempre
que la
clave para
la
comprensi
ón del
últimolibr
o de la
Biblia es
Daniel, y
al mismo
tiempo, el
libro de
Daniel
sería
unlibro
sellado sin
la clave
revelada
de él en el
libro de
Apocalipsi
s.
El mensaje
centrado
en el
Mesías
Al
examinar
detenidam
ente el
libro de
Daniel uno
descubre
queel
punto
central de
sus
profecías
se vincula
en forma
directa con
la encar-
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36
M
ERLING
 A 
LOMÍA 

nación,
muerte,
resurrecció
n,
ascensión
15
 y el reino
venidero
del
Mesías.Di
cho de
otro modo,
Daniel es
un libro
mesiánico
por
excelencia,
puessu
mensaje
clímax se
centra en
el Mesías.
A Daniel
se le
revelaron
lasprofecía
s
mesiánicas
en detalles
cronológic
os que no
fueron
revelados
aningún
otro
profeta.
16
 En él el
tiempo del
primer
advenimie
nto del
Me-sías y
su misión
vicaria son
presentado
s con
precisión
matemátic
a.
17
 Suprofecí
a de las
setenta
semanas
detalla
cuándo
sería el
cumplimie
nto
deltiempo
para la
encarnació
ny
ministerio
terrenal
del Mesías
—vale
decirsu
aparición
pública—,
y de
manera
notable
precisa el
tiempo
cuandoocu
rriría su
muerte
vicaria.A
lo largo de
los siglos
la profecía
de Daniel,
de “las
setenta
sema-nas”
en
particular,
ha
sido objeto
de estudio
y controve
rsia por
su carácter
mesiánico
y su
precisión
cronológic
a
anticipada.
La
profecía
estipula
queel
período
total de 70
es
fraccionad
o en
períodos
más cortos
de
siete,sesen
tidós y
uno. Hay
detalles
relacionad
os
netamente
con la
capital
delpueblo
hebreo en
lo que
correspond
e a los
primeros
períodos,
pero
lossucesos
predichos
al final
de la
sexagésim
a-novena
semana, y
en
maneraesp
ecial con
la
septuagési
ma, se
aglutinan
entorno al
Mesías y
su
misión.Do
s cosas
resaltan en
esta
semana:
La obra
del Mesías
y el tiem-
po cuando
él la
realizaría.
Básico
para el
entendimie
nto
correcto de
estaprofecí
a es el
cómputo
correcto
del tiempo
involucrad
o, y el
inicio
delperíodo
tal como
lo indica el
mismo
profeta. Es
decir, por
un lado,
Da-niel no
está hablan
do de
semanas
comunes
de días,
sino está
presentand
osemanas
proféticas
a ser
medidas
en
términos
de años.
18
 Por otro
lado, el
15
C. Keil,
Biblical
Comentary of the
Book of Daniel 
 (Grand Rapids,
MI: Eerdmans,
1973), 343-344.
16
G. Vermes
hace notar la
peculiaridad
con que el
libro de Daniel
destaca la
misión
deinstrucción
esperada del
Mesías. Él
señala que los
miembros de
la
secta qumránic
a así lo
expresaroncon
su
interpretación
tocante al
Maestro de
Justicia. Él y
sus seguidores
serían dotados
de
“especialenten
dimiento para
instruir a
otros” (Dn
11:33; 12:3).
Te Dead Sea
Scrolls in
English
(New York,
NY:Penguin
Books,
1975), 21.
17
Josefo aunque
no reconoció a
Jesús como el
Mesías, no
pudo menos
que reconocer
laprecisión
admirable con
que
se cumplieron
las profecías
anunciadas por
Daniel, pues
dijo: “él
[Daniel]no solo
predijo en una
forma general
aquello que
estaba por
venir, como lo
hicieron los
otros
profetas,sino
que él indicó el
tiempo en que
los hechos
acontecerían”.
 Antigüedades
de los judíos,
 10.11.7.
18
Que Daniel
está
refiriéndose a
semanas de
años en
conformidad
con la clave
profética—
estrenada por
Moisés (Nm
14:34)
y reafirmada
por Ezequiel,
contemporáne
o de Daniel—,
es ob- vio en la
diferencia que
él mismo hace
con las
semanas de su
ayuno
mencionadas
en el 10:3.
Aquí el
 

E
L
 
MENSAJE
 
DE
 D
 ANIEL
37
profeta
precisa
que un
decreto
real de
restauració
ny
reconstruc
ción ple-na
de la
ciudad de
Jerusalén,
marcaría el
inicio del
período
profético
delas 70
semanas.
Este
decreto fue
promulgad
o por
Artajerjes
en el
otoñodel
457 AC, el
cuarto año
de su
reinado.
Sesenta y
nueve
semanas
mástarde
—es decir,
483 años
después—
según lo
precisa
Daniel,
aparecería
el Mesías.
Esto nos
lleva al
año 27 de
nuestra
era.
19
 La
profecía
pues esta-
blece que
después de
las 69
semanas,
el Mesías
sería
ejecutado
a la
mitadde la
semana
restante, o
sea en
medio de
la
septuagési
ma. Esto
nos llevaa
la
primavera
del año 31
de nuestra
era;
precisame
nte media
semanades
pués —
tres años y
medio—
después de
la
aparición
del Mesías
ocu-rrida
en el otoño
del año 27.
La
precisión
absoluta
con que se
cumpliero
nestas
prediccion
es
mesiánicas
es
corroborad
a por la
meticulosi
dad
conque
Lucas
registra
“las cosas
que se
cumpliero
n” en sus
días.
20
 Sus
datoscrono
lógicos
precisan
que en el
año
decimoqui
nto del
emperador
roma-no
Tiberio
(Lc 1:1)
—es decir
el año 27
—, el
Mesías
inició su
ministerio
público a
la edad de
treinta
años
(3:23).
¿Cómo
perder
finalmente
de vistael
hecho de
que
alrededor
de los tres
años y
medio más
tarde,
despuésdel
inicio de
su
ministerio
público en
el año 27,
Jesús fuera
ejecutadop
recisament
e en el año
31 de
nuestra
era, tan
ciertament
e como 10
pre-dijo
Daniel?
Fueron las
profecías
de Daniel
las que
despertaro
n el
fervordel
pueblo de
Israel en
los días de
Jesús, pues
entendían
que el
tiempoanu
nciado por
Daniel era
aquel y no
otro,
21
 y el
mismo Jes
ús enfatizó
que
profeta hace la
debida
aclaración, a
fin de no ser
confundido
con la mención
previa de los
períodosseman
ales declarados
en los
capítulos
anteriores. Así.
el período de
las setenta
semanas es de
años yno de
días. Y a su
vez, estas son
divididas en
períodos
de siete,
sesentidós y
una, sin
ninguna
brechaque
interrumpa su
unidad o
secuencia.
19
La
interpretación
talmúdica
indicando lo
que entiende de
las setenta
semanas de
años —asaber
490 años—
cortadas del
total de 2300
mencionados
en el 8:14.
establece:
“Esta profecía
fue dadaal
comienzo de
los setenta años
de cautiverio
en Babilonia.
Desde la
restauración
hasta la
segundadestruc
ción hubieron
420 años, lo
cual hace un
total de 490, o
setenta
semanas de
años”.
Nazir 
, 32b.
20
Lucas 1:1,
versión
El libro del
Pueblo de Dios:
La Biblia
(Madrid:
Ediciones
Paulinas,
1980).
21
Beckwith
señala
claramente que
los escritos del
Qumrán han
proporcionado
documen-
tación para
poner de
manifiesto las
interpretacione
s dadas a las
profecías de
Daniel tanto
por
el judaísmo
antiguo de los
últimos siglos
precristianos c
omo
por el cristiani
smo
primitivo. El s
eñalatambién
que de manera
notable, las
interpretacione
s mesiánicas
de ambos
concuerdan en
el
aspectocronoló
gico, pues en el
entendimiento
de aquellos, los
que vivían en
el tiempo
coetáneo de
Jesús,estaban
viviendo bajo
el
cumplimiento
de la profecía
de las setenta
semanas de
Daniel; Para
un es-tudio
más detallado
de la
cronología
asignada a
la interpretació
n profética de
Daniel en el
judaísmo
 

38
M
ERLING
 A 
LOMÍA 
en sus
días, con
Él se llegó
a la
plenitud
del
cumplimie
nto de ese
tiempoanu
nciado y
esperado.
22
Si bien
Isaías
anunció
con
antelación
los
sufrimient
os del
Mesíasal
ser “herido
por
nuestras
rebeliones”
y “molido
por
nuestros
pecados”,c
uando
Jehová
“cargó
sobre él el
pecado de
todos
nosotros”
y dio “su
vidaen
expiación
por el
pecado”
(Is 53:4, 6,
10),
a Daniel le
tocó procla
mar
conprecisi
ón
anticipada,
cuándo se
le quitaría
la vida al
Mesías
(Dn 9:26).
Úni-
camente a
Daniel
Dios le
reveló la
programaci
ón
detallada
de la
secuenciad
e su
programa
expiatorio
preestablec
ido. De ahí
que Daniel
de
manerarep
etida
señala el
tiempo
cuando el
Mesías con
su muerte
vicaria
ratifica-ría
el pacto y
las
promesas
de
salvación,
eliminando
así para
siempre
cual-quier
otro
sacerdocio
y sacrificio
representat
ivo de él
(9:27),
pues él
mismoinici
a su propio
ministerio
sacerdotal
en el
santuario
celestial
(9:27).
23
Difícilmen
te se
podría
enfatizar
tanto la
importanci
a del
hechorede
ntor como
del tiempo
cuando el
Mesías
realizó su
tarea
expiatoria,
tal como
lo hace
Daniel. Es
en este
punto
donde el
mensaje de
Danielalca
nza su
climax, y
hacia él
convergen
todos los
demás
temas
previos
yposterior
es a su
presentaci
ón. La
mención
del
ministerio
expiatorio
delMesías
forma
parte
integral de
las
visiones de
los
capítulos 7
al 9, y
muyen
particular
del
capítulo 8,
con un
énfasis del
todo
especial en
el minis-
terio y
muerte
expiatoria
del Mesías
y sus
consecuen
cias
eternas, tal
cualestán
esbozadas
en el
capítulo 9
(vv. 24-
27).
del período
inmediato
anterior a la
era cristiana,
véase Roger T.
Beckwith,
“e
Significance of
theCalendar for
Interpreting
Essene
Chronology
and
Eschatology”,
RevQ
 38 (1981):
167-202. Para
unestudio
detallado de la
fecha del
advenimiento
del Mesías
como ta
interpretación
dada a las
setentasemana
s de Daniel
9, en los días
aledaños a
Jesús tanto
entre hebreos
como entre
cristianos,
véase porel
mismo autor
“Daniel 9 and
Date of
Messiah’s
Coming in
Essene.
Hellenistic
Pharisaisc,
Zealot
andEarly Chris
tian
Computation”,
RevQ
 38 (1981):
542.
22
La certidumbre
del tiempo
cumplido es
determinado
en relación a
las fechas
estableci-das
por una segura
documentación
la cual indica
el inicio de las
setenta
semanas
separadas de
los2300 años
como siendo
iniciada en el
año 457 AC.
Véase también,
Merling
Alomía, “El
uso de
Danielen
Marcos”, en
 Marcos:
El evangelista d
el
“tiempo cumpli
do” 
, ed. Merling
Alomía (Lima:
Edicioneseol
ogika, 2003),
105-124;
Welch, 129.
23
Daniel
presenta en
unión
inseparable de
la muerte
violenta del
Mesías y los
resultadosde
ella: la
cesación de los
sacrificios y
ofrendas. Es
decir
la eliminación
del servicio
levítico. Al
elimi-nar con
su muerte el
servicio que lo
prefiguraba, el
Mesías asume
su rol pleno no
solo de
ofrendante
yofrenda, sino
también de
Sumo Pontífice
intercesor que
en los méritos
de su propia
sangre
intercedeen
favor del
pecado en el
santuario
donde hoy él
ministra.
 

E
L
 
MENSAJE
 
DE
 D
 ANIEL
39
Daniel
señala que
el
ministerio
redentor
del Mesías
está en
rela-ción
directa con
el
problema
del pecado
y
su solució
n
definitiva.
Su veni-da
es para
terminar c
on el
pecado
y “expiar
la
iniquidad”
y de esta
manera“tra
er la
justicia de
los siglos”,
es decir, el
único
rescate
posible
que
hagaefecti
va la
justificació
n
del pecado
r. Pero
también
dentro de
este contex
-to, él
viene para
iniciar su
ministerio
mesiánico
sacerdotal,
a fin de
poderllega
ra
ser verdad
ero
pontífice
nuestro en
su
santuario
celestial
(9:24).Así,
Daniel
afirma que
el Mesías,
dentro de
un marco
proféticoes
pecífico y
detallado,
llegó como
ofrenda y
sacrificio
por el
pecado —
enconform
idad con el
pacto.
También
puntualiza
que esto
sucedería
dentrodel
período
de las 70
semanas
—de años.
Específica
mente
después de
las69
semanas
(9:25).
Luego,
casi al
final de las
setenta
semanas
—en reali-
dad a
mitad de
la septuagé
sima— el
Mesías
murió
ofrendand
o su vida
enlugar del
pecador.
Resulta
evidente
que el
cuadro
sublime
del Mesías
su-friente
redentor
proclamad
o por
Daniel no
difiere del
de Isaías,
ni
muchomen
os del
mismo
Jesucristo
quien dijo
de sí
mismo que
para eso
había veni
do, “para
dar su vida
en rescate
por
muchos”
(Mt
20:28).El
mensaje
del Mesías
sufriente
es
compleme
ntado con
el
mensa- je
del Mesías 
reinante.
El no
solo es
presentado 
como la
roca
pulverizad
o-ra de
los reinos
mundanale
s. El
aparece
también
viniendo
como
“Hijo
delhombre
” en las
nubes del
cielo para
“recibir el
señorío y
gloria y
reino”.
Lacerteza
del
glorioso
reino de
Dios —o
más bien
mesiánico
— es
presen-
tado
repetidame
nte a 10
largo del
libro como
una
realidad
escatológi
caa ser
disfrutada
plena y
eternament
e “por el
pueblo de
los santos
del Al-
tísimo”
(Dn 7:27),
así como
por todos
los que se
encuentren
registrados
en el libro
celestial
(12:1). Así
en Daniel,
el Mesías
es
proclamad
o no so-
lamente
como
redentor
de los
santos del
Altísimo
que fueron
redimidos
por él
mismo,
sino
también es
presentado
como el
triunfante
y
eternoRey
de
reyes.Ciert
amente, el
mensaje
claro de
Daniel es
plenament
e mesiá-
nico-
céntrico.
En Daniel
la única
esperanza
humana
presente y
futurase
centra en
el Mesías.
Para
Daniel, el
Mesías se
yergue
como la
únicaesper
anza de
salvación
del
pecador —
pues él
expió con
su muerte
vi-caria los
pecados y
transgresio
nes. Pero
también se
vislumbra
como
suúnica
esperanza
de
intercesión
. La
misión
redentora
del Mesías
aparececo
mplementa
da con su
ministerio
intercesor
en el
santuario
celestial en
 

40
M
ERLING
 A 
LOMÍA 
favor del
mismo
pecador
redimido.
Bajo esta
perspectiv
a y como
prínci-pe
de las
huestes
celestiales,
el Mesías
también
aparece en
Daniel
comoel
Señor de
la
bienaventu
rada
esperanza
en la
parusía
(cf. Tit
2:13). Es
élquien
trae la
esperanza
de vida
eterna al
volver otra
vez en las
nubes
delcielo
como el
Hijo del
hombre
para
recibir el
dominio
universal
del
reinosempi
terno de
Dios.
El misterio
de los
ángeles
La
mención
que Daniel
hace de los
ángeles es
vista por la
erudi-ción
crítica
como una
concepció
n muy
avanzada
para un
libro
bíblico
delAT; por
lo cual, le
adjudican
una época
intertestam
entaria
coincident
ea la de los
libros
apócrifos.
Sin
embargo,
el
escrutinio
de su texto
exhi-be
otra cosa.
Al hacer
una
comparaci
ón entre
Daniel y
los
apócrifos,
asícomo
los
pseudoepí
grafos del
período
intertestam
ental, la
angelologí
a deDaniel
más bien
se destaca
por su
sobriedad.
24
 Libros
como
Enoc
,
obías
,los
Oráculos
Sibilinos
, etc.,
mencionan
nombres,
actividade
sy
jerarquíasd
e ángeles,
así como
demonios
con
nombres
en forma
profusa, lo
cual
estípico en
esta
literatura
no
canónica
de los dos
siglos ante
riores a
nuestraera.
En
cambio,
Daniel es
mucho
más escaso
en sus
menciones
, lo cual
esafín a
otros
profetas
coetáneos
suyos
como Ezeq
uiel y
Zacarías
reflejando,
de esta
manera,
la angelolo
gía propia
del AT y
no la que
manifiesta
la lite-
ratura que
intentó
imitar a
los proféti
cos, y muy
en
particular
a Daniel.
25
Daniel
presenta el
tema de
los ángeles
de manera
peculiar,
pueslos
muestra
teniendo
en cuenta
las
siguientes
realidades.
Primero,
hay
unminister
io celestial
de
servidores
angelicales
. Segundo,
todos ellos
songuiado
s por un
líder
celestial.
Tercero,
ese
ministerio
es real y es
resalta-do
en servicio
de
protección
especial
dada a los
herederos
de
salvación.
Cuarto,
ellos son
ios
intérpretes
del arcano
celestial
dando a
entender
elmensaje
divino a
quienes
recibieron
la
revelación
profética.
Quinto,
sonayudan
tes
especiales
en el juicio
celestial.
Sexto, su
número es
inconta-
ble. En
realidad, la
perspectiv
a daniélica
entorno a
los ángeles
no está
endiscorda
ncia con lo
que de
ellos se
manifiesta
en el resto
de los
libros del
24
Otto Plöger,
Das Buch Daniel
– KAT 18
(Güterslohes
Verlagshaus
Gerd Mohn,
1965), 149.
25
Welch, 129.
En la que confían más de 1 millón de miembros

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E
L
 
MENSAJE
 
DE
 D
 ANIEL
41
AT, pues
en 10 que
menciona
sigue la
misma
tónica
discreta
sobre
ellos,aunq
ue sí
destacando
la realidad
de su
existencia.
Quienquie
ra que
leaDaniel
puede
encontrar
la
seguridad
de que
Dios tiene
a sus fieles
bajo
elcuidado
especial de
sus
ángeles,
los cuales
se deleitan
en servir a
los queson
herederos
del reino
celestial.
El mensaje
de
restauració
n y el reino
de Dios
Otro
aspecto
destacado
en el
mensaje de
Daniel, es
el pleno
sig-
nificado
del retorno
de los
exiliados
de Judá.
Su
mensaje es
la certeza
dela
restauració
n de Judá
y Jerusalén
(9:25). El
exilio no
sería
eterno,
sinopasaje
ro (9:2).
Las
promesas
del pacto
no
implicaban
esclavitud,
sino li-
bertad y
restauració
n plena.
Pero
Daniel
muestra,
sobre todo,
que
esarestaura
ción no es
sino figura
de la gran
restauració
n final del
reino
conlos
exiliados
del
Altísimo,
y que ese
gran
retorno
solo es
posible
graciasal
poder y
la interven
ción del
Mesías
(12:1). De
esta
manera, la
figura
delMesías
se
acrecienta
al
presentárs
ele como
el
restaurado
r y artífice
delreino
incorruptib
le que el
Dios del
cielo
levantará
(2:44)
para posesi
ón delos
santos del
Altísimo
(7:27).En
Daniel, la
esperanza
de la
restauració
n y triunfo
final se
vecolmada
no solo
para
aquellos
cautivos
de la
Babilonia
de los
caldeos;
loes, más
que todo,
para los
exiliados y
cautivos
de ahora
que se
confiesan“
peregrinos
y
advenediz
os sobre la
tierra”
(Heb
11:13),
a quienes
ahora seles
invita a
salir de la
Babilonia
mística
(Ap 18:2-
4) porque
la
restauració
nfinal de
esa patria
anhelada
es “la
mejor, a
saber,
la celestial
” (Heb
11:14),es
hoy
más que
nunca
inminente.
El mensaje
de
restauració
n final en
Daniel, no
es otro que
el es-
tablecimie
nto del
reino de
Dios,
cuando las
naciones
finalmente
se ha-yan
“tornado
como tamo
de las eras
del verano
[…]
y desapare
zcan”
(Dn2:35)
y, en lugar
de ellas,
Dios
mismo
establezca
su “reino
que nunca
ja-más
se corromp
erá”
(2:44). Est
e mensaje
vibra a lo
largo
de todo
el libro,mo
strando
que el
desarrollo
del devenir
humano
marcha
orientado
haciaese
final feliz,
bajo la
soberanía
absoluta
del “que
muda los
tiempos y
lasoportun
idades,
poniendo r
eyes
y quitando
reyes”
(2:21), “en
señoreánd
o-se del
reino de
los
hombres”
(5:21).Imp
osible
perder de
vista en
Daniel el
mensaje de
restauració
n
 

42
M
ERLING
 A 
LOMÍA 
final de
todas las
cosas
cuando
Jesús, el
Mesías,
triunfante,
reine
gloriosa-
mente con
los suyos
para
siempre.
El mensaje
de
la resurrec
ción
Daniel
tuvo un
ministerio
largo,
efectivo y
fructífero
en el am-
biente al
cual
fue llamad
oy
fue prepar
ado, y
al igual
que los
profetas
quele
precediero
n, sus
largos
años de
testificació
na
Babilonia
también
termi-
naron. Y
es
precisame
nte en las
postrimerí
as de su
ministerio
proféticoc
uando
registra la
esperanza
que
certifica la
fe de los
fieles de
todas
lasedades,
a saber, la
resurrecció
n.Increíble
mente, su
mensaje
sobre la
resurrecció
n ha sido
tomadopor
algunos
como
pretexto
para negar
la autoría
del
profeta,
aduciendo
que esta
enseñanza
no es
propia ni
clara en los
libros del
AT, sino
soloen los
del Nuevo.
Nada más
impropio,
pues
Daniel
asevera
que la
grancontro
versia
milenaria
tendrá un
grandioso
y
espectacul
ar final
cósmicopa
ra los
fieles, en
el cual el
mismo
Miguel
intervendr
á
personalm
ente,prime
ro para
librar a su
pueblo,
que
entonces
estará
extremame
nte an-
gustiado, y
luego, para
resucitar a
los suyos
que están
“durmiend
o en
elpolvo de
la tierra”
(Dn 12:2).
Es más,
Daniel
asevera
que la
liberación
yresurrecci
ón final
será de
acuerdo al
registro
celestial
del propio
Salvadorc
ósmico
(12:1).
Solo los
inscritos
en el libro
celestial
serán
librados
delpoder
del
sepulcro y
de la
muerte
para
disfrutar
de la vida
eterna
(12:2).Los
demás,
aunque
también
han de ser
resucitado
s, lo harán
solo para
verconfun
didos y
avergonza
dos a
quien rech
azaron y
comprobar
el resulta-
do de
su propio
rechazo.La
verdad
indubitabl
e de la
resurrecció
n ha
sido la
columna
ver-tebral
de la fe de
los fieles a
lo largo de
los
milenios
que nos
precediero
n,incluyen
do
los remoto
s días de
los patriarc
as
antediluvia
nos. Ellos
no es-
peraron
una
recompens
a diferente
de la
nuestra, ni
nosotros
una ajenaa
la suya.
Sin ella,
Enoc
jamás
hubiera
proclamad
o el
retorno
gloriosode
l Señor
con sus
santos
millares
para juzgar
y
recompens
ar a cada
cualcomo
correspond
e (Jud 14-
15). Sin
ella, Job
no hubiera
testificado
en
lasheces de
su
aflicción:
“Yo sé que
mi
redentor
vive y al
fin se
levantará
delpolvo, y
después de
desecha
esta mi
piel, en
mi carne
he de ver
a Dios,
alcual veré
yo mismo,
y mis ojos
lo verán y
no otro”
(Job
19:25-27).
Fue la
 

E
L
 
MENSAJE
 
DE
 D
 ANIEL
43
esperanza
de la
resurrecció
n, la que
imbuyó a
Abraham
con la
debida fe
yel valor
suficiente
para subir
al monte
Moria a
sacrificar
a su
primogénit
o(Heb
11:17-19).
Sin
la convicci
ón de la
resurrecció
n, Isaías
jamás
hubieracon
solado a
los fieles
de sus
días: “tus
muertos
vivirán,
sus
cadáveres
re-
sucitarán”
(Is 26:19),
ni Oseas
mucho
menos
hubiera
mencionad
o el
díacuando
la muerte
será destru
ida para
siempre
(Os
13:14). La
promesa
de vida
eterna
resulta
inútil sin
la realidad
de la
resurrecció
n.Daniel
invita a
todos a
formar
parte de
las
legiones
de los san-
tos del
Altísimo
que han de
ser
resucitado
s por el
Mesías en
persona
enocasión
de su
parusía. Su
libro
muestra
histórica y
proféticam
ente
cómoel
Señor ha
protegido
y
protegerá a
su pueblo
en medio
del odio y
per-
secución
de
los enemig
os de
Dios y,
sobre todo,
en la
convulsión
final delas
naciones.
El final
calamitoso
de
Babilonia
es el
anuncio de
lo que fi-
nalmente
acontecerá
a todas las
naciones
cuando
Dios
establezca
su
reinosempi
terno. Un
día, las
“escobas
de
destrucció
n” que
barrieron
la
gloriababil
ónica,
barrerán
también
todo
vestigio de
la gloria
mundanal
huma-na y
los vientos
de
purificació
n divina
barrerán la
era
del mundo
“sin quede
ellos quede
vestigio
alguno” y
el “gran
monte
llenará
toda la
tierra”.Dan
iel advierte
a todos a
no ser
parte del
tamo de
las eras
mundanale
sque será
banido por
la
destrucció
n final,
sino, más
bien, a ser
herederosd
el Reino
de los
cielos
como
siervos del
Altísimo.D
aniel
forma
parte de
los
heraldos
de Dios
que, a lo
largo de
lossiglos,
anunciaron
la certeza
de
la resurrec
ción
porque él
estaba
seguro
deella y a
él se le
revelaron
los
acontecimi
entos de
los últimos
días y
sabíade la
recompens
a de los
santos del
Altísimo.
Resulta
reconforta
nte com-
probar que
Jesús
promete a
los suyos
vida eterna
y
resucitarlo
s en el
díapostrer
o (Jn 6:39,
40, 44,
54),
teniendo
muy en
cuenta lo
que en
esenciaes
él, y
también,
certificand
o sus
palabras
con el
mensaje
daniélico
de
laresurrecc
ión final
cuando el
mismo
Hijo del
hombre
despierte a
unospara
vida eterna
y otros
para
vergüenza
y
confusión
(Dn 12:2;
Jn
5:29).Dani
el,
ciertament
e, llegó al
final de
sus días y,
como toca
a lasuerte
humana,
descansó;
y
al descans
ar lo hizo
seguro de
que su
nombreest
á escrito
en el libro,
y que sería
despertado
y se
levantaría
para
recibirsu
heredad al
fin de los
días (Dn
11:1, 2,13)
y seguir
brillando a
perpetuaet
ernidad
(12:3).

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