HA DE DANZAR

ALAIN DIDIER-WEIL, ¿QUÉ ES LA DANZA?

LAURA KATERIN DAZA
C.C. 1012463330

El ser humano habla, no suficiente con ello también canta, y, además, baila. El ser
humano baila, los grupos en los que la especie se divide lo hacen, sea occidente u oriente,
sea en las grandes potencias o en los países de tercer mundo, sea una sonata para ballet o
una balada romántica en la que el cuerpo sólo se balancea o un ritual tribal. Dónde sea que
lo haga, si la música suena el sujeto es llevado al baile.
¿Qué sentido se le puede dar a ello?, ¿por qué el ser humano baila?, ¿qué es lo que está
sucediendo en el sujeto para que este comience a moverse cuando sus oídos se ven
abrazados por la música? Es necesario un ligero esclarecimiento sobre algunos términos
para hilar, poco a poco, quizá, una respuesta a dicha lo formulado.
El lenguaje se constituye por vocales y consonantes, siendo las consonantes limitantes
de la totalidad sonora de las vocales, entonces el habla, este mundo que se le entrega al
niño se modula entre placer y displacer, está marcado por lo continuo, soportado en las
vocales, y lo discontinuo, soportado en las consonantes. Es en lo continuo donde el sujeto
se topa con la música, donde es llamado a un movimiento que, sin embargo, no está
desorientado, sino que se orienta en, lo que Lacan ha conceptualizado como, la pulsión
invocante. Allí, el sujeto no está siendo gobernado por la demanda dirigida al Otro, en la
que busca desesperadamente una respuesta a su propia existencia, en la que, aun así, no
hallaría sosiego; el sujeto está siendo colmado por este Otro que sería la música, en lugar
de demandar, la música le habita, el sujeto se mueve, sabe a dónde ir sin que este saber, sin
que este conocimiento provenga de un Otro. La continuidad, oposición del cuerpo danzante
a la discontinuidad creada por el síntoma entre lo imaginario, lo simbólico y lo real, es
causada por la música que baila en el sujeto y en la que el sujeto baila.
Si ha de ser aquello lo que sucede en el sujeto cuando se ve llevado al baile, ¿por qué lo
hace, porqué el sujeto comienza a danzar?
El sujeto escapa de su tortuoso dolor, del sufrimiento del síntoma causado por la
discontinuidad entre lo imaginario, lo simbólico y lo real en el momento en el que la
música se encarga de restituir la continuidad entre dichos tres aspectos y, se podría decir,
casi se conmemora ese primer tiempo mítico anterior a la represión originaria, antes de una
división, de la discontinuidad como ley que limita y divide.