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MANUAL profético REDIME

Drs. José & Magda Félix


Directores de REDIME INT´L

¡La última reforma de la iglesia ha iniciado!

“ACTIVANDO A LOS SANTOS”

Tema 3

Ambiente profético
1. El espíritu de la profecía
Hablar de un ambiente profético es algo que suena a revolucionario para este tiempo. De
inmediato nos imaginamos a gente diciendo en cada servicio: “Así dice el Señor”. Sin
embargo, el propósito de crear un ambiente profético no se trata de que la gente este
profetizando sin ton ni son.
Podemos entender el concepto a través de esta escritura. Yo me postré a sus pies para
adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que
retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de
la profecía (Apocalipsis 19.10). ¡El testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía! La
concordancia strong define la palabra testimonio como: El contenido de lo que dice el
testigo. El diccionario VINE lo define como: La evidencia de lo que se habla.
El término “espíritu de la profecía” se entiende como la esencia de toda profecía, de lo que
se trata la profecía. La NTV dice: Adora sólo a Dios, porque la esencia de la profecía es dar
un claro testimonio de Jesús. Esto nos dice que toda profecía verdadera está determinada a
dar a conocer el testimonio de Jesús, la vida, hechos, todo lo que engloba, todo lo que es
Jesús.
El ambiente profético es el momento en que Dios da a conocer el “corazón” de Jesús a sus
hijos. Sus sueños, anhelos, amor, dirección, consuelo, exhortación son conocidos en el
momento en que la profecía se hace real. En un ambiente profético se manifiestan los dones
proféticos en plenitud, de tal forma que los hijos de Dios pueden conocer con precisión los
deseos de Dios para sus vidas.
2Pedro 1.16-21
16. Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo
siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su
majestad.
17. Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica
gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia.
18. Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte
santo.
19. Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar
atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca
y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;
20. entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación
privada,
21. porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos
hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.
Debemos entender algunos puntos de interés en este pasaje para definir adecuadamente
lo que es un ambiente profético.
El apóstol dice: Nosotros oímos esta voz enviada del cielo. Esa voz del cielo es la voz de Dios
dada a conocer a sus hijos. Esta voz todavía se deja conocer cuando tenemos un ambiente
profético.
La palabra profética es una antorcha que alumbra para beneficio de los hijos de Dios. Esta
antorcha da luz acerca de todas las cosas que nos rodean.
Esta palabra profética no es de interpretación privada, no provoca confusión, ni es para unas
cuantas personas, sino que es regulada por la palabra logos.
La profecía no es traída por voluntad humana, sino por inspiración del Espíritu Santo. Esto
nos asegura que esta palabra que proviene del corazón de Dios es absolutamente para
nuestro beneficio.
La clave está en que Dios desea comunicarse con sus hijos, él desea que nosotros
conozcamos su corazón, sus sueños y anhelos para nosotros, él desea darnos instrucciones,
consolarnos, exhortarnos y hacernos crecer.
¿Cómo lo hace? ¡Hablando!
Es por esto que la esencia de la profecía es darnos a conocer a Jesús. Todo lo que él es y
desea es mostrado a los hijos de Dios a través de los dones proféticos. Es cierto, tenemos la
palabra profética más segura, la Biblia. Este es el logos, por medio de esta palabra profética
conocemos a Dios, entramos a vivir una nueva cultura de vida. Sabemos lo que tenemos
que hacer y cómo lograr todo lo que Dios desea para nosotros.
Sin embargo, el logos no es suficiente, necesitamos una palabra rhema, la revelación de
Dios para asuntos especiales. Dirección, estrategia, mecanismos, todo aquello que se puede
considerar como particular. Por esto, la palabra profética es una antorcha que alumbra,
para darnos dirección en todo lo que hacemos.
Veamos este ejemplo:
Hechos 21.10-14
10. Y permaneciendo nosotros allí algunos días, descendió de Judea un profeta llamado
Agabo,
11. quien viniendo a vernos, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo:
Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este
cinto, y le entregarán en manos de los gentiles.
12. Al oír esto, le rogamos nosotros y los de aquel lugar, que no subiese a Jerusalén.
13. Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis llorando y quebrantándome el corazón?
Porque yo estoy dispuesto no sólo a ser atado, más aun a morir en Jerusalén por el
nombre del Señor Jesús.
14. Y como no le pudimos persuadir, desistimos, diciendo: Hágase la voluntad del Señor.
En casa de Felipe el evangelista se genera un ambiente profético. En esta casa se encuentran
los elementos necesarios para crear un ambiente profético. Se encuentran profetas y hay
una necesidad de escuchar la voz de Dios. El profeta Agabo está profetizando, toma el ciento
de Pablo y se ata los pies y las manos simbolizando lo que le pasaría a Pablo en Jerusalén.
¿Por qué Dios habló? ¡Porque Pablo necesitaba dirección! ¡Porque Dios desea deseaba que
Pablo preparara su corazón para lo que venía!
2. En el ambiente profético escuchamos los latidos del corazón de Dios
En un ambiente profético escuchamos los latidos del corazón de Dios, lo más íntimo de su
corazón es mostrado a sus hijos. En la última santa cena, a un lado de Jesús se encuentra
Judas, al otro lado se encuentra Juan. Mientras que Judas está cavilando en su corazón la
idea de entregar a Jesús, Juan se recarga en el costado de Jesús. ¡Que escena tan
impresionante! Dos anhelos diferentes, dos sueños, dos motivaciones. Judas siente en sus
manos las 30 monedas de plata, el establecimiento de un negocio propio, la compra de un
buen terreno, el reconocimiento de los religiosos por haber entregado a Jesús.
¡En Juan vemos el anhelo de escuchar los latidos del corazón de Jesús! Muchos hijos de Dios
están igual que Judas, solo desean seguir sus motivaciones egoístas y no les importa lo que
Dios les pueda decir. Están envueltos en sus caminos, sueños y anhelos, en realidad lo que
Dios les pueda hablar no es tan importante. Pero otros, anhelan escuchar a Jesús, desean
honestamente conocer el corazón del Maestro. Arden del deseo de escuchar el palpitar de
nuestro amado Salvador.
¿Te recuerdas cuando Jesús aparece a los viajeros de Emaús? Ellos dijeron: ¿No ardía
nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las
Escrituras? (Lucas 4.32). Ellos no sabían que era Jesús, sus ojos no habían sido abiertos, pero
su corazón ardía. A su voz, los latidos de sus corazones aumentaban. Cuando Jesús hablaba,
una llama en sus corazones se encendía. ¡Sucede lo mismo hoy! ¡Cuando Jesús habla
nuestros corazones son incendiados!
¡Necesitamos escuchar la voz de Dios! En tiempos de angustia, en momentos de situaciones
difíciles, en los negocios, en el ministerio, todos, en algún momento necesitamos escuchar
los latidos del corazón de Dios.
¿Por qué seis de los nueve dones del Espíritu Santo son proféticos? ¡Porque Dios desea
hablarnos! No solo estamos hablando de nuestros sueños, sino de los sueños de él. Dios
desea que nosotros hagamos exactamente lo que él quiere que hagamos. ¿Cómo podemos
lograr esto? ¡Escuchando su voz!
El Espíritu Santo trae revelación a su iglesia y muestra la dirección, estrategias, tiempos y
acciones para establecer el reino de Dios en la tierra. En un ambiente profético lo más
importante es que la iglesia puede conocer el corazón de Dios de una manera clara.
Podemos conocer sus sueños y anhelos para nosotros. La dirección que debemos tomar
como soldados del reino. Porque nada hará Jehová el Señor sin que revele su secreto a sus
siervos los profetas (Amos 3.7).
¡Que promesa tan especial, Dios nos revelara su secreto! Si logramos entender este pasaje,
podremos entrar al corazón de Dios y conocer lo más profundo de su corazón. Esta fue la
promesa para Jeremías: Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y
ocultas que tú no conoces (Jeremías 33.3). ¿Te das cuenta? ¡Cosas grandes y ocultas!
Dios desea llevarnos a lo más íntimo de su corazón y mostrarnos esas cosas grandes y
ocultas. ¿Cómo vendrá esto? Al crear un ambiente profético, a través de los dones
podremos entrar y “ver” lo que hay en el corazón de nuestro Amado. Pero el que profetiza
habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación (1Corintios 14.3). Todos
necesitamos una palabra especial, personal, íntima que nos edifica, nos hace crecer; nos
exhorta; nos consuela.
Veamos el ejemplo de Timoteo: Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que
conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena
milicia (1Timoteo 1.18). Pablo le recuerda a su hijo que la directriz del ministerio y de la vida
misma de Timoteo eran las profecías que le habían dado, la revelación, la voz de Dios dada
a Timoteo de una manera particular.
¡Cuantos hijos de Dios vagan sin dirección porque no tienen una palabra revelada por Dios
a sus corazones!
¿Me caso con este joven?
¿Abro este negocio?
¿Me cambio de ciudad?
¿Es tiempo de iniciar mi ministerio?
¿Qué carrera estudio?
¿Dónde abro una nueva iglesia?
¿Dónde puedo encontrar trabajo?
¡Son preguntas comunes que Dios puede contestar!
Todos pasamos por este proceso en relación a los sueños y anhelos personales.
Primeramente, vivimos el sueño de otro. Como niños nos pusimos esos zapatos enormes
para ser como papá. Queríamos tener la profesión o el oficio de papá, nuestro sueño era
ser y vivir como papá.
Viene una segunda etapa donde deseamos vivir el sueño propio. Ya compramos lo zapatos
que nos gustan, aunque sean diferentes a los de papá. Estudiamos una carrera diferente o
tomamos un oficio diferente al de papá. Vivimos nuestro propio sueño.
La tercera etapa es cuándo tenemos una experiencia con Dios decidimos ya no vivir nuestros
sueños, sino los sueños que el Señor nuestro Dios tiene para nosotros. Nuestro sueño es
cumplir el sueño de quien nos amó primero. ¿Cómo podemos hacerlo? ¡Escuchando su voz!
3. Los dones proféticos son la bisagra con el resto de los dones
Se que estas declaraciones son un poco asombrosas y pueden inquietarnos al punto de
pensar en una herejía teológica, sin embargo, es bueno identificar que los dones proféticos
son la “bisagra” en el accionar con el resto de los dones. ¿Qué es esto? Seis de los dones del
Espíritu Santo son dones proféticos y funcionan como un engrane con el resto de los dones
espirituales.
Veamos algunos ejemplos:
Evangelismo-profético. Este es el evangelismo más efectivo. Tenemos el ejemplo de Jesús
con la mujer samaritana. Jesús fluyó en palabra de ciencia y sabiduría para ganar a esta
mujer. En el evangelismo los dones proféticos abren la puerta para presentar el plan de
salvación de una manera mucho más efectiva.
Dos jóvenes salieron a evangelizar tocando las puertas de las casas. En una de ella, salió una
mujer y de inmediato rechazó la oportunidad de escuchar la palabra de Dios. Un joven le
dijo: Señora, antes de retirarnos, ¿podríamos orar por su cuello?; Inmediatamente el otro
joven le dijo: ¿Podríamos orar por su esposo que esta recostado en el mueble de su casa?
¡La mujer se asombró! ¿Cómo aquellos jóvenes sabían de que su cuello estaba mal, como
sabían que su esposo estaba sentado en el mueble de su casa enfermo?
¡Esto se llama evangelismo profético!
Consejería personal. Los dones proféticos son de gran ayuda cuando es necesario ayudar a
otros con sus problemas. La palabra de ciencia revela la raíz del problema, la palabra de
sabiduría da la salida.
La mujer llegó a la oficina del pastor, estaba determinada a divorciarse de su esposo. El
pastor platicó con ella acerca de la mala decisión de separarse de su esposo, pero ella no
cambió su decisión de hacerlo.
De pronto, el pastor le dice: Hay una raíz en tu vida que no has sacado por vergüenza. Eso
está provocando que rechaces a tu esposo.
Solo Dios y ella sabían que había sido violada antes de casarse, ella no había llegado virgen
al matrimonio y no solo se sentía sucia, sino que al tener relaciones sexuales con su esposo
lo rechazaba porque escenas de la violación llegaban a su mente. Aunque amaba a su
esposo, ella deseaba separarse para no sentirse mal cada vez que tenían una relación
sexual.
La pregunta del pastor vino por palabra de ciencia, y eso evitó que ella continuara en el
proceso de divorcio.
Intercesión profética. Esta es la oración de intercesión usando los dones proféticos. El don
de ciencia nos dice lo que está pasando, usamos el don de sabiduría para orar con
entendimiento y que la oración sea efectiva.
La empresa era prospera, pero de repente se habían detenido las ventas, no había una
explicación normal de la situación. Se inició un proceso de oración por la situación. Después
de estar orando, el Espíritu Santo mostró que se tenía que ungir el local y reprender los
demonios de hechicería.
¡Esto dio paso a la milicia espiritual!
Al día siguiente apareció una persona rara cerca de la empresa. Se notaba que era un brujo
que quería continuar haciendo brujería, sin embargo, la presencia de Dios era tan fuerte en
el lugar que salió corriendo.
Milicia espiritual. La milicia espiritual se hace más efectiva cuando los intercesores tienen
sueños y visiones, entienden la revelación de la palabra y los símbolos proféticos que están
en la Biblia.
La congregación había sido establecida con mucho esfuerzo, el pastor se encontraba
cansado y pensaba dejar el lugar, la frustración había traído tristeza por falta de buenos
resultados. La visita de un ministro profético trajo revelación sobre el asunto. La iglesia está
dentro de un triángulo de muerte. La congregación se reunía en un local donde está en el
centro de tres lugares usados por el diablo: Una tienda esotérica donde se leían cartas y se
hacía brujería, un centro donde se vendía alcohol y drogas, y un centro ceremonial de
ocultismo.
En lugar de cambiarse de lugar y rehusar la confrontación de poderes, el pastor decidió
operar en el poder del reino para destruir esas tres fuentes de poder de las tinieblas.
Después de ejercer la autoridad espiritual los dos lugares fueron cerrados y el centro
ceremonial quedo solo en el triángulo de la muerte, en unas semanas la iglesia empezó a
crecer de una manera acelerada.
Liderazgo en general. Es una bendición muy grande que los líderes operen en los dones
espirituales. Fluir en palabra de ciencia, sabiduría, profecía, puede hacer mucho más
efectivo para ejercer un liderazgo con mucho fruto.
El pastor recibió la renuncia de uno de sus líderes principales. Esta persona “sintió” el
llamado de ir a apoyar a otra congregación. Lo más sencillo era dejarle ir, sin embargo, en
la entrevista el pastor, por el don de discernimiento de espíritus, se dio cuenta que su líder
estaba lastimado por una situación en la congregación. Después de ministrarle sanidad
interior, el líder decidió que no era el tiempo de salir de la congregación.
Reuniones de sanidad divina. Estas reuniones se hacen efectivas cuando tenemos ministros
proféticos con los dones desarrollados. El don de ciencia identifica las enfermedades, dones
de sanidad, don de fe y milagros operan para traer salud.
Una persona continuaba enferma después de muchos años, había pasado por todos lo
médicos y hospitales, nada había sucedido. En una reunión, una persona le dijo: Para que
usted sane, tiene que perdonar a su esposo.
Ella se sorprendió tanto. Al principio se molestó, rechazó la palabra, se defendió
avergonzada, sin embargo, el Espíritu Santo le ayudó a reconocer que era verdad. La palabra
dice que el espíritu amargo seca los huesos, y este era su caso. Cuando ella perdonó, se
abrió camino a la sanidad de su cuerpo.
Ministerio infantil. Una de las maestras del ministerio infantil tenía fuertes problemas con
uno de sus pequeños alumnos cuando Dios le rebeló que los traumas de este pequeño
venían por problemas de su casa. La maestra opero en el don de sabiduría y ayudó al
pequeño a recuperar su autoestima y salir de los daños que había recibido en su propia
casa.
¿Por qué seis de los dones del Espíritu Santo son proféticos? Porque estos dones son el
vínculo para el resto de los dones de Dios para su pueblo. ¡Por esto es necesario levantar
un pueblo profético en las iglesias!
En la iglesia todo será más efectivo porque los hijos de Dios no solo conocen algo acerca de
los dones, sino que los dones son manifestados según la necesidad de cada persona.
Con el don de ciencia descubrimos la enfermedad, con el don de sanidad sanamos al
enfermo. Aunque el don de sanidad no es un don de revelación, está asociado al don
profético de palabra de ciencia. El don profético es la bisagra para que el don de sanidad
sea más efectivo.
El pastor predica la palabra exacta cuando puede “escuchar” el corazón de Dios para traer
el mensaje que desea que su pueblo escuche. Muchos predicadores predican el logos, eso
es bueno, pero es mejor cuando predican el mensaje revelado del corazón de Dios.
Cada ministro de Dios y cada creyente tiene la oportunidad de operar en los dones porque
Dios los imparte para que otros sean beneficiados. Cada uno según el don que ha recibido,
minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios (1Pedro
4.10).
4. Elementos en el ambiente profético
Generar un ambiente profético no es para unas cuantas personas, sino para todos los hijos
de Dios. Podemos crear un ambiente profético en nuestra casa, en el trabajo, en la iglesia,
en la escuela, en donde haya la necesidad y el interés de escuchar la voz de Dios.
¿Qué necesitamos? La fuente de la voz, Dios; el receptor, nosotros; el medio, los ministros
proféticos.
Ministros proféticos. Estas son personas que son usadas para “impartir” o “servir” a través
de los dones proféticos. ¿Quién puede ser un ministro profético? Cualquier cristiano puede
ser usado por Dios para hacer escuchar su voz. Este fue el ejemplo del rey Saúl:
1Samuel 19.20-24
20 entonces Saúl envió mensajeros para que trajeran a David, los cuales vieron una
compañía de profetas que profetizaban, y a Samuel que estaba allí y los presidía. Y vino el
Espíritu de Dios sobre los mensajeros de Saúl, y ellos también profetizaron.
21 cuando lo supo Saúl, envió otros mensajeros, los cuales también profetizaron. Y Saúl
volvió a enviar mensajeros por tercera vez, y ellos también profetizaron.
22 entonces él mismo fue a Ramá; y llegando al gran pozo que está en Secú, preguntó
diciendo: ¿Dónde están Samuel y David? Y uno respondió: He aquí están en Naiot en Ramá.
23 y fue a Naiot en Ramá; y también vino sobre él el Espíritu de Dios, y siguió andando y
profetizando hasta que llegó a Naiot en Ramá.
24 Y él también se despojó de sus vestidos, y profetizó igualmente delante de Samuel, y
estuvo desnudo todo aquel día y toda aquella noche. De aquí se dijo: ¿También Saúl entre
los profetas?
¿También Saúl entre los profetas? Los indicados para profetizar eran los profetas, pero en
este caso una persona que nunca había profetizado lo estaba haciendo.
¿Cuándo fue el momento en que Saúl profetizó? Cuando vino el Espíritu de Dios sobre él.
Sucede de la misma manera, cuando el Espíritu de Dios desciende, cualquier persona puede
profetizar. El profeta dijo: Si el león ruge, ¿quién no temerá? Si habla Jehová el Señor, ¿quién
no profetizará? (Amos 3.8).
¡Cuando Dios desea hablar, hablará!
Personas dispuestas a escuchar la voz de Dios. Dios hablará donde hay un corazón
dispuesto a escuchar su voz. He visto ambientes totalmente herméticos a escuchar una
palabra profética porque los corazones están cerrados a escuchar a Dios.
¿Por qué el corazón se cierra? Encuentro algunos asuntos especiales.
Simplemente por incredulidad, porque nunca se ha vivido una experiencia profética.
Las personas no “necesitan” escuchar la voz de Dios.
Doctrinas erróneas donde se piensa que en este tiempo no necesitamos la profecía porque
tenemos la Biblia.
Por las malas experiencias pasadas con respecto a la profecía.
Por malos testimonios de ministro proféticos.
Como líderes debemos de romper estas excusas y crear un ambiente de fe, abrir los
corazones para escuchar la voz de Dios.
La presencia de Dios. En un ambiente profético lo más importante es la presencia de Dios.
Para que Dios hablé, es necesario que Dios esté ahí para hacerlo.
La presencia de Dios vendrá en el momento en que nosotros anhelamos que descienda para
estar con nosotros. Algunas veces pensamos que es necesario tener la alabanza y adoración
con la mejor música y los mejores instrumentos, sin duda esto ayuda, pero no es esencial.
Podemos “bajar” la presencia de Dios cuando hay un verdadero anhelo de que él este con
nosotros. Cuando clamamos para que nos visite, cuando nuestros corazones están
anhelantes de estar con nuestro Amado, él está a la puerta para entregar la palabra que
necesitamos escuchar.
Beneficios de crear un ambiente profético
Crear un ambiente profético no tiene como fin sentirnos más que otros, o ser más
espirituales. La voz de Dios es para todos sus hijos, para los que corazones apasionados por
hacer su voluntad. Crear un ambiente profético traer grandes beneficios en nuestro
entorno. Anoto algunos de ellos.
El ambiente se hace más sensible a la presencia de Dios. Los corazones ardientes siempre
están anhelantes de conocer el corazón de su Señor para hacer su voluntad. ¡No es
necesario que en cada servicio haya una palabra profética generalizada! En el ambiente
profético la gente se acostumbra a escuchar los latidos del corazón de su Amado, eso crea
un ambiente de expectación en cada momento que buscamos su presencia.
Si es en nuestra casa, negocio, escuela, congregación, al momento de clamar para que Dios
descienda con el anhelo de escuchar simplemente que nos ama y que está con nosotros, el
ambiente se hace sumamente sensible para que él descienda en medio de nosotros.
Nuestra vida espiritual crece. El ambiente profético ayuda al crecimiento de los que anhelan
crecer espiritualmente. ¿Por qué? Porque los dones mismos nos hacen crecer. Por ejemplo,
a través del don de ciencia conocemos el medio ambiente y los deseos de Dios para
nosotros. El don de sabiduría nos dice como hacer las cosas de una mejor manera. Al fluir
en algún don somos responsables de hacer las cosas bien y mejor, eso nos motiva a un
crecimiento personal. Dios mismo nos hace sentir el peso de la responsabilidad cuando
somos comisionados a alguna tarea.
Crecemos en compromiso con Dios. El ambiente profético nos anima a estar más y mejor
involucrados en la tarea. Entendemos el compromiso con Dios y nos desafía a ser fieles a lo
que Dios nos demanda de acuerdo con el diseño del Padre para nuestras vidas. Los líderes
siempre estamos luchando para que la gente se involucre en el trabajo para Dios. Pero
cuando Dios habla directamente al corazón de las personas, no es necesario presionar, solos
deciden tener un mayor compromiso.
El trabajo para el Señor se hace con excelencia. Los dones nos hacemos más efectivos en la
tarea que realizamos. Son las herramientas que Dios nos da para hacer el trabajo. No somos
competentes en nosotros mismo, pero a través de los dones espirituales nos convertimos
en personas capaces para desarrollar el trabajo que Dios nos demanda. No solo hay calidad
en trabajo para Dios, sino en todo lo que desarrollamos. La palabra de sabiduría es para
todo lo que hacemos. En el trabajo seremos más eficientes cuando el don de sabiduría está
presente. En la escuela tendremos mejores resultados cuando los dones están activos.
Se es más productivo en todo lo que se hace. Los frutos serán mayores en cantidad y calidad.
Este es el principio de ver grandes resultados en todo lo que hacemos. Repito, no solo para
aquellos que están al frente de una congregación, sino para todas las personas en las esferas
donde están involucrados. El crecimiento de la iglesia es acelerado, los negocios crecen, los
estudiantes son mejores. Se tienen mejores empleos. Las familias se convierten en familias
sacerdotales. Cada familia se convierte en una familia potencial ganadora de almas.
Tenemos una mejor calidad de vida. Este es un beneficio adicional y personal. El ambiente
profético deja una mejor calidad de vida en los hijos de Dios. ¿Por qué? Simplemente
porque tenemos herramientas sobrenaturales para hacer nuestras tareas cotidianas.
¿Nuestro desafío? ¡Generar un ambiente profético en nuestro entorno! Dios desea
mostrarnos su corazón, desea hablarnos y que escuchemos su dulce voz, él quiere que
nosotros caminemos de su mano a grandes y hermosas aventuras, nos quiere llevar de
gloria en gloria y de victoria en victoria.
¡Lo único que tenemos que hacer es escuchar su voz y hacer lo que dice que hagamos!
Recuerda: El ambiente profético nos hace sensibles para escuchar los latidos del corazón de
nuestro Amado.

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