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INSTRUCCIONES PARA CAMINAR SOBRE EL ALAMBRE

Dramaturgia: QY Bazo, Juanma Romero y Javier G. Yagüe


Dirección: Javier G. Yagüe
Intérpretes: Marina Herranz, Rosa Manteiga, Javier Pérez‐Acebrón, Guillermo
Sanjuán, Aitor Satrústegui

Instrucciones para caminar sobre el alambre es un espectáculo trepidante, ágil


complejo, brillante, de una progresión incesante que atrapa completamente la
atención del espectador. Nos contará qué es lo que hay tras una desaparición, la de
Alba, una muchacha que lucha contra una sociedad frustrante que parece decidida a
aplastarla. Y sobre qué significado tiene esa desaparición.
Para ello, el texto está construido de forma fragmentaria, con saltos temporales y lleno
de juegos en la que, mientras que Alba está interpretada por una excelente Marina
Herranz, los cuatro actores restantes del reparto van jugando la multiplicidad
personajes que conforman el mapa social de la obra. Desde el círculo familiar de Alba,
a sus amigos, en los que encuentra poco apoyo y ninguna relación positiva, sus
compañeros de los diversos trabajos que encuentra y sus jefes inmediatos. La vida de
Alba está siempre sometida a la presión de una sociedad en la que es imposible
encontrar estabilidad. El ansia por encontrar un trabajo estable nunca se resuelve,
cayendo en una espiral de angustia que presiona a Alba y a todos los personajes de la
historia.
El hilo conductor de toda la obra será el recuento de esas “instrucciones” de qué hacer
ante el caso de una persona cercana desaparecida. Unas instrucciones que van desde
lo más informativo hasta lo más comprometido, desde lo objetivo a lo subjetivo, y que
nos van arrastrando a una historia cada vez más oscura.
Continuación de las temáticas expuestas en la anterior Nada que perder, una obra
efectiva aunque un tanto esquemática, este texto quiere tener la complejidad de un
puzzle a montar por el espectador, de un laberinto del cuál la protagonista lucha una y
otra vez por escapar. Aunque son precisamente sus mismos esfuerzos los que
contribuyen a crear el laberinto.
La escena, en una disposición de espacio central, y creada sobre todo con las acciones
de los personajes, ya estén en la acción dramática o no, es de una realización tan
compleja como efectiva. En ella los focos de atención de cada una de los momentos
van fluyendo sin caer nunca en la monotonía a través de toda la superficie de la sala.
La dirección a través de este excelente tratamiento del espacio, a través de la
concentración dramática en cada escena y la expresión corporal de los actores crea un
hilo que nos conduce a través de la peripecia de Alba y de la exploración de las
constricciones y vicios sociales que la encierran a ella y al resto de los personajes en
una auténtica jaula, de la que es imposible escapar.
Quizá lo que empaña este montaje es un texto que tiene todas las bazas para ser
estupendo, pero desatiende al personaje de Alba en su aspecto personal, en su núcleo
más interno. Un personaje dibujado como víctima social, pero que acaba teniendo mil
caras diferentes a las que le falta un nudo que lo unifique y haga que el espectador
empatice más con él. Esa falta de empatía se sufre más en la resolución, un tanto
problemática, tanto en el final del trayecto vital de Alba, que no logra enganchar,
como en la de la solución que nos quiere brindar el texto para lograr con una “nueva
Alba” un vida más satisfactoria y en que la presión de lo social no llegue a ahogarnos.
Pese a ello, esto está solucionado por el excelente e intensivo trabajo de Marina
Herranz, estupendamente acompañada por un trabajo igualmente intenso y entregado
del resto del reparto: Javier Pérez‐Acebrón, Rosa Manteiga, Guillermo Sanjuán y Aitor
Satrústegui, así como la estupenda y muy inteligente puesta en escena de Javier G.
Yagüe y la creación de este espacio escénico tan abierto como plural. Todo ello logra un
montaje realmente recomendable que hace vivir una gran experiencia teatral.
RAÚL HERNÁNDEZ GARRIDO

https://www.youtube.com/watch?v=JA2sovlwSaU&feature=emb_logo

INTRODUCCIÓN

La Compañía Cuarta Pared se ha caracterizado por los ciclos de creación a largo


plazo. La idea de trabajar sobre trilogías permite explorar creativamente contenidos y
formas que necesitan períodos de largo plazo para desarrollarse y agotarse.
Cuarta Pared aborda su nuevo proyecto después del rotundo éxito de Nada que
perder, con más de 250 funciones y gira nacional e internacional, después de acometer
el ciclo Primeros Días del Futuro en su 25 Aniversario y tras haber cerrado dos
trilogías, La Trilogía de la Juventud celebrada por más de 500.000 espectadores y la
Trilogía Imprevista, compuesta por Café, Rebeldías Posibles y Siempre Fiesta. Entre
los premios que avalan el trabajo de la compañía, destacan, entre otros, el Premio
Adolfo Marsillach 2010 a la labor teatral por sus 25 años de actividad, Premio Palma
de Alicante 2009 por la programación continuada de dramaturgia española viva,
Premio a la Mejor Propuesta Teatral en la Feria de Huesca de 2007, tres premios
MAX (al Mejor Productor Privado de Artes Escénicas, al Mejor Espectáculo Infantil, en
2000 y al Mejor Texto en Castellano en 2002), El Ojo Crítico de teatro en 1999 y,
sobre todo, el premio de la excelente acogida del público.
Una vez más, la Compañía Cuarta Pared trata de sorprender con la puesta en escena
de un teatro actual, escrito con un lenguaje innovador y diferente, que busca la sorpresa
continua y además produce experiencias intensas en el espectador. La intención es hacer
del teatro una experiencia única.
Instrucciones para caminar sobre el alambre supone el siguiente paso de Nada que
perder, una nueva trilogía en ciernes caracterizada por recurrir formalmente al formato
“thriller”. Este formato permite usar la investigación como punto de partida para develar
tramas y personajes. El éxito nacional e internacional de Nada que perder nos anima a
incidir en este formato.
Para Instrucciones para caminar sobre el alambre la Compañía Cuarta Pared estuvo
un año recopilando documentación sobre la temática que se aborda y a lo largo de 2019
los dramaturgos volcaron en un texto todo el material recopilado. Posteriormente, como
es habitual en los procesos de la compañía, los actores y actrices se han incorporado
para dar forma a la escritura final del texto desde la escena.

SINOPSIS

¿Dónde está Alba? Su hermano y su madre han denunciado su desaparición y ayudan en


la reconstrucción de sus últimos días para poder encontrarla. La investigación nos
llevará a conocer a una familia que lucha por sobrevivir en un mundo invivible. Un
mundo que lesiona sus cuerpos, que desequilibra sus mentes, que les empuja a la
resignación. Un mundo bipolar en el que intentan encontrar su lugar. Alba estaba segura
de haberlo encontrado, pero ahora Alba ha desaparecido.

UN RETRATO DE LA SOCIEDAD CONTEMPORÁNEA

Esta es una obra sobre el proceso de destrucción de una persona. Nuestra protagonista
es un personaje lleno de vida, que no se conforma, que no se resigna, que cree. Pero el
mundo bipolar que la rodea, en el que se pasa del éxito al fracaso en un momento y de
manera abrupta, hace que su vida poco a poco se vaya complicando. El esfuerzo
personal ya no es una garantía. A través de Alba, la obra hace un retrato de una sociedad
que se hace cada vez más invivible para los que no son privilegiados, con las
enfermedades mentales en aumento como síntoma de la imposibilidad de adaptarse a
condiciones cada vez más adversas, con redes de asistencia y solidaridad cada vez
menores, y en donde, por tanto, cada individuo se enfrenta cada vez más solo a la
adversidad.

COMPAÑÍA CUARTA PARED


Dramaturgia: QY Bazo, Juanma Romero y Javier G. Yagüe
Intérpretes: Marina Herranz, Rosa Manteiga, Javier Pérez‐Acebrón, Guillermo
Sanjuán, Aitor Satrústegui
Diseño de escenografía y vestuario: Monika Ruhle
Diseño de iluminación: Mariano Polo
Realización de escenografía y vestuario: Richard Vázquez, Cuarta Pared
Fotografía: Sandra Nieto, Irene González Lara
Contenidos audiovisuales: Alba Montañés
Producción, Comunicación y Distribución: Cuarta Pared
Producción ejecutiva: Elvira Sorolla
Dirección: Javier G. Yagüe

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