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Política Científica

La política científica es un área de la política pública que se centra en la promoción de la


investigación y el conocimiento científico. Los temas incluyen el financiamiento de la ciencia, las
carreras de los científicos y la traducción de descubrimientos científicos en innovación tecnológica
para promover el desarrollo de productos, la competitividad, el crecimiento y el desarrollo
económico. La política científica se centra en la producción de conocimientos y el papel de las
redes de conocimientos, las colaboraciones y la compleja distribución de conocimientos
especializados, equipos y conocimientos técnicos. Diseñar procesos y un contexto organizacional
para la generación de ideas innovadoras en ciencia e tecnología, es una preocupación central de la
política científica.

La Política Científica se ocupa, por lo tanto, de todo el ámbito de las cuestiones que involucran a la
ciencia. Una gran y compleja red de actores influye en el desarrollo de la ciencia y la ingeniería,
que incluye a los responsables gubernamentales de políticas científicas, empresas privadas
(incluyendo empresas nacionales y multinacionales), movimientos sociales, medios de
comunicación, organizaciones no gubernamentales, universidades y otras instituciones de
investigación. Además, la política científica es cada vez más internacional, tal como lo definen las
operaciones mundiales de empresas e instituciones de investigación, así como las redes de
colaboración de organizaciones no gubernamentales y la naturaleza de la propia investigación
científica.

Objetivos de la política cientifica o políticas públicas en agroalimentación

La agricultura no es una isla en la economía. Su objetivo último es el de contribuir al desarrollo


nacional. En la agricultura, igual que en otros sectores, la política económica responde a los
imperativos nacionales y a una visión social y política. Está diseñada para alcanzar fines
societarios que no son exclusivamente de índole económica. Por lo tanto, la base de la estrategia,
o del conjunto de las políticas, debe ser la definición de fines sociales, o societarios, de amplio
alcance para la agricultura y el medio rural. Fundamentalmente, debe estar relacionado con la
promoción del desarrollo humano. Los objetivos específicos del sector agrícola derivan de este fin
más general.

En la mayoría de los países, las formas en que la agricultura puede apoyar el desarrollo humano
más eficazmente son: a) asegurando que la nutrición y otras necesidades materiales
básicas sean satisfechas en las zonas rurales, y b) contribuyendo indirectamente a la satisfacción
de esas necesidades en el medio urbano. En algunas economías en transición, los niveles de
nutrición son lo suficientemente altos como para no ser motivo de preocupación general, pero
satisfacer otras necesidades materiales lo es, dada la frecuencia de la pobreza rural. En muchos
países en desarrollo la nutrición es aún deficiente en grupos rurales significativos, aunque es
importante reconocer que, para el mundo en su conjunto, la fracción de la población pobre se ha
reducido considerablemente durante las últimas tres décadas.

¿Cuáles subobjetivos, si fueran alcanzados, contribuirían a que la agricultura cumpliera mejor sus


objetivos globales? En muchos países, por mucho tiempo, ha sido habitual definir al aumento de la
producción como el objetivo de la estrategia de desarrollo agrícola. Frecuentemente dicho objetivo
se ha planteado en forma más específica, como incremento de la producción de alimentos básicos,
usualmente granos y a veces los principales tubérculos. Sin embargo, si bien producir mayores
cantidades de alimentos básicos puede ser importante, una meta física de esta naturaleza no es
suficiente para alcanzar el objetivo del desarrollo humano o, siquiera, el objetivo de elevar el
bienestar material. La producción por sí sola no es necesariamente el mejor indicador de la
situación económica de los hogares rurales. El ingreso es un indicador más adecuado, ya que
toma en consideración los precios recibidos por los agricultores y sus costos de producción. Aún
más relevante es el ingreso real, que ajusta los ingresos netos con la tasa de inflación, para medir
el poder de compra de las familias rurales.

Por lo tanto, la contribución más eficaz de la agricultura a la seguridad alimentaria y a otras


necesidades materiales básicas es la de generar mayores ingresos reales para los hogares rurales.
Este aporte, a su vez, depende de tres factores: producción, precios reales en fincas, [35]  y
empleo no agrícola en zonas rurales. Los precios reales están casi siempre fuera del control de
los agricultores, pero pueden ser influidos por las políticas. La producción depende de la superficie
cultivada (incluyendo las praderas) y la productividad o rendimientos unitarios. En muchos países,
a medida que se agota la disponibilidad de tierras cultivables (y a veces se sobrepasa), los
aumentos de producción dependen crecientemente de tecnologías que permitan mejorar la
productividad.

La Figura en la página siguiente ilustra esta jerarquía de objetivos y subobjetivos del sector
agrícola, incluyendo los aportes indirectos de la agricultura al desarrollo urbano, generando divisas
y demandando alimentos procesados y otros productos manufacturados [36].

No debe pasarse por alto que la seguridad alimentaria de las familias rurales también depende del
grado de control sobre la producción ejercido por las mujeres en los hogares. En los Capítulos 5 a
8 se señalan varias maneras para fortalecer la influencia de las mujeres en las zonas rurales.

LOS PRINCIPIOS DE LA POLÍTICA AGRÍCOLA

Además de establecer los objetivos y los medios de la política, el marco estratégico debe también
tener en cuenta los principios que guían las medidas de política. En otras palabras, los
objetivos de la política no se deben perseguir a cualquier costo. Los principios representan
condiciones o límites a los tipos de acciones (medios) utilizables para intentar alcanzar los
objetivos estratégicos.

Los cinco principios básicos para que una estrategia agrícola sea sostenible en el largo plazo
son[37]:

 Sostenibilidad económica. La estrategia debe encontrar maneras de procurar beneficios


económicos reales al sector rural. Si bien la disciplina fiscal es importante, aquello significa,
entre otras cosas, no sujetar pura y simplemente el sector a los recortes fiscales de los
programas de ajuste estructural. Vale la pena recordar lo indicado en el Capitulo 1 acerca
de la importancia del desarrollo agrícola para el crecimiento de toda la economía.
 Sostenibilidad social. La estrategia debe también mejorar el bienestar económico de los
grupos de bajos ingresos y otros grupos desaventajados, incluyendo las mujeres. De otra
manera perdería su viabilidad social.
 Sostenibilidad fiscal. No se deben emprender políticas, programas y proyectos cuyas
fuentes de financiamiento no sean plenamente identificadas. En una época de creciente
estrechez fiscal en todos los países, la aplicación de este principio incentiva la búsqueda
de nuevas fuentes de ingresos fiscales y las maneras mediante las cuales los beneficiarios
de las políticas, programas y proyectos puedan contribuir a su financiamiento, es decir,
maneras de fomentar la recuperación de los costos.
 Sostenibilidad institucional.  Las instituciones creadas o apoyadas por las políticas
deberían ser robustas y capaces de sostenerse por sí solas en el futuro. Por ejemplo, las
instituciones financieras que solamente otorgan crédito a los agricultores y ganaderos, sin
la capacidad de captar depósitos, no tienen muchas posibilidades de sobrevivir a la larga.
Igualmente, los servicios de investigación y extensión sostenidos principalmente por
préstamos internacionales y donaciones tampoco son sostenibles a largo plazo.
 Sostenibilidad ambiental. Se deberían aplicar políticas que fomenten el manejo
sostenible de bosques y pesquerías y reduzcan a niveles manejables la contaminación de
las fuentes de agua y la degradación del suelo. En algunos países, un reto principal para la
política agrícola es frenar o detener la expansión de la “frontera agrícola”, o sea las zonas
donde el cultivo es posible sólo si se derriban árboles.
Políticas científicas en agroalimentacion

Políticas en el área agrícolas

Estudio detallado de los recursos suelo, agua, clima y del uso actual y potencial de la tierra, para
planificar y priorizar la producción agrícola con especial énfasis en la conservación del ambiente.

Investigación de los sistemas de producción existentes en el estado para conformar modelos


agrícolas que orienten la planificación, la investigación para el desarrollo y adaptación de
maquinarias e implementos agrícolas de acuerdo con las condiciones topográficas y física de cada
región.

Estudios para el desarrollo de sistemas de rotación de cultivos y el uso de nuevas variedades


incorporadas a esos sistemas productivos.

Investigación sobre el uso de la biotecnología para mejorar la capacidad productiva de la


agricultura merideña

Desarrollar programas de estudio de postgrados para investigadores de las areas de las semillas,
fertilización, plagas y enfermedades, almacenamiento, manejo y procesamiento de productos
perecederos vegetales y animales, alimentación animal, biotecnología, mejoramiento genético y
fisiología de acuerdo con las necesidades del estado.

Agrícola vegetal.

Investigación destinada al establecimiento de bancos de germoplasma de especies nativas y


cultivadas, de usos actuales adaptadas a las condiciones agroecológicas del estado.

Estudio sobre plagas y enfermedades que afectan a los principales cultivos de la zona.

Agrícola animal

Estudios para determinar las especies forrajeras más promisorias para aumentar la eficiencia en la
producción de forrajes, y disminuir la dependencia de concentrados y suplementos

Estudios que conduzcan a evaluar los sistemas de producción animal (carne y leche ) existente en
el estado.

Agrícola forestal

Investigación para fomentar el establecimiento, desarrollo y protección de plantaciones


conservacionistas.

Desarrollo de proyectos agrosilvopastoriles.

Área agrícola pesquera


Estudio para desarrollar y mejorar la infraestructura y recursos necesarios para la producción de
huevos nacionales de especies en cultivos confinado como la trucha.

Investigación sobre el impacto ambiental en las aguas por su explotación confinada de peces

Agroindustrial.

Adaptar tecnologías para la industrialización de productos agrícolas de probada ventaja


comparativa ( platano, cacao, papas, ajos, hierbas medicinales, hortalizas u otros.)

Investigación para determinar la factibilidad técnica y económica de pequeños complejos


agroindustriales en las áreas rurales, con participación mayorista de los productores agrícolas.

Implementación de políticas científicas en la formación de agroalimentación

1 Formar profesionales integrales con un enfoque agroecológico sobre la producción,


transformación, distribución y consumo agroalimentario, que responda a las necesidades locales,
regionales y nacionales de seguridad y soberanía alimentarias, comprometidos con el desarrollo
endógeno sustentable y la organización popular de trabajadores rurales y urbanos, indígenas,
pescadores y campesinos, en la construcción y el fortalecimiento de una sociedad socialista. Lo
cual, supone una síntesis compleja inter y transdisciplinaria, fundamentada en el diálogo de
saberes.

2. Formar profesionales creativos e innovadores que articulen en su quehacer cognitivo lo


científico con lo técnico, lo ético-político, lo estético-lúdico y lo socioambiental.

3. Facilitar la consolidación de conocimientos ambientales, sociales y técnicos necesarios para la


formación de profesionales aptos para contribuir de manera efectiva con la construcción de la
soberanía alimentaría.

4. Formar profesionales integrales que valoren e incorporen dialógicamente en su desempeño las


culturas indígenas y campesinas, así como, sus saberes ancestrales y tradicionales.

5. Formar profesionales probos, fraguados en la organización y participación activa de las


comunidades en las luchas de los trabajadores rurales, campesinos, pescadores e indígenas, en la
comprensión, asimilación e interpretación de una ética forjada en la construcción del socialismo y
la liberación nacional.

6. Formar profesionales que asuman participativa y sustentablemente la gestión de los


Agroecosistemas.
Propuestas o iniciativas científicas o tecnológicas para alcanzar la soberanía alimentaria

Las propuestas de la Soberanía Alimentaria

Los fundamentos de esta propuesta buscan una oferta más honesta de alimentos para con la salud
y la cultura alimentaria del consumidor, rescatando el comercio justo para estimular al campesino
a permanecer en los espacios rurales y comprometerlo a ser garante de prácticas agronómicas de
menor impacto ambiental. La Soberanía Alimentaria incluye:

El derecho de los campesinos a producir alimentos y el derecho de los consumidores a poder


decidir lo que quieren consumir y, como y quien se lo produce.

La participación de los pueblos en la definición de la política agraria, y el reconocimiento de los


derechos de las campesinas que desempeñan un papel esencial en la producción agrícola y en la
alimentación.

Priorizar la producción agrícola local para alimentar a la población, el acceso de los/as


campesinos/as y de los sin tierra a la tierra, al agua, a las semillas y al crédito. De ahí la necesidad
oponerse a la mercantilización y las patentes de los bienes comunes, de promover reformas
agrarias, de la lucha contra los OGM para el libre acceso a las semillas, y de mantener el agua en su
calidad de bien público que se reparta de una forma sostenible.

Priorizar la producción local y regional, frente a la exportación, que deja de ser una prioridad.

Permitir ayudas públicas a los campesinos, siempre que no sirvan directa o indirectamente para
exportar a precios bajos.

Garantizar la estabilidad de los precios agrícolas a escala internacional mediante políticas y


acuerdos internacionales de control de la producción. La producción debe tener límites, y el límite
son las verdaderas necesidades de consumo de la población.

Autorizar a los Países/Uniones a protegerse contra las importaciones a precios demasiado bajos.

La Soberanía Alimentaria no está en contra de los intercambios, sino de la prioridad dada a las
exportaciones: permite garantizar a los pueblos la seguridad alimentaria, a la vez que intercambian
con otras regiones excedentes de producción específicos que constituyen la diversidad de nuestro
planeta. Es decir, implica el derecho de cada Estados a definir su política agraria y alimentaria, sin
dumping frente a países terceros (6).

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