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20- Analiza las causas, principales hechos y consecuencias de la intervención de España en

Marruecos entre 1904 y 1927. (Pedir esquema)

España, tras el “desastre del 98”, intentó recuperar el prestigio nacional perdido. En la
Conferencia de Algeciras de 1906 Francia y España fijaron sus respectivas zonas de influencia.
A España le correspondió la zona norte, cuya pieza esencial era el Rif. Esto obligó al gobierno
español a incrementar su presencia militar y a llevar a cabo campañas militares para someter
el territorio, asegurar la explotación de las riquezas mineras y proteger la construcción del
ferrocarril hasta Melilla.

En Julio de 1909 se produjeron graves enfrentamientos entre las tropas españolas y los rifeños.
El gobierno decidió enviar refuerzos militares y movilizó a los reservistas en Cataluña y Madrid.
El embarque de las tropas en Barcelona en Julio de 1909 desencadenó un movimiento de
protesta contra la guerra.

El republicanismo más radical y anticlerical, los socialistas y los anarquistas promovieron una
huelga general contra la guerra.

La emboscada en el barranco del lobo, con numerosas bajas de soldados españoles, encendió
más la huelga, que degeneró en una revuelta espontánea y caótica, conocida como la Semana
Trágica de Barcelona.

El gobierno de Antonio Maura reprimió con dureza la revuelta. Se celebraron juicios militares
sumarísimos en aplicación de la Ley de Jurisdicciones de 1906, e incluso se ejecutaron 5
condenas a muerte, entre ellas la de Francisco Ferrer y Guardia. Su fusilamiento produjo un
gran escándalo internacional. Liberales y republicanos exigieron la destitución de Antonio
Maura, que dimitió al sentirse traicionado por el rey y por los liberales.

Por otra parte, en 1912 se creó el Protectorado Franco-Español en Marruecos a raíz de las
negociaciones entre el gobierno de José Canalejas y Francia.

En el verano de 1921 el gobierno estaba decidido a someter su zona de Protectorado.

El general Silvestre avanzó precipitadamente sobre el corazón del Rif con el objetivo de ocupar
la Bahía de Alhucemas, partiendo de Melilla, y penetró en un territorio extenso y de difícil
orografía, muy alejado de los centros de aprovisionamiento.

Abd del Krim el jefe de los rifeños, derrotó a las tropas españolas en Annual. Se perdió toda la
zona que había sido ocupada durante años con grandes esfuerzos y murieron o desaparecieron
entorno a 10.000 soldados, incluido el general Silvestre.

El “Desastre Annual” (verano de 1921) tuvo graves consecuencias políticas y fue una de las
causas del fin del régimen parlamentario. Se formó una comisión presidida por el general
Picasso para delimitar las responsabilidades políticas y militares, que apuntaban a militares,
partidos de turno y al propio rey (Expediente Picasso, 1922). Pero antes de que se aclarasen
todas las responsabilidades un pronunciamiento militar (Miguel Primo de Rivera, septiembre
de 1923) dio lugar a una dictadura militar como “solución” a la aguda crisis del sistema de la
Restauración. En 1924 Alfonso XIII otorgó una amnistía que hizo que no se depurasen
responsabilidades.

Posteriormente, Primo de Rivera asumió personalmente el Alto Comisariado en Marruecos. En


1925, España y Francia acordaron una ofensiva militar conjunta. El desembarco de las tropas
españolas en la Bahía de Alhucemas fue un éxito y Abd-el-Krim se entregó a los franceses en
1926. En Julio de 1927 finalizaron los combates, al quedar sometido todo el Protectorado, que
permaneció bajo dominio español hasta la independencia de Marruecos en 1956.

21-Analiza la crisis general de 1917: sus causas, manifestaciones y consecuencias.

Los efectos económicos, políticos y sociales de la I Guerra Mundial (1914-1918) en España y la


crisis de 1917 fueron decisivos en el fin del sistema de la Restauración y de la monarquía
liberal parlamentaria.

Cuando estalló la Gran Guerra, el gobierno declaró la neutralidad de España, hecho que
favoreció una espectacular expansión de la economía. España se convirtió en abastecedora de
los países beligerantes, a los que suministró materias primas y productos industriales. Sin
embargo, mientras la burguesía industrial y financiera se enriquecía, las clases trabajadoras
veían descender su nivel de vida a pesar del alza de los salarios, por la escasez y por la
inflación.

En medio de este clima de tensiones sociales y políticas, en el verano de 1917 la Restauración


atravesó por una de sus situaciones más críticas al confluir tres tipos de conflictos: el militar, el
político y el económico-social.

*El problema militar

Se desencadenó a raíz del proyecto de reforma del ejército mediante una reducción del
excesivo número de oficiales y del malestar entre los jóvenes oficiales peninsulares que
exigieron que los ascensos fuesen por rigurosa antigüedad y no por méritos de guerra, lo cual
favorecía a los militares que servían en la guerra de Marruecos (“Africanistas”).

El descontento cristalizó en la formación de las Juntas de Defensa, con una clara orientación
sindical (reivindicaciones económicas y profesionales). En junio de 1917 presentaron un
ultimátum al gobierno conocido como “Manifiesto de las Juntas de Defensa” que con el apoyo
de Alfonso XIII, fueron reconocidos por el gobierno como órganos representativos del
ejército.

*El problema político

Se inició cuando Françesc Cambó, líder de la Lliga Regionalista, convocó a todos los senadores
y diputados españoles a una Asamblea de Parlamentarios en Barcelona en julio de 1917.

La Asamblea acordó la formación de un gobierno provisional y la celebración de Cortes


Constituyentes, que reformase la constitución en sentido descentralizador y aprobase la
autonomía para Cataluña. Pero el reducido apoyo de los grupos políticos (solo asistieron 70
parlamentarios) y el rechazo de las Juntas de Defensa a sus pretensiones, permitieron al
gobierno disolverla.

*El problema obrero

En marzo de 1917 las dos organizaciones sindicales rivales, UGT y CNT suscribieron un
manifiesto convocando una huelga general. Tras la huelga de ferroviarios en Valencia,
duramente reprimida por el gobierno, en Agosto de 1917 estalló una huelga general, pero sólo
tuvo una especial intensidad en los centros industriales de Madrid, Barcelona, las provincias
vascas y Asturias. La represión del gobierno fue durísima. Los miembros del comité de huelga
fueron condenados a cadena perpetua, que no llegaron a cumplir, pues al año siguiente
salieron elegidos diputados.
Tras la crisis del 17, culminó la desintegración de los partidos del turno (conservador y liberal),
cuyo fraccionamiento acabó con el turnismo, una de las bases del sistema de la Restauración.
Así, los años 1917 y 1918 inauguraron los llamados gobierno de coalición, en los que
participaron las distintas fracciones del partido conservador y del liberal, e incluso la Lliga
Regionalista. Pero estos gobiernos tampoco consiguieron dar estabilidad al sistema.

En los años sucesivos se formaron gobiernos débiles que, con frecuencia, recurrieron a
medidas excepcionales lo que acentuó el desprestigio del sistema de la Restauración, al que el
pronuncimiento militar de Miguel Primo de Rivera puso fin en septiembre de 1923.

22-Describe la evolución de la Dictadura de Primo de Rivera, desde el Directorio militar al


Directorio civil y su final.

En septiembre de 1923, el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, lideró un


pronunciamiento militar contra el gobierno. La profunda crisis del sistema político de la
Restauración y el desprestigio de los partidos del turno (conservador y liberal), la cuestión de
las responsabilidades por el “desastre de Annual” (1921), las reivindicaciones nacionalistas y
obreras, la inflación y el malestar social… Son algunas de sus causas. El profundo malestar del
ejército, la indecisión del gobierno y la falta de confianza de Alfonso XIII en la Restauración,
facilitaron que no tuviese prácticamente oposición.
Primo de rivera presentó un proyecto de regeneración del país. Se suponía que, una vez
extirpados los males, se retornaría a la normalidad constitucional. El rey Alfonso XIII le nombró
ministro único, siendo asesorado por un Directorio Militar. Sus primeras medidas supusieron la
eliminación del régimen constitucional y la instauración de una dictadura militar personalista.

El Directorio Militar: 1923-1925

Primo de Rivera proclamó el estado de guerra durante dos años, suspendió la Constitución de
1876 y las garantías constitucionales, disolvió las cortes, implantó censura de prensa y prohibió
las actividades de los partidos políticos y de los sindicatos, imponiendo duras medidas
represivas contra la CNT y el PCE. También reprimió cualquier manifestación del nacionalismo.

Por otra parte, los gobernadores civiles fueron sustituidos por gobernadores militares y los
ayuntamientos fueron disueltos y renovados. Además, Primo de Rivera intentó eliminar el
caciquismo, pero el Estatuto Municipal dio paso a un nuevo caciquismo.

También impulsó la formación de un gran partido de derechas, la Unión Patriótica (1924), que
fue solo un instrumento de propaganda del régimen. El Estatuto Provincial potenció el
nacionalismo radical en Cataluña. Finalmente, Primo de Rivera consciente de la impopularidad
de la guerra marroquí asumió personalmente el Alto Comisariado en Marruecos. En 1925
España y Francia. El desembarco de las tropas españolas en la Bahía de Alhucemas fue un éxito
y Abd-el-Krim, jefe de los rifeños, se entregó a los franceses en 1926. En Julio de 1927 quedó
sometido todo el Protectorado.

El Directorio Civil: 1925-1930

Primo de Rivera sustituyó el Directorio militar por un gobierno civil con la clara intención de
permanecer en el poder. En 1927 convocó una Asamblea Nacional Consultiva, encargada de
elaborar una nueva “constitución“, en un intento de institucionalizar la Dictadura; pero
finalmente fracasó.
Por otra parte, la dictadura se benefició de la coyuntura económica expansiva internacional de
los años 20. Su política económica fue intervencionista y proteccionista. Creó grandes
monopolios estatales, como CAMPSA y la compañía telefónica. Fomentó las obras públicas
destacando la creación de las Confederaciones Hidrográficas. Esta política de incremento de
gasto público obligó a una emisión constante de deuda pública.

Por otra parte, la escasa conflictividad social del periodo de la dictadura se explica en parte por
la represión, pero también gracias al desarrollo de una amplia política social (construcción de
viviendas baratas, creación de escuelas...) y de una legislación laboral (Código del trabajo de
1926).

Pero a partir de 1927, la dictadura empezó a perder apoyos y aumentaron la crítica y la


oposición, de las que no se libró Alfonso XIII (partidos del turno, militares descontentos,
intelectuales, escritores y periodistas, F.U.E, fuerzas republicanas, nacionalistas y regionalistas,
la CNT, la FAI, el PCE, el PSOE…). Primo de Rivera falto de apoyos dimitió en enero de 1930.

Alfonso XIII encargó formar gobierno al general Berenguer con el fin de retornar a la
normalidad constitucional. Pero la desconfianza hacia Alfonso XIII por su apoyo a la dictadura y
la incapacidad de Berenguer (“Dictablanda”) hicieron imposible restablecer el sistema liberal
parlamentario.

A principios de 1931, Berenguer dimitió y le sustituyó el almirante Aznar, que anunció la


convocatoria de elecciones municipales para el 12 de abril, a las que seguirían otras generales
con carácter constituyente.

Republicanos y socialistas decidieron concurrir coaligados (unidos) a las elecciones municipales


y plantearlas como un plebiscito a favor o en contra de la monarquía. Su triunfo en las grandes
ciudades, donde el caciquismo tenía menos influencia, se interpretó como un rechazo a la
monarquía y dio paso a la proclamación de la República el 14 de abril. En medio del
entusiasmo popular, Alfonso XIII partió al exilio.

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