Debemos estar unidos como familia en Cristo, confiados en que Dios está haciendo algo
grande en medio de la tribulación, Dios no es ajeno o indiferente a lo que está pasando en
el planeta, estamos completamente seguros de que a Él como buen padre le duele cada vida que se pierde, debemos rendir completamente nuestro corazón y estar atentos a lo que Él quiere que hagamos desde nuestros hogares, cuando todo esto termine es imposible que sigamos siendo los mismos, es imposible que sigamos odiando en vez de amar y perdonar, es imposible que sigamos juzgando en vez de instruir, llegó el momento de confesar que Jesucristo es el Señor (Filipenses 2:11) y conocerlo cada día mas para poder comprender todo lo que ocurre en nuestra vida, nuestro hogar debe ser un altar de adoración e intimidad con Dios.
Dios es nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en momentos de