Está en la página 1de 10

1

CAMILO TORRES, SACERDOTE REVOLUCIONARIO

Por: Luis Carlos Muñoz Sarmiento *

A Cecilita (1925-2005) in memoriam,


por avivar en mí, como Isabelita en Camilo, simientes germinales…

Los que hacen imposible la revolución pacífica,


harán inevitable la revolución violenta.
John Fitzgerald Kennedy (1917-1963)

La más noble manifestación cultural del hambre


es la violencia.
Glauber Rocha

El alcohol, la religión, las sonrisas, la ley y la gentileza son parte de las herramientas que
posee el sistema para disciplinar y dominar a los hombres.
Miguel Littín

Se le llamó Ex sacerdote, Padrecito; Honesto pero equivocado, Profeta; Camiloco,


Chiflado, “Por ahí sí es”; Bandolero, Revolucionario; Predicador del odio, Apóstol
de los pobres. Apodos, todos ellos, impregnados de un innegable tufo peyorativo,
como si se hablara de cualquier loquito de barrio… cuando se trataba de una de
las mentes más lúcidas que ha tenido esta desdichada república, uno de los
cerebros más abiertos, tolerantes y respetuosos de la diferencia de su generación,
uno de los seres más brillantes que ha tenido un país tradicionalmente desdeñoso
con sus talentos y envidioso e hipócrita para tratarlos, acogerlos y respetarlos.

Así, lo primero, Camilo Torres Restrepo fue un auténtico sacerdote revolucionario


que a nadie quiso joderle la vida, sino remediársela a todos. Pero, esto, ante la
inminencia de su logro, puso alerta a la oligarquía nacional, a la aparentemente
inofensiva Iglesia oficial, a un ejército que les dispara a sus compatriotas y a la
policía, a una policía que hace lo propio con sus colegas del ejército y con sus
compatriotas, a unos liberales que no lo son tanto, a unos conservadores que lo
son mucho más, a unos medios que no son tanto ni mucho(s) más…

Y a los defensores del statu quo, enemigos a ultranza, por ejemplo, de la objeción
de conciencia, la que el 10 de mayo de 1964 llevó al Ministro de Guerra de
entonces, general Alberto Ruiz Novoa (principal responsable, por contraste, del
bombardeo a Marquetalia), a declarar durante una rueda de prensa: es urgente
modificar las estructuras de nuestra sociedad, el gobierno está frenado por los
sectores y por las personas influyentes. Pero, claro, al General, según la mirada
de quienes lo observaban (sus colegas y el Gobierno), se le fueron las luces:
estaba hablando como cualquier John Lenin de la Universidad Nacional, cualquier
sociólogo, cualquier Camilo Torres. Y por ello sería obligado a renunciar el 27 de
enero de 1965: a lo “peligroso de sus tesis” se sumó la acusación de haber
fraguado un golpe de Estado a su favor aprovechando el paro cívico del 25 de
enero, que no se realizó.

Print to PDF without this message by purchasing novaPDF (http://www.novapdf.com/)


2

Enemigos a ultranza de una verdadera reforma agraria como la que pregonó


Camilo y no de un tibio fomento agrícola que sólo favoreció a quienes no debía
hacerlo: a los terratenientes (defendidos por un godo al que la derecha veía a la
izquierda, Álvaro Gómez). Y no a quienes deben ser los verdaderos usufructuarios
de la tierra, los que la trabajan: campesinos e indios. Hoy contra la pared, como lo
previó Camilo, acorralados y perseguidos por las sombras siniestras y no de
película del glifosato, las armas de verdad de los paracos, la furia ciega pero real
de la guerrilla, la soberbia de ciertos gobernadores, los desmanes del ejército que
les secuestra sus víveres, la inocultable desidia del Estado. Porque, aunque no se
crea, la indiferencia es otra forma de persecución y esta la forma más terrible e
imparable de marcar diferencia, o sea, de no reconocerla. Lo que por consiguiente
y en la práctica hace inútil la tan cacareada tolerancia…

Enemigos a ultranza, en fin, de la libertad de expresión, disensión y crítica, como


lo fueron en su momento los representantes de la Gran Prensa frente a las
declaraciones de Ruiz Novoa y desde luego a las del propio Torres. Gran Prensa
(léase El Tiempo) responsable de la persecución desatada contra éste por los
organismos de seguridad, como cuando tras enviar su Mensaje a los militares,
dice Guzmán: Al punto, la gran prensa acusó a Camilo de incitar al Ejército a la
rebelión (El Tiempo, 10.IX.65); responsable también, diría El Espectador muchos
años después de causado ya el irreparable daño, eso sí, junto a la Iglesia, del
“exacerbamiento que alcanzó Colombia entre 1946 y 60”: o sea, de la Violencia.

A través de este ensayo, se tratará de poner a Camilo Torres en su sitio. El que le


corresponde históricamente sin prejuicios ni dobleces ni sesgos. El que se forjó
por su propio quehacer, no el que hasta ahora se le ha negado. Él no necesita
defensores ni, mucho menos, apologistas sobre su vida y su obra. Apenas, que le
dejen hablar. Aunque sea cuando ya está muerto y han pasado 40 años. La tesis
central de este ensayo es que a Camilo se le mató antes de ser asesinado por el
ejército en el monte y, en tal sentido, habría que hacer un juicio a ciertas
instituciones y personas, por tratarse de un crimen represivo. Asunto sobre el cual
nunca se ha hablado abierta ni sinceramente quizás por lo que significa la postura
política e ideológica del propio Camilo y todo lo que pueda desprenderse de ella
frente a los intereses de la Iglesia y el Estado. Por otra parte, el papel de Camilo
no se puede reducir al concepto de “reformador social”, es decir, al de guerrillero:
ha de ampliarse al de cristiano revolucionario, como se verá al final.

¿Qué es un reformador social? Para no tergiversar ni, mucho menos, desfigurar


las cosas, al respecto vale la pena traer a colación a quien, para mí, es el último
revolucionario romántico, el último guerrillero decente, Ernesto Ché Guevara y a
quien Sartre llamó “el ser humano más completo de nuestra época”: ¿Por qué
combate el guerrillero? El guerrillero es un reformador social. El guerrillero toma
las armas en furiosa protesta contra el sistema social que mantiene a sus
hermanos desarmados en el oprobio y la miseria. Ataca las condiciones
especiales del orden establecido en un momento dado y se dedica a romper los
moldes de ese orden con todo el vigor que permiten las circunstancias. (Ché, una
vida revolucionaria, Jon Lee Anderson. Bs. Aires, Emecé Editores, 1997, p 408)

Print to PDF without this message by purchasing novaPDF (http://www.novapdf.com/)


3

Para entender a Camilo Torres, basta ubicarse en el contexto histórico en que se


formó y en el que surgió su voz diáfana, disidente y, sin embargo, tremendamente
propositiva. No se trata de elaborar una hagiografía, es decir, el relato hablado o
escrito de un santo. Tras el triunfo de la Revolución Cubana, Estados Unidos entró
en un estado de paranoia similar a la que desató luego del auto tumbe de las
Torres Gemelas, el 11 de septiembre de 2001. Así, a través del llamado Plan Laso
(Latin American Security Operation) u Operación de Seguridad para América
Latina, en plena era del demócrata John Fitzgerald Kennedy, Estados Unidos
volcó sobre América Latina la tristemente célebre Alianza para el Progreso,
supuesto plan de ayuda económica para estos países pero que, en realidad,
contenía, como el Plan Colombia de hoy (al que se mostró inicialmente con la
máscara de combate contra el narcotráfico cuando en realidad era y es contra la
guerrilla y por ahí derecho contra campesinos e indios a los que se requiere
desplazar, y, además, no es ayuda sino préstamo… al servicio de multinacionales
y megaproyectos), una descarada intervención militar, mostrada como una
discreta intervención en un “conflicto de baja intensidad” en la región. “Conflicto de
baja intensidad” no es sino un eufemismo para lo que Harold Pinter, Nobel de
Literatura 2005, definió de esta manera: La invasión directa de un estado
soberano nunca ha sido el método favorito de Estados Unidos. En la mayoría de
los casos, han preferido lo que ellos han descrito como “conflicto de baja
intensidad”. Conflicto de baja intensidad significa que miles de personas mueren
pero más lentamente que si lanzases una bomba sobre ellas de una sola vez.
Significa que infectas el corazón del país, que estableces un tumor maligno y
observas el desarrollo de la gangrena. Cuando el pueblo ha sido sometido –o
molido a palos, que viene a ser lo mismo— y tus propios amigos, los militares y las
grandes corporaciones, se sientan confortablemente en el poder, tú te pones
frente a la cámara y dices que la democracia ha prevalecido. Esto fue lo normal en
la política exterior de Estados Unidos durante los años de los que estoy hablando.

A continuación, el lector encontrará una serie de temas en la voz del propio


Camilo, temas que permiten inferir lo esencial de su pensamiento y que han sido
extraídos del libro Cristianismo y Revolución (Prólogo, edición y notas de Óscar
Maldonado, Guitemie Oliviéri y Germán Zabala. México, Ediciones Era, 1972). Las
citas son textuales, es decir, no han sido alteradas. Quien las lea o escuche podrá
inferir libremente su significado y sacar sus propias conclusiones…

Democracia: Se ha constituido en un slogan que, a fuerza de ser empleado, a


fuerza de ser usado, ha venido a desvirtuarse. Todos los dirigentes políticos
quieren ser los grandes patrocinadores de la democracia y por eso es importante
penetrar un poco en el contenido de la idea de democracia, en su desarrollo social
y económico, para saber a qué atenernos cuando se habla de democracia. (…) La
palabra misma tiene un origen griego que significa el gobierno del pueblo.

Burocracia: La burocracia es, en los países subdesarrollados, el medio más


común para trabajar. En ella encontramos el porcentaje proporcionalmente más
fuerte de inversiones del presupuesto nacional y la menor exigencia de calificación
profesional.

Print to PDF without this message by purchasing novaPDF (http://www.novapdf.com/)


4

Clase dominante & fuerzas militares: La función de las instituciones militares es la


de la conservación del orden establecido. En los países subdesarrollados es la
élite minoritaria la más interesada en conservar ese orden del cual dependen sus
privilegios. Por otra parte, la vida económica del ejército depende del presupuesto
oficial aprobado por el parlamento y en ocasiones, como en Colombia, los grados
más altos son conferidos o aprobados también por este. En esta forma las fuerzas
armadas también dependen del grupo dominante y éste a su vez del ejército para
el mantenimiento del orden. (…) Los militares harán respetar la clase dominante
hasta el punto de que sus privilegios sean otorgados en forma proporcional a la
urgencia que haya de su intervención. En caso de guerra internacional o civil, en
caso de recrudecimiento de la violencia en el país, estos privilegios tendrán que
ser mayores que los otorgados en casos normales. Si no aumentan
proporcionalmente, habrá un conflicto que podrá culminar en un golpe militar.

Canales de movilidad social ascendente: En los países subdesarrollados, en los


latinoamericanos y en Colombia en particular, los canales de movilidad social
ascendente están estructuralmente obstruidos para la mayoría de la población. El
factor que condiciona en forma más determinante la oclusión y control de los
demás canales, es el económico. La minoría de la población que controla la
movilidad social ascendente está interesada en mantener la obstrucción de los
canales sociales de ascenso y por eso el conformismo es una condición
indispensable para que ella se efectúe. La movilidad social ascendente es más de
tipo minoritario que masivo, más material que socio-cultural y, por tanto, sin
efectos a corto plazo, sobre el cambio social. Las estructuras del ascenso anormal
establecidas por la violencia cambiaron las actitudes del campesinado colombiano,
transformando al campesinado en un grupo mayoritario de presión.

Grupos de presión: las mayorías no están constituidas en grupos de presión


porque falta conciencia de grupo, conciencia de clase, porque les falta una
actividad, una cierta seguridad colectiva, una organización de tipo nacional, y
porque les faltan, también, fines políticos que vayan a aglutinar esos grupos que
deberían ser organizados, tener conciencia de actividad. Si logramos que, a largo
plazo, las mayorías sean grupos de presión no nos importa el régimen que venga,
que venga una dictadura castrista, que venga una dictadura militar, que venga un
presidente elegido normalmente, que venga una monarquía o lo que queramos, si
tenemos las masas organizadas para ejercer presión y que esa presión sea
efectiva, naturalmente vamos a lograr una democracia. Naturalmente que, hoy en
día, no existen esos canales institucionales y las primeras presiones que se deben
ejercer y la dirección de estos movimientos populares tienen que ser para crear
canales institucionales porque, de lo contrario, tendremos desbordamientos por
fuera de las instituciones, como los que tenemos con las huelgas, con el fenómeno
de la violencia, el que fundamentalmente para mí es un desbordamiento de ese
deseo de la masa de progresar, del deseo de cambio que no ha encontrado
canales institucionales de ascenso y por eso ha buscado canales patológicos.

Violencia (¿cómo eliminarla? Mediante la creación de canales de promoción en los


campos económico, social, cultural y político): En el económico, con una reforma

Print to PDF without this message by purchasing novaPDF (http://www.novapdf.com/)


5

agraria que reestructure la posesión de la tierra con base en la mayor


productividad y dentro de la libertad, naturalmente. En el social, por medio de una
Acción Comunal bien orientada, que devuelva al país el sentido de la solidaridad.
En el cultural, consagrando mayor parte del presupuesto a la formación de
técnicos y a campañas de alfabetización. Y en el campo político, resultante de los
anteriores, mediante la participación real de la masa en la dirección del país.

Y para quienes aún puedan pensar que Camilo Torres era un patrocinador oculto
de la violencia y no un verdadero y pacífico revolucionario (de tiempo completo),
quizás sirva recordarles lo que el 21 de agosto de 1965 sostuvo en Villavicencio:
Nosotros no predicamos la revolución violenta, creemos que la revolución es
fundamentalmente el cambio de la estructura de la propiedad, de la propiedad de
la tierra, de las casas, que es el cambio de la política de inversiones, que ya no
podrán salir capitales del país sino que tendrán que ser invertidos en aquellos
sectores que produzcan trabajo para el pueblo, que se tendrán que abrir las
relaciones internacionales con todos los países del mundo, que las FF.AA serán
bien remuneradas pero consagradas a trabajos de progreso socio-económico y no
se les obligará a matar a sus compatriotas. (…)

Revolucionario: ¿por qué en el ámbito universitario se le tilda a usted de


revolucionario? Si soy un auténtico seguidor de Cristo es imposible no ser
revolucionario, como lo fue Él. Yo quisiera ser un auténtico seguidor de Cristo.
¿Qué entiende usted por ser revolucionario? El tratar de reformar las estructuras
humanas y sociales, en el campo natural y sobrenatural, en vista a lograr una
mayor justicia para la mayoría de los hombres.

Cristianismo y Revolución: Lo principal del catolicismo es el amor al prójimo. “El


que ama a su prójimo cumple con la ley” (San Pablo, Rom. XIII, 8). Este amor,
para que sea verdadero, tiene que buscar la eficacia. Si la beneficencia, la
limosna, las pocas escuelas gratuitas, los pocos planes de vivienda, lo que se ha
llamado “la caridad”, no alcanza a dar de comer a la mayoría de los hambrientos,
ni a vestir a la mayoría de los desnudos, ni a enseñar a la mayoría de los que no
saben, tenemos que buscar medios eficaces para el bienestar de las mayorías.
Esos medios no los van a buscar las minorías privilegiadas que tienen el poder,
porque generalmente esos medios eficaces obligan a las minorías a sacrificar sus
privilegios. Por ejemplo, para lograr que haya más trabajo en Colombia, sería
mejor que no se sacaran los capitales en forma de dólares y que más bien se
invirtieran en el país, en fuentes de trabajo. Pero como el peso colombiano se
desvaloriza todos los días, los que tiene dinero y tienen el poder nunca van a
prohibir la exportación del dinero, porque exportándolo se libran de la devaluación.
Es necesario, entonces, quitarles el poder a las minorías privilegiadas para dárselo
a las mayorías pobres. Esto, si se hace rápidamente, es lo esencial de una
revolución. La Revolución puede ser pacífica si las minorías no hacen resistencia
violenta. La Revolución, por lo tanto, es la forma de lograr un gobierno que dé de
comer al hambriento, vista al desnudo, enseñe al que no sabe, cumpla con las
obras de caridad, dé amor al prójimo no solamente en forma ocasional y
transitoria, no sólo para unos pocos sino para la mayoría de nuestros prójimos.

Print to PDF without this message by purchasing novaPDF (http://www.novapdf.com/)


6

Por eso la Revolución no solamente es permitida sino obligatoria para los


cristianos que vean en ella la única manera eficaz y amplia de realizar el amor
para todos. Es cierto que “no hay autoridad sino de parte de Dios” (San Pablo,
Rom. XIII, 1). Pero Santo Tomás dice que la atribución concreta de la autoridad la
hace el pueblo.

Yo he dejado los deberes y privilegios del clero, pero no de ser sacerdote. Creo
que me he entregado a la Revolución por amor al prójimo en el terreno temporal,
económico y social. Cuando mi prójimo no tenga nada contra mí, cuando haya
realizado la Revolución, volveré a ofrecer la misa si Dios me lo permite.

…Sentí una profunda repugnancia de trabajar con la estructura clerical de nuestra


Iglesia. Cuando pensé en la posibilidad de trabajar en la Curia, haciendo una
investigación, sentí la seguridad de que se me separaba del mundo y de los
pobres para incluirme en un grupo cerrado de una organización perteneciente a
los poderosos de este mundo. (…) El peor lastre de la Iglesia colombiana es tener
bienes y tener poder político. (…) El clero colombiano es el más retrógrado del
mundo. Más aún que el de España. Es evidente que las únicas iglesias
progresistas de la tierra son las iglesias pobres… Yo soy partidario de la
expropiación de los bienes de la Iglesia, aun en el caso de que no se diera
ninguna clase de revolución.

Como dice el también sacerdote y estudioso de Camilo, Mario Calderón


(asesinado junto a su esposa, Elsa Alvarado, y a su suegro el 19 de mayo de
1997, en Bogotá), en su tesis de doctorado como sociólogo en París, el conflicto
entre Camilo y la Iglesia oficial se salda con una ruptura pues los principios
doctrinales y la postura política del primero ponen en tela de juicio el modelo de
relación entre la segunda y la sociedad a través del Estado: la nueva cristiandad
frentenacionalista. Y es que en ese reparto de cargos públicos y botines
presupuestales denominado Frente Nacional, la alianza liberal-conservadora se
identificó con los jerarcas de la Iglesia oficial en su política contra la modernización
del estado y el desarrollo de la sociedad, para oponerse de manera radical a la
formación de organizaciones laicas, es decir, las que prescinden de la instrucción
religiosa, al contrario de lo que ocurrió en Brasil, Chile, Perú y Uruguay, donde
dichos organismos airearon y permitieron la renovación de las caducas
instituciones religiosas. Razón de más para sostener, como lo hacía Camilo
Torres, que el clero colombiano es el más retrógrado del mundo y al que sin
embargo obligó a ceder, al filo del tiempo, e incluso a abrirse hacia la modernidad,
lo que de por sí constituye una de los mayores logros en su breve carrera política.
A propósito de Mario Calderón, en 2002, sus amigos publicaron el libro que recoge
la tesis doctoral ya citada: Conflictos en el Catolicismo Colombiano, la que ahonda
en el pensamiento de Camilo y en las probables causas de su muerte. Muerte que,
al igual que otros grandes hombres de la historia como Malcolm X, Ché Guevara,
Martin Luther King, Camilo advirtió de modo cuasi-profético…

Ustedes saben lo que pasó con Uribe Uribe, con Gaitán, y entonces no vamos a
repetir los errores que ya se cometieron. Yo estoy dispuesto a seguir la revolución

Print to PDF without this message by purchasing novaPDF (http://www.novapdf.com/)


7

hasta las últimas consecuencias, es decir, aspiro a que ustedes me exijan, me


lleven y que, si llego a tener momentos de cobardía, de desfallecimiento, me
empujen. No quiero que entiendan que es porque yo quiero echarme para atrás ni
desfallecer. Yo quiero ir adelante y si es necesario correr la misma suerte de los
anteriores, la corro; pero no me gustaría que, si llego a morir, esa muerte sea
infructuosa para la revolución. Por eso es importante que tratemos de mirar cada
vez más al aparato político, a las ideas, a los equipos de gente, a las
publicaciones; que se cree una realidad independiente de mi persona, para que si
me descartan a mí, esté otro, y si descartan a ese otro, esté otro y tengamos un
relevo contra el cual nada podrá hacer la clase dirigente.

Sin eufemismos, habría que hacer un juicio de responsabilidad histórica, a la


Iglesia oficial, por perseguir, acosar e intentar callar, para Lyotard otra forma de
matar, la voz de Camilo que no es otra que la de su clara posición política e
ideológica; al Ejército, por responder a las provocaciones persecutoras de la
Iglesia y desatar él mismo las suyas, cerrándole, de paso, a Camilo todos los
caminos del bien (al decir de un sacerdote franciscano), lo que tipificaría un crimen
represivo: aquel que se comete para la preservación, fortalecimiento o, sobre todo,
defensa de posiciones privilegiadas, en particular las de poder y propiedad
(Henner Hess en Mafia, Akal, 1976); y a los señores Fabio Vásquez y Víctor
Medina, del ELN, por confundir el rol ideológico de Camilo con la actividad
guerrillera y, sobre todo, por haber arrojado así al abismo a uno de los mayores (y
uno de los pocos) tesoros políticos que ha tenido Colombia: Camilo Torres,
sacerdote revolucionario para quien se debe propiciar la toma del poder por las
mayorías, para que realicen las reformas estructurales económicas, sociales,
políticas, a favor de esas mismas mayorías: Esto se llama revolución y, si es
necesario para realizar el amor al prójimo, para un cristiano es necesario ser
revolucionario. Pretendo que todos los hombres obren de acuerdo con su
conciencia, busquen sinceramente la verdad y amen a su prójimo en forma eficaz.
(…) Cuando la clase popular se tome el poder, gracias a la colaboración de todos
los revolucionarios, nuestro pueblo discutirá sobre su orientación religiosa.

Los señores Vásquez y Medina jamás comprendieron el contenido de una frase


homenaje a Camilo y al autor de ella misma, R. H. Moreno Durán (referida por
éste unos días antes de morir, a propósito de García Márquez y Torres Restrepo,
quien en 1959 bautizó a su hijo Rodrigo): No hay alianza más peligrosa que la de
la utopía y las armas. Si a esa alianza se suma la de la Iglesia oficial y el Partido
Conservador, ¿adónde más que en los tristes aposentos de la muerte, podría ir a
parar (que no terminar) el proyecto político, por demás vital, cristiano y
revolucionario, de Camilo Torres? Sin embargo, a todas estas, en medio de lo que
él dijo, ¿qué fue lo que pudo molestar tanto a la Iglesia, al Gobierno y a los
defensores del statu quo, como para recurrir a su eliminación? ¿No se habla
acaso de un país abierto, plural y tolerante y con la democracia más antigua de
América? No es difícil inferir acá quién ha mentido históricamente. Por ejemplo, el
General Álvaro Valencia Tovar, quien le aseguró a Fernando Torres que el
cadáver de su hermano le sería entregado a su familia para cumplir, decía él, este
deber de consideración y amistad. La historia y sobre todo su familia aún esperan

Print to PDF without this message by purchasing novaPDF (http://www.novapdf.com/)


8

el traslado del cadáver. Y el pueblo, que los generales cumplan su palabra… pues
el lugar preciso donde Camilo fue enterrado es, hasta hoy, “un secreto de Estado”.

Por fortuna, siempre queda el inefable e infalible recurso de la justicia poética…


En efecto, quienes sigan haciendo imposible la revolución pacífica, gestarán la
revolución violenta: gobernantes y políticos en general deberían recordar que los
hombres de toda nación y en particular sus artistas saben que un país con hambre
es un país injusto y proclive a la violencia, que la opresión prolongada sólo puede
conducir a soluciones extremas, que en cualquier momento y por más diferido que
parezca, un sueño colectivo puede estallar… ¡Ah!, y que no hay que creer en
caricias del sistema pues su signo es la dominación, no el afecto, o sea el engaño.

Camilo Torres entendió algo inevitable y que hoy produce urticaria entre Iglesia,
oligarquía, Estado y fuerzas militares: que la ancestral, silenciosa y estoica
paciencia de los pobres no ha sido más que el producto de un gran engaño.
Ahora, cuando los jóvenes están conociendo o reconociendo tal engaño, así como
el alcance de su poder, su rebelión metafísica no admite más dilaciones. Como
señala Guzmán, el postulado principal de Camilo era una revolución del pueblo,
por el pueblo, con el pueblo y para el pueblo. Sin embargo, no tenía posturas
soberbias ni actitudes mesiánicas, tan caras a estos tiempos: Yo no me considero
representante de la clase colombiana, ni jefe del Frente Unido, ni líder de la
revolución colombiana, porque no he sido elegido por el pueblo. Aspiro a ser
aceptado por éste como un servidor de la revolución. Lo que, efectivamente, fue
hasta caer asesinado en Patio Cemento, corregimiento de El Carmen, municipio
de San Vicente de Chucurí, Santander, el 15 de febrero de 1966. Poco antes, en
su Proclama a los colombianos (7.I.66), había sostenido: Yo me he incorporado a
la lucha armada. Me he incorporado al ELN porque en él encontré los mismos
ideales del Frente Unido. Encontré el deseo y la realización de una unidad por la
base, de base campesina, sin diferencias religiosas ni de partidos tradicionales.
Sin ningún ánimo de combatir a los elementos revolucionarios de cualquier sector,
movimiento o partido. Sin caudillismos. Que busca liberar al pueblo de la
explotación de las oligarquías y del imperialismo. Que no depondrá las armas
mientras el poder no esté totalmente en manos del pueblo.

Respecto al engaño histórico de que ya se habló, sería injusto, con el pensamiento


y ante todo con la valentía de Camilo Torres, omitir lo que consignó en un número
del Frente Unido, en la Edición Extraordinaria del 9 de diciembre de 1965 conocida
como Mensaje a la Oligarquía: Dirigir un mensaje a los que no quieren ni pueden
oír es un deber penoso. Sin embargo, es un deber, y un deber histórico, en el
momento que la oligarquía colombiana quiere llegar a hacer culminar su iniquidad
en contra de la patria y de los colombianos. Durante más de 150 años la casta
económica, las pocas familias que tienen casi toda la riqueza colombiana, ha
usurpado el poder político en su propio provecho. Ha usado todas las artimañas y
trampas para conservar ese poder engañando al pueblo. Inventaron la división
entre liberales y conservadores. Esta división, que no comprendía el pueblo, sirvió
para sembrar el odio entre los mismos elementos de la clase popular. Esos odios
ancestrales transmitidos de padres a hijos han servido únicamente a la oligarquía.

Print to PDF without this message by purchasing novaPDF (http://www.novapdf.com/)


9

Mientras los pobres pelean, los ricos gobiernan en su propio provecho. (…) Lo
único que dividía a los oligarcas liberales de los oligarcas conservadores era el
problema de la repartición del presupuesto y de los puestos públicos. (…) Cuando
apareció Jorge Eliécer Gaitán enarbolando la bandera de la restauración moral de
la República, lo hizo tanto en contra de la oligarquía liberal como de la
conservadora. Por eso las dos oligarquías fueron antigaitanistas. La oligarquía
liberal se volvió gaitanista después de que la oligarquía conservadora mató a
Gaitán en las calles de Bogotá. Ya iniciada en el camino de la violencia para
conservar el poder, la oligarquía no parará en el uso de esa violencia. Puso a los
campesinos liberales a que se mataran con los conservadores. Cuando la
agresividad, el odio y el rencor de los pobres se desbordaron en una lucha entre
los necesitados de Colombia, la oligarquía se asustó y propició el golpe militar. El
gobierno militar tampoco sirvió en forma suficientemente eficaz a los intereses de
la oligarquía. Entonces el jefe de la oligarquía liberal, doctor Alberto Lleras
Camargo, y el jefe de la oligarquía conservadora, doctor Laureano Gómez, se
reunieron para hacer un examen de conciencia y se dijeron: “Por estar peleando
por el reparto del presupuesto y del botín burocrático, casi perdemos el poder para
la oligarquía. Dejémonos de pelear por eso haciendo un contrato, dividiéndonos el
país como quien se divide una hacienda, por mitad, entre las dos oligarquías. La
paridad y la alternación nos permiten un reparto equitativo y así podemos formar
un partido nuevo, el partido de la oligarquía.” Así nació el Frente Nacional como el
primer partido de clase, el de la oligarquía colombiana. El pueblo vuelve a ser
engañado y concurre a las elecciones a votar el plebiscito, a votar por Alberto
Lleras, por el Frente Nacional. El resultado, naturalmente, fue peor: ahora era la
oligarquía unida la que gobernaba en contra del pueblo. El Frente Nacional dijo
que remediaría la situación financiera, y duplicó la deuda externa produciendo tres
devaluaciones (hasta ahora) y con ellas la miseria del pueblo por varias
generaciones. El Frente Nacional dijo que haría la reforma agraria, y no hizo sino
dictar una ley que garantiza los intereses de los ricos en contra de los derechos de
los pobres. El Frente Nacional logró la mayor abstención electoral de nuestra
historia y ahora, ante su fracaso total, ¿qué está haciendo la oligarquía? Vuelve a
recurrir a la violencia. Declara el estado de sitio. Legisla por decreto. Vende el país
a los EE.UU. Se reúne en un lujoso hotel y decide sobre el próximo presidente.
Desde los salones resuelven sobre el país entero. Están completamente ciegos.
Señores oligarcas, el Pueblo ya no les cree nada a ustedes. El Pueblo no quiere
votar por ustedes. El Pueblo está harto y desesperado. El Pueblo no quiere ir a las
elecciones que ustedes organicen. ( …) El Pueblo está sufriendo y resuelto a todo.

Después de oír lo anterior, para terminar, quizás por eso no sorprenda lo que el
propio Camilo Torres declaró en su Mensaje a los campesinos y en la antesala de
su muerte, (7.X.65): Estamos apostando una carrera con la oligarquía. Es posible
que esta me asesine antes de haber logrado una sólida organización entre los no
alineados. Creo que sería demasiado torpe que me encarcelaran o me inventaran
un proceso de guerra verbal… Por eso creo más en el asesinato. Lo importante es
que el pueblo colombiano tenga consignas precisas si esto llega a ocurrir. La
primera es replegarse al campo y no librar la batalla en la ciudad… (Camilo y el
Frente Unido, Francisco J. Trujillo. Bogotá, 1987, p 67)

Print to PDF without this message by purchasing novaPDF (http://www.novapdf.com/)


10

DECLARACIONES EN TORNO A LA FIGURA DE CAMILO TORRES

A Camilo no hay que mitificarlo ni singularizarlo. Ni envolverlo en banderas oportunistas. La única


bandera digna de cubrirlo es la de su exacta dimensión, la de su propia grandeza. (Germán
Guzmán Campos, Pbro.)

Queremos presentar al verdadero Camilo, el luchador social, rescatándolo de las difamaciones y


manipulaciones a las que se le ha sometido, pero no idealizarlo. Tampoco es nuestra intención
convocar a la reedición de su Plataforma y del Frente Unido, pero sí a revivir el espíritu del Camilo
de su tiempo, dilucidando lo que tiene validez y distinguiendo lo esencial de lo coyuntural, de los
años 60, que dependía de las circunstancias históricas concretas de Colombia y valorando la
apremiante actualidad de su testimonio profético que sigue vigente. (CAMILO TORRES
RESTREPO Profeta para nuestro tiempo. Gustavo Pérez Ramírez, Cinep, 1996)

Hay que analizar a Camilo desde los planos temporal y místico. (Lisandro Duque)

Yo soy un hombre profundamente religioso, un cristiano ferviente y convencido. Por eso, cuando
se supo que Camilo se había sumado al ELN y me preguntaron cuál era la situación, yo contesté
sin vacilar: un cura menos, un bandolero más. (Guillermo León Valencia, presidente de Colombia
1962-66)

Sólo Dios juzga… Siendo sacerdote, intervino en política que es asunto temporal. Se quitó la
sotana y empezó a trabajar en política. Poco a poco todos lo iban abandonando. Desilusionado,
resolvió irse a los campos para conspirar ya directamente con armas. Se colocó, así, fuera de la
ley… tuvo su consecuencia lógica como fue la de llegar a la muerte porque las fuerzas legítimas no
le podían tolerar su manera de proceder. Es de pensar que por muchas dificultades que tuvo en su
vida de hogar y en su vida social, el señor Camilo Torres haya llegado a experimentar un
desequilibrio mental que lo condujo al fracaso… (monseñor Víctor Wiedeman, vicario Arquidiócesis
de Medellín)

Las intervenciones políticas de la iglesia católica oficial, cuando tienen el tenor adecuado, son bien
recibidas por el Estado, como aporte necesario para su apuntalamiento ideológico. Si la
intervención, en cambio, viene de un sector no oficial, como es el caso de Camilo, no sólo son
inaceptables sino condenables. (Mario Calderón, sacerdote, filósofo y Magíster en Teología)

El estudio de la vida de Camilo revela, además de la sorprendente, aunque lógica, evolución de su


carácter, el contexto en el cual tuvo lugar: la servidumbre económica de su país, las intrigas de su
voraz oligarquía y, por consiguiente, la triste suerte de su pueblo. (Walter Joe Broderick, biógrafo
de Camilo Torres)

Otras fuentes consultadas: Germán Guzmán Campos. Camilo, presencia y destino. Bogotá,
Antares Tercer Mundo, 1967. Walter Joe Broderick. Camilo Torres, el cura guerrillero. Bogotá,
Círculo de Lectores, 1977. Francisco J. Trujillo. Camilo y el Frente Unido. Bogotá, 1987. Gustavo
Pérez Ramírez. Camilo Torres Restrepo – Profeta para nuestro tiempo. Bogotá, Cinep, 1996. Mario
Calderón Villegas. Conflictos en el Catolicismo Colombiano. Bogotá, Ediciones Antropos, 2002.

* Escritor, periodista, crítico de cine y de jazz, catedrático, conferencista. Realizador y


locutor de Una mirada al jazz y La fábrica de sueños: Radiodifusora Nacional, Javeriana
Estéreo y U. N. Radio (1990-2004). Docente en el Seminario Movimientos y Renovación en el
Cine (III-VII.05), en el Seminario Cátedra de Derechos Humanos (VI-XII.05) y en el Curso de
Contexto Shakespeare (II.VII.06), efectuados en la U. Central. Es colaborador de las revistas
Semana, Hojas Universitarias, Número, Magna Terra, de Guatemala, y Materika, de Costa
Rica y trabaja en la edición de un libro de ensayos sobre cine.
E-mail: lucasmusar@yahoo.com

Bogotá, D. C., 15 de febrero de 2006

Print to PDF without this message by purchasing novaPDF (http://www.novapdf.com/)

También podría gustarte