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“Comercialización Agraria”
“Contratos Agrarios”
En 1914 más del 60 por ciento de la tierra en las cinco provincias de la pampa, y el
80 por ciento de toda la tierra en la Argentina, se concentraba en unidades de más
de 1.000 hectáreas. También en ese año, estancias gigantescas de más de 5.000
hectáreas abarcaban, la mitad de las tierras del país. En total 29 familias
concentraban el 38 por ciento del total de las tierras agrícolas y otras 200 más de
41 por ciento.
Desde mediados del siglo XIX la producción agropecuaria ha sido una de las
principales actividades económicas del país. Claramente hasta la década del 30,
la economía agraria argentina había oficiado como el motor del crecimiento
nacional, poseyendo un lugar destacado en las relaciones sociales, económicas,
políticas y culturales del país. A partir de los años 40 con el despegue de la
industrialización, en apariencia la centralidad que poseía el “campo”
como proveedor de divisas pasó a un segundo plano. Sin embargo, esto no fue
así. Si bien entre la década del 30 y el 40, la Argentina intentó convertirse en un
país cuya economía tuviera una base industrial, lo cierto es que hasta la
actualidad, y dejando de lado coyunturas históricas muy específicas, el sector
agroexportador ha sido el motor del crecimiento nacional. La disputa, a veces
solapada y otras abiertas, por la renta agraria ha sido para muchos historiadores
destacados el catalizador de las diferentes disputas entre las fracciones de la
burguesía industrial, agraria y el Estado como mediador y acumulador de divisas.
Es decir que 238 años después de la creación del Virreinato del Río de La Plata y
a 204 años de la conformación de la Argentina como país independiente, la
estructura económica argentina sigue teniendo una principal impronta rural.
IAPI
Cuáles eras los objetivos de esta institución? El IAPI, fue creado en 1946,
mediante el Decreto 15.350 del 28 de mayo de 1946, bajo la órbita del Banco
Central. Se lo concibió como un organismo que pudiera actuar expeditivamente
frente a las coyunturas internacionales que se presentaran para maximizar los
beneficios de la compra, venta, distribución y comercialización de productos. Este
organismo reorganizó y amplió las funciones de lo que, hasta el momento, era la
Junta Nacional de Granos. El objetivo que guió su creación fue la necesidad de
contar con un ente especializado en cuestiones comerciales y lograr una mejor
inserción externa mediante la conquista de nuevos mercados y la consolidación de
la presencia argentina en los ya obtenidos. Además de promocionar la calidad y
diversidad de los productos locales y generar estrategias de defensa de los
precios de los mismos en el mercado internacional, ante un eventual deterioro de
los términos de intercambio, protegiendo a los productores locales frente a los
cambios en los precios internacionales y la acción de los monopolios
internacionales y de los países importadores de productos argentinos. En la
misma línea, el gobierno decidió repatriar la deuda externa, crear el Instituto Mixto
Argentino de Reaseguros, la Flota Mercante para mantener un alto nivel de
ocupación e incentivar los planes de obras de los gobiernos nacionales y
provinciales. También tenía como objetivo desplegar una política pública de
planificación y orientación que eliminara o redujera al mínimo el impacto
desfavorable de los fenómenos naturales, climáticos o económicos que pudieran
afectar la producción nacional.
Disolución
La crisis económica que se instaló a partir del año 1930 en todo el mundo, produjo
un gran impacto en la economía agropecuaria argentina. Los precios de los granos
y de las haciendas descendieron vertiginosamente y a niveles insospechados.
Hubo una gran restricción en el consumo y en las exportaciones, que afectó
seriamente a la sociedad agraria y provoco el éxodo de los chacareros, familias y
trabajadores a los pueblos y ciudades. El precio de la hacienda descendió el 40%
y los granos tuvieron un descenso mayor: $10 que se cotizaba el trigo en la
década de 1920, descendió a $5 en 1932. Para salvar esta situación que
comprometía la estabilidad, toda la sociedad argentina, dada la importancia y
gravitación que la economía agraria tenía en ese entonces sobre la economía
total, el Estado liberal que hasta entonces, salvo en lo que respecta al petróleo y
los servicios públicos, no había tenido participación alguna como agente activo en
la economía, deja de lado su actitud de espectador y comienza a intervenir en el
comercio y la regulación de los granos y de las carnes. Esta intervención, con
mayor o menor intensidad, de acuerdo a las condiciones que regían cada periodo,
se mantuvo durante casi sesenta años, desde 1933 a 1991, y marca una
característica fundamental de nuestro derecho y economía agraria, que no tiene
paralelo en otro país, por su intensidad y la difusión alcanzada. El Estado Nacional
actuó como regulador y participe en ciertas facetas de esta actividad, no solo en la
materia de granos y carnes, sino también en otros rubros específicos de la
producción, como el algodón la yerba mate, el vino, la industria azucarera, el
tabaco, regulando la producción, fijando precios máximos o mínimos o de sostén
para determinados productos del agro, adquiriendo algunas veces las cosechas,
prohibiendo o limitando la importación y exportación. Incluso instalo silos y
elevadores de granos propios para el almacenamiento y preservación de los
cereales y también plantas industrializadoras de los productos del agro y hasta de
producción de envases textiles (bolsas).
A su vez, en 1932, la ley 11.742 – que marca la primera intervención del Estado
en el comercio de granos- autorizo al Estado Nacional a construir una red oficial
de estos depósitos o elevadores, de campaña y terminales, para la limpieza,
desecación, clasificación y almacenamiento de los granos e instalaciones de
desgrane. Esta red oficial funcionaria como servicio público. Se creó, al mismo
tiempo, la Dirección Nacional de Elevadores de Granos, con la facultad de fijar
normas para el funcionamiento de estos, arrendar los elevadores oficiales,
preferentemente a las asociaciones de productores y cooperativas y autorizar a las
empresas privadas a construir este tipo de instalaciones, siempre que funcionarán
como servicio público y almacenaran exclusivamente granos de terceros. El art. 14
de esta ley, a su vez, autorizo al Poder Ejecutivo a expropiar los elevadores de
propiedad privada existentes, objetivo este que se cumplió en 1944, respecto a los
elevadores ubicados en los puertos o sus proximidades. Se entendía que esa
expropiación se refería solo al uso de las instalaciones, pero un decreto posterior,
dictado en 1946, declaro que la expropiación alcanzaba también al dominio. La
administración de los elevadores oficiales quedo a cargo de la Comisión Nacional
de Granos y Elevadores, creada por la ley 12.253; luego paso al Instituto de
Granos y elevadores y finalmente, a la Junta Nacional de Granos. Estas
instalaciones, que realizan el acopio y condicionamiento de granos, funcionan para
almacenar y mantener la calidad de los mismos y obtener como resultado una
mercadería limpia, sana, seca y fría.
En el año 1963 se dictó el decreto-ley 6698, que fijo un nuevo estatuto orgánico a
la Junta Nacional de Granos, cuyo capitulo VII estaba destinado a regular el
régimen de los elevadores, deposito, silos e instalaciones donde se almacenan
granos. La capacidad de almacenaje de granos en el país, en esa época, estaba
fundamentalmente en manos de las cooperativas y acopiadores particulares, de
los productores, molinos harineros, plantas aceiteras y de la Junta Nacional de
Granos, en los puertos e instalaciones de campaña. Según lo disponía
originariamente el referido decreto, los elevadores podían funcionar bajo el
régimen de servicio público, semipúblico o privado. Todos debían ser autorizados,
habilitados y fiscalizados por la Junta. Los que prestan un servicio público solo
podían recibir granos de terceros, debiendo prestar los servicios a todo aquel que
lo requiera y aplicar uniformemente las tarifas, cuyos valores máximos debían ser
aprobados por la junta. Los elevadores semipúblicos, además de prestar un
servicio público podían almacenar mercadería propia, quedándoles prohibido
realizar mezclas con el grano de terceros mientras no se encontraba conformado
el certificado definitivo de admisión. Esta categoría fue luego suprimida por la lay
22.108, del año 1979. Los elevadores privados, a su vez eran los que
almacenaban exclusivamente granos de propiedad del titular de las instalaciones
y, aunque prestaran este servicio particular, tambien debían ser autorizados,
habilitados y fiscalizados por la Junta. El decreto prohibia, por otra parte, a los
comerciantes de granos instalar toda clase de elevadores, con excepción de las
asociación de productores y cooperativas.
Resulta de interés, ya que estamos en esta materia, dar una idea general de cómo
se comercializan en el país los principales granos, el trigo y el maíz. El mercado
de granos argentino experimentó una gran transformación a partir de la
liberalización de su régimen, la disolución de la Junta Nacional de Granos, la
privatización de los puertos y los ferrocarriles y la eliminación de las restricciones y
cupos al transporte interprovincial de los granos. También ha tenido influencia en
el cambio el incremento de la capacidad de almacenaje de los elevadores y silos,
la instalación de una serie de puertos privados a lo largo del río Paraná por las
firmas cerealeras y aceiteras, con sus propias instalaciones granarías y el
desplazamiento en las zonas de campaña de las firmas exportadoras e
industrializadoras de granos, que realizan compras directas a los productores, sin
la intermediación de terceros. También han influido en los cambios la reducción en
los aranceles de importación y exportación, y los resultados de la Ronda Uruguay
del GATT, finalizada en 1994, que determinó una reducción gradual de los
subsidios a las exportaciones por parte de los países desarrollados y la apertura
de nuevos mercados que permanecían cerrados para terceros países.
OTRAS NORMATIVAS
En este punto incluimos productos como el azúcar, la yerba mate y el vino que,
junto con otros, como el algodón y el tabaco, durante varias décadas estuvieron
sujetos a regulaciones especiales, diferentes en cada caso, las cuales
constituyeron una enredada trama normativa que, a la larga, no mejoró la
producción y afectó la libre competencia en los mercados. Muchas de estas
normas habían caducado o perdido actualidad al tiempo de la sanción de la ley
23.696 de Reforma del Estado y su decreto reglamentario, los cuales eliminaron
los últimos rastros de todas las regulaciones y limitaciones existentes, de manera
tal que, en esos rubros, la comercialización de la producción se ha vuelto
completamente libre.
Esto motivó la sanción del decreto 931/98 del Poder Ejecutivo nacional, el cual
dispuso encomendar a la Secretaría de Agricultura la fijación de los criterios a que
deben ajustarse las Cámaras Arbitrales y las Bolsas de Cereales para la
captación, generación y suministro de la información pública orientativa del
mercado de granos y, también, la de auditar la correcta aplicación de dichos
criterios.
El decreto también dispuso que, hasta que la Secretaría fije esos criterios, en los
contratos preexistentes, cuando la determinación del precio haya sido referida al
"precio de pizarra" de una determinada Cámara Arbitral, se podrá solicitar a la
misma que establezca el precio para dicho contrato, en función de sus
características específicas.
La producción
La distribución de la riqueza
La estabilidad de la familia agraria
El orden que surge de éstas normas por su naturaleza económica y por la finalidad
se ha denominado “ORDEN PUBLICO ECONOMICO”.
Según Rezzonico, el tipo no es privativo del campo de lo jurídico ni, dentro de este
campo lo es de una sola de sus especialidades o rama. Así, mientras el tipo penal
sirve para delimitar el campo de las conductas prohibidas por el ordenamiento
jurídico que sanciona con penas los delitos claramente descriptos en esos tipos,
es decir, rigen el principio “nullun crime sine lege” y que todo lo que no está
expresamente prohibido está permitido, en el ámbito contractual rige el principio
de la libertad contractual, es decir que está en manos de los particulares la libertad
tipológica, siendo el fenómeno de la tipicidad un fenómeno organizativo por el cual
la ley aísla un determinado acontecer que emerge del volumen social, lo reconoce
y lo dota de sentido y consecuencias. Crea de tal modo el tipo, mientras que la
tipicidad es el lazo de unión entre la conducta hecho o fenómeno y el tipo jurídico.
Pero tal reconocimiento no significa dejar librado a la actividad creadora de las
partes la realización de otras figuras no tipificadas.-
Pero, mientras la ley no los recoge, sigue viviendo en la realidad social, se siguen
formando, madurando, corrigiendo a través de los usos y costumbres que la propia
doctrina toma y describe. Estamos frente a la tipicidad social. A veces toman de
molde una figura civil y la corrigen mínimamente. Otras veces crean figuras
totalmente distintas, pero en uno u otro caso lo que importa es que la nueva figura
ya no responda a la forma típica civil o comercial.
Entonces podríamos decir que al menos para la Argentina y el momento actual sin
una definición de la fórmula de contrato agrario, sin un Código Agrario ni una Ley
General de estos contratos, se entiende por contrato agrario “todo acuerdo de
voluntades que está destinado a la actividad agraria -principal o accesoria-“, o
tiene por objeto un bien agrario, siendo estos los motivos que dan origen a su
tipicidad legal o social y fundan la especialización , mientras no pueda
encuadrarse por nuestro derecho positivo vigente, en otra rama del derecho
Incluso puede pasar, como sucede en la ley 25.169 de “explotación tambera”, que
no exista una definición en la ley, pero que el tipo pueda reconstruirse a través de
distintos preceptos de esta. Así se podría decir que el contrato asociativo de
explotación tambera es el acuerdo entre una persona física o jurídica que dispone
el predio y otros bienes necesarios y los afecta a la actividad, y una persona física
que se compromete a realizar las tareas en forma personal e indelegable para
explotar en colaboración el tambo con el fin de participar en la renta obtenida
Existen otros contratos que están nominados por la ley 13.246, como los llamados
comúnmente accidentales. También la ley da algunas características que permiten
definir su tipo en el art. 39, caracterizando al contrato de cosechas o hasta dos
cosechas como aquel en el que se convenga por su carácter la realización de
hasta dos cosechas como máximo, ya sea a razón de una por año o dentro de un
mismo año agrícola, cuando fuera posible realizarla sobre la misma superficie en
cuyo caso el contrato no podrá exceder el plazo necesario para levantar la
cosecha del ultimo cultivo y el contrato de pastoreo como aquel en virtud del cual
se concede el uso y goce de un predio con destino exclusivo para pastoreo,
celebrado por un plazo no mayor a un año. Es por ello que la ley los tipifica pero,
al contrario como sucede con los precedentes lo hace para excluirlos de sus
disposiciones. Acá se puede decir que los contratos están tipificados pero no
regulados, si bien el tipo otorga elementos mínimos de esa regulación que no
pueden faltar a riesgo de que, excediendo el tipo se caiga en las figuras de
arrendamiento o aparcería de la misma ley. Luego la ley otorga que estos
contratos accidentales sean llevados ante el juez para calificarlos y homologarlos,
pero estas serían consecuencias y no regulaciones respecto a las obligaciones
asumidas por las partes y que rigen el contrato.
CARACTERES:
CONSENSUALES: se perfecciona con el solo consentimiento de las partes
intervinientes.
BILATERALES: surgen obligaciones para ambas partes.
ONEROSO Existe equivalencia entre las prestaciones, propio de la naturaleza
económica de la cual se impregna.
DE TRACTO SUCESIVO: Su ejecución se prolonga en el tiempo. Característica
propia de los contratos agrarios, en general.
CONMUTATIVO: Las prestaciones se hallan determinadas para las partes al
momento de la celebración del contrato.
FORMAL: Establece forma determinada, se exige como prueba y no como
solemnidad.
INTUITE PERSONAE: Si bien este carácter no se presenta con la intensidad de la
locación en general y más bien se podría decir que lo intuite es en relación a la
profesión agropecuaria (art. 7) que a la persona.
PLAZOS:
Plazo mínimo: 3 años
Pazo máximo: Al no establecer la ley, rigen los 10 años como establece el Codo
Civil para las locaciones en el art. 1.505.
Plazo extraordinario: hipótesis especial art .45 "ad meliorandum" Los contratos
en los cuales el arrendatario o aparcero se obligue a realizar obras de
mejoramiento del predio tales como plantaciones, obras de desmonte,
irrigaciones" avenamiento, que retarden la productividad de su explotación por un
lapso superior a dos años, podrán celebrarse hasta por el plazo máximo de 20
años."
A estos contratos la doctrina acertadamente los llama ad meliorandum , estas
obras son enunciativas y el plazo debe estar expresamente pactado.
FORMA:
La ley en el art. 40 establece "Los contratos a que se refiere la presente ley
deberán redactarse por escrito. Si se hubiese omitido tal formalidad, y se
pudiese probar su existencia de acuerdo con las disposiciones generales, se
lo considerará encuadrado en los preceptos de esta ley y amparados por
todos los beneficios que ella acuerda (…)
La ley impone la forma escrita ad-probatión. Por ello en caso de omitirse no afecta
la validez del contrato si se pudiere probar su existencia.
Se admite la prueba en forma amplia, incluso por testigos. Cualquier medio
probatorio se puede emplear.
CLAUSULAS PROHIBIDAS:
QUEDAN PROHIBIDOS:
Art. 32: establecer como pago una cantidad fija de frutos o su equivalente en
dinero, “contrato a kilaje fijo". Ej: 100kg de carne de vaca o la cantidad de dinero
para comprarlos.
Si el precio fuera estipulado en un porcentaje del total de los frutos obtenidos, el
contrato sería de aparcería; pero si fuera en una cantidad de frutos fijos (contrato
de kilaje fijo), la cláusula será nula y deberá adecuarse al régimen legal,
acudiendo a la Justicia para que sea integrado el precio, manteniéndose válido el
contrato.
Art. 42: tampoco se puede pactar además de un porcentaje fijo en la distribución
de los frutos o suma determinada de dinero, un adicional en dinero o especie y de
acuerdo con la cotización o la cantidad de frutos obtenidos, o en trabajos ajenos a
la explotación del predio lo que se llama "contrato canadiense"; porque ello viene a
desnaturalizar el monto cierto y determinado.
RESOLUCION:
a- Si el arrendatario cede el contrato o subarrenda sin la autorización del
arrendador (art. 7 ARA).
b- Si el arrendatario realiza la explotación en forma irracional (art. 8 ARA). O,
puede pedir judicialmente el cese de la actividad prohibida, más daños y
perjuicios.
c- Si por caso fortuito se agota (pérdida de la capacidad productiva, sólo
puede recuperarse devolviéndole elementos perdidos) o erosiona (proceso
de remoción y transporte notorio de las partículas del suelo por acción del
viento y/o agua en movimiento) el suelo de forma tal que al arrendatario no
le sirva para la explotación deseada.
d- Si el arrendatario abandona injustificadamente la explotación, se resuelve el
contrato, teniendo el arrendador derecho a exigir el desalojo del inmueble.
e- Si el arrendatario no cumple con sus obligaciones, además puede optar por
pedir su ejecución o rescisión, restitución del inmueble, además de los
daños y perjuicios ocasionados.(Por ejemplo: pagar el precio, dedicar el
suelo a la explotación establecida en el contrato).
f- Por vencimiento del plazo.
g- Por mutuo acuerdo. Será válido siempre que no se opongan a las normas
legales proteccionistas de la parte contratante económicamente más débil.
h- Confusión: se confunden en una misma persona el arrendatario y
arrendador.
i- Al finalizar el usufructo: cuando el arrendamiento lo constituye el
usufructuario.
j- Pérdida total de la cosa arrendada: el arrendatario no puede usar ni gozar
más de la cosa. Si la pérdida es parcial, éste puede pedir reducción del
precio, rescisión o que el dueño repare el deterioro.
k- Por vicios redhibitorios: existentes al celebrarse el contrato o que
sobrevengan después.
l- Muerte del arrendatario: el contrato puede ser continuado por sus
descendientes, ascendientes, cónyuge o colaterales hasta el segundo
grado (hermanos), que hayan participado directamente con él en la
explotación del predio arrendado, o rescindido, a elección de estos. La
decisión debe ser notificada al arrendador, dentro de los 30 días del
fallecimiento.
CONTRATO DE APARCERÍA
El contrato de aparcería rural, también llamado COLONATO, constituye una figura
propia del derecho agrario.
Tanto las leyes 11.170 de ARRENDAMIENTO RURAL y 11.627 de
ARRENDAMIENTOS Y APARCERIAS RURALES, lo consideraron comprendido
dentro del contrato de arrendamiento como una forma de esta.
Con la sanción de la ley 13.246 en 1948 de ARRENDAMIENTOS RURALES Y
APARCERIAS estos contratos adquieren autonomía, ya que hasta ese momento
el precio del contrato de arrendamiento indistintamente podía pactarse en una
suma de dinero, un porcentaje de los frutos o una cantidad fija de ellos.
A partir de allí se va a diferenciar el contrato de arrendamiento del de aparcería, ya
que si bien en ambos existe la cesión del uso y goce del predio o de un
semoviente, la finalidad de las partes es repartirse los frutos, productos o
utilidades.
En nuestro País está más difundida la utilización del contrato de arrendamiento
que el de la aparcería.
DEFINICIÓN.
APARCERÍA: Una parte (DADOR) entrega a la otra (TOMADOR o APARCERO)
animales, o concede el uso y goce de un predio rural (con o sin plantaciones,
sembrados, enseres o elementos de trabajo) a cambio de que ésta, realice la
actividad agropecuaria con dichas cosas, y luego le dé un porcentaje de los frutos
o utilidades.
Los contratos de mediería se rigen por estas normas de aparcería, salvo que se
les apliquen leyes o estatutos especiales. (ART.21)
Se denomina Aparcero dador o Simplemente dador a la parte que entrega los
animales o el predio rural.
A la parte obligada a realizar la explotación ganadera o agrícola se lo denomina
Aparcero tomador o Simplemente aparcero.
Tal como expresa la ley es carácter distintivo de la APARCERÍA, la partición
proporcional de los frutos, es decir en el porcentaje establecido o convenido.
CARACTERES
1. Es CONSENSUAL: es decir que se perfecciona con el consentimiento las
partes.
2. Es BILATERAL: porque surgen obligaciones para ambas partes
3. Es ONEROSO: con equivalencia entre las prestaciones
4. Es DE TRACTO SUCESIVO: Se prolonga en el tiempo
5. Es FORMAL.
6. Es INTUITE PERSONAE: esta característica es más acentuado que en el
arrendamiento.
7. Es de ESTRUCTURA ASOCIATIVA.
8. Es ALEATORIO: Ello es así en razón de que la ventajas o pérdidas para
ambos contratantes dependen en gran parte de acontecimientos inciertos.( El alea
propia de la actividad agraria)
Segú el artículo 22 de la ley, se aplican las mismas reglas que para
arrendamiento, establecidas en:
Art. 4: plazo mínimo. Los contratos tendrán un plazo mínimo de tres (3) años.
Art. 8: Queda prohibida toda explotación irracional del suelo que origine su erosión
o agotamiento, es decir formas de degradación del suelo.
Art. 15: bienes inembargables. Ej., ropas y útiles domésticos del arrendatario; las
maquinarias, enseres (utensilios, muebles, instrumentos, necesarios en una casa
o para una profesión), elementos y animales de trabajo.
Art. 17: cláusulas nulas.
Art. 18: obligaciones de las partes.
OBLIGACIONES DE LAS PARTES
El art. 22: establece que son aplicables a la aparcería en las que se concede el
uso y goce del predio los preceptos de los artículos: 4-8-15-17-18.
En el art 18, vemos que el arrendatario, tiene la obligación de dedicar el suelo a la
explotación establecida en el contrato con sujeción a las leyes y reglamentos
agrícolas y ganaderos. Mantener el predio libre de plagas y malezas si lo ocupo en
esas condiciones y contribuir con el 50% de los gastos que demande la lucha
contra las mismas, si estas existieran al ser arrendado el campo. Y conservar los
edificios y demás mejoras del predio, los que deberán entregar al retirarse en las
mismas condiciones en que los recibiera, salvo los deterioros ocasionados por el
uso y la acción del tiempo.
Entonces tenemos que por aplicación del art.22 el aparcero tiene las obligaciones
del art. 18.
OBLIGACIONES DEL APARCERO DERIVADAS DEL ART. 23:
1. Realizar personalmente la explotación, siéndole prohibido ceder, arrendar o
dar en aparcería.
2. Darle a las cosas comprendidas en el contrato el destino convenido.
3. Conservar los edificios, mejoras, enseres y elementos de trabajos, que
deberá restituir al hacer entrega del predio en las mismas condiciones en que
recibiera, salvo los deterioros ocasionados por el uso y la acción del tiempo.
4. Hacer saber al dador la fecha en que se comenzara la percepción de los
frutos y separación de los productos a dividir, salvo estipulación o usos en
contrario, noticia que deberá hacerlo con 10 días de antelación mínima.
5. Poner en forma inmediata en conocimiento del dador cualquier usurpación o
novedad dañosa a su derecho, así como cualquier acción relativa a la propiedad,
uso y goce de las cosas.
OBLIGACIONES DEL DADOR DERIVADAS DEL ART. 23:
1. Garantizar el uso y goce de las cosas dadas en aparcería y responder por
los vicios o defectos graves de la misma.
2. Llevar anotaciones con las formalidades y en los casos que la
reglamentación determine. La omisión o alteración de las mismas constituirán una
presunción en su contra (anotaciones de aportes, nóminas de maquinarias, formas
de distribución de los frutos y aquellos distribuidos y pendientes).
Por aplicación del art.22, que nos remite al art.18, las obligaciones para el dador
que derivan son:
1. Contribuir con el 50% de los gastos que demanden la lucha contra las
plagas y malezas si el predio las tuviera al contratar.
2. Cuando el número de arrendatarios exceda de veinticinco (25) y no existan
escuelas públicas a menor distancia de diez (10) kilómetros del centro del
inmueble, proporcionar a la autoridad escolar el local para el funcionamiento de
una escuela que cuente como mínimo un aula para cada treinta (30) alumnos,
vivienda adecuada para el maestro e instalación para el suministro de agua
potable.
Distribución y disposición de frutos o animales: las partes podrán convenir
libremente el % de la distribución de frutos o animales (generalmente es en base a
lo aportado) y salvo autorización expresa de la otra parte, no se podrá disponer de
ellos sin antes hacerse la distribución.
Está prohibido el “contrato a kilaje fijo” que consiste en el pago de una cantidad fija
de productos o su equivalente en dinero, ya que esto eliminaría el “alea” o riesgo
propio del contrato. En la aparcería pecuaria se considera que el dueño de los
animales dados puede venderlos, siempre que el comprador respete dicho
contrato.
El aparcero puede usar una parte del predio para hacer su vivienda y huerta.
Pérdida de frutos por caso fortuito: será soportada por las partes en la misma
proporción convenida para el reparto de aquellos. Esto es obvio, ya que de todas
formas al terminar el contrato se van a repartir los frutos que haya en la proporción
pactada. Si los frutos se pierden por culpa del aparcero, las soporta éste y si se
pierden por culpa del dador, le tocará responder a él.
Rescisión del contrato: cualquiera de las partes puede pedirla y además el
desalojo y/o entrega de cosas dadas en aparcería, si la otra no cumple las
obligaciones a su cargo:
- Abandono injustificado de la explotación por el aparcero
- No entregar la parte de los frutos que correspondan al dador, etc.
Conclusión del contrato: por las mismas causas que el contrato de arrendamiento,
pero además tiene causas de extinción propias (art. 26, 27).
Por muerte, incapacidad o imposibilidad física del aparcero (ya que es un contrato
de tipo personalísimo y asociativo) pero si muere el dador, el contrato puede ser
continuado por sus sucesores, si el aparcero lo acepta. Caso contrario, concluye el
contrato.
Clases de aparcería:
• Agrícola
• Pecuaria
• Mediería
CONTRATOS ACCIDENTALES
Uno de los objetivos de la ley 13.246 era garantizar la estabilidad de la empresa
agraria dándole seguridad por un ciclo agrícola completo para ello se fijó un plazo
mínimo por razones técnicas, sociales y económicas.
Por esto se dicta una legislación especial para regular los contratos de
arrendamiento rural y aparcería.
Hubo una serie de cambios y aparecieron los contratos accidentales por hasta dos
cosechas y también lo de pastoreo.
Los contratos accidentales son aquellos los que no se le aplica el régimen general
impuesto para la mayoría de los contratos agrarios, se diferencian de estos por la
brevedad del plazo y su finalidad específica:
En el artículo 39 inciso A dispone que quedan excluidos de la ley 13.246:
A) Los contratos que por su carácter accidental, la realización hasta dos
cosechas.
B) Los contratos de Pastoreo.
Por Cosecha
Es aquel en el cual el arrendador cede el predio para la realización Por cosecha
es aquel en el cual el arrendador cede el predio para la realización de hasta dos
cosechas, como máximo, cuando sea posible realizarla en la misma superficie.
Formalidades
Deben ser por escrito, están sujetas a calificación y homologación judicial con el
objeto de evitar que a través de ellos se burlen las disposiciones de los
arrendamientos.
Plazo: mínimo de 3 años.
Contrato de Pastoreo
Es aquel en el cual se concede el uso y goce de un predio con exclusivo uso para
pastoreo, celebrados por el plazo no mayor de un año a cambio de un precio.
Formalidades
Debe ser por escrito y a la vez calificado y homologado por la justicia.
Plazo: no pueden exceder de un año.
Manifestación de la voluntad
Según lo expresado por Brevia al tratar las condiciones que debe reunir los
contratos accidentales "las partes deberán dejar constancia expresa de su
voluntad reconvenir una explotación accidental, ya sea para pastoreo exclusivo, ya
sea para cultivo también accidental de una o dos cosechas. De lo contrario nos
encontraríamos frente a contratos anuales que todas las leyes de arrendamiento
se propusieron a combatir.
Calificación y homologación
La calificación y homologación debe realizarla a pedido de parte, la autoridad
judicial competente, si está de acuerdo con las buenas costumbres y no se viola la
ley.
Entre los contratos atípicos, o sea, aquellos en que los contratantes se apartan de
las características dadas por la ley, creando nuevas formas a fin de adaptarlos a
sus requerimientos, podemos incluir los feed lot, maquinarias agrícolas, entre
otros.
Este contrato puede ser definido como aquel por el cual una de las partes entrega
animales bovinos de su propiedad y la otra se compromete a proporcionar un
sistema de engorde intensivo a corral, mediante el pago en dinero por los servicios
de alimentación balanceada y atención sanitaria o compartiendo los frutos de
engorde.
A la finalización del plazo acordado, el propietario de los animales los retira para
disponer libremente de ellos.
Sobre esta distinción, el tipo de contrato en análisis resulta ser una locación de
obra, ya que el objeto es la obtención de un resultado, dependiendo de los medios
empleados por el contratista para lograr el fin a que se obliga, donde el locador
realiza un trabajo para otra persona sin estar a su servicio ni bajo su dependencia
y sin poner a disposición el tiempo de trabajo que no esté circunscripto a la
realización de la obra.
Por otra parte, esta circunstancia se ve agravada por el hecho que estos contratos
no son formalizados por escrito, siendo pactados por lo general en forma verbal en
orden a la brevedad del plazo para cumplir por parte del locador con el objeto
contratado, como por ejemplo siembra, pulverización, cosecha, etc., o con la
totalidad de las tareas culturales necesarias dentro de un ciclo agrícola,
extinguiéndose éste con la realización de la obra.
La ley 25169, que deroga el estatuto del tambero mediero, regula actualmente la
explotación tambera.
En cuanto a los sujetos la ley los nómina empresario titular y tambero asociado
siendo el primero la persona física o jurídica que dispone por cualquier título
legítimo del predio rural de instalaciones de bienes o hacienda destinada a la
actividad y el segundo la persona física que en forma personal ejecuta las tareas
necesarias para la explotación del tambo quién también puede aportar equipos
maquinarias tecnologías y personal a su cargo.
el plazo según lo dispone el artículo 5 será el que estipulan las partes y en el caso
de que no lo establezcan la ley lo considera celebrado por 2 años contados a partir
de la primera renta obtenida con la intervención del tambero asociado. si al
vencimiento del plazo acordado se continuará con la explotación tambera la ley no
admite La tacita reconducción por lo que no se considerará ni renovado ni
prorrogado el contrato sino que cualquiera de las partes podrá solicitar la recisión
en cualquier momento.
Asimismo el contrato podrá ser rescindido con o sin causa en el primero de los
casos cualquiera de las partes podrá solicitar la recisión del contrato cuando la
otra parte incumpliera sus obligaciones violar en las disposiciones de la ley o de
las normas reglamentarias o lo pactado entre ambas, considerándose recibido por
culpa de la parte incumplidora.
Entre las causas de rescisión la ley enuncia daños intencionales o en los que
media culpa grave o negligencia reiterada en el ejercicio de las funciones que
cada parte desempeña, incumplimiento de las obligaciones inherentes a la
explotación tambera contenidas tanto en la ley como en el contrato o en otras
disposiciones vinculadas a la actividad como por ejemplo aquellas referidas al
control sanitario o mala conducta reiterada para con la otra parte o con los
terceros que perjudiquen el normal desarrollo de la empresa a las que se suma el
caso de locación o cesión a título gratuito u oneroso por parte del tambero
asociado de la vivienda proporcionada por el empresario titular.
asimismo la parte que recién del contrato deberá abonar a la otra una
compensación equivalente al 15% de lo que la contraparte deje de percibir en el
período no cumplido del contrato, lo que se calculará sobre el porcentaje que le
corresponda de la producción del tambo tomando como base el promedio mensual
de los ingresos devengados en el trimestre calendario anterior a la fecha de
rescisión de contrato, coeficiente que debe ser multiplicado por los meses que
restan para la finalización del contrato ya sea el pactado por las partes el plazo
legal establecido por la ley asimilando se esta compensación como lucro cesante
del contrato civil. En este caso el tambero asociado deberá entregar de inmediato
la hacienda y todos los elementos provistos para el desarrollo de la actividad
tambera además y sin perjuicio de lo establecido para la desocupación de la
vivienda si así lo solicita el empresario titular deberá facilitar comodidades
habitacionales para el tambero sustituto.
A los fines previsionales fiscales y laborales y tal como se señala entre las
obligaciones de las partes la ley reitera el carácter de los sujetos del contrato
como titulares de explotaciones independientes los que son considerados como
autónomos en todos sus efectos.
En caso contrario tramitará conforme a las reglas del proceso judicial sumario
correspondido a cada parte probar el derecho que le asiste adoptándose similar
criterio para el caso del contrato verbal como otra forma posible de celebración del
contrato.
Sobre este aspecto cabe señalar que el congreso nacional al establecer en la ley
el fuero competente tanto para intervenir en la homologación como para los
efectos derivados del cumplimiento de este ha excedido las facultades delegadas
por las provincias, toda vez que conforme al artículo 122 de la Constitución
nacional cada provincia se da sus propias instituciones locales y se rige por ellas y
por el artículo 5 que deben asegurar su administración de justicia además de
poseer entre las competencias exclusivas las de dictar sus leyes procesales, por lo
que dichas previsiones resultarían inconstitucionales al reglar cuestiones vedadas
a la nación como la de determinar su organización judicial y atribuir sus
competencias y que en la provincia de Buenos Aires la ley 11911 le acuerda la
competencia en materia agraria a la justicia de paz letrada o a la justicia de
primera instancia en lo civil y comercial.
CONTRATO DE MAQUILA
LEY 25.113
Establécese que habrá contrato de maquila o de depósito de maquila cuando el
productor agropecuario se obligue a suministrar al procesador o industrial materia
prima con el derecho de participar sobre el o los productos finales resultantes.
Sancionada: Junio 23 de 1999.
Promulgada: Julio 8 de 1999.
El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunidos en Congreso,
etc. sancionan con fuerza de Ley:
ARTICULO 1º — Habrá contrato de maquila o de depósito de maquila cuando el
productor agropecuario se obligue a suministrar al procesador o industrial materia
prima con el derecho de participar, en las proporciones que convengan, sobre el o
los productos finales resultantes, los que deberán ser de idénticas calidades a los
que el industrial o procesador retengan para sí.
El productor agropecuario mantiene en todo el proceso de transformación la
propiedad sobre la materia prima y luego sobre la porción de producto final que le
corresponde.
El procesador o industrial asume la condición de depositario de los productos
finales de propiedad del productor agropecuario debiéndolos identificar
adecuadamente; estos productos estarán a disposición plena de sus titulares.
En ningún caso esta relación constituirá actividad o hecho económico imponible.
ARTICULO 2º — El contrato del artículo anterior además de los elementos
expresados en el mismo deberá contener con carácter esencial los siguientes:
a) Nombres y domicilios de las partes;
b) Cantidad de la materia prima contratada;
c) Lugar de procesamiento;
d) Lugar en que se depositarán los productos elaborados que correspondan al
productor agropecuario;
e) Facultades de control establecidas a favor del productor agropecuario;
f) Fecha y lugar de entrega del producto elaborado;
g) Lugar de celebración y firma de las partes.
ARTICULO 3º — Serán nulas las cláusulas incluidas en el contrato que impongan
al productor agropecuario la obligación de vender parte o la totalidad de los
productos finales de su propiedad al industrial elaborador o que traben la libre
comercialización del mismo por cuenta exclusiva del propietario.
ARTICULO 4º — Los contratos establecerán sistemas y procedimientos de control
del procesamiento del producto, que podrá ejercer el productor agropecuario
contratante, que le permitan verificar las calidades y cantidades de lo pactado y lo
entregado al finalizar el contrato, y asimismo las condiciones de procesamiento y
rendimiento de la materia prima conforme pautas objetivas de manufacturación
durante su realización.
ARTICULO 5º — Las acciones derivadas de la presente ley tramitarán por juicio
sumarísimo, o por el trámite abreviado equivalente. La prueba pericial, en caso de
no haberse ofrecido por las partes, podrá disponerse de oficio por el juez
interviniente. Las partes quedan facultadas para designar consultores técnicos que
las representen en la producción de la prueba pericial.
ARTICULO 6º — Las disposiciones de la presente ley serán de aplicación también
a todos los contratos que tengan por objeto la provisión de materia prima de
naturaleza agropecuaria para su procesamiento, industrialización y/o
transformación.
ARTICULO 7º — Los contratos agroindustriales referidos en la presente ley
deberán inscribirse a pedido de parte en los registros públicos que se crearen en
la jurisdicción de cada provincia. Las provincias establecerán las disposiciones
necesarias para los procedimientos y aseguramiento según la naturaleza u objeto
de cada actividad asignándoseles las condiciones de autoridad de aplicación local.
Se registrarán ante la misma autoridad todas las medidas cautelares que afecten
los productos de propiedad de los productores agropecuarios elaborados con
motivo de los contratos mencionados en el artículo 1º de la presente ley.
ARTICULO 8º — Agrégase al primer párrafo del artículo 138 de la Ley 24.522:
"Se incluyen en esta norma los bienes obtenidos de la transformación de
productos elaborados por los sistemas denominados ‘a maquila’, cuando la
contratación conste en registros públicos".
ARTICULO 9º — Los contratos de elaboración de vinos previstos en la Ley 18.600
se regirán por sus normas y supletoriamente por la presente.
ARTICULO 10. — Comuníquese al Poder Ejecutivo.
DADA EN LA SALA DE SESIONES DEL CONGRESO ARGENTINO, EN
BUENOS AIRES, A LOS VEINTITRES DIAS DEL MES DE JUNIO DEL AÑO MIL
NOVECIENTOS NOVENTA Y NUEVE.
CONCLUSIÓN
BIBLIOGRAFIA