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Las personas por lo general, pretenden conocer lo que en esencia es el ser humano,

así es la definición reduccionista de la Asociación Mundial de Psiquiatría que lo define


como un ser bio-psico-social, en contraposición de la definición expuesto en este libro
como: una unidad biológica-psicológica-social-espiritual-trascendental; esta definición
no puede disociarse porque el ser humano es un ser unitario, donde cada dimensión
juega un papel relevante y, de la misma forma importante para la construcción del ser
humano. La dimensión espiritual tendría que entenderse en un sentido teológico y
filosófico, pretendiendo no excluir ningún tipo de creencia, ni sistema de pensamiento
que interprete o explique la realidad. La inteligencia, entendida como la facultad
humana que busca la verdad, y la voluntad, entendida como la búsqueda del bien a
través del querer-querer, se encuentran en el plano filosófico y fungen como una
brújula que guía al hombre entre distintos caminos para así poder ejercer la libertad;
esta es la que permite al ser humano responder ante ciertas circunstancias con la
actitud que él elija, es un concepto que sobrepasa las fronteras de lo material y lo
circunscribe en el terreno de lo trascendental. Así también la libertad es un aspecto que
le impide inmiscuirse en las decisiones de los demás, es el ser humano quien tiene que
ser consciente, como también tiene el derecho de saber la situación que está viviendo
y elegir consecuentemente qué quiere hacer, porque cada persona es un templo
sagrado, y criticar cómo ha sido erigido sería irrespetuoso ante la vida de cada
persona; tal vez si hubiera sido construido de manera diferente, su vida sería distinta.
Los seres humanos quieren trascender y en cierto sentido lo hacen, mediante la huella
que dejan en las personas que aprecian y le rodean; en este sentido la individualidad y
la compresión de lo gregario, llevan al ser humano a preguntarse sobre las condiciones
de su existencia, una de ellas es la “inteligencia”; entendida erróneamente como: la
capacidad de solucionar problemas utilizando el razonamiento matemático-lógico, pero
autores como Goleman arguyen que las dimensiones de la inteligencia no se limitan a
estas dos, sino que también juegan un papel importante la inteligencia verbal, espacial,
musical, kinestésica, interpersonal e intrapersonal. Además de esto presenta el
concepto de inteligencia emocional, entendida como las habilidades para regular el
humor, la empatía, la motivación y el autoconocimiento, ésta ha sido infravalorada en
una sociedad individualista y utilitarista que pone énfasis en el desarrollo de la
inteligencia racional, como si este fuera una garantía de vivir una vida con plenitud. Es
conveniente desarrollar ambas puesto que el ser humano está compuesto por varias
dimensiones, donde cada una de ellas influye necesariamente a las demás; sentir,
pensar y decidir presupone un trabajo conjunto que en condiciones normales funcionan
de manera armónica, pero no se da en todos los casos y, es deber del ser humano
buscar esta armonía que lo llevará al uso inteligente de la afectividad, está ultima está
compuesta por las emociones y los sentimientos que son sustanciales en cada
persona. Los sentimientos no son ni buenos ni malos, son agradables o desagradables,
según los efectos que produzcan en la persona, y sirven para detectar necesidades
que pueden ser disminuidos, proporcionados o exagerados, donde el equilibrio estaría
en su uso proporcionalmente adecuado al estímulo que provocó el mismo.
Además pueden ser expresados: verbalmente y no verbalmente, mediante conductas o
con síntomas psicosomáticos, pero la experiencia dicta que los seres humanos son
analfabetas emocionales; las personas que desarrollan estas habilidades son capaces
de identificar sus sentimientos y lo expresan de forma simple y directa, tanto
verbalmente como no verbalmente. En contraposición algunas personas intentan
racionalizar lo que sienten, intentan buscar explicaciones que justifiquen y pongan el
peso de la culpa en personas externas a ella; así, existen personas con un alto grado
de expresividad emocional “lexitimia” y personas que tienen una incapacidad para
expresar su experiencia emocional “alexitimia”; los primeros usan constructivamente la
lexitimia cuando recuerdan que es natural tenerlos y que tras ellos hay una necesidad
que debe ser suplida. Los sentimientos pueden ser clasificados como normales y
anormales, son normales cuando llevan a la persona a satisfacer una necesidad que se
encuentra detrás, son anormales cuando no conducen a esa satisfacción y perturban a
todo el sistema. Las necesidades constructivas son aquellas que resultan congruentes
con el crecimiento del individuo, las necesidades destructivas son todo lo contrario;
esto es importante en el proceso del duelo ya que funge un papel decisivo en la
expresión de la afectividad. Este proceso de duelo puede tornarse algo complejo
debido a la aceptación intelectual y la aceptación emocional del duelo; el primero
implica un convencimiento de que la muerte es algo natural y que el miedo derivado de
esta no tendría que ser exacerbado, el segundo implica una aceptación racional de que
aquello que siente, tiene que ser expresado dentro de una zona de tolerancia sin irse
por los extremos, dado que el duelo emocional es más complejo y que lo que
predomina son los sentimientos; este proceso no solo puede ser por un ser querido que
haya muerto sino también por una jubilación, enfermedad o un divorcio. Las heridas
emocionales o espirituales sanan de la misma manera que las físicas, se limpia y cuida
la herida acompañada de tiempo y cuidado. Existen etiquetas o prejuicios acerca del
proceso del duelo concerniente al género, donde las fases de duelo expuesto por
Stadacher, vendrían a marcar una diferencia entre hombres y mujeres, estos son:
“manejar temporalmente el dolor donde se empieza a lidiar con la nueva realidad”,
“elaborar una gama de respuestas como llorar, hablar o escribir, a fin de lograr el
desapego del ser querido pero no de las emociones”, “resolver, restructurar y
reorganizar una nueva forma de vivir con el objetivo de ajustarse al medio y a las
nuevas circunstancias”. Las diferencias, estriban en la idea socialmente aprendida de
que los hombres tienen que ser más fuertes y reprimir sus emociones, como
consecuencia de esto, los hombres encuentran otras salidas para sustituir la fase
donde expresan sus sentimientos, solapándolas con acciones como permanecer en
silencio, refugiase en el alcohol, involucrarse en actividades que lo mantienen ocupado.
Aquí radica la importancia de educar la inteligencia emocional, tomar conciencia de que
los sentimientos son naturales, que no se los tiene que esconder, que no importa el
género y que expresarlos es la mejor manera de tener relaciones más sanas. Aquellas
personas que trabajan con seres humanos pasando por momentos dolientes, tienen
mayores razones para desarrollar la inteligencia emocional; es un requisito
indispensable dado que: inteligencia emocional = empatía.
CRITICA POSITIVA:
Concebir al ser humano como una unidad indisociable constituida de una dimensión
biológica, psicológica, social, espiritual y trascendental, permite dar más luces sobre la
complejidad y belleza del ser humano. Poner en relieve las emociones y no convertirlo
en algo nimio, permite a todos los humanistas entender la esencia del ser humano.
CRITICA NEGATIVA:
Las personas tienen que despojarse de los constructos sociales que han sido un
imperativo en su educación desde la infancia. Tienen que re-educarse a sí mismos,
para conocer su individualidad, sus sentimientos y emociones, y vivir una vida lo más
cercanamente al concepto de plenitud.

GLOSARIO:
- Empatía: Reconocer los sentimientos de otra persona
- Psicosomático: En sentido restringido con este término se entiende la rama de
la medicina que se ocupa de trastornos orgánicos que, al no revelar en su base
una lesión anatómica o un defecto funcional, se refieren a un origen psicológico.
- Patológico
- Metáfora
- Lexitimia: Carencia de palabras para expresar las emociones. Es frecuente en
los pacientes psicosomáticos.
- Estereotipo: Opinión preconstruida acerca de una clase de individuos, grupos u
objetos, que reproduce formas esquemáticas de percepción y de juicio.
- Obnubilar: Hacer perder a una persona, de forma pasajera, el entendimiento y
la capacidad de razonar o de darse cuenta con claridad de las cosas

Bibliografía
Galimberti, U. (2002). Diccionario de psicología. Mexico: Siglo xxi editores.
Olortegui, F. (S/f). Diccionario de psicología Lima-Peru: San Marcos.
Título: TANATOLOGIA. LA INTELIGENCIA EMOCINAL Y EL PROCESO DE DUELO
Autor: MARIA DEL CARMEN CASTRO GONZALES
Editorial: TRILLAS 2da Edición.
País: MEXICO
Año: 2013
Páginas: 180

Las emociones y el proceso del duelo están íntimamente relacionados porque el ser
humano es un ser emocional a la par que racional, por lo que la educación de la
inteligencia emocional es prioridad para poder hacer un uso adecuado de las
emociones y elaborar un duelo no patológico. La cultura contemporánea ha formado
humanos emocionalmente analfabetas y esto repercute en el proceso de duelo al no
dejar que las personas reconozcan sus necesidades emocionales; solo con una auto-
reeducación del ser humano y una toma conciencia de que los sentimientos y
emociones son naturales y no distingue géneros, podrá acercar al ser humano al
concepto de una vida con plenitud.

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