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Comunicación Social
Historia Argentina y Latinoamericana Contemporánea
Clase 3
Democracias, nacionalismos y crisis económica
Sin embargo, pese a la oposición, la imagen y los mensajes de Yrigoyen dieron un sentido
nacional pocas veces conocido hasta el momento, su liderazgo significo un nuevo estilo
que será descrito de la siguiente forma por Alberto Romero:
La imagen se apoyó en una abundante imaginería, un recurso nuevo por entonces:
por ejemplo, se distribuían profusamente mates o ponchos con la imagen del jefe
del movimiento (una práctica que, según estudió Sergio Berensztein, también
usaron los socialistas, que regalaban cajitas de fósforos o caramelos con la imagen
de sus jefes).
De modo que el mensaje y la figura de Yrigoyen sustentaron una exitosa
interpelación, que permitió nutrir las filas de la UCR, le dio al partido consistencia
y vigor y le posibilitó sobrevivir a los permanentes conflictos, realineamientos
y fracturas de sus dirigentes. Finalmente, ser radical -o antirradical resultó
ser un rasgo identitario, unos de los pocos, más allá de los patrios,
que funcionaban en una nación mal integrada y de tradiciones heterogéneas.
La figura o el perfil de Yrigoyen era una de las pocas cosas que podían
reconocerse desde La Quiaca a Río Gallegos.( 56)
21 de junio de 1918
Este evento es uno de los más violentos en la actual ciudad de Buenos Aires, tuvo
momentos violencia xenófoba contra la comunidad judía en el barrio del once, se estima
que murieron más de 700 personas. Es uno de las protestas más violentas en nuestro país
en donde el desorden y la muerte tomo y desbordo al poder político.
Tras estos hechos, los trabajadores regresaron a la fábrica con sus condiciones satisfechas:
reconocimiento de la organización sindical como interlocutor, jornadas de ocho horas,
descanso dominical, aumento de sueldo y horas extras remuneradas.
Sin embargo, los hechos nos hacen pensar en las acciones de los grupos nacionalistas en
este caso, la violencia, el rechazo de este grupo hacia los inmigrantes, en este caso la Liga
Patriótica, cuya miembros combinaban el horror por el caos social con la necesidad de
protegerse a través de los valores tradicionales. La Liga Patriótica fue el brazo armado
del nacionalismo de la elite. La liga estuvo integrada por numerosos militares de muy
diferentes rangos, en casos reclamaron la potestad de defender las fronteras, nacionalizar
el sistema educativo y promover el bienestar de la clase trabajadora. El rol que ha tenido
este grupo durante esta semana trágico fue total y por los crímenes cometidos no fueron
juzgados.
https://www.youtube.com/watch?v=mDQPxmRiM6k
Conflicto en la Forestal
En 1919, 1920 y 1921, los hacheros y obreros de La Forestal, Forestal Land, Timber and
Railways Company Ltd, compañía de capitales británicos y que controlaban pueblos y el
monte del Norte de Santa Fe y sur de Chaco. Esta compañía, explotaba el monte
especializándose en la explotación del Quebracho colorado, usando la madera y para
generar especialmente tanino. Este subproducto éste muy utilizado para el curtido y
teñido de las pieles de animales, cuyo resultado final se alcanza con la producción de
zapatos, valijas, carteras y muchos otros bienes de la industria del cuero.
Las condiciones de trabajo y de vida en estos pueblos fueron de situaciones de abuso por
parte de la patronal. Desde las condiciones de trabajo hasta las horas dedicadas, todo
encerraba en un gran abuso por parte de la compañía hacia los trabajadores. Un ejemplo
de cómo la compañía estaba en todo puede notarse en el funcionamiento escolar
Las escuelas nacionales se encuentran tácitamente bajo el patronato de la gran
compañía, sin cuyo requisito, la obra está expuesta a resentirse, cuando no a
esterilizarse. El hecho de que La Forestal dote a los colegios de edificio gratuito,
que subvencione a los directores o las escuelas, que las poblaciones se
encuentren aisladas a merced de ella y que el alumnado sea hijo del personal de
la misma; todo contribuye poderosamente a que el funcionamiento de estos
establecimiento deba rimar en un todo con la alternativas de la política, no del
directorio, sino de la gerencia local, lo que, fácil es sugerir, puede provocar
descarrilamientos si la cabeza del administrador no es serena y gusta de las
triquiñuelas vecinales.
Todas estas condiciones hicieron que se generan en los trabajadores la necesidad de
agremiación. El primer Centro Obrero logra formarse en la localidad de Villa
Guillermina, adherido a la FORA sindicalista.
La primera huelga, en julio de 1919, estalla con el reclamo de aumento de salarios,
suspensión de los despidos y 8 horas de trabajo. Hay varios días de paro y el conflicto se
resuelve cuando los obreros del ferrocarril de La Forestal obstaculizan el recorrido de los
trenes. La Compañía promete cumplir con el aumento.
El 14 de diciembre de ese año comienza otra huelga, que se extiende hasta mediados de
enero de 1920; un duro conflicto en el que los huelguistas buscan ampliar la influencia
del Centro Obrero en todos los lugares de trabajo.
La empresa hace venir a un cuerpo de guardiacárceles desde Santa Fe y a un centenar de
soldados de infantería; cuenta también con la policía y la Gendarmería volante. La lucha
se agudiza cuando los ferroviarios de vías y obras retiran las agujas de las señales,
impidiendo la circulación de los trenes. La Forestal responde cortando la luz y el agua en
los pueblos. Pero la resistencia obrera lleva finalmente a que esta empresa se comprometa
en un nuevo aumento de salarios y tres turnos de 8 horas.
En marzo de 1920 comienza la represalia de la empresa, despidiendo a dos cuadrillas de
ferroviarios, sumado a la falta de pago de los aumentos prometidos y la actuación
represiva permanente de la empresa. Como no le bastaba con la Gendarmería volante,
poco después La Forestal crea la policía no uniformada.
Los hechos que ocurrieron posteriormente son confusos. Algunas crónicas periodísticas
relatan un enfrentamiento entre los obreros y fuerzas de infantería en el que resultaron
muertos 200 trabajadores.
A comienzos de 1921 diferentes periódicos informan sobre despidos masivos y cierres
de fábricas en La Forestal y se habla de unas 12.000 personas amenazadas con perder sus
trabajos en el norte santafesino. La empresa anuncia que está dispuesta a otorgar pasajes
a los despedidos para que abandonen la región. Se prepara la gran huelga.
En enero de 1921, varias fábricas y obrajes cierran, dejando a miles de trabajadores en la
calle. Los obreros responden ocupando las fábricas en Villa Ana y Villa Guillermina. El
28 de enero se declara la huelga en todo el territorio, a la que adhieren la Federación
Obrera y los ferroviarios; inmediatamente comienzan los enfrentamientos con la
Gendarmería volante y la policía no uniformada, que van a durar y a profundizarse
durante los próximos meses.
Los primeros días de febrero, para protegerse de la represión, grupos de obreros
comienzan a huir hacia el monte con sus familias, muchos de ellos armados, y realizan
ataques sobre la Gendarmería en varias ocasiones. Cuando el movimiento decae en los
poblados, las fábricas comienzan a trabajar con personal reducido, bajo el control de las
fuerzas represivas.
La Forestal no se detiene. Para lograr la deserción generalizada de los trabajadores,
comienza a incendiar las viviendas de la Compañía. Los obreros con sus familias se ven
obligados a huir de ellas, salvando, si pueden, sus pocas pertenencias. Los incendios se
desarrollan durante todo el mes de marzo y hasta fines de abril, mientras los hombres más
jóvenes se refugian en los bosques. Así terminan las huelgas de La Forestal, con un
territorio arrasado por la propia empresa, miles de obreros expulsados, y cientos de
detenidos.
La Patagonia Rebelde
Extraído de CATARUZZA, Alejandro. Historia de la Argentina. 1916‐1955. Buenos
Aires, Siglo XXI, 2009. Cap. VII.
Hacia septiembre de 1920, en Río Gallegos, la Sociedad Obrera de Oficios Varios intentó
realizar un acto, que fue prohibido por las autoridades del territorio nacional. Se inició así
un conflicto que en sus primeras acciones incluyó el hostigamiento patronal a cargo de la
Liga Patriótica, creada el año anterior en ocasión de la Semana Trágica, en Buenos Aires.
El activismo obrero sumó a las demandas de los trabajadores urbanos las de los peones
rurales. Estos últimos ya habían planteado
un conjunto de reclamos, hacia 1915, que reiteraban ahora; apuntaban a limitar la jornada
de trabajo —que era de doce horas ya veces hasta de dieciséis, a conseguir mejores
condiciones, ya que las barracas
donde se alojaban en las estancias no tenían calefacción y la comida era pésima, y a
eliminar el sistema de pago en vales o en moneda chilena, que debía ser cambiada a la
local. Estos reclamos fueron puestos por escrito en un petitorio, en el que la exigencia de
tener “una tarde libre para lavar la ropa” y de “no trabajar a la intemperie cuando llueve”
permiten hacerse una idea cabal de las condiciones laborales. El petitorio fue rechazado,
lo que desató el comienzo de la huelga. Los patrones, desplazados de los establecimientos
por los estancieros, organizaron campamentos en las zonas cercanas a la cordillera y se
apropiaron de víveres y caballos. Hacia diciembre de 1920, comenzó la represión cargo
dela policía local y los grupos dela Liga Patriótica.
Al inicio de 1921, llegaron la zona las tropas del ejército al mando del teniente coronel
Héctor Varela, enviadas por el gobierno nacional. La etapa siguiente del conflicto fue
abierta por el laudo del gobernador del territorio, que reconocía la veracidad de algunas
de las denuncias y atendía parte de los reclamos obreros. Este resultado fue visto como
una victoria parcial por parte del activismo sindical, y planteado como una derrota a
manos de los “bandoleros” por ciertos sectores de la prensa y las organizaciones
patronales. Con una fuerte tensión en las estancias donde los trabajadores más activos no
volvían a ser contratados y se sucedían choques, acotados, con los grupos armados de los
estancieros-, el conflicto continuaba.
Los terratenientes sostuvieron una reunión con el propio Yrigoyen en Buenos Aires, y
arreciaron tanto las opiniones que indicaban que el conflicto estaba vinculado a las
pretensiones chilenas sobre la Patagonia, como las que subrayaban que el radicalismo
había sido desbordado por la protesta social y que se imponía el retorno al orden.
En septiembre de 1921, el conflicto volvió a tomar impulso, se extendió geográficamente
y asumió la forma de una huelga general, con la creación de grupos de huelguistas que
intentaban controlar áreas rurales.
En esta oportunidad, la represión quedó a cargo de las tropas de Varela, quien estableció
la ley marcial y, en las zonas de combate, fusiló en masa a huelguistas, colaboradores y
dirigentes. Mientras tanto, en la Capital la prensa obrera denunciaba la situación.
Entre diciembre de 1921 y comienzos de 1922, tanto en la costa como en las zonas
próximas a la cordillera, los huelguistas fueron derrotados y, en muchos casos,
asesinados. Por entonces se calculaba que habían muerto unos 2000 obreros. Todos los
dirigentes salvo uno, Antonio Soto, que había escapado a Chile, se hallaban entre las
víctimas; los presos eran alrededor de 600.
La prensa de la época repitió el discurso del gobierno u omitió el hecho. Pero hubo
excepciones. El periódico Heraldo del Norte denunció: “Sin que los inocentes indígenas
realizaran un solo disparo, los atacantes hicieron repetidas descargas de disparos en medio
del pánico de los indios, más mujeres y niños que hombres. Se produjo la más cobarde y
feroz carnicería, degollando a los heridos sin respetar sexo ni edad”. El corresponsal del
diario La Razón escribió en julio de 1924: “Muchas hectáreas de tierra en flor están en
poder de los pobres indios; quitarles esas tierras es la ilusión que muchos desean en
secreto”.
Actualmente hay un rescate y reconocimiento de este crimen por parte del Estado y se ha
producido a lo largo de estos años, después del 2008 una interesante literatura que nos
permite reconstruir estos acontecimientos, sobre todo a partir del testimonio y la visión
de las comunidades.
Tanto Zanatta como Skidmore están de acuerdo en considerar al APRA como un partido
que propondría nuevas políticas populistas y en el cual podemos comprender, además, el
antimperialismo.
1
SKDIMORE Thomas y SMITH Peter. Historia Contemporánea de América Latina. América Latina en el siglo
XX. Critica, Barcelona, 1996, pp 225-226
El movimiento militar antiimperialista más importante durante esta etapa, es el iniciado
en Nicaragua con Augusto Cesar Sandino, el cual termina siendo asesinado por las
tropas apoyadas por Norteamérica.
La crisis de 1929
Tras la I Guerra Mundial, América Latina ingresa en un periodo de estabilidad económica,
como mencionamos Gran Bretaña había dejado de tener hegemonía en el continente.
Desde 1925 la economía americana había crecido de una forma continua, los beneficios
de la bolsa eran enormes. Después de varios años de crecimientos se produce una crisis
en la bolsa de New York. La causa de todo esto fue el crecimiento artificial de la bolsa
que no se ajusta a la realidad económica. Las consecuencias fueron tremendas, se produce
quiebra de bancos e industrias y paro y ruina de campesinos.
Esta situación posibilito que cada país tuviera que llevar adelante una política de
industrialización primaria, que se denominó Industrialización por Sustitución de
Importaciones (ISI). Este modelo no se desarrolló a un mismo ritmo en toda América
Latina, los primeros países en experimentar el proceso fueron aquellos que tenían los
centros urbanos más grandes y contaban con una clase media fuerte, es decir Brasil en
primer lugar, luego Argentina, Chile y México.
El modelo ISI atravesó varias etapas con características propias para Latinoamérica en su
conjunto.
2
ZANATTA, Loris, Historia de América Latina. De la Colonia al siglo XXI. Buenos Aires: Siglo XXI
Editores, 2014, pp 114-115
bienes de consumo no duradero en primer lugar y, posteriormente, los duraderos
e intermedios, sacrificándose el desarrollo local de la maquinaria y equipo.
De esta forma tal como se aplicaba en Estados Unidos una política intervencionista,
también se daba el caso en toda América Latina, aunque no en todas las economías pudo
complementarse dicha política de industrialización, en varios países sobre todo los de
América Central se continuo con un modelo dependiente del modelo agrario primario.
Consideraciones finales
Los gobiernos radicales en Argentina, nos permiten analizar los cambios en el campo
político, el final del segundo gobierno de Yrigoyen demuestra la aparición y
fortalecimiento de los grupos nacionalistas de elite que serán promotoras del primer golpe
de Estado en nuestra historia argentina.
Por otro lado, a nivel latinoamericano, el nacionalismo y el antiimperialismo
norteamericano fueron creciendo en distintos países, sin embargo, la crisis de económica
de Estados Unidos en 1929 tendrá como efecto un cambio rotundo en el continente el cual
será analizado en lo económico y político de manera detallada en la próxima clase.
Lectura de la semana
ADAMOVSKY, Ezequiel. Historia de las clases populares. Desde 1880-2003. Buenos Aires,
Sudamericana, 2012. Cap. I y III
GIORDANO, Mariana. Discurso e imagen sobre el indígena chaqueño. Buenos Aires: Ediciones Al
Margen, 2005.
ZANATTA, Loris, Historia de América Latina. De la Colonia al siglo XXI. Buenos Aires: Siglo XXI
Editores, 2014, Cap. VI. pp 93-112.
ACTIVIDAD OBLIGATORIA
Realizar un mapa conceptual a partir de la bibliografía propuestas en las clases.
El trabajo puede ser realizados de manera grupal hasta 5 integrantes.
Fecha de entrega 17 de abril
Bibliografía
SKDIMORE Thomas y SMITH Peter. Historia Contemporánea de América Latina. América Latina en el siglo
XX. Critica, Barcelona, 1996, pp 225-226