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Situación de la salud antes de la pandemia del Coronavirus.

Para poder analizar la situación de la salud antes de la Pandemia que padece el mundo
por el coronavirus, es importante conocer el papel que tiene la Organización Mundial de
la Salud (OMS) como institución que a nivel mundial delinea las estrategias y políticas
de salud que impactan en las decisiones gubernamentales, la formulación e
implementación políticas, la movilización de recursos y el involucramiento e impulso
que cada sociedad en su conjunto debería priorizar en temas de salud. En ese sentido, la
OMS es una institución global y con un poder de tomar decisiones que impactan en la
salud mundial ha emprendido reformas para estar preparados frente a los retos cada vez
más complejos que plantea la salud en pleno siglo XXI. Es así que desde los viejos
problemas que se resisten a desaparecer hasta las nuevas amenazas para la salud pública
son un compromiso y prioridad declarada en sus lineamientos normativos que aparecen
en su página web oficial. Asimismo, la OMS en concordancia con el cumplimiento de
los Objetivos de desarrollo sostenible al 2030 asume el enorme desafío de la cobertura
Universal en Salud (CUS), en el que se define a la salud como un impulsor, un
indicador y un resultado del desarrollo sostenible.
En los informes del Banco Mundial (BM) y la OMS se puede observar que los gastos en
salud son una razón por la cual las familias caen en la pobreza. Asimismo, alerta el
envejecimiento de la población como el aumento de enfermedades no trasmisibles como
la diabetes, hipertensión, cáncer, sobrepeso y obesidad que provocan el 70% de muertes
a nivel mundial.
Por lo planteado, se podría asumir que la salud es un fin de prioridad para la OMS y
organismos como el BM que debería reflejarse en las decisiones que toman los países
que siguen sus lineamientos. Sin embargo, para entender la situación de la salud no
basta con lo planteado por la OMS o el BM sino se entiende el sistema social, político y
económico en que vivimos y eso es el capitalismo. Diversos autores coinciden que para
que exista el capitalismo tiene que haber enormes masas de población desposeídas que
no tienen acceso a medios de subsistencia, literalmente no tienen donde caerse muerto y
quedan expuestos al uso del sistema como medios de mercancía que se cambian y
venden su fuerza de trabajo a las condiciones que establece el mercado.
Desde los inicios del sistema capitalista su afán incontrolado de acumulación impacta en
la vida de la humanidad. En ese sentido, Michael Foucault en la década del 70 realiza
una diagnosis general de la situación cultural del ser humano. Aísla e identifica la
dominante organización de nuestra sociedad como “poder-bio-técnico”. Para Foucault el
bio-poder es el creciente ordenamiento de todos los planos, bajo la apariencia de la
mejora de bienestar de los individuos su finalidad es incrementar el poder y el orden de
los mismos (Dreyfus y Rabinow, 2001).
Según los estudios que ha realizado Thomas Piketty (2014), para millones de personas,
su patrimonio se reduce a unas semanas de sueldo, a un automóvil y algunos
inmuebles. Asimismo, según el informe del Comité de Oxford para ayudar a la
hambruna (OXFAM) de nombre “Una economía para el 99%”, denuncia que solo ocho
personas en el mundo presentan la misma riqueza que la mitad más podre de la
población mundial, es decir, 3,600 millones de personas. En palabras de su director
Byanyima se afirma que:
Cuando una de cada diez personas en el mundo sobrevive con menos de dos
dólares al día, la inmensa riqueza que acumulan tan sólo unos pocos resulta
obscena. La desigualdad está sumiendo a cientos de millones de personas en la
pobreza, fracturando nuestras sociedades y debilitando la democracia (par. 3).
Por lo tanto, existe una alta concentración de los ingresos y patrimonios en un grupo
reducido de personas, que en el proceso histórico se ha ido incrementando agudizando
las desigualdades. Frente a estos datos sería difícil presuponer si realmente las mejoras
de la situación de pobreza y salud de la población mundial son prioridades de las
instituciones como la OMS y el BM.
La década de 70 fue un periodo de contradicciones internas para el sistema capitalista,
las medidas Keynesianas de un estado benefactor aplicadas en las principales potencias
mundiales después de la segunda guerra mundial entran en contradicción con la crisis de
acumulación de capital, generando picos históricos de desempleo e inflación tanto en
Estados Unidos como en Europa (Harvey, 2007). Frente a esta crisis el capitalismo
volvió a salir adelante por medio de la aplicación de políticas de corte neoliberal bajo el
gobierno de Reagan, Thatcher, Khol y Pinochet . Pero ¿qué consecuencias trajo la
implementación de estas políticas en la salud de América Latina?
Para Laurell (2016) fue importante el papel que cumplió el FMI (Fondo Monetario
Internacional) y el BM (Banco Mundial), condicionando sus préstamos a la
instrumentalización de políticas y diseñando las políticas de salud. Por consiguiente, la
salud pasa a ser responsabilidad de los individuos, al ser un bien privado, donde sus
necesidades se resuelven por medio del mercado. Por esta razón, se suprime la idea del
derecho universal de salud abriendo al sector salud a intereses privados para la
generación de ganancia y acumulación de capital. En ese punto, habría que señalar que
la libertad y dignidad señaladas como banderas del neoliberalismo, no es más que una
palabra y no aplica para la salud. Por lo que, la libertad que tiene la persona es para
elegir en que EPS (Empresa Prestadora de Servicio) o clínica privada donde se va
atender. De allí que Harvey plantea que la “suposición de que las libertades individuales
se garantizan mediante la libertad de mercado y de comercio es un rasgo cardinal del
pensamiento neoliberal, y ha dominado durante largo tiempo la postura de Estados
Unidos hacia el resto del mundo”. (p. 13)
Por lo expuesto, la salud para el sistema capitalista es vista como una mercancía, donde
el derecho a la salud y a la atención de la enfermedad sigue siendo una deuda pendiente
en la mayoría de los países. Según Laurrel la salud como actividad privada es un nuevo
campo de acumulación capitalista. En los estudios que realizan Escudero (2007) y
Laplacette y Vignau, (2008), la industria farmacéutica juega un rol activo en los
procesos de mercantilización de la salud, tanto en producción y como en la
comercialización de sus productos y servicios, jugando un rol activo en la construcción
de patrones de legitimación de consumo de medicamentos y coludidos con los medios
de comunicación masiva convierten, los medicamentos o tratamientos, en necesidades
de la población, cuyo interés más que la salud de la población es su interés económico.
Es importante mencionar que en el país de Estados Unidos la mercantilización de la
salud ha alcanzado su máximo desarrollo y es visto como un ejemplo la superioridad del
sector privado sobre el público, presentándose como un logro del neoliberalismo las
grandes y reconocidas instituciones hospitalarias como el Hospital Mayo Clinic o el
Hospital Johns Hopkins. Sin embargo, diversos estudios de eficiencia, eficacia y
cobertura de los servicios de salud muestran a Estados Unidos con serias deficiencias en
comparación a otros países de primer mundo incluso el cubano. Por lo tanto, el
pensamiento liberal idealiza el modelo neoliberal como el más perfecto y que va a
resolver los problemas de salud, cuando en realidad la situación en diferente. (Navarro,
2016)
Es en este contexto de salud que hace aparición la pandemia del coronavirus que al
igual que otras pandemias sufridas por la humanidad no solo ponen en desnudo los
problemas de salud de cada país, sino el modelo económico hegemónico que se vive en
la sociedad. Y si bien debemos evaluar las condiciones de higiene y medidas
preventivas para enfrentar como sociedad en su conjunto a esta Pandemia. También
debemos estar al tanto de la información que recibimos que ha relegado al olvido a
enfermedades que matan a millones de personas a nivel mundial, siendo nuestro país un
claro ejemplo donde la desnutrición infantil con un porcentaje que supera el 40% a nivel
nacional o el dengue con más de 12,000 infectados y 22 muertos a la fecha que se
escribe este documento no son problemas aislados del sistema capitalista. Al contrario,
son parte de sus contradicciones y corresponde a nosotros el evidenciar , denunciarlas y
estar alertas a las medidas que podrían implementarse en nombre de la salud pero tener
otras intenciones de dominación. Para Noemi Klein autora de la doctrina del Shock1
estamos en el mejor escenario de repetir una nueva versión de “Doctrina del Shock”.
Por lo planteado, la pandemia de Coronavirus es un grave problema de salud publica
que afectará el sistema capitalista en sus cimientos y tendrá no solo su repercusión en la
salud mundial sino en su economía. Sin embargo, debemos entender que este problema
no como un caso únicamente de salud; sino que se interconecta a lo económico y
político del sistema capitalista. Siendo el coronavirus un síntoma mas de la crisis del
capitalismo mundial.
Bibliografía

Escudero, José. (2007). “Ante la segunda independencia latinoamericana posibilidades y


dificultades en salud y nutrición humanas” en América Latina hacia su segunda independencia.
Memoria y autoafirmación. Buenos Aires.
1
En su libro La Doctrina del Shock. El Auge del Capitalismo del Desastre, la periodista canadiense
Naomi Klein postula que estas “traumáticas” experiencias, así como también otras durante los últimos 30
años, han sido aprovechadas para instaurar lo que ha denominado como el “capitalismo del desastre”, una
doctrina formada bajo los presupuestos políticos, económicos y sociales desarrollados por el padre de la
Escuela de Chicago, Milton Friedman, y cuyo principal objetivo es desmantelar los restos del Estado de
Bienestar y promover a nivel global el modelo de desarrollo neoliberal.
Foucault, Michael [1977] (2007). Historia de la sexualidad. 1- La voluntad de saber. Mexico
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Laplacette, Grabiela y Vignau, Liliana (2008). “Medicalización en salud” en Medicalización y


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Laurell A.C. (2016). Las reformas en salud en America Latina: procesos y resultados.
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navarro/2016/03/22/las-enormes-limitaciones-del-modelo-neoliberal-el-caso-de-la-sanidad-
estadounidense/

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