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EL CEREBRO Y EL APRENDIZAJE
EL CEREBRO
Es bien sabido que la vida sería imposible sin el cerebro; un órgano con un papel primordial
en cada instante de nuestras vidas.
El cerebro es un órgano complejo e indispensable. Por lo general, sabemos que regula las
distintas acciones del organismo, así como nuestras emociones, razonamientos, recuerdos y
demás. No obstante, también es cierto que no siempre recordamos todo lo que hace el cerebro
por nosotros ni las funciones de sus distintas partes.
Es normal que olvidemos algunas de sus funciones y que no recordemos todas y cada una de
sus partes, puesto que no forman parte de nuestra rutina (a menos que seamos neurólogos o
investigadores especializados en este órgano). Para facilitarte las cosas, repasaremos lo que
es la estructura del cerebro y qué función tiene cada una de ellas.
Algo que no solemos pasar por alto es el hecho de que en el cerebro hay una gran cantidad
de neuronas; células nerviosas que reciben, procesan y transmiten la información mediante
impulsos bioeléctricos. Por otra parte, se considera que existen más dudas que certezas en
torno a su capacidad total. Por ello, en la actualidad, los investigadores continúan sus estudios
acerca de este órgano y sus alcances.
El cerebro pesa alrededor 1,36 kilogramos; siendo el cerebelo el área cerebral que más
pesa, ya que supone hasta el 85 % del peso total. Ahora bien, para que su peso no suponga
una dificultad en el movimiento ni en la forma de hacer vida de las personas, el cerebro flota
en el líquido cefalorraquídeo dentro de la estructura ósea, mejor conocida como cráneo.
1. Tallo encefálico
Se encuentra en la base del cerebro. Controla funciones vitales como el ritmo cardíaco, la
digestión, la respiración y la presión arterial. Además, conecta el cerebro con el resto del
cuerpo por medio de la médula espinal. El tallo encefálico se divide en bulbo raquídeo,
protuberancia y mesencéfalo.
2. Cerebelo
El cerebro está relacionado con los sentidos, las emociones, los recuerdos y las reacciones.
En pocas palabras, es el jefe de nuestro cuerpo. Se encarga de recibir, procesar y responder a
los distintos estímulos. Por ejemplo: al apoyar la mano en una superficie caliente el cerebro
recibe una señal de que la temperatura es muy elevada, entonces responde enviando una
orden a los músculos de la mano para retirarla de inmediato.
Hemisferios
La corteza cerebral es una capa delgada y plegada. En primer lugar, se divide en dos
hemisferios cerebrales, el izquierdo y el derecho, los cuales a su vez se dividen en 4 lóbulos.
No obstante, hoy en día se considera que ambos hemisferios trabajan en conjunto, de manera
que muchas de las funciones las realizan los dos.
Lóbulos
¿QUÉ ES EL APRENDIZAJE?
El Aprendizaje significativo:
Como aprendizaje significativo se designa aquel en que una persona que se encuentra en un
proceso de adquisición de nuevos conocimientos es capaz de relacionar la nueva información
con conocimientos y experiencias previas. En el aprendizaje significativo, en este sentido, la
persona debe ser capaz de reestructurar y modificar por sí misma sus conocimientos en
función de la información nueva que ha recibido.
El psicólogo estadounidense David Ausubel (1918-2008) define el aprendizaje significativo
dentro del paradigma cognitivo como una la forma de generar nueva información en los
alumnos de una forma sustancial.
Por otro lado, el psicólogo estadounidense Carl Rogers (1902-1987) postula dentro del
paradigma humanista que el aprendizaje significativo solo es efectivo dentro de un contexto
social participativo.
Esto quiere decir que cada persona desarrollará un proceso de aprendizaje diferente de
acuerdo a su capacidad cognitiva. Esto no implica que la posibilidad de aprendizaje ya esté
determinada de nacimiento: desde cuestiones físicas como la alimentación hasta asuntos
psicológicos como la estimulación, existen numerosos factores que inciden en la capacidad
de aprendizaje de un sujeto.
Para que el proceso de aprendizaje sea exitoso, no alcanza con que la persona en el rol de
estudiante memorice aquello que se le enseña. Tras tomar conocimiento de la información,
debe comprenderla, analizarla y juzgarla para estar en condiciones de aplicar los datos. Si el
proceso es exitoso, el individuo habrá adquirido conocimientos y valores que pueden incluso
modificar su conducta.
Uno de los aspectos más fascinantes del aprendizaje es que nos lleva desde un punto en el
cual desconocemos absolutamente la existencia de un concepto hasta otro en el cual podemos
dominarlo y aplicarlo con destreza en diversos campos. Esto nos pasa tanto a las personas
como al resto de los animales, y existen cuatro etapas bien definidas que sirven para entender
qué ocurre en nuestro cerebro paso a paso:
1) Incompetencia inconsciente:
Antes de aprender algo nuevo para nosotros, lo normal es que no seamos conscientes de no
conocerlo, quizás por no haberlo necesitado hasta ese momento, o bien porque aún no
estábamos en condiciones de hacerlo. Para entender esta primera etapa del proceso de
aprendizaje con un ejemplo cotidiano, pensemos en la primera vez que un niño pequeño se
encuentra frente a un ordenador, un teléfono móvil o cualquier otro dispositivo; antes de su
descubrimiento, no sentía angustia por no saber usarlos, ya que no era consciente de su
existencia y, mucho menos, del disfrute y los beneficios que podrían brindarle.
2) Incompetencia consciente:
En esta segunda etapa, cobramos conciencia de nuestra falta de conocimiento. Por esta razón,
comenzamos a poner atención en los detalles que antes ignorábamos por completo, para
intentar satisfacer esta nueva necesidad que ha nacido en nosotros. Continuando con el
ejemplo anterior, el niño se enfrenta a su incompetencia en el uso de los dispositivos
mencionados y decide superarla acercándose a ellos.
3) Competencia consciente:
Luego de mucha práctica, logramos desarrollar habilidades nuevas que nos permiten
desenvolvernos con éxito en ese terreno que poco tiempo atrás desconocíamos. Junto con la
incompetencia consciente, ésta es una de las dos etapas cruciales del proceso de aprendizaje.
4) Competencia inconsciente:
Se trata del punto en el cual hemos interiorizado los nuevos conocimientos y podemos usarlos
sin ser conscientes de ello. A diferencia del aprendizaje forzoso, típico del sistema educativo,
que consiste en memorizar una serie de conceptos para superar un examen, alcanzamos la
competencia inconsciente cuando hacemos de dicha información parte de nosotros.
TIPOS DE APRENDIZAJE:
1. Aprendizaje implícito:
El aprendizaje implícito hace referencia a un tipo de aprendizaje que se constituye en
un aprendizaje generalmente no-intencional y donde el aprendiz no es consciente sobre
qué se aprende.
El resultado de este aprendizaje es la ejecución automática de una conducta motora. Lo cierto
es que muchas de las cosas que aprendemos ocurren sin darnos cuenta, Por ejemplo, hablar
o caminar. El aprendizaje implícito fue el primero en existir y fue clave para nuestra
supervivencia. Siempre estamos aprendiendo sin darnos cuenta.
2. Aprendizaje explícito:
El aprendizaje explícito se caracteriza porque el aprendiz tiene intención de aprender
y es consciente de qué aprende.
Por ejemplo, este tipo de aprendizaje nos permite adquirir información sobre personas,
lugares y objetos. Es por eso que esta forma de aprender exige de atención sostenida y
selectiva del área más evolucionada de nuestro cerebro, es decir, requiere la activación de
los lóbulos prefrontales.
5. Aprendizaje significativo:
Este tipo de aprendizaje se caracteriza porque el individuo recoge la información, la
selecciona, organiza y establece relaciones con el conocimiento que ya tenía
previamente. En otras palabras, es cuando una persona relaciona la información nueva con
la que ya posee.
6. Aprendizaje cooperativo:
El aprendizaje cooperativo es un tipo de aprendizaje que permite que cada alumno
aprenda, pero no solo, sino junto a sus compañeros.
Por tanto, suele llevarse a cabo en las aulas de muchos centros educativos, y los grupos de
alumnos no suelen superar los cinco miembros. El profesor es quien forma los grupos y quien
los guía, dirigiendo la actuación y distribuyendo roles y funciones.
7. Aprendizaje colaborativo:
El aprendizaje colaborativo es similar al aprendizaje cooperativo. Ahora bien, el primero se
diferencia del segundo en el grado de libertad con la que se constituyen y funcionan los
grupos.
En este tipo de aprendizaje, son los profesores o educadores quienes proponen un tema o
problema y los alumnos deciden cómo abordarlo.
8. Aprendizaje emocional:
El aprendizaje emocional significa aprender a conocer y gestionar las emociones de
manera más eficiente. Este aprendizaje aporta muchos beneficios a nivel mental y
psicológico, pues influye positivamente en nuestro bienestar, mejora las relaciones
interpersonales, favorece el desarrollo personal y nos empodera.
9. Aprendizaje observacional:
Este tipo de aprendizaje también se conoce como aprendizaje vicario, por imitación o
modelado, y se basa en una situación social en la que al menos participan dos individuos: el
modelo (la persona de la que se aprende) y el sujeto que realiza la observación de dicha
conducta, y la aprende.
(En lenguaje marinero, tener claro el puerto y querer llegar allí. Sin ambos puntos, el capitán
del barco tendría una sensación de dispersión y fragmentación desconcertantes, la travesía
perdería el sentido y, posiblemente, el barco iría a la deriva en cuanto cambiara el viento o
hubiera temporal).
En ocasiones, acontecimientos importantes que nos sacan de la rutina pueden hacer que nos
perdamos, que cambiemos el rumbo de nuestra vida sin saber muy bien hacia dónde vamos,
y que parezca ante los demás y antes nosotros mismos, que nuestra vida está llena de
discontinuidades al no tener una proyección futura clara.
Sin embargo, no tiene por qué ser así: podemos llenar de significado esos cambios de rumbo.
Tal vez sea esto una de las cosas que más me maravillan del ser humano, la posibilidad de
construir, de re-crear siempre un nuevo mapa en el que los caminos recorridos se transformen
en trampolines para la ruta que desde el presente queramos trazar.
Para ello es preciso reflexionar sobre los acontecimientos vividos e integrar en esa reflexión
intelectual las emociones, buscando coherencia entre pensamiento y sentimientos pues a
veces pueden ir en direcciones distintas y a ritmos diferentes (hay que lograr que las
emociones y los sentimientos refuercen las metas que se quieren conseguir, aunque para ello
haya que analizarlos, trabajarlos y canalizarlos). Y después de esta reflexión, hay que actuar,
y provocar cambios positivos desarrollando un proceso de aprendizaje sobre las experiencias
vividas. Para ello, muchas veces se necesita un tiempo, distinto de unas personas a otras.
También parece evidente que el aprendizaje es dinámico y tiene lugar durante unidades de
tiempo, por lo que la intervención puntual de un curso o de una acción formativa es
insuficiente (al menos habría que contemplar un programa).
Por otra parte, parece claro que el que aprende es el individuo, es decir, que es un proceso
que ha de realizar uno mismo, que la responsabilidad del aprendizaje recae sobre uno mismo
y no sobre la figura del formador/instructor, o en su caso coacher. No obstante, esto no
significa que se aprenda solo ni aislado del entorno: uno de los caminos más eficaces para
aprender es compartir, reflexionar, dialogar en un equipo entre iguales y disponer del feed-
back grupal.
Por otra parte, analizar la relación de la persona que aprende con el entorno hará que el
aprendizaje sea integrador y motivador.
Se podría añadir que aprender precisa unos requerimientos previos como tener educada la
voluntad de la persona para conseguir sus retos, es decir, para romper la inactividad inicial y
empezar las acciones que le conduzcan hacia la meta escogida y, por otra parte, realizar de
forma consciente un esfuerzo continuado en todo el proceso de cambio. Cuánto cuesta
perseverar, cuando los resultados finales del proceso se difieren en el tiempo.
La voluntad, la disciplina, las creencias y los valores tienen, por tanto, una gran importancia
en el proceso de aprendizaje. Es preciso trabajar previamente o en paralelo los programas de
cultura o valores que eduquen a las personas en los requerimientos necesarios para que
aprendan en otros campos.
Tenemos bastante asumido que la educación puede cambiar la naturaleza corporal del
hombre, pero no somos tan conscientes de su fuerza para originar otro tipo de cambios mucho
más profundos de la persona. Es importante ser capaz de verbalizar nuestros procesos de
cambio para ser conscientes de los mismos y consolidar el aprendizaje re-denominando en
ocasiones nuestras referencias.
De todo lo dicho podemos deducir que no es lo mismo formación que desarrollo, aprendizaje
o educación.
Formar es poner orden, dar forma, actuar exteriormente sobre el molde de una esencia. Hace
referencia por tanto a una figura exterior. Formador sería el que ayuda a poner orden (en las
experiencias, ideas/conocimientos de la persona).
La figura del coacher es la que mejor acompaña el proceso de aprendizaje de una persona, ya
que contempla este proceso como tal en su dimensión interna y dinámica, e incluye todos los
roles anteriores, pues en determinados momentos forma, entrena o adiestra en la práctica,
educa pues dirige, mentoriza porque influye o da parecer, y da feed-back.