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De la primavera árabe a Camdridge Analytica

Harold J. González
Maestría en Comunicación y Cultura Digital
Universidad Autónoma de Querétaro

Internet y las redes sociodigitales, aparecieron en su momento como


tecnologías que despertaron el optimismo. La promesa de una sociedad
interconectada, las facilidades de acceso a la información y las posibilidadees
de interacción entre personas con diferentes puntos de vista, nos hicieron
pensar en un mundo más justo, con ciudadanos más participativos e
informados.

A principios de este siglo pudimos ver como las posibilidades comunicativas y


organizativas que brinda Internet abrieron paso a movimientos sociales que
llenaron de esperanza a muchos: la primavera árabe, el movimiento de los
indignados, entre otros, fueron apareciendo en distintos lugares con
reivindicaciones en contra del sistema y con un elemento en común, estaban
compuestos por personas que se informaban, comunicaban y coordinaban sus
actividades a través de los medios digitales.

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Foto tomada de The Economist. https://www.economist.com/news/leaders/21730871-facebook-
google-and-twitter-were-supposed-save-politics-good-information-drove-out
El optimismo exacerbado llevo a que se dijera que las redes sociales estaban
haciendo una revolución, desconociendo que en cada caso había un contexto
social y político que llevaba a surgimiento del movimiento y que la
comunicación digital estaba facilitando el proceso de movilización, mas no
produciéndolo.

Ahora, casi una década después el clima de optimismo ha ido enfriándose y


estamos entrando en una época donde empiezan a surgir preocupaciones
sobre la repercusión que tiene la comunicación digital en la política.

En el informe sobre el “estado de salud de Internet en 2018” la empresa Mozilla


comienza reconoce que las redes sociales están siendo utilizadas como armas
que están afectando a la democracia, pues los ciudadanos están siendo
manipulados a través de la publicidad que reciben en sitios como Facebook.

Justamente, hace poco conocimos el caso de la intervención de Cambridge


Analytica en las elecciones de Estados Unidos. Éste nos dejó ver la forma en
que las redes sociales están siendo usadas como herramientas para manipular
las preferencias políticas de los ciudadanos. A través de herramientas
sofisticadas de perfilamiento psicológico, que hacen uso de los datos que
proporcionamos en las redes sociales, se mandan mensajes personalizados
que apelan de manera efectiva a la emocionalidad de los individuos para
convencerlos de apoyar a una propuesta política. Esta estrategia facilita la
difusión de fake news y le resta posibilidades a la discusión seria y
argumentada de los temas públicos en Internet.

Nuevamente, no es la tecnología la que está amenazando la democracia, sino


el uso que le están dando algunas compañías junto con un sector de la clase
política, quienes aprovechan las prácticas poco reflexivas de muchos usuarios
de Internet para manipular conciencias.

Es necesario que se sumen esfuerzos y presionar a las compañías para que


establezcan protocolos más éticos en el manejo de datos y la difusión de
información, pero es tal vez más importante, que desde todas las instancias de
la sociedad se promuevan mejores prácticas en el consumo de Internet.

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