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Minina no vuelve a casa

Soñé

soñé abrazar a mamá Minina

entre los arbustos ella salía

con un pájaro en el hocico

Minina volvía

estaba viva

sus ojos pequeños me miraban y me decían “te amo, Rita”

Minina volvía

no había desaparecido

Minina vivía

He escuchado su maullar

Karenina decía

de sus ojos grises deslizaban lágrimas.

esas noches no llovía

Karenina la remplazaba

sus ojos llovían.

El callejón,

nuestro hogar,

desaparecía.

Minina no volvía
y la angustia nos acompañaba

al vernos invadidas

de perros que se apropiaban de nuestro hogar.

Éramos desplazadas…

Maullábamos cada noche en el callejón

Ellos, los perros, nos mordían.

Y Minina no volvía.

Caminamos noches enteras

noches que parecían no tener final.

entre basura, camiones que intentábamos esquivar

encontramos a una amiga con quien estar.

Se llamaba Campana,

brillaba con un hermoso paliacate en el cuello

verde era su color

Minina no regresa: le contamos

se la han llevado: dijimos

Los perros que han tomado nuestro hogar la han desaparecido.

Minina no nos abandonaría

Nos amaba.

Campanita nos regaló el abrazo que Minina no nos pudo dar

Y con él un paliacate
que iluminó nuestro camino.

Buscamos a Minina

en el camino encontramos amigas que entendían nuestro pesar…

Kitty buscaba a Mimi

Mimi era su hermana

ambas jugaban con el estambre antes de dormir.

Michis no hablaba

Caminaba con la cola entre las patas y con las orejas cubriendo sus oídos.

Karenina se acercó a Michis, le dejo una lagartija frente a sus patas

Con brincoteos le hizo señal de que jugaran

Michis la miró poco y negó

Karenina entristeció.

Michis perdió a mamá Molly

Y se ha quedado sola, dijo susurrando Rita.

¿Michis no tiene a una Rita con quien acurrucarse?

No, Michis no tiene.

Michis puede acurrucarse con nosotras, entonó Rita.

El camino se volvía escabroso entre más caminaban.

Las jorobas y los ladridos se alzaban al escucharlas gritar libertad.

Su sueño se veía interrumpido

cada noche.
Les lanzaban mordidas

las querían matar…

y Minina, Molly y Mimi no regresaban.

Las tres gatitas no eran las únicas lejos de su hogar

había más que no encontraban el camino para regresar.

Su voz se alzaba con ahínco

y su amor vivía.

Una noche

la noche

esa noche buscadora de paz

las tres gatitas salieron a maullar libertad.

Parecía que la lucha la perdían

Parecía que los perros se alimentaban de su ira

Y los gatos, los de su misma raza, las arañaban sin cesar.

Pero las tres gatitas y las demás…

Con sonrisas y cantos de libertad derrotaron a los perros que se mofaban de su tristeza.

su voz

su unión

se volvió un campo protector…

los intrusos no pudrieron jamás atravesarlo.


Minina no volvió

Molly no volvió

Mimi fue hallada

recostada en pasto seco

abrazada por la basura que se hallaba a su alrededor.

Sin embargo, cada noche de luna llena

mientras las estrellas bailaban arriba de sus cabezas

Y el aire

su cómplice

soplaba llevándolas a la libertad y justicia,

las que no volvieron también bailaban con ellas.

sus almas vivían, ellas eran inmortales.

Y la ciudad

donde las gatitas gritaron libertad

era de colores.

El morado

rosa

y verde

mostraban una colorida revolución.

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