Está en la página 1de 6

Los Llanos Orientales de Boyacá (El Piedemonte Llanero) 1949-1953: Un escenario

distinto en la época de la Violencia Bipartidista en Colombia


Por: Luis Alejandro Castro Sanchez – Politólogo e Historiador

Enmarcar en un contexto político en el hecho histórico de la Violencia Bipartidista, es un


ejercicio que nos remite a la perspectiva de la interdisciplinariedad y la óptica política y
social. Hablar de violencia política en Colombia es hablar de conflicto relacionado a la
lucha de quienes resisten contra el dominio y represión del Estado, esto, por supuesto, al
referirnos a la razón de ser de lo que en la historiografía colombiana se enmarca como una
etapa en el orden cronológico en la historia nacional. Este conflicto, que se ha manifestado
en la esfera de lo social, denota un impacto en la vida de las sociedades colombianas y una
trasformación de lo cotidiano. Desde esta perspectiva, es claro que las actuaciones de los
grupos de resistencia que se organizaron con el estallido del “Bogotazo” y que se
extendieron por algunas regiones dentro del territorio nacional, se manifestaron en una
conducta muy particular en cada escenario. Por esta razón, caracterizar los grupos de
resistencia y contextualizar en un mismo enfoque toda la época de la Violencia en
Colombia de forma general, es un equívoco, pues la lucha bipartidista se manifestó en
distintas formas hacia los diferentes departamentos y espacios del territorio nacional.

Por ejemplo, para este caso los grupos bandoleros relacionados a guerrillas liberales en los
llanos orientales tienen su origen en el proceso histórico relacionado a la violencia desatada
en la caída de la Republica Liberal, que comprendió el periodo de 1930-1946 y la llegada al
poder de Mariano Ospina Pérez. La división al interior del partido liberal, entre
“Turbayistas y Gaitanistas”, sumado a un entorno de crisis política, debido a las primeras
manifestaciones de violencia bipartidista en varias zonas del territorio nacional, provocaron
un ascenso inminente del Partido Conservador que desembocaría en su obtención del poder.
“Para este momento, la situación en las ciudades presentó cierto orden y concordia,
mientras que en el campo se dio un creciente caciquismo (principalmente de hacendados
conservadores) que exacerbó fuertes discordias y enfrentamientos entre los comerciantes
liberales y los hacendados conservadores...”1. Como resultado de ello, se agudizó en cierta

1
Álvarez Pinilla, El caso de Guadalupe Salcedo y las Guerrillas de los Llanos orientales, 2013, pág. 8
medida los enfrentamientos “ideológicos” que terminarían adquiriendo su carácter de
violentos. En una primera instancia, la ruptura política que dejó la pérdida de poder del
Partido Liberal en el ámbito nacional, provocó una desestabilización social que comenzó a
manifestarse de forma violenta en gran parte de la región andina del país.

El hecho que desataría la primera oleada de violencia en el país fue el asesinato de Jorge
Eliecer Gaitán el 9 de abril 1948. Para la historiografía colombiana, este suceso más que
constituir el inicio de la violencia, lo que hizo fue agudizar una situación que se venía
dando de forma imperiosa, lo cual desembocó en una gran crisis social y política a nivel
nacional. A partir de este momento, el conflicto deja de ser una lucha casual y anecdótica
para convertirse en una lucha armada, con ciertos rasgos de radicalismo político. Así, el
centro y sur del país no rehuyeron a los enfrentamientos que se dieron en esta gran
coyuntura.

Las castas políticas del país en el ámbito nacional y regional, en lugar de ser mediadores
para restablecer el orden social, se vincularon a esta momento de caos, como agentes de
persecución y promotores del odio bipartidista. Las zonas y territorios campesinos del
centro del país se convirtieron en escenarios de contiendas de escuadras, campos de batalla
y espacios para la lucha y resistencia armada. “Esta violencia se extendió por casi todo el
territorio nacional, tomando más ímpetu en el centro y sur del país, en donde se vio
reflejado el grado de polarización entre partidos políticos y los mecanismos de
persecución y violencia política que el gobierno empezó a implementar para reprimir la
lucha de clases que se vislumbraba, bajo el ropaje del bipartidismo.” 2. El caso de la
Violencia Bipartidista hasta este punto nos deja una primera reflexión que nos obliga a
entender el proceso desde cada territorio, pues la manifestación del conflicto, como bien se
ha planteado, obedece a un contexto en cada zona particular del país. “La Violencia es un
monstruo de mil cabezas, es muchas cosas a la vez”3.

2
Vega Rueda, La declaración de Sogamoso y las guerrillas Liberales de los Llanos Orientales, 2015 pág. 13,
3
Referencia que hace Gonzalo Sanchez frente a la descripción de muchos cronistas de la época de la
Violencia en Colombia en su libro: Guerra y Politica en la Sociedad colombiana, 1991
Esta crisis política y social se extendió a lo largo del territorio nacional, no obstante en
zonas como los Llanos Orientales de Boyacá, los grupos de resistencia Liberal, a partir del
estallido del “Bogotazo”, surgirían como reacción ante la avanzada conservadora que
pretendía restablecer el orden a través de la represión violenta. El ascenso conservador, las
posturas de extrema derecha instauradas en algunos sectores del gobierno tras la llegada de
Laureano Gómez al poder, como sucesor de su copartidario Mariano Ospina Pérez y unas
elecciones de carácter atípico, como en muchas ocasiones de los años 30s y 40s, fueron el
detonante simbólico de la conformación de los grupos Bandoleros de resistencia Liberal
ante la represión conservadora disfrazada de policía cívica y apoyada desde el palacio
presidencial.

La Región del Piedemonte Llanero boyacense, en lo que hoy en día pertenece al


departamento del Casanare y sus límites con el departamento de Boyacá, fue un escenario
en el que la violencia bipartidista se manifestó de forma lenta, pero que con el tiempo seria
uno de los espacios de insurrección y lucha armada con mayor afluencia en el país. La
principal característica de esta región fue su abierto fanatismo a la influencia Liberal
Partidista, constituyéndose como una zona Liberal en su mayoría, a diferencia de los
territorios del norte de Boyacá, en donde la influencia conservadora y católica tradicional
era muy fuerte. Esta Región muy apartada del centro andino del país, no se encontraba
inscrita en lo que podría llamarse la agenda política nacional, pues era un territorio poco
poblado, sin centros urbanos importantes, salvo Villavicencio, que era una ciudad
medianamente importante de los llanos. Su principal característica eran sus espacios
geográficos repletos de llanuras y con un clima cálido en muchas de sus zonas, en
condiciones de pobreza y poca atención del gobierno, pero que aun así se apartaba a la
violencia que se venía dando desde antes del 48 como lo manifiesta Justo Casas Aguilar
“No todas las regiones, del departamento sufrieron el estrago de la violencia desde un
principio, es decir, desde 1946 o incluso más antes. Hubo regiones que hasta mediados de
1949 gozaron de una relativa tranquilidad y fueron aquellas donde el Partido Liberal era
mayoría; por ejemplo la Provincia de Lengupá y los Llanos de Casanare, territorio que
por aquella época formaba parte del departamento.” 4. De una u otra manera la naturaleza
4
CASAS Aguilar, Justo. LA VIOLENCIA EN LOS LLANOS ORIENTALES (Comando Hermanos Bautista). Ecoe
Ediciones. Bogotá, D.E. 1986, pág. 27
política de estos territorios fue la razón por la que la violencia se manifestó hacia finales de
los años 40s.

Si bien las noticias nacionales hablaban de un brote de violencia en todo el territorio


nacional, los grupos familiares y grandes hacendados liberales de la Región del Piedemonte
Llanero en lo que son actualmente los municipios de Monterrey, Sabanalarga,
Campohermoso, Páez -estos dos últimos de la actual jurisdicción del Departamento de
Boyacá-, entre otros, no percibían la idea de una avanzada conservadora y por supuesto una
influencia de los movimientos radicales que buscaban desterrar y reprimir a través de la
violencia a los adeptos liberales. Sin embargo, la principal incursión conservadora se dio a
través de la llamada “Policía Chulavita”, grupo armado que abiertamente se declaraba anti
liberal-comunista y que es recordada en la historia nacional como la fuerza oscura del
estado al margen de la legalidad. El presidente Laureano Gómez, a partir de los años 50s
seria acusado de promover y participar de forma indirecta en la acción logística y operativa
de los Chulavitas en la persecución liberal. “…Si bien fue el pueblo raso el que puso las
víctimas, fue el Gobierno a través de sus órganos militares y paramilitares el que encendió
la llama. Las fuerzas que debían representar la autoridad y el orden se convirtieron en un
actor más de la contienda respondiendo a intereses privados y particulares y no a la
defensa de la nación…”5, este apartado tomado de Gina Rodríguez y su artículo sobre la
Policía Chulavita, denota la operación de avanzada conservadora que se iba a extender por
gran parte del territorio colombiano, especialmente en departamentos como Boyacá,
configurando así lo que Giraldo llama “La acción que configuró un dispositivo antipopular
de carácter paramilitar”6, dando como resultada la llegada de la oleada de Violencia a los
llanos.

En respuesta ante la amenazante recuperación del territorio, por parte de los sectores
radicales del conservatismo, los liberales del llano en su mayoría, a través de núcleos
familiares, conformarían los grupos armados de resistencia frente a la ofensiva

5
Rodriguez, Gina. Chulavitas, Pájaros y Contrachusmeros. La violencia para- policial como
dispositivo antipopular en la Colombia de los 50
6
Giraldo, Javier (2004). El Paramilitarismo: una criminal política de Estado que
devora el país
conservadora. La principal característica de estos grupos, fue, que una gran parte de los
mismos surgieron desde los lazos familiares en defensa del territorio y las ideas -esto fue el
común denominador, reflejado en familias completas al mando de grupos de bandoleros de
resistencia liberal, como lo fueron los Bautista y los Fonseca-.

Con base a lo anterior, la historiografía colombiana nos deja entrever varias situaciones del
orden político que conllevaron a una extensa lucha de resistencia en los llanos orientales:

1. Con el gobierno de transición de 1930 y la llegada al poder de los liberales con


Enrique Olaya Herrera, los primeros brotes de violencia se dieron en el
departamento de Boyacá desde las bases sociales, como consecuencia de una
ruptura de la hegemonía Conservadora y los tradicionalismos locales7.
2. Después de 1944 el Partido Liberal entra en una crisis interna de división, que
terminaría constituyendo la caída de la hegemonía del mismo tras un intento de un
golpe de estado por parte de sectores conservadores y la elección de Mariano
Ospina Pérez.
3. El asesinato de Jorge Eliecer Gaitán el 9 de Abril de 1948, desataría una primera
oleada de Violencia en las regiones del centro y sur del país, que provocaría el
surgimiento de los primeros movimientos guerrilleros de resistencia contra la
opresión Estatal.
4. El Partido Conservador se encontraba fraccionado en tres sectores irreconciliables:
laureanistas, alzatistas y ospinistas. El ascenso de Laureano Gómez al Poder
empeoraría el panorama de violencia en el país, tras el establecimiento de una
política nacional de tendencia de derecha radical y el apoyo a grupos civiles de corte
paramilitar en defensa de las ideas conservadoras.
5. La violencia en los llanos orientales como lo manifiesta Eduardo Franco Isaza , se
trataba de “hacer una revolución a nombre del Partido Liberal porque los godos
estaban empeñados en “barrer de Colombia con todo un principio de
organización y progreso de las masas” 8, esto como reacción a una avanzada

7
Guerrero, Javier. LOS AÑOS DEL OLVIDO Boyacá y los Orígenes de la Violencia, UPTC – Tunja, 2007
8
Isaza, Eduardo Franco, las Guerrillas de los Llanos Orientales, tercera edición, 1976
conservadora que irrumpió la paz y tranquilidad en la que se vivía en la Región
del Piedemonte Llanero.

Bibliografía

Álvarez Pinilla, El caso de Guadalupe Salcedo y las Guerrillas de los Llanos orientales,
2013
Guerrero, Javier. LOS AÑOS DEL OLVIDO Boyacá y los Orígenes de la Violencia, UPTC
– Tunja, 2007

Vega Rueda, La declaración de Sogamoso y las guerrillas Liberales de los Llanos


Orientales, 2015

CASAS Aguilar, Justo. LA VIOLENCIA EN LOS LLANOS ORIENTALES (Comando


Hermanos Bautista). Ecoe Ediciones. Bogotá, D.E. 1986

Rodriguez, Gina. Chulavitas, Pájaros y Contrachusmeros. La violencia para- policial como


dispositivo antipopular en la Colombia de los 50, 2014

Guzmán Campos, Germán; Orlando Fals Borda y Eduardo Umaña Luna (1977). La
Violencia en Colombia. Vol I y II.

También podría gustarte