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UNIDAD N* 1: EL DERECHO Y LA EMPRESA.

CONCEPTO JURIDICO Y ECONÓMICO DE LA EMPRESA

La empresa desde la teoría económica

1.1. Concepto y características

La empresa es un fenómeno que puede ser analizado desde la


economía, desde la sociología, desde la política y desde el derecho.

Desde la teoría económica se ha definido a la empresa como la


organización en la cual se coordinan el capital y el trabajo y que,
valiéndose del proceso administrativo, produce y comercializa bienes y
servicios en un marco de riesgo.

Además, busca armonizar los intereses de sus miembros y tiene por


finalidad crear, mantener y distribuir riqueza entre ellos.

También se ha dicho que es una organización con finalidad económica


y con responsabilidad social, generadora de productos y servicios que
satisfacen necesidades y expectativas del ser humano.

Son características de la empresa:

A) La asunción de riesgos.

B) La iniciativa.

C) La aptitud para percibir la cantidad y calidad de bienes y servicios


necesarios en un mercado.

D) El proceso administrativo de planificar, organizar, dirigir y


controlar y.

E) El desarrollo de la competencia a través de la innovación en los


productos, procedimientos, métodos comerciales, formas de
organización y formas de dirección.

La acción de la empresa, como generadora de valor, se resume en


aprovechar las oportunidades para aumentar la disposición del cliente

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para pagar algo más que los costos, o las oportunidades para bajar los
costos sin sacrificar en nada tal disposición para pagar del cliente

La empresa frente al régimen jurídico

2.1. Introducción

Dentro del derecho mismo, la empresa es regulada no solo por el


derecho comercial sino también por el derecho laboral y por el
derecho fiscal.

Por todo ello, el término "empresa" se utiliza en Derecho en forma


ambigua ya que, ora designará al establecimiento comercial o
industrial, ora se referirá al empresario titular y responsable de su
acontecer, ora señalará la actividad cumplida, todo lo que exige
diferenciar en cada caso los alcances de la expresión.

La empresa y el derecho comercial. La teoría jurídica

Desde el punto de vista del derecho comercial la empresa aparece


entre los "actos de comercio" referidos por la Ordenanza francesa de
1673, el Código de Comercio francés de 1807 y el derogado Código de
comercio argentino de 1862.

Conceptualmente, se tomó la noción económica de la empresa como


"organización de los factores de producción tendiente a producir
bienes y servicios para el mercado, bajo el riesgo empresario y, según
el caso, con propósito de lucro".

En el desarrollo de la "teoría jurídica" de la empresa se presentan


cuatro perfiles o conceptos, ninguno de los cuales es considerado
acertado o suficiente:

A) El subjetivo, como sujeto funcional (ente contable), por encima del


propio empresario, o como sinónimo de sociedad, o de grupo
societario, con un interés propio.

B) El patrimonial, como patrimonio de afectación, identificándola con


la hacienda, que son sus bienes.

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C) Como "actividad" define a la empresa como "toda actividad
económica organizada para la producción, transformación,
circulación, administración o custodia de bienes o para la prestación
de servicios. Dicha actividad se realizará a través de uno o más
establecimientos" (arts. 2082 y 2555), pero la actividad no es una
noción jurídica.

D) Como institución o grupo social en función de un objetivo a cumplir


(corporativo), atendiendo a las relaciones e intereses que se mueven
en el interior de la empresa (derecho laboral).

La doctrina ha considerado como elementos sustanciales y visibles de


la noción de empresa a "la actividad económica", los "factores de
producción", la intermediación en el trabajo ajeno, la afectación de
bienes y servicios, la obtención de productos destinados al cambio, la
producción de una nueva riqueza, la asunción del riesgo, el propósito
de lucro, la profesionalidad, la destinación de los productos al
mercado y la independencia financiera o autonomía patrimonial.

Se pasó de una concepción restrictiva capitalista que veía a la


empresa como "organización de los factores productivos y
utilización del trabajo ajeno para la realización del mayor lucro
posible", para pasar a una que la considera "un organismo que
tiene por finalidad la producción de bienes y servicios
destinados al mercado y que goza de autonomía financiera o de
gestión".

El concepto de empresa en el Código Civil y Comercial

La nueva normativa legal en materia contable

Si bien no hay más "comerciantes" existen nuevos sujetos comerciales


que son los obligados contables.

La norma básica en la materia es el art. 320 del Código Civil y


Comercial, el que dispone:

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"Están obligadas a llevar contabilidad todas las personas jurídicas
privadas y quienes realizan una actividad económica organizada o son
titulares de una empresa o establecimiento comercial, industrial o de
servicios. Cualquier otra persona puede llevar contabilidad si solicita
su inscripción y la habilitación de sus registros o la rubricación de sus
libros, como es establece en esta misma Sección".

"Sin perjuicio de lo establecido en leyes especiales, quedan


excluidas de las obligaciones previstas en esta Sección las
personas humanas que desarrollan profesionales liberales o
actividades agropecuarias y conexas no ejecutadas u
organizadas en forma de empresa.

Se consideran conexas las actividades dirigidas a la transformación o


a la enajenación de productos agropecuarios cuando están
comprendidas en el ejercicio normal de tales actividades. También
pueden ser eximidas de llevar contabilidad las actividades que, por el
volumen de su giro, resulta inconveniente sujetar a tales deberes
según determine la jurisdicción local".

De ello resulta que, en materia de "personas humanas" son sujetos


contables solo las que desarrollan ciertas actividades económicas",
como son el ejercicio de una actividad económica organizada, la
titularidad de una "empresa" y la titularidad de un "establecimiento
comercial, industrial o de servicios".

Diferencias entre "actividad económica organizada", "empresa" y


"establecimiento".

En el nuevo Código Civil y Comercial, se trata de elementos


diferentes, a pesar de su apariencia.

En efecto, al estar previstas en el art. 320 en forma diferenciada las


personas humanas que realizan una "actividad económica
organizada", de las titulares de "una empresa" y de las titulares de un
"establecimiento comercial, industrial, agropecuario o de servicios",

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se les está asignando contenidos diferenciados a cada una de esas
categorías económicas.

Corrobora tal conclusión la circunstancia que, además, la ley


establece una graduación diferente entre "actividad económica
organizada" cuando no es ejecutada u organizada en "forma de
empresa" de cuando sí lo es, permitiendo que el profesional liberal o
el productor agropecuario no tengan obligación de llevar contabilidad
en el primer caso (art. 320, segundo párrafo).

En forma concordante cabe señalar que la ley tampoco identifica a la


titularidad de una "empresa" con la titularidad de un
"establecimiento", lo que predica la posibilidad de que exista empresa
sin establecimiento, o sea sin un "local" que concentre los bienes y
servicios.

Vale decir que la ley computa aquí al establecimiento "físico", o sea en


sentido vulgar y no en sentido jurídico, por lo que puede haber
"establecimiento" sin que éste sea necesariamente la "hacienda" de
una empresa.

Es por eso que, en el ordenamiento legal, puede haber personas


humanas dedicadas a profesiones liberales o dedicadas a actividades
agropecuarias (y conexas), que, no obstante tener "actividad
económica organizada" y poseer un "local o establecimiento" en
sentido vulgar (oficina o campo), no las "ejecuten" ni "organicen" en
forma de "empresa" y, por ende, no estén obligadas a llevar
contabilidad.

En definitiva, la "actividad económica organizada" sería el género, y


tanto la "empresa" como el establecimiento serían dos especies,
diversas entre sí.

La "actividad económica organizada", como género, supone la


reiteración de actos bajo una organización que funciona como unidad
independiente de su titular, con fines o efectos económicos.

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En la jurídica, se define al establecimiento como el "conjunto
de bienes" organizados por el empresario para el ejercicio de su
actividad profesional, identificándose con la "hacienda".

Según el art. 1º de la ley 11.867, que en su conjunto alude a la noción


"jurídica", son elementos constitutivos de un establecimiento
comercial o fondo de comercio: "...las instalaciones, existencias en
mercaderías, nombre y enseña comercial, la clientela, el derecho al
local, las patentes de invención, las marcas de fábrica, los dibujos y
modelos industriales, las distinciones honoríficas y todos los demás
derechos derivados de la propiedad comercial e industrial o artística".

También la doctrina señala casos posibles y extremos de "empresario"


sin "establecimiento", y de "establecimiento" sin "empresario",
tomando la noción jurídica.

Al haber distinguido el Código al "establecimiento" respecto de la


"empresa", queda claro que se refiere al sentido "vulgar".

Precisiones sobre la empresa en el Código Civil y Comercial

Sobre tales bases, y conforme con la diferenciación contable, en el


nuevo Código puede conceptuarse a la "empresa", como una "especie"
del "genero" "actividad económica organizada" pero cuya
configuración requiere la presencia de elementos adicionales y
especiales que la diferencian.

A nuestro juicio, tanto a nivel cualitativo como cuantitativo, serían


elementos diferenciadores los siguientes:

A) Profesionalidad en su dirección.

B) Mayor complejidad en su organización.

C) Permanencia y habitualidad.

D) Asunción de riesgo.

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E) Utilización de trabajo ajeno, en dependencia o colaboración, para la
prestación misma del servicio en grado de conferir neutralidad al
factor personal

de su titular.

F) Mayor incidencia del capital en los resultados.

G) Propósito de lucro por sobre la atención de necesidades


económicas y.

H) Recurrencia habitual al crédito.

4. La conservación de la empresa

La importancia de la empresa en el mundo de hoy resulta indiscutida


desde varios planos.

En primer lugar, el de la producción de bienes y servicios


indispensables para la sociedad humana.

En segundo término, el de generadora de empleo y salarios, que a su


vez permite el consumo de tales bienes y servicios.

Y, en tercer término, en cuanto tomadora y dadora de crédito,


elemento que permite el funcionamiento de la macroeconomía.

Es por eso que en el derecho argentino se ha señalado el principio de


conservación de la empresa como "principio inspirador común en la
reforma legislativa mercantil en curso", lo que fue reconocido por la
doctrina, en especial, respecto de la ley de sociedades y de la ley de
concursos, con distintas manifestaciones regulatorias concretas.

Debe señalarse que en el nuevo Código la empresa recibe una mayor y


especial protección en cuanto a su continuación.

Es así que en el texto del CCCN se establecen algunas normas de


tutela de la empresa entre las que se destaca la no paralización de las
empresas que presten servicios públicos (art. 243), el "pacto de
herencia futura" para la continuación de la empresa familiar (art.

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1010), la posibilidad de indivisión forzosa para su continuación por los
herederos por diez años (art. 2330 incisos b y c.) y la atribución
preferencial de la empresa en casos de divorcio (art. 499) y sucesión
(art. 2380) a favor de aquellos con vocación de continuarla.

La protección está muy clara en la Ley General de Sociedades (19.550


"reformada" por la ley 26.994) ya que por diversos mecanismos la ley
busca impedir que la sociedad se liquide y, por ende, se destruya el
valor de la "empresa en marcha".

Ellos son: la generalización del instituto de la "reactivación societaria"


(art. 100 LGS), también legislada para las personas jurídicas privadas
(art. 166 CCCN); la derogación de las nulidades liquidativas por
"atipicidad" (art. 17 LGS); y el hecho de que la unipersonalidad
sobreviniente no va a ser causal "expresa" de disolución en ningún
tipo social (arts. 94 y 94 bis).

Adicionalmente, cabe destacar que todo el sistema concursal se


vincula a dar oportunidad de reestructuración y continuación a la
empresa en cesación de pagos)

Finalmente, a nivel de derecho penal y penal tributario se manifiesta


la protección de la continuación de la empresa impidiéndose la
sanción de liquidación cuando se trata de empresas útiles.

Al respecto, el art. 304 del Código Penal Argentino, en lo relativo al


delito de lavado de dinero, establece sanciones para las sociedades se
suspensión total de actividades (inc. 2) y de cancelación de personería
(inc. 4º), pero en su último párrafo establece que "cuando fuere
indispensable mantener la continuidad operativa de la entidad, o de
una obra, o de un servicio en particular, no serán aplicables las
sanciones previstas por el inciso 2 y el inciso 4".

Similar fórmula presenta el art. 14 de la ley 24.769 en materia de Ley


Penal Tributaria.

Funciones legales de la empresa

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La empresa como límite al fraccionamiento patrimonial

Otra importante función de la empresa en el Derecho Argentino es


marcar el límite del fraccionamiento patrimonial lícito.

En efecto, la posibilidad de que una persona fraccione parte de su


patrimonio y lo sustraiga a la acción de sus acreedores, salvo
supuestos con fines específicos (33), se encuentra condicionada a que
cada parte esté destinada a una explotación empresaria. Tal es una
exigencia de las sociedades (art. 1º LGS), donde la falta de actividad
empresarial podrá dar lugar a la desestimación de la personalidad
jurídica por "fin extrasocietario" (art. 54 LGS).

Pero, además, cada una de esas partes debe implicar, más allá de sus
diversas personalidades jurídicas, una empresa "autosuficiente", esto
es, que pueda sostenerse económicamente con sus propios recursos.

Tal es lo que resulta del régimen concursal, cuando se prevé la


extensión de la quiebra "por confusión patrimonial inescindible" (art.
161 inc. 3º ley 24.522), lo que alude, entre otros supuestos, al caso
que bajo la forma de varios sujetos legales diferenciados se encubra
una única empresa, donde la insolvencia de una parte debe extenderse
al todo.

EL DERECHO COMERCIAL EN ARGENTINA. CONCEPTO.


ORIGEN Y EVOLUCIÓN.

Fontanarrosa lo define como el conjunto de normas jurídicas que


regulan la materia comercial. Ascarelli considera que el Derecho
Comercial es una “categoría histórica” en el sentido de que el Derecho
Comercial es lo que la legislación dice que es, en un tiempo y espacio
determinado.

Antecedentes anteriores al Código de Comercio derogado

Antecedentes Coloniales

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Durante la época de la dominación española en nuestro territorio se
aplicaron las Leyes de Indias (normas creadas especialmente para las
colonias americanas) y supletoriamente las Leyes de Castilla. A partir
de la creación del Consulado de Comercio de Buenos Aires, en 1794,
se incorporaron las normas de las Ordenanzas de Bilbao de 1737 que
regulaban específicamente el comercio terrestre y marítimo. Los
litigios comerciales se juzgaron primero por la Audiencia de Charcas y
luego por la Audiencia de Buenos Aires.

A fines del siglo XVIII, se crea la Aduana de Buenos Aires. La idea que
prevalecía en esta etapa era la necesidad de ampliar el comercio,
promovida intensamente por Inglaterra con el fin de poder colocar sus
productos. La entrada de productos extranjeros a la Ciudad de Buenos
Aires y al interior del país perjudicó a las incipientes industrias
locales. Las exportaciones de nuestro territorio eran básicamente
agropecuarias: se instalaron los primeros saladeros y fábricas de
curtiembres.

Consulado de Comercio de Buenos Aires

Este organismo actuaba como tribunal en asuntos mercantiles y


seguía la tendencia continental europea de separar la jurisdicción civil
de la mercantil. -

Cumplía una doble función: judicial y administrativa. Se ocupaba de


los juicios mercantiles y de los problemas de policía del comercio y
establecía el orden de prelación de las normas aplicables: Ordenanzas
de Bilbao; Leyes de Indias y por último las Ordenanzas Reales de
Castilla.

Estaba conformado por un prior, dos cónsules —cargos elegidos


anualmente por los comerciantes de la ciudad—; nueve consiliarios, un
síndico, un secretario, un contador y un tesorero. También eran
nombrados diputados que funcionaban como representantes en
puertos y lugares de mayor comercio. Los cargos consulares eran
públicos y remunerados. El consulado mantuvo el equilibrio entre dos

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sectores en puja en la vida colonial de esa época: los comerciantes
monopolistas y los hacendados.

El régimen jurídico implementado por el Consulado se aplicó sin


grandes cambios hasta 1859.

El procedimiento ante el tribunal era breve y no era obligatoria la


intervención de abogados. El fallo era apelable ante un tribunal
integrado por el decano de la Audiencia y dos comerciantes elegidos
por éste, a propuesta de cada una de las partes.

Normas posteriores a 1810 hasta la codificación

Son pocas las normas comerciales dictadas en ese período. Entre ellas
podemos mencionar las siguientes:

A) La Asamblea de 1813 creó reglas sobre la matrícula de los


comerciantes y consignaciones.

B) En 1821 se dictan normas para los corredores de comercio y se


crea la Bolsa Mercantil.

C) En 1822 los decretos relativos a 'causas de comercio'; 'actos de


comercio' y 'alzada de comercio'.

D) En 1824 se designa una comisión para elaborar un Código de


Comercio.

E) En 1831 se propone la adopción del código español de 1829 como


ley para la Provincia de Buenos Aires, iniciativa que no prosperó.

F) En 1836 siendo Juan Manuel de Rosas gobernador de la Provincia


de Buenos Aires, dictó la supresión de los concursos de acreedores,
esperas y moratorias, remisión o quita de los acreedores.

G) En 1838 se regula sobre martilleros.

H) En 1845 la provincia de Mendoza puso en vigencia el Código de


Comercio español.

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Incluso en 1862, en San Juan, su gobernador Domingo Faustino
Sarmiento adoptó el código español de 1829 y dispuso que se aplicara
supletoriamente el Código de Comercio de la Provincia de Buenos
Aires.

El Código de Comercio Argentino

Nuestro código respondía a la etapa de codificación del derecho cuyas


fuentes fueron los códigos napoleónicos de comienzo del siglo XIX. El
Código de Comercio tenía la particularidad de que fue creado con
anterioridad a nuestro Código Civil (1869), para aplicarse únicamente
en el estado de Buenos Aires, ya que en ese período la provincia
estaba separada de la Confederación Argentina.

El gobierno encomendó en 1857 a Dalmacio Vélez Sarsfield y a


Eduardo Acevedo, destacado jurista uruguayo, la redacción de un
Código de Comercio, toda vez que, "...Desde el periodismo, la Cátedra,
las opiniones más ilustradas de la magistratura y el comercio se
expresaba la necesidad de una madura legislación comercial,
adecuada a las nuevas situaciones del comercio rioplatense"

El Código de Vélez-Acevedo contenía muchas disposiciones de


derecho civil. En materia comercial las fuentes utilizadas fueron los
códigos de Francia de 1807; España; Portugal; Holanda; Brasil y el
Proyecto de Württemberg.

El código para el estado de Buenos Aires se sancionó finalmente en


1859. Estaba compuesto por 4 libros:

1) Personas del comercio.

2) Obligaciones y contratos en general y contratos del comercio.

3) 3 derechos y obligaciones que resultan de la navegación.

4) Insolvencia de los comerciantes.

Este código consideraba únicamente comerciantes a los que se


inscribían en la matrícula.

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En 1860 la Provincia de Buenos Aires juró la Constitución Nacional, y
en 1862 es elegido Bartolomé Mitre como presidente de la Nación,
quedando consumada finalmente la unión nacional. Ese mismo año, se
adopta el Código de Comercio del estado de Buenos Aires como
Código de Comercio de la Nación (Ley 15).

El derecho comercial antes del Código Civil y Comercial.


Reformas al Código de Comercio

Con la sanción del Código Civil (Ley 340) en 1869, redactado por
Dalmacio Vélez Sarsfield, se tornó necesario reformar el Código de
Comercio. En 1870, el Poder Ejecutivo Nacional encarga a Sixto
Villegas y Vicente Quesada la elaboración de un proyecto, tarea
terminada en 1873, donde proponían la eliminación de las materias
legisladas en el Código Civil y agregar normativa sobre cuentas
corrientes y cheques. Luego, en 1886, se le encomendó a Lisandro
Segovia un proyecto de reforma que tampoco prosperó (1887). En
1888, la Cámara de Diputados envió para su estudio, a la Comisión de
Códigos que estaba integrada por Wenceslao Escalante, Estanislao
Zeballos, Benjamín Basualdo y Ernesto Colombres, los dos proyectos
presentados por el Poder Ejecutivo Nacional. En 1889, la Comisión
presentó un nuevo proyecto de reformas.

Reforma de 1889

Se utilizaron como fuentes, entre otras, los proyectos de reformas de


1873 y 1887; los códigos de comercio españoles de 1829 y 1885; los
códigos de Portugal, Italia, Francia (1807), Brasil, entre otros.

La ley 2637 que reformó el Código de Comercio de 1862, comenzó a


regir el 1 de mayo de 1890, bajo la presidencia de Julio Argentino
Roca. Su estructura, que sigue vigente es la siguiente: cuatro títulos
preliminares y cuatro libros: 1. De las personas del comercio; 2. De los
contratos de comercio; 3. De los derechos y obligaciones que resulten
de la navegación; 4. De las quiebras.

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Las principales modificaciones introducidas fueron: 1) el valor de los
usos y costumbres como fuente de derechos; 2) se suprimió el
requisito de la inscripción en la matrícula para adquirir la calidad de
comerciante; 3) cambios en la reglamentación sobre: corredores,
empresas de transporte, bolsas, sociedades, compraventa, fianza,
letras de cambio, cheques, derecho marítimo, quiebras; y 4) se
ajustaron los contratos de mutuo, depósito y prenda, 'quitando el
material que se consideraba civil'(10).

Las reformas posteriores

Es importante tener presente que el derecho comercial es considerado


una categoría histórica y no dogmática, cuyas modificaciones en
cuanto a su regulación responden a los continuos cambios que se dan
en el mundo económico, político y social, especialmente en el mundo
globalizado en el cual estamos insertos actualmente. Es obvio que este
código no fue ajeno a esa realidad. Desde 1890 hasta la puesta en
vigencia del Código Civil y Comercial (ley 26.994) el Código de
Comercio derogado sufrió un sinnúmero de modificaciones e
incorporaciones de nuevos institutos.

Entre las principales reformas que se realizaron podemos


señalar las siguientes:

A) En el Libro I De las Personas del comercio: en relación a la


capacidad de las personas: a. la mayoría de edad pasó a adquirirse a
partir de los 18 años (art. 126C. Civil, reformado ley 26.579), por lo
tanto quedó derogado la regulación sobre la emancipación dativa; b.
se modificó la regulación sobre los inhabilitados del art. 152 bis,
agregándose un art. 152 ter, que establecía que la inhabilitación no
puede extenderse por más de tres años ( ley 26.657); y la ley 26.618
incorporó el matrimonio entre personas del mismo sexo. También en
este libro la ley 17.811reformó lo referente a bolsas y mercados de
comercio; las normas de martilleros (ley 20.266) y corredores (ley
25.028) y el dec. 4773/63 reguló sobre teneduría de libros.

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B) En el Libro II, De los Contratos del Comercio: se incorporaron entre
otras la ley 19.550 de sociedades comerciales con su posterior
reforma la ley 22.903; la ley 17.418; de Seguros, el dec. 5965/63 sobre
la letra de cambio y los pagarés, la ley 24.452 de cheques.

C) El Libro III, De los Derechos y Obligaciones que resultan de la


navegación, fue sustituido por la ley 20.094.

D) Por último el Libro IV, De las Quiebras, ha tenido numerosas


reformas, actualmente rige la Ley de Concursos y Quiebras 24.522 de
1995.

A partir de 2001 y como consecuencia de la severa crisis económica


ocurrida, las reformas han sido las siguientes: leyes 25.589/2002;
26.086/2006; 26.684/2011 y 27.170/2015.

Es interesante también señalar que el Código de Comercio derogado


disponía la aplicación supletoria del Código Civil derogado en materia
comercial (Título Preliminar, art. I y art. 207 del Cód. de Comercio).
Entre las normas civiles aplicables al ámbito comercial estaban entre
otras las relacionadas a las personas jurídicas (arts. 33, 43 y 48), a la
mora (art. 509), sobre los vicios de los actos jurídicos (art. 954), sobre
la cláusula resolutoria implícita (art. 1204), sobre el consentimiento de
ambos cónyuges para la enajenación de bienes gananciales inmuebles
o muebles registrables (art. 1277), sobre cuestiones societarias (arts.
1654 y 1788 bis), sobre cuestiones hereditarias y prescripción(13).

FUENTES DEL DERECHO COMERCIAL.

Las fuentes son preceptos formalmente obligatorios que regulan la


materia comercial. Se dividen en:

 Fuente material: son todas aquellas que nutren al Derecho


del contenido de sus preceptos, por ejemplo, la economía.

 Fuente formal: es aquella de la cual surgen las normas de


contenido obligatorio. Modos de manifestarse

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externamente el precepto jurídico mercantil. La mayoría
de las doctrinas consideran como fuentes formales la ley y
la costumbre, otras agregan la jurisprudencia, doctrina,
equidad y los principios generales del Derecho.
Generalmente se considera a la costumbre como la
primera y exclusiva fuente del derecho y debe cumplir con
algunos requisitos (debe ser uniforme, frecuente, general,
constantes, cumplidos con convicción). Debe distinguirse
de los usos convencionales o usos del comercio o usos
legales.

RELACIÓN ENTRE EL DERECHO COMERCIAL Y LA ECONOMIA


O EL DERECHO ECONOMICO:

Ambos regulan la actividad económica de un país.

Derecho y Economía: La Economía es una ciencia social que estudia


los procesos de extracción, producción, intercambio, distribución y
consumo de bienes y servicios. La palabra "economía" proviene del
latín economía, y esta a su vez del griego (oikonomía), que se deriva
de la unión de los términos griegos (oíkos), que significa 'casa',
(nómos), 'norma'.

El concepto de economía engloba la noción de cómo las sociedades


utilizan los recursos escasos para producir bienes con valor, y cómo
realizan la distribución de los bienes entre los individuos. Vale decir
que la Economía es la ciencia que se ocupa de la producción,
distribución y consumo de bienes y servicios, destinados a satisfacer
necesidades individuales y sociales, en las condiciones más racionales,
esto es, empleando la menor cantidad de recursos para lograr la
mayor cantidad de resultados. En Economía, se distinguen
fundamentalmente dos ramas: la "microeconomía" y la
"macroeconomía".

La microeconomía estudia las diversas formas de comportamiento en


las decisiones individuales de los agentes económicos (empresas,
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empleados y consumidores), mientras que la macroeconomía analiza
los procesos microeconómicos, observando la economía en su conjunto
y con variables agregadas (producción total, tasas de inflación,
desempleo, salarios, etc.). Vale decir que la Economía es la ciencia
que se ocupa de la producción, distribución y consumo de bienes y
servicios, destinados a satisfacer necesidades individuales y sociales,
en las condiciones más racionales, esto es, empleando la menor
cantidad de recursos para lograr la mayor cantidad de resultados. Por
su lado, el Derecho, en lo que aquí interesa, es el orden normativo e
institucional de la conducta humana en sociedad, inspirado en
postulados de justicia y seguridad jurídica.

En otras palabras, es un sistema de normas que regula la convivencia


social y permite resolver los conflictos de intereses de relevancia
jurídica.

La base del Derecho son las relaciones sociales que determinan su


contenido y carácter en un lugar y momento dados. Por eso es que el
Derecho constituye un orden social de las conductas humanas, con
pretensión de justicia, que se impone en forma coactiva a las personas
y organizaciones. Ambas, Economía y Derecho, son ciencias sociales, o
sea relativas a conductas humanas, y formulan leyes que
fundamentan, inciden o explican tales conductas. Teniendo ambas
ciencias como objeto las conductas humanas pueden establecer entre
ellas determinadas relaciones. Por ejemplo, del concepto brindado
precedentemente sobre el Derecho Comercial resulta que éste
constituye la regulación legal de esa parte de la Economía
denominada como "microeconomía". Esto es así en tanto la
microeconomía es la que estudia el comportamiento de unidades
económicas individuales, como pueden ser individuos, familias,
empresas y los mercados en los cuales ellos operan. Ahora bien, en
una consideración histórica del desarrollo del Derecho y de la
Economía se advierte que, en general, ambas ciencias prescindieron
del análisis de sus relaciones recíprocas, salvo para consideraciones

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periféricas en el Derecho ("la jurisprudencia de intereses") o el caso
especial de la teoría marxista (que considera al Derecho el
instrumento de la dominación económica de la burguesía sobre el
proletariado). En el desarrollo de la teoría económica, a fines del siglo
XVIII, Adam Smith publica su famoso libro titulado "La riqueza de las
naciones" donde logra colocar en el centro de la economía el análisis
sistémico de la conducta de los individuos. Al mismo tiempo, establece
una premisa base del sistema liberal: la búsqueda de la máxima
ventaja propia en condiciones de competencia en el mercado es la que
lleva no solo a la riqueza individual sino a la riqueza de las naciones,
que depende más del comercio que de la posesión de metales
preciosos. De tal suerte debía abandonarse el mercantilismo
practicado por los Estados y toda forma directa o indirecta de
proteccionismo o de intervención del Estado en la economía, dejando
obrar a las leyes económicas de la oferta y de la demanda, las que,
operando en condiciones de competencia perfecta, lograrían el "mejor
precio" para el consumidor, corrigiéndose con el tiempo los defectos
del mercado por operancia de una "mano invisible".

DIFERENCIA AL DERECHO COMERCIAL DEL DERECHO


ECONÓMICO.

El Derecho Comercial comprende sujetos, objetos, relaciones y


negocios comerciales, en cambio el Derecho Económico regula la
actividad económica, abarca las transacciones bursátiles, la auditoría
de negocios, las leyes referentes a la economía y en general todas las
actividades comerciales y del funcionamiento de los mercados.

FUNCIONES DEL DERECHO COMERCIAL

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Tanto en su historia como en la actualidad, el derecho comercial está
llamado a cumplir dos funciones fundamentales: facilitar y fijar los
límites a los negocios.

En su función "facilitadora" el Derecho Comercial constituye un marco


legal que promueve y facilita la realización de los negocios brindando
celeridad, simplicidad, pronto finiquito, estabilidad y seguridad a los
intercambios y demás operaciones comerciales, como así promoviendo
y tutelando el crédito, los instrumentos financieros, la circulación de
la riqueza, la acumulación de capitales, la limitación de los riesgos y la
creación y conservación de empresas, y de sus elementos materiales e
inmateriales. En su función "limitante", que es el contrapeso de la
anterior, el Derecho Comercial fija los límites a la actuación de los
sujetos y actividades comerciales mediante dos mecanismos.

En primer lugar, mediante la prevención, que resulta de la imposición


de determinadas cargas y obligaciones (contabilidad, publicidad,
registro, tipicidad, transparencia, profesionalidad, rendición de
cuentas, obligación de expedirse, veracidad y buena fe) y de ciertos
controles (autorizaciones y fiscalizaciones).

Y, en segundo término, mediante la represión posterior de las


inconductas con nulidades, responsabilidades especiales, ceses
compulsivos, clausuras, quiebras, y por los mecanismos de defensa de
la competencia y del consumidor.

Todo ello en tutela, no solo de la honestidad y buena fe entre


empresarios y ente éstos y terceros, sino también de la sociedad toda
frente al enorme poder económico, político y social que confiere la
capacidad económica a sus detentadores.

ACTOS DE COMERCIO. FUNDAMENTO LEGAL:

Acto de comercio y comerciante en el Código de Comercio


derogado

19
4.1. Introducción

El término acto de comercio fue incorporado en el Código de


Comercio francés de 1807, estableciendo en sus arts. 632 y 633 una
enumeración de éstos. La realización de un acto de comercio traía
como consecuencia la determinación de la jurisdicción (mercantil) por
un lado, y por el otro la atribución de la calidad de comerciante a la
persona que lo realizaba profesionalmente. La jurisprudencia de los
tribunales comerciales franceses se fue alejando en algunos aspectos
de las soluciones dadas por los tribunales civiles. La introducción del
acto de comercio en la normativa francesa dio lugar a la creación de
ciertas reglas sustantivas, distintas al derecho común.

A partir de la introducción del acto de comercio, el derecho comercial


pasa de ser un derecho profesional, cuyas normas se aplicaban
exclusivamente a los sujetos que ejercían el comercio a un derecho
comercial objetivo donde las normas mercantiles se aplican tanto al
comerciante como al no comerciante.

Acto de comercio

Concepto

El Código de Comercio de nuestro país —siguiendo el modelo francés


— no definía el acto de comercio, si no que enunciaba en su artículo 8
una serie actos, operaciones y hasta organizaciones que se tomaban
como tales.

Numerosos intentos de tipo doctrinario se hicieron para definir el acto


de comercio sobre la base de conceptos que vienen de la economía
política, resultando un fracaso ya que el contenido jurídico del
derecho mercantil no necesariamente coincide con el concepto
económico del comercio.

El sistema adoptado por el Código de Comercio derogado era


prevalecientemente objetivo, como resultado de los actos incluidos en
el art. 8 y del concepto de comerciante regulado en el art. 1, pero

20
teniendo en cuenta lo dicho en el art. 7, que establecía que a la
persona no comerciante no se le exigía, por ejemplo, llevar
contabilidad; y lo regulado por el art. 5, donde se estipulaba que los
actos realizados por los comerciantes se presumen mercantiles, salvo
prueba en contrario.

La enumeración del art. 8 del Código de Comercio derogado era


meramente enunciativa, ya que cabía la posibilidad conforme al inciso
11 de este artículo, que se extendiera el concepto "a los demás actos
especialmente legislados en este Código". Por lo tanto, la norma
admitía la existencia de otros no enumerados en este artículo, debido
a que no se quería obstaculizar la evolución del comercio.

El art. 8 del Código de Comercio derogado regulaba los actos de


comercio de la siguiente manera:

La ley declara actos de comercio en general:

1. Toda adquisición a título oneroso de una cosa mueble o de un


derecho sobre ella, para lucrar con su enajenación, bien sea en el
mismo estado que se adquirió o después de darle otra forma de mayor
o menor valor.

2. La transmisión que se refiere el inciso anterior.

3. Toda operación de cambio, banco, corretaje o remate.

4. Toda negociación sobre letras de cambio o de plaza, cheques o


cualquier otro género de papel endosable o al portador.

5. Las empresas de fábricas, comisiones, mandatos comerciales,


depósitos o transportes de mercaderías o personas por agua o por
tierra.

6. Los seguros y las sociedades anónimas, sea cual fuere su objeto.

7. Los fletamentos, construcción, compra o venta de buques, aparejos,


provisiones y todo lo relativo al comercio marítimo.

21
8. Las operaciones de los factores, tenedores de libros y otros
empleados de los comerciantes, en cuanto concierne al comercio del
negociante de quien dependen.

9. Las convenciones sobre salarios de dependientes y otros empleados


de los comerciantes.

10. Las cartas de crédito, fianzas, prenda y demás accesorios de una


operación comercial.

11. Los demás actos especialmente legislados en este Código.

Clasificación de los actos de comercio

Existen diversas propuestas doctrinarias para clasificar los actos de


comercio, por ejemplo:

A) Actos objetivos que son aquellos que por su naturaleza la ley


declaraba mercantiles y cuya realización como profesión habitual daba
a la persona carácter de comerciante (art. 1, Código de Comercio
derogado), como los mencionados en el art. 8, incs. 1 y 2 (adquisición
para la reventa de cosa mueble); el corretaje; remate; operaciones de
banco.

B) Actos por el modo de realización por empresa, incluidos en el inc.


5.

C) Actos de comercio por su forma: los que están incluidos en el inc. 4


(letra de cambio, cheque, pagaré).

D) Los actos de comercio por conexión: que podían ser por conexidad
con la actividad del empresario (adquisición de máquinas), o por
accesoriedad económica como la fianza, prenda, depósito o mandato,
y.

E) Acto de comercio por disposición de la ley: ciertas categorías de


empresas; seguros; sociedad anónima; navegación; cartas de crédito.

Análisis de los incisos del art. 8 del Código de Comercio derogado

22
A) Los incisos 1 y 2 del art. 8 se referían a la adquisición de una cosa
mueble a título onerosa para lucrar con su enajenación. Este primer
inciso contiene una de las disposiciones fundamentales para fijar el
ámbito en materia comercial.

Por adquisición se entendía la incorporación al patrimonio llevado a


cabo por compra, permuta, etc. Debía tratarse de una adquisición no
gratuita de un bien mueble (quedando excluidos los inmuebles art.
452, 1, Código de Comercio derogado) para su reventa con un fin
especulativo. No se requería el lucro efectivo, sino que bastaba la
intención de lucrar con la enajenación de la cosa, que debía existir al
momento de la operación, aunque luego la ventaja no se logre.

Sobre este primer inciso hubo una vasta jurisprudencia extensiva a


una diversidad de actos, incluyendo la intermediación en la prestación
de servicios.

Por ejemplo, en el caso de una farmacia a cargo de un profesional


universitario, si se dedicaba únicamente a la elaboración de recetas,
no se consideraba un acto de comercio, pero si el farmacéutico se
dedicaba a la reventa de medicamentos comprados en un laboratorio y
también a la venta de perfumes y otras mercaderías, caía bajo la
órbita del acto de comercio. En el caso de los actos de los artesanos
no se consideraban actos de comercio, siempre y cuando no se
empleara mano de obra con la cual se obtuviera lucro.

B) Inc. 3 hacía referencia a las operaciones de cambio, banco,


corretaje o remate.

Por operación de cambio se entiende el cambio manual que es el


trueque de una moneda por otra —negociación realizada en casas de
cambio o bancos—; o el cambio trayecticio que es la operación de
recibir dinero en una plaza para ser entregado al beneficiario en otro
lugar, por ejemplo, un giro o transferencia.

23
La operación de banco consiste en la intermediación en el comercio
del dinero: depósitos y préstamos.

El corretaje es la mediación (oferta y demanda) entre dos partes para


la conclusión directa de un contrato. Por ejemplo, el corretaje de
inmuebles.

Por remate se entiende la venta al público al mejor postor. No se


consideraba un acto de comercio el remate judicial.

C) El inc. 4 aludía a los actos de comercio por su forma. Abarcaba toda


negociación de letras de cambio, pagarés, cheques, debentures,
obligaciones negociables, acciones.

D) El inc. 5 enunciaba diversas clases de empresa: de fábricas,


comisiones, mandatos comerciales, depósitos o transportes de
mercaderías o personas por agua o por tierra.

Este inciso introducía la palabra empresa, pero no la definía.

La empresa de fábrica, según doctrina, era la organización que


transforma las materias primas en productos sobre los cuales
especula.

Empresas de comisiones y mandatos comerciales. La comisión es el


mandato sin representación, donde el comisionista contrata con
terceros a nombre propio, pero por cuenta de su comitente. El
mandato se suponía comercial cuando su objeto principal era un acto
de comercio. Se consideraban mercantiles también el acto aislado de
comisión o mandato comercial, conformes los arts. 221, 222, 223 y
232 del Código de Comercio.

Empresas de depósitos. El depósito podía ser civil o mercantil, pero si


el depósito era realizado como una actividad profesional organizada
(empresa), se aplicaba derecho mercantil.

Empresas de transportes. El transporte de personas o mercaderías por


tierra se consideraba mercantil cuando era realizado por una

24
empresa. El acto aislado de transporte era regulado por el Código
Civil. La jurisprudencia discrepaba con respecto al transporte público
de pasajeros realizado por taxis. El empleo de un solo auto manejado
por su propietario, no era considerado como empresa mercantil, salvo
que se realizara con más de un auto y se tuvieran empleados para
explotar el vehículo.

En relación al transporte por agua, el inc. 7 del art. 8 establecía la


comercialidad de todo lo relativo al comercio marítimo.

El inciso 5 se aplicó extensivamente a empresas de servicios fúnebres,


cuando incorporaba el servicio de ataúd, transporte, inserción de
avisos, etc.; o sanatorios, cuando proveían habitación, medicamentos,
alimentos, servicios de enfermeras con finalidad de lucro, las
empresas periodísticas que obtenían lucro con el trabajo de sus
empleados, avisos y venta de las publicaciones, etc.; los
establecimientos privados de educación cuando era realizado con una
finalidad de lucro: con el trabajo de los maestros y profesores;
provisión de alimentos y/o artículos escolares; las empresas
constructoras, excepto cuando el constructos limitaba su actuación a
la dirección técnica de la obra.

La actividad agropecuaria no era considerada mercantil (art. 452, inc.


2Código de Comercio derogado), salvo cuando realizara su actividad
en forma de empresa.

E) El inc. 6 establecía la comercialidad de los contratos de seguros,


salvo el seguro social (jubilaciones y pensiones). En relación a la
sociedad anónima, la ley 19.550 de Sociedades Comerciales estableció
la comercialidad de todas las sociedades en razón del tipo legal con
prescindencia del objeto de su explotación.

F) El inc. 7 incluía todo lo relativo al comercio marítimo, como así


también la navegación por placer.

25
G) El inc. 8 disponía que los actos de los factores y dependientes
constituían actos de comercio, ya que eran considerados como actos
realizados por el principal en virtud de la relación de representación
que los ligaba.

H) El inc. 9 había perdió su razón de ser ya que todo lo que estaba


relacionado con las convenciones sobre salarios pasó a integrar el
derecho laboral.

I) Inc. 10: La carta de crédito es una orden que da una persona a otra
para que pague al portador, una suma de dinero hasta un máximo
fijado en ella.

La fianza era mercantil cuando garantizaba el cumplimiento de un


acto o contrato de comercio, aunque el fiador no fuera comerciante.

La prenda se consideraba mercantil cuando se constituyera en


garantía de una obligación de naturaleza mercantil.

J) El inc. 11 abarcaba por ejemplo el mutuo, cuando al menos el


deudor era comerciante; la cuenta corriente mercantil, aunque una de
las partes no fuera comerciante; la transferencia de fondo de comercio
(ley 11.867).

Actos unilateralmente comerciales o mixtos y actos subjetivos

Los actos unilateralmente comerciales o mixtos regulados estaban en


el art. 7 del Código de Comercio derogado. Establecía que: Si un acto
es comercial para una sola de las partes, todos los contrayentes
quedan por razón de él, sujetos a la ley mercantil, excepto a las
disposiciones relativas a las personas de los comerciantes, y salvo que
de la disposición de dicha ley resulte que no se refiere sino al
contratante para quien tiene el acto carácter comercial.

La doctrina discrepaba sobre si estos actos podían ser considerados


actos de comercio o no.

26
Este artículo sometía a todos los participantes a la ley mercantil,
incluso cuando ninguna de los intervinientes era comerciante. Pero a
los no comerciantes no se le aplicaba las disposiciones del estatuto del
comerciante (matrícula, llevar contabilidad, inscripciones en el
Registro Público de Comercio). Este artículo provocaba algunas
dificultades cuando había diferencias entre las reglas comerciales y
civiles. Un ejemplo de esto se daba con la compraventa, ya que este
instituto era regulado por el Código Civil y por el Código de Comercio
derogados. Cuando la compraventa era para consumo del comprador
no se tomaba como mercantil.

El acto subjetivo que regulaba el art. 5 del Código de Comercio


derogado establecía que los actos de los comerciantes se presumían
siempre actos de comercio, salvo prueba en contrario. Quedaban
excluidos actos como la compraventa de inmuebles y los actos
relacionados al derecho de familia, considerados actos civiles.

Cabe mencionar, que, con el tiempo, la doctrina comenzó a cuestionar


la noción de acto de comercio como el eje de la materia mercantil
porque resulta insuficiente, proponiendo una vuelta al derecho
mercantil como un derecho profesional.

MARCO LEGAL DEL COMERCIO ELECTRÓNICO El comercio


electrónico ha evolucionado hasta tal punto que su impacto
internacional ha alcanzado a nuestra nación. Los actos de comercio,
son tan antiguos como el propio hombre y han estado ligados en su
desarrollo de una forma íntima. En ese sentido, el primer tipo de
comercio que se conoce es el trueque, mediante el cual se
intercambiaban mercancías de similares características. A partir de
este, las formas de comerciar se fueron diversificando, conforme se
iban satisfaciendo las necesidades de la sociedad; se ha pasado desde
una forma primitiva, como lo fue el trueque, hasta la instauración de
un modelo económico, denominado capitalismo. En este modelo, la
competitividad es enorme y la necesidad de diversificar los medios de

27
monetización es apremiante. Bajo este esquema, la utilización de los
instrumentos de comunicación para el desarrollo del comercio empezó
a tener auge a partir de las ventas por catálogo concretadas por una
llamada telefónica. A partir de entonces, se descubrió que para
comerciar ya no se necesitaba una oferta y demanda presencial, sino
que se podía realizar con una virtual. El comercio electrónico es la
acción de comprar, vender o intercambiar bienes, servicios e
información a través de los medios electrónicos conocidos como redes
de comunicación. Esta forma de transacción ofrece: realizarse entre
personas que se encuentren físicamente en diversas naciones y
desarrollarse sin la necesidad de un establecimiento físico
CORPORATIVO y de ahorro en la contratación de empleados,
operaciones a bajo costo concretadas en un breve tiempo. La amplitud
de herramientas es poco conocida, pues por lo general, el uso del
comercio electrónico se imagina limitado al intercambio de bienes por
medio de Internet o redes especiales, sin embargo, se reconocen seis
instrumentos principales: teléfono, fax, televisión, sistemas
electrónicos de pago y transferencias monetarias, intercambio
electrónico de datos, Internet. La combinación de ellos garantiza que
las transacciones comerciales se lleven de manera electrónica, por
ejemplo, a través de una oferta televisiva de algún producto con una
compra realizada con tarjeta de crédito. No obstante, la aparición del
Internet significó una reinvención en el modo de tales transacciones al
permitir la interacción multimedios (uso de sonidos, imágenes, textos)
a un costo reducido, quitando de manera importante los obstáculos
dentro de la comunicación y transmisión de bienes. Competitivamente,
el Internet permite la concentración de las etapas del comercio:
publicidad, producción, compra, pago y entrega del producto.
Organismos internacionales Organización Mundial del Comercio
Según la Organización Mundial del Comercio (OMC) el comercio
electrónico es la producción, publicidad, venta y distribución de
productos a través de las redes de telecomunicación, por lo general de

28
libros, música y videos. Al respecto, esa organización adoptó el 20 de
mayo de 1998 en la Segunda Conferencia Ministerial en Ginebra,
Suiza, la Declaración sobre el Comercio Electrónico Mundial con la
cual se estableció un programa de trabajo para realizar el estudio de
las cuestiones relacionadas con el comercio electrónico a nivel
mundial y mantener la costumbre de no imponer derechos de aduana
sobre esta práctica.

A raíz de esas discusiones se ha logrado una homogeneización en su


tratamiento internacional, aumentando el interés en el empleo de este
medio de transacción y el intercambio electrónico de datos para
facilitar el comercio transfronterizo simplificado y con un menor
impacto económico para las empresas. De igual manera se ha buscado
la unificación mediante acuerdos celebrados con diversas
organizaciones intergubernamentales o no gubernamentales en las
siguientes materias: el comercio electrónico como medio de
facilitación de las operaciones mercantiles. En búsqueda de
procedimientos simples y armonizados en el comercio internacional se
prevé el intercambio electrónico de datos para la administración, el
comercio y el transporte, de modo que los comerciantes puedan
presentar documentos aduaneros en forma electrónica (Intercambio
Electrónico de Datos - IED-) provocando una disminución notable en
costos y paralelamente, en el trabajo administrativo de las naciones la
norma para la seguridad de las transacciones electrónicas (SET). Para
fomentar la confianza en el Internet como método de transacciones en
línea, la seguridad de las corrientes de flujos de información resulta
decisiva para evitar la intercepción de mensajes y números de tarjetas
de crédito. En ese orden, el 1 de junio de 1997 se elaboró una norma
denominada SET que mediante el cifrado de mensajes, firmas
electrónicas y certificados criptográficos permiten que los números de
tarjetas de crédito y detalles de transacción sigan siendo privados
cuando se envían por una red cuatro consideraciones fundamentales
sobre el dinero electrónico. Fueron propuestas por el Grupo de

29
Trabajo del Banco de Pagos Internacionales en razón de cuestiones
relativas a los consumidores, el cumplimiento de la ley, y las
autoridades para instaurar políticas que regulen el uso del dinero
electrónico, respetando los principios de: transparencia, integridad
financiera, seguridad técnica y vulnerabilidad ante las actividades
delictivas.

Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS). El AGCS se


negoció durante la Ronda de Uruguay y constituye el primer acuerdo
comercial multilateral en este tema, entrañando compromisos
jurídicamente vinculantes que crean un panorama de transparencia.
Comprende 11 sectores de servicios: prestados a empresas,
comunicaciones, de las construcciones, distribución, enseñanza
,relacionados con el medio ambiente, financieros, sociales y de salud,
turismo y los relacionados con los viajes, esparcimiento, culturales y
deportivos, transporte Prevén cuatro modos de suministro:
transfronterizo (consumidores nacionales compran servicios de
telecomunicaciones a un proveedor de otro país) consumo extranjero
(usuarios consumen servicios en el extranjero) presencia comercial
(una empresa de transporte o un banco extranjero establece una
sucursal dentro del territorio de un país para suministrar servicios)
movimiento de personas físicas (suministran servicios de consultoría
en el territorio de un país que sea miembro) Acuerdo sobre los
Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el
Comercio (ADPIC) . Derivado del Acuerdo de Marrakech (por el cual
se crea la OMC) se estableció, como Anexo 1C, el ADPIC cuyo
contenido es vinculante para todos los miembros de esa organización.
Se concibió con la finalidad de garantizar una protección adecuada y
observancia eficaz de los derechos en esta materia y la solución
imparcial de las diferencias que surjan entre los miembros de la OMC.
Las esferas comprendidas en este son: derecho de autor y conexos
marcas de fábrica o de comercio indicaciones geográficas dibujos y
modelos industriales patentes, esquemas de trazado de circuitos

30
integrados información no divulgada (secretos comerciales y datos de
prueba) Regula las normas mínimas de protección que debe adoptar
cada miembro, un catálogo de procedimientos para que se respete
eficazmente la titularidad de los derechos intelectuales, además de
prever principios básicos como los del trato: nacional y de la nación
más favorecida. - (Foto: Redacción) Participación de la ONU Dentro de
la Organización de las Naciones Unidas (ONU) existe un órgano
jurídico, denominado por sus siglas en español como Comisión de las
Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (CNUDMI),
que fue instaurado por la Asamblea General en 1996. Se le dio el
encargo de reformar la legislación mercantil a nivel mundial a través
de la modernización y armonización de las reglas del comercio
internacional para evitar la disparidad existente entre las leyes
nacionales que entorpecían el comercio transfronterizo.

En ese sentido, la Comisión organizó el grupo de trabajo IV


especializado en comercio electrónico que ha emitido una serie de
documentos al respecto: Ley Modelo de la CNUDMI sobre el Comercio
Electrónico con la Guía para su incorporación al derecho interno (año
1996) Ley Modelo de la CNUDMI sobre Firmas Electrónicas (2001)
Convención de las Naciones Unidas sobre la Utilización de las
Comunicaciones Electrónicas en los Contratos Internacionales (2005)
Fomento de la confianza en el comercio electrónico: cuestiones
jurídicas de la utilización internacional de métodos de autenticación y
firma electrónicas (2007) Ley Modelo sobre el comercio electrónico Se
estructura en dos partes, la primera de ellas relativa al comercio
electrónico en general, y la segunda se conforma con los actos
relacionados con los contratos de transporte de mercancías, y por
último una guía de referencia para incorporar su contenido al derecho
interno de los países miembros. Dentro de la primera de ellas se
señala que el ámbito de aplicación se extiende a todo tipo de
información en forma de mensaje de datos utilizada en el contexto de
las actividades comerciales y se presentan las siguientes definiciones:

31
mensaje de datos, será la información generada, enviada, recibida o
archivada por medios electrónicos, ópticos, como pudieran ser IED,
correo electrónico, el telegrama, el télex o telefax intercambio
electrónico de datos, cuando hubiese una transmisión electrónica de
información de una computadora a otra, estando estructurada la
información conforme a alguna norma técnica convenida iniciador de
un mensaje de datos, será toda persona, haya actuado por su cuenta o
en cuyo nombre se haya actuado para enviar un mensaje de datos
destinatario, se entiende a la persona designada por el iniciador para
recibir el mensaje Sistema de información, todo sistema utilizado para
generar, enviar, recibir, archivar o procesar de alguna otra forma un
mensaje de datos.

Dentro del capítulo de comunicación de los mensajes de datos se


indica que, en la formación de un contrato, de no convenir las partes
otra cosa, la oferta y su aceptación podrán ser expresadas por medio
de un mensaje de datos. Asimismo, impone que los mensajes de datos
tienen validez, efectos jurídicos y fuerza obligatoria por haberse así
convenido entre el iniciador y el destinatario. También contempla de
qué manera se debe de atribuir el envío del mensaje de datos y cómo
se debe de aplicar el acuse de recibo cuando así lo solicite el iniciador.
Para tener por expedido un mensaje de datos se estará al momento en
que este hubiese entrado al sistema de información que no esté bajo el
control del iniciador y la recepción de un mensaje se configurará en el
instante en que el mensaje entre al sistema de información designado.
Guía para la incorporación al derecho interno Se elaboró con la
finalidad de acercar una legislación base que sirviera para modernizar
la existente en los países miembros, de modo que se eliminaran los
obstáculos o se contemplaran las facilidades para el desarrollo del
comercio electrónico. De igual manera, para proteger las operaciones
comerciales a nivel internacional, es necesario que las naciones
tengan un marco jurídico que ofrezca seguridad en las transacciones,
de esa manera, se presta uniformidad a las normas que sirven como

32
base para que las partes convengan, prevengan conflictos y los
resuelvan. Cabe hacer mención que México, como país perteneciente
a esa comisión legisló el apartado de comercio electrónico tomando
como base esta Ley Modelo en el año 2000. Ley Modelo sobre las
firmas electrónicas Se emitió para complementar las disposiciones que
rigen el comercio electrónico, definiendo la naturaleza de las firmas
digitales. Define como: firma electrónica a los datos en forma
electrónica consignados en un mensaje de datos, o adjuntados al
mismo, que son utilizados para identificar al firmante en relación con
el mensaje de datos certificado a todo mensaje de datos que vincule a
un firmante y los datos de creación de la firma mensaje de datos a
toda información generada, enviada, recibida o archivada por medios
electrónicos.

Describe que las firmas electrónicas tienen la misma validez legal que
las autógrafas y, por lo tanto, le otorgan efectos jurídicos al contenido
de los mensajes de datos. Para la creación de una firma digital con
consecuencias jurídicas el firmante deberá actuar con diligencia
suficiente para evitar la utilización no autorizada. Prevé la figura de
prestación de servicios de certificación para apoyar que una firma
tenga efectos jurídicos, la calidad con la cual se actuará y los mínimos
legales con los que debe cumplir. Asimismo, señala que las firmas
electrónicas utilizadas en el extranjero tendrán reconocimiento y
validez fuera de la nación en que se hubiese emitido, siempre que
existan grados de fiabilidad equivalentes. En el ámbito jurídico
nacional nuestro país adoptó el contenido de esta Ley Modelo en el
año 2003. Regulación nacional El Código de Comercio es el
ordenamiento encargado de regular el comercio electrónico; al
respecto, el artículo 89 determina que en los actos de comercio y en la
formación de los mismos a través del uso de mensajes de datos,
podrán emplearse los medios electrónicos, ópticos o cualquier otra
tecnología. Asimismo, reconoce la equivalencia funcional del mensaje
de datos con la información contenida en documentos físicos, y la de la

33
firma electrónica con la firma autógrafa. Contempla al certificado
como unidad básica de vinculación entre un firmante y los datos de
creación de su firma electrónica. Esta se define como un dispositivo de
identificación cuyo uso expresa la aprobación de la información
contenida en el mensaje de datos.

Asimismo, hace hincapié en que no se negarán efectos jurídicos,


validez o fuerza obligatoria a la información que esté contenida en
forma de mensaje de datos. Este reconocimiento es de suma
importancia porque constituye la evocación de obligatoriedad para la
información transmitida en esa forma para realizar actos de comercio.
Señala que si dentro de las formalidades de la ley se requiere que la
información conste por escrito o sea presentada y conservada en
forma original, este requerimiento se dará por satisfecho mediante el
contenido del mensaje de datos, siempre que la información esté
disponible para su consulta posterior o si existe alguna garantía
fidedigna de que se ha conservado la integridad de la información a
partir del primer momento en que se generó por primera vez, en
forma definitiva, el mensaje de datos. Las transacciones realizadas por
estos medios se convalidan con la expedición y recepción de un
mensaje de datos a través de un sistema de información; momentos
que deberán cumplir con las reglas de expedición (momento en que el
mensaje entre a un sistema de información que no esté bajo el control
del emisor); momentos de recepción (entendido como el lapso en que
el mensaje entre al sistema de información convenido por las partes);
acuse de recibo y todas aquellas providencias que hagan presumir el
acuerdo de voluntad de las partes de obligarse en el término de la
información contenida para dicho efecto en el mensaje de datos. La
regulación nacional resulta muy básica en cuanto a las
reglamentaciones específicas del comercio digital, en tanto que no
señala un catálogo pormenorizado de las tecnologías mediante las
cuales se podrá convenir la comercialización de bienes o servicios.
Igual suerte corre la omisión de delimitar la forma en qué se configura

34
la existencia de un contrato (oferta y aceptación) entre las partes
mediante los mensajes de datos. El desarrollo de este medio es
trascendente, pues con la llegada de Internet se ofrece una cantidad
inimaginable de ofertas comerciales provenientes de todo el mundo, lo
que ha provocado que la resolución de los conflictos surgidos se
resuelva de manera empírica y conforme a los instrumentos
internacionales erigidos por organismos multilaterales de los cuales
México es parte. Comentarios finales La inclusión de nuevas
tecnologías en la vida diaria es inminente y los actos de comercio no
son la excepción. Desde esa perspectiva, el marco jurídico nacional
debe robustecer sus contenidos de manera que ofrezca garantías de
seguridad jurídica para los usuarios de esta forma de transacción. El
comercio electrónico, derivado de su rapidez y bajos costos, ha
tomado un impulso sorprendente entre las empresas, sobre todo en el
supuesto de trasmisión de datos, la cual no se hace únicamente a nivel
doméstico, sino que se traslada a todo el mundo, creando la necesidad
de homogeneizar las legislaciones interiores con los lineamientos
internacionales.

________________________________________________________________________
_____

UNIDAD N* 2: ELEMENTO SUBJETIVO DEL DERECHO


COMERCIAL:

LOS SUJETOS INDIVIDUALES ESPECIALES

LAS PERSONAS HUMANAS “EMPRESARIAS” Y “CUASI


EMPRESARIAS”. Conforme con el art. 320 del Código Civil y
Comercial de la Nación se somete, entre otros sujetos y entes, a
ciertas personas humanas a una obligación especial: la de llevar
contabilidad, si las mismas “…realizan una actividad económica
organizada o son titulares de una empresa o establecimiento
comercial, industrial o de servicios”. De ello se sigue que el Código,
35
no obstante, la unificación anunciada, admite dos categorías de
“personas humanas”, una general y otra “especial”, en tanto sujeta a
obligaciones contables que, su vez, necesariamente, estarán sujetas
también a practicar una inscripción de antecedentes (publicidad). Esta
categoría “especial” está compuesta por dos clases de personas
humanas: a) Las que realizan una actividad económica organizada, y
b) Las que son “empresarios”, en el sentido de ser titulares de una
empresa o de un establecimiento comercial, industrial o de servicios.
De ambas categorías resulta que no solo los empresarios integran esta
categoría especial de personas humanas sino también quienes no
siéndolo, realizan una actividad económica organizada que no llega a
configurar una empresa, a los que denominaremos “cuasi-
empresarios”. Analizaremos brevemente a continuación ambos
conceptos.

SUJETOS CON ACTIVIDAD ECONOMICA ORGANIZADA (CUASI


EMPRESARIOS). A continuación, consideramos qué sujetos integran
esta clase. A.-EL ANTIGUO COMERCIANTE INDIVIDUAL. Si bien
desaparece en el nuevo código la figura del “comerciante”, quienes
para el Código derogado revestían tal calidad, en tanto realizan una
actividad económica organizada, mantienen ahora la obligación de
llevar contabilidad, sean o no titulares de una empresa o de un
establecimiento. En consecuencia, esta clase comprende a quien
realiza una interposición en los cambios asumiendo riesgos, actuando
por “cuenta propia” en forma profesional, habitual y con fin de lucro.
O sea que esta categoría comprende al “comerciante” que no llega a
ser un “empresario”. Téngase en cuenta que, desde el punto de vista
conceptual, “comerciante” es quien realiza una actividad de
intermediación en el cambio de bienes.

El “empresario”, por su lado, es el titular de una empresa,


entendiendo por tal la actividad organizada de los factores de
producción para producir bienes y servicios destinados al mercado. O
sea que los conceptos no son idénticos. Para algunos autores hay una

36
relación de género (empresario) y especie (comerciante). A nuestro
juicio, si bien todo empresario cumple alguna función de interposición
y todo comerciante organiza de algún modo los factores de
producción, lo cierto es que ni todo comerciante es titular de una
“empresa”, lo que exige la existencia de una “hacienda”, de “capital”
propio y de “trabajo subordinado”, ni todo empresario intermedio en
“bienes”, por lo que los conceptos tienen una zona común y otras
diferenciadas.

B.-SUJETOS INDIVIDUALES NO CONSIDERADOS


COMERCIANTES. Dada la derogación de la figura del comerciante, y
considerando que el concepto de “actividad económica organizada”
excede la noción del art. 1º del derogado Código de Comercio,
entendemos que hay sujetos “no comerciantes” que ahora se
encuentran obligados. Es el caso, principalmente, de los prestados de
servicios que no se interponen en el comercio de bienes pero que
despliegan una actividad económica organizada. También aplica en
esta categoría el caso del fiduciario persona física cuando la
administración registra cierta complejidad.

TITULARIDAD DE UNA EMPRESA. En esta categoría se ubican las


personas humanas que son “empresarios” o sea que explotan una
empresa sin exigirse que posean un establecimiento. Se ha definido a
la empresa como la organización en la cual se coordinan el capital y el
trabajo y que, valiéndose del proceso administrativo, produce y
comercializa bienes y servicios en un marco de riesgo. Además, busca
armonizar los intereses de sus miembros y tiene por finalidad crear,
mantener y distribuir riqueza entre ellos6. También se ha dicho que es
una organización con finalidad económica y con responsabilidad
social, generadora de productos y servicios que satisfacen
necesidades y expectativas del ser humano. A nivel jurídico la empresa
no tiene un estatuto propio por lo que debe atenderse al régimen legal
de sus diversos elementos descriptos, resultando de interés los
aportes del derecho tributario y del derecho laboral.

37
TITULARIDAD DE “UN ESTABLECIMIENTO COMERCIAL,
INDUSTRIAL O DE SERVICIOS”. En rigor, la “empresa” y el
“establecimiento comercial, industrial o de servicios” no son lo mismo
porque el “establecimiento” es una parte de la empresa (hacienda o
sustrato material) y no el todo (que incluye personal, know how, etc.).
Sin embargo, como la ley habla del “titular” (elemento personal), debe
entenderse que se trata de do conceptos análogos y que la reiteración
pretendió ser ejemplificativa en el sentido de no dejar dudas de que el
titular de un negocio debe siempre llevar libros. En el punto cabe
recordar que la ley 11.867, cuya vigencia se mantiene, declara
elementos constitutivos de un “establecimiento comercial o fondo de
comercio”, a los efectos de su transmisión por cualquier título, “las
instalaciones, existencias en mercaderías, nombre y enseña comercial,
la clientela, el derecho al local, las patentes de invención, las marcas
de fábrica, los dibujos y modelos industriales, las distinciones
honoríficas y todos los derechos derivados de la propiedad comercial e
industrial o artística (art.1º), disponiéndose un procedimiento de
precio, información, edictos y oposiciones necesariamente previos al
documento definitivo de transferencia que será objeto de inscripción
en el Registro Público de Comercio (art. 12). La obligación contable
pesa sobre el titular de un fondo de comercio, sea su propietario,
locatario, comodatario o que lo detente a cualquier título siempre que
tenga el control de los recursos y de sus resultados, o sea que lo
explote. Tal titularidad le da carácter de empresario (ver supra).

-LOS SUJETOS COLECTIVOS: LAS SOCIEDADES


“EMPRESARIALES”. Como ya se destacó, la ley 26.994, modifica a la
ley 19.550 de sociedades “comerciales”, sustituyendo su
denominación por la de LEY GENERAL DE SOCIEDADES,
introduciendo diversas modificaciones. En el punto hay que tener
presente que el proyecto de la Comisión Redactora no fue el
finalmente consagrado en el texto legal, motivo por el cual los
“Fundamentos” de la ley 26.994 solo tienen utilidad parcial.

38
En esta introducción queremos señalar como principios relevantes de
la reforma societaria a los siguientes: a) La tutela de la “empresa” y
de su “conservación”, mediante la exigencia de que haya empresa
para que exista sociedad, derivada de la derogación de las sociedades
civiles, y por el mecanismo de impedir la disolución, aun cuando
quede reducida a un socio, facilitando la reactivación en todos los
casos y eliminando los efectos liquidatorios de las nulidades. b) El
reconocimiento del derecho al fraccionamiento patrimonial fundado en
unidades de negocios distintas de una misma persona, consagrado por
el sistema de Sociedad Anónima Unipersonal. c) El principio de
autonomía de la voluntad y de libre asociación derivado de las reglas
sobre contratos asociativos no taxativos. d) El principio del debido
cumplimiento de los contratos al hacerlos obligatorios para las partes,
aunque no se hayan inscripto. e) La limitación de la responsabilidad a
lo obrado por cada uno, restringiendo los casos de responsabilidad
solidaria en los contratos asociativos y en las sociedades informales. A
continuación, se brindará un panorama societario que resulta, tanto
de la nueva ley general de sociedades, cuanto de algunas normas del
cuerpo del nuevo Código Civil y Comercial.

EL NUEVO CONCEPTO DE “SOCIEDAD” Y LA DEROGACIÓN DE


LAS “SOCIEDADES CIVILES”. El artículo primero de la actual Ley
General de Sociedades, establece que “Habrá sociedad si una o más
personas, en forma organizada conforme a uno de los tipos previstos
en esta ley, se obligan a realizar aportes para aplicarlos a la
producción o intercambio de bienes o servicios, participando de los
beneficios y soportando las pérdidas…” Al haber desaparecido el
régimen de las sociedades civiles de los arts. 1648 y siguientes del
derogado código civil (ley 340), que no exigía, para que exista
sociedad, la “forma organizada”, ni la aplicación de los aportes a “la
producción e intercambio de bienes y servicios”, resulta que en el
concepto legal actual de la “sociedad” resulta imprescindible el
“objeto empresario”, o sea la existencia de una organización para la

39
producción e intercambio de bienes y servicios. Por su parte, el art.
1442 del Código Civil y Comercial, entre las disposiciones generales
para los contratos asociativos, dispone que éstas se aplican a todo
contrato de colaboración, de organización o participativo, con
comunidad de fin, “que no sea sociedad”. De tal suerte, toda
asociación de dos o más personas, con fines de lucro, donde haya
aportes para obtener utilidades de su aplicación, pero sin explotar una
empresa no es sociedad y queda subsumida en algunas de las figuras
de los “contratos asociativos”, que en el código son contratos sin
personalidad jurídica (arts.1442 a 1478). En definitiva, a partir de la
ley 26.994, las sociedades no se denominan más “comerciales” pero
deben ser todas “empresarias”.

LAS SOCIEDADES ANONIMAS UNIPERSONALES.

La ley 26.994, entre otras modificaciones, introduce la figura de la


“sociedad anónima unipersonal”15. Los requisitos de esta nueva
categoría son relativamente simples16: solo se admite que sean
unipersonales las sociedades anónimas (art.1º), se trata de un acto
jurídico unilateral, no puede ser único socio otra sociedad anónima
unipersonal (art.1º)17, la denominación debe ser “sociedad anónima
unipersonal, su abreviatura o la sigla “S.A.U.” (art. 164); la
integración del aporte debe ser un 100% al momento de la
constitución (art.187), están sujetas a fiscalización estatal permanente
(art. 299 inc.7º), lo que implica que deban tener sindicatura plural
(art.284, segundo párrafo, ley 19.550) y directorio plural en forma
obligatoria (art.255, segundo párrafo, ley 19.550)18. Se trata de la
primera vez que la ley admite expresamente como sujetos a las
sociedades inicialmente unipersonales, cuando el tema se hallaba
negado o muy controvertido como ocurrió al negarse el concurso
preventivo de “Great Brands” por el juez de primera instancia19. En
cuanto a la utilización de la nueva figura, consideramos dos casos
posibles: En primer lugar, el de la subsidiaria totalmente integrada de
una empresa extranjera que, al contar con la figura de la sociedad

40
anónima unipersonal, podrá ser la única socia fundadora de una
sociedad local (filial) sin verse sometida a los riesgos “de agencia” que
derivarían de la necesidad de contar con otro socio local. En segundo
término, para las empresas nacionales de cierta envergadura, o las
que ya están sometidas al art. 299 LS (con tres síndicos y tres
directores), la posibilidad de establecer unidades de negocios con
patrimonios y personalidad jurídica diferenciada. Lo que queda claro
es que la nueva figura no atiende a la problemática de la limitación de
la responsabilidad del empresario individual.

-LA AUTONOMIA DE LA VOLUNTAD, LA LIMITACIÓN DE


RESPONSABILIDADES Y EL NUEVO ESTATUTO DE LAS
SOCIEDADES “INFORMALES”.

Es un tema recurrente de los últimos proyectos legislativos, aunque


con diversos alcances en cada caso. Ver Favier Dubois (h), E.M. “Los
límites de la sociedad unipersonal y el abandono de la empresa en el
nuevo concepto de sociedad”, en “Nuevas perspectivas en el derecho
societario y el Anteproyecto de reforma de la Ley de sociedades
comerciales”, Bs.As., 2005, Ed. Ad Hoc, pag.89. Ello no quita que se
plantean grandes incertidumbres en los casos de sociedades
originariamente unipersonales que no se sometan a las reglas de la
S.A.U. Ver al respecto Molina Sandoval, Carlos A. “Sociedades
anónimas unipersonales” en LL 2014-F, diario del 9-12-14, pag.1 y
stes. Pensamos que la incapacidad se refiere solo a las sociedades
anónimas unipersonales argentinas pero que no afecta a las
sociedades extranjeras unipersonales, regidas por sus propias leyes en
materia de capacidad de participar en otras. 18 ver Vítolo, Daniel “La
errónea regulación de las sociedades unipersonales en la reforma a la
ley de sociedades propuesta en el Proyecto de Código Civil y
Comercial de la Nación- Anexo II- “, en la obra “Las Reformas al
Derecho Comercial en el Proyecto de Código Civil y Comercial de la
Nación”, Ed. Legis, Bs.As., 2012 pág. 287 y stes. Ver la evolución del
tema en Favier Dubois (h), E.M. “La resolución general 2/05 de la

41
Inspección General de Justicia y el debate sobre las sociedades off
shore”, en La Ley, 2005-B-1028.

El nuevo texto de la ley de sociedades da una importancia


fundamental al principio de autonomía de la voluntad, reduce el
régimen de responsabilidades y cambia fundamentalmente el régimen
de la sociedad informal, o sea el que aquella que no acudió a
instrumentarse como una sociedad “típica” (SRL, S.A., etc.) y, por
ende, se regía hasta ahora por las reglas de las “sociedades de hecho”
(arts. 21 a 26 ley 19.550). La ley 26.994 modifica tales artículos para
crear una nueva categoría societaria a la que denomina “de la Sección
IV”, y que se corresponde al concepto de “sociedades informales” y
agrupa, en una misma regulación, a las que hoy son las “sociedades
civiles” (con objeto empresario), las “sociedad de hecho o irregulares”
y las sociedades “nulas o anulables por atipicidad o falta de requisitos
formales”. Pues bien, a diferencia de lo que ocurría con la ley 19.550,
en el nuevo texto el contrato sí puede ser invocado entre los socios y
sus cláusulas pueden oponerse contra los terceros que las conocían al
contratar, incluso respecto de quién representa a la sociedad, todo lo
que evita conflictos entre los socios y también con terceros. También
la sociedad podrá adquirir bienes registrales a su nombre, por un acto
de reconocimiento de todos los socios, permitiendo separar los bienes
personales de los bienes afectados a la empresa familiar. Además, y
esto es muy importante, salvo pacto expreso o que se trate de una
sociedad “colectiva” que no pudo inscribirse, la responsabilidad de los
socios por las deudas de la sociedad no es solidaria e ilimitada como
ahora, sino que pasa a ser mancomunada y divida en partes iguales.
Finalmente, el pedido de disolución de un socio no opera si hay plazo
pactado y, si no lo hay, opera recién a los noventa días, pero permite a
los restantes continuar con la sociedad pagando la parte social a los
salientes, todo lo que garantiza la continuidad.

LA CAPACIDAD DE LOS SOCIOS. El nuevo Código supera a la


limitación de la ley anterior, que solo permitía a los cónyuges ser

42
socios de sociedades en las que tengan responsabilidad limitada, y los
autoriza a integrar cualquier tipo de sociedad, incluyendo a las
informales de la Sección IV recién referidas (nuevo art. 27 L.S.). Vale
decir, desaparece la actual contingencia de que a una sociedad
“comercial de hecho” entre marido y mujer, o con hijos y nueras, se la
repute como nula y se le exija la liquidación y/o se le impida la
“regularización”. En cuanto a las sociedades por acciones, se admite
que puedan ser socias de otras sociedades por acciones, de SRL y que
puedan ser parte de contratos asociativos (art.30), lo que despeja para
siempre los fantasmas de la incapacidad, de la sociedad de hecho, y de
la posibilidad de invocar el contrato, en el caso de los “joint ventures”,
“consorcios” y demás alianzas estratégicas entre empresas.

3.5.-OTRAS REFORMAS DE LA LEY SOCIETARIA. Entre otras


reformas relevantes de la ley de sociedades cabe destacar las
siguientes:

A.-LA UNIPERSONALIDAD SOBREVINIENTE.

Ya no va a ser causal de disolución en ningún tipo social (arts. 94 y 94


bis.) Si se trata de sociedad en comandita simple, por acciones o de
capital e industria, al convertirse en unipersonal se transforman
automáticamente en S.A. Unipersonal, si no deciden otra cosa en los
tres meses (art. 94 bis). Nada se dice sobre qué pasa cuando una SRL
o una Sociedad Colectiva, o incluso una S.A., que no sea una SAU,
quedan con un único socio, tema que deberá ser despejado por la
doctrina, al igual de qué pasa si las comanditas o la de capital e
industria devenidas unipersonales no se ajustan a los requisitos de la
SAU (omiten designar tres directores y tres síndicos y no se someten
al contralor estatal permanente). En caso de exclusión en sociedad de
dos socios, el inocente asume el activo y pasivo social, sin perjuicio del
art. 94 bis.

B.-DEROGACION DE LA NULIDAD POR ATIPICIDAD. Desaparecen la


nulidad de la sociedad atípica y la anulabilidad por ausencia de

43
requisitos esenciales no tipificantes (art. 17). La omisión de requisitos
esenciales tipificantes o no tipificantes, o la inclusión de elementos
incompatibles con el tipo social, priva a la sociedad de los efectos del
tipo y la sujeta a la Sección IV (“sociedades informales”).

C.-GENERALIZACIÓN DEL INSTITUTO DE LA REACTIVACIÓN


SOCIETARIA El art. 100 de la ley general de sociedades permite que
cualquier causal de disolución pueda ser removida bajo las siguientes
condiciones: a) decisión del órgano de gobierno; b) eliminación de la
causal disolutoria; c) viabilidad económica y social de la subsistencia
de la actividad de la sociedad; d) no haberse cancelado la inscripción
registral; e) dejando a salvo los derechos de terceros y las
responsabilidades asumidas. El instituto de la reactivación también
está legislado en materia de personas jurídicas privadas, con menores
requisitos (art. 166 del código civil y comercial).

3.6.-APLICACIÓN DE REGLAS DE LAS PERSONAS JURIDICAS


PRIVADAS. Al haberse calificado en el nuevo código a las sociedades
como personas jurídicas privadas (art. 148 inc. a), les resultan
aplicables una serie de normas en forma subsidiaria a las normas
imperativas de la ley de sociedades y a las reglas del acto constitutivo
y reglamentos (art. 150). Entre dichas normas pueden destacarse de
interés: -Su existencia comienza desde la constitución (art. 142). -La
inoponibilidad de la personalidad jurídica no puede afectar los
derechos de terceros de buena fe (art. 144 in fine). -La participación
del Estado no modifica su carácter privado (art. 149). -Las personas
jurídicas privadas constituidas en el extranjero se rigen por las
normas de sociedades constituidas en el extranjero de la ley general
de sociedades (art. 150 in fine). -El nombre social está sujeto a
requisitos de veracidad, novedad y aptitud distintiva, tanto respecto
de otras denominaciones sociales como de marcas y otras
designaciones, sin poder inducir a error (art. 151).

44
-Las modificaciones no inscriptas producen efectos desde su
otorgamiento y son oponibles a los terceros que las conozcan (art.
157). -Si en los estatutos no hay previsiones especiales y lo consienten
todos los que deben participar del acto, se admiten las asambleas a
distancia (art. 158 a) -Se admiten las asambleas y reuniones
“autoconvocadas” si todos concurren y el temario se aprueba por
unanimidad (art. 158 b). -Los administradores deben implementar
sistemas preventivos para evitar el conflicto de intereses (159). -En
caso de bloqueo de las decisiones en una administración colegiada, el
presidente o algún administrador puede ejecutar los actos
conservatorios, convocando a asamblea dentro de los diez días, la que
puede conferirle facultades extraordinarias para actos urgentes o
necesarios (art. 161).

NUEVAS NORMAS SOBRE TRANSFERENCIAS, COMPROBANTES Y


REGISTRO DE ACCIONES. El cuerpo del Código Civil y Comercial
contiene algunas de ellas, a saber: Si se trata de bienes gananciales, el
Código exige expresamente el asentimiento del otro cónyuge para
enajenar o gravar acciones nominativas no endosables y las no
cartulares, con excepción de las autorizadas para la oferta pública
(art.470 b), sin perjuicio de que su infracción no es oponible a terceros
portadores de buena fe (art. 1824). Ahora bien, siendo las acciones
títulos valores (art. 226 ley de sociedades), y dado que el art. 1815,
segunda parte, del nuevo Código dispone que las referencias a bienes
registrables no se aplican a tales títulos valores, cabe considerar que
la acción reipersecutoria del legitimario contra los terceros
adquirentes de bienes registrables no procede en el caso de donación
de acciones. Por otra parte, el Código regula la expedición de
comprobantes de saldos de títulos valores no cartulares (art. 1851), en
norma aplicable a las “acciones escriturales” (art.208 último párrafo,
ley de sociedades) y también, en normativa aplicable al libro de
Registro de Acciones (art.213 ley de sociedades), el Código establece
en los arts. 1876 a 1881 un procedimiento de denuncia, publicaciones,

45
verificaciones ante un perito judicial y sentencia judicial ordenando
confeccionar un nuevo libro y las inscripciones respectivas.

LA CONTABILIDAD OBLIGATORIA Y EL SISTEMA DE REGISTROS


CONTABLES.

5.1.-LOS OBLIGADOS CONTABLES QUE RESULTAN DEL CODIGO Y


DE OTRAS DISPOSICIONES. La norma básica en la materia es el art.
320 del Código Civil y Comercial de la Nación, el que dispone: “Están
obligadas a llevar contabilidad todas las personas jurídicas privadas y
quienes realizan una actividad económica organizada o son titulares
de una empresa o establecimiento comercial, industrial o de servicios.
Cualquier otra persona puede llevar contabilidad si solicita su
inscripción y la habilitación de sus registros o la rubricación de sus
libros, como es establece en esta misma Sección”. “Sin perjuicio de lo
establecido en leyes especiales, quedan excluidas de las obligaciones
previstas en esta Sección las personas humanas que desarrollan
profesionales liberales o actividades agropecuarias y conexas no
ejecutadas u organizadas en forma de empresa. Se consideran
conexas las actividades dirigidas a la transformación o a la
enajenación de productos agropecuarios cuando están comprendidas
en el ejercicio normal de tales actividades. También pueden ser
eximidas de llevar contabilidad las actividades que, por el volumen de
su giro, resulta inconveniente sujetar a tales deberes según determine
la jurisdicción local”. Ahora bien, ese nuevo texto debe
complementarse, en primer lugar, con otras disposiciones contables
del mismo código unificado y, en segundo término, con lo que surge
de leyes especiales no derogadas por la nueva legislación proyectada.

De ello resulta que en el nuevo universo normativo resulta que los


obligados a llevar contabilidad pueden ser agrupados en cuatro
categorías, a saber: a) Las “personas jurídicas privadas”, donde el
fundamento de la exigencia contable debe buscarse, ora en su
recurrencia habitual al crédito (sociedades y cooperativas), ora como

46
una forma de rendición calificada de cuentas por la administración de
intereses de terceros (los restantes casos). b) Los “entes contables
determinados sin personalidad jurídica” expresamente obligados por
ley, como es el caso de las Agrupaciones de Colaboración, Uniones
Transitorias y Consorcios de Cooperación. El fundamento de la
obligación contable estaría en una calificada rendición de cuentas de
los administradores y representantes a los partícipes de estos
contratos. c) Las “personas humanas que desarrollan ciertas
actividades económicas”, como son el ejercicio de una actividad
económica organizada, la titularidad de una “empresa” y la titularidad
de un “establecimiento comercial, industrial o de servicios”. El
fundamento debe buscarse en la “recurrencia habitual al crédito”
propio de estas actividades. d) Los “agentes auxiliares del comercio”
regidos por normas especiales, como es el caso de martilleros y
corredores. El fundamento debe buscarse en su conexión, por
intervención o facilitación, con operaciones económicas que interesan
a terceros. Cabe señalar que el Código no en todos los casos prevé la
inscripción registral previa de todos los obligados a llevar
contabilidad, como es el caso de las simples asociaciones, los sujetos
con actividad económica organizada, etc., destacándose que se ha
derogado la obligación de todos los sujetos mercantiles de
matricularse en el Registro Público. Sin embargo, entendemos que en
tales casos la solicitud de “rubricación” de libros o de “autorización”
de contabilidad informática, debe hacerse acompañada de los
antecedentes del sujeto o ente que justifiquen su calidad de obligado,
los que al quedar depositados en el Registro Público como
antecedentes para nuevas rúbricas cumplirán una función de
matricidad y de publicidad material. Ello sin perjuicio de la expresa
matriculación previa a la rúbrica a que pudieran obligar las leyes
locales. A continuación, se analizará cada una de estas categorías.

LAS PERSONAS JURIDICAS PRIVADAS. Las “personas jurídicas


privadas”, son las enumeradas por el art. 148 del nuevo Código, gozan

47
de personalidad jurídica diferenciada de sus miembros y
administradores, y se les aplican, además de las normas especiales
previstas para cada una, las normas generales establecidas por los
arts. 150 a 167 del nuevo Código. De tal suerte, son “personas
jurídicas privadas” en el nuevo texto las siguientes: sociedades,
asociaciones civiles, simples asociaciones, fundaciones, mutuales,
cooperativas, consorcio de propiedad horizontal y otros entes
mencionados por otras leyes con similar finalidad y normas de
funcionamiento. Como ya se señaló, todas ellas están obligadas a
llevar contabilidad, sin perjuicio de la eventual aplicación del criterio
dimensional para eximirlas en función del volumen de su giro (último
párrafo del art. 320), lo que deberá establecer la jurisdicción local.

ENTES CONTABLES DETERMINADOS SIN PERSONALIDAD


JURIDICA. Hay entes que si bien no tienen personalidad jurídica ni
son sociedades, la ley les exige llevar contabilidad y, por ende, los
considera como “entes contables”. Se trata de algunos contratos
asociativos como las agrupaciones de colaboración, uniones
transitorias y consorcios de cooperación (arts.1455 inc. l, 1464 inc. l y
1475 del CCCN).

PERSONAS HUMANAS CON ACTIVIDADES ECONOMICAS


DETERMINADAS.

A. REMISION. A esta categoría ya nos hemos referido supra, en el


cap. 2º, a lo que remitimos.

B.-LA EXCLUSION DE PROFESIONALES LIBERALES Y


AGROPECUARIOS SIN EMPRESA. Por su lado, se excluyen
expresamente (art. 320, segundo párrafo, primera parte) a los
profesionales liberales y a las actividades agropecuarias cuando se
trata de personas humanas que, aunque desarrollen actividad
económica organizada no llegan a organizarse como “empresa”. A
efectos de determinar cuándo una actividad de un profesional puede
ser reputada como “empresa” resulta útil acudir al derecho fiscal. De

48
diversos dictámenes sobre distintos impuestos, resulta el siguiente
concepto tributario de la empresa: “la organización industrial,
comercial, financiera, de servicios, profesional, agropecuaria o de
cualquier otra índole que, generada por el ejercicio habitual de una
actividad económica basada en la producción, extracción o cambio de
bienes o en la prestación de servicios, utiliza como elemento
fundamental para el cumplimiento de dicho fin la inversión de capital
y/o el aporte de mano de obra, asumiendo en la obtención del
beneficio el riesgo propio que la actividad que desarrolla”20 Por tales
razones de exceptúan los servicios profesionales, técnicos o científicos
en donde el componente intelectual prevalece sobre el aporte de
capital y/o de la mano de obra auxiliar o de apoyo. En tal sentido, se
ha considerado relevante, para juzgar o no la existencia de una
empresa comercial a los fines tributarios, determinar si el trabajo de
los otros profesionales empleados con título habilitante tiene aptitud o
no para suplantar o independizarse del trabajo del profesional titular,
existiendo empresa en el primer caso y no en el segundo. En cambio,
no se consideró relevante para considerar la existencia de una
empresa la importancia o valor del equipamiento si lo más valioso y
principal para la actividad es el intelecto personal del profesional a
cargo.

En cuanto a las actividades agropecuarias, la ley también excluye a las


“conexas” entendiendo por tal las dirigidas a la transformación o a la
enajenación de productos agropecuarios cuando están comprendidas
en el ejercicio normal de las actividades. Vale decir que las conexas
deben ser accesorias, habituales, y sin forma empresaria para gozar
de la exención contable legal.

C.-EL CASO DEL ARTESANO. Artesano es quien trabaja


personalmente, con o sin ayuda de obreros o aprendices bajo su
dirección, en la fabricación de objetos que vende o en la refacción de
cosas de propiedad de su clientela (Zavala Rodríguez). O sea que es
artesano tanto quien fabrica o elabora (carpintero, herrero, joyero,

49
etc.), como quien realiza reparaciones (mecánico, afilador,
electricista, plomero, gasista, service, etc.). En el código de comercio
la doctrina controvertía su calidad de comerciante, aplicando para
diferenciarlo ora un criterio cuantitativo (según tenga o no capital,
colaboradores y volumen de facturación) ora uno cualitativo (según la
medida de su trabajo personal) (Anaya). La jurisprudencia, en
general, le ha negado carácter de comerciante, sin embargo,
Etcheverry propone considerarlo como tal por no existir, a su juicio,
diferencias cualitativas con el fabricante. Por nuestra parte
señalamos que mientras el artesano realice un trabajo personal, no
podría ser considerado comerciante, lo que se corrobora con la
autorización al fallido de ejercer “tareas artesanales” (art. 104 ley
24.522) a pesar de tener prohibido “ejercer el comercio” por su
inhabilitación desde la fecha de la quiebra (art.238 de la misma ley).
En consecuencia, el artesano caerá o no en la figura de la “actividad
económica organizada” o en la de titular de “empresa” o de
“establecimiento industrial o de servicios”, según su situación
cualitativa (personal, capital) y cuantitativa (trabajo propio).

D.-EL CASO DEL FIDUCIARIO PERSONA HUMANA. Los negocios


fiduciarios generan una específica obligación de rendir cuentas por
parte del fiduciario en tanto en ellos coexisten una transferencia de
propiedad y un mandato a cumplir en el marco de una relación de
confianza.21 Conforme con el art. 7º de la ley 24.441, último párrafo,
“en todos los casos los fiduciarios deberán rendir cuentas a los
beneficiarios con una periodicidad no mayor a un año”. Pero además
de ese deber irrenunciable hacia el beneficiario, entendemos que el
fiduciario debe también rendir cuentas al fiduciante.

En el Código Civil y Comercial el art. 1675 establece que la rendición


de cuentas puede ser solicitada por el beneficiario, por el fiduciante o
por el fideicomisario, en su caso, conforme con la ley, con las
previsiones contractuales, y rendirse con una periodicidad no mayor a
un año. Ahora bien, cuando se trate de un fideicomiso que tenga cierto

50
grado de “actividad económica organizada “el fiduciario tiene la
obligación de rendir cuentas mediante el llevado regular de
contabilidad emitiendo estados contables anuales por aplicación del
art. 320 citado. Al respecto, el art. 1º del Decreto 780/95 establece
que “En todas las anotaciones registrales o balances relativos a bienes
fideicomitidos, deberá constar la condición de propiedad fiduciaria
con la indicación en fideicomiso”. Por su parte, la Comisión Nacional
de Valores en sus “Normas”, Cap.XV.5, en cuanto a los fideicomisos
financieros, prevé la presentación a la Comisión de: a) estados de
situación patrimonial; b) estado de evolución del patrimonio neto; c)
estado de resultados y d) estado de origen y aplicación de fondos,
como así que se sigan los mismos criterios de valuación y exposición
exigidos a las emisoras, que se brinde cierta información
complementaria específica (art. 27), y una información anual y
trimestral (art.28) 23. Por su parte, en el Informe nro.28 del Consejo
Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad Autónoma de
Bs.As.24 considera necesario que, cuando la trascendencia económica
y jurídica del patrimonio del fideicomiso, así como la gestión o
administración involucrada en el contrato de creación (la cuál puede
presentar un grado de complejidad asimilable a la de una entidad
comercial o industrial) lo justifiquen, el fideicomiso presente
información periódica en forma de estados contables (4.6.1.). También
recomienda presentar los cuatro estados exigidos por la Comisión
Nacional de Valores para los fideicomisos financieros, pero sostiene
que no todos son obligatorios si por las características del fideicomiso
no se justifica dicha presentación.

DISOLUCIÓN

§ 143. INTRODUCCIÓN. -La LSC regula la disolución en el cap. I,


secc. XII. Podemos recordar la cita del Código de Hammurabi: "se
producirá la disolución al término del negocio en virtud del cual las
partes formalizaron el contrato de sociedad", advirtiendo que esa cita
es suficientemente representativa de toda la moderna doctrina sobre

51
el tema de la disolución de sociedades, particularmente porque la
disolución y liquidación de sociedades es la forma de extinción de esa
persona jurídica. A diferencia de los contratos de cambio, la sociedad
-como no es un contrato- exige un proceso instituido por la ley como
de orden público, que se inicia con la disolución y prosigue con la
liquidación. Implica realizar el activo para afrontar al pasivo,
distribuyendo el remanente -de existir- entre los socios, poniendo fin
al sujeto de derecho societario, haciendo así efectivo el derecho de la
cuota de liquidación, o sea, el derecho de los socios sobre el
remanente patrimonial de la sociedad persona. "La persona jurídica no
muere en el instante en que interviene la causa extintiva, sino que si
se permite una imagen funeraria..., entra en la agonía. Su vitalidad
queda limitada, debilitada, especializada, en el sentido de que,
abandonando el objeto de vida, ahora persigue su objeto de muerte,
piensa en liquidarse, en arreglar sus propios asuntos y en preparar su
definitivo traspaso. El fin se modifica: el originario es sustituido por el
fin de liquidación"11. Durante su funcionamiento la sociedad debe
tender a cumplir el objeto social como causa inmediata de la relación
constitutiva12, empero llega la oportunidad en que o por las
previsiones del estatuto o del contrato constitutivo, o por afectación
funcional a la actividad del sujeto, se genera una causal de su
extinción, y que -una vez cumplida esa etapa de liquidación- impide
que se generen nuevas relaciones imputables a su personalidad
jurídica. Disolución es el momento social en el cual, al verificarse una
causal legal o contractual, se pone fin a la etapa normal de
funcionamiento en la que se cumple el objeto, dando inicio a una
segunda etapa final, denominada liquidación, que concluye con la
extinción de la sociedad como sujeto de derecho. Esa particular forma
de extinción no puede ser momentánea por la naturaleza de los
vínculos generados por el sujeto sociedad. Su patrimonio es
constituido no sólo como un cúmulo de derechos sino también de
obligaciones, y en la liquidación de sociedades debemos analizar la

52
extinción total de los vínculos asumidos por ella: la extinción no sólo
de la sociedad, sino de su patrimonio y de las relaciones generadas.
Disolución y liquidación son temas controvertidos en doctrina en
muchas facetas: sobre su finalidad, sobre la naturaleza jurídica de la
sociedad en disolución o de la sociedad en liquidación, de la capacidad
y particularmente de los efectos extintivos del vínculo. En primer
lugar, la temática está ligada a la historia de las sociedades, esta
historia tan vinculada al otorgamiento de la personalidad como acto
del príncipe, no reconociendo la autonomía de la voluntad como
generadora de un centro de imputación de derechos y obligaciones. Al
mismo tiempo, la extinción aparecía como la posibilidad de que un
rayo se descargara sobre la sociedad y ésta desapareciera, lo que está
descartado por el art. 101 de la LSC. La atribución de personalidad
negada a las sociedades personalistas, a la sociedad irregular y, de
hecho, reconocida sólo por alguna jurisprudencia o por alguna
doctrina francesa, es ahora reconocida exclusivamente para la
liquidación en las sociedades de hecho en la reforma del año 1978 del
Código Civil francés. El problema del reconocimiento de la
personalidad o del centro de imputación diferenciada aparece ahora
como necesidad de tutelar los derechos de los acreedores sociales. Se
respeta así a los terceros más que a las partes en este reconocimiento
de personalidad para la liquidación, para separar a los acreedores de
la sociedad de los acreedores individuales del socio. El segundo
problema se puede suscitar en orden a una inteligencia del tema
relativo a la concepción de los términos, es decir, a la terminología a
usar. La referencia "disolución", en derecho societario, lleva a
acepciones distintas, según sea el sistema de derecho de que se trate:
en el anglosajón equivale al momento extintivo de la sociedad; en el
continental europeo -en el que se enrola la legislación argentina- es un
prius, como se señala, a la etapa liquidatoria, esto es, un presupuesto
de relaciones jurídicas que consiste en el verificarse o acaecer de uno
de los determinados supuestos que prevén la ley o el estatuto. En el

53
derecho anglosajón, el proceso liquidativo viene primero y la
disolución (por extinción) después, y dentro del derecho continental se
registra la misma estructura de nuestra ley de sociedades: disolución
y liquidación. Creemos que hay tres etapas diferenciadas, escalonadas
en orden temporal, conexas por causalidad, pero no necesarias entre
sí.

DISOLUCIÓN DEL VÍNCULO Y DE LA RELACIÓN SOCIAL

Hay causales de disolución como la fusión, la quiebra, que no


conllevan necesariamente al proceso liquidatorio de la sociedad.
Deben diferenciarse claramente esas tres etapas escalonadas en un
orden temporal14. La primera etapa, más que de disolución, es
constatación de causal de disolución. La segunda es la liquidación de
las relaciones jurídicas creadas, etapa posterior a la detectación de la
causal de disolución, como proceso liquidatorio de las relaciones
jurídicas creadas por la sociedad respecto a terceros y por el estatuto
o contrato social en el ámbito interno. Es la extinción de los derechos
y obligaciones que gravan el patrimonio social; es la desvinculación
del patrimonio social de los derechos y obligaciones. La tercera,
subrayada particularmente, es la extinción de la sociedad como
disolución en sentido estricto15. Esta tercera etapa es centrada en
general por la doctrina y la legislación comparada en el registro o la
toma de razón de esa extinción, en la cancelación de la matrícula de la
sociedad y en la extinción total de su patrimonio. Los fundamentos de
la disolución son identificados por algunos autores como el proceso
típico de los contratos plurilaterales para desanudar y desvincular los
derechos y obligaciones generados por la sociedad; otros atienden a la
recuperación de los derechos patrimoniales de los socios a la cuota de
liquidación y en ella, donde se reúne la doctrina mayoritaria, divergen
en el momento en que cristaliza ese derecho de los socios. Se sostiene
que ese derecho nace con la constatación de la existencia de una
causal de liquidación y otros la estiman con la designación de los
liquidadores y la inscripción de los mismos. La mayoría16, con la

54
presentación del balance final que define el contenido estricto del
derecho patrimonial que el socio tiene contra la sociedad. Ese es el
punto en que el socio casi se convierte en tercero, como cuando la
sociedad, constatando (su asamblea o su reunión de socios) la
existencia de utilidad, declara el reparto de dividendos, situación en
que este derecho creditorio pasa a ser el de un tercero acreedor. Pero
también se sostiene, que el derecho a la cuota de liquidación de los
socios lo tuvieron siempre y que fundamentalmente la finalidad del
proceso liquidatorio es el de ruptura de los vínculos, y como tal, la
existencia de la causal otorga un derecho disponible del socio a la
apertura del proceso liquidatorio como forma de ruptura de los
vínculos externos e internos creados por la relación societaria; o sea
que es un derecho del socio a la actuación de ese proceso, por tanto,
disponible. Cámara sostiene que la disolución es un acto, con algunas
críticas por los que sostienen que la disolución no es un acto, sino una
situación o estado, un esquema general en el que se encuentra la
sociedad, individualizado por el estatuto o por la ley, para abrir ese
proceso liquidatorio. Pero en realidad queremos entender, y así
resulta de su texto, que se está refiriendo a la primera etapa, o sea, a
la constatación de la causal, y la constatación de la causal es un acto
jurídico, colegial de la sociedad o judicial cuando ha sido necesario
ese reconocimiento de la constatación, al cuestionarse la existencia o
inexistencia de esa causal de disolución. La causal preexiste y tiene
una distinta estructura; pero la que genera un efecto concreto en el
mundo jurídico es la constatación de la causal. ¿Qué sociedades se
disuelven? Todas, las que han tenido personalidad y patrimonio. Una
sociedad que no haya alcanzado a funcionar no necesita disolverse por
un principio de realidad, porque no ha generado ningún vínculo de
derechos y obligaciones. El tema implica asentar que no haya nacido
ningún vínculo: existió una potencial personalidad, pero vacía. Ello
está reconocido por nuestra ley aun para las sociedades de hecho e
irregulares, en el art. 22 que remite al art. 98 y ss., imponiendo la

55
inscripción de la disolución cuando no se produzca la regularización.
Esto implica que la ley le otorga a esas sociedades personalidad. Esta
atribución de personalidad está negada en la doctrina y en la
legislación internacional y ha sido expresamente receptada para la
liquidación por la legislación francesa, respecto a las sociedades de
hecho, creadas de hecho o devenidas de hecho; reconociéndoles
personalidad sólo a los efectos liquidatorios en beneficio de los
acreedores sociales. En esa liquidación de las sociedades irregulares,
dentro de nuestro país, el contrato es oponible entre las partes. El
contrato social de las sociedades irregularmente constituidas,
desvalorizado por imperio del art. 23 de la LSC, readquiere
oponibilidad entre las partes en el supuesto de liquidación. No es
necesario el proceso de disolución y liquidación en las "sociedades"
accidentales o en participación, pese a ser llamadas "sociedades" en
nuestra ley, pues no son sujetos de derecho, no tienen un patrimonio
distinto, pues los bienes aportados se incorporan al patrimonio del
gestor y, expresamente en este caso, la ley otorga el derecho de
exigirle por los participantes la rendición de cuentas (art. 364, inc. 2,
LSC), en los mismos términos previstos por el Código de Comercio
(art. 68 y ss.), que es la rendición de cuentas que debe hacerse cuando
se está a cargo de negocios ajenos. Se trata de un negocio en
participación que impone tal conducta al gestor. La naturaleza de la
sociedad disuelta impone estudiarse para determinar la posibilidad de
reactivación de la sociedad o de remoción de la causal disolutiva.
Según la conclusión sobre si se mantiene o no la personalidad, podrá
haber reactivación o se estará ante la constitución de una nueva
sociedad. Es un hito la ley alemana de sociedades por acciones de
1937, por la que se reconoce expresamente la personalidad de las
sociedades en liquidación, receptando doctrinas precedentes. Otras
posiciones anteriores sostenían la existencia de una comunidad de
bienes para la etapa liquidatoria, teniendo como único y exclusivo
destino la liquidación. Otras, que se extingue esa sociedad y se forma

56
una nueva para proceder a la liquidación. Algunas teorías sostenidas
en algunos fallos y artículos anteriores a la reforma argentina de
1983, consideran que una sociedad en la que se ha producido una
causal de disolución de pleno derecho -calificación sobre la que
volveremos- si continúa su actividad ha mutado de tipo y pasa a ser
una sociedad de hecho o una sociedad irregular. Indudablemente que
si aceptamos estas teorías tendríamos alguna dificultad en receptar
las posiciones de avanzada sobre reactivación y remoción de la causal
de disolución, particularmente después de la reforma de 1983.
También se alude a un patrimonio en liquidación18, aunque debe
advertirse que se le ha criticado a esta posición que no puede haber
un patrimonio sin sujeto. Sostenemos que son conceptos en evolución
y que la identidad sujeto-patrimonio ya no es una relación indisoluble.
En una nueva evolución de dicha doctrina se señala19 que el
patrimonio está adjudicado entre los socios proindiviso durante la
etapa de liquidación. Es una reminiscencia de la posición de la
sucesión y de la comunidad. Los socios son sucesores de la sociedad a
la que han antecedido. Intentar llevar la solución o la idea de la
muerte física, de todo el sistema de los legados, de la herencia y de las
sucesiones del derecho de familia del Código Civil a la extinción de las
sociedades traería por consecuencia algunos otros problemas para la
liquidación de las relaciones societarias. Otra problemática relevante
es la relativa a si la sociedad subsiste. ¿Hay "identidad" de la
sociedad, o la sociedad se extingue, pero subsiste la personalidad? En
nuestro medio algunos autores se inclinaban por la teoría de la
ficción20, en tanto la mayoría de la doctrina21 lo hace por la de la
identidad. En la doctrina moderna existen varias posiciones que
merecen perfilarse y darse algunas nociones para tomar alguna
decisión. Están encerradas dentro de las dos que hemos citado como
modernas. Una es la de la extinción de la sociedad y sobrevivencia de
la personalidad jurídica o, como dicen algunos autores, de la
autonomía patrimonial en relación a los patrimonios de los socios. O

57
sea: desaparece el vínculo de la sociedad, se extingue la sociedad,
pero permanece el patrimonio o la personalidad. Se extingue el
"contrato", pero se mantiene el vínculo institucional. Como variante
suelen presentarse: una teoría de la cesación de la relación y de la
persistente eficacia de los vínculos sociales, esto es, se modifica la
relación societaria, pero se mantienen los vínculos sociales22; o se
formula una alteración de esta teoría y se sostiene que hay una simple
modificación de la relación societaria dentro de las mismas
previsiones contractuales o legales específicas del contrato
plurilateral de organización, donde resurge el interés de cada socio23.
La evolución de estos pensamientos está vinculada a la evolución de la
noción de sociedad-contrato a la de sociedad-persona. Desde nuestro
punto de vista sostenemos que no existe modificación ni en el vínculo
ni en la relación societaria por la generación de una causal de
disolución, y que la constatación de ésta sólo crea una modificación de
la organización societaria. Pese a ello aparece alguna problemática
frente a la inscripción de la extinción de la sociedad y la posibilidad de
subsistencia de vínculos. Anticipamos que esa inscripción impide que
se contraigan nuevas obligaciones imputables a la sociedad-persona
extinguida, pero no implica extinguir las relaciones jurídicas creadas
durante su existencia y no canceladas, pues las relaciones no pueden
extinguirse sino por las causales previstas en el derecho común.

CAUSALES DE DISOLUCIÓN. - Dentro del derecho argentino aparece


interesante la formulación, en el art. 94 de la LSC, de causales
referidas a todos los tipos sociales, aunque alguna de ellas, por
ejemplo, la prevista en el inc. 9 sea exclusiva para las sociedades por
acciones. Esa sistemática, pero con alguna mejora, es introducida por
la ley francesa de 1978, modificatoria del Código Civil. Y decimos con
alguna mejora, pues en el art. 94 de la LSC no se encuentran todas las
causales de disolución.

a) CONSIDERACIONES GENERALES. Este elenco legal enunciado en


el citado artículo no es exhaustivo, por cuanto a lo largo del contexto

58
de las normas societarias se encuentran otros supuestos: por ejemplo,
causales que resultan del régimen de nulidad, que afecten el contrato
social, como los supuestos de excepción por atipicidad no subsanable
(art. 17), por objeto ilícito (art. 18), por actividad ilícita (art. 19), por
objeto prohibido en razón del tipo (art. 20), sanción del art. 29 de la
LSC a la sociedad entre cónyuges, nulidad por participaciones
recíprocas (art. 32, LSC); el tercer supuesto de escisión contemplado
en el art. 88 de la LSC, y para las sociedades irregularmente
constituidas la causal de disolución por voluntad de cualquiera de los
socios. No obstante, algunas voces señalan que se trata simplemente
de situaciones jurídicas que abren el proceso liquidatorio. Además,
debe tenerse presente que el art. 89 de la LSC autoriza a los socios a
prever en el contrato constitutivo o estatuto otras causales no
previstas en la ley. La ley francesa expresamente incorpora dentro de
las ocho causales comunes de disolución para las sociedades civiles y
comerciales a la nulidad de la sociedad. Y esto es un reconocimiento al
efecto especial de la nulidad dentro del contrato plurilateral de
organización asociativa del que resulta un ente personificado: la
nulidad para el futuro. La nulidad absoluta afecta la relación de base
desde siempre, pero el efecto sobre la personalidad es desde su
delectación, operando como causal de disolución del ente, imponiendo
su liquidación. Es de advertir, en este tema de nulidades, que hablar
de la "nulidad de la sociedad" implica un lapsus, porque no podemos
hablar de nulidad de la sociedad, sino de "nulidad del tipo de
sociedad" o del negocio constitutivo de sociedad. 'Porque justamente
al declararse la nulidad corresponde la disolución y liquidación del
sujeto, imputando responsabilidad que no corresponde al tipo nulo,
sino a las responsabilidades solidarias de otro tipo social. La nullité
d'une société n 'agit que pour l'avenir, dice Pie, en el sentido de que la
sentencia hasta el momento de su pronunciamiento no borra entre las
partes la comunidad de intereses que es necesario liquidar. Esta
comunidad es un estado que constituye una realidad tangible que

59
ninguna ficción del derecho puede borrar. Hay negocios concluidos
con muchas personas; habrá, pues, materia para reglar las
operaciones negociadas y sus resultados.

No cabe considerar lisa y llanamente nulo el contrato y reponer las


cosas a su estado anterior, como deducción lógica absoluta, porque el
derecho no puede dar la espalda al mundo de las realidades; aunque
formuláramos tal afirmación, resultaría impotente para aniquilar
cuantas operaciones haya realizado, porque la sociedad existió en
verdad generando una serie de relaciones jurídicas.

Los terceros contratantes de buena fe no son alcanzados por la


declaración de nulidad: el art. 101 de la LSC dispone que la sociedad
conservará su personalidad a ese efecto. La sociedad nula constituye
una sociedad de hecho manifestada al exterior como válida y así: "No
cabe poner en duda que la sociedad nula ha de desaparecer, pues su
vicio de origen la condena a morir. Mas, ¿cómo operará sobre el
pasado esa declaración de nulidad? Es un hecho que esa sociedad ha
vivido y resulta injusto, a veces imposible, destruir por completo las
situaciones y los intereses creados, esto es, negar todos los efectos
jurídicos fundándose en que tal sociedad no pudo tener existencia
alguna, ya que es nula ab initio. La severidad de este rigor lógico, de
esta retroacción, se modera mediante la doctrina de 'la sociedad de
hecho', que no representa sino el modo de disolución práctico y
equitativo de un episodio comprometido. Sociedad de hecho es, pues,
una sociedad que adoleciendo de un vicio de nulidad ha funcionado a
su pesar durante un tiempo y reclama una especial disciplina. Esta
sociedad no es nula más que para el porvenir, porque no ha alcanzado
el grado de perfección suficiente para permitirle que continúe su
existencia; más, como ha vivido debe mantenerse su paso. En suma,
como no es una sociedad de derecho es una sociedad de hecho"28.
Importa siempre la sustitución de una sociedad de derecho inválida
por una sociedad de hecho, salvo cuando la causal de nulidad es
inconciliable con la razón misma de la nulidad.

60
Conformando los criterios legislativos expuestos, esa doctrina
distingue entre la sociedad constituida de hecho y la devenida de
hecho por nulidad del negocio constitutivo. Ambas tienen la misma
solución normativa en el derecho argentino. La constatación de las
causales de disolución genera una situación de expectativa;
concordando que el derecho nace a los socios y eventualmente a
través de acciones oblicuas a los acreedores individuales del socio, o,
en su caso, por orden público afectado, a la autoridad de contralor,
pero concretamente como derecho de los socios a la apertura del
proceso liquidatorio como forma de desvincularse de las relaciones
frente a terceros y frente a la sociedad. Al mismo tiempo, la
posibilidad, por entender que es disponible, de generar otro proceso,
no el liquidatorio, que es el de remoción de la causal de disolución. Se
hacen referencias a las causales de disolución con idea de lo
imperativo que campeaba en el derecho antiguo: el otorgamiento de la
personalidad como acto del príncipe, correlativamente "impone" la
causal de disolución. Se limita a través de ese concepto, la autonomía
de la voluntad y aparece o se intenta hacer aparecer las causales ope
legis, de efecto ipso iure o "de pleno derecho". Autores
contemporáneos han considerado como una clasificación caduca la
que introduce en esa forma causales de disolución, y algunas
legislaciones, como la italiana de 1942, 1a rechazan expresamente.

CAUSALES PREVISTAS. Efectuaremos a continuación un somero


análisis de las causales previstas en el art. 94 de la LSC. 7) El inc. 1
prevé la disolución "por decisión de los socios". El estatuto debe
contener el plazo de duración determinado por lo que esta causal
importa la posibilidad de la disolución anticipada. La resolución
pertinente en las sociedades personalistas (colectiva, en comandita
simple y de capital e industria) deberá ser adoptada por unanimidad,
salvo pacto en contrario, puesto que ésta implica una reforma
contractual o estatutaria, aplicándose las previsiones de los arts. 131,

61
párr. Io, 139 y 141, de la LSC. En las sociedades de responsabilidad
limitada, con la reforma de la ley 22.903 al art. 160, por mayoría que
como mínimo represente más de la mitad del capital social y si no
hubiese regulación estatutaria, por las tres cuartas partes del capital.
Si un socio representara el voto mayoritario, necesitará además el
voto de otro socio. En las sociedades por acciones, resulta aplicable la
disposición del art. 244, párr. último, relativo a los supuestos
especiales, debiendo la resolución adoptarse por asamblea
extraordinaria mediante el voto favorable de la mayoría de acciones
con derecho a voto, sin aplicarse la pluralidad de voto, tanto en
primera cuanto en segunda convocatoria. 2) El inc. 2 del art. 94 de la
LSC establece como causal disolutoria el vencimiento del término por
el cual la sociedad se constituyó. Debe recordarse que el término de
duración resulta un elemento imprescindible del instrumento
constitutivo en todos los tipos societarios31, según lo requerido por el
art. 11, inc. 5, de la LSC. Analizaremos posteriormente la remoción de
esta causal. 3) La tercera causal disolutoria enumerada por el art. 94
de la LSC expresa: "por cumplimiento de la condición a la que se
subordinó su existencia". Puede darse el caso de que los socios
supediten la disolución social al acaecimiento de algún acontecimiento
incierto y futuro que puede o no llegar (arg. art. 528, Cód. Civil), esto
es, de una condición resolutoria. Cámara entiende que esta causal
carece de sentido en el ordenamiento de la ley de sociedades; se
explica en el contexto del Código Civil, donde las sociedades pueden
tener plazo indeterminado32. Un supuesto puede ejemplificarse en la
hipótesis de la subsistencia de la explotación de una concesión o
servicio público. 4) El inc. 4 del art. 94 establece dos posibilidades de
disolución de la sociedad, íntimamente ligadas entre sí: a) "por
consecución del objeto para el cual se formó"; el caso se refiere única
y exclusivamente a lo que es el objeto social, que como se ha señalado
es de "naturaleza funcional"33, en cuanto contempla una actividad
cuyo cumplimiento es de "ejecución instantánea", como, por ejemplo,

62
la construcción de un determinado camino, y b) "por la imposibilidad
sobreviniente de lograrlo", aquí la imposibilidad debe ser total y
definitiva, no meramente temporaria o pasajera; y además dicha
imposibilidad debe ser "sobreviniente", debiendo distinguirse "entre
falta o imposibilidad originaria de lograr el objeto social y falta o
imposibilidad sobrevenida ulteriormente. En la primera hipótesis
procede la nulidad y en la segunda la disolución". Otros autores
enuncian también la inactividad de la explotación antieconómica35.
Puede vincularse esta situación a lo referido al comentar el inciso
anterior. Otro problema surge de la existencia de un objeto concreto y
predeterminado, como una obra, y un plazo de vigencia menor al que
en la práctica resulta necesario. Prevista la realización de un objeto
como la construcción de un camino, si se hubiera fijado un año como
plazo de la sociedad y ese camino no se terminó al año, ¿la sociedad se
disuelve? En ese caso un importante sector se inclina por el
cumplimiento del objeto, otorgándole poca importancia al plazo,
supuestamente causal de disolución ope legís36. Pero la doctrina se
divide en la posibilidad de que en la liquidación se pueda continuar el
giro para el cumplimiento del objeto social o no se pueda proseguir.
Enfrentamos el principio dispositivo o no dispositivo de la liquidación.
Si entendemos que es imperativa, resultaría que habría que cesar en
los negocios cuando se constata una causal de disolución ope legis,
ipso iure o de pleno derecho. Según el criterio sobre el carácter y el
efecto de la "disolución" se podrá o no determinar el camino. Nos
pronunciamos afirmativamente sobre la posibilidad de continuar en
los negocios para una mejor liquidación. El cese no puede ser
instantáneo". Frente a un objeto social realizado y cumplido, o la
imposibilidad de conseguirlo, ¿qué sucede si la-sociedad realiza otra
actividad sin concordancia alguna con el objeto social? Esto se vincula
a objeto social y actividad social; como toda actividad debe ser
congruente al cumplimiento del objeto social, todo lo que no sea
compatible es contrario al "interés social" y podría no ser imputado a

63
la sociedad. Se sostiene que hay una conversión del negocio jurídico,
conforme doctrinas antiguas, la sociedad se extinguió ante la causal y
nace otra sociedad, que es una sociedad de hecho. ¿Integrada por
quién y con qué patrimonio? No hay duda que se trata de la misma
sociedad y lo que existe es la disponibilidad, en cabeza de cualquiera
de los socios, de ejercitar la acción de disolución, o sea, de apertura
del proceso liquidatorio, incluso con la correspondiente remoción de
administradores si es que han actuado en contravención con las
normas del estatuto o de las instrucciones que los socios le han
impuesto. Otra cuestión es la de la actividad interrumpida total o
parcialmente: ¿es causal de disolución?, ¿impone la reactivación de la
sociedad?, ¿podemos hablar en estos casos de reactivación? Un
decreto ley posterior a la ley francesa de 1978 impone la inscripción,
aunque sea de la cesación parcial de la actividad, cuando ésta sea
mayor a treinta días. No tenemos duda de que mientras no haya sido
invocada como causal de disolución, la sociedad en cualquier
momento puede retomar su actividad. Podría darse otra situación
frente al objeto social, una actitud de los socios que impida la
continuidad de la actividad social destinada al cumplimiento del
objeto. Esta sería una causal de disolución si hubiera una actitud de
un grupo de socios que impidiera el cumplimiento del objeto y no
pudiera ejercitarse la exclusión de los socios. No por existencia o no
de la causal, sino porque al pagarles por la resolución parcial se
genera una disminución del patrimonio social y éste podría ser
insuficiente para el cumplimiento del objeto social. En este caso es
correcto que no se siga el camino indirecto: excluirlos primero y luego
disolver por imposibilidad de cumplimiento del objeto. Parece
absolutamente congruente solicitar directamente la disolución de la
sociedad. 5) "Por pérdida del capital social". Esta causal puede ser
dejada sin efecto por voluntad de los socios produciéndose el
reintegro total o parcial del capital social o su aumento, conforme las
prescripciones del art. 96 de la LSC. La causal se vincula, examinando

64
la cuestión más profundamente, con la infracapitalización material o
patrimonio insuficiente para el cumplimiento del objeto social (o
empresa), vinculándosela con el inciso anterior. La pérdida del capital
social es posible de ser superada, y debe distinguirse entre la pérdida
total del capital social que es causal de disolución de no reintegrarse,
de la obligación que impone el art. 204 de la LSC para las sociedades
anónimas: la pérdida del 50% del capital social impone la obligación
de reducir el capital, con la publicidad para terceros consiguiente,
pero esa pérdida parcial puede implicar otra causal: la imposibilidad
de cumplimiento del objeto social, que a su vez podrá o no ser
removida dotando al patrimonio social de los recursos consiguientes.
6) "Por declaración en quiebra. La disolución quedará sin efecto si se
celebrare avenimiento o concordato resolutorio". La declaración en
quiebra de una sociedad provoca su disolución. Para su procedencia
es necesario que la sociedad se encuentre en estado de cesación de
pagos, a requerimiento de parte y cuando su patrimonio o su caja son
impotentes para hacer frente con los medios normales a sus
obligaciones. La quiebra concluye por avenimiento o pago total,
conforme la ley 24.522. Además de no estar incluido el último
supuesto en la enunciación del inciso, tampoco lo está el supuesto de
sobrante de liquidación concursal. 7) "Por su fusión en los términos
del art. 82". Debe recordarse que la fusión en las dos modalidades
previstas por el art. 82 de la LSC, no es seguida de la liquidación
social, a la que precisamente elude a través de una reorganización.

CAUSALES DE DISOLUCIÓN CON EFECTO SUSPENSIVO. La reunión


de las partes sociales en una sola mano, como la sanción del retiro de
cotización o de la ofertabilidad de los títulos, acciones, debentures,
bonos u obligaciones que puede emitir una sociedad, conlleva una
situación particular, porque aparece como una causal de disolución
condicionada suspensivamente. La constatación de la causal no
conlleva la disolución; el patrimonio subsiste en cabeza de la
Sociedad, aunque teóricamente ha desaparecido la base contractual

65
prevista en el art. 16 de la LSC, porque hay un solo socio en el primer
caso. Nos estamos refiriendo a las causales del art. 93, eventualmente
las de los arts. 140 y 145, y la del art. 94, inc. 8. La situación no
elimina el patrimonio social ni lo confunde con el del único socio, se
mantiene la diferencia entre acreedores sociales de la sociedad y los
acreedores individuales del socio. Sólo que aquéllos tendrán una
acción contra el patrimonio del socio, aunque la sociedad
originariamente fuera del tipo en que la responsabilidad de los socios
se limita. Sólo después de transcurrido un plazo de tres meses, y si no
se hubieran reestablecido vínculos bi-plurilaterales internos en la
sociedad, los terceros interesados (acreedores individuales en
principio) podrían pretender la disolución de la sociedad.

7) "Por reducción a uno del número de socios, siempre que no se


incorporen nuevos socios en el término de tres meses. En este lapso el
socio único será responsable ilimitada y solidariamente por las
obligaciones sociales contraídas". Como se advierte se trata de un
supuesto diferente al previsto en el art. 16 de la LSC, pues aquí la
sociedad ya está constituida y durante su funcionamiento se produce
la reducción a un socio. Fenecido el plazo de tres meses que la ley
establece, si la situación sigue inmodificada la causal se produce, pero
no necesariamente deviene la liquidación. 2) "Por sanción firme de
cancelación de oferta pública o de ¡a cotización de sus acciones. La
disolución podrá quedar sin efecto por resolución de asamblea
extraordinaria reunida dentro de los sesenta días de acuerdo con el
art. 244, cuarto párrafo". El supuesto resulta aplicable solamente a las
sociedades accionarias y procura la protección del socio-inversor, ante
la sanción de la autoridad correspondiente. Si en el plazo estipulado la
asamblea extraordinaria, con las mayorías ya indicadas
precedentemente, no la dejara sin efecto recién se produce la causal.
Ésta, como la anterior, son causales a tiempo o sujetas a condición
suspensiva. 5) "Por resolución firme de retiro de la autorización para
funcionar cuando leyes especiales la impusieren en razón del objeto".

66
Esta nueva causal fue incorporada por la reforma de la ley 22.903 y
contempla la disolución producida ante el retiro (por resolución firme)
de la autorización para funcionar previsto para ciertas actividades
especiales, tales como: financiera, aseguradora, radiodifusora. Pese a
que se la considera una causal irreversible, podría impugnarse
judicialmente tal resolución.

Procede la revocación de la autorización concedida para hacer oferta


pública cuando se haya declarado por acto firme la quiebra de la
sociedad emisora, o se haya retirado, por resolución firme, la
autorización para funcionar impuesta por leyes especiales en razón de
su objeto, y esté ordenada presentación ante tribunal competente para
peticionar la declaración de quiebra de la sociedad o iniciada
liquidación judicial a pedido de la autorización administrativa de
contralor. De especial aplicación a bancos y compañías de seguros. La
negación de información a los socios, juntamente con otras
irregularidades, autorizan a designar un interventor informante
(CNCom, Sala A, 28/11/90, "Lucioni, Natalio Francisco y otros
c/Onoria SA s/sumario", RDCO, 1990-774; en similar sentido CNCom,
Sala E, 4/7/80, "Orteu, Eduardo R. c/Finank SA s/sumario", RDCO,
1989749, con nota de Truffat, El derecho de información del
accionista frente a una sindicatura reticente). Se trata de un deber de
la sindicatura el de informar a los accionistas que representen una
minoría del 2% (conf. Halperin, Curso de derecho comercial, vol. II, p.
351). Ante su incumplimiento debe asegurarse jurisdiccionalmente su
exigibilidad.

EFICACIA. - El texto de la Exposición de motivos de la LSC, en el cap.


I, secc. XII, ap. 10, explica que "el art. 98 fija los requisitos
tradicionales... para que la disolución surta efectos con respecto a
terceros". Al propio tiempo, la respectiva Exposición de motivos de la
ley 22.903, en su cap. I, secc. XII, ap. 3, establece que "como
complemento a las modificaciones introducidas al art. 22, se trasladan
a la norma del art. 98 lo concerniente a los efectos de la disolución de

67
la sociedad irregular respecto de terceros". Como puede observarse,
el art. 98 de la LSC establece la eficacia respecto de terceros de la
disolución social desde su inscripción en el Registro Público de
Comercio -previa publicación en su caso39se encuentre o no
constituida regularmente la sociedad. Queda exceptuada de esa
disposición la hipótesis de la declaración en quiebra, toda vez que la
sentencia que la declara debe inscribirse en el Registro Público de
Comercio con publicación en el Boletín Oficial, razón por la cual aquel
recaudo se cumplimenta, pero por otra vía. Existe controversia
respecto de si resulta aplicable el art. 98 en caso de disolución por
vencimiento del plazo de duración. Para un sector40, la hipótesis
resulta comprendida, ya que los arts. 12 y 98 no hacen excepciones.
Para otro sector, en cambio41, la registración de la disolución hace
saber a los terceros tal circunstancia, y es lógica su publicidad cuando
la misma es inesperada, como sucedería en el caso de resolverse
anticipadamente, o por pérdida del capital social, pero no cuando la
disolución acontece por vencimiento del plazo contractual, toda vez
que los terceros conocen de antemano al inscribirse el contrato social,
cuándo ocurrirá tal evento, lo que permite afirmar que el art. 11, inc.
5, contiene una excepción al art. 98 de la LSC.

-En los términos y condiciones del art. 10 de la LSC, es decir, "las


sociedades de responsabilidad limitada y las sociedades por acciones
deben publicar por un día en el diario de publicaciones legales
correspondiente, un aviso que deberá contener... b) En oportunidad de
la modificación del contrato o disolución: 1) fecha de la resolución de
la sociedad que aprobó la modificación del contrato o disolución; 2)
cuando la modificación afecte los puntos enumerados en los incs. 3 a
10 del ap. a, la publicación deberá determinarlo en la forma allí
establecida". Conf. Halperin, Curso de derecho comercial, vol. II, p.
569. Conf. Nissen, Ley de sociedades comerciales, t. II, p. 237.

Tema especial genera la cuestión sobre si la existencia de la causal


debe en todos los casos ser formalizada por acuerdo de los socios o

68
judicialmente. No hay causales que operen ope legis; la constatación
judicial puede ser inmediata, por ejemplo, la de vencimiento de plazo;
basta una simple constatación (a veces no tan simple). ¿Por qué hace
falta la intervención judicial? Porque para que tenga efectos ante
terceros hace falta la inscripción de haberse constatado o producido
una causal de disolución; o hace falta un proceso de reconocimiento,
proceso judicial, donde se discuta la existencia o no de la causal del
art. 97 de la LSC; u otros procesos -también judiciales- donde se haya
verificado, por ejemplo, la nulidad del art. 17, o de quiebra, pero
siempre hace falta una declaración judicial, aunque sea meramente
informativa ante la presentación voluntaria de los administradores
sociales, en supuestos como el vencimiento del plazo42.

DISOLUCIÓN JUDICIAL. -Al producirse una causal disolutoria, puede


ocurrir que los socios no se pongan de acuerdo sobre la procedencia
de declarar disuelta la sociedad y deba recurrirse a la vía judicial.
Sobre el particular expresa el art. 97 de la LSC que cuando la
disolución sea declarada judicialmente la sentencia tendrá efecto
retroactivo43 al día en que tuvo lugar su causa generadora.

PRÓRROGA. RECONDUCCIÓN. - Expusimos, al efectuar el análisis del


art. 94, inc. 2, de la LSC, que la sociedad se disuelve "por expiración
del término por el cual se constituyó", concordándolo con el art. 11,
inc. 5, en tanto establece que el contrato social debe contener el plazo
de duración de la sociedad, que debe ser determinado.

Aun en ese supuesto la cuestión no es tan sencilla, porque


coetáneamente con el intento de inscribir esa disolución, podría
tramitar el intento de inscribir una prórroga temporánea o
extemporánea. El art. 95 no exige la inscripción antes del vencimiento
del plazo sino la presentación a inscripción; y una presentación a
inscripción podría demorar un largo tiempo. Entre socios, ya que
respecto de terceros como expusimos, tendrá eficacia desde su
inscripción registral. Íntimamente relacionado con ello encontramos la

69
figura de la prórroga societaria, es decir, la posibilidad que tienen los
socios de ampliar el plazo de vigencia de la sociedad, mediante
decisión del órgano de gobierno social, por unanimidad, salvo pacto en
contrario, o con las mayorías respectivas para las sociedades por
acciones y de responsabilidad limitada (arg. art. 95, párr. Io, LSC),
debiendo la decisión resolverse y la inscripción solicitarse antes de
que venza el término de duración de la sociedad44. Debe recordarse
que de acuerdo a la interpretación que se desprendía del párr. Io del
art. 95 de la LSC, se requería obrar con cautela, pues de no cumplirse
los recaudos enunciados por la ley, se entendía que fatal e
irremisiblemente se producía la disolución social. Esa situación tornó
necesaria la reforma del art. 95 de la LSC por ley 22.903, que adicionó
el supuesto de la reactivación societaria o reconducción, como vía
para remover esta causal de disolución por vencimiento del término.
Además, la misma reforma introdujo en el art. 62 de la LSC otra
exigencia: "Las sociedades deberán hacer constar en sus balances de
ejercicio la fecha en que se cumple el plazo de duración". A tenor del
contenido de la mencionada norma, con sujeción a los requisitos del
párr. Io (esto es, los previstos para la prórroga), puede acordarse la
reconducción mientras no se haya inscripto el nombramiento del
liquidador, sin perjuicio del mantenimiento de las responsabilidades
dispuestas por el art. 99, en tanto que todo ulterior acuerdo de
reconducción debe adoptarse por unanimidad sin distinción de tipos.
La prórroga extemporánea es siempre un testimonio del ejercicio
contractual (no colegial) de todos los socios. La Exposición de motivos
de la propia ley 22.903 expresa, en el cap. I, secc. XII, ap. 2, las
razones de la incorporación en los siguientes términos: "Con
referencia al art. 95, se lo modifica para incorporar el instituto de la
reconducción o reactivación societaria.

Debe repararse que la ley no exige la inscripción en el Registro


Público de Comercio, sino que se haya "solicitado" dicha inscripción
de reforma contractual o estatutaria, como forma de asegurar la fecha

70
cierta para todos los socios que no intervinieron en la prórroga; y que
en materia de sociedades por acciones el recaudo se cumple con la
presentación de la solicitud de prórroga ante la autoridad de
contralor.

Conocida es la controversia respecto de la situación de la sociedad


que no peticionó la inscripción de su prórroga ante el vencimiento de
su plazo. Sin embargo, los generalizados reclamos recibidos, como así
la tendencia que se advierte en los últimos eventos académicos, fallos
judiciales y decisiones administrativas, han decidido a la Comisión a
incorporar esta figura, procurando una composición cautelosa. En tal
sentido la reconducción es referida a la sola hipótesis de la expiración
del plazo originario o sus renovaciones, lo que no implica tomar
partido sobre su admisibilidad en otros supuestos y por ser tal
hipótesis la más acuciante. La normativa proyectada admite que la
reconducción pueda resolverse con aplicación de las reglas de
unanimidad o mayoría requeridas, según los distintos supuestos, para
disponer la prórroga, con el límite temporal de la designación de
liquidadores; cuando esta designación ya se ha producido, sólo se
posibilita que pueda recomponerse el negocio societario en tanto
medie unanimidad de los socios desde que, al margen de las
divergentes interpretaciones doctrinales sobre el momento exacto del
reconocimiento del derecho a la cuota de liquidación, parece prudente
no referir la posibilidad de la reconducción sin consentimiento
unánime cuando, al menos, existe la expectativa a dicha cuota por
haberse exteriorizado objetivamente el comienzo del proceso de
liquidación. Naturalmente, la reconducción no altera las reglas de
responsabilidad impuestas por el art. 99, ni puede constituir
impedimento para que el disconforme ejerza sus acciones de
responsabilidad contra el administrador negligente. La solución que se
adopta, en todo caso, responde a los mismos criterios inspiradores que
se enunciaran al considerar la regularización de las sociedades
irregulares o de hecho respecto de la conservación de la empresa. La

71
disciplina legal de la reactivación se complementa, por lo demás, con
la modificación del primer párrafo del art. 62, procurando
circunscribir de la manera más eficaz posible las inadvertencias sobre
vencimiento de los plazos fijados para la duración de la sociedad".

EFECTOS. - Respecto a terceros, pese al art. 98 que establece que los


efectos ante terceros se producen después de la inscripción,
señalamos que ello implica la retención de un viejo concepto: la idea
de que la registración modifica algo. Pero en cuanto se lee el art. 99,
párr. 2o, sobre la responsabilidad de los administradores frente a los
terceros y particularmente frente a los socios, y se formaliza un
análisis del problema, se advertirá que esta inscripción no trae en sí
ningún efecto para terceros. No hace ni a la capacidad ni a la
legitimación. En cambio, sí puede producir alguna modificación
cuando se inscribe la designación de los liquidadores, que es otro
tema que se vincula a un paso posterior reglado por el art. 102 de la
LSC. Adviértase que aun inscripta la existencia de una causal de
disolución podría caber una remoción de la misma o una reactivación,
según cómo se interprete; por ejemplo, mediando la condición
suspensiva expresamente prevista por la ley en el art. 94, incs. 8 y 9,
de tres meses y sesenta días para que la causal produzca sus efectos
plenos, puede acaecer que se inscriba (art. 98, LSC) la existencia de la
causal de retiro de cotización, pero luego, dentro del plazo de sesenta
días, la asamblea general extraordinaria considera que la sociedad no
debe disolverse. La inscripción no es constitutiva, sino informativa
para la responsabilidad de los administradores. Constatada la causal
de disolución no necesariamente se abre la etapa de liquidación, pues
no sólo varias causales son de efecto suspensivo, sino que pueden ser
removidas por la decisión de la sociedad o los socios. Paralelamente a
la inscripción del art. 98 podría iniciarse la inscripción de la prórroga
extemporánea o reactivación prevista en el art. 95. En el caso de
quiebra o liquidación de obligacionistas puede quedar remanente
patrimonial para continuar la actividad social o sea patrimonio

72
suficiente para la consecución del objeto social. Sobre el carácter
voluntario o no del proceso liquidatorio, segundo punto de la temática,
se señala un interés positivo de los socios de desvincularse y de cobrar
eventualmente su cuota de liquidación, y un interés simplemente
negativo de los acreedores de no ser sacrificados por los socios. Pero
al mismo tiempo nosotros entendemos que existe un interés positivo
de los acreedores sociales de no mezclarse con los acreedores
individuales de los socios, un respeto a las masas patrimoniales
originariamente formalizadas cuando se vincularon con la sociedad,
vínculos que entendemos no podrían ser modificados en manera
alguna. Entonces no hay sucesión porque no se les impone a los
acreedores ningún cambio, como resulta impuesto a través del sistema
hereditario, ni tampoco hay que igualar liquidación -por el término
"liquidez"- con una conversión en dinero de todos los bienes, etapa
destinada a la liquidación del activo, satisfacción del pasivo y reparto
final. Sólo resultan judiciables los supuestos de los arts. 102, 107, 110
y 112 de la LSC, que no impone el cese de los negocios sociales, sino
que se ajusten a esa finalidad. Las formas serían disponibles con
resguardos mínimos no disponibles. ¿Y qué es lo no disponible dentro
de nuestra ley? Ciertos plazos previstos en el art. 103 para ordenar el
inventario y los balances de los estados trimestrales y balances
anuales que presuponen la prolongación de la liquidación, y además
que no se perjudique a terceros.

EMPRESA INDIVIDUAL DE RESPONSABILIDAD LIMITADA Y


SOCIEDAD UNIPERSONAL DE RESPONSABILIDAD LIMITADA. - Las
propias particularidades que la actividad comercial implica llevan
consigo el emprendimiento de operaciones de alto riesgo, razón por la
cual el empresario propende a no comprometer la totalidad de su
patrimonio en ellas, procurando encontrar estructuras jurídicas que le
brinden ese resguardo. Cuando el empresario (socio) actúa bajo un
esquema societario la ley posibilita -en algunos casos, conforme al tipo
adoptado- la limitación de la responsabilidad al conjunto de bienes que

73
se individualicen legalmente, como dispuestos para ese fin. Es decir,
aun en la hipótesis de una sociedad anónima o de una sociedad de
responsabilidad limitada, la sociedad responde -como sujeto de
derecho independiente- frente a los acreedores sociales,
ilimitadamente, esto es, con todo su patrimonio, pues quienes lindan
su responsabilidad son los socios. El accionista de la sociedad
anónima restringiendo su responsabilidad a la integración de las
acciones suscriptas (art. 183, LSC), y el cuotista de la sociedad de
responsabilidad limitada limitándola hasta el valor de integración de
las cuotas que suscriba o adquiera, con más la garantía solidaria e
ilimitada ante terceros por la integración de la totalidad de los aportes
(arg. arts. 146 y 150, LSC). Pero cuando el empresario es una única
persona física, el ordenamiento no le otorga el beneficio de limitar su
responsabilidad a parte de su patrimonio personal: tendrá que
arriesgarlo todo.

Así parece justificada la crítica formulada por Stratta, cuando no


entiende por qué un hombre aislado no puede hacer lo que sí puede
hacer unido a otros. De conformidad con ello pueden
esquemáticamente reunirse -como lo efectúa Anaya- en dos grupos las
técnicas que se postularon -por parte de la doctrina y de las
legislaciones del derecho comparado- como soluciones para alcanzar
la limitación de la responsabilidad en el ejercicio de actividades
mercantiles por un empresario individual. En el primer grupo pueden
situarse las que propician expedientes jurídicos específicos para tal
fin. Más allá de las diversas denominaciones que se proponen para la
figura nueva, interesa aquí destacar que ellas se distinguen entre las
que entienden adecuada la constitución de entes dotados de
personalidad jurídica (empresa individual de responsabilidad limitada)
y las que, en cambio, prescinden de la subjetivación y auspician la
creación de patrimonios de afectación. El segundo grupo está
constituido en el marco del derecho societario, por la apertura de
ciertos tipos -sociedad de responsabilidad limitada y sociedad

74
anónima- a la disposición de una sola persona, consagrándose de esta
manera el reconocimiento a la legalidad de las sociedades ab initio
unipersonales. A mero título ejemplificativo, cabe recordar que se dio
una prioridad temporal en relación a las técnicas enunciadas en el
primer grupo, tal la propuesta que Khan efectuó a la Asamblea
General de Ginebra de 1892 y principalmente la obra de Oskar Pisko
(1910), antecedente de la recepción normativa del Código Civil de
Licchtenstein (1926). Años más tarde se consagrará la limitación de
responsabilidad del comerciante individual en los códigos de Comercio
de Costa Rica (1964), El Salvador (1970), la ley Peruana de 1976, la
ley del comerciante del Paraguay (1983) y el Código portugués (1986).
Otro antecedente importante en esta línea es el proyecto de 1978
emanado de la Comisión Ministerial constituida en Francia, bajo la
presidencia de Claude Champaud, para dar forma a las sugerencias
que sobre el particular formulara el informe Sudreau. La Comisión
elabora su trabajo sobre el modelo basado en el patrimonio de
afectación. La otra técnica, es decir, la de la sociedad constituida por
una sola persona se ha visto favorecida por la tendencia de creciente
aceptación legislativa, a reconocer la subsistencia de las sociedades
en las que, por cualquier vicisitud, el número de socios queda
reducido a uno, tal como desde 1972 quedó establecido por el art. 94,
inc. 8, de la LSC. La consagración legal de la sociedad unipersonal
llegaría en Dinamarca con la ley del 13 de junio de 1973 que
estableció la posibilidad de que una o más personas constituyan una
sociedad de responsabilidad limitada. También se da este supuesto en
la ley brasileña de sociedades por acciones del 15 de diciembre de
1976, por la que se admite la sociedad unipersonal en el supuesto de
la subsidiaria integral, pero siempre que el único accionista sea una
sociedad brasileña (arts. 241 a 253). La reforma alemana de 1980 a la
ley de sociedades de responsabilidad limitada de 1892, facultando al
empresario individual a limitar su responsabilidad adoptando ese tipo
bajo la especie conocida como EinmannGmbH. Otros ejemplos lo

75
constituyen el derecho francés por ley 85-697, del 11 de julio de 1985,
también bajo el tipo de sociedad de responsabilidad limitada y
finalmente cabe señalar la legislación belga que en 1986 propone la
sociedad unipersonal también bajo el tipo de responsabilidad limitada.
Por su parte, en nuestro derecho desde el Proyecto de Unificación de
la Legislación Civil y Comercial de 1987, en sus arts. Io y 146 (para la
sociedad de responsabilidad limitada) y en el art. 165 (para la
sociedad anónima), se permite la constitución de sociedades de esos
tipos por un solo socio, y de allí en más todos los proyectos de ley que
giran en derredor de dicha temática siguen contemplando la figura, en
un camino que parece irreversible y el cual compartimos. Esta
aproximación a través de la sociedad y de la sociedad de un socio
único a la idea de empresa, con criterio funcional, existencial, de
actividad, de estructura o de organización, según la visión que incluso
podría estar fundada en escuelas filosóficas: el funcionalismo, el
estructuralismo o el existencialismo con sus respectivos reflejos en el
campo jurídico, nos acerca a una apreciación muy particularizada de
la empresa y del futuro de la misma dentro del derecho argentino
como eje del futuro del derecho mercantil. Nos acercamos a la
empresa misma como un centro de imputación diferenciada, como
centro de derechos y obligaciones y de responsabilidades. Contra esta
conclusión siempre se ha impuesto la teoría realista del patrimonio
como un cierto dogma que relaciona inseparablemente persona y
patrimonio. Una sola persona con un patrimonio y un patrimonio de
una única persona. Debemos enfatizar que la existencia de centros
imputativos responde a un criterio normativo y de escisión patrimonial
por una disposición del legislador, vinculada o no a una declaración de
voluntad, pero siempre vinculada a un dato de la realidad, como es
cumplir una finalidad o sea un funcionalismo. Podrá eludirse el
requisito de la pluralidad de personas. Desde nuestra óptica hemos
destacado con anterioridad que la figura contractual no constituía una
figura ineluctable como requisito de constitución de una sociedad,

76
sino que a ello se llegaba por vía de un negocio jurídico (y, por ende,
no necesariamente bilateral ni plurilateral, sino también unilateral).
En efecto, el contrato no es hoy un requisito indispensable para la
constitución de una sociedad. Ello es advertible en la sociedad nacida
de escisión, en la resultante de un acuerdo concursal o de la
disposición del juez de la sucesión. Separado el mito dogmático entre
el contrato de sociedad y la sociedad sujeto de derecho, no existe
obstáculo para reconocer el negocio unilateral en la generación de
una sociedad-sujeto. Si la etimología de la palabra sociedad genera un
obstáculo insalvable -en opinión de algunos autores- dentro de la
dogmática jurídica debería afrontarse la cuestión usando en
sustitución de sociedad-persona las locuciones "corporación" o
"compañía". Lo fundamental es rescatar que la causa objetiva del
negocio constitutivo es la división patrimonial autogestante que
genera la elección de la figura societaria personalizante, y la causa
subjetiva determinada por el objeto (¿empresa?) que se determina
negocialmente como fundamento de la escisión patrimonial. En el
actual sistema la sociedad de un solo socio (arts. 93 y 94, inc. 8, LSC)
permite sostener este centro de imputación diferenciada
-aparentemente por un plazo perentorio-, pero de ninguna manera
agota ese centro que podría mantenerse indeterminadamente en
beneficio de los terceros.

A pesar de ser un único titular el propietario de las acciones o de las


cuotas se mantiene un doble centro de imputación, la de acreedores
sociales o acreedores de la empresa y la de los acreedores del
propietario.

FACULTADES Y DEBERES DE LOS ADMINISTRADORES.


RESPONSABILIDAD DE ADMISISTRADORES Y socios. - A tenor del
art. 99 de la LSC, los administradores, con posterioridad al
vencimiento del plazo de duración de la sociedad o al acuerdo de
disolución o a la declaración de haberse comprobado alguna de las
causales de disolución (sea social o judicialmente), sólo pueden

77
atender los asuntos urgentes y deben adoptar las medidas necesarias
para iniciar la liquidación. Resulta preciso aclarar que en esta
situación continúan rigiendo las disposiciones del art. 58 de la LSC,
resultandos inoponibles a los terceros los actos realizados en su
violación. Además, la norma impone la responsabilidad solidaria e
ilimitada por las operaciones ajenas a esos fines, de los
administradores respecto de terceros y de los socios, sin perjuicio de
la responsabilidad de estos últimos por las obligaciones que derivaren
de su carácter de socio conforme al tipo social de que se trate.

LIQUIDACIÓN

PERSONALIDAD DE LA SOCIEDAD. -El art. 101 de la LSC determina


que la sociedad conserva su personalidad, rigiendo las normas
reguladoras del tipo social en tanto sean compatibles con el estado de
liquidación. Éste es un tema vinculado a la capacidad de la sociedad
después de la disolución, para algunos autores después de la
inscripción del art. 98 y para otros después de la inscripción del
nombramiento de los liquidadores del art. 102 de la LSC. ¿Se modifica
la capacidad de la sociedad? ¿Hay una capacidad restringida de ésta?

Entre otros, así lo sostiene Stolfi. La liquidazione delta societá


commerciale, p. 118. En contra. Sotgia. La liquidazione della societá
commerciale, p. 54 y siguientes.

En principio, creemos que no puede hablarse de una capacidad


restringida porque no hay ninguna categoría de actos, concretamente,
que no pueda realizar el liquidador. La liquidación no significa "bajar
la cortina", ni se advierte que el liquidador no puede realizar ventas o
constituir derechos reales, o dar en locación bienes; en todo caso
habrá que analizar -a los efectos de su responsabilidad en los términos
de los arts. 99 y 105, LSC, de acuerdo a si están actuando todavía los
administradores pese a haberse dado una causal de disolución, o están
actuando los liquidadores-, la congruencia del acto pero no el tipo de
acto, no la categoría del acto. Muchas compraventas podrá realizar y

78
otras serán objetables y cuestionables. Se trata, tal cual analizamos
respecto a las normas generales de representación societaria del art.
58, de un problema de imputabilidad y no de capacidad.

¿Podrá tomar préstamos un liquidador? Nos expedimos por la


afirmativa, siempre y cuando se esté a la naturaleza de los créditos, al
plazo. Eventualmente no se debería descartar la posibilidad de una
refinanciación de deudas, tema tan en boga, a una sociedad en
liquidación, si no llegáramos a esa conclusión (muchas
refinanciaciones se han impuesto por ley y a largo plazo -p.ej., por la
ley 22.510-); prácticamente tendríamos que pensar que debemos ir
directamente a una liquidación concursal o quiebra por una
imposibilidad legal de obtener la refinanciación.

LIQUIDADORES. DESIGNACIÓN. - El principio orientador


determinado por la ley societaria establece que la liquidación se lleva
a cabo por quienes formaban parte del órgano de administración,
salvo situaciones especiales (v.gr., entidades financieras, sociedades
de seguros, etc.), o estipulación diferente. De no existir designado
liquidador, serán nombrados por mayoría de votos dentro de los
treinta días de haber entrado en liquidación la sociedad, y a falta de
ello, o si éstos no desempeñaren el cargo, cualquier socio puede
solicitar el juez el nombramiento omitido48, o nueva elección.

Al igual que como acontece con la designación de los administradores,


el nombramiento de liquidador debe inscribirse en el Registro Público
de Comercio, previa publicación, en su caso. Asimismo, la ley permite
que a pedido de socio o del síndico, el liquidador pueda ser removido
judicialmente si existe justa causa, siempre y cuando no lo haga
directamente el órgano de gobierno de la sociedad con la misma
mayoría exigida para la elección de ellos. Usualmente la liquidación se
cumple extrajudicialmente -aun cuando la disolución hubiese sido
dispuesta por decisión judicial-, excepto el supuesto de remoción del

79
liquidador y su reemplazo por un liquidador designado judicialmente o
en caso de quiebra.

OBLIGACIONES Y FACULTADES. - Los liquidadores, una vez


aceptado el cargo, deben tomar posesión de los bienes y documentos
de la sociedad y confeccionar, dentro de los treinta días a partir de la
asunción del cargo (pueden ser autorizados a extender este plazo a
ciento veinte días), un inventario y un balance del patrimonio social de
los socios49. El mismo art. 103 establece que el incumplimiento de la
mencionada norma constituye causal de remoción para los
liquidadores y les hace perder el derecho a remuneración, así como
también los grava con la responsabilidad por los daños y perjuicios
que pueda causar su actitud. En virtud del art. 105, párr. 2°, deben
actuar empleando el nombre social con el aditamento "en liquidación",
bajo apercibimiento de responder por daños y perjuicios. El art. 104
dispone que deben informar periódicamente, por lo menos cada tres
meses, sobre la gestión que realizan, a los socios, o si existe, al órgano
específico de fiscalización (v.gr., sindicatura o consejo de vigilancia en
las sociedades por acciones). Asimismo, les impone la obligación de
confeccionar balances anuales para el caso de que la liquidación
requiera más de un año. Por otra parte, ejercen la representación de
la sociedad y están facultados para celebrar todos los actos necesarios
para liquidar la sociedad, esto es, realizar el activo, cancelar el pasivo
y distribuir el remanente, si existe, entre los socios. Y obviamente,
están sujetos a las instrucciones que les imponga el órgano de
gobierno de la sociedad. Asimismo, deben exigir -si los fondos sociales
son insuficientes- a los socios lo que deban a la sociedad, como tales,
de conformidad con las normas regulatorias del tipo y el contrato
constitutivo, conforme su responsabilidad. Cuando corresponda, si las
obligaciones sociales están debidamente garantizadas y consideran
que no se distorsionará el proceso liquidatorio, pueden realizar una
partición parcial. Para ello se requiere un pedido expreso de los socios
o de los accionistas que representen por lo menos el 10% del capital

80
social y cumplir los requisitos exigidos para la reducción del capital
social. En caso de negativa de los liquidadores, los solicitantes pueden
requerirlo judicialmente. Asimismo, son ellos quienes realizan la
confección del balance y del proyecto de distribución finales, después
de extinguido el pasivo social, lo cual debe ser sometido al órgano de
gobierno de la sociedad (arts. 109 y 110). Por otra parte, son ellos
también quienes ejecutan las tareas de partición y distribución entre
los socios, y quienes deben, una vez terminada la liquidación, realizar
la cancelación de la inscripción de la sociedad en el Registro Público
de Comercio. Por último, en virtud del art. 108.de la ley, las
obligaciones y responsabilidades se rigen por las disposiciones
atinentes al tipo social de que se trate.

RESPONSABILIDAD DE LOS LIQUIDADORES. -En lo referente a la


responsabilidad de los liquidadores, la ley establece una norma básica,
que es la contemplada por el art. 108 de la LSC, que establece que les
son aplicables las disposiciones de los administradores según el tipo
social correspondiente, en todo lo que no esté dispuesto en la sección
legal referente a los liquidadores. Por su parte, el art. 103 establece
que, si no realizan el balance e inventario iniciales, incurren en una
causal de remoción a la par que pierden el derecho a ser
remunerados, y los hace al mismo tiempo responsables de los daños y
perjuicios que ocasione la mencionada omisión. El art. 105, en su párr.
2°, establece que si no cumplen las instrucciones del órgano de
gobierno (obviamente, deben ser legítimas) responden por los daños y
perjuicios que se ocasionen a causa del incumplimiento. El párr. 3o de
la norma antes mencionada impone como sanción al liquidador que
omite agregar al nombre social el aditamento de "en liquidación" la
responsabilidad ilimitada y solidaria por los daños y perjuicios que con
ello se ocasionen a terceros.

BALANCE FINAL. DISTRIBUCIÓN. CANCELACIÓN DE MATRÍCULA.


-Una vez extinguido el pasivo social, a los liquidadores les compete
extinguir las relaciones entre los socios. Para ello deben confeccionar

81
lo que se denomina el balance final (art. 109), el cual debe ser
formalizado de acuerdo con el valor real de los bienes existentes en el
patrimonio social. Contemporáneamente deben realizar el proyecto de
distribución del remanente existente; para ello deben tomar en
cuenta, ante todo la cuota-parte del capital social que corresponde a
cada socio, y después, salvo disposición contraria del contrato, la
participación que les corresponda a los tales socios en forma
proporcional al reparto de ganancias. Una vez confeccionados los
mencionados instrumentos, se los debe poner a disposición de los
socios, previa comunicación de esta circunstancia. En el caso de que
se trate de sociedades con órganos de fiscalización, los instrumentos
mencionados deben ser suscriptos por dicho órgano, quien debe
expresar su opinión al respecto en dictamen fundado. En el primer
caso, los socios tienen un plazo de quince días, computables a partir
de la comunicación, para impugnar el balance final y el proyecto. En
los casos de sociedades por acciones y de responsabilidad limitada,
cuyo capital alcance el importe fijado por el art. 299, inc. 2, el balance
final y el proyecto de distribución suscriptos también por los síndicos
serán sometidos a la aprobación de la asamblea (extraordinaria, arg.
art. 235, inc. 4, LSC), teniendo también los socios, derecho a
impugnar los mencionados instrumentos en igual plazo, pero que se
empieza a contar desde su aprobación por la asamblea. En ambos
casos, si la impugnación es desestimada o no tratada, la ley establece
un plazo de caducidad de sesenta días para que se recurra
judicialmente. Asimismo, la ley prevé, si existen varios impugnantes,
que se acumulen todas las acciones en una causa única.

Una vez aprobados el balance final y el proyecto de distribución, se


debe remitir copia de ellos al Registro Público de Comercio y proceder
a la ejecución del proyecto de distribución. El párr. último del art. 111
establece que si, después de noventa días de inscripta en el Registro
Público de Comercio la documentación mencionada, los socios no
reclaman la parte que les corresponde, el liquidador debe depositar en

82
el banco oficial, a disposición de los titulares, las sumas pertinentes.
Por último, la ley establece que, terminada la liquidación, se proceda a
la cancelación de la inscripción de la sociedad y que, en defecto de
acuerdo de partes, el juez del registro decida quién debe conservar los
libros y demás documentos sociales (art. 112, LSC). Si con
posterioridad a la cancelación de la inscripción se detectan deudas,
parte de la doctrina entiende que sería posible la reapertura de la
liquidación50. Otro sector estima que sólo podría el acreedor
perseguir el cobro del liquidador y de los socios, puesto que la
sociedad se ha extinguido51.

DISOLUCIÓN Y LIQUIDACIÓN DE OTROS TIPOS SOCIALES

NO INCLUIDOS EN LA LEY DE SOCIEDADES

SOCIEDAD CIVIL. - El art. 1758 y ss. del Cód. Civil contemplan las
causales de disolución de la sociedad. Pasaremos revista brevemente
a algunas de ellas. a) La muerte de uno de los socios en la sociedad de
dos personas provoca su disolución (art. 1758). b) La muerte del
administrador nombrado en el contrato, o la muerte del socio que
pone su industria o alguno de los socios que tuviese tal importancia
personal, que su falta hiciere probable que la sociedad no pueda
continuar con buen éxito (art. 1759). c) Con la culminación del lapso
de tiempo por el cual fue formada, o al cumplirse la condición a que
fue subordinada su duración; aunque no estén concluidos los negocios
que tuvo por objeto (art. 1764). d) La sociedad contraída por término
ilimitado se concluye cuando lo exija cualquiera de los socios, y no
quieran los otros continuar en la sociedad (art. 1767). e) Por la salida
de la sociedad de alguno de los socios en virtud de exclusión,
renuncia, abandono de hecho, o incapacidad sobreviniente. /) Por
pérdida total del capital social, o por pérdida de una parte de él, que
imposibilitara conseguir el objeto para la que fue formada (art. 1771).
g) Cuando por un motivo que tenga su origen en los socios, o en otra
causa externa (de fuerza mayor), no pudiese continuar el negocio para

83
el que fue formada (art. 1774). /;) Por sentencia judicial, pasada en
autoridad de cosa juzgada que la declare disuelta, con efecto
retroactivo al día en que tuvo lugar la causa de la disolución (arts.
1775 y 1776). En cuanto a la liquidación social, el art. 1778 del Cód.
Civil establece que las pérdidas y ganancias se repartirán de
conformidad a lo pactado. Si sólo se hubiese pactado la parte de cada
uno en las ganancias, será igual su parte en las pérdidas. A falta de
convenio, la parte de cada socio en las ganancias y pérdidas será en
proporción a lo que hubiese aportado a la sociedad. Además, existe
una expresa remisión a las disposiciones del Código de Comercio
sobre la liquidación de las sociedades comerciales (arg. art. 1777,
Cód. Civil).

COOPERATIVAS. - En lo que respecta a las cooperativas, la ley 20.337


regula en su art. 86 y ss., las causales de disolución, estableciendo las
causales siguientes. a) Por decisión de la asamblea. b) Por reducción
del número de asociados por debajo del mínimo legal o del admitido
por la autoridad de aplicación. La disolución procederá siempre que la
reducción se prolongue durante un lapso superior a seis meses. c) Por
declaración en quiebra. La disolución quedará sin efecto si se celebra
avenimiento o concordato resolutorio. d) Por fusión o incorporación en
los términos del art. 83. e) Por retiro de la autorización para
funcionar, previsto por el art. 101, inc. 3. f) Cuando corresponda en
virtud de otras disposiciones legales. Finalmente, en referencia al
proceso liquidatorio cooperativo debemos recordar que, conforme las
prescripciones del art. 95, el sobrante patrimonial que resultara de la
liquidación tendrá el destino previsto en el párr. último del art. 101, es
decir, que dichos importes ingresarán a los recursos del organismo
instituido en el capítulo XII o del fisco provincial, según el domicilio de
la cooperativa, con destino a la promoción del cooperativismo.
Además, debe tenerse presente que el art. 95, párr. 2°, especifica que
se entiende por sobrante patrimonial el remanente total de los bienes
sociales una vez pagadas las deudas y devuelto el valor nominal de las

84
cuotas sociales (cuestión que ha resultado altamente polémica en
nuestro derecho).

OTROS CASOS ESPECIALES. - Existen situaciones particulares de


liquidación. a) La liquidación de las entidades financieras se encuentra
a cargo del Banco Central de la República Argentina (ley 21.526). b)
La liquidación de las empresas de seguros se efectúa bajo el control
de la Superintendencia de Seguros de la Nación (ley 20.091). c) La
liquidación de las aseguradoras de riesgo del trabajo (ART) se
cumplirá bajo la fiscalización de la Superintendencia de Riesgos del
Trabajo (ley 24.557). d) La liquidación de las sociedades que realizan
operaciones de capitalización y ahorro se hará bajo la fiscalización de
la Inspección General de Justicia (ley 22.315). e) La liquidación de las
sociedades administradoras de fondos de jubilaciones y pensiones se
realiza por intermedio de la Superintendencia de Administradoras de
Fondos de Jubilaciones y Pensiones (ley 24.241).

TRANSFORMACIÓN

CONCEPTO. -El fenómeno de la transformación societaria1 es


frecuente en nuestros días, puesto que en sustancia obedece
principalmente a razones de índole económica. La actividad
económica requiere constantemente de nuevas proyecciones y en ese
contorno hace necesario reconocer estructuras jurídicas que
presenten mejores armas para enfrentar las nuevas contingencias que
ofrece el quehacer comercial moderno. Usualmente los cambios de
tipología societaria suelen imponerse por la necesidad de amoldar la
estructura organizativa a los novedosos requerimientos que motivan el
desarrollo del giro social. Otras veces -en cambio-, estas mutaciones
tipológicas vienen impuestas, producto de una inadecuada elección
del tipo social, lo que, sumado a los compromisos administrativos,
contables e impositivos que ello implica, concluyen por generar una
tendencia hacia la simplificación en la elección de la figura adoptada.

85
En rigor de verdad, la alocución transformación encierra una
contradicción semántica, puesto que transformar significa cambiar de
forma, y ésta tomada en sentido legal (esto es, como especie del
género forma esencial), es entendida como el cumplimiento de
determinadas solemnidades, específicamente indicadas por la ley para
algunos actos que ella determina, y cuya omisión trae aparejada su
invalidez (Llambías, Código Civil anotado, t. II-B, p. 150). En cambio,
en la transformación societaria, no se trata del cambio de forma en el
sentido aludido, sino en el cambio del tipo social adoptado, por lo que
resultaría más adecuada la utilización de la voz transtipificación. No
obstante ello, la generalización de su uso impone la continuidad de su
utilización.

Y otras -seguramente las más- afrontan la modificación de su


estructura a fin de contar con un nuevo y adecuado instrumento
técnico-normativo que proporcione a los socios la posibilidad de
actuar sin comprometer la totalidad de su patrimonio2. Los autores
desde antigua data comenzaron a preguntarse si la transformación
produce la disolución de una sociedad ya existente y la constitución de
otra nueva. Una de las primeras respuestas3, basada en las normas
positivas del derecho italiano, es negativa, expresando que la cuestión
no puede considerarse resuelta si no se contesta a esta objeción: el
cambio de forma, aunque sea poco notable en sus efectos prácticos,
tiene, por consecuencia, hacer pasar a la sociedad de una especie, de
un tipo jurídico, a otro y, por tanto, da lugar a la constitución de una
nueva sociedad. El propio autor entiende superar esta objeción al
sostener que la misma parte del concepto de que toda sociedad de
especie distinta constituye persona jurídica diferente. Esto es exacto
cuando se consideran las sociedades en orden al espacio, porque
todas las que existen simultáneamente no son ni pueden ser más que
personas jurídicas distintas, no tanto por la diversidad de forma,
cuanto porque tienen un organismo comercial propio y diferente. Pero
esto no es exacto si se consideran en orden al tiempo, es decir,

86
sucesivamente, porque la misma sociedad, evolucionando, puede
adoptar formas diversas sin mudar su personalidad. Ocurriría
inevitablemente esta modificación si el Código hubiera reconocido a
esta, varias especies de sociedad un distinto carácter de personalidad;
pero puesto que a todas las recoge y define con las mismas palabras:
"ellas constituyen respecto a terceros, entes colectivos distintos de las
personas de los socios", es evidente que, desde el punto de vista de la
personalidad, la sociedad puede cambiar de forma sin cambiar de
personalidad. La opinión contraria4 sostiene que se constituye nueva
sociedad cuando se transforma una sociedad en otra, y que a cada tipo
de sociedad la ley vincula una sociedad distinta, habiendo tantas
personas morales distintas cuantos tipos o formas de sociedad existan.
Sin embargo, esta tesis aparece desprovista de argumentos que se
refieran a la naturaleza y contenido del ser social. La personalidad o
personería no se apoya en el tipo elegido, sino en el ente creado por el
derecho que es un interés jurídicamente protegido. También se ha
aseverado5 que la personalidad de la sociedad no implica otra cosa,
desde el punto de vista jurídico, que el reconocimiento de todos los
atributos de la persona: nombre, domicilio, patrimonio, etc.; no hay
distintos grados de personalidad; cualquiera que sea la forma que la
sociedad revista, su personalidad es la misma; el cambio de forma no
puede alterarla; no hay razón alguna para considerar lo contrario; en
realidad tal cambio, que no atañe a la esencia de la sociedad -como
que existen sociedades de hecho- sólo constituye una modificación al
contrato social o los estatutos; es fundamentalmente equivocada, en
nuestro concepto, la idea de que el cambio de forma no es posible y
que necesariamente debe disolverse la sociedad para constituir una
nueva. La personalidad de las sociedades es una situación jurídica
cuya existencia aparece incuestionablemente reconocida en nuestro
derecho. La personalidad es de la sociedad e independiente de la
forma que convencionalmente se haya adoptado6. Como se advierte,
el problema central de la transformación común a todos los supuestos,

87
es el de si la transformación implica o no la creación de una sociedad
nueva. Si se estima lo primero, habrá disolución de la antigua
sociedad y transmisión a la nueva del activo que aportarán los socios a
la nueva sociedad en proporción a sus participaciones en la antigua. Si
se estima lo segundo, la transformación se operará por el cauce de
una simple modificación estatutaria, previo el cumplimiento de los
requisitos necesarios para adoptar el acuerdo, y dando a la escritura
de transformación el contenido propio de la escritura de constitución
de la sociedad cuya forma se adopte.

Transformar, en derecho societario, implica el cambio por una


sociedad de su tipo social, o sea, su regulación constitutiva sin alterar
su personalidad, normalmente exigido por razones técnico-económicas
para un mejor cumplimiento del objeto social. Es decir que lo único
que cambia es la forma societaria (su tipo), sin que cese una sociedad
y comience otra. Es lo que gráficamente se ha explicado con el
ejemplo del hombre que al cambiar su vestimenta no por eso deja de
ser la misma persona8. Esta premisa de la continuidad resulta
fundamental por sus consecuencias: toda empresa en funcionamiento
tiene créditos acordados, contratos vigentes de plazo no vencido,
deudas a pagar y cuentas a cobrar; puede tener cuestiones litigiosas
en trámite; los bienes de su activo se amortizan paulatinamente; sus
empleados y obreros son acreedores a indemnizaciones en caso de
cesar su contrato de trabajo, etcétera. Si se admite que en la
transformación la nueva sociedad continúa las operaciones que
precedentemente desarrollaba la empresa, todos esos derechos y
acciones potenciales, litigiosos, condicionales o a plazos seguirán a
cargo de la misma sociedad bajo su nueva forma; de lo contrario,
forzoso es admitir que deberán saldarse las cuentas con la enorme
complicación que ello significará9. La LSC regula el instituto a partir
del art. 74, señalando que es el cambio de un tipo social' por otro. Es
un régimen distinto al de regularización previsto en el art. 22 de la
LSC para las sociedades no regularmente constituidas (de hecho e

88
irregulares propiamente dicha) y su modificación introducida por ley
22.903. Por tanto, la sociedad a transformarse debe ser típica regular.
No hay transformación cuando una sociedad irregular posea (o
adquiera) una de las formas (o tipos) previstas en la ley; en tal caso,
ésta simplemente se regulariza y da lugar al nacimiento (adopción),
según la ley, de uno de los tipos, mientras que la sociedad que se
transforma mantiene su propia identidad, no se extingue, puesto que
el cambio gravita solamente sobre su estructura o en su organización.

También resulta un régimen diferenciado al de la constitución. La


distinción entre transformación y constitución de la sociedad es
importante no solamente para fines de precisión dogmática, sino
también para los de aplicación práctica; así el nuevo socio de una
sociedad transformada responde (dentro de los límites propios al
nuevo tipo social) de las deudas de la sociedad aun a su ingreso,
mientras que si se trata de una nueva sociedad, ese socio no puede ser
responsabilizado por las obligaciones de la antigua sociedad, salvo
que hubiera mediado traspaso de esas obligaciones de una a otra
sociedad". Sobre el particular, ha resuelto la jurisprudencia que el art.
74 de la LSC se limita a enunciar el concepto de transformación
social, y dice, muy claramente, que tal acontecer sucede "cuando una
sociedad adopta otro de los tipos previstos", sin indicar, decir o
señalar que solamente entiende por tales a los que enumera la misma
ley. Es que, en verdad, nunca hubiera podido establecerlo, ya que, en
nuestro derecho positivo, signado por el régimen de libertad de las
convenciones, no existe obstáculo alguno impediente del cambio de
forma mercantil por la civil, siempre que se cumplan los recaudos de
orden que tienden a proteger a socios y terceros. La transformación
no altera la personalidad ni los derechos y obligaciones de los socios o
de los terceros, lo que importa el trasvasamiento de los principios
generales sobre la oponibilidad de los acuerdos entre partes; en el
caso, un acto colegial colectivo. Todas las sociedades constituyen
respecto de los terceros entes colectivos distintos de las personas de

89
los socios; pero lo que es evidente es que, desde el punto de vista de la
personalidad, la sociedad puede cambiar su forma sin cambiar de
personalidad; queda como antes: un ente colectivo distinto de la
persona de los socios. El instituto permite justamente el cambio
estructural del negocio constitutivo, del tipo social, sin alterar la
personalidad, lo que, en caso contrario, debería alcanzarse a través de
la liquidación, asumiendo como conclusión de ésta la atribución de los
bienes que componen la cuota de liquidación de los socios, en un
nuevo pacto constitutivo; la simplificación es evidente.

En su origen fue considerada como una especie de modificación de


contrato (estatuto), comprendiendo hipótesis como el simple cambio
de objeto, de fin o de nacionalidad. En la actualidad no caben dudas
que la transformación, entendida como el paso de un tipo social a otro,
ha adquirido contornos definitivos con autonomía delimitada que la
diferencian netamente de la operación de modificación de contrato
(estatuto). En efecto, la transformación de la sociedad de un tipo en
otro no hace desaparecer su identidad, así como no la hace
desaparecer la modificación de otros elementos de su contrato social.
En sustancia, la sociedad permanece formalmente idéntica, no
obstante, la importancia de las modificaciones que se aportan a su
estatuto.

La transformación de la sociedad no requiere la extinción de la


sociedad a transformarse. Además, si la sociedad anterior se disuelve,
y como se sostiene se constituye una nueva, quienes constituyen la
nueva son los socios de la sociedad anterior y no esta sociedad que se
transforma. Es decir, que se aniquila el concepto de la transformación
que es dar forma nueva a algo cuya sustancia se conserva. En cambio,
con la disolución la sociedad anterior es destruida. La continuidad del
sujeto de derecho descarta la posibilidad de subsistencia de dos
sujetos, pues se trata simplemente de un cambio de su estructura, o
sea, del negocio constitutivo. No hay sucesión; por tanto, los bienes

90
del sujeto de derecho no se trasladan, se mantienen en el mismo
patrimonio.

De esta manera podemos también diferenciarla de la disolución,


puesto que debemos descartar toda idea de que la transformación
implica la disolución de la sociedad que intenta mudar su tipología. La
disolución y con ella la liquidación como etapa necesaria para la
extinción de la sociedad, no significa otra cosa que la sucesión de los
derechos activos y pasivos. La transformación no disuelve o extingue
la sociedad primitiva, sino que es un nexo indispensable, sin el cual no
puede hablarse de transformación que, como dijimos, continúa con
otro ropaje. El fenómeno de la transformación presupone la existencia
de una sociedad regularmente constituida, según un determinado tipo
legal, dato de singularidad que basta para caracterizarlo respecto del
fenómeno diverso de la fusión, la cual, al contrario, sea en la forma de
incorporación o en la de creación, presupone inicialmente siempre una
pluralidad de sociedades. Además, en la fusión es necesario el
concurso de dos o más sociedades, cosa que no ocurre en la
transformación donde es la misma sociedad la que cambia su
estructura jurídica. La transformación, conforme expusimos, no
equivale ni implica la disolución de la sociedad primitiva. En la fusión,
en cambio, existe disolución sin liquidación de las que dan origen a la
nueva sociedad. También se pueden hallar analogías entre la
transformación de sociedades y las transferencias de fondos de
comercio. El punto de coincidencia máximo17 está en el interés de los
terceros que debe tutelar la norma, a fin de que no se encuentren
perjudicados por el desplazamiento del patrimonio, prenda común de
los acreedores. a) La transferencia de fondos de comercio sólo se
efectúa válidamente, con relación a terceros, previo anuncio por cinco
días en el Boletín Oficial y en uno o más diarios o periódicos del lugar
(art. 2o, ley 11.867). El documento de transmisión sólo podrá firmarse
después de transcurridos diez días y los acreedores podrán oponerse
hasta que les pague el crédito (art. 4o) y sólo después podrá otorgarse

91
válidamente el documento de transferencia (art. 7o). b) En la
transformación no hay desplazamiento de patrimonio, como
transferencia, aunque bien es cierto que el nuevo tipo escogido por la
sociedad puede limitar la responsabilidad patrimonial. Por lo tanto, la
transformación no requiere la conformidad de terceros: subsisten los
derechos y obligaciones de los terceros, porque se trata del mismo
sujeto. c) Ambos institutos exigen la publicidad del acto; pero las
consecuencias son distintas: 1) en la transferencia, el acto no es
válido; y sus omisiones, además, crean la solidaridad de los
intervinientes; 2) en la transformación no obtiene su plenitud, es
decir, no podrá actuar con la nueva forma, hasta que sea conocida y
aceptada por los terceros. A falta de prohibiciones expresas todos los
tipos pueden transformarse, con excepción de la denominada sociedad
accidental o en participación (art. 361 y ss., LSC); aun la sociedad en
liquidación e incluso la sociedad anónima con participación estatal
mayoritaria puede hacerlo, cumpliendo los recaudos conforme se haya
establecido su constitución por normas públicas o no. Por ello puede
transformarse una sociedad en cooperativa, y puede adoptarse como
tipo una sociedad civil o transformarse ésta en otro tipo, al igual de lo
que acontece con la asociación (arg. art. 3o, LSC).

LA SOCIEDAD COOPERATIVA. - La hipótesis de transformación de


una sociedad cooperativa en otro tipo social, ha ofrecido particular
interés en nuestro derecho, puesto que el art. 2o, inc. 8°, de la ley
11.388 (antecedente, de la ley 20.337) establecía que, en caso de
liquidación de la sociedad, los fondos de reserva se entregarán al fisco
nacional o provincial, según el domicilio real de la sociedad, para fines
de educación económica del pueblo. Entendiéndose por ello que el
ordenamiento vigente en ese momento no autorizaba la
transformación de la sociedad cooperativa en sociedad anónima, de
modo tal que pudiera considerarse inaplicable el inc. 8o del art. 2° de
la ley 11.388, correspondiendo, en cambio, disolver la sociedad
cooperativa, liquidarla y posibilitar así que los socios cooperativos que

92
tuvieran interés, pasaran a crear una nueva sociedad anónima.
Evidentemente, la sociedad cooperativa crea problemas especiales,
por su peculiar naturaleza. Los socios tienen siempre el derecho de
retirarse en las épocas previstas por la ley o el estatuto y no se pueden
crear trabas a la incorporación de nuevos socios que reúnan las
condiciones estatutarias de admisibilidad, ni exigir primas para
compensar los fondos sociales acumulados. Las facilidades crediticias
e impositivas con que se las ha privilegiado, pueden conducir a la
formación de un fuerte activo y tentar así a alguna mayoría de socios,
deseosos de aprovechar en beneficio de los socios de ese entonces,
todo el esfuerzo de una o más generaciones de asociados. De ahí el
desfavor con que las autoridades administrativas contemplan la
mutación de la forma social y su inclinación a denegar la autorización,
o a tornar dificultosa la transformación, exigiendo la liquidación de la
sociedad cooperativa y limitando el derecho de los socios, a su aporte
y a las utilidades no distribuidas. La ley de cooperativas 20.337
prohíbe su transformación en sociedades comerciales o asociaciones
(art. 6o). La Exposición de motivos de esta ley defiende ardorosamente
esta postura con argumentos que no compartimos19 por pretender
limitar el instituto de la transformación "a las sociedades de capital
que procuran el lucro como razón y fundamento único y exclusivo de
su existencia jurídica", como si la transformación no procediera entre
las llamadas sociedades de personas o mixtas o fuera prohibida entre
las sociedades que no procuran un fin exclusivamente lucrativo (arts.
3o y 74, LSC). Tampoco creemos que la naturaleza particular de las
organizaciones cooperativas impida, sin más ni más, que sean pasibles
de transformación.

EL ASENTIMIENTO CONYUGAL. - De acuerdo al art. 1277 del Cód.


Civil es necesario el consentimiento de ambos cónyuges para disponer
o gravar los bienes gananciales cuando se trate de inmuebles,
derechos o bienes muebles cuyo registro han impuesto las leyes en
forma obligatoria, aportes de dominio o uso de dichos bienes a

93
sociedades, y tratándose de sociedades de personas, la transformación
y fusión de éstas. Debemos recordar que el principio general que rige
la disposición de los bienes del matrimonio, es que cada uno de los
cónyuges tiene la libre administración y disposición de los bienes que
adquiere (arg. art. 1276, Cód. Civil). En consecuencia, el art. 1277 del
mismo plexo configura una excepción a dicho principio general,
jugando en cuanto a los bienes gananciales allí enunciados. La
finalidad de la norma propende a acentuar la unidad del matrimonio y
proteger a uno de los cónyuges contra la falta de aptitud, la ligereza o
la mala fe del cónyuge administrador.

De acuerdo con el art. 1277 del Cód. Civil, el asentimiento conyugal


es exigido para la transformación y fusión ''tratándose de sociedades
de personas", expresión que ha sido considerada con acierto de
ambigua e inexacta, pues en realidad todas las sociedades agrupan
personas -individuales o colectivas-.

No rige, en cambio, esa limitación para el primer supuesto de la


norma, pues se refiere a los aportes (de dominio o uso y goce de esos
bienes) a sociedades (a secas), quedando comprendidas tanto las
comerciales como las civiles. Como se advierte, la prohibición
impuesta al cónyuge administrar gananciales, sólo se justifica en el
caso de aporte a sociedades, pues existe una verdadera enajenación
de bienes; empero, carece de razonabilidad en los supuestos de
transformación y fusión de sociedades de personas, pues en ellas no
hay transferencia de bienes de un sujeto a otro. De esta manera
corresponde destacar que el art. 1277 del Cód. Civil exige la
autorización del cónyuge para efectuar actos de disposición respecto
de determinados bienes, pero de ninguna manera pretende requerir
tal autorización para los actos de administración que uno de los
cónyuges emprendiese con sus bienes propios o los gananciales
confiados a su administración, lo cual, por otra parte, sería
contradictorio con el sistema del Código Civil respecto de los bienes
de la sociedad conyugal22. Una vez que alguno de los bienes a que se

94
refiere el art. 1277 del Cód. Civil ha sido transferido en propiedad a
una sociedad (venta, aporte en propiedad, etc.), el bien ha salido del
patrimonio de los cónyuges e ingresado al patrimonio de la sociedad,
que constituye un sujeto de derecho distinto e independiente. Por lo
tanto, no se comprende cómo a un sujeto de derecho, sociedad, se le
puede exigir la conformidad de terceros sujetos que ni siquiera son
sus socios -cónyuges de los socios-, como requisito previo para la
realización de un acto de especialísima gestión societaria
(transformación), decidido formal y legítimamente por sus órganos de
gobierno, respecto de su propio patrimonio. Las sociedades
mercantiles, si bien fueron constituidas por el hombre a su imagen y
semejanza, dotándolas de los elementos necesarios para adquirir
derechos y contraer obligaciones, en verdad, no tienen árbol
genealógico y carecen de relaciones de familia, aunque se hable de
sociedad madre o filial: resulta inconcebible que puedan tener
cónyuge. Ame esa imposibilidad, corresponde entender que la persona
otorgante de la conformidad es el cónyuge del socio integrante de la
empresa social, no obstante constituir sujetos distintos, aunque sea
ilógico, es especial, cuando el socio aportó a la sociedad bienes
propios, no puede tener otro sentido el dispositivo legal24. Al respecto
caben formularse algunas hipótesis25: a) En la sociedad colectiva o
comandita simple (p.ej., constituida por ambos esposos) cuando se
propone la transformación, conforme al art. 27 de la LSC, y uno de
ellos vota en contra y dicho acto es aprobado por mayoría, ¿será
menester su conformidad conyugal? Contestamos afirmativamente,
pues el voto negativo a la transformación de la sociedad lo dio como
socia, en tanto la conformidad a ella la presta como cónyuge, y si
insiste en la negativa puede repararse por vía judicial. b) ¿Debe
requerirse el consentimiento del cónyuge del socio que no asistió a la
reunión donde se aprobó la transformación o se abstuvo de votar? No
corresponde el asentimiento del cónyuge del socio que de nada
dispuso, ni contribuyó a apoyar dicho acto, al cual es completamente

95
ajeno. Aunque la ley no discrimina, ésa es la inteligencia racional del
dispositivo legal: es importante destacar que el art. 1277 sólo exige el
asentimiento del cónyuge para los actos de disposición que
voluntariamente pretenda realizar el cónyuge titular del bien. c) La
misma conclusión hay que adoptar cuando el socio votó en contra de
la transformación, donde, a pesar de la oposición, el acto fue aprobado
por mayoría. En esa hipótesis, el socio tiene derecho de receso (art.
78, LSC), y podrá retirar libremente, sin cortapisa alguna, la parte
social -tal vez bien ganancial-. Ninguna intervención del cónyuge está
prevista en el caso. d) ¿Es necesario este asentimiento de los
cónyuges de los socios cuando una sociedad de personas se
transforma en otra sociedad de personas -colectiva en comandita
simple-, o se fusionan dos sociedades de personas para constituir otra
de esa clase -dos colectivas para constituir una comandita simple-?
Atento a la mens legis, dicha exigencia resulta superflua en esa
hipótesis, aunque no discrimina la ley. e) Cuando la sociedad personal
incorpora una sociedad anónima, ¿cabe requerir el asentimiento en la
primera? En tal caso, la sociedad colectiva aumenta su capital (art.
244 in fine, LSC), por lo cual respondemos negativamente.

RESPONSABILIDAD. - En cuanto a la responsabilidad anterior de los


socios, la ley 22.903 alteró el régimen original de la ley 19.550,
enfatizando que no se modifica la responsabilidad solidaria e ilimitada
anterior de los socios, aunque se trate de obligaciones a cumplir con
posterioridad a la transformación, salvo consentimiento expreso de los
acreedores, o sea que éstos intervengan en una novación subjetiva
(art. 75, LSC). Es el supuesto de transformación de una sociedad
personalista a una con responsabilidad limitada de los socios.
Correlativamente, se modifica el art. 76 de la LSC, en el sentido de
que por las obligaciones anteriores respecto de las cuales no tenían
responsabilidad ilimitada y solidaria, los socios no la asumen salvo que
lo hagan expresamente, como novación subjetiva pasiva. Se trata del

96
supuesto inverso en que una sociedad capitalista asume una forma
parcial o totalmente personalista.

REQUISITOS. - El art. 77 de la LSC también resultó modificado en


1983. Se mantienen, en general, los requisitos previstos por el
régimen anterior, pero se introducen esclarecimientos en lo relativo al
balance, fecha en que debe cerrarse, puesta a disposición de los
socios y mayoría requerida para su aprobación, eliminándose, en
cambio, la puesta a disposición de los acreedores por entenderse
innecesaria, puesto que el cambio de tipo no podrá alterar el régimen
de garantía preexistente (Exposición de motivos, ley 22.903, cap. II,
secc. X, ap. 3). Para que una sociedad pueda transformarse se exigen
los siguientes requisitos. a) Un acto imputable a los socios unánime, o
un acto colegial colectivo de la sociedad en ciertos casos. El acuerdo
unánime de los socios en las sociedades personalistas, salvo
disposición contraria en el negocio constitutivo. Se trata, en supuestos
de unanimidad, de una decisión contractual, aunque asuma la forma
de una resolución social. Si hubiere pacto que autorizara una
resolución mayoritaria, como en el caso de la sociedad de
responsabilidad limitada (art. 160) o de la sociedad anónima (arts. 244
y 245, LSC), estaremos frente a un acto colegial colectivo, que debe
cumplir con todas las formas previstas. b) Confección de un balance
especial, que implica un documento que determine el estado
patrimonial de la sociedad. Este es necesario para el eventual ejercicio
del derecho de receso y para que los terceros y los socios puedan
adoptar resoluciones en cuanto al ejercicio de derechos y respecto de
la asunción o liberación de responsabilidad. Ese estado patrimonial
debe tener una fecha de cierre que no exceda los treinta días del
acuerdo de transformación, lo que impone actividades sociales muy
ajustadas en sus tiempos. Cerrado a esa fecha de treinta días
anteriores a la reunión, debe ponerse a disposición de los socios con
una antelación de quince días (plazo similar al del art. 67, LSC). Para
la aprobación de este balance se requieren las mismas mayorías que

97
para la del balance de ejercicio, como acto de administración y
declaración de verdad, por lo que puede haber mayorías diferentes
para aprobar la transformación a que se destina ese balance. Cabe,
por tanto, cuestionamientos al balance que autoricen su impugnación,
en forma independiente del acto de transformación. Aunque la ley no
lo expresa, esa reunión de socios debería también determinar el
estatuto del nuevo tipo social que regulará el funcionamiento futuro
de la persona jurídica societaria que continúa. El nuevo estatuto se
otorgará así en un acto colegial colectivo, o contractualmente si fuera
unánime, aun cuando tenga apariencia de acto colectivo. c) Cumplidos
esos recaudos se debe formalizar una declaración que exteriorice esos
actos por el órgano competente, presidente de directorio, gerente,
administrador, donde se asegure la autenticidad y concurrencia de las
declaraciones de voluntades expresadas internamente. En éste se
indicarán los socios que se retiren y los que se incorporen en su caso,
situaciones que son propias de una reorganización. d) La publicidad
por un día en el diario de publicaciones, similar a la de regularización
de las sociedades con responsabilidad limitada de los socios (art. 10,
LSC), a realizarse en el diario de publicaciones legales de la sede de la
sociedad, que no se altera, y a la de las sucursales si las hubiere. La
publicidad deberá contener: fecha del acuerdo de transformación,
fecha del instrumento de transformación (que podría ser del mismo
día o posterior a aquélla), la denominación anterior y la futura, de la
que debe resultar indubitablemente la identidad de la persona
jurídica, los socios que se retiran o incorporan y el capital que
representan respectivamente; cuando se alteren los datos estatutarios
indicados en el art. 10 de la LSC, la publicación deberá determinarlo;
agregamos que cuando no se hubiera registrado esa publicidad, en
virtud de ser personalista la sociedad, deberá por analogía
publicitarse íntegramente los datos previstos en esa norma legal para
su oponibilidad frente a terceros. e) Cumplida esa publicidad que, a
nuestro entender, debe ordenarla el juez o autoridad que debe

98
controlar la legalidad del acto conforme el tipo de sociedad, e
inscribirlo posteriormente en el registro público, debe ordenar dicha
inscripción, inclusive en los registros que corresponda a la naturaleza
de los bienes que componen el patrimonio y los eventuales
gravámenes que afecten a los bienes, o derechos reales que integren
el activo. Esas inscripciones deben consistir simplemente en notas
marginales, indicando su nueva identificación de persona jurídica
societaria titular de los bienes, acreedora o deudora, pues no existe
una transferencia de titularidad de los bienes o de los derechos. Las
inscripciones deben ser ordenadas por el juez o autoridad
administrativa a cargo del registro público de comercio, surgiendo un
problema interesante en las jurisdicciones donde las sociedades por
acciones están bajo el control unitario de una autoridad diferente a la
judicial, cuando existe una transformación de sociedad personalista o
de responsabilidad limitada a sociedad por acciones, o viceversa.
Entendemos que no se debe pensar en un conflicto de poderes o doble
intervención, debiendo formalizar el control de legalidad la autoridad
que corresponda al nuevo tipo adoptado por la persona jurídica
societaria.

RECESO. - Está previsto en el art. 78 de la LSC, además de


previsiones en el art. 245 para la sociedad por acciones. Al
modificarse sustancialmente la estructura de la persona jurídica
societaria, se autoriza el receso de los socios que votaron
negativamente o los ausentes, en los casos que no es necesaria la
unanimidad. El ejercicio de ese derecho no altera su responsabilidad
frente a terceros por las obligaciones contraídas hasta la inscripción
de la transformación, donde se indicarán los socios que se retiran (art.
77, inc. 4, d). Obviamente su responsabilidad se mantendrá hasta que
las obligaciones anteriores sean satisfechas, y los administradores y
socios ilimitadamente responsables (sean anteriores o posteriores)
garanticen a los recedentes exclusivamente en relación a las
obligaciones contraídas en el período que va desde el ejercicio del

99
derecho de receso hasta la inscripción de la transformación. El plazo
para ejercer ese derecho se unifica con el fijado por el art. 245 en
quince días, salvo que el contrato fijare un plazo distinto que podría
ser mayor en todos los casos y menor en sociedades que no fueran por
acciones.

PREFERENCIA DE LOS socios. - El art. 79 de la LSC también fue


modificado. Frente a la transformación no se afectan los derechos de
preferencia, por lo que los socios podrían ejercerlo frente al ejercicio
del derecho de receso, no afectándose así el patrimonio de la
sociedad. Un pacto en contrario, expresamente previsto en el cambio
de estructura tipológica, podría modificar ese derecho26.

RESCISIÓN. CADUCIDAD. - Al igual que los anteriores, los arts. 80 y


81 de la LSC, que regulan estas cuestiones, sufrieron alteraciones. La
primera de las normas citadas establece que el acuerdo de
transformación puede ser dejado sin efecto mientras no se lo hubiere
inscripto en el registro público de comercio. Si hubiere mediado
publicación, se debe proceder conforme lo establecido en el párr. 2°
del art. 81, esto es, se deberá efectuar una nueva publicación de la
rescisión. En cuanto a las mayorías requeridas por el acto colegial
para la toma de la decisión se requiere el acuerdo unánime de los
socios, salvo pacto en contrario y lo dispuesto para algunos tipos
societarios (art. 80 in fine). Así, en el caso de la sociedad anónima se
aplica el art. 244, párr. último; en las sociedades de responsabilidad
limitada el art. 160 y para las sociedades por interés la unanimidad,
salvo pacto en contrario. En cuanto a la caducidad del acuerdo de
transformación, el art. 81 de la LSC determina que éste caduca si a los
tres meses de haberse celebrado no se inscribió el respectivo
instrumento en el registro público de comercio, salvo que el plazo
resultare excedido por el normal cumplimiento de los trámites ante la
autoridad que debe intervenir o disponer la inscripción. En caso de
haberse publicado, se debe efectuar una nueva publicación al solo
efecto de enunciar la caducidad de la transformación, resultando

100
responsables solidaria e ilimitadamente los administradores por los
perjuicios derivados del incumplimiento de la inscripción o de la
publicación (art. 81, LSC).

FUSIÓN

CONCEPTO. - La fusión importa actos de naturaleza corporativa o


social de dos o más sociedades, que tiene como vehículo de ejecución
un acuerdo de carácter contractual entre esos entes corporativos, por
virtud del cual se opera la transmisión del total del patrimonio de una
o varias sociedades en favor de una tercera que, como contrapartida,
entrega acciones propias a los accionistas de la sociedad o sociedades
transmitentes, que se disuelven sin liquidarse27. Contemplada desde
el ángulo del derecho de sociedades28, la fusión aparece como un
negocio complejo, integrado efectivamente como un acto de esa clase
(corporativo o social), y no como un mero pacto o contrato convenido
entre las sociedades que se fusionan que integran aquel acto. Es
normal, ciertamente, que las sociedades se pongan de acuerdo
previamente sobre las condiciones en que se realizará la operación.
Pero eso no quiere decir que la fusión tenga en sí naturaleza
contractual. Los posibles pactos preparatorios de la fusión no juegan
un papel relevante y su importancia quedará esfumada ante las
decisiones internas de las respectivas sociedades, el conjunto de actos
sociales, corporativos, peculiares del derecho interno de las
sociedades, mediante las cuales se realiza la operación de fusión. Con
dicha afirmación se rechaza la postura contractualista receptada en
definiciones como la citada al comienzo, puesto que la posición
contractual resulta ineficiente para justificar este fenómeno harto
complejo -asunción del patrimonio de una o más sociedades por otra,
disolución de aquéllas, pérdida de los socios de su calidad de tales en
otra, etcétera-. De suerte tal, que de una manera más ajustada se
concluye que la fusión es un acto de naturaleza corporativa o social en
que de dos o más empresas sociales, una, alguna o todas ellas se
disuelven para unirse en una sola, que, en principio, asume los

101
patrimonios y agrupa a sus respectivos socios. La fusión responde a la
exigencia económica de realizar una unión de fuerzas productivas,
mediante la compenetración de varias sociedades29. Puede realizarse
de dos modos: mediante la constitución (o creación) de una nueva
sociedad que absorba las sociedades existentes o mediante la
incorporación (o absorción) a una sociedad de otra u otras varias (arg.
art. 2501, Cód. Civil italiano, y art. 82, LSC). Tanto en uno como en
otro caso existen las siguientes características: a) Que la sociedad
incorporada a la nueva o a la ya existente se extingue (la extinción es
un efecto o consecuencia de la incorporación), disolviéndose sin
liquidarse. b) Que la sociedad incorporante o la resultante de la fusión
adquiere el patrimonio de la sociedad incorporada: se produce una
sucesión in universum ius, a título universal, de modo que todos los
bienes, créditos y deudas de la sociedad que se extingue pasan a la
sociedad a que se incorpora o a la creada con la fusión. c) Los socios
de la sociedad que se extingue se convierten en socios de la nueva
sociedad, o de la sociedad a que aquélla se incorpora; sin embargo,
esto último puede quedar excluido en la práctica, en todo o en parte,
por lo que más que un elemento esencial de la fusión constituye un
efecto normal de ella30. La fusión significa, entonces, la reunión de
dos o más sociedades en una sola y puede ser llevada a efecto de dos
maneras: por creación de una nueva sociedad y por absorción o
anexión. En el primer caso, dos o más sociedades se funden en una
tercera entidad que se crea al efecto y que subsistirá en reemplazo de
aquéllas: es lo que en Estados Unidos de América se conoce por
consolidations y en Gran Bretaña por amalgamation; en el segundo,
una o más sociedades que se extinguen, son absorbidas por una
tercera también preexistente, que continuará actuando (corresponde
al merger del derecho estadounidense).

Las situaciones expuestas precedentemente tienden, por lo general, a


la concentración económica, ya que importan reunión, amalgama o
aleación de intereses societarios31.

102
SUPUESTOS. - La legislación argentina engloba, en el art. 82, varios
impuestos que implican la transferencia patrimonial total de una o
varias sociedades a otra preexistente (incorporante -fusión por
absorción o incorporación, o impropia-) o de dos o más sociedades a
una nueva (fusión por constitución, creación, o propiamente dicha). Se
genera la disolución de las sociedades absorbidas, sin liquidarse, pues
su patrimonio -activo y pasivo- es asumido por otra existente
(absorbente o incorporante) o una nueva. La transferencia de esa
universitas inris se produce al inscribirse en el Registro Público de
Comercio el acuerdo definitivo de fusión y el nuevo estatuto o el
aumento de capital que hubiere tenido que formular la incorporante,
conforme corresponda (arg. art. 82 infine, LSC). Los bienes que antes
integraban el patrimonio de las sociedades disueltas, pasan a la nueva
sociedad sin necesidad de que los administradores de la sociedad que
se crea o incorporante contraten la cesión de cada uno de los créditos,
ni se endosen los títulos de créditos o se notifique a los deudores
cedidos32. No es factible aglutinar por medio de una fusión a
establecimientos o haciendas comerciales, pues la LSC sólo prevé la
fusión de sociedades. Es una cuestión si la sociedad de hecho se puede
fusionar sin regularizarse previamente. No existen precedentes en tal
sentido en la autoridad administrativa de control. Estimamos que es
posible, cumpliendo con las previsiones del art. 22 y al mismo tiempo
del art. 83 de la LSC.

EFECTOS. - Al transferirse el patrimonio, se generan efectos y


problemas respecto de los acreedores de cada uno de los patrimonios
que se, fusionan, y problemas entre los socios que tienen un derecho
sobre cada uno de esos patrimonios. Los efectos respecto de los
terceros son afrontados por la ley.

a) PUBLICIDAD PREVIA. El art. 83, inc. 3, de la LSC, impone una


publicidad -en resguardo de terceros y socios- de mayor intensidad
que en la constitución o en la transformación, al exigirse durante tres
días la publicación de un aviso en el diario de publicaciones legales de

103
la jurisdicción de cada sociedad y en uno de los diarios de mayor
circulación general en la República, con información patrimonial, que
debe contener lo siguiente. 1) "La razón social o denominación, la
sede social y los datos de la inscripción en el Registro Público de
Comercio de cada una de las sociedades". 2) "El capital de la nueva
sociedad o el importe del aumento del capital social de la sociedad
incorporante". 3) "La valuación del activo y del pasivo de las
sociedades fusionantes, con indicación de la fecha a que se refiere". 4)
"La razón social o denominación, el tipo y el domicilio acordado para
la sociedad a constituirse". 5) "Las fechas del compromiso previo de
fusión y de las resoluciones sociales que lo aprobaron".

b) OPOSICIÓS DE ACREEDORES. El párrafo final del inc. 3 del art. 83


de la LSC establece que dentro de los quince días, a contar desde la
última publicación del aviso, los acreedores de fecha anterior pueden
oponerse a la fusión. „

c) OBTESCIÓS DE MEDIDAS CAUTELARES. Sin embargo, debemos


aclarar que las oposiciones referidas no impiden la prosecución de las
operaciones de fusión, pero el acuerdo definitivo no podrá otorgarse
hasta veinte días a contar desde ese último plazo para negociar, ser
desinteresados, o garantizados, o trabar embargo (art. 83, inc. 3,
parte final. LSC).

d) DE COBRAR A n SOCIEDAD INCORPORANTE O ABSORBENTE.


Conforme resulta de la interpretación del art. 82, párr. 2o, si las
acreencias fueran de obligaciones negociables, se exige una asamblea
(art. 27, ley 23.576). sin perjuicio de la posibilidad de ausentes y
disidentes de oponerse a la decisión. Los efectos respecto de los
socios convergen en todo el trámite de aprobación, pero pueden
subrayarse los puntos siguientes. 1) RELACIÓN DE CAMBIO. Según el
art. 83, inc. 1, de la LSC, se incorpora la obligación de que la relación
de cambio de las participaciones sociales, cuotas, o acciones, u
obligaciones negociables convertibles (art. 27, ley 23.576), integre el

104
proyecto de los representantes (compromiso previo). Así, por ejemplo,
si a la absorbida se le reconoce un patrimonio de $ 1.000.000 y a la
absorbente de $ 1.500.000, la primera tendrá un relación de canje del
40% y la segunda del 60%; esto es, que de admitirse nuevas acciones,
cuotas o partes de interés, los socios de cada sociedad recibirán por
cada acción, cuota o parte, el 40% o el 60% -según se trate de socios
de sociedad absorbida o absorbente, respectivamente- de su tenencia
anterior. Si la absorbente debe entregar acciones, cuotas o partes
propias a los socios de la absorbida, cada acción, cuota o parte de la
absorbida será canjeada por una acción, cuota o parte de la
absorbente equivalente al 40% del valor de la participación de la
absorbida33. No necesariamente debe haber relación de cambio, pues
puede adjudicarse sólo a algún o algunos socios, que a su vez no
tendrán participaciones en otras sociedades. La misma situación
puede darse en la escisión.

2) RECESO. De acuerdo con los arts. 85 y 245 de la LSC pueden


ejercer el derecho de receso los socios de las sociedades absorbidas
que hubieran votado en contra o estado ausentes al decidirse la
fusión.

§ 512. REQUISITOS. - La Exposición de motivos de la LSC afirmaba


(cap. Primero, secc. XI), en orden a la fusión y escisión de sociedades
("fenómeno contemporáneo de indudable trascendencia, por el que se
opera la reorganización de empresas"), que éste no podía omitirse en
una regulación de las sociedades comerciales, aclarando que luego de
darse un concepto amplio de la fusión (art. 82) en las dos formas en
que este fenómeno se presenta (fusión propiamente dicha y
absorción), se regulan los requisitos para que pueda efectuarse y, al
igual que en la transformación, se organiza la tutela de los derechos
de los acreedores y de los socios, así como la posibilidad y recaudos
para su revocación y rescisión. Sin embargo, abundantes han sido las
razones expuestas por la Comisión Reformadora de 1983 impuestas al
régimen de la fusión y de las cuales también transcribiremos sus

105
principales líneas, puesto que como se expresa (cap. Primero, secc. XI)
en la temática de la fusión, la experiencia recogida ha puesto de
manifiesto que algunos de los trámites exigidos por la ley y que no
aparecen como imprescindibles a la seguridad jurídica y a los
intereses que pueden ser afectados por aquel acto, son excesivos y
aparte de entorpecer la aplicación del instituto han suscitado algunas
dificultades interpretativas. La reforma ha tendido a simplificar y
aclarar la normativa al respecto. a) El momento inicial de la fusión
queda claramente deslindado en el inc. 1 del art. 83. Éste ya no
involucra un pacto o acuerdo aprobado por sendas resoluciones
sociales, sino que se sitúa en el marco de la actuación de los
representantes con el alcance de un compromiso previo de fusión al
que se le asigna un sentido equivalente a un proyecto, como resulta en
el derecho francés. Por ser así, y para seguridad de las ulteriores
tratativas, debe contener todos los datos necesarios a fin de que los
socios puedan pronunciarse con debido conocimiento e información.
De ahí que, en primer lugar, deban exponerse los fundamentos que
llevan a la propuesta de fusión, informándose sus motivos y
finalidades. b) En cuanto a la preparación de los balances especiales,
sobre cuya base podrá negociarse la fusión, se ha considerado
necesario innovar respecto de la fecha de su cierre, que en la
redacción anterior era de oscura interpretación por su referencia a la
del acuerdo de fusión que con ciertos fundamentos se ha entendido
que debe vincularse con el compromiso, pero lo cierto es que tanto en
uno como en otro supuesto la fecha estaría mal emplazada. En busca
de una mayor precisión, que luego incidirá en la justicia de la paridad
de cambio, se establece que los balances deben cerrar en una misma
fecha, confeccionarse sobre bases homogéneas, adoptar idénticos
criterios de evaluación y no retrotraerse a más de tres meses de la
fecha de compromiso previo. Este lapso se estima adecuado para
culminar las tratativas que pueden haberse iniciado o preparado con
antelación, pero que sólo podrán cerrarse con un previo conocimiento

106
del estado de los respectivos patrimonios. Resulta evidente que con la
diferente concepción de estos balances -aun no considerados por los
socios- carece de sentido su puesta a disposición de éstos y de los
acreedores, como establecía la LSC. El nuevo texto incorpora el
concepto técnico de la relación de cambio que pasa por alto la ley, y
que es sin duda una pieza fundamental para llegar a la fusión y
satisfacer equitativamente a los socios o accionistas afectados por
ella. c) El segundo requisito previsto es el proyecto concreto de
contrato para la nueva sociedad o de modificaciones que se
introducirán al de la sociedad incorporante. Se sustituye así, con
ventaja, la sola y ambigua referencia a las "bases de ejecución" del
anterior art. 83, inc. 3. Finalmente, se facultan acuerdos tendientes a
circunscribir los negocios de las sociedades, pendiente el
procedimiento de fusión, para evitar que se produzcan alteraciones
sustanciales en la composición de sus patrimonios. d) Se tiende a
consolidar la realización de los compromisos previos de fusión al
establecer en el art. 86 que en el término de tres meses deberán
celebrarse los acuerdos sociales para deliberar sobre su aprobación y
la de los respectivos balances. Fácilmente se comprende que por las
implicancias que ésos tienen en la fusión, se ha establecido una mayor
exigencia para su aprobación que la requerida para los balances de
transformación. Bajo la regla del art. 67 se ha previsto la puesta a
disposición de los documentos pertinentes. e) Se ha recogido la
generalizada crítica que, en lo concerniente a la publicidad, se hizo
respecto de la remisión al régimen de transferencias de fondos de
comercio. En sustitución se proponen las reglas específicas del inc. 3.
Concordantemente con lo recién señalado se prescinde de la aludida
remisión para regular el derecho de los acreedores a oponerse.
Siempre en busca de facilitar la fusión, se propone que tal oposición
no sea impeditiva, pero en garantía de sus derechos los acreedores
tienen un plazo para obtener embargo judicial si no han sido
desinteresados o garantizados. /) El acuerdo definitivo de fusión se

107
produce cumplidos todos los anteriores requisitos. A su respecto, las
innovaciones consisten en que: 1) se establece quiénes lo otorgarían;
2) se incluye la agregación de un balance consolidado, y 3) se
prescinde de fijar la base de ejecución atento que ello resulta
innecesario frente a la nueva disciplina del compromiso previo y su
posterior aprobación por los acuerdos sociales.

La inscripción registral está preceptuada en el inc. 5, cuyo dispositivo


se complementa con la reforma incorporada en el art. 84. g) La
administración de la sociedad, una vez alcanzado el acuerdo
definitivo, era tratada en forma por demás esquemática, lo que dio
lugar a algunos conflictos en la práctica. El texto que se propuso en
sustitución del último párrafo del art. 84 se inicia dejando la cuestión
a los pactos entre las sociedades y sentando una regla supletoria que
gana en claridad por la expresa previsión sobre el momento en que se
produce el desplazamiento en la administración. Las demás reglas
introducidas mediante los arts. 86 y 87 de la LSC tienden a clarificar
situaciones que no se encontraban cabalmente contempladas en la
antigua legislación. Como puede observarse, la efectivización de la
fusión de sociedades requiere un compromiso previo de fusión,
suscripto por el órgano de representación de cada sociedad
interviniente y que contenga lo siguiente. 7) Plan de fusión, con
exposición de los motivos y finalidades de la operación (art. 83, inc. 1,
a). 2) Balances especiales de cada sociedad preparados por el órgano
de administración, con informes de! órgano de control, en su caso,
cerrados a la misma fecha, para hacerlos comparables y preparados
bajo bases homogéneas y criterios de valuación idénticos, no
anteriores a tres meses a la firma del compromiso previo de fusión
(art. 83, inc. 1, b). 3) Describir la relación de cambio de las
participaciones sociales o de las obligaciones convertibles, si
correspondiere (art. 83, inc. 1, c). 4) El proyecto de estatuto de la
nueva sociedad o las modificaciones de la absorbente (art. 83, inc. 1,
d). 5) Regulación del período de transición hasta que la fusión se

108
inscriba (art. 83, inc. 1, e). 6) La aprobación del compromiso previo de
fusión y de los balances especiales por los órganos de gobierno de las
sociedades participantes, con los requisitos necesarios para la
modificación del estatuto social, debiendo quedar copias de esa
documentación en las sedes sociales a disposición de los socios o
accionistas con no menos de quince días de anticipación (art. 83, inc.
2). 7) La publicidad indicada (art. 83, inc. 3).

8) Realizar un balance consolidado de las sociedades que se fusionan


(art. 83, inc. 4, d). 9) El acuerdo definitivo de fusión otorgado por los
órganos de representación, con indicación de todo lo actuado, las
resoluciones sociales aprobatorias de la fusión, la determinación de la
cantidad de socios y su representación económica, que hayan ejercido
el derecho de receso: la nómina de los acreedores que se hayan
opuesto, embargado, garantizados o desinteresado (art. 83, inc. 4). Si
este acuerdo no se logra dentro de los tres meses del acuerdo previo
(en la transformación el acuerdo caduca si no se inscribió en el
Registro Público de Comercio; art. 81), que a su vez puede rescindirse
o dejado sin efecto hasta la inscripción, previa publicación si ésta ya
se hubiere efectuado (art. 80), cualquiera de las partes puede revocar
éste, que también pueden ser revocadas de común acuerdo, sin
perjuicio de terceros. 10) La constitución de la nueva sociedad o la
modificación de la incorporante. 11) Inscripciones regístrales: a) de la
constitución de la sociedad o de la modificación del estatuto; b) de la
disolución de las sociedades (art. 98, LSC), y c) inscripción de la
fusión (arts. 82 y 83. inc. 5, LSC), momento hasta el que puede
demandarse la rescisión del acuerdo por justos motivos (art. 87, LSC),
que se vinculan a la relación sinalagmática de los acuerdos de fusión.
El art. 84 de la LSC, reformado por ley 22.903, regula la constitución
de nueva sociedad, las inscripciones en registro y la administración
hasta la ejecución del acuerdo definitivo.

REVOCACIÓN Y RESCISIÓN. - El compromiso previo de fusión puede


ser dejado sin efecto unilateralmente por cualquiera de las sociedades

109
intervinientes, después de transcurrido un plazo de tres meses de su
otorgamiento y si a esa fecha no se han obtenido todas las
resoluciones aprobatorias (art. 86, LSC). En ese supuesto no existe
posibilidad de daños y perjuicios a reclamar por las otras partes, si
son ellas las que no han cumplido con los actos internos, pero sí lo
podrán hacer si es la que no ha cumplido con los actos la que invalida
el acto. Las partes pueden incluso revocar sus propios actos colegiales
colectivos internos, dejando sin efecto el compromiso previo, si el
acuerdo definitivo no se ha otorgado. La revocación debe adoptarse
con los mismos recaudos a los establecidos para adoptar la decisión de
fusión e importa una forma de caducidad del ejercicio del derecho de
receso que puede alterar los plazos previstos a tal fin en el art. 245 de
la LSC34. En estos supuestos, la revocante deberá indemnizar los
daños efectivos que se hubieren generado. Con ese alcance
interpretamos el aparente condicionamiento de la revocación "y
siempre que no causen perjuicios a las sociedades, los socios y los
terceros". Una interpretación literal permitiría interpretar que si
causa daños no existe derecho de revocación, por lo que puede
impugnarse por terceros a la sociedad la decisión de revocar,
imponiendo la consolidación patrimonial en forma obligatoria.

ESCISIÓN

INTRODUCCIÓN. -Al igual que lo que expresáramos en orden a la


figura de la fusión de sociedades, hemos de comenzar por recordar las
expresiones formuladas en las Exposiciones de motivos de las leyes
19.550 y su reformadora 22.903. En el primer caso (cap. Primero,
se.cc. XI) se ponía de manifiesto que en el art. 88 se regulaba la
escisión de sociedades, "previéndose tres supuestos: a) fundación de
un nuevo ente con otras sociedades; b) incorporación de una parte del
patrimonio a una sociedad existente, y c) creación de una nueva
sociedad con parte del patrimonio de la sociedad que se escinde. Los
dos primeros supuestos... se sujetan a determinadas normas que
regulan la fusión, atento a la analogía con el procedimiento empleado;

110
[también] se incluyen reglas de la transformación y de la fusión. Para
todos los supuestos se determina que la escisión produce la reducción
proporcional del capital (que, aunque obvio se juzgó prudente
determinar para una mayor claridad) y, lo que es importante, que las
partes sociales y acciones correspondientes por la participación por
esa creación o aporte del patrimonio social se atribuye directamente a
los socios o accionistas; así queda establecido taxativamente que éstos
son los titulares, y no la sociedad que se escinde".

Por ello, la reforma del régimen de la escisión ha tendido a dar mayor


claridad al instituto, evitando la técnica de las remisiones globales
seguida en el derogado art. 88. En este aspecto se ha entendido
preferible el enunciado pormenorizado de los requisitos específicos de
su procedimiento; así, el proyecto prevé las reglas bajo las cuales se
adoptarán resoluciones sociales, que deberán incluir la consideración
de balances especiales y las atribuciones de las partes sociales o
acciones que correspondan. Se ha seguido un intencional paralelismo
con el procedimiento de fusión en lo que respecta a estas soluciones,
así como en lo concerniente a la publicidad, oposiciones de acreedores
e instrumentación, paralelismo justificado en la afinidad que
presentan ambos institutos y en la analogía de los intereses que deben
ser amparados. Por último, se ha considerado necesaria la expresa
incorporación del supuesto de la escisión-división cuya viabilidad
mereció reparos bajo el régimen de la ley 19.550. Pero no estando
controvertida la conveniencia de tal figura, ha parecido oportuna su
expresa consagración legislativa.

CONCEPTO. -La operación de escisión puede adoptar diversas figuras,


pero en general es una forma de organización de la actividad
económica de una o varias sociedades, mediante la adopción de una
nueva organización jurídica, que supone un desprendimiento
patrimonial. Con acierto se ha expuesto que puede parecer paradójico
el hecho de que esta operación figure entre los procedimientos de
concentración de sociedades. Sin embargo, la paradoja es sólo

111
aparente. La sociedad que se escinde vuelve a encontrarse en una, por
lo menos, de las fracciones separadas, de modo que, siendo la más
poderosa de las sociedades a las cuales ha hecho dispersarse,
conserva la unidad de dirección de los elementos del patrimonio
escindido. Este procedimiento evita a la sociedad disgregadora
alcanzar un gigantismo que, a veces, puede ser nefasto para la
rentabilidad, transfiriendo a las sociedades que permanecen en su
órbita, actividades que éstas concentran en unidades económicas bien
adaptadas a la situación de mercado. La realidad es que un gran
grado de concentración empresaria, al conllevar el inevitable
gigantismo de la empresa y de la organización, requiere para el
mantenimiento de su eficiencia productiva que se proceda a una
descentralización no empresaria, pero sí organizativa. La división
patrimonial de una sociedad puede servir a múltiples efectos, entre
otros para dividirse entre los socios el patrimonio social, adjudicando
a alguno o algunos de ellos la parte patrimonial escindida,
permitiendo superar así desavenencias o distintos enfoques operativos
sin liquidar la sociedad. En el seno de la sociedad escindente, el acto
constitutivo de una o varias escisionarias se genera por un acto
unilateral: la decisión por acto societario colegial colectivo. Se pueden
señalar los siguientes supuestos que engloban el concepto de
reorganización donde se escinden patrimonios de uno o varios sujetos
de derecho. a) Una sociedad sin disolverse (escindente) destina parte
de su patrimonio para fusionarse con sociedades existentes
(escisionarias), es decir, escisión-fusión por incorporación. b) Una
sociedad sin disolverse destina parte de su patrimonio para participar
con otras sociedades existentes en la creación de una nueva sociedad
(escisión-fusión para constitución). c) Una sociedad sin disolverse
destina parte de su patrimonio para participar con otras sociedades
existentes en la creación de varias sociedades nuevas (escisión-fusión
para constitución).

112
Estas figuras requieren el cumplimiento de los arts. 83 a 88 in fine de
la LSC, y para todos el cumplimiento de su art. 88. d) Una sociedad sin
disolverse destina parte de su patrimonio para constituir una o varias
sociedades nuevas (escisión para constitución). e) Una sociedad
disolviéndose destina todo su patrimonio para constituir nuevas
sociedades (disolución por escisión-transformación).

RÉGIMEN. -Los requisitos se determinan en el art. 88 de la LSC,


también modificado por la ley 22.903, imponiendo con los recaudos
formales de una modificación de estatuto o contrato para fusión, la
adopción de los siguientes. a) Resolución social aprobatoria de la
escisión del patrimonio (dice la ley del contrato) y del estatuto de la
escisionaria si ésta se creare, y de la reforma del contrato o estatuto
de la escindente. El acto deberá contener la atribución de la
participación social de la sociedad escisionaria, a los socios o
accionistas de la sociedad escindente37, las que serán canceladas si
correlativamente se genera una reducción del capital social. b)
Aprobación del balance especial al efecto, que no debe ser anterior a
tres meses de la resolución social respectiva y será confeccionado
como un estado de situación patrimonial. c) Publicación por tres días
en el diario de publicaciones legales correspondiente a la sede social
de la sociedad escindente y en uno de los diarios de mayor circulación
en la República, conteniendo: 7) la razón social o la denominación,
sede y datos de inscripción de la sociedad que se escinde; 2) la
valuación del activo y pasivo de la sociedad y la fecha a que refiere
esa determinación; 3) la valuación del activo y pasivo del patrimonio
que se destina a la nueva sociedad, y 4) la razón social o la
denominación, tipo y domicilio de la escisionaria.

A pesar que el artículo refiere a que la atribución a los socios de la


sociedad escindente, lo será en proporción a sus participaciones, la
Inspección General de Personas Jurídicas de la Nación, atento a la
circunstancia de que esa atribución es en interés exclusivo de los
socios, dictó la res. 16/74, en la que establece que no se observarán

113
los casos de escisión, cuando el reparto haya sido acordado en forma
unánime por los socios, aunque no se haya respetado la
proporcionalidad establecida por el art. 88 de la LSC.

EFECTOS. - El derecho de receso y de preferencia se rigen por las


disposiciones de los arts. 78 y 79 de la LSC, o sea, de los previstos en
la transformación. Los acreedores pueden oponerse al acuerdo de
escisión (art. 88, inc. 5, LSC). Una vez cumplidos esos requisitos y
vencidos los plazos para el ejercicio del derecho de receso por los
socios y de oposición por los acreedores, que deberán ser
garantizados, aplicándose lo previsto en el art. 83, inc. 4, c, de la LSC,
se practicarán las inscripciones en la misma forma que para la fusión.
Si además de escisión, el acto se combina con una fusión, se aplicarán
las previsiones de los arts. 83 a 87 de la LSC, integrativamente con las
de su art. 88, como ya anticipamos.

AGENTES AUXILIARES DEL COMERCIO

VIAJANTE DE COMERCIO: Conceptos.

Los viajantes de comercio son aquellos auxiliares que recorren plazas


o lugares distintos de donde se sitúa el establecimiento del empleador,
con el objetivo de buscar clientes para su principal.

Es un trabajador y, en ese sentido, mantiene una relación de


dependencia respecto de su empleador; el viajante se encuentra bajo
la subordinación jurídica, técnica y económica del principal.

La actividad desarrollada por el viajante es por cuenta y a riesgo del


empresario. Con relación a esta temática, se dice: "En el supuesto de
que no se diera esta condición la actividad queda excluida de la
protección legal. Esto no debe confundirse con la clase de
representación que realiza".

Quedan comprendidos en el ámbito de la ley 14.546 "...los viajantes,


exclusivos o no, que haciendo de ésa su actividad habitual y en
representación de uno o más comerciantes y/o industriales, concierten

114
negocios relativos al comercio o industria de su o sus representados,
mediante una remuneración..." (art. 1°).

De la lectura de la norma, se advierte que el viajante: a) puede o no


tener exclusividad con su empleador; b) debe cumplir el requisito de
hacer de esa su actividad habitual; c) representa al titular en los actos
que celebre relativos a su actividad, a cambio de una remuneración.

La exigencia de que la actividad debe ser "habitual" no es sinónimo de


actividad "única", sino que puede ser desarrollada en forma accesoria
o complementaria de otras.

La actividad del viajante queda concluida con la intermediación entre


las partes y no es necesario que el negocio se encuentre terminado,
pues aun en el supuesto de que el empresario rechace la nota de
pedido o no la omita, de todas maneras, la función del viajante se
encuentra cumplida, ya que ejecutó la actividad que prevé la ley en
cuanto el acercamiento de las partes en una operación de
compraventa.

Derechos del viajante: la comisión

El art. 7° de la ley 14.546 se norma: "La remuneración del viajante


estará constituida, en todo o en parte, en base a comisión a porcentaje
sobre el importe de las ventas efectuadas.

Sin perjuicio de ello se considerarán integrando la retribución: los


viáticos, gastos de movilidad, hospedaje, comida y compensaciones
por gastos de vehículos".

Ese artículo prohíbe que se pacten comisiones en virtud de bultos,


unidades, kilogramos, que no sea la proporcional sobre el precio de
metros, litros o cualquier otra forma o medida venta de los artículos o
mercaderías.

Liquidación de la comisión

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La comisión se liquidará de acuerdo a las siguientes reglas (art. 5°, ley
14.546):

I. Sobre toda nota de venta o pedido aceptada por el principal, sin


otras deducciones que las previstas por el viajante en la nota.

A tal afecto, se considera aceptada toda nota que no fuera


expresamente rechazada dentro de los quince días de recibida, cuando
el viajante opera en la misma zona del empleador, o treinta en los
demás casos. Es decir, el silencia vale como manifestación de la
voluntad.

En cuanto a la periodicidad de las liquidaciones de la comisión, debe


hacerse mensualmente.

Agentes auxiliares autónomos

Conceptos de "auxiliar autónomo"

El concepto de auxiliares autónomos se refiere a sujetos que


colaboran en las actividades comerciales y/o con los empresarios, pero
actúan con independencia.

Tradicionalmente se trataba solo de personas humanas, pero


modernamente tales tareas se van trasladando también a
organizaciones bajo forma de personas jurídicas privadas, como
ocurre en los casos de los agentes de mercados de valores y en
sociedades de profesionales.

Un rasgo definitorio es que el "auxiliar autónomo" no es parte en los


contratos en los que interviene, sino que los "facilita" mediante tareas
preparatorias, concertatorias y de cumplimiento.

Vale decir que lo que delimita al "auxiliar de comercio" es que no se


"interpone" en los cambios a título propio, como haría un comerciante
o un empresario, sino que "interviene" en los cambios, sin hacerse
parte.

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Entre los auxiliares autónomos del comercio o del empresario pueden
mencionarse algunos con estatutos específicos como son los
corredores, los martilleros, los productores y asesores de seguros, los
agentes del mercado de valores y los despachantes de aduanas.

CORREDORES

El corretaje nació de la necesidad de concluir operaciones comerciales


entre un extranjero (huésped) y un ciudadano nativo; en cuyo caso el
"corredor" o intermediario servía incluso, al mismo tiempo, de
intérprete. Pero luego su esfera de actividades se fue extendiendo a la
mediación en toda clase de operaciones, aun en el mismo país y entre
personas de la misma nacionalidad".

Los corredores son aquellas personas que se interponen


profesionalmente entre la oferta y la demanda, para facilitar o
promover la conclusión del contrato.

Su actividad intermediaria constituye el contenido de una prestación


que el corredor debe a su comitente. Esta actividad surge de un
contrato de corretaje, que es distinto y autónomo del contrato cuya
promoción se le ha encargado. "El contrato de corretaje no es pues un
fin en sí mismo, sino un medio para realizar otro contrato".

El corretaje consiste en la intermediación independiente entre la


oferta y la demanda de determinado bien o servicio, a efectos de que
las partes concluyan entre sí un contrato o negocio determinado.

El corredor no debe estar ligado a las partes por relaciones de


colaboración, subordinación o representación.

El corredor es retribuido por una comisión, la que como regla exige


que exista "negocio concluido", o sea que las partes puedan
reclamarse el cumplimiento del contrato, por lo que la relación se
asimila a una de "locación de obra" con precio sujeto a un resultado.

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Está sujeto a un estatuto especial regulado por la ley 20.266 a partir
de su modificación por ley 25.028, ratificado por el Código Civil y
Comercial que le exige un título universitario, su matriculación, libros
especiales y determinados deberes, responsabilidades y sanciones
estableciendo un verdadero poder de policía sobre la matrícula, que es
de carácter local.

Definición legal

El art. 1345 del CCCN expresa: "Hay contrato de corretaje cuando una
persona, denominada corredor, se obliga ante otra, a mediar en la
negociación y conclusión de uno o varios negocios, sin tener relación
de dependencia o representación con ninguna de las partes".

El corredor no representa a ninguna de las partes en la "negociación y


conclusión" del negocio, sí puede representar a alguna de ellas en la
"ejecución del negocio" (art. 1349, inc. b], CCCN); es coincidente con
el art. 34, inc. a], ley 20.266).

Obligaciones del corredor

Derecho a la comisión. Gastos

El corredor matriculado tiene derecho a la comisión si el negocio se


concluye como resultado de su intervención.

MARTILLEROS Conceptos

El martillero o rematador es la persona que, se encarga de la venta al


público de determinados bienes muebles o inmuebles, en remate de
viva voz y al mejor postor.

Es la persona facultada para efectuar la operación de remate, que es


la actividad principal y caracterizante del martillero. Sin embargo,
puede realizar otras; tales como informar sobre el valor venal o de
mercado de los bienes para cuya venta está facultado (art. 8º, inc. b],
ley 20.266).

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El remate es un acto de intermediación por el cual el martillero o
rematador adjudica determinados bienes o derechos al mejor postor
mediante un procedimiento denominado "subasta".

El martillero es designado por la parte oferente de los bienes y


servicios y tiene derecho al reintegro de los gastos y a una comisión
que, generalmente, se coloca en cabeza del adquirente.

El remate, en el Código derogado, era siempre un acto de comercio,


aunque versare sobre inmuebles.

Todo remate implica ciertos actos previos, como la constatación de la


titularidad y estado del bien y la publicidad, y ciertos actos
posteriores, como la firma de los documentos definitivos, entrega del
bien, cobro del saldo de precio en su caso y rendición de cuentas.

Ante cada oferta el martillero procede a aceptarla y adjudicar el bien


al oferente, pero el contrato queda sujeto a la condición resolutoria de
que antes de que el rematador baje definitivamente su martillo no
exista una oferta mejor.

El que realiza remates en forma habitual y profesional adquiere la


calidad de persona humana con actividad económica organizada, pero
sujeto al estatuto especial establecido por la ley 20.266, modificada
por ley 25.028, que exige título universitario, matriculación, libros
especiales y los somete a una serie de deberes, responsabilidades y
sanciones estableciendo un verdadero poder de policía sobre la
matrícula (17), que es local.

El martillero actúa por cuenta y orden del oferente y, si éste no está


presente, obra como su comisionista (art. 10ley 20.266) con lo cual
asume personalmente las responsabilidades consiguientes.

Los remates judiciales, los estatales y los de empresas del Estado, se


rigen por disposiciones especiales y no constituyen, como tales, actos
privados sino actos procesales o administrativos. No obstante, se les
aplican subsidiariamente las normas de los remates privados.

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Al igual que el corretaje, el remate es una actividad "personal" por lo
que si las sociedades desean realizar la actividad deben contratar a
corredores para tal fin y anotarse en un registro especial, a menos que
se trate de una sociedad integrada exclusivamente por martilleros y
con ese solo objeto (arts. 15 y 16ley 20.266).

ASESORES Y PRODUCTORES DE SEGUROS

La actividad aseguradora cuenta con muchos auxiliares.

Los mismos pueden clasificarse según dos criterios distintos: el de


"representación" y el de "organización".

Agentes "institorios" y "no institorios"

Según su grado de representación del principal las categorías de


auxiliares son: el que tiene un poder de la compañía de seguros,
también llamado "agente institorio" (o sea instituido), y el "productor o
agente de seguros" que no tiene tal poder.

La ley 17.418 establece las facultades de uno y otro agente auxiliar.

Para el agente "institorio", el art. 54 dispone que se aplican las reglas


del mandato. La facultad para celebrar seguros autoriza también para
pactar modificaciones o prórrogas, para recibir notificaciones y
formular declaraciones de rescisión, salvo limitación expresa. Si el
representante o agente de seguro es designado para un determinado
distrito o zona, sus facultades se limitan a negocios o actos jurídicos
que se refieran a contratos de seguro respecto de cosas que se hallen
en el distrito o zona, o con las personas que tienen allí su residencia
habitual.

Por su parte, para el simple productor o agente de seguro sin mandato


(art. 53) dispone que sólo está facultado con respecto a las
operaciones en las cuales interviene, para: a) Recibir propuestas de
celebración y modificación de contratos de seguro; b) Entregar los

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instrumentos emitidos por el asegurador, referentes a contratos o sus
prórrogas; c) Aceptar el pago de la prima si se halla en posesión de un
recibo del asegurador. La firma puede ser facsimilar.

Productores asesores "directos" y "organizadores"

Por su parte, según el grado de "organización", la ley 22.400 de


"Productores y asesores de seguros" distingue al productor o asesor
"directo" del productor asesor que es "organizador" en función de las
tareas que realiza. Al respecto dispone.

A. Es productor asesor "directo" la persona humana que realiza la


actividad de intermediación promoviendo la concertación de contratos
de seguros, asesorando a asegurados y asegurables. B. Es Productor
asesor "organizador": la persona humana que se dedica a instruir,
dirigir o asesorar a los productores asesores directos que forman
parte de una organización. Deber componerse como mínimo de cuatro
(4) productores asesores directos, uno de los cuales podrá ser el
organizador cuando actúe en tal carácter.

Vale decir que el "organizador" es quien dirige a un equipo de


"asesores", que son los que intermedian directamente y promueven la
concertación de seguros entre compañías y usuarios.

Generalmente el "organizador" es un empresario que posee, por un


lado, una clientela propia de asegurados que puede derivar a la
compañía de seguros que él desee. Ello le da poder frente a las
aseguradoras para lograr mejores condiciones y obtener la rápida
atención de los siniestros.

Registro de Productores Asesores de Seguros

Se encuentra a cargo de la Superintendencia de Seguros de la Nación,


que es la autoridad de aplicación.

Para ejercer la actividad hay que estar inscripto y los requisitos para
la inscripción son los siguientes:

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A) Tener domicilio real en el país.

B) No encontrarse incurso en las inhabilidades previstas por el


artículo 8.

C) Acreditar competencia ante la Comisión Asesora Honoraria


mediante examen cuyo programa ser aprobado por la autoridad de
aplicación a propuesta de la citada comisión.

D) Abonar el "derecho de inscripción" que oportunamente determine


la autoridad de aplicación, el que ser renovado anualmente por el
importe y en las condiciones y oportunidades que la misma establezca.

Comisiones

En cuanto a las remuneraciones, los productores asesores percibirán


las comisiones que acuerden con el asegurador, salvo en los casos en
que la autoridad de aplicación estime necesario la fijación de máximos
o mínimos.

El productor asesor organizador sólo percibirá comisiones por


aquellas operaciones en que hubieran intervenido los productores
asesores directos a los que asiste en tal carácter. Cuando se trate de
producción propia será acreedor a comisiones en su doble carácter.

En lo que se refiere al derecho a cobrar la comisión, éste se adquiere


cuando la entidad aseguradora percibe efectivamente el importe de la
prima o, proporcionalmente, al percibirse cada cuota en aquellos
seguros que se contraten con esta modalidad.

Las personas humanas no inscriptas en el registro de productores


asesores de seguros no tienen derecho a percibir comisión o
remuneración alguna por las gestiones de concertación de contratos
de seguros. Las entidades aseguradoras deberán abstenerse de operar
con personas no inscriptas en el registro. Queda prohibido el pago de
comisiones o cualquier retribución a dichas personas.

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AGENTES DE LOS MERCADO DE VALORES

Concepto

Lo que antes eran los "agentes de bolsa", a partir de la ley de Mercado


de Capitales, ley 26.831, pasan a ser diversos agentes auxiliares que
deben ser registrados en la Comisión Nacional de Valores.

Al respecto, la Ley de Mercado de Capitales 26.831, en su art. 2°,


define a los "agentes registrados en general" de la siguiente forma:
Son las "personas físicas y/o jurídicas autorizadas por la Comisión
Nacional de Valores para su inscripción dentro de los registros
correspondientes creados por la citada comisión, para abarcar las
actividades de negociación, de colocación, distribución, corretaje,
liquidación y compensación, custodia y depósito colectivo de valores
negociables, las de administración y custodia de productos de
inversión colectiva, las de calificación de riesgos, y todas aquellas que,
a criterio de la Comisión Nacional de Valores, corresponda registrar
para el desarrollo del mercado de capitales.

En particular, las funciones de los diversos agentes son las siguientes:

"Agente de negociación": Sociedades autorizadas a actuar como


intermediarios de mercados incluyendo bajo competencia del
organismo cualquier actividad vinculada y complementaria que éstos
realicen.

"Agentes productores de agentes de negociación": Personas físicas y/o


jurídicas registradas ante la Comisión Nacional de Valores para
desarrollar actividades de difusión y promoción de valores negociables
bajo responsabilidad de un agente de negociación registrado.
"Agentes de colocación y distribución": Personas físicas y/o jurídicas
registradas ante la Comisión Nacional de Valores para desarrollar
canales de colocación y distribución de valores negociables, con
arreglo a la reglamentación que a estos efectos establezca la Comisión
Nacional de Valores.

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"Agentes de corretaje": Personas jurídicas registradas ante la
Comisión Nacional de Valores para poner en relación a dos (2) o más
partes para la conclusión de negocios sobre valores negociables, sin
estar ligadas a ninguna de ellas por relaciones de colaboración,
subordinación o representación.

"Agentes de liquidación y compensación": Personas jurídicas


registradas ante la Comisión Nacional de Valores para intervenir en la
liquidación y compensación de operaciones con valores negociables
registradas en el marco de mercados, incluyendo bajo su jurisdicción
cualquier actividad que éstas realicen.

"Agentes de administración de productos de inversión colectiva":


Sociedades gerentes de la ley 24.083, a los fiduciarios financieros de
la ley 24.441 y sus modificaciones y a las demás entidades que
desarrollen similares funciones y que, a criterio de la Comisión
Nacional de Valores, corresponda registrar en este carácter para su
actuación en el marco del funcionamiento de los productos de
inversión colectiva.

"Agentes de custodia de productos de inversión colectiva": Personas


jurídicas registradas ante la Comisión Nacional de Valores para actuar
en dicho carácter en los productos de inversión colectiva,
desarrollando las funciones asignadas por las leyes aplicables y las
que dicho organismo determine complementariamente.

"Agentes de depósito colectivo": Entidades registradas ante la


Comisión Nacional de Valores para recibir depósitos colectivos de
valores negociables, para actuar en la custodia de instrumentos y de
operaciones en los términos de la ley 20.643 y sus modificaciones,
incluyendo bajo su jurisdicción cualquier actividad que éstas realicen.

"Agentes de calificación de riesgos": Entidades registradas ante la


Comisión Nacional de Valores para prestar servicios de calificación de
valores negociables, y de otro tipo de riesgos, quedando bajo

124
competencia de la Comisión Nacional de Valores las actividades afines
y complementarias compatibles con el desarrollo de ese fin.

Cabe señalar que todos los agentes pueden ser personas jurídicas,
pero solo en dos casos pueden alternativamente ser personas
humanas, a saber: a) los "agentes productores de agentes de
negociación"; y b) los "agentes de colocación y distribución".

DESPACHANTES DE ADUANA

Concepto

El Despachante de aduanas es un Auxiliar del Comercio y del Servicio


Aduanero, así lo especifica nuestro Código Aduanero en el Título 2,
artículos 36 y siguientes.

Por lo tanto, un Despachante de Aduanas es una persona humana que


realiza en nombre de otros ante el servicio aduanero trámites y
diligencias relativos a la importación, la exportación y demás
operaciones aduaneras sujeto a las condiciones que el Código
Aduanero y las reglamentaciones del mismo dispongan.

Es importante dejar en claro, que, aunque se ven sometidos en sus


gestiones a la disciplina de la ley mercantil los despachantes de
aduana no son, por el hecho de ser despachantes, empresarios ya que
los actos que realizan, tales como despachos, exportaciones,
transbordos, reembarcos, etc.… son todas actividades vinculadas con
la administración pública y no actos a realizar por un empresario.

Ello sin perjuicio que, como todo profesional, realice sus actividades
en forma de empresa y, por ende, quede sujeto al estatuto del
empresario.

Funciones

El Despachante de Aduana actúa como mandatario de los


importadores exportadores y demás personas que contratan sus

125
servicios, con las obligaciones y derechos que más adelante
analizaremos.

El Despachante de aduanas no tiene responsabilidades tributarias


siempre y cuando actúe en nombre de otro y acredite dicho accionar
por medio de un poder especial, general, con una autorización, o por
medio del endoso en procuración del conocimiento o cualquier
documentación que autorice jurídicamente a disponer de la
mercadería (art. 38 CA), pero sí debe asumir las consecuencias
penales de sus actos en los casos en que cometiere una infracción
aduanera en el ejercicio de sus funciones, salvo que pueda demostrar
haber cumplido con las obligaciones a su cargo. El endoso del
conocimiento es título representativo de las mercaderías o sea que
acreditan el derecho a disponer de ellas, pero solo para la tramitación
ya que no implica transmitir la propiedad de las mercaderías.

A no ser que el mandatario o poderdante limite el poder otorgado, el


despachante está facultado para efectuar todos los actos conducentes
al cumplimiento de su cometido.

Si no llegara a acreditar su condición de representante se lo


considerara importador o exportador lo cual trae aparejados una serie
requisitos y obligaciones como por ejemplo ser responsable personal
por los tributos que graven las operaciones en las cuales no acreditó
ser representante en algunas de las formas establecidas por el art. 38.

Los Despachantes de Aduana cumplen una doble función como


auxiliares del comercio y del servicio aduanero. Por la práctica y
conocimientos de la compleja reglamentación aduanera los
Despachantes de Aduana están en condiciones de tramitar las
operaciones con mercaderías y agilizarlas para abastecimiento de la
plaza y beneficio de las actividades productivas e intercambio
comercial. Su intervención garantiza la regularidad de las actuaciones
que se cumplen ante las oficinas fiscales.

______________________________________________________________________

126
UNIDAD 3: Sociedades comerciales.

Regulación ley 19.550. Tipos de sociedades: Las sociedades


colectivas. Sociedades De Personas,

A) SOCIEDAD COLECTIVA

CONCEPTOS. - Señala la doctrina comparada, que la sociedad


colectiva se caracteriza por tres factores que juegan un rol especial: a)
Es una sociedad de trabajo, donde todos los socios pueden acceder a
la dirección y manejo de los asuntos sociales, situación que puede
limitar el estatuto social. b) Es una sociedad personalista, por cuanto
las condiciones personales de cada uno es la causa determinante del
consentimiento para constituir este tipo social. c) Es una sociedad de
responsabilidad ilimitada para sus socios, que responden subsidiaria y
solidariamente por las obligaciones sociales. Esto significa que la
persona del socio en este tipo societario se tiene particularmente en
cuenta al momento de la constitución de la sociedad y durante su
devenir. Por otro lado, las partes de interés no se encuentran
incorporadas a un título valor de fácil cesibilidad, sino que por el
contrario para su transmisión se requiere el consentimiento de los
demás socios, y debe llevarse a cabo mediante el sistema de la cesión
de derechos. Por último, el régimen de responsabilidad de los socios
por las obligaciones sociales tiene que ver con el grado de
compromiso con que asumen los asociados la empresa en común, y a
su vez la confianza recíproca que se tienen. Conforme al estilo
adoptado por nuestra LSC, y que por otra parte se advierte en la
mayoría de las legislaciones modernas, la sociedad no se define6, sino
que se puntualizan los rasgos caracterizantes: "Los socios contraen
responsabilidad subsidiaria, ilimitada y solidaria, por las obligaciones
sociales" (art. 125, párr. 1°, LSC). En este tipo societario, es la
responsabilidad de los socios por las obligaciones sociales frente a
127
terceros la nota caracterizante -juntamente con la división del capital
social en partes de interés-, donde los socios responden ante los
terceros por las obligaciones sociales con todo su patrimonio por el
total de la deuda, gozando del beneficio de excusión.

LIMITACIÓN DE RESPONSABILIDAD. - Es importante acotar que no


obstante lo expresado en el punto anterior, no se atipifica la sociedad
por la disposición normativa en el contrato constitutivo o estatuto
social de no responder solidariamente algún socio. El pacto es
plenamente válido entre las partes, como todo acuerdo, pero no
oponible a terceros por expresa disposición legal. Así, el art. 125,
párr. 2o, de la LSC dice que "el pacto en contrario no es oponible a
terceros", lo que importa el reconocimiento de su validez entre partes,
incluso en la etapa de liquidación de la sociedad.

DENOMINACIÓN. - La Exposición de motivos de la LSC explica sobre


el particular las razones de la supresión de la razón social como
requisito típico, reestructurando sobre fundamentos básicos actuales
la función de la denominación social, ya que conforme ello
beneficiaría, en caso de resolución parcial del contrato constitutivo, la
agilidad de la sistemática del nombre. La expresión "razón social"
deriva del italiano per ragione sociale, lo que denotaba que el negocio
realizado con un tercero se había hecho, no por cuenta de socio
contratante, sino por cuenta de la compañía, de suerte tal que la
responsabilidad asumida en el contrato no afectaba sólo al socio
contratante, sino a todos los socios solidariamente; por ello, además,
cuando no se expresaba en la razón social -cuyo empleo es optativo-
nombre de todos los socios, se añadía la frase "y compañía" o su
abreviatura, como fórmula sintética que aludía a los restantes socios8.
La razón social -como consignaba el art. 303, Cód. de Comercio-
equivale plenamente a la firma de cada uno de los socios. Los obliga a
todos, como si todos hubieran efectivamente firmado. Expresa que el
negocio se realiza en "nombre colectivo". La denominación social no
podrá -por tanto- ser subjetiva, como para la sociedad de

128
responsabilidad limitada y la sociedad anónima, es decir que sólo
podrá integrarse con un nombre de fantasía o expresión objetiva.
Tanto la razón social como la denominación se completan con las
palabras "sociedad colectiva" o su abreviatura, no por siglas. La
modificación de la razón social es una modificación del estatuto social
(art. 12, LSC); verbigracia, si alguno de los socios que figura en la
razón social, y dejara de pertenecer a la misma, por cualquier causa,
ello impone que se exprese en el uso de la nueva denominación o
razón social, la indicación de la anterior, para que de su empleo
"resulte indubitable la identidad de la sociedad" (art. 126, párr. 2o,
LSC). La violación de las normas sobre denominación social genera la
responsabilidad solidaria del firmante, con la sociedad, por las
obligaciones así contraídas. Se trata de una responsabilidad agravada
en el caso de que el infractor sea un socio, pues pierde el beneficio de
excusión, y un nuevo factor de atribución de responsabilidad en el
caso del administrador no socio.

ADMINISTRACIÓN. - Queda librado a los socios la libertad de regular


el régimen de la administración (art. 11, inc. 6, LSC), debiendo
entenderse englobado en este concepto la representación, porque los
administradores son -al mismo tiempo- los representantes legales,
típicos, de la sociedad. Recordemos que la sociedad colectiva, a
diferencia de lo que ocurre con tipologías más desarrolladas como la
sociedad de responsabilidad limitada o la sociedad anónima, carece de
un órgano administrador diferenciado, razón por la cual los socios
pueden delegar en el contrato social a determinados socios (o aun a
terceros) la administración social, vedando incluso a alguno de ellos la
representación social. En el supuesto de silencio del. contrato
cualquiera de los socios administrará indistintamente (art. 127, LSC),
reconociéndosele, por su condición de tal, su derecho a administrar
esta sociedad personalísima. Es lo que la doctrina ha dado en llamar
autoorganicismo, y se compadece con la estructura simple que se
previó para este tipo societario, sin perjuicio de que pueda hacerse

129
complejo en el estatuto social como veremos, teniendo presente que
no pueden introducirse denominaciones para esas funciones orgánicas
que desnaturalicen la referencia tipológica: "administrador". En
cambio, como hemos visto, la responsabilidad solidaria no es un dato
tipificante de esta sociedad.

REPRESENTACIÓN. - Como expresamos en el punto precedente,


producto de la libertad de configuración de la administración social en
las sociedades colectivas, pueden presentarse varios supuestos,
susceptibles a su vez de diversas combinaciones en relación con sus
administradores sean éstos persona física o jurídica, socio o no,
designado en el momento constitutivo o con posterioridad y en el
propio contrato constitutivo o fuera de él: a) Designar a una sola
persona administrador. En este caso competerá al exclusivo designado
gestionar en representación de la sociedad la conclusión de los
negocios atinentes a su giro, sin que los demás puedan inmiscuirse en
tales asuntos, bajo sanción de exclusión. b) Designar a varios
administradores, sin especificación de su forma de actuación. La ley
societaria prevé en su art. 128, párr. Io, el caso en que se designa a
dos o más socios para ejercer la administración social, sin especificar
qué funciones corresponde a cada uno, sin expresar que el uno no
podrá obrar sin el otro, se entiende que pueden realizar
indistintamente cualquier acto de la administración. c) Designar a
varios administradores, con estipulación de que nada puede hacer el
uno sin el otro, ninguno puede obrar individualmente, aun en el caso
de que el administrador se hallase en la imposibilidad de actuar (art.
128, párr. 2°, LSC). Un análisis literal del alcance del artículo
pareciera indicar que "en los casos de administración conjunta, la ley
no admite la actuación individual, aunque un administrador se hallare
en la imposibilidad de actuar, sin dejar siquiera a salvo los supuestos
de peligro inminente, de daño grave e irreparable como lo hace, en
cambio, respecto de la sociedad civil (art. 1693, Cód. Civil)"; a su vez,
este artículo del Código establece: "£n el caso de haberse estipulado

130
que uno de los socios administradores no haya de obrar sin el otro, se
necesita el concurso de todos ellos para la validez de los actos, sin que
pueda alegarse la ausencia o imposibilidad de alguno de los socios,
salvo si hubiese peligro inminente de un daño grave o irreparable para
la sociedad".

Sin embargo, el criterio ha resultado flexibilizado por la propia


jurisprudencia, permitiéndose que: "acreditado el peligro grave (en el
caso, por la ausencia prolongada del socio de una sociedad colectiva
en la cual éste, junto con el restante consocio tienen la administración
conjunta de la sociedad) e iniciada la acción de exclusión de aquél,
resulta fundada la procedencia como medida cautelar de la
designación de un veedor que permita el desenvolvimiento de la
gestión social, autorizándose al coadministrador demandante a
realizar sólo los actos urgentes que requiere la gestión de los negocios
sociales debiendo informar aquél quincenalmente sobre el
cumplimiento de la gestión". d) Designar una administración
pluripersonal y de ejercicio coordinado entre algunos de ellos, bien
para que actúen en conjunto para ciertos actos, o para que lo hagan
de manera diferenciada conforme a ciertos rubros, como ventas,
producción, personal, etcétera. Este supuesto podría coordinarse
entre una administración colegial (por mayoría), con representación
pluripersonal (p.ej., dos cualesquiera). Además, resulta plenamente
aplicable la disposición general contenida en el art. 58 de la LSC,
expresamente remitido para el caso de administración conjunta (art.
128, párr. 2o, LSC).

CAPITAL SOCIAL. - No contiene previsiones especiales la ley en torno


al capital social de las sociedades colectivas, por lo que corresponde
aplicar los principios generales que exigen la integración inmediata de
los aportes en especie, con inscripción preventiva en el caso de ser
registrables (art. 38, LSC). En cambio, si se tratase de aportes
dinerarios se estará al estatuto social que podrá determinar la
integración en plazos que excedan aun los dos años, sin desembolso

131
inmediato, por la especial responsabilidad de los socios. A falta de
previsiones es aplicable el art. 37 de la LSC. El capital social sólo
puede estar referido a aportes con valor patrimonial, aun en las
sociedades personalistas, lo que ya resulta del art. 1649 del Cód. Civil.
Esto no resulta tan claro en la ley de sociedades. Deberá vincularse la
cuestión al valor que se le fije al aporte en el estatuto (art. 51, LSC).
El capital social de la sociedad colectiva se divide en fracciones
alícuotas no necesariamente iguales denominadas partes de interés
que no resultan libremente transferibles, toda vez que, como expresa
el art. 131 de la LSC, se exige el consentimiento unánime de los
socios, salvo pacto en contrario, para la transferencia de la parte
social. Las partes de interés no pueden ser objeto de embargo ni de
ejecución por los acreedores del socio, quienes sólo pueden cobrarse
sobre las utilidades y la cuota de liquidación (art. 56, LSC).

RESOLUCIONES DE LGS SOCIOS. - El órgano de gobierno de las


sociedades colectivas lo constituye la reunión de socios. Las
decisiones se adoptan por mayoría -salvo los casos que se tratan en el
apartado siguiente-, entendiéndose por tal la mayoría absoluta del
capital social, esto es, no el presente en la reunión de socios, lo que
constituye una regla en materia societaria, salvo disposición expresa
en contrario. Para la determinación de la existencia de mayorías en las
reuniones de socios se tiene en cuenta, aun en las sociedades
personalistas, el elemento capital, a diferencia de lo que ocurre con
las cooperativas en donde se computa tan sólo un voto por persona,
con prescindencia de su aporte (art. 132, LSC). Estas mayorías
pueden ser modificadas, por la actividad normativa de los socios, en el
estatuto social.

B) SOCIEDAD EN COMANDITA SIMPLE

CONCEPTO. - Coexisten dos categorías de socios (rasgo tipificante);


los comanditados y los comanditarios, cuyos derechos y obligaciones
son bien diferenciados. Los primeros responden por las obligaciones

132
sociales como los socios de las colectivas (subsidiaria, solidaria e
ilimitadamente), y los comanditarios limitan su responsabilidad al
capital que se obliguen a aportar. El comanditario no es un mero
suministrador de capital, y en tal sentido advertimos que, salvo la
prohibición de inmisión (le está vedado intervenir en la administración
social -art. 137, LSC-), goza de todos los derechos propios del status
de socio: vigilar, fiscalizar, designar administradores, considerar la
aprobación del balance de ejercicio, con voz y voto.

PATRIMONIO. CAPITAL. APORTES. - Los aportes de los socios


comanditados tienen el mismo régimen que el de los socios de la
sociedad colectiva. Los comanditarios, conforme la disposición del art.
135 de la LSC, se integran con obligaciones de dar. Los bienes no
dinerarios deben ser valuados aplicándose el art. 51, párr. 2o.
Entendemos que los aportes de uso no deberían integrar el capital
social, aunque tengan valor pues constituyen el patrimonio social
como núcleo de derechos y obligaciones de la sociedad.

DENOMINACIÓN. - Similares consideraciones que para la sociedad


colectiva corresponden a la denominación objetiva, la que se integrará
con las palabras "sociedad en comandita simple" o su abreviatura, o a
la razón social de la sociedad en comandita simple, correspondiendo
las referencias a esa razón social exclusivamente al o los socios
comanditados. La violación de estas disposiciones no genera la
atipicidad de la sociedad, sino la responsabilidad del administrador
(socio o no) en los términos que ya señalamos para la sociedad
colectiva (art. 136 in fine, LSC): solidaria no subsidiaria.

ADMINISTRACIÓN. - La administración y representación de la


sociedad puede ser ejercida por socios comanditados o terceros,
estando vedada a los comanditarios (arts. 136 y 137, LSC). Son
aplicables todas las normas en torno al administrador de las
colectivas, tanto en la forma de actuación individual o colegial,

133
indistinta o conjunta, designación, remoción, cláusulas especiales,
renuncia, etcétera.

ACTIVIDAD DE LOS SOCIOS COMANDITARIOS. - Si el comanditario


infringiese la prohibición de no intervenir en la administración será
responsable ilimitada y solidariamente. No puede infringirse esa
prohibición a través de una relación de mandato, expresamente
descartada por el legislador (art. 137, párr. 3o, LSC). No se indica si
esa responsabilidad es o no subsidiaria, por lo que nos inclinamos por
la respuesta afirmativa, pues la sociedad no se torna irregular, ni se
indica que sea solidario "con la sociedad". Se pone en similar situación
que el socio comanditado. Esa responsabilidad lo será en relación a
todas las obligaciones sociales si su actuación administrativa fuera
habitual, o con aquellas en las que interviniera sea en la
administración o representación. cuando su actuación fuese ocasional.

También puede constituir justa causa de exclusión, salvo que hubiese


sido autorizada por la totalidad de los otros socios. Quedan
exceptuados de la prohibición apuntada los de examen, inspección,
vigilancia, verificación, opinión o consejo, lo cual resulta una
aplicación del principio general contenido en el art. 55 de la LSC,
como forma de ejercitar la función de fiscalización por parte de estos
socios.

RESOLUCIONES SOCIALES. - Todas las referencias que formalizamos


en torno a las resoluciones del órgano de gobierno en la sociedad
colectiva son aplicables a la sociedad en comandita simple por expresa
aplicación del art. 139 que remite a los arts. 130 y 131 de la LSC.
Como los socios comanditarios carecen de voto en las cuestiones
administrativas, la ley expresamente excluye esa limitación en cuanto
a la aprobación de los estados contables, balances anuales,
documentación contable, para la aprobación de la gestión de los
administradores, y para la designación de administradores,
entendiendo que también corresponde su intervención para la

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remoción de los mismos, promoción de acción de remoción cuando se
exigiera justa causa y el administrador la negase, y obviamente para
decidir acciones de responsabilidad.

QUIEBRA, MUERTE O INCAPACIDAD DE LOS SOCIOS


COMANDITADOS. - La prohibición al socio comanditario de intervenir
en los negocios sociales, sólo se cede en los supuestos de quiebra,
muerte, incapacidad o inhabilitación de todos los socios comanditados,
pudiendo en ese caso ocuparse de los asuntos de urgencia que
requieran los negocios sociales, pero con la condición de regularizar
la situación en un plazo de tres meses (art. 140, LSC). Para todos los
demás temas que hacen al funcionamiento de la sociedad en
comandita simple son de aplicación las normas que regulan a la
sociedad colectiva.

La incapacidad, inhabilitación, declaración en quiebra o concurso es


justa causal de exclusión del socio comanditado (arg. art. 91, párr. 2o,
LSC).

C) SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA

CONCEPTO. - Esta sociedad tampoco se encuentra definida en el texto


de la ley de sociedades comerciales, determinándose solamente
ciertos elementos caracterizantes que la identifican. Los mismos
resultan del art. 146 que especifica que el capital se divide en cuotas,
los socios limitan su responsabilidad a la integración de las cuotas que
suscriben o adquieren, sin perjuicio de la garantía por la integración
del capital, limitando el número máximo de socios a cincuenta. Estas
especificaciones tienden a evitar una excesiva concurrencia de socios,
propia de una sociedad auténticamente de capitales -por acciones-,
que se advierte en la limitación del número de socios. Claro está que
esta limitación podría ser superada a través del recurso del socio del
socio, permitiendo la participación económica, mas no el ejercicio de
los derechos políticos del socio. La división del capital en cuotas de
igual valor y no representabas en títulos negociables es una de las

135
características tipificantes, cuyo alcance determinaremos más
adelante, pero que marca las diferencias con las otras participaciones
en las sociedades: partes de interés en las personalistas y acciones en
las de capital. De allí su indicación como sociedad intermedia entre las
de capital y las personalistas, clasificación que corresponde más a un
criterio pragmático que científico, que lleva muchas veces a indicarlas
como sociedades de tipo "mixto", que en sí mismo no tiene ninguna
significación, pues puede o no limitarse la transferibilidad de las
cuotas, en forma casi similar a las acciones, aunque siempre es más
ágil la transferencia de éstas, aun siendo nominativas no endosables.
Se ha conceptualizado1 que tanto en virtud de las disposiciones
contenidas en la LSC, como en la que ésta sustituyó, la sociedad de
responsabilidad limitada tiene características particulares que la
diferencian de los tipos clásicos de sociedades. Mientras aquellas se
definían, según el predominio de los factores intuitu reí o persones, en
sociedades de personas o capital, en ésta ambos factores están
taxativamente limitados, no siéndoles aplicables, por consiguiente y en
general, las mismas disposiciones. Realizamos esta cita al solo efecto
de marcar la particular especialidad del vínculo que se genera en esta
sociedad. No hay duda de que la normativa de esta sociedad, incluso
en nuestro país, evoluciona de una cierta inclinación de lo personal a
lo estructural o real, incluso con cambios como la liberalización de la
transferencia de cuotas que se advierte en 1983, con la reforma
introducida por la ley 22.903. Las características tipificantes, más que
la responsabilidad o la denominación, son las referencias a la división
del capital y la organización de la representación. La responsabilidad
de los socios es de tipo intermedio entre las personalistas y las de
capital. En aquéllas los socios responden solidariamente -aunque
subsidiariamente-, salvo el caso de los socios comanditarios y los
industriales, a lo que ya nos hemos referido. En la de responsabilidad
limitada, justamente, aparece limitada esa responsabilidad a la
efectiva integración del capital social, la que aparece garantizada

136
solidariamente por los socios, con una obligación directa -en este
punto idéntica al accionista- al desembolso de su propio aporte. Otro
de los elementos tipificantes es la organización de su administración y
representación, concebida bajo la denominación de "gerencia". Como
elemento caracterizante se indica su denominación, en la que debe
señalarse el tipo -como en todas las sociedades mencionadas como
típicas en la ley de sociedades, a la que nos referiremos-.

Originariamente la ley 19.550 había organizado tres subtipos de


sociedad de responsabilidad limitada, atendiendo a la mayor o menor
cantidad de socios, pero esa subclasificación ha sido removida por la
reforma introducida por ley 22.903. Esta reforma sustituyó el
elemento personal por otro elemento cuantitativo: el monto del
capital, para determinar regias de organización de control interno y
de realización de las reuniones de socios, procurando erigir a la
sociedad de responsabilidad limitada como la estructura adecuada
para la pequeña y mediana empresa ejercida en forma "familiar",
disminuyendo de esa manera la utilización excesiva de la sociedad
anónima para esos emprendimientos. No podríamos llegar a sostener
que subsisten subtipos de sociedad de responsabilidad limitada en el
actual régimen, sino que existe un mayor margen a la autonomía de la
voluntad, al no registrarse normas de carácter imperativo, cuando la
sociedad no alcanza el capital previsto en el art. 299, inc. 2, de la LSC.
No obstante, cuando el capital de la sociedad de responsabilidad
limitada alcanza el que impone el control público permanente en la
sociedad anónima y la existencia de un órgano interno de
fiscalización, éste también es requerido para la sociedad de
responsabilidad limitada. En nuestro derecho no se impone un máximo
del capital social con el que pueden operar estas sociedades, como en
otras legislaciones para evitar su elección en el caso de grandes
empresas económicas. Un elemento caracterizante es el subjetivo
cuantitativo: el límite máximo de cincuenta socios. Al no imponerse un
capital máximo, se impone un número máximo de socios para evitar su

137
utilización en sociedades despersonalizadas. Nos preguntamos en qué
situación se encontrará la sociedad de responsabilidad limitada
conformada por cincuenta socios, en la cual, verbigracia, uno de los
socios pignora una cierta cantidad (parcial) de sus cuotas y ante el
incumplimiento es ejecutado -y vencido- por su acreedor prendario3.
¿Se ha llegado a infringir en este caso el límite de cincuenta socios
establecidos en el art. 146 de la LSC?

De ser así, la situación puede desembocar en ribetes insospechados.


¿Podrá llegar a sostenerse que a la persona que desborda (sobrepasa)
el número límite fijado no se la debe considerar socio? ¿Se
considerará que estamos ante una situación de nulidad? ¿Nulidad de
qué?, y en tal caso, ¿nulidad absoluta (por violación de un requisito
esencial tipificante), o relativa y, por ende, subsanable Hasta su
impugnación judicial —requisito esencial no tipificante— (arg. art. 17,
LSC)?4. ¿Podríamos acaso siquiera pensar que el socio que motivó el
exceso se encontraría incurso en “justa causa” que posibilitara su
exclusión?

DENOMINACIÓN. - Se suele criticar la denominación sociedad de


responsabilidad limitada, pues la sociedad responde ilimitadamente
con todo su patrimonio, pero entendemos que es una adecuada forma
de avisar la limitación de responsabilidad de los socios, que sólo
garantizan la existencia originaria del capital social. La denominación
social -no razón social, propia de las sociedades personalistas, que
permite conocer a los terceros los socios responsables personal e
ilimitadamente por las obligaciones sociales puede contener el nombre
de uno o más socios, como denominación subjetiva. Por contraposición
a esa posibilidad, la sociedad puede denominarse con un nombre de
fantasía o por su objeto o denominación objetiva. De optarse por la
denominación subjetiva no es necesario que ésta identifique -como
ocurre con la razón social- a la totalidad de los socios -eventualmente
por la advertencia de la existencia de otros por el indicador "y
compañía", o su abreviatura "y Cía."-. La identificación que se requiere

138
de la sociedad, o sea la individualización del tipo, no aparece normada
como requisito tipificante. Debe recordarse que la omisión de
requisitos tipificantes genera un vicio de nulidad (art. 17). En cambio,
el art. 147 dispone que su omisión -sin aclarar si lo es en el contrato
constitutivo o en un contrato específico- hará responsable ilimitada y
solidariamente al gerente por los actos que celebre en esas
condiciones. Obviamente que no debería autorizarse la inscripción de
una sociedad de responsabilidad limitada que omita su denominación
tipificante. Pero en el supuesto de habérselo autorizado no podría
luego disponerse su nulidad, sino estar a la sanción prevista en la ley,
sin perjuicio de autorizar la modificación del contrato, pues no existe
una expresa sanción de nulidad. Al contrario, la ley sanciona la
actuación no imputativa a una sociedad de responsabilidad limitada, la
que debe ser asumida en esa forma por el gerente, aun cuando el
contrato hubiera omitido expresamente la indicación en la
denominación, superada tácitamente al contratar la constitución de
una sociedad de ese tipo. Es en la actuación donde el legislador ha
querido remediar el posible equívoco por parte de los terceros.
Debemos recordar que todo el sistema de publicidad y responsabilidad
de la ley se enrola en la tutela de los terceros que contratan con la
sociedad, aun en los casos de las sociedades irregularmente
constituidas. Es materia de discusión si debe modificarse la
denominación social que incluye el nombre de un ex socio,
entendiéndose19 que esa denominación, una vez fijada, debe
considerarse, en principio, inmutable, no importando el cambio del
elenco de socios. El problema será de materia contractual, si el socio
que se retira o que transfiere sus cuotas no impone el cambio de
nombre, siempre y cuando pudiese hacerlo. La sociedad no está
obligada al cambio de denominación por ese retiro. Contrariamente a
ese criterio, se ha sostenido que en el caso de que fallezca el socio
cuyo nombre figuraba en la denominación social, es necesario
cambiarlo. Siendo la denominación la forma de identificación de la

139
sociedad en el mundo jurídico, no es admisible la existencia de dos
sociedades de igual nombre. Así, se ha sostenido esta tesis, aun
cuando se traten de dos sociedades de tipo distinto, o sea,
diferenciadas en la denominación del tipo, y aunque actúen con
objetos sociales distintos.

CAPITAL SOCIAL

NOCIÓN. -El capital, particularmente en la sociedad de


responsabilidad limitada, debe ser suficiente para posibilitar el
cumplimiento del objeto social y no erigirse constitutivamente en una
causal de disolución. Un capital desproporcionadamente reducido en
su magnitud, determinará la imposibilidad ex origine de cumplir el
objeto que debe, por esencia, ser fácticamente posible. Si bien la LSC
no estableció un capital mínimo, como lo hacía la ley 11.645 para la
sociedad de responsabilidad limitada, ello no implica la permisibilidad
de sociedades de responsabilidad limitada con capitales mínimos22.
Ese capital, conformado por el conjunto de aportes efectuados por los
socios, reviste en este tipo social -habida cuenta de la responsabilidad
limitada de sus integrantes- especial importancia, al constituir la
garantía para los terceros que se vinculan negocialmente con la
sociedad. Se trata de un recaudo cuya mención debe figurar en todo
acto constitutivo (arg. art. 11, inc. 4, LSC), con indicación de los
bienes aportados por cada socio. El régimen de aplicación en la
especie presupone los preceptos contenidos en la parte general, esto
es que conforme las disposiciones de los arts. 39 y 45 de la LSC, el
aporte debe consistir en bienes determinados, susceptibles de
ejecución forzada y aportados en propiedad.

SUSCRIPCIÓN. - Manteniendo el principio de la totalidad de las


sociedades, el capital debe ser íntegramente suscripto a la fecha de
constitución (art. 149, LSC). Ésta es una disposición no escrita para
las sociedades personalistas, pero connatural a la relación contractual,
pues el capital es el elemento usualmente determinante en todas ellas

140
para determinar las mayorías, así como también para fijar el
porcentaje en las ganancias y en las pérdidas (de no estar prevista
otra solución -arg. arts. 11, inc. 7, 132. 139 y 145. LSC-). La
suscripción del capital social importa la generación del patrimonio
social, con la obligación asumida por los socios de integrarlo.

INTEGRACIÓN. - En armonía con lo dispuesto para las sociedades por


acciones, la reforma de 1983 equipara a las sociedades de
responsabilidad limitada en este punto, reduciendo el porcentaje
mínimo de integración de aportes dinerarios, imponiendo que por lo
menos el 25% de los aportes en dinero debe ser integrado al tiempo
de la constitución, pudiendo diferirse la integración del saldo hasta los
dos años, conforme se disponga en el acta constitutiva. Recordamos
que, a falta de fecha la integración debe efectivizarse al ser
regularizada la sociedad (art. 37, LSC). Decimos que esa integración
mínima deberá hacerse al tiempo de la constitución, pero el art. 149,
en su actual redacción, impone que "su cumplimiento se acreditará al
tiempo de ordenarse la inscripción en el Registro Público de
Comercio, con el comprobante de su depósito en un banco oficial"
(párr. 2o). Resulta así que su cumplimiento puede diferirse desde el
acto constitutivo, en que se asume el compromiso de integración,
hasta que el trámite de regularización se encuentre en tiempo de que
el tribunal respectivo tenga que ordenar la inscripción. El art. 187
dispone en similar forma respecto de la sociedad anónima, agregando
que "cumplida" la inscripción, el depósito "queda liberado", por
supuesto en favor de la representación de la sociedad, cuyo
patrimonio integra. La diferente redacción no altera la solución de que
el depósito queda liberado cumplida la inscripción. De esta forma se
ha solucionado el problema de la indisponibilidad de fondos que se
cobijaba bajo la antigua redacción del art. 149 de la LSC, que imponía
la acreditación del cumplimiento del aporte "al solicitarse" la
inscripción. Los aportes en especie deben integrarse totalmente,
incluso con inscripción preventiva de los bienes registrables y

141
cumpliendo con los recaudos que exija cada bien para la transferencia
patrimonial al nuevo sujeto (art. 38 y siguientes). Los mismos
recaudos corresponden en caso de aumento de capital. El contrato
debe contener las referencias en torno a justificar el valor de los
bienes23. El capital social, entonces, debe suscribirse, como en todas
las sociedades, en el acto constitutivo, permitiendo diferirse la
integración del mismo en dinero en efectivo. Por otra parte, sólo son
aportables las obligaciones de dar (art. 38, párr. Io, LSC).

ÓRGANOS SOCIALES

GERENCIA. FORMAS DE ORGANIZACIÓN

CARACTERIZACIÓN. - El órgano de administración y representación


de la sociedad -y único obligatorio- es la "gerencia", que impone la
existencia de "gerente" o "gerentes" (art. 157, LSC) como
representación típica de esta sociedad, vinculante con terceros. Ese
órgano puede ser unipersonal o plural, pudiendo autorizar en este
último caso la actuación unitaria o no, en múltiples combinaciones,
aplicándose integralmente las disposiciones del art. 5S de la LSC en
protección de los terceros. En caso de gerencia plural y no
indicándose la obligación de actuación conjunta, se entiende que
puede actuar indistintamente. En aquel supuesto también puede
establecer las funciones que cada uno desempeñará, lo que tiene
relevancia no sólo en orden a organización sino en cuanto a limitación
de responsabilidad, conforme el art. 157. párr. 4o. y la específica
norma del art. 274 de la LSC. Esas múltiples combinaciones pueden
implicar también la organización colegial, con particular importancia
para la administración en cuanto impondría que las decisiones se
adoptaran en forma colegiada y por mayoría, disponiéndose en tal
caso condiciones de la reunión, quorum, elección de un presidente,
deliberación y mayorías; adoptadas las resoluciones, su ejecución
puede ser efectivizada en forma individual o plural según disponga el
contrato. El gerente puede ser socio o no, legitimación de designación

142
que podrá ser condicionada por el contrato constitutivo o su reforma.
El mismo contrato determinará si existe plazo o no para su
desempeño. Podrá disponerse, en el contrato o la elección, la
designación de suplentes para casos de vacancia, como señala la ley, o
incluso para ausencias transitorias.

DESIGNACIÓN. -La gerencia debe ser organizada en el contrato


constitutivo (art. 11, inc. 6. LSC) y los gerentes -titulares y suplentes-
deben ser designados en éste o posteriormente por decisión de socios.
La designación formalizada en acto posterior requiere a la mayoría
prevista en el art. 160 infine, que excluye a esta decisión de las
mayorías agravadas, sobre la que volveremos.

GOBIERNO. DELIBERACIÓN DE LOS SOCIOS

ÓRGANO DE GOBIERNO. - El conjunto de los socios constituye el


órgano de gobierno de la sociedad. La ley societaria no reglamenta las
atribuciones de este órgano de la sociedad de responsabilidad
limitada, quedando en la esfera de autonomía de voluntad de los
socios -siempre dentro del marco de la ley y del contrato social-
determinar su funcionamiento. Conforme al principio de autonomía de
la voluntad, la ley autoriza que el contrato regule la forma de adoptar
las resoluciones sociales, fijando un sistema subsidiario. La asamblea,
como obligación de constituirse en colegio para adoptar resoluciones
imputables a la sociedad, sólo es exigida para la aprobación de los
estados contables en las sociedades de responsabilidad limitada que
superen el capital previsto conforme el art. 299, inc. 2, de la LSC, la
que debe ser convocada dentro de los cuatro meses del cierre del
ejercicio, que se sujetará a las normas de las sociedades por acciones,
modificándose la citación edictal por la personal o por medio
fehaciente dirigido al domicilio que indicaron en el contrato
constitutivo o al sustituido en notificación a la gerencia social. El
contrato podría disponer que las resoluciones se adopten siempre en
asamblea, pero, a falta de previsión, éstas podrán ser adoptadas a

143
través de la respuesta de los socios a consulta simultánea. El sentido
de la decisión o voto de los socios podría estar contenida en un único
instrumento, o por cualquier otro medio instrumental que garantice su
autenticidad (nota firmada, acta, carta documento, telegrama e
incluso fax firmado). Si bien la ley exige que esa expresión la
formalicen dentro de los diez días de la consulta simultánea, lo que
implica que de no realizarse la consulta en esa forma o recibida la
decisión por la gerencia dentro de ese plazo la eventual resolución
sería impugnable, nada impide que la gerencia asegure la unanimidad
fuera de ese plazo y ese procedimiento.

No existiendo unanimidad, esta modalidad se caracteriza, en todos sus


efectos, como un acto colegial colectivo imputable a la sociedad y
obligatorio para todos los socios (ausentes o disidentes).

MAYORÍA Y CÓMPUTO DE VOTOS. - Conforme la previsión del art.


161 de la LSC, cada cuota sólo otorga derecho a un voto, siendo
aplicable la obligación de abstención cuando un socio tiene interés
contrario al de la sociedad (art. 248, LSC). Conforme esa obligación de
abstención, cuando resulte violada formando la mayoría, podrá nacer
un derecho de impugnación o de responsabilidad. Se ejercitará una
acción de impugnación del art. 251 de la LSC, bajo las condiciones del
art. 248, en el supuesto de promover la demanda por daño potencial
-al no estar ejecutada la decisión, en búsqueda de una medida cautelar
de suspensión preventiva-, que deberá proponerse no sólo contra la
sociedad -supuesto estricto del art. 251, LSC-, sino también contra el
no abstenido como único responsable. Normalmente será conveniente
para el impugnante el uso de la acción de responsabilidad, promovible
sólo contra el no abstenido, no enfrentando a la sociedad, y sin los
límites de legitimados activos y de plazo de caducidad previstos por el
art. 251 y ss. de la ley societaria37. En un supuesto se computa
también el voto por persona, que es cuando un solo socio expresa la
voluntad mayoritaria, requiriendo, además, el voto de otro para
considerarse aprobada la resolución -art. 160, párr. 30-38. Se trata de

144
la ruptura del principio "plutocrático" de la proporcionalidad del poder
económico a la propiedad, resguardando el principio de
organización39. En una sociedad de dos socios esto implica la
unanimidad para la modificación del contrato.

TRANSFERENCIA DE CUOTAS A SOCIOS O A TERCEROS

OPONIBILIDAD DE LA TRANSFERENCIA. Las cuotas no pueden


representarse en títulos valores, por cuanto la calidad de socio resulta
del contrato y de la inscripción respectiva, razón por la que es
oponible a terceros la cesión de las mismas y la asunción de la calidad
de socio por el adquirente, al inscribirse en el Registro Público de
Comercio46. La transferencia de cuotas es libre (art. 152, LSC), si
nada en contrario establece el contrato social. Se puede limitar la
misma, pero nunca prohibir esa transmisión (arts. 152 y 153, LSC). La
transferencia es oponible a la sociedad desde que el transmitente o el
adquirente, indistintamente, notifiquen a la gerencia de la sociedad,
con un ejemplar o copia del título de cesión o transferencia, del que
resulten que las firmas son auténticas (certificación de firmas) si el
instrumento fuese privado. Ésta será oponible a terceros desde su
inscripción en el Registro Público de Comercio. Están legitimados a
solicitarla la sociedad o los intervinientes que podían hacer la
comunicación a la sociedad, ¡acompañando en ese caso e! título de la
transferencia y la constancia de haber cumplido el aviso a la gerencia
de la sociedad indicada en el párrafo anterior (art. 152, párrs. 2o y
4o). Previo a ordenar la inscripción, la autoridad judicial a cargo del
Registro se asegurará de la inexistencia de medidas cautelares.
Aunque sea libre la transferencia, el cedente que no haya
cumplimentado la integración de las cuotas suscriptas mantiene su
responsabilidad, agregándosele la del cesionario, formalizándose así
una delegación pasiva imperfecta. Desde que se notifique esta cesión
a la sociedad (oponibilidad interna), aun cuando se hubiera
cumplimentado los requisitos para la transferencia en caso de que
existieran limitaciones contractuales o legales a la misma, la sociedad

145
no podrá ejecutar al ex socio sin la previa interpelación al nuevo socio.
Supuesto especial de limitación por imperio de la ley lo constituye el
compromiso del socio a prestaciones accesorias (art. 50, LSC), que
aun a falta de previsiones contractuales presupone una restricción a la
libre transferencia, imponiendo la conformidad de la mayoría de
socios necesaria para la modificación del contrato, mayoría que estará
fijada por la ley o por la disposición contractual respectiva. Esta
presunción legal de restricción puede ser alterada -en más o en
menos- por expresa previsión contractual. A falta de previsiones se
requiere entonces votos que representen las tres cuartas partes del
capital social. De ser dos socios bastará -en este caso la conformidad
del socio que no transfiere (arg. art. 160, LSC).

Pese a ser libre la transferencia, la sociedad o los socios podrán


excluir al adquirente por aplicación de las previsiones del art. 91 de la
LSC, que son íntegramente aplicables aun en el caso de incapacidad,
inhabilitación o quiebra del socio incorporado, pues el art. 152 excluye
esa excepción, que sólo juega para los socios originarios. La cláusula
de preferencia es legal en la venta forzada y contractual en las
restantes. El derecho de preferencia, no previsto contractualmente, en
el caso de transferencia a tercero podría ser sostenido por los socios o
la sociedad para evitar el ingreso de un tercero, pero nunca podría
discutirse el precio pactado, asimilándolo a una venta en subasta. De
esta forma se equilibrarían los derechos de ambos, y no resultaría un
eventual abuso de derecho del socio de transferir sus cuotas a
terceros extraños a la sociedad ante la falta de cláusulas restrictivas o
su invalidez, ni limitado ese derecho de transferencia por un eventual
cuestionamiento del precio ante el ejercicio de un derecho de
preferencia no previsto contractualmente.

CLÁUSULAS LÍCITAS DE LIMITACIÓN DE TRANSFERENCIA. La


prohibición de transferir cuotas sociales debe tenerse por no escrita
(arg. art. 153, LSC). Para la validez de las cláusulas de limitación, "el
contrato debe establecer los procedimientos a que se sujetará el

146
otorgamiento de la conformidad" (art. 153, párr. 3o), razón por la que
la mera indicación de cláusulas de limitación no reglamentadas
mantiene la libertad de la transferencia de las cuotas. La ley, a título
meramente enunciativo, determina lícitas las cláusulas que limiten la
transferencia a la conformidad de la mayoría o a la unanimidad de los
restantes socios, o a las que confieran un derecho de preferencia a los
restantes socios o a la sociedad. La cláusula de limitación de
transferencia a decisión de mayoría puede serlo por cabeza o por
capital. . En todos los casos, para la validez, debe establecerse el
procedimiento, en el cual podría omitirse el plazo del trámite, en cuyo
caso se estará al máximo legal de treinta días; superado el mismo se
entenderá otorgada la conformidad para transferir o por no ejercitado
el derecho de preferencia. Para la validez de esa u otras cláusulas
debe establecerse en el contrato el procedimiento al que se sujetará el
otorgamiento de la conformidad (art. 153, párr. 3o). Es condición de
validez de las cláusulas limitativas su reglamentación. La
transferencia sin cumplir las disposiciones contractuales puede
justificar la exclusión del socio con justa causa, que no sufre perjuicio,
pues se le reintegra su aporte como si fuese la cuota de liquidación.
Un punto importante es la limitación generada por cláusula de
preferencia y la transferencia a título gratuito. En ese sentido, se ha
sostenido que la interpretación de una cláusula que otorgaba
preferencia en una sociedad de responsabilidad limitada en caso de
transferencia entre vivos sólo se aplicaba a los casos de transferencias
onerosas47. La falta de conformidad en el caso en que el socio
cedente considere que no existe justa causa de oposición, le permite
requerir la autorización judicial para el otorgamiento de la
transferencia, conforme se regula en el art. 154 infine. Pese a que se
limita a expresarse como un trámite de "autorización" con "audiencia
de la sociedad", el trámite será el previsto en el art. 15 de la LSC. En
este supuesto, la resolución judicial favorable, que entienda que "no
existe justa causa de oposición", genera la caducidad del derecho de

147
preferencia de la sociedad y de los socios que se opusieron, por lo que
se mantiene el de los que conformaron la misma, y aunque la ley no lo
señale debemos presuponer su derecho de acrecer, conciliándose el
doble interés: el del cedente de obtener el precio pretendido y el de
los socios que actuaron conforme a derecho de incrementar su
participación evitando el ingreso de terceros. Se trata de una sanción
que debe interpretarse restrictivamente. Este control judicial ante la
falta de autorización para transferir, forma específica del ejercicio
abusivo del derecho a oponerse a la transferencia, para determinar la
existencia de justa causa de oposición, permite inferir que la oposición
a la transferencia debe ser fundada, pues la falta de toda
fundamentación impediría ese control judicial, expresamente
autorizado por la ley. El socio que intenta transferir las cuotas tiene
derecho a que se exprese la causa de la negativa para tomar la
decisión sobre recurrir o no al control judicial de razonabilidad. La
falta de expresión de causa autorizaría ese recurso judicial. La
posterior justificación razonable haría incurrir en costas a quien
omitió el deber de lealtad para con el consocio. Como justa causa de
oposición podría señalarse a título indicativo las que atañen a la
personalidad del adquirente, de su profesión, actitudes de
perturbación de la vida societaria, cuando existiera actividad en
competencia, o intereses contrarios, etc., siendo discrecional la
apreciación judicial en tal sentido.

En el caso de que se haya previsto el derecho de preferencia, puede


ser cuestionado el precio de transferencia, sea por los socios o por la
sociedad, conforme al procedimiento previsto por el art. 154, párr. Io,
que importa la formalización de una apreciación pericial, que lo
determinará judicialmente, salvo otras previsiones contractuales. El
precio que se fijará judicialmente queda limitado por las pretensiones
de las partes: el ofrecido por los impugnantes y el fijado para la
transferencia. Las costas del juicio serán a cargo de la parte que
pretendió el precio más distante del fijado por la tasación judicial, en

148
soluciones similares a las usadas por las leyes de expropiación. El
ejercicio del derecho de preferencia por la sociedad impone la
disponibilidad por parte de ésta con utilidades, reservas disponibles o
reducción del capital social.

SOCIEDAD ANÓNIMA

CARACTERIZACIÓN

CONCEPTO. - La sociedad anónima, como forma jurídica, se originó


para satisfacer una necesidad y conciliar una situación que parecía
irreductible: la posibilidad de que los socios, que limitaban su
responsabilidad al aporte introducido, pudieran tener intervención
directa en la administración y manejar los intereses sociales ante
terceros, sin incurrir en responsabilidad ilimitada y solidaria por los
actos realizados en la dirección de la sociedad como en la comandita.
La sociedad, como contribución de aportes para emplearlos en un fin
común con el objeto de dividir los beneficios, fue institución jurídica
conocida en el derecho romano. La asociación de capitales para
empresas arriesgadas o difíciles que exigían reunir fuertes sumos fue
conocida en la edad moderna. Pero ni una ni otra presentan los
caracteres de la sociedad anónima contemporánea, aunque ésta
conserve o haya adoptado formas externas similares. La sociedad
anónima viene a ser así una institución jurídica y económica nueva.
Ella "está completamente fuera del derecho común; no se podrá
jamás, ateniéndose al derecho común, limitándose a la aplicación de
las reglas generales sobre los contratos y obligaciones, llegar a
constituirla. En efecto, según el derecho común, los contratos
producen obligaciones personales; en donde haya contrato debe haber
responsabilidad personal de los contratantes, o por lo menos de
alguno de ellos. Cuando se contrata, se obliga personalmente. En la
sociedad anónima no hay responsabilidad personal, ni siquiera puede
haberla, puesto que la sociedad está únicamente compuesta de cosas.
Cuando contrata, la responsabilidad de sus obligaciones está

149
necesariamente limitada a las cosas y valores de que se compone. Más
que una forma fundamentalmente comercial, la sociedad anónima
representa en su origen próximo una manifestación económica de la
realización de la gran empresa mediante la suma del pequeño
esfuerzo. Pero múltiples factores intervienen en su evolución y no es
el menor el de la limitación de la responsabilidad personal. La
asociación nació en el momento en que el esfuerzo de un individuo
unido al de otro procuraban, reunidos, la eficacia que ninguno de los
dos aisladamente podría tener. El medio para reunir el gran capital es
la sociedad anónima, y esto mismo no porque sea la única manera de
reunirlo, sino porque es la forma en que el asociado no corre otro
riesgo mayor que el de perder tan sólo la parte de capital que haya
introducido como aporte. Pero tal factor no es el único. El capital, sin
la dirección y el trabajo, no pasa de ser simplemente un bien
utilizable, cuya obtención también sería posible mediante el préstamo
a interés. Teóricamente, el problema del capital para una empresa se
resuelve por la locación del que sea necesario para acometerla. Esto
tiene dos dificultades principales: la primera, que quien lo pueda
proveer no lo hará si no encuentra seguridad de percibir su renta y de
obtener la devolución; y la segunda, para la empresa representa la
necesidad ineludible de pagar un interés, cualquiera que sea el
beneficio. La empresa comercial o industrial no puede, en la práctica,
realizar lo que, en teoría, resolvería su problema. La asociación
presenta entonces ventajas indudables en cuanto al factor capital,
pero implica responsabilidades. La limitación de la responsabilidad
por la sociedad en comandita salva este inconveniente, pero quita, a
quien provee el capital, la facultad de intervenir en su administración.
Además, determina un administrador obligatorio: el socio colectivo.
Sólo la sociedad anónima es la forma jurídica de asociación de
capitales que salva estos inconvenientes. Ella asocia el capital y no
obliga a la empresa a soportar el peso del interés: la medida de los
beneficios será la medida de la renta del capital. Ella mantiene al

150
capitalista en la administración del capital, en la que interviene
periódicamente, de modo personal, en las asambleas, y continuamente
por medio de los administradores que elige, y bajo la vigilancia de las
personas que en aquéllas designe. Ella, finalmente, elimina la
responsabilidad, circunscribiéndola al monto del capital aportado y sin
peligro alguno para el resto de los bienes de los accionistas, lo que no
ocurre en la sociedad de responsabilidad limitada. Finalmente, la
forma anónima en la sociedad realiza la separación y coordinación de
los tres elementos económicos de la empresa: capital, dirección y
trabajo. En ella el capitalista no es el director obligado, ni la dirección
debe ser función privativa del capital. En otras formas de sociedad se
presentan unidos necesariamente el capital y la dirección, cuando en
el hecho el elemento económico para la mejor realización de la
empresa es la dirección más apta o más idónea, que no reconoce por
causa la riqueza sino la capacidad. La sociedad anónima permite el
acceso de la idoneidad a la dirección de la empresa, abstracción hecha
de la capacidad financiera, con la que no siempre suele encontrarse
en compañía2. Independizado en las sociedades anónimas el elemento
capital de los otros dos elementos de una empresa, dirección y
trabajo, es otro carácter distintivo de las demás sociedades la
cesibilidad de la calidad de socio, que en la sociedad anónima tiene
lugar, independientemente de toda otra voluntad, mientras en otras
sociedades sólo puede efectuarse con el "consentimiento expreso de
todos los socios" o con trámites inscriptorios engorrosos. El carácter
de la sociedad anónima resulta de la combinación de estos elementos
sustanciales: limitación de la responsabilidad al aporte comprometido
o entregado, y cesibilidad de la acción, o sea de los derechos y calidad
de asociado.

No otra resulta la caracterización que brinda el art. 163 de la LSC: "El


capital se representa por acciones y los socios limitan su
responsabilidad a la integración de las acciones suscriptas". De ella se
extraen como elementos esenciales tipificantes de la sociedad

151
anónima: la forma en que se representan las partes del capital que se
denominan acciones, y la responsabilidad de los socios, que se limita a
la integración de las acciones suscriptas. En este tipo societario, los

IMPORTANCIA ECONÓMICA. SUBTIPOS. - Facilitan la acumulación


de capital, limitando la pérdida al aporte, sin responsabilidad de los
accionistas y permitiendo que éstos transfieran su participación sin
alterar el capital social. La representación del aporte en un título es lo
que permite a los empresarios recolectar capitales estables, aunque se
produzca luego la transmisión de esa calidad a terceros, sirviendo el
mismo título tanto para la transmisibilidad como para el cobro de la
renta. La acción permite la fungibilidad del socio (accionista). Sobre
esa base económico-financiera, se previó originariamente por la LSC
dos subtipos de sociedades por acciones: las sociedades por acciones
en general y las sociedades con participación estatal mayoritaria (art.
308, LSC), y dentro de la primera dos clases: las abiertas, que hacen
oferta pública o recurren al público en general para que realicen
aportaciones o contribuciones, y las cerradas, que no lo hacen, y
dentro de éstas dos categorías: las que no alcanzaban cierto monto de
capital y las que lo superaban (art. 299, inc. 2, LSC). La ley 22.903,
como reforma más importante a aquella ley de 1972, acentuó la
diferencia en el aspecto de hacer o no oferta pública respecto de sus
propias acciones (art. 188, LSC).

CARACTERES. - Las notas que caracterizan a este tipo social han sido
precedentemente indicadas, pudiendo sintetizarse: a) El capital se
divide en acciones. b) Los accionistas (socios) limitan su
responsabilidad con la integración del aporte comprometido5. c) Los
aportes de los accionistas son representados por acciones liberadas
que se correspondan a su valor. d) Debe organizarse la representación
y administración a través de un directorio permanente. e) El gobierno
de la sociedad, recibiendo las decisiones de los accionistas, se
formaliza a través de un sistema de colegio denominado asamblea, con
rigor formal y sustancial para adoptar las resoluciones imputables a la

152
sociedad y obligatorias para los accionistas. El contralor de los
accionistas sobre la administración societaria es normalmente
indirecto, formalizado a través de otro órgano: sindicatura. Sin
perjuicio de anticipar que puede ser realizado directamente en ciertas
circunstancias, sin organizar dicho contralor, o hacerlo a través de un
consejo de vigilancia. g) Actúa bajo denominación social, no pudiendo
tener razón social. h) Para su constitución regular exige especiales
requisitos de forma: constituirse por instrumento público (art. 165),
conformidad de la autoridad administrativa antes de la publicidad e
inscripción en el Registro Público de Comercio (art. 167, LSC).

DENOMINACIÓN. - La sociedad persona jurídica se identifica por una


denominación. No puede tener razón social atendiendo a que no
existen socios con responsabilidad solidaria. No obstante, puede tener
denominación subjetiva: el art. 164 autoriza que pueda incluir el
nombre de una o más personas de existencia visible6. Respecto de la
sociedad de responsabilidad limitada se hacía referencia a "socios",
que no se registra en este tipo social, debiendo presuponerse que el
uso del nombre de una persona física implica su autorización7.
Marcada esa diferencia, son aplicables las demás referencias hechas
en el § 197. La denominación debe contener la expresión "sociedad
anónima", su abreviatura o la sigla SA, o sea que debe identificar el
tipo en resguardo de terceros. La omisión de esta mención no implica
un negocio atípico, sino -por expresa sanción de la norma- que
atribuye responsabilidad ilimitada y solidaria a los representantes,
juntamente con la sociedad por los negocios que se celebren en esas
condiciones, lo que presupone que la sociedad tiene denominación,
pero ella no ha sido usada en actos determinados.

CONSTITUCIÓN E INSCRIPCIÓN

MODALIDADES. - Se prevén dos formas de constitución de una


sociedad anónima: por acto único (art. 165. LSC) o por suscripción
pública (art. 168 y ss., LSCj también llamada sucesiva. La primera es

153
la forma usual de constitución, que se emplea también en los casos de
transformación, fusión o escisión, donde se crea el tipo sociedad por
acciones para una de esas formas de reorganización de la persona
jurídica societaria preexistente, o su regularización.

FORMA. - Por disposición de la ley en su art. 165, apartándose del


anteproyecto, se exige el instrumento público para la constitución. La
escritura pública, como especie de instrumento público, es el
usualmente utilizado para recibir la declaración de voluntad
constitutiva de los fundadores. No obstante, el acta judicial podría
constituir ese instrumento en el caso de una sociedad que se
constituya con motivo de un acuerdo preventivo o resolutorio en un
concurso, o entre los herederos de una sucesión (art. 28, LSC).
Cuando la autoridad administrativa está autorizada a recibir la
declaración de voluntad constitutiva, conforme las facultades que le
otorgue la ley respectiva, estaremos frente a un instrumento público
constitutivo cuando así se proceda (arg. art. 980, Cód. Civil). No
satisface el requisito legal la mera protocolización de un instrumento
privado en escritura pública, pues si la protocolización no es ordenada
por autoridad judicial se mantendrá la calidad de privado del
instrumento (arg. arts. 984 y 1003, Cód. Civil), sin perjuicio de la
fecha cierta que pueda adquirir8. Tampoco es suficiente la
certificación de firmas de los otorgantes.

ACTA COSSTTTUTIVA Y ESTATUTO. - Ese acto único permite


individualizar, aunque se fundan en un único instrumento, al negocio
constitutivo del estatuto (arts. 167, párr. 3o, y 170, inc. 2, LSC). No es
necesario que estén individualizados por separado, pero es natural
que ello así se manifieste. El art. 166 in fine se refiere al "contrato
constitutivo", cuyos firmantes son considerados todos "fundadores", a
los fines de la responsabilidad u otorgamiento de beneficios
especiales. El estatuto contiene las reglas del funcionamiento de la
sociedad y de sus órganos. Es el conjunto de reglas de derecho que
organizan la vida de la sociedad, fijan los derechos y obligaciones de

154
los socios y de los órganos societarios dentro de los límites de la ley y
regulan su funcionamiento, disolución y liquidación.

REQUISITOS. -A la requisitoria genérica del art. 11 de la LSC deben


adicionarse los específicos del art. 166. Deben agregarse conforme el
inc. 1 del art. 166 los que caracterizan a la sociedad por acciones
respecto de su capital: "la naturaleza, clases, modalidades de emisión
y demás características de las acciones, y en su caso, su régimen de
aumento". Se trata de un dato estatutario. El inc. 2 impone el
aseguramiento de la suscripción e integración del capital social por
cada uno de los fundadores, determinando incluso lo que adeuden,
que no pueden exceder los dos años, al igual que en la sociedad de
responsabilidad limitada. El inc. 3 asegura el funcionamiento de los
órganos legales conforme las previsiones estatutarias, imponiendo la
elección de los integrantes del órgano de administración necesario -en
su caso de los que integran el de fiscalización-, "fijándose el término
de duración" (señala la ley), el que a su falta será indudablemente el
determinado en el estatuto, pues el contrato constitutivo actúa como
asamblea unánime fundacional. Se corresponden a datos para el acta
constitutiva los del inc. 1 del art. 11, sobre la individualización de los
socios, y los de los incs. 2 y 3 del art. 166. Las demás especificaciones
indicadas por el art. 11 y la del inc. 1 del art. 166 se refieren a los
datos que permanecen inmutables en el estatuto -mientras no se
modifique-.

TRÁMITE DE INSCRIPCIÓN. -Ese contrato constitutivo, que contiene


el estatuto, debe ser presentado a la autoridad de contralor, para que
ésta verifique el cumplimiento de los requisitos fiscales y legales (arts.
5o a T y 38, LSC). El art. 167 prevé que, conformada por el órgano
administrativo, el contrato será presentado al juez de registro que
dispondrá la inscripción "si la juzgara procedente", lo que implica un
nuevo examen de legalidad. Esa superposición de controles generó el
dictado de la ley 21.768 que autorizó la posibilidad de que las
funciones de los jueces regístrales o controles administrativos

155
pudieran ser cumplidos indistintamente por organismos judiciales o
administrativos, según las facultades de policía de la Capital Federal o
provincias. O sea que cada jurisdicción puede determinar si se
mantiene el doble control o si se unifica en sede judicial o
administrativa".

Ese trámite será cumplido por los representantes estatutarios


designados en el contrato constitutivo conforme las previsiones del
art. 166, inc. 3, salvo que se hubiesen designado mandatarios
especiales (art. 167 infine) en ese contrato constitutivo otorgado en
instrumento público o en instrumento separado. Si bien no se hace
mención al control de legalidad del reglamento que hubieran podido
formular los constituyentes en el acto, formalizando la ley sólo una
referencia a su inscripción (art. 167, párr. 3o, conc. con art. 5o, LSC),
la autoridad judicial puede juzgar sobre su procedencia.

FORMAUZACIÓN DE LA INSCRIPCIÓN. ~ El trámite inscriptorio, con


control de legalidad, es similar al de las otras sociedades. La
inscripción debe formalizarse, al igual que la sociedad de
responsabilidad limitada, previa la publicación sintética por un día,
según las previsiones de los arts. 1° y 10 de la LSC.

SUSCRIPCIÓN DEL CAPITAL E INTEGRACIÓN. -El art. 11, inc. 4,


como requisito esencial no tipificante, exige al momento de la
constitución la determinación del capital social; la ley prescribe la
inserción en el acta constitutiva de la suscripción y la forma de
integración del capital, que si es integrado en bienes en especie debe
serlo en el mismo acto, y si es en dinero, puede efectivizarse el 25% al
suscribirse y el saldo hasta un plazo que no puede exceder de dos
años.

CAPITAL SOCIAL

NOCIÓN. - El capital social es un dato necesario en la sociedad por


acciones -como de toda sociedad típica- con la particularidad de que

156
en ésta se deben indicar la naturaleza, clases, modalidades de
emisión, etc. de las acciones en que se divide el mismo (art. 166, LSC).

El capital social representa jurídicamente el conjunto de las


aportaciones sociales, de las acciones emitidas por la sociedad que
constituyen la representación de la participación de los socios; en
cambio, el patrimonio es el total de los bienes (activos y pasivos) de
propiedad de la sociedad, conforme la noción del art. 2312 del Cód.
Civil. En antítesis con el patrimonio, esencialmente mudable, está el
capital de la sociedad, fijado de manera estable por una cifra en el
contrato o estatuto, que tiene una función contable y jurídica, una
existencia de derecho y no de hecho15. Tampoco debe confundirse
con la noción de patrimonio neto, o sea, la diferencia entre el activo y
el pasivo de la sociedad. Pero la comparación del patrimonio neto
(normalmente resultante de un balance de ejercicio) con el número
abstracto del capital social permite determinar la existencia o no de
utilidades, lo que resulta relativo frente a procesos inflacionarios que
tornan irreal la expresión nominal del capital social. Por esta razón
debe figurar en el pasivo (art. 63, 2, II, a, LSC). Se le asigna un
particular sentido en las sociedades donde los socios tienen
responsabilidad limitada: una cifra, expresada en moneda de curso
legal en el momento de constituirse la sociedad, que actúa como una
cifra de retención. Representa así el monto que se escinde del
patrimonio de los constituyentes para generar el del nuevo sujeto de
derecho. Otro significado es el de fracción ideal del patrimonio social,
compuesto por los aportes de los socios, que indica el derecho que
tienen los socios sobre el patrimonio social. Actualmente se habla de
capital nominal o capital social, en contraposición al capital real,
material o sustancial, o capital efectivo, o patrimonio retenido por la
sociedad para el giro normal de sus negocios.

El capital social de las sociedades por acciones se divide en un


número cualquiera de partes idénticas (acciones), las que
corresponden a una parte alícuota de dicho capital y, por ende, las

157
mismas han de ser todas de igual valor. Pero esta imperatividad en
referencia a la igualdad de valor, no implica decir igualdad de
derechos contenidos, esto es, la posibilidad de instrumentarse
categorías (clases o grupos) de acciones (privilegiadas política o
patrimonialmente). La igualdad referida lo es en cuanto a las
categorías, mas no significa uniformidad de todas las acciones en
cuanto a los derechos que confieren, sin perjuicio de la identidad de
valor.

NATURALEZA JURÍDICA. DERECHOS QUE CONFIERE. - La acción es


representable en un título o un asiento (también llamado acción), que
otorga a su titular la calidad de socio. La acción tiene un concepto
variado: la división del capital, el título representativo y el derecho del
accionista. De todas formas, siempre es una modalidad de legitimación
para el ejercicio de un derecho subjetivo: el del accionista. Intentando
una simple enumeración de los derechos del accionista, corresponden:
a) Derechos patrimoniales, dentro de los cuales se encontraría el
derecho al dividendo, derecho a la suscripción preferente, el derecho
de receso y a la cuota de liquidación. b) Los llamados derechos de
gobierno, como ser el derecho al voto, participación en el gobierno y
control de la sociedad, impugnación de las resoluciones asamblearias
y de información. Los derechos de los accionistas están referidos en
un título causal, que se integra por las expresiones del título y las
disposiciones del estatuto. Si el accionista tiene derecho, es por
cuanto la "acción" se lo acuerda, recordando que la acción no es sólo
el título representativo, sino el derecho de participación acordado al
accionista legitimado por su relación asociativa. Lo fundamental es el
derecho del accionista, pues la acción es sólo la expresión
(documentada o no) de ese derecho. El derecho del accionista está por
encima del derecho contenido en la acción, pues ésta puede incluso
faltar o contener errores, debiendo estarse a las relaciones causales.
No integrada la acción se emite un certificado. Las acciones podían no

158
estar emitidas. Hoy pueden ser sustituidas por asientos: acciones
registrables o acciones emitidas sometidas a depósito colectivo.

VALOR. -Las acciones deben ser de igual valor, diez pesos, o múltiplos
de diez pesos22; dentro del valor de las acciones puede
individualizarse el valor nominal, el real, el de cotización, y el
contable. Nominal es aquel cuya cifra corresponde al valor inserto en
la acción; real, el de la fracción que le corresponde en el patrimonio
social; de cotización, aquel que se fija conforme la oferta y la demanda
en el mercado de valores correspondiente; y contable, aquel que
resulta de los registros contables, que con los ajustes
correspondientes permite determinar el real, que influencia el valor de
cotización.

CLASES DE ACCIONES. - Hemos anticipado que puede haber


distintas clases de acciones, cada una de las cuales otorgará
diferentes derechos a los accionistas que las integren, debiendo
dentro de cada clase ser esos derechos idénticos. Intentando una
clasificación de acciones, podemos efectuarla de la siguiente forma: a)
Privilegiadas patrimoniales, pudiendo otorgar prelación en la
distribución de ganancias o prelación en el reembolso de la cuota de
liquidación, en caso de disolución, de las acciones comunes. b)
Privilegiadas políticas, que confieren, por ejemplo, derecho a voto
múltiple, de dos hasta cinco votos, o que dan derecho a elegir
directores o síndicos, o consejeros (art. 262, LSC). Pueden existir
limitaciones al privilegio, es decir que puede darse el caso en que
algunas acciones con preferencia en el cobro, preferencias
patrimoniales, carezcan de voto, o puede darse el caso también, como
en los supuestos previstos en el art. 244, en que las acciones
privilegiadas en el voto pierdan su privilegio para tener cada una un
voto en los casos en que se deben adoptar resoluciones de
trascendental importancia en la vida de la sociedad, tales como el
cambio de objeto, prórroga, reconducción, fusión, escisión. La ley de
reforma del Estado 23.696 introduce en aspectos societarios el

159
programa de propiedad participada, referido en el cap. III, el que
deberá estructurarse como sociedades anónimas (art. 23), cuando
intervengan como sujetos adquirentes los empleados del ente a
privatizar, los usuarios y los productores de materias primas cuya
industrialización o elaboración constituye la actividad del ente a
privatizar. En ese sentido, el art. 25 de la ley 23.696 señala que todas
las acciones serán del mismo "tipo" para todos los adquirentes,
aunque éstos sean de distinta "clase", pudiendo emitir bonos de
participación, y el manejo de las acciones, mientras no estén pagadas,
deberá ser sindicado registrándose prenda sobre las acciones, y
depositándolas en un banco fideicomisario43. Otra clasificación
doctrinaria que se efectúa respecto de las acciones, es teniendo en
cuenta su forma de circulación (transmisibilidad), lo que ha sido
profundamente alterado por la ley 24.587 que sólo autoriza las
acciones nominativas no endosables y escritúrales. Desde ese punto
de vista procede el distingo de acciones al portador, acciones
nominativas -endosables y no endosables- y acciones escritúrales.

a) AL PORTADOR. Las acciones al portador son aquellas que se


transmiten por la mera entrega manual, su simple tradición, sin
requerir cesión ni inscripción alguna. La posesión del título basta para
ejercer sus derechos tanto frente a la sociedad como a terceros.

b) NOMINATIVAS. Las acciones nominativas son aquellas que se


emiten a nombre de una determinada persona y su transferencia ha de
regirse por las normas de la cesión, a partir de cuya celebración el
acto tiene plena eficacia entre partes. La transmisión de estas
acciones (al igual que las escritúrales), así como la de los eventuales
derechos reales que pudieran gravarlas, debe notificarse a la sociedad
emisora o entidad que llevase el registro por escrito e inscribirse en el
libro o cuenta pertinente, siendo oponible contra la sociedad y
terceros desde esa inscripción (art. 215, párr. Io, LSC). Es de recordar
que el art. 213 de la ley societaria prevé la necesidad de llevar un
libro de registro de acciones, en el que se asentará: /) Clase de

160
acciones, derechos y obligaciones que comporten. 2) Estado de
integración, con indicación del nombre del suscriptos 3) Si son al
portador, los números; si son nominativas, las sucesivas transferencias
con detalle de fechas e individualización de los adquirentes. 4) Los
derechos reales que gravan las acciones nominativas. 5) La conversión
de los títulos, con los datos que correspondan a los nuevos. 6)
Cualquier otra mención que derive de la situación jurídica de las
acciones y de sus modificaciones. En cuanto a las acciones
nominativas endosables -que como su propio nombre lo indica
constituyen una especie de las nominativas, siéndoles aplicables por
ende las normas examinadas- circulan mediante una cadena
ininterrumpida de endosos y para el ejercicio de sus derechos el
endosatario deberá solicitar el registro pertinente.

c) ESCRITÚRALES. Las acciones escritúrales son incorpóreas, es


decir, no son representadas en títulos, sino en cuentas llevadas a
nombre de sus titulares por la sociedad emisora -u otras entidades
autorizadas, esto es, bancos comerciales o de inversión o cajas de
valores-. Con ello la ley intenta paliar una situación frecuente en las
sociedades anónimas cerradas o de familia, las cuales usualmente no
emiten los títulos representativos de las divisiones del capital. El
estatuto puede autorizar que todas las acciones o algunas de su clase
revistan esta calidad. La calidad de accionista se presume por las
constancias abiertas en el registro de acciones escritúrales,
resultando responsable la sociedad ante los accionistas por los errores
o irregularidades de las cuentas, sin perjuicio de la responsabilidad
que pudiese corresponderle a la entidad que actuara como
depositaría, en su caso. En el caso de que el registro sea llevado por la
propia sociedad, ello exime al accionista de la obligación de depositar
las constancias respectivas como requisito para concurrir a las
asambleas; empero, ello no lo libera de comunicar su asistencia con
una antelación no menor a los tres días hábiles anteriores a la
celebración de la misma (art. 238, LSC), a efectos de ser inscripto en

161
el libro de asistencia respectivo. En caso de que el registro sea llevado
por una entidad bancada o caja de valores, se deberá depositar, en ese
plazo, las constancias de las cuentas correspondientes libradas al
efecto, pues la sociedad -o entidad depositaría- debe otorgar al
accionista comprobantes de la apertura de su cuenta y de sus
movimientos y saldo (arg. art. 208, párr. último, LSC). En relación a la
transferencia, el hecho de su carencia de representación en títulos, en
nada mengua su negociabilidad, rigiendo el mismo régimen previsto
para la transmisión de las acciones nominativas (arts. 214 y 215, LSC),
con sus propias particularidades, pues en el caso de las acciones
escritúrales, deberá notificarse en forma expresa y por escrito a la
sociedad emisora o entidad que lleve el registro, sobre la transmisión
efectuada, a efectos de su inscripción en el libro correspondiente. La
comunicación debe ser efectuada por el enajenante o en forma
conjunta con el cesionario y, como resulta obvio, la transmisión es
oponible contra la sociedad y los terceros desde su inscripción. La
sociedad emisora o entidad que lleve el registro cursará aviso al
titular de las cuentas en las que se efectúe un débito por transmisión
de acciones, dentro de los diez días de haberse inscripto la misma en
el domicilio constituido (art. 215, párr. 2o, LSC).

ASAMBLEA DE ACCIONISTAS

CLASES DE ASAMBLEAS. - Pueden diferenciarse las asambleas en: a)


Generales, porque atañen a todos los socios, o especiales, en cuanto
afecten a los integrantes de una clase, grupo o categoría de acciones.
b) Ordinarias y extraordinarias, ya que tanto las asambleas generales,
como las especiales pueden clasificarse de esta manera en razón de la
competencia que la ley atribuye a unas y otras (arg. arts. 234 y 235,
LSC), excepción hecha de las cooperativas que tienen distinto criterio
de determinación, conforme la época de reunión. c) Convocadas
formalmente y unánimes: modalidades aplicables a todas las
mencionadas anteriormente. Esas clasificaciones, a su vez. pueden ser
combinadas entre sí. Si bien la asamblea es única, en el sentido de que

162
no puede haber dos al mismo tiempo, pueden coexistir la general con
especiales, desdoblándose en el mismo tiempo, por ejemplo, al elegir
directorio en asambleas especiales dentro de una asamblea general,
igualmente cuando se pretende alterar en asamblea general lo que es
de competencia de la especial, que puede resolver previa,
coetáneamente o con posterioridad sobre su conformidad u oposición
para validar la resolución general. Nada impide que una asamblea
pueda ser ordinaria y extraordinaria al mismo tiempo, conforme los
puntos del orden del día a que haya sido convocada. Sólo el quorum y
mayorías necesarias deberán tenerse en cuenta para la validez de sus
deliberaciones y resoluciones específicas. De esta forma se logra
abaratar el costo del edicto. También las asambleas pueden ser
clasificadas, desde otros puntos de vista, en: a) Periódicas o
necesarias, como lo son las ordinarias, y ocasionales, como lo son las
extraordinarias. b) Constitutivas, de funcionamiento y de liquidación.
c) En primera y segunda convocatoria, etcétera.

ASAMBLEAS ESPECIALES. - Son aquellas que "tienen lugar cada vez


que la asamblea general adopta resoluciones que afectan los derechos
de una clase de acciones, de suerte que ¡os tenedores de éstas puedan
consentir o rechazar la resolución tomada por aquélla". Debe
entenderse por resoluciones que afecten los derechos de una clase de
acciones lo siguiente: a) que se debe tratar de un verdadero derecho y
no de prerrogativas o meros intereses de grupos de accionistas; debe
tratarse de un derecho corporativamente reconocido a una clase de
acciones, con prescindencia de quienes puedan ser los titulares de las
mismas, y b) que este derecho sea afectado por la resolución de la
asamblea general (v.gr., si se redujera de cinco a tres los votos
reconocidos a una clase de acciones, esta reducción entrañaría
pérdida de mando y de poder de decisión en las asambleas). Las
asambleas especiales no resguardan derechos diferenciales de
acciones, sino de accionistas, con personas y no títulos (que pueden no
existir por no emitidos o escritúrales) los que tienen derechos y los

163
ejercitan o renuncian, y esas personas, titulares de acciones de clase o
categoría, deben reunirse separadamente para ejercitar sus derechos
o aceptar restringirlos. "El funcionamiento de la junta especial debe
quedar circunscripto a los supuestos especiales previstos por la ley.
Fuera de esos supuestos no podrán reunirse grupos especiales de
accionistas para tomar acuerdos válidos y vinculativos en el orden
interno". Las asambleas especiales no sólo lo son, en el caso, para la
modificación de los derechos que les corresponden, sino también para
la elección de directores y su eventual remoción o reemplazo. Pero
debe advertirse que se trata de dos asambleas que exteriorizan dos
voluntades independientes sin subordinación entre ellas. El accionista
que vota en la asamblea especial lo hace en relación con una situación
concreta y tomando exclusivamente en cuenta el interés de una clase
de acciones. La existencia de acciones de derechos diferentes impone
(ver art. 2348 y concs., Cód. Civil italiano) el derecho de opción que se
ejercita en asambleas especiales. Muchas veces confundidas en
asambleas generales unánimes, pero el derecho de opción a que se
modifiquen, se alteren o eliminen sus derechos (no que se aumenten)
no puede configurarse sin previamente ejercitar su derecho de opción
en asamblea especial, que puede ser anterior o posterior a la
asamblea general que genere la alteración, modificación o
eliminación. En su caso la asamblea general adoptará la resolución ya
consentida por la asamblea especial o la condicionará a lo que ésta
resuelva. Se advierte que dos son los casos de asamblea especial:
cuando los derechos de una clase pueden verse afectados, o cuando la
clase debe ejercer derechos propios, como la elección de los
directores que le tocan76. Las asambleas especiales no constituyen un
órgano societario, sino una forma de manifestar la voluntad de una
clase, categoría o grupo de accionistas, debiendo ser convocadas en
cualquier circunstancia en que una decisión pudiera llegar a
afectarlas, no siendo factible hacer una enumeración taxativa de los
casos en que resulta exigible esa convocatoria. Cuando la cláusula

164
estatutaria reformada mejora la situación de los accionistas de voto
plural, resulta innecesaria la convocatoria a una asamblea especial
que sólo es legalmente exigible cuando se afecten derechos de los
accionistas. Pero el mejoramiento en los derechos de los titulares de
acciones de voto plural no puede ir en detrimento de los que
corresponden a otros accionistas, pues si eso sucediera, resultaría
necesaria la convocatoria a una asamblea especial, con la sola
participación de estos últimos. La Exposición de motivos (cap. II, secc.
V, pto. VIII, ap. 8) expresa: "La noción ya corriente en la doctrina
nacional y extranjera del requisito de las asambleas especiales de
clases o categoría de acciones cuando sus derechos se afecten por la
deliberación de la asamblea general, a fin de reunir el consentimiento
de esa clase especial (art. 2376, Cód. Civil italiano de 1942; art. 156,
ley francesa de 1966, etc.), ha sido prevista en el art. 250, con una
regulación que por sus remisiones a otras normas para fijar su
funcionamiento, establece un régimen completo".

Es afirmable que, cuando no existen estas otras diferencias, la


agrupación para las votaciones es la causa de la diferenciación en
clases77. Adviértase la importancia del tema: cuando a una clase así
tipificada, se le quiere disminuir o privar o de cualquier forma
modificar sus derechos (p.ej., sumándole acciones de otra clase, etc.),
se considerará tipificado el caso del art. 250 de la LSC, y en
consecuencia, será necesaria la aprobación de los accionistas de ella
en asamblea especial.

a) ORDINARIA. su competencia surge casi exclusivamente del art. 234


de la LSC, correspondiéndole considerar y resolver: 1) Balance
general, estado de resultados, distribución de ganancias, memoria e
informe del síndico y toda otra medida relativa a la gestión de la
sociedad que le compete resolver conforme a la ley y el estatuto78 o
que sometan a su decisión el directorio, el consejo de vigilancia o los
síndicos, tales como: a) actos de aprobación de gestión específica (art.
271), o b) actos de gestión genérica (arts. 274 y 275). 2) Designación y

165
remoción de directores, síndicos y miembros del consejo de vigilancia,
con determinación de su retribución. 3) Responsabilidades de los
directores y síndicos y miembros del consejo de vigilancia. 4)
Aumentos del capital previsto hasta el quíntuplo y todos los que
realicen las sociedades que hacen oferta pública de sus títulos valores,
e incluso para éstas las emisiones con prima (art. 202).

b) EXTRAORDINARIA. Con competencia residual y, en especial, lo


mencionado en el art. 235 de la LSC; en forma ejemplificativa esta
asamblea está facultada para lo siguiente: 7) Determinar la prima de
emisión de las sociedades cerradas, aun en el aumento dentro del
quíntuplo. 2) Limitar derecho de preferencia (art. 197, LSC). 3)
Adquirir las propias acciones al incorporar una sociedad, por fusión
por absorción (art. 220, inc. 3, LSC). 4) Transferir domicilio al
extranjero. 5) Hacer un cambio fundamental de objeto (art. 244, LSC).
6) Decidir la reactivación por retiro de cotización u oferta (art. 94, inc.
9, LSC). 7) Acordar la reconducción (art. 95, LSC). Se necesita
unanimidad para el caso de reconducción después de inscribirse el
nombre del liquidador.

ADMINISTRACIÓN Y REPRESENTACIÓN DE LA SOCIEDAD. LEGAL


Y CONVENCIONAL

DE LA ADMINISTRACIÓN EN GENERAL

CARACTERIZACIÓN. - Después de referirnos a la asamblea como un


órgano temporario, no permanente, debemos considerar la
administración de la sociedad anónima, imponiéndose la necesidad de
un órgano permanente conforme la idea de sociedad, como sujeto de
derecho, que nace de un negocio asociativo y de organización. Ese
órgano permanente está ligado a las necesidades de la persona
jurídica de entrar en contacto con terceros, por medio de
manifestaciones vinculantes.

DIRECTORIO

166
CARACTERES. -El directorio es el órgano permanente, esencial y
colegiado (art. 255, LSC), que tiene a su cargo la administración de la
sociedad anónima con las facultades conferidas por la ley y los
estatutos, integrado por directores, socios o no, elegidos periódica y
normalmente por la asamblea de los accionistas. De ello podemos
inferir algunos caracteres. a) Se trata de un órgano social, centro de
atribución de competencia, en reemplazo de la amorfa sustentación
proveniente del contrato de mandato. Frente a la antigua concepción
contractualista de la figura del administrador, la ley societaria ha
rehuido dar la calificación de mandato para la relación que liga al
administrador con la sociedad, sin duda porque entiende que esta
calificación no se corresponde con el concepto del administrador como
verdadero órgano de la sociedad y que la relación jurídica entre la
persona titular del órgano administrativo y la sociedad es mucho más
compleja que la simple relación de mandato. Además, se ha dicho que
el mandato supone la existencia de dos contratantes, lo que no existe
en la sociedad, en la cual el órgano de la gestión social surge
unilateralmente en el mismo instante que se crea la persona jurídica, y
también es de esencia del mandato que pueda conferirse y no que se
deba hacerlo, lo que significa que no existe tal posibilidad contractual
sino una imperatividad que se opone al mandato146. Tampoco los
administradores son factores, sino la sociedad misma, por lo cual
quedan investidos de la función gestora y representativa; son órganos
legales de la sociedad, sin delegación de poderes, pues tienen poderes
propios147. b) Es un órgano necesario, ya que la sociedad no puede
actuar en el comercio, debiendo recurrirse al procedimiento fijado por
la ley (art. 258, LSC) para la elección de suplentes y designación de
reemplazante en caso de vacancia. No existe obstáculo legislativo para
que una persona jurídica pueda desempeñar el cargo de director de
una sociedad anónima, actuando mediante su representante. c) Es
permanente, o sea, dura toda la vida de la sociedad, lo que no se
contradice con la temporalidad del cargo de director, que no puede

167
exceder de tres ejercicios, sin perjuicio de su permanencia en el cargo
hasta ser reemplazado (art. 257) y de su reelegibilidad (art. 256, LSC).
d) Es un órgano colegiado (art. 255), pudiendo ser unipersonal en las
sociedades anónimas cerradas, debiendo ser pluripersonal (con no
menos de tres directores) para las sociedades anónimas abiertas; se
faculta a la asamblea de accionistas para determinar el número
mínimo y máximo permitido. La colegialidad implica que las
decisiones se toman por deliberación y votación en reunión de sus
componentes. El asiento de sus decisiones en un libro de actas se
impone también para el directorio unipersonal, para determinar la
actuación del órgano.

PROHIBICIONES E INCOMPATIBILIDADES PARA SER DIRECTORES.


- El art. 256 de la LSC, determina las condiciones para desempeñar el
cargo de director de una sociedad anónima. a) No es obligatoria la
calidad de accionista, pues "la calidad técnica no depende de la
titularidad del capital", sin- perjuicio de que el estatuto exija tal
calidad. b) Se debe tener capacidad para ejercer el comercio (art. 264,
inc. 1). c) En cuanto a la posibilidad de que una persona jurídica
pueda ser director, la doctrina se encuentra sumamente dividida. Nos
pronunciamos por la afirmativa. d) En nuestro derecho no hay límite
para la acumulación de este tipo de cargos, ni de edad para su
ejercicio, como ocurre en otras legislaciones, sin perjuicio de una
cláusula estatutaria en tal sentido.

El propio art. 256 de la LSC determina que el estatuto establecerá la


garantía que debe prestar el director y que la mayoría absoluta de
éstos debe tener un domicilio en la República, debiendo todos ellos
constituir un domicilio especial, donde serán válidas las notificaciones
que se les efectúen con motivo del ejercicio de sus funciones,
incluyéndose las relativas a la acción de responsabilidad (arg. art. 256
infine, LSC). Por su parte, el art. 264 de la LSC fija las prohibiciones e
incompatibilidades para ser directores y gerentes (las que actuarán
como impedimento para la designación o como factor de remoción): 7)

168
quienes no pueden ejercer el comercio; 2) los fallidos (ver arts. 234 a
238, ley 24.522); 3) los condenados con accesoria de inhabilitación
para ejercer cargos públicos, los condenados por hurto, robo,
defraudación, cohecho, emisión de cheque sin fondos y delitos contra
la fe pública, quienes cometieren delitos en la constitución,
funcionamiento y liquidación de sociedades, en todos los casos hasta
después de diez años de cumplida la condena, y 4) los funcionarios de
la Administración pública cuyo desempeño se relacione con el objeto
de la sociedad, hasta dos años del cese de sus funciones. También se
enumeran incursos en supuestos especiales, los corredores, los
martilleros, los agentes de bolsa, los escribanos, el fiduciario de los
debenturistas, entre otros. En cuanto a la sanción correspondiente a la
violación de estos preceptos, si la transgresión fue cometida al
momento de la designación del director, implicará su nulidad; si se
tratare de una causal sobreviniente, constituirá un supuesto de
remoción con causa. Desde el punto de vista interno de la sociedad, si
la participación del director afectado fue decisiva para posibilitar la
toma de la decisión, devendrá la nulidad de ésta; empero, frente a
terceros, dichos vicios resultan inoponibles, por aplicación de los
principios de la teoría de la apariencia.

FORMAS DE ELECCIÓN. -La elección de los directores es efectuada,


en el caso del primer directorio, al constituirse el ente, si se trata de la
constitución por acto único (art. 166, inc. 3), o mediante la asamblea
constitutiva, si lo es por suscripción pública (art. 179, inc. 4). En esa
oportunidad es formalizada en el acta constitutiva, no integrando las
previsiones del estatuto.

Los directorios subsiguientes se elegirán mediante designaciones


efectuadas por la asamblea ordinaria de accionistas (art. 234, inc. 2),
o por parte del consejo de vigilancia si así lo dispusiere el estatuto
(arts. 255 y 281, inc. d, LSC). La elección que efectúa la asamblea
ordinaria, como es lógico, se hará como cualquier otra decisión de
dicho cuerpo, a mera pluralidad de votos, o más correctamente "por

169
mayoría absoluta de los votos presentes que puedan emitirse en la
respectiva decisión", salvo cuando el estatuto exija mayor número"
(arg. arts. 243, párr. último, y 244, párr. 3o, LSC). La ley prevé
también otras dos posibilidades de designación de directores,
propendiendo a que determinadas minorías puedan obtener
representación proporcional en el órgano de administración.

GERENTES. - Otra forma de organización de las funciones ejecutivas


del directorio es la designación de gerentes nombrados por el
directorio y libremente revocables (arts. 270 y 256), al igual que son
revocables las designaciones de directores. La facultad de designarlos
es del directorio, y la revocación le corresponde también a éste, sin
perjuicio de poder hacerlo la asamblea177. Las funciones que pueden
encomendarse a los gerentes son exclusivamente las funciones
ejecutivas de la administración, o sea, la gestión ordinaria de los
negocios sociales a las que nos hemos referido en el apartado
anterior. De ninguna forma puede el directorio sustituirse en sus
funciones por el gerente o por el comité ejecutivo. A falta de
determinación podría estarse a lo previsto en el art. 132 y ss. del Cód.
de Comercio.

La designación puede recaer en directores o terceros, quienes podrán


revestir diversas categorías, según sus funciones o la organización
interna de la sociedad. Pueden así tener el carácter de directores-
gerentes, o de gerentes generales, o de gerentes especiales de una
sección, departamento, filial, etcétera. Su designación no excluye ni
restringe la responsabilidad de los directores, que deberán ejercer las
funciones de vigilancia sobre ellos, sin perjuicio de su responsabilidad
frente a los directores por los actos que les sean imputables. Además
de esa responsabilidad, los gerentes responden solidariamente con
directores, miembros del consejo de vigilancia y síndicos por los daños
que en su actuación irroguen a la sociedad o a terceros.

FISCALIZACIÓN

170
1) PRIVADA

Consecuentemente, la fiscalización individual es la que puede realizar


cada accionista individualmente (arg. art. 55, LSC).

SINDICATURA. - Constituye un lugar común la afirmación que la


sindicatura es órgano de control necesario, permanente e
indispensable -salvo el caso, en la LSC, si se lo prescinde en razón de
organizarse el consejo de vigilancia, en las condiciones reguladas por
el art. 2S3. o no implementar otro órgano de control en los casos
autorizados-, a lo que cabría agregar que tiene una estructura
preordenada por la ley y una función preestablecida a salvaguardar el
patrimonio de la sociedad y a garantizar la corrección de la gestión;
así, se puede afirmar que tiene un carácter colateral, en el sentido que
no promueve la actividad social, sino que busca asegurar su
regularidad208. Por fiscalización interna de las sociedades por
acciones debe entenderse el control de su administración y,
eventualmente, de la gestión de la empresa, por órganos de la
sociedad (la sindicatura y el consejo de vigilancia) y en su caso por
auditores contratados por este último.

CONSEJO DE VIGILANCIA. - el órgano de control -sindicatura- se


caracteriza a través de un mero control de legalidad y no de mérito,
que marca una distinción neta con respecto al germánico, en el cual el
consejo de vigilancia cumple funciones permanentes y efectúa un
control de la gestión que va más allá de la simple legalidad de los
actos.

a) FUNCIÓN. Las funciones del consejo de vigilancia están claramente


establecidas por el art. 281 de la LSC236. El inc. g remite a las
funciones de la sindicatura (ver § 348). Ello nos lleva a declarar que si
bien tiene las mismas funciones que la sindicatura, las del consejo de
vigilancia son aún mayores. Como vimos, la sindicatura -por regla
general- tiene como función, fundamentalmente, el control de
legalidad de la gestión del órgano administrador, mientras el consejo

171
de vigilancia tiene el control -aparte del de legalidad- del mérito de la
gestión del directorio (art. 281, inc. a). Inclusive puede, si así lo
dispone el estatuto, desempeñar funciones integrativas de la
administración (inc. c) y que conciernan al gobierno de la sociedad
(inc. d).

En otras palabras, en tanto que el control de la actividad del órgano


de administración que se encomienda a la sindicatura es un control de
legalidad, el encomendado al consejo de vigilancia es un control de
mérito, es decir, que además de vigilar que el directorio actúe dentro
de la ley y sobre los estatutos, el consejo debe juzgar sobre la
oportunidad de las medidas dispuestas por el órgano de
administración y de la eficacia de las políticas por éste aplicadas para
llevar adelante el logro del objeto social, generar beneficios
susceptibles de ser distribuidos a los accionistas como utilidades y
evitar riesgos

La parte primera del art. 281 de la LSC establece que el estatuto debe
reglamentar -cuando exista de conformidad con el art. 280- la
organización y el funcionamiento del consejo de vigilancia. Sin
perjuicio de ello, si dicho consejo existe -y siendo factible que el
estatuto le otorgue atribuciones y funciones no establecidas por la
ley-. Ellas son las previstas en los incs. a, b, e, f y g del artículo citado.
El inc. a es el que concreta la función general de vigilancia de la
actividad del directorio, que, por lo menos trimestralmente, debe
informarle por escrito acerca de la gestión de los negocios sociales. En
el inc. b se concreta otra forma de actuación del consejo. Le otorga
facultades de convocar a asamblea cuando lo estime conveniente, y
cuando lo soliciten accionistas que representen no menos del 5% del
capital social. El inc. e le impone la necesidad de informar a la
asamblea sobre la memoria del directorio, los estados contables y la
gestión social. El inc./le atribuye el derecho y la obligación de
designar una o más comisiones para realizar investigaciones de motu
proprio o impulsadas por denuncias de accionistas. Ello debe

172
vincularse a la facultad otorgada en el inc. a y que, por tanto, puede
ser realizada por peritos. El mentado inc. g remite a las atribuciones
de la sindicatura. A este respecto debemos destacar que, cuando
existe consejo de vigilancia, se puede prescindir de la sindicatura, en
cuyo caso el consejo debe contratar una auditoría anual. Los estatutos
pueden prever, en esta materia, los puntos siguientes. 1) Que sin
perjuicio de la aplicación del art. 58 de la LSC, para resguardar la
buena fe y la celeridad del tráfico, el estatuto puede restringir las
facultades del presidente y del directorio, disponiendo que para
celebrar determinados actos se cuente con la conformidad del consejo.
De negar éste la autorización, el directorio podrá someter la cuestión
a la asamblea. 2) Que el directorio sea elegido por el consejo de
vigilancia.

2) ESTATAL

La fiscalización estatal deriva del poder de policía que tiene el Estado.


Por ser materia reservada a las provincias la ejerce la autoridad
provincial correspondiente al domicilio social -si existen sucursales, la
del domicilio de la sucursal- (en Córdoba: la Inspección de Sociedades
Jurídicas). Paralelamente al sistema de fiscalización privada, en
función del mencionado poder de policía, la LSC ha organizado un
sistema de fiscalización estatal, a los efectos del control de legalidad
de la constitución y modificaciones de las sociedades cerradas y en lo
referente a las abiertas (art. 299', tendiente a asegurar los derechos
de los inversores, el cumplimiento del objeto social y, en general, a
preservar la estructura societaria.

El Estado tiene un alto interés en hacer efectivo este amparo para


asegurar la afluencia del ahorro público a esta clase de empresas que,
por su dimensión, permite la consecución de objetivos económicos que
atañen profundamente al desarrollo económico del país. La sociedad
anónima es el medio utilizado y autorizado para recurrir al
requerimiento público de dinero o valores, con promesa de

173
prestaciones o beneficios futuros (esto es, las llamadas empresas de
capitalización, ahorro, etcétera). La experiencia nacional demuestra la
necesidad de un control activo y efectivo. Las leyes vigentes lo
imponen para los bancos, empresas de seguro, capitalización, ahorro
para la vivienda. Las mismas razones existen para extenderlo
cualquiera que sea el objeto perseguido por la sociedad.

Cuando la sociedad alcanza una determinada dimensión en razón de la


importancia de su capital, la influencia económico-social que ejerce
por ese poder económico, que excede el interés individual de los
titulares del capital y los límites del ámbito físico en el que están
establecidos, impone la vigilancia permanente del Estado para que se
cumplan las normas que rigen su funcionamiento. El Estado no debe
ser indiferente a la situación que se crea por las repercusiones que
tiene el cese de funcionamiento de entes que son importante fuente de
trabajo, cuya interrupción produce graves fenómenos sociales, tanto
más graves cuanto menor sea la dimensión del ámbito socioeconómico
en el cual actúan. Existen en el país numerosas empresas en torno de
las cuales se han formado poblaciones, integradas por sus obreros y
empleados, y otras empresas más pequeñas, subsidiarias. De allí la
inclusión de este control de la sociedad anónima que alcanza un
capital de dos millones cien mil pesos (art. 299, inc. 2), y la limitación
de capital máximo establecida para la sociedad de responsabilidad
limitada (art. 148). La ley debe prever que estos fines de interés
público no sean burlados por el empleo de técnicas jurídicas que
permitan eludir la consecución del objeto perseguido por esta
fiscalización. De ahí que el art. 299, inc. 6, de la LSC, prevé la
exención de esa fiscalización, cuando la sociedad controlante o la
controlada se halle sujeta ella. Las razones son obvias. Cuando la
sociedad anónima no se halle incluida en ninguna de las categorías
analizadas precedentemente, la actuación del órgano de control se
limitará al acto constitutivo dentro de los límites del art. 167 de la
LSC, analizado, y corresponderá a las autoridades locales (art. 300).

174
No obstante, podrá vigilar el funcionamiento ocasionalmente cuando
lo soliciten accionistas que representen el 10% del capital, lo requiera
un síndico, o lo considere necesario por resolución fundada, en
resguardo del interés público (art. 301), para establecer que no se
eluda el control permanente a que debería sujetarse conforme el art.
299 de la LSC. No querríamos finalizar este desarrollo sin recordar
que el rol del Estado en el derecho societario formó parte destacada
en el temario del IV Congreso de Derecho Societario (Mendoza, 1986),
donde se sostuvo que hablar del rol del Estado implica reconocer la
existencia de hetero-tutelas en relación al nacimiento y actividad de la
sociedad, actividad que es una forma de darse la idea de empresa
(como actividad organizada) y, por ello, ese rol del Estado es
justificado, porque parece ser que las soluciones contractualistas no
satisfacen la totalidad de los intereses en juego que se conjugan en
relación a la actividad empresaria. Pero particularmente, lo que
interesa es reconocer cuáles son los fundamentos de esa actividad del
Estado que no se da solamente en el control, sino en la actividad
legisferante, así como también en su aplicación. El Estado debería
facilitar la organización jurídica como sociedad (centro imputativo
autogestante), resguardando los derechos de terceros en relación a
ciertas actividades (empresa). En estos controles se debe tener en
cuenta la necesidad de dividirlos, cuando son controles de
constitución, donde debe tratarse que el control sea mínimo,
simplificado, buscando que se realice en orden a la autoridad y no al
contenido, particularmente porque, en ese caso, los socios y la
sociedad pueden prevenir en las normas estatutarias su propia
autotutela, y eventualmente este control del Estado aparece casi
confundido con la publicidad, en orden a la mínima tutela de los
intereses de los terceros que contraten con la sociedad. En el otro
orden de estos controles, al lado de la constitución, el de
funcionamiento por la actividad objeto de la sociedad, o sea, el control
de funcionalidad de empresas, donde se admite la posibilidad que el

175
Estado, por interés general de la comunidad, ejercite un control de
cierta permanencia como es, por ejemplo, en la posibilidad de
intervención del Banco Central de la República Argentina. Se trata
más de control de la "empresa" (actividad) que de la sociedad
(organización jurídica). Y en este punto de los fundamentos del control
del Estado, se planteó como eje fundamental la redefinición del
control estatal. En primer lugar, en orden a su racionalización y su
efectividad, a la no acumulación de datos imprecisos, innecesarios y
no sistematizados, que lejos de facilitar el control lo impiden y lo
alejan. En la disminución de los controles, eliminando la duplicación
de éstos y la eliminación también de los controles vacuos, buscando su
eficiencia y, por otra parte, centralizarlos en actividades en que el
Estado puede tener intervención en cuanto existe un interés tutelable
concreto y no una indefinición burocrática en esa participación.

SOCIEDADES COMPRENDIDAS EN LA FISCALIZACIÓN ESTATAL


PERMANENTE. - Las sociedades sujetas a control estatal permanente
son las mencionadas en el art. 299 de la LSC. -

SOCIEDAD EN COMANDITA POR ACCIONES

CONCEPTO. - La sociedad en comandita por acciones constituye


sustancialmente una sociedad por acciones con la presencia de socios
colectivos que responden ampliamente por las obligaciones sociales y
que cuentan con vocación a la administración social. No obstante, las
sociedades en comandita por acciones se rigen, fundamentalmente,
por las normas que regulan su tipo y las correspondientes a las
sociedades anónimas en la medida de su factibilidad, y,
supletoriamente, a las preceptivas de la comandita simple, arts. 316 y
324 de la LSC1. Además, aun cuando se entienda que corresponde
aplicar a la comandita la filosofía de la anónima como sociedad de
capital que funciona intuitu rei al estar sujeta a las normas de la secc.
V (según art. 316), no hay que olvidar los caracteres propios de la
comandita que sostiene la ley, tanto al hacer la salvedad sobre las

176
disposiciones en contrario de la secc. VII, como en su remisión a lo
preceptuado en la secc. II (art. 324). Allí surgen las notas diferenciales
en materia de administración2. Al igual que en el esquema de la
sociedad en comandita simple, encontramos la figura de los socios
colectivos, dirigentes de la empresa, representantes de la sociedad y
responsables sin limitación alguna por sus obligaciones, pero la
obligación de la sociedad es netamente capitalista, porque el capital,
fraccionado en acciones, está sometido al mismo régimen que la
sociedad por acciones. Las ventajas que ésta ofrece en comparación
con la anónima consisten, especialmente, en la estabilidad de los
cargos de los administradores, lo que permite aprovechar su crédito
personal y, al propio tiempo, utilizar el crédito real derivado de la
mayor dimensión de la aportación capitalista3. En este tipo de
sociedad existen dos ciases de socios: los comanditados y los
comanditarios. La sociedad en comandita por acciones se caracteriza
en cuanto a los socios solidarios o comanditados, por la
responsabilidad solidaria, ilimitada y subsidiaria; y con respecto a los
socios comanditarios por la responsabilidad limitada al aporte de
ellos. Jurisprudencialmente se ha afirmado4 que, en las sociedades en
comandita por acciones, la existencia de dos categorías de socios es
regla imperativa e imprescindible (art. 315, LSC), y si la totalidad del
capital comanditario se encuentra en poder de socios que también son
solidarios, se viola el principio de tipicidad, pues solamente existirían
socios comanditados, con responsabilidad ilimitada y solidaria, ya que
su capital comanditario resulta irrelevante en su condición de
limitado. Se estaría frente a un régimen de responsabilidad atípico,
propio de una sociedad colectiva, pero con una organicidad que no
corresponde con este tipo societario. Además, si bien la
responsabilidad de los socios comanditados o colectivos de una
sociedad en comandita por acciones es ilimitada y solidaria en cuanto
a las obligaciones sociales, su responsabilidad en tal sentido también

177
es subsidiaria, por lo que no se hallan privados del beneficio de
excusión establecido por el art. 56 de la LSC5.

Podríamos conceptualizar esta sociedad como una sociedad en


comandita simple en que el aporte de los comanditarios se representa
en acciones, remitiéndose a lo que ya hemos expuesto en relación a
las sociedades en comandita simple (§ 174 a 181). La ley caracteriza
de ese modo la sociedad cuando, en el art. 315, destaca que los socios
comanditados responden del mismo modo que los socios de las
sociedades colectivas, en tanto que los comanditarios limitan su
responsabilidad al capital suscripto, representándose sus aportes en
acciones. Todo el régimen se regula por el sistema de la anónima.
Sistema que debe aplicarse, no sólo porque así lo dispone el art. 316
de la LSC, que expresamente remite (salvo disposición en contrario),
sino porque sistemáticamente se ha entendido que la sociedad en
comandita es una sociedad del tipo por acciones, y que su tipo
societario responde -digámoslo así- al concepto de las sociedades que
tienen su regulación en el capítulo de la anónima. Por ese mismo
motivo, las normas concernientes a la sociedad en comandita simple
son supletoriamente aplicables (art. 321, LSC). De ahí, por tanto, que
el acto constitutivo, así como todo el procedimiento regularizatorio,
formas de constitución, etc., sean los mismos que los regulados para
la anónima.

DENOMINACIÓN. -La ley exige, como en todos los casos, que se


integre la denominación con las palabras "sociedad en comandita por
acciones" (SCA) o sus iniciales o sigla; es el mismo régimen que en
garantía de terceros rige para todos los tipos sociales. Pero respecto
de estas sociedades indicamos cuanto sigue. a) Que la sociedad puede
tener denominación objetiva. b) Que la sociedad puede girar bajo una
razón social. En el primer caso, por aplicación de lo dispuesto para las
sociedades anónimas; en el segundo, la ley remite al sistema previsto
por el art. 129 para la sociedad colectiva. c) La omisión de indicar el
tipo societario solidariza al administrador con la sociedad por los

178
actos realizados en esas condiciones. La ley no lo expresa, pero
entendemos que en este caso no se trata de que se lo haga solidaria e
ilimitadamente responsable, puesto que siempre el administrador lo
es, al ser obligado como socio colectivo; lo que elimina es el beneficio
de excusión que la ley crea a favor de los socios colectivos (art. 56,
LSC).

ADMINISTRACIÓN. - La administración está a cargo de un


comanditado, que puede ser un socio colectivo o un tercero, supuesto
éste posibilitado por la ley (art. 318, LSC). El régimen aplicable a los
administradores es el previsto para los socios colectivos, ya que la ley
remite expresamente al art. 129 de la LSC. También se ha resuelto7
que, en la sociedad en comandita por acciones, es facultativo la
designación de un directorio en su acto constitutivo. Cierta es la
remisión del art. 316 al régimen de las anónimas, pero ello es "salvo
disposición contraria en esta sección" (la VII), que se encuentra en el
art. 318, referido concretamente a la administración, que la admite
unipersonal. En efecto, la comandita por acciones se rige
fundamentalmente por las disposiciones que regulan el tipo y las
correspondientes a las anónimas, en la medida en que éstas sean
factibles de aplicar; tal factibilidad no se puede establecer a priori,
sino que tendrá que resolverse según el caso (p.ej., institutos como el
directorio, que parecen específicos de la anónima, pueden traspolarse
a la comandita por acciones sustituyendo al administrador nato, el
comanditado). Supletoriamente, debe considerarse a la normativa de
la comandita simple. Según resolvió la jurisprudencia, si quienes
integran la sociedad en comandita pudieron convenir una
administración plural que funcione como órgano colegiado, en cuyo
caso sería aplicable un régimen de reuniones periódicas, en el que los
temas a tratar fuesen resueltos por voluntad mayoritaria, pero al no
haberlo convenido así, en una decisión que sólo hace a su interés, la
exigencia de que actúe como órgano colegiado -a manera de

179
directorio- resulta improcedente. No cabe, pues, imponer la aplicación
de las normas de los arts. 255 y 260 de la LSC.

ASAMBLEAS. - Las características del tipo que venimos estudiando


han obligado a prever determinadas situaciones para hacer posible el
desenvolvimiento de la sociedad. Una de ellas es la norma referente a
las asambleas, respecto de las cuales dispone algunos
condicionamientos. a) Que la asamblea se integre con los socios de
ambas categorías. b) Que, a los fines de la asamblea, las partes de
interés de los comanditados se considerarán divididas en fracciones
del mismo valor que las acciones, con desprecio de fracciones. c) Que
tal medida será a los efectos tanto del quorum como del voto. En
materia de mayorías se resolvió que el régimen de las mayorías
establecido por la LSC -salvo en los supuestos en que la propia ley lo
declara derogable contractualmente- es de carácter indisponible para
las partes contratantes.

LEY 27.349 SOCIEDAD POR ACCIONES SIMPLIFICADAS (SAS).


La Ley Nº 27.349 de Apoyo al Capital Emprendedor, en su Título III,
incorporó como nuevo tipo societario a la Sociedad por Acciones
Simplificada (por sus siglas S.A.S.). Asimismo, recientemente la
Inspección General de Justicia dictó la Resolución General Nº 6/2017
aprobando la reglamentación de la S.A.S y su contrato social modelo.
Esta resolución entrará en vigencia el día 1º de septiembre del
corriente.
 
Constitución, funcionamiento y requisitos de la S.A.S.
 
En primer término, la S.A.S. podrá conformarse por una o más
personas humanas o jurídicas. Las personas humanas deberán
acreditar el CUIT, CUIL y/o CDI y efectuar la declaración jurada sobre
la condición de persona políticamente expuesta (Art. 14 RG Nº 6/2017
IGJ). Las personas jurídicas que pretendan ser socios de las S.A.S

180
deberán, además de acreditar su existencia y funcionamiento,
informar su CUIT en caso de ser sociedades locales o constituidas en
el extranjero (Art. 15 RG Nº 6/2017 IGJ).
 
Tal como se infiere, podrá constituirse una S.A.S. unipersonal, en cuyo
caso esta no podrá constituir ni participar en otra S.A.S. unipersonal.
Idéntica restricción ha sido prevista para la Sociedad Anónima
Unipersonal (Art. 1 LGS, última parte).
 
Los socios de la S.A.S limitan su responsabilidad al capital que
comprometan, garantizando solidaria e ilimitadamente a los terceros
por la correcta integración de los aportes de acuerdo a la garantía
prevista en el artículo 43 de Ley Nº 27.349.
 
En cuanto a las formalidades de constitución, la S.A.S podrá
constituirse por instrumento privado, en cuyo caso la firma del
representante legal deberá certificarse por escribano público,
funcionario bancario, judicial o de la IGJ, quienes deberán digitalizar
los archivos y firmarlos digitalmente. La S.A.S también se podrá
constituir por escritura pública. En este caso, el testimonio deberá
digitalizarse y firmarse digitalmente por el escribano a través del
sistema “firmador” del Colegio de Escribanos de la ciudad. Por último,
la S.A.S también se podrá constituir mediante documento electrónico
con firma digital (art. 7 Anexo I RG Nº 6/2017 IGJ).
 
La constitución de la S.A.S deberá publicarse por un día en el diario
de publicaciones legales que corresponda.
 
II. El objeto social
 
El objeto social de la S.A.S. podrá ser plural y deberá enumerar en
forma clara y precisa las actividades principales que constituyan el

181
mismo. Estas actividades pueden o no guardar conexidad o relación
entre ellas (art. 36 inc. 4, Ley Nº 27.349 y art. 22, Anexo I RG Nº
6/2017 IGJ). En consecuencia, esta norma sienta como único requisito
que se detallen las actividades principales de manera clara y precisa
en el contrato.
 
Como una limitación, no se podrán constituir como S.A.S. aquellas
sociedades que hagan oferta pública de sus acciones o debentures,
realicen operaciones de capitalización, ahorro o en cualquier forma
requieran dinero o valores al público con promesas de prestaciones o
beneficios futuros o exploten concesiones o servicios públicos.
 
Tampoco podrán constituirse como S.A.S. las sociedades controladas
por una sociedad comprendida en el art. 299 de la LGS ni estar
vinculada, en más de un treinta por ciento de su capital, a una
sociedad incluida en este artículo (2).
 
III. El capital social.
 
El capital de la S.A.S. se dividirá en acciones (3) y no podrá ser
inferior a dos veces el salario mínimo vital y móvil al momento de su
constitución. Podrán aportarse tanto bienes dinerarios como bienes no
dinerarios o en especie.
 
Respecto de los aportes en dinero estos deben integrase como mínimo
en un veinticinco por ciento al momento de la suscripción y el saldo
restante deberá completarse en el plazo de dos años. Los aportes en
especie o bienes no dinerarios deben integrarse en un cien por ciento
al momento de la suscripción.
 
También podrán pactarse prestaciones accesorias, las que podrán
consistir en servicios prestados o a prestarse a futuro por los socios,

182
administradores o proveedores externos de la S.A.S, de acuerdo al
valor que determinen los socios o peritos designados por estos a tal
efecto.
 
En cuanto a las variaciones del capital social de la S.A.S., éste podrá
aumentarse de acuerdo a lo dispuesto en el instrumento constitutivo y
posteriormente en la reunión de socios. En tal oportunidad, los socios
decidirán las características de las acciones a emitir, clases y
derechos que conferirán (art. 44, primera parte de Ley Nº 27.349.).
 
Por su parte, las acciones podrán emitirse a valor nominal o con prima
de emisión, admitiendo en este último caso la posibilidad de emitir
acciones con diferentes primas de emisión en un mismo aumento de
capital (art. 44, segundo párrafo de Ley Nº 27.349.).
 
Una de las novedades que trae la Ley Nº 27.349 es la posibilidad de
prescindir de la publicación e inscripción registral del aumento de
capital menor al cincuenta por ciento del capital inscripto de la S.A.S.
(art. 40 Anexo I RG Nº 6/2017 IGJ). Sin perjuicio de ello, y a los meros
efectos de acreditar el cumplimiento del tracto registral, la sociedad
deberá remitir las resoluciones adoptadas a la IGJ por medios digitales
(art. 44, tercer párrafo de Ley Nº 27.349).
 
Por su parte, la S.A.S. podrá emitir acciones nominativas no
endosables, ordinarias o preferidas, expresando su valor nominal y
derechos económicos y políticos conferidos.
 
Respecto de la trasferencia de acciones, el estatuto de la S.A.S. podrá
prohibir la transferencia de acciones, o de alguna de sus clases, por
un plazo máximo de diez años prorrogable por períodos adicionales
siempre que la decisión sea adoptada por el voto unánime de los
socios (Art. 48 de Ley Nº 27.349).

183
 
IV.  Organización interna de la S.A.S.
 
Como principio general se establece que los socios tendrán amplia
libertad para determinar la organización interna de la sociedad. En
cuanto a su estructura organizativa, la S.A.S. deberá contar con
órganos de administración, gobierno y fiscalización, siendo este último
optativo (4). Sin perjuicio de ello, la norma agrega que ante el silencio
del contrato se aplicarán supletoriamente las normas de la SRL y, en
consecuencia, de la LGS en lo que resultare pertinente (art. 49 de Ley
Nº 27.349).
 
En cuanto a la administración de la S.A.S., ésta quedará a cargo de
una o más personas humanas, socios o no, designadas por tiempo
determinado o indeterminado en el contrato o posteriormente
mediante reunión de socios. En el caso de la administración plural, al
menos uno de sus miembros deberá tener domicilio real en el país.
 
Para ocupar cargos en la administración de la S.A.S., los miembros
extranjeros deberán obtener el C.D.I., designar un representante y
fijar un domicilio en el país. Las reuniones podrán llevarse a cabo en
la sede social o fuera de ella (Art. 51, segunda parte, Ley Nº 27.349.).
Recuérdese que conforme el CCC: 158, se pueden hacer a distancia.
 
Por su parte, la representación de la S.A.S. estará a cargo de una o
más personas humanas, socios o no, designadas en el instrumento
constitutivo o mediante reunión de socios (Art. 51, última parte, de
Ley Nº 27.349). A su vez, el representante legal de la S.A.S debe
revestir el carácter de administrador de dicha sociedad (Art. 29,
Anexo I RG Nº 6/2017 IGJ).
 

184
Otra novedad que comporta la reglamentación es que no se exigirá la
garantía de los administradores sociales. Actualmente esta garantía
está regulada en el art. 76 inc. 2 de la RG 7/2015 IGJ y puede consistir
en bonos, títulos públicos, fianzas, avales, seguros de caución, entre
otros.
 
Asimismo, vale destacar que tanto los administradores como
representantes legales de la S.A.S. tendrán las mismas obligaciones y
responsabilidades que los Gerentes de la SRL, de idéntica manera que
se prevé en el art. 157 de la LGS (5). Pero además, en materia de
responsabilidad se establece que las personas humanas que, sin ser
representantes o administradores de la S.A.S., llevasen a cabo
actividades positivas de gestión, administración o dirección, tendrán
las mismas responsabilidades que los administradores sociales cuando
su actuación administrativa fuere habitual (6) (art. 52, última parte de
Ley Nº 27.349) (7).
 
En cuanto a las reuniones de socios, éstas podrán realizarse en la sede
social o fuera de ella (art. 53 de Ley Nº 27.349) y se podrá utilizar
cualquier medio que les permitan a los participantes comunicarse
simultáneamente entre ellos (en línea con el ya citado CCC: 158). Las
resoluciones serán válidas, además, cuando se adopten mediante
comunicación por un medio fehaciente, entre los cuales no cabe
descartar al correo electrónico, conforme el juego de los arts. 286 y
319 del CCC.
 
Téngase presente que, tanto la administración -cuando fuera plural-
como la reunión de socios, podrá autoconvocarse para deliberar.
 
Por último, la fiscalización –de optarse por ella- estará a cargo de una
sindicatura o consejo de vigilancia, las que se regirán por sus

185
disposiciones contractuales. Supletoriamente, se regirá por la LGS en
lo que resultare pertinente.
 
V. Procedimiento de inscripción registral en la RG Nº 6/2017 de
la IGJ.
 
Se puede destacar que el avance más significativo de esta norma
radica en que las S.A.S. no estarán sujetas a la fiscalización de la IGJ
durante su funcionamiento, disolución y liquidación, ni siquiera en
aquellos casos en los que el capital social supere el monto previsto en
el artículo 299, inciso 2 de la LGS (actualmente diez millones de
pesos). De esta misma manera, la S.A.S. no deberá presentar sus
balances en la IGJ y no está sujeta al control de legalidad de la IGJ en
ningún momento de su existencia. Esto representa una ventaja
significativa para la operatoria de la empresa, pues actualmente se
enfrenta a un sinfín de trabas impuestas por los organismos de
contralor societario.
 
Además, las inscripciones registrales tramitarán mediante el Sistema
de Gestión Documental Electrónica (por sus siglas “GDE”), desde su
constitución, reformas, designación y cese de administradores,
prórroga, reconducción, reorganizaciones, disolución, cancelación y
demás actos susceptibles de inscripción registral.
 
Asimismo, los trámites serán iniciados a través de la plataforma de
Trámites a Distancia (“TAD”).
 
Por otra parte, ya se ha mencionado que la S.A.S podrá constituirse
por instrumento público, privado o documento electrónico con firma
digital. En caso que la sociedad se constituya por instrumento privado
siguiendo el estatuto modelo incorporado como “Anexo A2” de la RG
Nº 6/2017 IGJ, la inscripción se realizará de forma automática (8). En

186
los otros casos, la inscripción se realizará dentro de las veinticuatro
horas contadas desde siguiente día hábil a la presentación de la
documentación (Arts. 32 inc. 2 y 33, RG Nº 6/2017 IGJ).
 
Asimismo, la registración de la S.A.S. se hará exclusivamente de
manera electrónica, asentándose en el registro el número de
instrumento, acto objeto de la inscripción, sujeto y número de CUIT.
 
VI. Simplificación de trámites para la obtención del CUIT.
 
Mediante la Resolución General AFIP N° 4098/2017 se reguló el
procedimiento conjunto entre AFIP-IGJ para la obtención de la Clave
Única de Identificación Tributaria (CUIT) por parte de la S.A.S. Esta
resolución establece que la IGJ remitirá a la AFIP la solicitud de
inscripción para su verificación y asignación de CUIT. Este
procedimiento no se aplicará para las S.A.S. que se constituyan a
través del instrumento constitutivo modelo, pues en estos casos el
GDE efectuará la solicitud a la AFIP de manera automática. En caso
de corresponder, la AFIP generará el CUIT de la S.A.S. y lo informará
a la IGJ para la conclusión del trámite registral.
 
Por último, habrá que tener en cuenta que la AFIP validará el
CUIT/CUIL/CDI de todas las partes intervinientes, pudiendo bloquear
los trámites en aquellos casos que las identificaciones fiscales sean
inexistentes o pertenezcan a personas fallecidas o en quiebra, se
encuentren inactivas o incluidas en la base de contribuyentes no
confiables o por suplantación de identidad, entre otras.
 
LOS CONTRATOS COMERCIALES: CONCEPTO. ELEMENTOS
DEL CONTRATO.

El contrato es una especie del convenio que produce o transfiere

187
derechos y obligaciones, así que podemos afirmar que el contrato
mercantil es el acuerdo de dos o más voluntades para crear o
transferir derechos y obligaciones de naturaleza mercantil en la cual
existe, en una de las partes, la presencia de un comerciante, ya que su
fin es la industria o el comercio o por el carácter mercantil del objeto
sobre el que recae, es decir, es un negocio jurídico bilateral que tiene
por objeto un “acto de comercio.

Elementos Del Contrato

1. La Capacidad
2. El Consentimiento
3. El objeto Lícito
4. La Causa Lícita

LEASING

El leasing es un contrato de locación con opción a compra. Por


ejemplo, alquilo una máquina por 3 años. Al término del contrato
tengo 2 opciones:
La devuelvo, porque lo tomo como un contrato de alquiler
La compro pagando un valor residual pactado y lo tomo como un
contrato de compra-venta.

CONTRATO DE COLABORACIÓN EMPRESARIA


Son contratos plurilaterales asociativos donde participan
Sociedades y empresarios individuales. Tiene como objeto
establecer una organización común con la finalidad de facilitar o
desarrollar determinadas fases de la actividad empresarial de sus
miembros o de perfeccionar o incrementar el resultado de tales
actividades. Tiene una finalidad mutualista, prestar servicios a los
propios miembros. No puede perseguir fines de lucro. Las ventajas
económicas que genere su actividad deben recaer directamente en
el patrimonio de las empresas agrupadas. Su duración no podrá

188
exceder los 10 años. Por las obligaciones que sus representantes
asuman en nombre de la agrupación, los participantes responden
ilimitada y solidariamente respecto de terceros.

UNIONES TRANSITORIAS EMPRESARIAS (UTE)


Son contratos plurilaterales asociativos donde participan
Sociedades y empresarios individuales. Tiene como objeto el
desarrollo o ejecución de una obra, servicio o suministro concreto,
dentro o fuera del territorio de la República y las obras y servicios
complementarios y accesorios al objeto principal. Prestan servicios
a terceros y pueden tener, aunque sea indirectamente fines de
lucro. Su duración será igual a la de la obra, servicio o suministro
que constituya el objeto. Responsabilidad frente a terceros: Salvo
disposición en contrario del contrato, no se presume la solidaridad
de las empresas por los actos y operaciones que deban desarrollar
o ejecutar, ni por las obligaciones contraídas frente a terceros.

DISTRIBUCION:

El distribuidor es un comerciante autónomo que, sin vínculo laboral ni


societario, compra en serie un producto determinado al fabricante,
con exclusividad, cupo mínimo y territorio, para su colocación por
vendedores directos. Tiene fondo de comercio propio y su ganancia
está en la diferencia entre el precio de compra y el precio de venta de
los productos.

El contrato de distribución es aquel en virtud del cual el distribuidor


se obliga a adquirir del distribuido, mercaderías de consumo masivo,
para su posterior colocación en el mercado, por cuenta y riesgo
propio, estipulándose como contraprestación de la intermediación un
beneficio o margen de reventa.

Las partes son el productor, fabricante o distribuido: Produce los


bienes y servicios y los provee con carácter estable y duradero.

189
Sus deberes son:

a) Entregar los bienes pactados en el tiempo forma y lugar


determinados

b) Respetar el pacto de exclusividad

c) Garantizar de evicción y vicios redhibitorios

La otra parte es el distribuidor: Adquiere los bienes y servicios para su


comercialización en el mercado. Compromete toda su estructura a la
venta. Es autónomo e independiente. Es responsable por la calidad de
los productos.

Sus deberes son:

a) Pagar el precio de la mercadería

b) Poner su estructura al servicio del fin del contrato

c) Eventualmente, si existe, respetar el pacto de exclusividad y en


virtud de el, no adquirir los mismos bienes de terceros, no vender
fuera de la zona asignada y no producir el mismo producto

c) Efectuar la publicidad necesaria para la colocación del producto

d) Mantener un stock determinado

Características:

En nuestro derecho es un contrato atípico, oneroso, bilateral,


consensual, conmutativo y de colaboración.

CONTRATO DE SEGURO

Es el acuerdo por el cual una de las partes, el asegurador, se obliga a


resarcir de un daño o a pagar una suma de dinero a la otra
parte, tomador, al verificarse la eventualidad prevista en el contrato, a
cambio del pago de un precio, denominado prima, por el tomador. El
contrato de seguro puede tener por objeto toda clase de riesgos si
existe interés asegurable, salvo prohibición expresa de la ley.
190
El contratante o tomador del seguro, que puede coincidir o no con el
asegurado, por su parte, se obliga a efectuar el pago de esa prima, a
cambio de la cobertura otorgada por el asegurador, la cual le evita
afrontar un perjuicio económico mayor, en caso de que el siniestro se
produzca.

El contrato de seguro es consensual; los derechos y obligaciones


recíprocos de asegurador y tomador, empiezan desde que se ha
celebrado la convención, aun antes de emitirse la «póliza» o
documento que refleja datos y condiciones del contrato de seguro.

El seguro es el mecanismo por el cual quienes soportan riesgos


pueden transferirlos al asegurador, quien se compromete a
indemnizarlo total o parcialmente de las pérdidas que los riesgos
pueden ocasionar. Al realizar un contrato de seguro, se intenta
obtener una protección económica de bienes o personas que pudieran
en un futuro sufrir daños.

Elementos personales del contrato de seguros

Dentro de la relación contractual se encuentran los siguientes


sujetos:1

El asegurador

El ente asegurador puede ser definido como «la persona jurídica que


constituida con arreglo a lo dispuesto por la legislación
correspondiente, se dedica a asumir riesgos ajenos, cumpliendo lo que
a este efecto establece aquella legislación, mediante la percepción de
un cierto precio llamado prima».

En la figura del asegurador cabe destacar unos perfiles concretos


entre los que podemos apreciar los siguientes:

 Por imperativo legal, ha de tratarse de una persona jurídica. No


cabe ni siquiera ocasional de alguien que, individualmente, realice
operaciones de cobertura de riesgos. Las condiciones de

191
funcionamiento del seguro y su proyección en el tiempo ya exigen,
por sí solas, que el asegurador sea una persona jurídica;
 Aquella persona debe revestir, precisamente, alguna de las
formas que la ley considera únicamente válidas para la práctica de
la industria aseguradora;
 Ha de haber merecido previamente la aprobación de la
Administración Pública, para actuar como aseguradora;
 Debe dedicarse en forma exclusiva a la práctica del seguro o del
reaseguro, en su caso sin que sea admisible otro tipo de
actividades, salvo las operaciones de gestión de fondos colectivos
de jubilación;
 Han de ajustar su situación a las normas de la legislación de
seguros, que regulan con detalle la práctica aseguradora, a la vez
se hallan sometidas a la inspección y control del Poder público.

Dentro del amplio espectro de las posibles personas jurídicas son


supuestos admitidos como válidos:

 Sociedad Anónima.
 Sociedad Mutua a prima fija.
 Mutuales de previsión social.
 Sociedad Cooperativa.

Siendo el seguro un asunto que afecta a toda la comunidad, y que está


directamente conectado con el bienestar de esta y cuya base
indispensable es la confianza y el crédito. A las entidades que deseen
actuar como aseguradoras se le exigen una doble serie de
formalidades tanto como jurídicas como económicas, obedeciendo
estas de la entidad que se quieran formar para proveer los seguros.

El tomador

El tomador es la persona natural o jurídica «que contrata y suscribe la


póliza de seguro, por cuenta propia o de un tercero, asumiendo las
obligaciones y derecho en la LCS. se establecen» busca trasladar un

192
determinado riesgo a un tercero (empresa aseguradora) a efecto de
que le sean resarcidos a él o a un tercero los daños o perdidas que
puedan derivar del acaecimiento de un suceso incierto a la fecha del
contrato de seguro. Con tal objeto deberá abonar una retribución
(prima) al asegurador.

El asegurado

El asegurado puede ser definido como el titular del área de interés


que la cobertura del seguro concierne, y del derecho a la
indemnización que en su día se satisfaga que, en ciertos casos, puede
trasladarse al beneficiario. Es la persona natural o jurídica a quien el
acontecimiento del siniestro va a afectarle más directamente. En
definitiva, es aquel sobre cuya cabeza o bienes van a recaer las
consecuencias del siniestro. La figura del asegurado es esencial
dentro del contrato de seguro. Porque lo mismo que no cabe concebir
un contrato de aquella naturaleza sin la existencia de un riesgo que
cubrir o tampoco resulta dable pensar un negocio jurídico de la
naturaleza mencionada sin que haya una persona o destinatario final
de la garantía que se pacta, y cuyos intereses, protegidos de esta
suerte, son la causa eficiente del contrato.

El beneficiario

Es la persona que tiene derecho a recibir la prestación del


asegurador. La figura del beneficiario tiene especial relevancia en los
seguros de personas, ya que con frecuencia están destinados a
aprovechar a un tercero, e incluso en ciertas modalidades esto es
necesario, como ocurre en los seguros para caso de muerte.

El beneficiario es también la persona que, va a recibir la utilidad del


seguro cuando se produzca el hecho contemplado en el mismo (sin ser
asegurado). Es aquel sobre quien recaen los beneficios de la póliza
pactada, por voluntad expresa del tomador. La designación del
beneficiario responde a unos planteamientos de previsión que
corresponden a los seguros de carácter personal, de manera especial

193
a los seguros de vida y accidentes, para el caso de muerte del
asegurado.

El artículo 84 de la LCS de España, establece textualmente que el


tomador del seguro podrá designar beneficiario o modificar la
designación anteriormente realizada, sin necesidad del
consentimiento del asegurador. Con ello queda claro que la facultad
de señalar y revocar beneficiarios está en la mano del tomador. El
asegurado no posee ningún derecho o disposición sobre el particular,
ni siquiera de aprobar o rechazar el beneficiario que el tomador ha
elegido.

Elementos formales del contrato de seguro

 Proposición: es un contrato de buena fe, donde la compañía cree


lo que declara el proponente (cliente) para apreciar el riesgo y así
determinar el coste y alcance del seguro.
 Póliza: es el documento principal que instrumenta el contrato de
seguro, en donde constan los derechos y obligaciones de las partes.
Se trata de un contrato privado, redactado normalmente en varios
folios, que incluye las condiciones generales y las condiciones
particulares. Las condiciones generales, que son únicas para todos
los asegurados, suponen el conjunto de los principios básicos que
ha fijado el asegurador para regular la totalidad de contratos
formalizados en un ramo o producto determinado, tales como la
forma en que se liquidan las indemnizaciones o se cobran las
primas, comunicaciones mutuas entre asegurador y asegurado, etc.
También incluyen las definiciones y las exclusiones que se aplican,
de forma general, al contrato de seguro. La póliza contendrá, como
mínimo, las indicaciones siguientes: (art. 8 LCS):

 Nombre y apellidos o denominación social de las partes


contratantes y su domicilio, así como la designación del
asegurado y beneficiario, en su caso;

194
 El concepto en el cual se asegura;
 Naturaleza del riesgo cubierto, describiendo, de forma clara
y comprensible, las garantías y coberturas otorgadas en el
contrato, así como respecto a cada una de ellas, las
exclusiones y limitaciones que les afecten destacadas
tipográficamente;
 Designación de los objetos asegurados y de su situación;
 Suma asegurada o alcance de la cobertura;
 Importe de la prima, recargos e impuestos;
 Vencimiento de las primas, lugar y forma de pago;
 Duración del contrato, con expresión del día y la hora en que
comienzan y terminan sus efectos;
 Si interviene un mediador en el contrato, el nombre y tipo de
mediador.

El art. 2 de la Ley de Contrato de Seguro establece que las


distintas modalidades del contrato de seguro se regirán por dicha
LCS, salvo que les sea aplicable otro ordenamiento. Sus preceptos
tienen carácter imperativo, por lo que otorgan derechos
irrenunciables al asegurado, a no ser que en ellos se disponga otra
cosa. No obstante, se entenderán válidas las cláusulas
contractuales que sean más beneficiosas para el asegurado.

Como excepción a lo señalado en el art. 2 del LCS, su art. 44


estipula que el asegurador no cubre los daños por hechos
derivados de conflictos armados ni aquellos que dimanen de
riesgos extraordinarios sobre las personas y los bienes, salvo pacto
en contrario. Igualmente, ese mismo art. 44 estipula que no será de
aplicación a los contratos de seguros por grandes riesgos, tal como
se delimitan en esta Ley, el mandato contenido en el artículo 2 de
la misma.

Tal como señalan DÍEZ-PICAZO, L. y GULLÓN BALLESTEROS, A.


(1990), el contrato de seguro es del tipo de adhesión, puesto que la

195
aseguradora realiza una contratación en masa, estableciendo un
contenido prefijado para la formalización de todos los contratos de
un determinado tipo. De esta forma, el asegurado no negocia las
cláusulas, sino que tan solo puede aceptarlas o rechazarlas.2

El artículo 3 de la LCS establece que «las condiciones generales,


que en ningún caso podrán tener carácter lesivo para los
asegurados, habrán de incluirse por el asegurador en la
proposición de seguro si la hubiere y necesariamente en la póliza
de contrato o en un documento complementario, que se suscribirá
por el asegurado y al que se entregará copia del mismo. Las
condiciones generales y particulares se redactarán de forma clara
y precisa».3

El Tribunal Supremo español ha fijado que una cláusula lesiva


o cláusula abusiva, es aquella “que reduce considerablemente y de
manera desproporcionada el derecho del asegurado, vaciándolo de
contenido, de manera que es prácticamente imposible acceder a la
cobertura del siniestro”. En definitiva, aquellas cláusulas que
impiden la eficacia de la póliza.4

Las cláusulas lesivas están prohibidas y son siempre nulas, por lo


que si figuran en el contrato se tendrán por no puestas. A
diferencia de las anteriores, las cláusulas limitativas son válidas,
incluso aunque puedan no ser favorables al asegurado, siempre
que el mismo haya prestado su consentimiento. La jurisprudencia
del Tribunal Supremo ha establecido que las cláusulas limitativas
son aquellas que “condicionan o modifican el derecho del
asegurado a la indemnización o a la prestación garantizada en el
contrato, una vez que el riesgo objeto del seguro se ha producido”.
Es decir, que frecuentemente se incluyen en el contrato para
condicionar o modificar los derechos del asegurado ante su
eventual derecho a percibir una indemnización.

196
Por otro lado, las cláusulas delimitadoras, (arts. 3 y 8.3 LCS)
persiguen determinar o fijar los límites del riesgo asegurado
(temporal, espacial o cuantitativamente), describiendo las
garantías y coberturas otorgadas en el contrato. Aunque no
suponen la limitación de los derechos del asegurado o perjudicado,
sí pueden ser utilizadas por la compañía aseguradora para negar o
reducir la indemnización. El Tribunal Supremo español ha señalado
que estas cláusulas delimitadoras “concretan el objeto del contrato
y fijan los riesgos que, en caso de producirse, hacen surgir en el
asegurado el derecho a la prestación por constituir el objeto del
seguro”. Es decir, una cláusula de este tipo tiene por fundamento
concretar la naturaleza del riesgo e individualizarlo, al objeto de
eliminar ambigüedades. Las cláusulas delimitadoras cualificadas
(arts. 8.3 y 22.4 LCS) son aquellas que describen las “exclusiones y
limitaciones” de cobertura, así como las que establecen “las
condiciones y plazos de la oposición a la prórroga de cada parte o
su inoponibilidad” y siempre que no limiten materialmente los
derechos de los asegurados, ya que en este caso pasan a ser
cláusulas limitativas.5

Al objeto de cumplir con los debidos criterios de transparencia, el


Tribunal Supremo ha fijado la exigencia de que, tanto las cláusulas
limitativas como las delimitadoras, cuenten con una redacción
clara, concisa, coherente y lógica, para que no puedan llevar a
error alguno con su contenido y para la correcta protección
jurídica del tomador, la parte débil del contrato. Además, se exige
que las cláusulas delimitadoras del riesgo cubierto respeten el
principio de congruencia con el propio objeto del seguro.6

La legislación obliga a que la relación entre las aseguradoras y sus


asegurados sea transparente, desterrando la anteriormente
famosa "letra pequeña". Por ello, tanto la prohibición de las
cláusulas lesivas como la regulación de las cláusulas limitativas y
las cláusulas delimitadoras suponen una protección para los

197
asegurados. Para evitar los abusos y proteger sus derechos, se
exige que en su redacción, las cláusulas limitativas y las cláusulas
delimitadoras cualificadas estén especialmente resaltadas. Para
ello, deberán figurar en la póliza en negrita o en un color o tipo de
letra diferente a la del resto de cláusulas o, incluso, para su
correcta notoriedad, estar separadas físicamente del resto del
clausulado. Además, las cláusulas limitativas deberán ser firmadas
expresamente por el asegurado, para que quede constancia de su
reconocimiento y aceptación (lo que suele denominarse “segunda
firma”). El asegurado deberá recibir una copia de todas las
cláusulas que configuran el contrato.

El artículo 3 de la LCS estipula también que “las condiciones


generales del contrato estarán sometidas a la vigilancia de la
Administración Pública en los términos previstos por la Ley”. En el
supuesto de que el Tribunal Supremo declare la nulidad de alguna
de las cláusulas de las condiciones generales de un contrato, la
Administración Pública competente obligará a los aseguradores a
modificar las cláusulas idénticas contenidas en sus pólizas.

La Propuesta de redacción del Código Mercantil español, realizada


por la Comisión General de Codificación y publicada en 2013,
establece en el artículo 591-3 que “la póliza del contrato de seguro
deberá contener únicamente las condiciones generales, especiales
o particulares que sean aplicables al contrato de seguro que
suscriba el tomador del seguro” y también que “las cláusulas que
sean calificadas como abusivas por la Ley o los jueces o tribunales
serán nulas, sin perjuicio de la eficacia del resto de las condiciones
válidas del contrato”. Tal señala Tapia, A. (2017), esta redacción
más sencilla elimina la actual distinción entre las cláusulas
delimitadoras del riesgo y las cláusulas limitativas de los derechos
del asegurado, que ha supuesto frecuentes problemas de
interpretación, además de añadir la nulidad automática de las
cláusulas tildadas por el juez o tribunal de abusivas. La

198
jurisprudencia ha reiterado que actualmente las fronteras entre las
cláusulas limitativas y las delimitadoras no son claras, e incluso
hay supuestos en que las cláusulas que delimitan el riesgo se
asimilan sorprendentemente a las limitativas de los derechos del
asegurado.7

Puede decirse que, de forma general, en América Latina la


regulación contractual del contrato de seguro no ha alcanzado
todavía el nivel de protección del que goza el asegurado en España
y el resto de Europa. En cualquier caso, algunos países sí que han
legislado, siquiera de forma parcial, para dotar de derechos al
asegurado frente a las compañías aseguradoras.

El interés asegurable

El interés asegurable, es el objeto de seguro. Consiste en la relación


económica que existe entre el sujeto y el bien, el sujeto cuenta con la
intención de proteger un determinado bien frente a posibles riesgos o
eventos que puedan presentarse que lo llegaran a afectar, por lo que
el interés recae sobre el valor económico que se tiene sobre el bien.
En el derecho español no hay una definición legal expresa del
concepto, no obstante, la doctrina lo define como la relación entre una
persona y un bien amparado frente a un riesgo. El interés asegurado
no es el objeto en sí mismo, sino el interés con el que cuenta el
tomador en él. Este interés es subjetivo. El interés asegurable en
ocasiones presenta problemas de cuantificación, si bien hechos como
incendios, inundaciones, heladas si son cuantificables fácilmente, hay
otros que presentan problemas. Un ejemplo de ello son los seguros de
vida.

Relación entre el Valor del interés asegurado y la suma asegurada:

Hay tres nociones que se aplican en tanto a la valorización del interés.


El valor inicial se refiere al momento de la formalización del contrato y
este puede ser igual durante toda la duración del contrato. El valor
final, es aquel inmediatamente anterior al siniestro y viene fijado por

199
el artículo 26 de la Ley 50/1980. El valor final es muy importante a la
hora de determinar la indemnización. Sin perjuicio de las reglas de
artículo 28 anteriormente mencionadas, aquí en este caso rige la
voluntad de los contratantes con el límite en el artículo 1255 CCE y el
enriquecimiento injusto. El valor residual, es el valor de la cosa en el
momento que se ha producido el siniestro. Teniendo esto en cuenta, el
valor que el tomador le atribuye a los bienes se denomina suma
asegurada, y se encuentra ligada con el interés asegurable.

El riesgo:

La finalidad del seguro consiste en proporcionar seguridad económica


contra el riesgo, esta finalidad se consigue no por la supresión del
acontecimiento temido (fuego, muerte, enfermedad, etc.), sino por la
certeza de tener una compensación económica cuando se produzca el
evento dañoso temido.

Desde el punto de vista jurídico, el riesgo viene a ser un elemento


esencial del contrato y consiste en un acontecimiento incierto en
cuanto al hecho mismo o en cuanto al momento de su realización, o
respecto a la cuantía del efecto. El riesgo, según expone Garrigues, es
la posibilidad de que por azar ocurra un hecho que produzca una
necesidad patrimonial. Esta necesidad patrimonial puede ser
concreta, como ocurre en los seguros contra daños; o abstracta, como
ocurre en los seguros de personas o, mejor dicho, en los seguros de
sumas, especialmente en el seguro sobre la vida.

Sin riesgo, no puede existir seguro, porque al faltar la posibilidad de


que se produzca el evento dañoso, ni podrá existir daño ni cabrá
pensar en indemnización alguna. El riesgo presenta ciertas
características que son las siguientes:

 Es incierto y aleatorio.
 Posible. Lo imposible no origina riesgo. Debe ser incierto,
porque si necesariamente va a ocurrir, nadie asumiría la obligación
de repararlo.

200
 Es concreto.
 Es lícito.
 Es fortuito.
 Es de contenido económico.

En el contrato de seguro, el asegurador no puede asumir el riesgo de


una manera abstracta, sino que este deber ser debidamente
individualizado, ya que no todos los riesgos son asegurables, es por
ello que se deben limitarse e individualizarse, dentro de la relación
contractual.

La prima o precio de seguro

La prima es uno de los elementos indispensables del contrato de


seguro. Es el precio del seguro o contraprestación, que establece
una compañía de seguros calculada sobre la base de cálculos
actuariales y estadísticos teniendo en cuenta la frecuencia y severidad
en la ocurrencia de eventos similares, la historia misma de eventos
ocurridos al cliente, y excluyendo los gastos internos o externos que
tenga dicha aseguradora.

Salvo pacto contrario, si no se ha pagado la prima antes de producirse


el desastre o accidente, el asegurador se libera de la obligación
contraída en el contrato. También, salvo pacto en contrario, es pagada
en dinero; su pago es de carácter obligatorio para el tomador o
contratante según las condiciones establecidas en la póliza de
seguros.

La obligación del asegurador a pagar la suma asegurada

Este elemento resulta trascendente porque representa la causa de la


obligación que asume el tomador de pagar la prima correspondiente.
Debido a que este se obliga a pagar la prima porque aspira que
el asegurador asuma el riesgo y cumpla con pagar la indemnización en
caso de que el siniestro ocurra.

201
Esta obligación depende de la realización del riesgo asegurado. Esto
no es sino consecuencia del deber del asegurador de asumir
el riesgo asegurable. Y si bien puede no producirse el siniestro, ello no
significa la falta del elemento esencial del seguro que ahora nos
ocupa, por cuanto este se configura con la asunción del riesgo que
hace el asegurador al celebrar el contrato asegurativo, siendo exigible
la prestación indemnizatoria sólo en caso de ocurrir el siniestro.

________________________________________________________________________

 UNIDAD 4:

Cheque: concepto

Es una orden de pago pura y simple librada contra un banco, en


donde el librador tiene fondos suficientes o autorización para
girar en descubierto.
Las personas que intervienen en un cheque son:
 Librador: libra el cheque
 Banco: es el girado
 Endosante
 Endosatario
 Beneficiario
requisitos del cheque.
Requisitos:
 Denominación: cheque
 Nombre de la entidad bancaria, domicilio y sucursal de la
entidad bancaria.
 Datos del titular de la cuenta corriente: nombre, domicilio,
etc.
 CUIT o CUIL

202
 Fecha de realización y fecha de pago (en el caso de pago
diferido).
 La orden de pago debe estar en letras y en números
 Firma del librador
 Debe decir si es a la orden o no
 Número de serie del cheque
 Lugar de emisión.

caracteres del cheque.


 Literal: vale lo que está establecido en él.
 Autónomo: se vale por sí mismo.
 Abstracto: se desprende de la causa.
 Prescribe al año.
Tipos de cheque.
 Al portador: se paga al que lo presente.
 Nominativo:
 A la orden: Admite endoso.
 Común: Posee una fecha y tiene 30 días corridos para
cobrarlo.
 De pago diferido: posee 2 fechas, la de realización y la de
pago.
 Cruzados: se debe depositar en una cuenta.

Pagaré
Es una promesa de pago.

requisitos del pagaré.


DECRETO – LEY 5.965 LETRAS DE CAMBIO Y PAGARES Art.
101. – El vale o pagaré debe contener:
1° La cláusula "a la orden" o la denominación del título
inserta en el texto del mismo y expresada en el idioma
empleado para su redacción; 2° La promesa pura y simple de
203
pagar una suma determinada; 3° El plazo de pago; 4° La
indicación del lugar del pago; 5° El nombre de aquel al cual o
a cuya orden debe efectuarse el pago;
6° Indicación del lugar y de la fecha en que el vale o el
pagaré han sido firmados;
7° La firma del que ha creado el título (suscriptor).

caracteres del pagaré.


 Literal: vale lo que está establecido en él.
 Autónomo: se vale por sí mismo.
 Abstracto: se desprende de la causa.
 Prescribe a los 3 años
tipos de pagaré.
Tipos:
 Con protesto:
 Sin protesto:

DERECHO BANCARIO: concepto


Es el conjunto de normas jurídicas reguladoras de las relaciones
entre particulares y entre las autoridades nacidas del ejercicio
de la actividad crediticia y bancaria, o asimiladas a estas y
aquellas, en cuanto a su disciplina jurídica y evolución judicial y
administrativa.

caracteres.
 TÉCNICO: porque las disposiciones del Derecho bancario son
concretas en el sentido de que, con frecuencia, contemplan
aspectos muy particulares, específicos y restringidos de la
actividad, coyunturales, porque pretenden cubrir necesidades
contingentes).
 FORMALISTA Y MECÁNICO: hacen referencia a negocios
rigurosamente formales, es decir, la tendencia a celebrar

204
gran número de operaciones que, aun pudiendo
perfeccionarse verbalmente, se formalizan por escrito en
formularios que contienen una minuciosa exposición de
cláusulas y condiciones generales.
 INTERNACIONAL: Se da porque el conjunto de los mercados
que componen el Sistema financiero de la mayoría de los
países, ha experimentado fenómenos de expansión, que han
terminado por conducir a su "internacionalización", en una u
otra medida).

Operaciones bancarias: Son aquellas operaciones de crédito


practicadas por un banco de manera profesional, como eslabón de una
de una serie de operaciones activas y pasivas similares.

Objeto la actividad bancaria: Se considera actividad bancaria a


todas las actividades y procesos que tienen lugar en un banco o
entidad financiera que tiene por objeto captar recursos en la forma de
depósitos, administrarlos y prestar dinero, así como la prestación de
servicios financieros. (Un banco es una institución financiera que tiene
el propósito social y económico de administrar, prestar y realizar otras
operaciones con dinero.)

Títulos de valores: Son documentos necesarios para legitimar el


ejercicio del derecho literal y autónomo que en ellos se incorpora,
pueden ser de contenido crediticio, corporativo o de participación y de
tradición o representativo de mercancías.

¿Cómo se clasifican?
 Por la forma de creación pueden ser:
o Singulares: son individuales
o En serie o en masa: son fungibles. Teniendo todas
las mismas características, son intercambiables y
corresponden todos al mismo negocio.
 Por el sujeto que los crea pueden ser:
o Públicos

205
o Privados
 Por el derecho del objeto incorporado pueden ser:
o Personales o de participación: representan la
participación del titular en una sociedad.
o Reales o representativos de mercancías: confieren al
poseedor legítimo un derecho real sobre la cosa.
o Obligacionales o títulos de pago o de crédito:
incorporan una promesa incondicional de pagar una
suma de dinero.
 Por los efectos de la causa en la vida de los títulos pueden
ser:
o Causales: la causa está deliberadamente expresada
en el título y no se separa de él para ningún
propósito.
o Abstractos: la causa es desvinculada del título,
aunque esté indicada en él, no tiene ninguna
relevancia en la vida de éste.
 Por su forma de circulación se dividen en:
o Nominativos o directos: Señalan como titular a una
persona determinada. Para la transmisión del título,
es necesario que se cumplan las reglas de cesión de
créditos.
o A la orden: Señalan como beneficiario a una persona
determinada o cualquier otra que ésta indique. La
transmisión de los títulos se verifica por medio del
endoso y por la entrega del documento.
o Al portador: Son aquellos que designan como titular
al portador o aquellos en que la falta de designación
implica atribución al portador.

CUENTA CORRIENTE BANCARIA

206
La cuenta corriente bancaria es un convenio bilateral en donde
las partes son el cliente y el banco (que son las únicas entidades
autorizadas a recibir depósitos a la vista con apertura de crédito
y posibilidad de girar sin provisión de fondos).

Caracteres
El contrato de cuenta corriente es:
 Autónomo
 Bilateral
 Consensual
 Oneroso
 Nominado

Cierre de la cuenta bancaria

Tanto el banco como el cliente están facultados por la ley para cerrar
una cuenta corriente cuando así lo estimen conveniente. Debido a que
la cuenta corriente es un contrato basado en la confianza que tiene
el banco de que el cliente siempre tendrá fondos para pagar los
cheques que emita, normalmente el banco querrá cerrar la cuenta
cuando el cliente presente documentos impagos, informes comerciales
desfavorables u otras acciones que disminuyan esa confianza.
Asimismo, los bancos también pueden cerrar una cuenta cuando no
tenga movimientos en un determinado tiempo, que por lo general
suele ser de alrededor de tres o más meses. Por otro lado, y como se
indicó antes, el cliente también puede solicitar el cierre de la
cuenta corriente bancaria en cualquier momento. En este caso,
es conveniente que el titular de la cuenta corriente bancaria antes de
comunicar su decisión de cierre al banco verifique que no existan
cheques cuyo cobro esté pendiente o en su defecto provisiones los
fondos suficientes para su cancelación. Asimismo, y en caso que se
hubieren contratado pagos automáticos de cuenta con cargo a la

207
cuenta corriente bancaria que se pretende cerrar, es aconsejable
ponerles término en forma previa. Ahora bien, es recomendable que el
titular comunique en forma escrita la decisión de cierre al banco,
preferentemente en la sucursal donde abrió su cuenta corriente
bancaria, conservando una copia timbrada por éste hasta que finalice
el proceso de cierre.

________________________________________________________________________

UNIDAD 5

LA PROPIEDAD INTELECTUAL E INDUSTRIAL. TRAMITACIÓN


Y PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO.

La propiedad intelectual es la rama del derecho que protege ciertos


tipos de creaciones de la mente humana, de carácter artístico o
industrial. Tradicionalmente, la propiedad intelectual se ha dividido en
dos categorías:

1. la Propiedad Industrial, que incluye las invenciones, patentes,


marcas, dibujos y modelos industriales e indicaciones geográficas
de origen; y
2. el Derecho de Autor, que abarca las obras literarias y
artísticas, tales como las novelas, los poemas, las obras de teatro,
las películas, las obras musicales, las obras de arte, los dibujos,
pinturas, fotografías, esculturas, y los diseños arquitectónicos.

Presentación de solicitud

208
El trámite puede iniciarse presentando el formulario y la
documentación completa utilizando: a) Portal de Trámites Online, b)
correo postal o c) personalmente en el INPI.

El trámite no será considerado recibido hasta que se realice el pago


del arancel correspondiente.

2. Examen Preliminar

A partir de un proceso administrativo se verifica que la información de


los formularios esté completa y sea adecuada. También se comprueba
que el resumen presentado describa correctamente la invención que
se desea patentar.

3. Publicación

A los 18 meses se publica la solicitud en el Boletín de Patentes. A


partir de ese momento cualquier persona puede acceder a su
contenido y presentar observaciones dentro de los siguientes 60 días.

Las observaciones realizadas por terceros funcionan como


recomendaciones para ser evaluadas por los examinadores, pero no
pueden por sí mismas detener el trámite.

4. Examen de Fondo

En el caso de una Patente de Invención el plazo para abonar la tasa de


Examen de Fondo es de 18 meses contados a partir de la
presentación, y en el caso de un Modelo de Utilidad el plazo para
abonar la tasa de Examen de Fondo es de 3 meses contados a partir
de la presentación.

Los examinadores de patentes realizan una búsqueda en bases de


datos nacionales e internacionales para determinar si la solicitud
cumple con los requisitos de ser una novedad mundial, tener actividad
inventiva y aplicación industrial. De esta forma se decide si la solicitud
cumple con todos los requisitos de patentabilidad.

5. Concesión y publicación 

209
Duración del trámite:

Concesión de una patente: 5 años (promedio)

Concesión de un modelo de utilidad: 3 años (promedio)

Qué es la Propiedad Industrial

La propiedad industrial forma parte de un concepto más amplio: la


propiedad intelectual. como su nombre lo indica la propiedad
intelectual es una especie dentro del concepto genérico del derecho
de propiedad, que se encuentra consagrado en el artículo 17 de la
Constitución Nacional. El ejercicio de este derecho le permite a su
titular ejercer su uso y explotación, con las limitaciones que marca el
propio ordenamiento jurídico, y excluir a cualquier otra persona de la
realización de cualquier acto de administración o disposición sin su
consentimiento.

La propiedad intelectual se divide en: el derecho de autor, que abarca


las obras literarias y artísticas, tales como las novelas, los poemas, las
obras de teatro, las películas, las obras musicales, las obras de arte,
los dibujos, pinturas, fotografías, esculturas y los diseños
arquitectónicos y en el derecho de la propiedad industrial, que incluye
las patentes y modelos de utilidad, las marcas y los modelos y diseños
industriales.

Al tratarse la propiedad industrial de un tipo de propiedad intelectual,


constituye una creación del ingenio humano. Precisamente son
productos del mismo las invenciones y los dibujos y modelos
industriales. Las invenciones se constituyen como soluciones a
problemas técnicos y los dibujos y modelos industriales son las
creaciones estéticas que determinan la apariencia de productos
industriales. Por otro lado, la propiedad industrial comprende también
las marcas de fábrica o de comercio, las marcas de servicio, los
nombres y designaciones comerciales, incluidas las indicaciones de
procedencia y denominaciones de origen y la protección contra la

210
competencia desleal. En este caso si bien la característica de creación
intelectual es menos prominente, el objeto del derecho se encuentra
en los signos que transmiten una información a los consumidores,
dirigiéndose la protección tanto contra el uso no autorizado de tales
signos, lo cual es muy probable que induzca a los consumidores a
error, como contra las prácticas engañosas en general.

Dada esta extensión de la protección otorgada, se podrá pensar que la


expresión «propiedad industrial» no es estrictamente lógica, puesto
que únicamente en lo que respecta a las invenciones la industria es el
principal sector de la economía interesado. De hecho, en una situación
normal, las invenciones se explotan en plantas industriales. Pero las
marcas de fábrica o de comercio, las marcas de servicio, los nombres
y designaciones comerciales, si bien son de interés principalmente
para el comercio, también se encuentran relacionados con el
desarrollo de la actividad industrial de cualquier economía. Es por
ello que la expresión ha tenido recepción, sobre todo en los
ordenamientos jurídicos europeos, abarcando no solo las invenciones
sino también a todos los objetos mencionados.

La misión del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial es la


protección de los derechos de propiedad industrial, a través del
otorgamiento de títulos y/o efectuando los registros establecidos en la
Legislación Nacional para tal fin. En tal sentido, el INPI es órgano de
aplicación, y debe asegurar la observancia, de las siguientes leyes:
24.481 (Patentes y Modelos de Utilidad), 22.362 (Marcas), 22.426
(Transferencia de Tecnología) y del Decreto Ley 6673/63 (Modelos y
Diseños Industriales).

Objetivos

El Instituto Nacional de la Propiedad Industrial tiene como objetivos


principales:

211
a) Promover iniciativas y desarrollar actividades conducentes al mejor
conocimiento y protección de la Propiedad Industrial, en el orden
nacional.

b) Representar a la República Argentina en los Foros Internacionales


vinculados a la Propiedad Industrial, asegurando la promoción y
defensa de los intereses nacionales (Tratados y Convenios de
Cooperación con Entidades y Países).

c) Administrar y resolver todo lo atinente a la solicitud, concesión,


explotación y transferencia de Patentes de Invención y Modelos de
Utilidad.

La Patente de Invención es un título de propiedad que protege los


derechos de quien registra una «invención» que sea nueva,
entendiéndola como el producto de una actividad inventiva, y que
posea aplicación industrial. La patente permite a

Carta Compromiso con el Ciudadano - INPI su titular ejercer en


exclusividad el derecho de uso y explotación por el término
improrrogable de 20 años a partir de la presentación de la solicitud.

El título de Propiedad sobre un Modelo de Utilidad está destinado a


proteger las innovaciones o mejoras introducidas en herramientas,
instrumentos de trabajo, utensilios, dispositivos u objetos
preexistentes que se presten a un trabajo práctico. En este caso,
además de las condiciones de novedad y el carácter industrial, el
Modelo de Utilidad debe determinar una mejor utilización en la
función a que está destinada la herramienta o instrumento que
modifica. El título sobre el Modelo de Utilidad confiere a su creador
derechos exclusivos de explotación por el término improrrogable de
10 años, a partir de la fecha de presentación de la solicitud.

A través del otorgamiento de estos títulos se procura promover,


difundir y fomentar la innovación industrial en el país, protegiendo el
derecho de los inventores. La difusión se materializa a través de la

212
publicación de las invenciones, a partir de la cual el público en
general dispone de un material rico en información técnico - jurídica
que sirve de base para nuevos desarrollos, contribuyéndose de esta
manera al fomento del desarrollo científico y tecnológico en la
sociedad.

d) Administrar y resolver todo lo atinente a la solicitud, registro,


renovación y transferencia de Marcas.

Las Marcas comerciales son palabras y/o signos que permiten


diferenciar productos o servicios. Son registrables aquellas que
incluyen una o más palabras con o sin ningún contenido conceptual,
dibujos, emblemas, monogramas, grabados, estampados, imágenes,
combinaciones de colores aplicados a un área determinada de un
producto o a su envase, la envoltura o envase, combinaciones de letras
y números con diseño especial, slogans publicitarios, relieves
distintivos y todo otro signo con capacidad distintiva.

Las marcas, una vez registradas, conceden a su titular la exclusividad


de uso por 10 años, a través de un título de propiedad, que puede ser
renovado cada diez años a contar desde la fecha de la concesión. El
titular de la marca que efectúe la transferencia de su derecho, deberá
efectuar su inscripción para que resulte oponible a terceros.

La marca comercial no sólo permite la identificación de bienes y


servicios, sino que representa el prestigio de sus fabricantes,
contribuyendo a que los consumidores distingan en el mercado la
calidad y confiabilidad de los mismos y por ende al éxito de su
comercialización.

e) Administrar y resolver todo lo atinente a la solicitud, registro,


renovación y transferencia de Modelos y/o Diseños Industriales.

Los Modelos y/o Diseños Industriales incluyen todas las formas


incorporadas o aspectos aplicados a un producto industrial que le
confiera un carácter ornamental. El título de Propiedad que se otorga

213
con el registro concede derechos de uso y exclusividad en la
explotación industrial y/o comercial por el término de cinco años,
renovable por dos períodos consecutivos de cinco años. El titular del
modelo y/o diseño industrial que efectúe la transferencia de su
derecho, deberá efectuar su inscripción para que resulte oponible a
terceros.

El modelo o diseño se refiere a los aspectos que constituyen la


configuración externa o apariencia del producto industrial, que se
desea utilizar para impactar favorablemente sobre los consumidores.
Puede diferenciarse a los modelos industriales como la forma
incorporada en el producto, que es tridimensional y por ende es
palpable y visible. En cambio, el diseño industrial sólo se refiere al
dibujo, que es bidimensional y resulta únicamente visible.

f) Registrar contratos de Transferencia de Tecnología entre compañías


locales y extranjeras.

El Registro de los Contratos de Transferencias de Tecnología entre


compañías locales y extranjeras brinda garantía legal sobre la
realización del mismo, puesto que una copia del contrato y la
documentación relacionada se adjuntan a un archivo oficial y así son
reconocidos con una fecha cierta. El registro del contrato constituye
un requisito esencial para que el licenciatario local pueda deducir los
montos pagados a la compañía extranjera en su declaración del
impuesto a las ganancias.

g) Brindar información al público en general acerca de los


antecedentes de Patentes y Modelos y Diseños Industriales en el
ámbito nacional e internacional y de marcas en el ámbito nacional.

La información resulta esencial para las decisiones de inversión


referidas a la incorporación de nueva tecnología a través de su
compra o licenciamiento, así como permite evitar a los hombres de
negocios nacionales y extranjeros la posible infracción de los derechos

214
de propiedad locales existentes. En el caso de las marcas las
búsquedas son de tipo fonético.

h) Ofrecer al público información especializada en propiedad


industrial, tanto jurídica como técnica.

Los servicios que en el INPI se le brinda a la ciudadanía son:

1) Otorgar títulos de propiedad sobre Patentes de Invención, Modelos


de Utilidad, Marcas y Modelos y/o Diseños Industriales, a todas las
personas que lo soliciten y cumplan con los requisitos exigidos por la
normativa vigente.

2) Tomar razón de las transferencias o cesiones, totales o parciales,


sobre los derechos registrados o en trámite de registro de Patentes de
Invención, Modelos de Utilidad, Marcas y Modelos y/o Diseños
Industriales.

3) Otorgar la renovación de los derechos de propiedad sobre Marcas y


Modelos y/o Diseños Industriales.

4) Registrar los Contratos de Transferencia de Tecnología entre


compañías nacionales y extranjeras, y otorgar los certificados de
prioridad de las solicitudes de patentes, marcas y modelos y/o diseños
industriales.

5) Efectuar la búsqueda fonética de antecedentes de marcas en el


ámbito nacional y de antecedentes y avances tecnológicos sobre
Patentes de Invención y Modelos de Utilidad y sobre Modelos y/o
Diseños Industriales a nivel nacional e internacional.

6) Brindar al público la información contenida en el fondo documental


y bibliográfico especializado en propiedad industrial tanto desde el
punto de vista jurídico como científico y tecnológico.

DESTINATARIOS DE LOS SERVICIOS.

Los principales destinatarios de los servicios son todas las personas


y/o entidades públicas o privadas que deseen proteger sus derechos

215
sobre la propiedad industrial en el territorio de la República
Argentina, ya sea actuando por sí mismas o por medio de sus
representantes (sean Agentes de la Propiedad Industrial u otros).

En forma específica, los usuarios son:

a. Ciudadanos o Personas Físicas: todos los individuos mayores de


edad, nacionales o extranjeros, que deseen proteger sus derechos
sobre su creación mediante las distintas modalidades de la propiedad
industrial (Patentes de Invención, Modelos de Utilidad, Marcas,
Modelos y/o Diseños Industriales), que deseen registrar sus contratos
de transferencia de tecnología o que tengan interés en consultar la
documentación técnica especializada disponible en el fondo
documental y bibliográfico, al cual se puede acceder tanto a través de
las consultas en la Biblioteca o en el Archivo, como de las búsquedas
de información tecnológica. b. Entidades o Personas Jurídicas: son las
personas de existencia ideal constituidas conforme la legislación
vigente que deseen proteger sus derechos mediante las distintas
modalidades de la propiedad industrial (Patentes de Invención,
Modelos de Utilidad, Marcas, Modelos y/o Diseños Industriales) o que
estén interesadas en registrar sus Contratos de Transferencia de
Tecnología. Estas entidades pueden ser:  Organizaciones públicas
(Empresas y Organismos Gubernamentales)  Organizaciones
privadas con fines de lucro (Empresas)  Organizaciones privadas sin
fines de lucro. Por ejemplo, ONG (asociaciones barriales, vecinales,
clubes), fundaciones, institutos de investigación. c. Agentes de la
Propiedad Industrial: son personas que representan a los individuos
y/o entidades en la gestión de los distintos trámites destinados al
registro, renovación o transferencia de un título de propiedad
industrial y/o registro de contratos de transferencia de tecnología en
el Organismo. Están habilitados a través de una matrícula que es
otorgada y controlada por el INPI, previa aprobación de un examen
general de aptitudes. A tal fin el Instituto brinda anualmente
conferencias informativas que se refieren a la normativa interna e

216
internacional que regula la propiedad industrial, la específica que
regula el ejercicio de la profesión de agente de la propiedad industrial
y a los diversos requisitos e instancias relacionados con la concesión,
renovación y transferencia de títulos de la propiedad sobre atentes
modelos de utilidad, marcas y modelos y/o diseños industriales y
registro de contratos de transferencia de tecnología.

En el momento del inicio de cualquier tramitación todos los usuarios


deberán constituir domicilio legal en la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires (exceptuándose las solicitudes relacionadas con Patentes de
Invención y Modelos de Utilidad) en el cual recibirán las notificaciones
que correspondieren según la normativa vigente.

Derechos con Relación al Instituto Nacional de la Propiedad Industrial

Todos los ciudadanos pueden solicitar en el Instituto Nacional de la


Propiedad Industrial la protección que en materia de propiedad
industrial brinda la legislación vigente. Los derechos reconocidos
comprenden:

La protección mediante Patentes sobre productos o procedimientos


que cumplan con los requisitos exigidos en la Ley 24481, modificada
por las Leyes 24571 y 28859 y el Decreto reglamentario N° 260/96. 
La exclusividad sobre una denominación (Marca) para distinguir
productos o servicios, para aquellos nombres o signos que cumplan
con los requisitos exigidos por la Ley 22362 y sus Decreto
reglamentario N° 558/81, modificado por el Decreto N° 1141/03.  La
protección de su creación con relación a formas y aspectos aplicados a
un modelo de la industria (Modelos y/o Diseños Industriales), siempre
que cumplan los requisitos exigidos por la Ley 16478 (ratificado por el
Decreto Ley 6673/63) y su Decreto reglamentario N° 5682/65. El
registro de los Contratos de Transferencia de Tecnología conforme lo
dispuesto en la Ley 22426, modificada por el Decreto 1853/93(texto
ordenado de la Ley 21382) y el Decreto reglamentario N° 580/81.

Asimismo, nuestros usuarios gozan de los siguientes derechos:

217
A solicitar y obtener información actualizada sobre antecedentes de
Patentes y Modelos y/o Diseños Industriales, en el ámbito nacional e
internacional, y a solicitar la búsqueda de Marcas registradas en la
base de datos que administra el Instituto.

A registrar las cesiones o transferencias que, por cualquier medio


lícito, haya llevado a cabo sobre los derechos de propiedad industrial.
A la confidencialidad de la información contenida en las solicitudes en
trámite hasta el momento en que la Ley determine que se haga
público. A que el análisis y evaluación de los trámites llevados a cabo
se actúe con absoluta objetividad e independencia de intereses. Al
estudio de las solicitudes por personal técnico especializado. A ser
informados de manera clara, sencilla y oportuna, sobre la
documentación y los requisitos establecidos por la normativa vigente,
tanto en la presentación de la solicitud de un título de propiedad
industrial como en todas las instancias de su tramitación. Al
reconocimiento del derecho de prelación (sobre las solicitudes de
Patentes, Marcas y Modelos y/o Diseños Industriales), acordado por el
día y la hora de la presentación sin perjuicio de lo establecido en los
Convenios Internacionales a los cuales el país se encuentra adherido.
A invocar en nuestro país la primera presentación de la solicitud de
Patentes, Marcas y Modelos y/o Diseños Industriales que haya
efectuado en cualquiera de los países miembros del Convenio de París,
como prioridad internacional. Al otorgamiento de las certificaciones
correspondientes para acreditar la prioridad que le da la presentación
argentina en otros países miembros del Convenio de París. A solicitar
la renovación de los derechos de propiedad ya adquiridos sobre
Marcas y Modelos y/o Diseños Industriales. A conocer el estado de los
expedientes en trámite, por parte del solicitante, su representante, o
personas autorizadas por el mismo. A utilizar el sistema de consulta
por la página web para acceder a la consulta de todos los expedientes
publicados y, previa obtención de la clave de acceso de usuario
registrado, a sus expedientes en trámite. A presentar solicitudes de

218
registro, renovación, escritos de oposición y toda otra presentación
referida al trámite, en las provincias y territorios nacionales, a través
de las oficinas de Correos que determinen los reglamentos
respectivos. A presentar sus reclamos y sugerencias y a obtener una
respuesta fundada del Organismo.

Obligaciones

Toda persona física o jurídica que desee gozar de los derechos


reconocidos por la Ley en materia de propiedad industrial, deberá
registrar las Patentes, Marcas y Modelos y/o Diseños Industriales de
su creación en el registro correspondiente que administra el INPI.

A los fines de hacer operativos estos derechos los usuarios deberán


cumplir con las pautas establecidas por la normativa vigente que
tutela la propiedad industrial, entre las que se encuentran:

 Presentar toda la documentación requerida para cada trámite.


 Efectuar el pago de los aranceles.
 Constituir domicilio legal dentro de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires para iniciar y sustanciar tramitaciones, y a
comunicar cualquier cambio del mismo.

Asimismo, los usuarios deberán respetar las pautas de funcionamiento


establecidas para asegurar la eficacia en los servicios prestados, en
particular:

 Cuidar las instalaciones del Instituto, procurando mantener el


buen orden y la limpieza.
 Realizar las tramitaciones dentro del horario de atención al
público.
 Observar las prohibiciones de fumar y / o utilizar teléfonos
celulares.

PATENTE Y MODELO DE UTILIDAD

219
Toda invención se inicia cuando se detecta un problema a resolver y
se propone una solución técnica específica, utilizando elementos
conocidos que, combinados de una manera especial, dan origen a un
nuevo objeto desconocido hasta ese momento.

Por lo tanto, debe contar con alguna característica nueva que no sea
conocida en el cuerpo de conocimiento existente hasta el momento en
el ámbito técnico (Estado de la Técnica).

Existen algunas invenciones que no parten de algo conocido, sino que


definen de cero una nueva tecnología que reemplaza a la anterior,
como fue el rayo láser en su momento o la tecnología digital versus la
analógica. Este tipo de invenciones son esporádicas y por lo general
marcan hitos culturales que definen una época, por lo cual no son un
ejemplo representativo de lo que se considera una invención “tipo”.

Una patente de invención puede ser un objeto, un procedimiento, un


aparato para fabricar el objeto, un compuesto químico, un
microorganismo, etc. En todos los casos, debe cumplir con los tres
requisitos de patentabilidad: novedad, actividad inventiva y aplicación
industrial.

Un modelo de utilidad se otorga únicamente a una disposición o forma


nueva obtenida o introducida en herramientas, instrumentos de
trabajo, utensilios, dispositivos u objetos conocidos que se presten a
un trabajo práctico, en cuanto importen una mejor utilización en la
función a que estén destinados.

En todos los casos, un modelo de utilidad debe cumplir sólo con dos
requisitos de patentabilidad: novedad y aplicación industrial, pero
puede no tener actividad inventiva, ya que este requisito no es
obligatorio

DERECHOS.

220
Una patente de invención es un derecho que el Estado otorga al
inventor para ejercer la exclusividad sobre su invento. Lo habilita para
impedir que terceros, sin autorización, realicen actos de fabricación,
uso, oferta para la venta, venta o importación del producto o
procedimiento patentado.

Como toda patente es un bien intangible y al igual que un título de


propiedad inmobiliario o automotor, el titular puede venderla, dejarla
como herencia o incluso regalarla.

El modelo de utilidad es un derecho que se otorga al inventor para


proteger las innovaciones introducidas a herramientas, instrumentos
de trabajo u objetos que sirvan para usos prácticos.

En ambos casos el inventor, a cambio de este derecho exclusivo, debe


compartir información sobre su investigación para enriquecer el
conocimiento público y promover la creatividad e innovación. 

Tiempo de protección
Patentes: 20 años por única vez.
Modelos de utilidad: 10 años por única vez.
Los plazos comienzan a correr desde la presentación de la solicitud y
no son renovables, al finalizar el período, pasan a ser de dominio
público.

¿En qué se diferencian patentes, modelos de utilidad y diseños


industriales?

Dentro de la Propiedad Industrial estas tres figuras protegen


las invenciones estéticas y técnicas. Aclaramos qué hace única a
cada una.

Dentro de las invenciones la primera distinción que hay que hacer está
relacionada con el tipo de invención. Por un lado, están las
invenciones estéticas y, por otro, encontramos las invenciones
técnicas.

221
¿Qué son las invenciones estéticas?

Son aquellas creaciones de empresas, diferentes a otras por su


apariencia externa, si no en todos, en alguno de sus rasgos.

¿Qué es un diseño industrial?

La figura jurídica que protege estas invenciones estéticas es el diseño


industrial. En concreto, se encarga de conceder a su titular un
derecho exclusivo (utilizar y prohibir la utilización por terceros sin su
consentimiento) sobre la totalidad de la apariencia o una parte,
siempre que ataña a sus características físicas. Los diseños pueden
ser bidimensionales o tridimensionales y en ellos se protegen líneas,
contornos, colores, formas, texturas o materiales del producto o de su
ornamentación.

La legislación varía en los distintos países, aunque suele ser


habitual que se exijan requisitos de novedad y originalidad, o alguno
de ellos. En resumen, que no se haya divulgado de manera previa y
que se distancie lo suficiente de otros diseños conocidos o
combinaciones de ellos. Se puede proteger un diseño industrial un
máximo de 25 años, en periodos sucesivos de cinco años.

Se puede registrar como diseño industrial la forma de un coche, una


bici o un mueble, por ejemplo.

¿Qué son las invenciones técnicas?

Pertenecen a este tipo aquellas creaciones de productos,


procedimientos o aparatos nuevos o que impliquen un
perfeccionamiento de los existentes.

En función del nivel de creación se distinguen dos figuras jurídicas: la


patente y el modelo de utilidad.

¿Qué es una patente?


222
Se trata de un derecho exclusivo que se concede a invenciones
novedosas de productos o procedimientos, o una mejora evidente de
una invención anterior. Concede al titular el derecho de excluir a otros
de la fabricación, utilización o introducción de la invención a nivel
comercial. El periodo de protección llega hasta los 20 años de forma
general. Se puede mantener pagando las tasas anuales.

Un ejemplo de patente fue el doble acristalamiento en las ventanas.

 ¿Qué es un modelo de utilidad?

Es una figura jurídica que protege a los productos o


procedimientos de menor rango inventivo que las patentes. Lo
que caracteriza a estas invenciones es que deben ser ventajosas o
tener una utilidad práctica.

La duración de esta protección se extiende hasta los diez años.


Después de ese periodo hay que pagar unas tasas anuales para
mantener la titularidad y control sobre la invención.

Un ejemplo de modelo de utilidad es el perfeccionamiento progresivo


de las clavijas de electricidad.

PATENTES: Regulada en la Ley 24/2015, de 24 de julio, de Patentes,


una Patente es un título que reconoce el derecho de explotar en
exclusiva la invención, impidiendo a otros su fabricación, venta o
utilización sin consentimiento del titular. Como contrapartida, la
Patente se pone a disposición del público para general conocimiento.

No podrán ser objeto de patente:

 Las invenciones cuya explotación comercial sea contraria al


orden público o a las buenas costumbres, sin poderse considerar
como tal a la explotación de una invención por el mero hecho de
que esté prohibida por una disposición legal o reglamentaria.
 Los procedimientos de clonación de seres humanos.

223
 Los procedimientos de modificación de la identidad genética
germinal del ser humano.
 Las utilizaciones de embriones humanos con fines industriales o
comerciales.
 Los procedimientos de modificación de la identidad genética de
los animales que supongan para estos sufrimientos sin utilidad
médica o veterinaria sustancial para el hombre o el animal, y los
animales resultantes de tales procedimientos.
 Las variedades vegetales y las razas animales. Serán, sin
embargo, patentables las invenciones que tengan por objeto
vegetales o animales si la viabilidad técnica de la invención no
se limita a una variedad vegetal o a una raza animal
determinada.
 Los procedimientos esencialmente biológicos de obtención de
vegetales o de animales. A estos efectos se considerarán
esencialmente biológicos aquellos procedimientos que consistan
íntegramente en fenómenos naturales como el cruce o la
selección. Esto no afectará a la patentabilidad de las
invenciones cuyo objeto sea un procedimiento microbiológico o
cualquier otro procedimiento técnico o un producto obtenido
por dichos procedimientos.
 El cuerpo humano, en los diferentes estadios de su constitución
y desarrollo, así como el simple descubrimiento de uno de sus
elementos, incluida la secuencia o la secuencia parcial de un
gen. Sin embargo, un elemento aislado del cuerpo humano u
obtenido de otro modo mediante un procedimiento técnico,
incluida la secuencia total o parcial de un gen, podrá
considerarse como una invención patentable, aun en el caso de
que la estructura de dicho elemento sea idéntica a la de un
elemento natural.
 La aplicación industrial de una secuencia total o parcial de un
gen deberá figurar explícitamente en la solicitud de patente.

224
Son patentables las invenciones nuevas que impliquen una actividad
inventiva y sean susceptibles de aplicación industrial, aun cuando
tengan por objeto un producto que esté compuesto o que contenga
materia biológica, o un procedimiento mediante el cual se produzca,
transforme o utilice materia biológica.
Se considera que una invención es nueva cuando no está
comprendida en el estado de la técnica, entendiéndose por tal,
todo lo que antes de la fecha de presentación de la solicitud de
patente se ha hecho accesible al público en España o en el
extranjero, por una descripción escrita u oral, por una
utilización o por cualquier otro medio.
Por lo tanto, sólo es patentable una invención cuando es nueva e
implica actividad inventiva y tiene aplicación industrial. La novedad
se exige a nivel mundial.
El derecho de patente pertenece al inventor o a sus
causahabientes -herederos-. Sin embargo, pertenecen al
empresario las invenciones realizadas por el trabajador durante la
vigencia de su contrato o relación de trabajo o de servicios con la
empresa, que sean fruto de una actividad de investigación explícita o
implícitamente constitutiva de su contrato.
La patente confiere a su titular el derecho a impedir a cualquier
tercero la fabricación, el comercio o la utilización de un
producto objeto de la patente, o la utilización de un procedimiento
objeto de la patente o de los productos obtenidos por un
procedimiento patentado.
En protección de este derecho la Ley despliega una serie de
acciones que permiten la cesación de los actos violadores del derecho
de patente, la indemnización de daños y perjuicios sufridos, el
embargo de los objetos producidos o importados con violación de
patente, la atribución en propiedad de esos bienes, la adopción de
medidas necesarias para evitar la continuación en la violación y la
publicación de la sentencia condenatoria.

225
El derecho de patente puede ser objeto de enajenación, licencia o
de usufructo y puede servir de garantía mediante la constitución
de hipoteca mobiliaria.
La patente tiene una duración de veinte años improrrogables. Para
mantenerla en vigor es preciso pagar tasas anuales a partir de su
concesión.
El titular de la patente está obligado a su explotación bien por sí
mismo o bien por persona autorizada por él, mediante la ejecución de
la misma en el territorio nacional o en el territorio de un miembro de
la Organización Mundial del Comercio y de forma suficiente para
satisfacer la demanda del mercado nacional.
La explotación deberá realizarse dentro del plazo de cuatro
años desde la fecha de presentación de la solicitud de patente, o de
tres años desde la fecha en que se publique la concesión de ésta en el
«Boletín Oficial de la Propiedad Industrial», aplicándose
automáticamente el plazo que expide más tarde.

Hay que tener en cuenta que:

 Si se comercializa el producto antes de patentarlo se destruye la


novedad.

 Lo mismo ocurre si se publican trabajos de investigación antes


de patentarlos.
Por lo tanto, antes de patentar es imprescindible guardar
secreto sobre lo que pretendemos registrar.
MODELOS DE UTILIDAD

Regulado también en la Ley 24/2015, de 24 de julio, de Patentes, el


Modelo de Utilidad protege invenciones con menor rango
inventivo que las protegidas por Patentes.

226
Son protegibles como modelos de utilidad las invenciones que, siendo
nuevas e implicando una actividad inventiva, consisten en dar a un
objeto una configuración, estructura o constitución de la que resulte
alguna ventaja prácticamente apreciable para su uso o fabricación.

Por lo tanto, el dispositivo, instrumento o herramienta protegible por


el Modelo de Utilidad se caracteriza por su «utilidad» y
«practicidad» y NO por su «estética» como ocurre en el diseño
industrial.
La protección del modelo de utilidad atribuye a su titular los mismos
derechos que la patente de invención.

La duración de la protección de los modelos de utilidad es de diez


años improrrogables.

DISEÑO INDUSTRIAL
Se rige específicamente por la Ley 20/2003, de 7 de julio. Esta Ley ha
sido desarrollada por el RD 1937/2004, de 27 septiembre, que
aprueba el Reglamento.

Un Diseño Industrial otorga a su titular un derecho exclusivo (a


utilizarlo y a prohibir su utilización por terceros sin su
consentimiento) sobre la apariencia de la totalidad o de una parte de
un producto, que se derive de las características de, en particular, las
líneas, contornos, colores, forma, textura o materiales del producto en
sí o de su ornamentación.
Los diseños podrán ser bidimensionales o tridimensionales.

Podrán registrarse los diseños que sean nuevos y posean carácter


singular. Se considerará que un diseño posee carácter singular
cuando la impresión general que produzca en el usuario informado
difiera de la impresión general producida en dicho usuario por
cualquier otro diseño que haya sido hecho accesible al público antes
de la fecha de presentación de la solicitud de registro.
227
El registro del diseño se otorgará por cinco años contados desde la
fecha de presentación de la solicitud de registro, y podrá renovarse
por uno o más períodos sucesivos de cinco años hasta un máximo de
25 años computados desde dicha fecha.

DENOMINACION DE ORIGEN:
Se aprobó en Argentina la segunda denominación de Origen “Salame
de Tandil” mediante Resolución N° 986/11 del Ministerio de
Agricultura de la Nación, que se enmarca en la protección que se
viene realizando en Argentina para productos alimenticios. La primera
denominación de origen protegida en Argentina fue el “Chivito Criollo
del Norte Neuquino” aprobada mediante Resolución.

La denominación de origen sirve para diferenciar los productos


y darle valor agregado. En Argentina se complementan con la
protección que se le da a los vinos y bebidas espirituosas.

Para el Salame de Tandil se conformó una Asociación Civil para llevar


adelante el control de la Denominación de Origen que además brinda
la promoción y protección de la Producción. Las empresas que están
dentro de la Asociación Civil son Cabañas Las Dinas, Estancias
Integradas, La Charcutería, Granja el Reencuentro y Cagnoli.

CONTRATOS APLICABLES A LA EMPRESA MERCANTIL.


CONTRATOS MERCANTILES DE EMISIÓN, COINVERSIÓN,
FRANQUICIA, JOINT VENTURE, DE MAQUILA Y DE
TRANSFERENCIA TECNOLOGÍA.

Dentro de los llamados contratos modernos o atípicos encontramos al


Contrato de Underwriting (EMISION), conceptualizado como un
contrato bancario, que va a permitir a las empresas o sociedades -a
través de una operación financiera- acceder al mercado de capitales
con la finalidad de obtener un financiamiento.

228
Es decir, que el Underwriting le va a permitir a una sociedad
constituir instrumentos de acceso al través del mercado de capitales y
de ser un procedimiento, que bajo diversas modalidades, permite que
una entidad especializada en el mercado de valores, anticipe a un
emisor de títulos valores, el producido de su futura emisión dentro del
mercado público. Mayormente es utilizado en Europa y Estados
Unidos. Sin embargo, en América Latina se está recurriendo a este
tipo contractual.
Este mecanismo permite a una empresa ofrecer acciones o títulos de
deuda para financiar sus proyectos de inversión, utilizando para esto
un intermediario, el cual es una entidad financiera. Mayormente esta
actividad es llevada a cabo por bancos de inversión, bancos de
desarrollo, financieras, compañías aseguradoras a otras entidades
financieras. El atractivo para éstas es la oportunidad de generar
ingresos por servicios en la venta de acciones o títulos de deuda de las
empresas emisoras. Asimismo, les permite ampliar las opciones de
inversión y rentabilidad que ofrece a sus clientes; tanto individual
como institucionalmente.
Este contrato es conocido también como:

a. Contrato de Prefinanciamiento

b. Contrato de Emisión y Colocación de Títulos Valores

c. Suscripción Temporal

El objetivo del Underwriting es trasladar al mercado el total de la


emisión, de modo tal que al finalizar el período de convenio temporal
los títulos estén en manos de los inversionistas particulares o
institucionales, razón por la que como, para cualquier entidad
financiera, su giro operacional no es adueñarse de propiedades o
empresas, sino más bien realizar una labor de intermediación
financiera. Esta labor bien ejecutada permitirá un desarrollo mayor
del mercado de capitales y, por ende, la consecución de recursos
sanos para empresas privadas y públicas.

229
Los valores a colocarse pueden ser de diferentes tipos, siendo
comunes los bonos y las acciones. Cuando se trata de bonos, el
encargo consiste en la colocación de dichos bonos en el mercado,
pudiendo la entidad colocadora tener también la calidad de
fideicomisario de la emisión e independientemente un colocador.
Bajo el entendimiento de que el Underwriting constituye un
mecanismo de emisión indirecta de valores generalmente su
estructura contractual y operativa comprende las siguientes etapas:
1. estructura de la emisión

2. prefinanciamiento de la emisión

3. colocación posterior de la emisión

¿Pero qué ventajas otorga el Underwriting?


Este tipo de contrato enmarca ventajas tanto para la emisora como
para la colocadora, así tenemos:

1. Para la sociedad emisora, el beneficio o ventaja radica en


la posibilidad de lograr un aporte de capital inmediato, que le
resultaría sumamente difícil de obtener entre sus accionistas.
2. Para la entidad financiera, la ventaja se haya en la obtención de
un lucro legítimo preveniente de la diferencia entre el valor de
suscripción y el precio ulterior de venta de las acciones suscritas.

El Underwriting a su vez no se agota ni se limita exclusivamente al


refinanciamiento de emisiones de títulos, sino que puede comprender
una serie de servicios complementarios como los de asesoramiento,
emisión de informes, consejos, etc., efectuados por el Underwriter
(entidad financiera). Porque siendo un contrato de cooperación
empresarial genera una relación jurídica obligacional de naturaleza
contractual, puesto que su acto de constitución es un negocio jurídico
de carácter patrimonial.

230
JOINT VENTURE: es definido como la sociedad en participación,
sociedad temporal, asociación de empresas, asociación temporal de
empresas, unión temporal de empresas; también-se usa-"joint
venture".

El joint-venture es un anglicismo Asociación de empresas;


emprendimiento conjunto.
Dos empresas independientes se unen (en capital y riesgo) para
realizar un proyecto entre las dos. Ambas mantienen
su independencia en todo lo demás.
El Dictionary of Modern Economics da la siguiente definición: Una
asociación de individuos o firmas formada para realizar un proyecto
comercial especifico.
Aunque una joint venture es muy similar a una sociedad
(partnership) se diferencia de ella en que está limitada al éxito o al
fracaso del proyecto para la cual se forma como ocurre con la
sociedad, una joint venture se forma por contrato de acuerdo en el
cual cada socio asume responsabilidad ilimitada por las deudas de
la organización.
Para Juan FARINA, el contrato de asociaciones y colaboración
empresarial llamado Joint Venture, une a dos o más personas o
empresas en forma momentánea con un fin específico, se puede
constituir entre las empresas, tanto públicas como privadas, con el
objetivo de comercialización, producción, finanzas, servicios
e investigación y desarrollo.
Se busca compartir esfuerzos, riesgos y responsabilidades, contar la
infraestructura y elementos contractuales necesarios para emprender
una actividad que supere las posibilidades individuales de desarrollo
con eficacia.
Muchos Joint Venture se consolidan entre países de bloques
económicos diferentes, los que suelen involucrar, por ejemplo,

231
acuerdos de subcontratación y operaciones de comercio compensado,
por lo cual las utilidades se entregan en productos.
Para la doctrina, el contrato de asociación económica debe
considerarse como contrato internacional, pues una de sus partes es
extranjero (tiene su domicilio en el extranjero, mueve su capital en el
extranjero, puede transferir tecnología, y tiene relevancia económica
internacional), atendiendo a ello la doctrina jurídica establece que
para seleccionar la ley aplicable a estos tipos de contratos, el factor
esencial lo constituye el acuerdo de voluntad entre las partes, o sea
ellos deciden qué ley regirá la relación contractual.
Según define el profesor español ADOLFO MIAJA DE LA MUELA " el
contrato constitutivo de una sociedad mercantil es uno de los tipos de
convenios más sustraídos hoy a la autonomía de la voluntad y debe
sujetarse a la ley del lugar de su celebración "
En la práctica, evita el posible conflicto de leyes ante la ausencia de
uniformidad legislativa al respecto, aunque debe tenerse en cuenta
que esta práctica no exime de los vínculos entre ese contrato y los
demás medios jurídicos estatales, pues la autonomía de la voluntad se
refiere al fondo o contenido del contrato. O sea, obligaciones
contractuales y no a otros tipos legales como la capacidad de las
partes, su representación, la forma del acto jurídico, es para los cuales
la legislación aplica otras leyes.

DEFINICION.
La base del equity joint venture corporation o equity joint venture es
un contrato en el cual se acuerda la conformación de una sociedad
( persona jurídica autónoma ) con un propósito funcional ,
administrativo, como solución de operaciones que requieren grandes
capitales o bienes de alto costo, por ejemplo, maquinarias pesadas
especiales.

232
Según definición ofrecida por el profesor CHARLES LIPTON del
Centro de Empresas Transnacionales de Naciones Unidas " Toda
Negociación entre nacionales y extranjeros no puede considerarse
como joint venture que sólo existe cuando se unen recursos y se
comparten las ganancias y las responsabilidades, con independencia
de que se constituya o no una nueva persona jurídica."

Las joint venture reciben en la doctrina diferentes


denominaciones, se conocen como: empresas
mixtas, sociedades mixtas, empresas conjuntas,
negocios conjuntos, asociaciones económicas internacionales y
otras.

Con relación a este tema, han existido diferencias de criterios en


cuanto al concepto.

Para el CONGRESO FLAMENCO DE CIENCIAS ECONÓMICAS "


Una joint venture o sociedad mixta es como una forma de
colaboración con reparto de los riesgos y del control entre dos o
varias personas o unidades económicas""

Por su parte, para un gran grupo de autores norteamericanos y


la oficina Belga del Comercio Exterior la constitución de una
nueva entidad con personalidad jurídica propia es accesoria ya
que la transferencia de know how o tecnología en general, puede
asumir variadas formas y originar una participación tan activa en
la vida y el control de la empresa receptora de esa aportación
tecnológica, que se puede considerar como empresa mixta,
siempre que esté presente el otro elemento: la participación en
riesgos y beneficios.

La referida oficina incluye los elementos, que en su opinión han


sido admitidos por la generalidad, al enunciar que una empresa
conjunta es una forma de colaboración entre empresas,
caracterizada por una participación en los riesgos y los beneficios
correspondientes a las actividades que son objeto de un acuerdo,

233
una participación en el control financiero de las operaciones que
resulten de esas actividades, una transferencia de know how y
una forma jurídica ágil, capaz de adaptarse a las distintas
legislaciones nacionales y a las diversas organizaciones que
adopten los socios."

En nuestro país se utilizan bajo la denominación de empresas


mixtas, las que se diferencian de las demás modalidades que
pueden adoptar la sociedad mercantil común.

Entre los rasgos que las distinguen podemos señalar: la presencia


de dos o más socios de diferentes países, acción conjunta de los
socios, objetivo determinado, participación en la contribución, en
los riesgos, beneficios y en el control financiero, transferencia de
tecnología, agilidad y flexibilidad en la forma para adaptarse a los
requerimientos de la legislación.

Actualmente se conocen en el mundo dos clases fundamentales de


estas asociaciones económicas: la asociación contractual y la
empresa mixta como tal.

A pesar de que el contrato de asociación económica internacional


no crea una nueva persona jurídica, en la doctrina actual se le
reconoce como joint venture o empresa mixta.

TRANSFERENCIA DE TECNOLOGÍA LEY 22.426.

ARTÍCULO 1.- Quedan comprendidos en la presente ley los actos


jurídicos a título oneroso que tengan por objeto principal o
accesorio, la transferencia, cesión o licencia de tecnología o
marcas por personas domiciliadas en el exterior, a favor de
personas físicas o jurídicas, públicas o privadas domiciliadas en el
país, siempre que tales actos tengan efectos en la República
Argentina.

234
ARTÍCULO 2.- Los actos jurídicos contemplados en el artículo 1
que se celebren entre una empresa local de capital extranjero y la
empresa que directa o indirectamente la controle, u otra filial de
esta última, serán sometidos a la aprobación de la autoridad de
aplicación. [Ver decreto 1853/93, art. 7]

ARTÍCULO 3.- Los actos jurídicos contemplados en el artículo 1 y


no comprendidos en el artículo 2 de la presente ley, deberán
registrarse ante la autoridad de aplicación a título informativo.
[Ver decreto 1853/93, art. 8]

ARTÍCULO 4.- Están exceptuados del régimen de la presente ley


los actos que celebren las Fuerzas Armadas o de Seguridad, u
organismos vinculados a la defensa nacional cuando por decreto
del Poder Ejecutivo sean calificados como secreto militar.

ARTÍCULO 5.- Los actos jurídicos contemplados en el artículo 2


serán aprobados, si del examen de los mismos resulta que sus
presentaciones y condiciones se ajustan a las prácticas normales
del mercado entre entes independientes y siempre que la
contraprestación pactada guarde relación con la tecnología
transferida. No se aprobarán tales actos jurídicos cuando prevean
el pago de contraprestaciones por el uso de marcas.

La reglamentación de la presente ley fijará pautas a los efectos de


lo establecido en este artículo.

ARTÍCULO 6.- La aprobación de los actos jurídicos contemplados


en el artículo 2, presentados dentro de los treinta (30) días de su
firma tendrán efectos a partir de dicha fecha o de la fecha
posterior convenida por las partes. La aprobación de los actos
jurídicos presentados con posterioridad al mencionado plazo
tendrá efecto a partir de la fecha de presentación o de la fecha

235
posterior convenida por las partes.

ARTÍCULO 7.- A los efectos de lo establecido en el artículo 5, la


autoridad de aplicación tendrá un plazo de noventa (90) días
corridos para expedirse respecto de la aprobación. La falta de
resolución en dicho término significará la aprobación del acto
jurídico respectivo.

La resolución denegatoria de la aprobación será apelable ante el


Secretario de Estado de Desarrollo Industrial dentro de los treinta
(30) días corridos de notificada al solicitante. Esta resolución en
caso de confirmar la denegatoria de la autoridad de aplicación
será apelable judicialmente de acuerdo a lo establecido en la ley
19.549 sobre procedimientos administrativos ante la Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Federal y Contencioso
Administrativo de la Capital Federal.

ARTÍCULO 8.- Junto con los actos jurídicos que se presenten ante
la autoridad de aplicación deberán consignarse con carácter de
declaración jurada, los siguientes datos: nombre y domicilio de las
partes, participación del proveedor en el capital social del
receptor, descripción de la tecnología o marcas cuya licencia o
transferencia es objeto del acto, cantidad de personal empleado
por el receptor y estimación de los pagos a efectuarse. La falta de
presentación de esta información hará aplicable lo establecido en
el artículo 9.

ARTÍCULO 9.- La falta de aprobación de los actos jurídicos


mencionados en el artículo 2 o la falta de presentación de aquellos
contemplados en el artículo 3, no afectarán su validez pero las
prestaciones a favor del proveedor no podrán ser deducidas a los
fines impositivos como gastos por el receptor y la totalidad de los

236
montos pagados como consecuencia de tales actos será
considerada ganancia neta del proveedor.

ARTÍCULO 10.- El plazo dentro del cual deberán habilitarse con el


sellado de ley los instrumentos correspondientes a los actos
jurídicos contemplados en el artículo 2, comenzará a correr a
partir de la entrega a los presentantes del instrumento aprobado.
Cuando las partes hubieran optado por no obtener la aprobación
del acto jurídico el impuesto de sellos deberá ser oblado dentro
del plazo que establezca la legislación fiscal aplicable.

Para los actos jurídicos comprendidos en el artículo 3 que se


encuentren en trámite de aprobación a la fecha de entrada en
vigencia de esta ley, el plazo comenzará a correr cuando los
instrumentos contractuales sean entregados a los presentantes.

ARTÍCULO 11.- La tecnología patentada o no, y las marcas,


comprendidas en la presente ley podrán constituir aportes de
capital cuando así lo permita la Ley de Sociedades Comerciales.
En tales casos la valuación de los aportes será realizada por la
autoridad de aplicación.

ARTÍCULO 12.- La autoridad de aplicación a efectos de promover


la incorporación de nuevas tecnologías, mejorando las condiciones
de su selección y contratación proveerá:

a) El desarrollo de sistemas de información mediante el acceso a


bancos de datos, nacionales y del exterior en materia de
tecnología aplicable a procesos productivos;

b) Asistencia y asesoramiento a los interesados locales para la


selección y contratación de la misma.

237
ARTÍCULO 13.- La autoridad de aplicación de esta ley es el
Instituto Nacional de Tecnología Industrial.

ARTÍCULO 14.- El que mediante declaraciones engañosas u


ocultación maliciosa perjudicare al fisco a través de la simulación
de actos jurídicos comprendidos en la presente ley será
sancionado en la forma prevista en el artículo 46 de la ley 11.683
(texto ordenado en 1978), sin perjuicio de las acciones penales
que pudieran corresponder.

ARTÍCULO 15.- Disuélvese el Registro Nacional de Contratos de


Licencia y Transferencia de Tecnología y derógase la ley 21617 y
su modificatoria 21879.

ARTÍCULO 16.- (de forma)

OPERACIÓN DE MAQUILA

Se le denomina al proceso industrial o de servicio destinado a la


transformación, elaboración o reparación de mercancías de
procedencia extranjera importadas temporalmente para su
exportación; Maquiladora industrial, a la persona moral que en los
términos del presente ordenamiento le sea aprobado un programa
de operación de maquila, para la elaboración o transformación de
mercancías destinadas a la exportación;- Maquiladora
controladora de empresas, a la persona moral que en los términos
del presente ordenamiento le sea aprobado un programa de
operación de maquila para que integre las operaciones de maquila
de dos o más sociedades controladas en los términos que
establezca la Secretaría de Hacienda y Crédito Público mediante
reglas de carácter general y que hayan obtenido autorización dela
citada dependencia como empresas certificadas; Maquiladora de
servicios, a la persona moral que en los términos del presente
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ordenamiento le sea aprobado un programa de operación de
maquila, para realizar servicios a mercancías destinadas a la
exportación; Maquiladora que desarrolle programas de albergue,
a la persona moral, que en los términos del presente
ordenamiento le sea aprobado un programa de operación de
maquila, y a la cual las empresas extranjeras le facilitan la
tecnología y el material productivo, sin que estas últimas operen
directamente dicho programa; Operación de submaquila, a los
procesos industriales complementarios relacionados directamente
con la operación de maquila objeto del programa, realizados por
persona distinta al titular del mismo; Programa, a la declaración
de actividades de operación de maquila de acuerdo al formato que
al efecto publique la Secretaría.

Las personas morales a las que se apruebe un programa de


operación de maquila estarán obligadas a observar lo siguiente.
Cumplir con los términos establecidos en el programa de
operación de maquila que les fue aprobado; II. Importar de
manera temporal al amparo del programa de operación de
maquila exclusivamente las mercancías aprobadas en el mismo;
III. Destinar los bienes importados, al amparo de su programa de
operación de maquila, a los fines específicos para los que fueron
aprobados; IV. Retornar las mercancías en los plazos que
corresponda conforme a lo establecido en la Ley. V. Mantener las
mercancías que se hubieren importado temporalmente en el o los
domicilios registrados en el programa de operación de maquila, y
VI. Dar aviso mediante escrito libre a la Secretaría, adjuntando la
documentación comprobatoria, de lo siguiente:

a)De los cambios en los datos que haya manifestado en la solicitud


para la aprobación del programa, tales como la denominación o razón
social, Registro Federal de Contribuyentes y domicilio fiscal; b) Del
cambio del o de los domicilios registrados en el programa de
operación de maquila, por los menos con tres días hábiles de

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anticipación a aquel en que se efectúe. Este cambio también deberá
informarse a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en el
término establecido, y c) De la suspensión de actividades, en un
término que no excederá de diez días naturales contados a partir de la
fecha en que suspenda sus operaciones.

CONTRATO DE FRANQUICIA

Definición del contrato de franquicia: Se define al contrato de


franquicia como un contrato mercantil en los que una de las partes (el
franquiciador) otorga a la otra (el franquiciado), a cambio de una
remuneración, el derecho a desarrollar una actividad comercial
(actividad de franquicia) en el ámbito de la red de franquicia del
franquiciador, para la venta de determinados productos en el nombre
y por cuenta del franquiciado, y en los que el franquiciado tiene el
derecho y la obligación de utilizar el nombre comercial y la marca del
franquiciador, así como otros derechos de propiedad intelectual, el
know-how y el método empresarial.

Clases de contratos de franquicia

Hay tres tipos de contratos de franquicia:

Franquicia industrial o de producción, en la que el franquiciado


adquiere el derecho a fabricar los mismos productos que fabrica el
franquiciador.

Franquicia comercial o de distribución, en la que el franquiciado


adquiere el derecho a vender determinados productos, ya se trate de
productos fabricados por el franquiciador o por terceros vinculados
jurídica o económicamente con él -franquiciador productor-, ya se
trate de productos fabricados por terceros independientes
-franquiciador seleccionador de los productos.

Franquicia empresarial o de servicios, en la que el franquiciado


adquiere el derecho a prestar los mismos servicios que presta el
franquiciador.
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¿Cuánto dura un contrato de franquicia?

En el contrato de franquicia suele preverse la duración del mismo


-normalmente el término varía entre cinco y diez años-, con o sin
posibilidad de prórroga o renovación.

En general se establece prórroga automática en aquellos contratos


con duración inferior a diez años, aunque puede no haberla, mientras
que en los contratos cuya duración se fija en veinte años no suele
admitirse la renovación; también puede pactarse la franquicia por
tiempo indefinido, en cuyo caso podrá preverse el derecho de
denuncia unilateral para las partes -la práctica totalidad de los
contratos celebrados por tiempo indeterminado y los celebrados por
tiempo determinado para el caso de que no sean renovados a su
vencimiento contienen cláusulas de denuncia ad nutum.

¿Cuándo finaliza el contrato de franquicia?

Estos contratos se extinguen por el mutuo disenso de las partes o por


la muerte o declaración de fallecimiento del distribuidor.

En el tráfico mercantil, cuando se estipula la duración indefinida -o la


posible falta de renovación al vencimiento cuando se pacta la duración
determinada-, la inmensa mayoría de los contratos de concesión
incorporan la cláusula de desistimiento libre (ad nutum) que permite a
las partes denunciar unilateralmente el contrato en cualquier tiempo.

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