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CUNSOL
Esta segunda recopilación es fruto del proceso de enseñanza aprendizaje durante el desarrollo del curso
impartido en el CUNSOL; este documento por lo tanto no pretende sustituir la Bibliografía recomendada
en el curso, pero es una material de apoyo para el docente como para el estudiante.
Antes de que surgiera el sistema capitalista era difícil percibir la acumulación de capital aunque ella se
daba en pequeña escala. Sólo con el surgimiento de este sistema se evidencia, con mucha nitidez, la
acumulación del capital. El dinero se convierte en capital desde el momento en que irrumpe, de forma
segura, la economía de mercado. Las economías pre-capitalistas se caracterizaron por ser economías
naturales que procuraban el abastecimiento, es decir, la satisfacción de las necesidades de los diferentes
grupos sociales de acuerdo a su posición social y a sus aspiraciones, sin tener un marcado afán por la
acumulación. Sin embargo, el mero hecho de la seguridad para el abastecimiento y del aminoramiento
de la incertidumbre sobre el futuro hacía posible que la producción de año en año fura mayor. Con los
descubrimientos del siglo XV y XVI y con la revolución industrial del siglo XVIII se producen cambios en la
estructura económica que hacen posible el paso de una economía de aparente estancamiento a una
economía dinámica, que requiere de la especialización para la expansión de la producción.
Antes de que surgiera la economía capitalista, cada productor llevaba los excedentes de producción al
mercado para con el producto de la venta adquirir los otros bienes que le faltaban para la satisfacción
de las necesidades. Lleva mercancías (M), obtiene dinero (D) y con este dinero obtiene las nuevas
mercancías (M) que requiere para complementar sus consumos.
Aunque Marx no ve claro el proceso de acumulación en este hecho de circulación simple de mercancías,
se debe entender que es posible que con el dinero que obtiene el productor en la venta le alcance no
sólo para comprar los bienes de consumo que le hacen falta sino que también puede comprar nuevos
medios de trabajo que le permiten ensanchar la capacidad productiva. Es de esta manera que debemos
entender el proceso originario de acumulación de capital. Lo que hay que mirar aquí es la cantidad de
mercancías que lleva el productor al mercado de año en año. A medida que se fue incrementando el
número de mercancías que el productor (agricultor, artesano, etc.) llevaba al mercado con ocasión de
las mejoras productivas se fue dando el paso para la especialización y la generalización de la economía
de mercado.
Cuando surge la economía de mercado el dinero se convierte en capital, comienza a funcionar como
capital. Este proceso de pasar de una economía tradicional a una economía de mercado dio lugar a otra
forma de circulación donde se considera que el dinero funciona como capital. Con dinero (D) se
compran mercancías (M) y después de un proceso se llevan al mercado para obtener dinero (D), o sea D
– M – D. De la siguiente manera lo comenta C. Marx:
“..... La biografía moderna del capital comienza en el siglo XVI, con el comercio y el mercado mundiales.
...El dinero considerado como dinero y el dinero considerado como capital no se distinguen, de
momento, más que por su diversa forma de circulación.
Como nos acabamos de dar cuenta, Marx distingue el papel que cumple el dinero en la economía
tradicional y la que empezó a cumplir en la economía de mercado. En esta última con el dinero ya
acumulado, en un mundo más desarrollado, es fácil entender la necesidad que se da de la
especialización en la producción, no sólo por el tamaño del mercado y de la revolución de las fuerzas
productivas, sino por los niveles de riqueza conseguido en el mismo proceso, el de la conversión de
dinero en capital. El dinero como capital es fruto del desarrollo de la sociedad.
“el ciclo M – D – M arranca del polo de una mercancía y se cierra con el polo de otra mercancía, que sale
de la circulación y entra en la órbita del consumo. Su fin último, es por tanto, el consumo, la satisfacción
de las necesidades, o, dicho en otros términos, el valor de uso. Por el contrario, el ciclo D – M – D
arranca del polo del dinero para retomar por último al mismo polo. Su motivo propulsor y su finalidad
determinante es, por tanto, el propio valor de cambio.....
...En la circulación simple de mercancías ambos polos representan la misma forma económica. Ambos
son mercancías. Son además, mercancías de la misma magnitud del valor. Pero, cualitativamente, son
valores de uso distintos, v. gr. jean y mojarra. ....No así en D – M – D. Ambos polos presentan la misma
forma económica.... Las sumas de dinero sólo se distinguen por su magnitud.... El proceso acaba siempre
sustrayendo a la circulación más dinero del que a ella se lanzó.... La fórmula completa de este proceso es
por tanto: D – M – D´. Donde D´ = D + incremento D.... Este incremento o excedente que queda después
de cubrir el valor primitivo es lo que se llama plusvalía. Por tanto, el valor primeramente desembolsado
no sólo se conserva en la circulación, sino que su magnitud de valor experimenta, dentro de ella, un
cambio, se incrementa con una plusvalía, se valoriza. Y este proceso es el que lo convierte en capital”.
El dinero acumulado no sólo se emplea para los procesos productivos de forma directa por su
propietario, si no que éste lo puede entregar en calidad de préstamo a un empresario, o a un banco que
a su vez lo presta a un empresario, notándose también que el proceso arroja un valor mayor al que se
invirtió. Como lo comenta C. Marx:
2. La producción de plusvalía.
2.1. Plusvalía:
Valor que el trabajo no pagado del obrero asalariado crea por encima del valor de su fuerza de trabajo y
del que se apropia gratuitamente el capitalista. La plusvalía expresa la esencia y la particularidad de la
forma capitalista de explotación, en la que el plus-producto adquiere la forma de plusvalía. Después de
descubrir la esencia de la categoría económica de la mercancía fuerza de trabajo, Marx resolvió lo que
no habla podido resolver toda la economía política que le precedió, descubrió la fuente real que da
origen a la plusvalía, puso al descubierto la naturaleza de la explotación capitalista, oculta tras las
relaciones mercantiles. Al organizar la producción, el capitalista desembolsa una determinada suma de
dinero para adquirir medios de producción y para comprar fuerza de trabajo sin perseguir más que un
objetivo: obtener un excedente de valor sobre la cantidad de dinero inicial anticipada por él, es decir:
obtener plusvalía. La plusvalía no puede ser resultado de un cambio no equivalente, dado que la compra
y venta de mercancías se efectúa sobre la base de la ley del valor. Tampoco pueden ser fuente de
plusvalía los medios de producción (capital constante), dado que no crean nuevo valor, sino que tan sólo
transfieren el suyo al nuevo producto creado. En cambio, la particularidad específica de la mercancía
fuerza de trabajo estriba en que posee la facultad de crear un nuevo valor en el proceso de su consumo,
es decir, en el proceso del trabajo, con la particularidad de que dicho nuevo valor es mayor que el de la
propia fuerza de trabajo. El capitalista logra estos fines obligando al obrero a trabajar más allá del
tiempo necesario para reproducir el valor de su faena de trabajo. De esta suerte, el trabajo del obrero
asalariado es la única fuente de plusvalía. Se aumenta la plusvalía extrayendo plusvalía absoluta y
produciendo plusvalía relativa. Ambos métodos llevan al crecimiento de la cuota de plusvalía, que
muestra el grado de explotación de los trabajadores. La sed de acumulación, bajo el capitalismo, no
tiene límites. Los capitalistas procuran ampliar incesantemente la producción poniendo para ello en
circulación la plusvalía creada por los obreros. Ampliando la producción lo cual va acompañado de un
aumento del número de obreros asalariados sometidos al yugo de la explotación capitalista- y elevando
la cuota de explotación, la clase de los capitalistas se apropia de una masa de plusvalía cada vez mayor.
Por consiguiente, la acumulación del capital lleva a un aumento de la riqueza de la clase de los
capitalistas, a intensificar la explotación de la clase obrera, al empeoramiento de la situación de dicha
clase. En el proceso de realización y distribución, la plusvalía se divide en ganancia obtenida por los
empresarios industriales y comerciales, interés, que perciben los banqueros, y renta, que se embolsan
los terratenientes. Al crear la teoría, auténticamente científica, de la plusvalía, Marx hizo un profundo
análisis de las relaciones de clase de la sociedad burguesa, puso al descubierto la base económica del
antagonismo entre el proletariado y todas las clases explotadoras de la sociedad burguesa. Lenin llamó a
la teoría de la plusvalía piedra angular de la doctrina económica de Marx. El desarrollo del capitalismo
cuyo principal motor es la sed de lucro, la obtención de plusvalía, conduce inevitablemente a que se
agrave la contradicción fundamental del capitalismo, o sea la contradicción entre el carácter social de la
producción y la forma capitalista privada de la apropiación de los resultados del trabajo; conduce a que
se agudicen las contradicciones de clase y, como consecuencia, el inevitable cambio revolucionario del
capitalismo por un modo de producción nuevo, más progresivo: el socialismo.
Es la capacidad para producir bienes económicos que el trabajador vende al empresario. . Es la energía
creadora que vende el trabajador al empresario como si fuera una mercancía y cuyo “precio” es el
salario.
4. El ciclo del capital industrial y sus tres fases.
CAPITAL INDUSTRIAL: capital que se utiliza para producir plusvalía y funciona en la esfera de la
producción material independientemente de la rama económica en que se ha invertido, es decir, el
capital invertido en la industria, en la construcción, en la agricultura, en el transporte. Hay que distinguir
el capital industrial del capital comercial y del capital de préstamo, que funcionan en la esfera de la
circulación monetario—mercantil. El capital industrial se encuentra en constante movimiento, que se
representa mediante la fórmula:
D – M ... P ... M¹ - D¹
El valor del capital en movimiento es el mismo, y al pasar el capital por sus distintas fases sucesivas
cambia de forma. En la primera fase
D—M< T
MP
la forma monetaria del capital se transforma en productiva; en la segunda fase ( . . . P ... proceso de
producción), la forma productiva se convierte en mercantil; en la tercera fase (M¹ — D¹), la forma
mercantil del capital vuelve a transformarse en monetaria. El movimiento del capital industrial se realiza
en forma cíclica. Cada forma que el capital desembolsado adopta en su movimiento, tiene su ciclo y
caracteriza con máxima precisión uno de los rasgos específicos del capital industrial. El ciclo del capital
monetario pone de manifiesto con toda claridad el fin de la producción capitalista obtener plusvalía; en
esta parte, el proceso de producción aparece tan solo como simple medio de incrementar el valor
anticipado. En el ciclo del capital productivo se sitúa en primer plano la producción, el dinero sólo actúa
al servicio de esta última, sirve de medio de circulación indispensable para que el proceso de producción
se renueve sin cesar. En el ciclo del capital mercantil, la producción se presenta como condición de la
interrumpida circulación de mercancías. En esta parte la circulación determina la producción y sus
dimensiones. La unidad de las tres formas del ciclo constituye el movimiento del capital industrial en su
conjunto, en toda su diversidad. Así pues, el capital industrial constituye un “capital que, a lo largo de su
ciclo completo, toma y abandona esas formas, y en cada una de ellas cumple la función que le
corresponde”
Detallando el Capital industrial. Capital que recorre sucesivamente en su movimiento las tres fases: dos
en la circulación y una en la producción y adopta tres formas funcionales y en cada una de ellas cumple
las funciones correspondientes, fue denominado por Marx capital industrial. De esto se deduce que es
considerado capital industrial el invertido no sólo en la industria, sino también en cualquier otra rama
de la producción material.
El capital industrial se diferencia del capital comercial y el capital usurario que le antecedieron en primer
lugar por la forma de su movimiento. El movimiento del capital comercial (D – M – D’) y del capital
usurario (D – D’) tiene lugar solamente en la esfera de la circulación, en tanto que el movimiento del
capital industrial constituye la fusión indisoluble de la producción y la circulación. En segundo lugar, el
capital comercial y el capital usurario aumentan de valor en el curso de su movimiento, pero no crean
valor ni producen incremento del mismo, en tanto que el capital industrial se manifiesta como medio de
creación de plusvalía.
El capital industrial es la base de todos los tipos de capital. En su desarrollo subordina y transforma de
acuerdo con sus leyes todas las formas de capital anteriores heredadas históricamente. El capital
industrial se apodera de la producción y la circulación y les imprime carácter capitalista,
transformándolas de acuerdo con sus necesidades de valorización.
Tres figuras del ciclo del capital industrial.
Todo capital tiene al principio forma monetaria, y luego toma enteramente la forma de capital
productivo y posteriormente la de capital mercantil.
Es necesario tal supuesto para explicar el problema de las tres fases y las tres formas del movimiento del
capital en su aspecto más esencial. En realidad, en cada instante, todo el capital individual se encuentra
simultáneamente en sus tres formas funcionales distintas y en las tres fases diferentes de su
movimiento. Una parte de cualquier capital industrial se halla en forma monetaria y se destina a pagar
el salario de los obreros y comprar medios de producción. Esta parte del capital debe hallarse en todo
momento en existencia, ya que en caso contrario cesa temporalmente el proceso de producción, otra
parte del capital industrial se encuentra en forma productiva, es decir, en forma de medios de
producción en funcionamiento y fuerza de trabajo; por último la tercera parte, en forma mercantil, en
forma de una masa de mercancías que ha salido del proceso productivo listas para ser realizada.
La permanencia simultánea del capital en las tres formas es condición necesaria de la continuidad
ininterrumpida de la producción capitalista. Si todo el capital se encontrara en una de sus formas,
quedaría descartada su permanencia en las otras formas en el momento dado, y esto supondría una
inevitable suspensión del proceso de producción. Cada capitalista se vería obligado a suspender el
proceso de producción durante todo el tiempo en que se encuentra su capital en las formas monetarias
y mercantiles, hallándose en la esfera de la circulación y cumpliendo en ella sus funciones.
A su vez, cada forma de capital no se encuentra en un estado estático. Dentro del movimiento general
de todo el capital, cada una de sus formas realiza su propio movimiento como ciclo independiente. El
ciclo de todo capital se divide en su interior en tres ciclos independientes, realizados por cada una de
sus formas funcionales: el capital monetario, el capital productivo y el capital mercantil. Solamente
tomadas en su integridad las tres figuras del ciclo aseguran el movimiento incesante del capital,
constituyen el movimiento general del capital y su paso de una fase a otra.
A la vez que muestra de la manera más palpable el objetivo de todo el movimiento del capital, el ciclo
del capital monetario vela y encubre los medios reales con ayuda de los cuales se logra ese objetivo. En
esta figura del ciclo, el proceso de producción aparece como eslabón intermedio entre las fases de la
circulación D – M y M’- D’ y diríase que desempeña un papel subordinado, secundario. Se crea la
impresión de que la plusvalía surge de los actos de la circulación, y no en el acto de la producción.
En esta forma, el punto de partida y el punto final del ciclo son el capital productivo. La finalidad de todo
el ciclo es asegurar la renovación constante del proceso de producción. Si en el ciclo del capital
monetario la producción se muestra como eslabón intermedio en el proceso de circulación, ahora en la
forma P…P la situación cambia notablemente. La circulación aparece como intermedio en el proceso de
reproducción del capital productivo y desempeña un rol subordinado. Se manifiesta del modo más
palpable el papel determinante del proceso de producción en todo el movimiento del valor del capital. A
la vez en esta forma del ciclo aparece oculto el verdadero fin de la producción capitalista. Se crea la
impresión de que el sentido de todo el movimiento del capital consiste en la renovación constante, es la
repetición del proceso de producción. El modo capitalista de producción aparece como producción en
aras de la producción, como producción que tiene por finalidad el desarrollo permanente de las fuerzas
productivas de la sociedad.
En el ciclo del capital productivo es distinto el papel que desempeña el dinero. En el ciclo del capital
monetario el dinero aparece como el fin fundamental y el incentivo de todo el movimiento del capital,
ahora se reduce a la situación de un medio de circulación ordinario. Las mercancías que salen del
proceso de producción se venden por dinero, y con ese dinero se compran los elementos materiales de
la producción. El dinero aparece como medio para la compra de mercancías, pero no como finalidad en
sí, como palanca de todo el proceso.
Si la reproducción se efectúa en escala ampliada, la M final es mayor que la inicial por eso se la designa
con la M’’. El rasgo característico de este ciclo consiste en que se inicia con la circulación comprendida
sus dos fases opuestas, mientras que en la primera forma, la circulación es interrumpida por el proceso
de producción, y en la segunda, sirve de eslabón intermediario del proceso de producción. La figura del
ciclo señala con toda claridad la dependencia de la producción capitalista respecto a la circulación, por
una parte, y respecto al consumo, por otra parte.
El ciclo del capital mercantil se diferencia de los demás por el hecho de que el punto de partida de su
movimiento es el acrecido valor del capital, que contiene ya plusvalía en la forma mercantil (M’). en esta
figura del ciclo adquiere primordial importancia el problema de la realización. Y de su solución depende
el curso de todo el movimiento ulterior del capital.
Al examinar el ciclo del capital monetario y el ciclo del capital productivo puede parecer que el
movimiento del capital no está vinculado al consumo personal y puede realizarse independientemente
de él. Todo capital demanda de medios de producción y fuerza de trabajo, pero no demanda
directamente artículos de consumo. Si el capitalista gasta parte de su dinero para satisfacer las
necesidades personales, en ese caso su dinero no es capital monetario, sino dinero corriente, cuyo
movimiento es regulado por las leyes generales de la circulación mercantil simple. Cuando el obrero
compra con su salario los medios de existencia, tampoco en este caso se desplaza el dinero como
capital, sino como dinero ordinario. El movimiento del capital monetario y del capital productivo
aparece como algo indiferente para con los artículos de consumo.
En realidad, esta independencia es relativa. Para que el capitalista pueda encontrar en el mercado la
mercancía fuerza de trabajo, es necesario que esta mercancía se reproduzca constantemente. Y esto es
sólo posible si el obrero encuentra en el mercado los medios de existencia necesarios. Si todos los
capitalistas lanzaran al mercado nada más que medios de producción, la clase obrera se vería
condenada a la extinción. Por otra parte la clase capitalista necesita que en el mercado haya los artículos
de consumo, de lujo necesarios para la satisfacción de sus necesidades. De aquí se deduce que el capital
mercantil de toda la clase de capitalista debe estar constituido por su forma material no sólo de medios
de producción, sino de artículos de consumo.
En el ciclo del capital mercantil individual se descubre que en su movimiento el capital no sólo está
vinculado con el consumo productivo, sino también con el consumo personal, y que la circulación
aparece aquí no sólo como fase de la reproducción del capital, sino como su eslabón de engarce entre la
producción y el consumo en su conjunto. En la producción mercantil simple este vínculo aparece
indirectamente.
Unidad y diferencias
Todas las figuras del ciclo forman una unidad indisoluble. El movimiento de todo el capital individual
presupone estas tres figuras y es inconcebible sin ellas. Lo común entre estas figuras consiste en que en
todos los casos se realiza el movimiento en forma de ciclo, se divide en las tres fases consecutivas y está
relacionado con la transformación del capital de una forma funcional en otra; la diferencia radica en la
sucesión de las fases del movimiento y en los cambios de las formas. Cada una de las figuras del ciclo
caracteriza a su modo el papel, el lugar y la importancia de la producción y la circulación en el
movimiento del capital y expresa de distinta manera el objetivo de la producción y la circulación
capitalista.
5. La rotación del capital.