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Desde el año 1000 a.c.

habían informes referentes al “escorbuto”, enfermedad


que afecta a quienes consumen dietas pobres en verduras frescas y frutas,
como los marinos que navegan durante largos periodos. Por esta causa murió
más de la mitad de la tripulación del explorador portugués Vasco da Gama
durante su viaje de 2 años alrededor del Cabo de Nueva Esperanza (1497-
1499). En 1735 Joseph Lind demostró que los marineros que consumían
frutas cítricas, nunca desarrollaban escorbuto.

El ácido ascórbico o vitamina C (en latín “ascórbico” significa “sin escorbuto”)


fue aislada por primera vez en 1928. Su estructura fue establecida en 1933
por E. L. Hirst y ese mismo año, fue sintetizada independientemente por W.
Haworth (Premio Nobel 1937) y por T. Reichstein. Es un ácido poli-hidroxilado
e insaturado, que se presenta en la forma abierta y cíclica (-lactónica). Es
muy susceptible de ser oxidado (a ácido dehidro-ascórbico) o reducido, por lo
que participa en reacciones biológicas redox.

HO O HO O O O
C −H2O C [O] C
HO OH HO O
OH O O
HO H HO H [H] HO H
CH2OH CH2OH CH2OH
Forma abierta Forma -lactona Forma oxidada

Las plantas y la mayoría de vertebrados la sintetizan a partir de la glucosa.


Los humanos, monos y cobayos no pueden sintetizarla, por lo que deben
obtenerla de sus alimentos. La cantidad necesaria para prevenir el escorbuto
es de 6,5 a 10 mg por día. Si la dieta carece de esta vitamina aparece el
escorbuto, enfermedad caracterizada por hemorragias nasales, anemia, dolor
de huesos y músculos, articulaciones inflamadas, sangrado de encías y piel,
formación de hematomas, disminución de la resistencia a las infecciones, etc.
Fue la primera enfermedad que se trató ajustando la dieta.

Las 2 principales funciones en las que participa la vitamina C son: a) durante


la síntesis del colágeno (proteína estructural de la piel, tendones, tejido
conectivo y huesos), oxida los aminoácidos prolina y lisina transformándolos
en hidroxi-prolina y hidroxi-lisina; b) incrementa la absorción del hierro en el
intestino, al reducir el Fe3+ de los alimentos a Fe2+ más fácil de absorber.

La vitamina C ayuda a prevenir el resfrío común y otras infecciones. Las frutas


cítricas y las verduras frescas (fresas, col, pimiento, brócoli, tomates, papas,
etc.) son una buena fuente de ella, pero en los últimos años se encontró que el
Camu camu (Myrciaria dubia), una fruta de la Amazonía peruana tiene una
contenido extraordinariamente alto (unas 50 veces mayor que los cítricos).

Contenido de vitamina “C” (mg/100 g) de algunos alimentos


Camu camu 2780 Papaya 46 Piña 20
Brócoli 110 Plátano 43 Tomate 20
Fresa 60 Toronja 40 Papa blanca 14
Naranja dulce 60 Lima 40 Zanahoria 6
Guayaba 60 Yuca amarilla 36,3 Cocona 4,2
Limón 50 Camote 25 Leche entera 1,5

Por ser hidrosoluble e inestable al calor un considerable porcentaje de ella se


pierde al cocinar los alimentos. Si el alimento se cocina en agua y luego ésta
se escurre, se pierden las vitaminas hidrosolubles, entre ellas la vitamina C.
También se pierde gran parte durante el enlatado de cítricos pero se conserva
en las frutas congeladas.

Camu Camu (Myrciaria dubia)

Actualmente es sintetizada a partir de glucosa, mediante un procedimiento


químico y biotecnológico, con la participación del Acetobacter suboxydans (un
microorganismo). Junto con la vitamina E son consideradas los mejores anti-
oxidantes, neutralizan los radicales libres generados en nuestro organismo
evitando que éstos produzcan reacciones que pueden ser dañinas. En la
década de 1970 Linus Pauling (dos veces ganador del Premio Nobel en 1954 el
de Química y en 1963 el de la Paz) recomendó la vitamina C como un potente
protector contra infecciones virales y cáncer.

BIBLIOGRAFÍA
1. YURKANIS BRUICE, PAULA (2008). Química Orgánica. 5º Edición. Pearson
Educación.
2. Mc. MURRAY JOHN (2004). Química Orgánica. 6º Edición. Thompson
Editores. México D.F.

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