Platero hace alusión la interseccionalidad y la relaciona con la vida de las personas,
refiriéndose a que se encuentra atravesada por múltiples elementos o factores que la van configurando de una forma compleja, entre esos elementos resalta la clase social, la raza y el generó, elementos que no son independientes a la persona, dado que todos tenemos un género, un sexo y no somos independientes a una clase social, además son elementos que se encuentran interrelacionados entre sí, ya que cada uno afecta al otro de forma radical, ya que como bien lo menciona, es diferente ser una persona negra con bajo recursos a una con buenos ingresos, da otro tipo de imagen, otra percepción. A eso se refiere Platero con la interseccionalidad en la construcción de la identidad de la persona, a siempre darle una mirada amplia a las personas, a las relaciones y los problemas, donde no solo lo relacionemos a una cosa, sino que lo veamos como una maraña, donde están entrecruzados diversos elementos que se afectan entre sí dando como resultado un producto complejo de entender. Por otro lado, la autora trata el tema de la dualidad en nuestra forma de pensar, aludiendo a la “forma cuadriculada en la que solemos pensar”, en donde es una cosa o es la otra, no pensamos que puede ser más complejo que eso, sin embargo, recalca que es algo inculcado desde la cultura, donde para tratar de entender y controlar categorizamos al otro en una etiqueta: o es hombre, o es mujer, o bueno a lo mucho es gay…cuando en realidad es algo más complejo de entender, es una identidad que a sido configurada por medio de varios elementos, pero como el otro no nos interesa más que nosotros, lo encerramos en una categoría y lo simplificamos, la autora propone que debemos ponernos en el lugar del otro, entender su complejidad y todo por lo que ha tenido que pasar para tener la identidad que tiene, pero menciona que es algo complejo porque actuamos, inconscientemente, con desinterés, sin preocuparnos en el otro ni en su complejidad, y por más que la teoría nos parezca buena, no lo llevamos a la praxis, porque lo cotidiano nos acostumbró a pensar de forma dual y egoísta, a no ponernos en el lugar del otro. Pero hace un llamado a ampliar la visión de la persona, que cada vez que vea un problema social no piense que solo ha tenido un único motor, sino que vea todos los elementos que están entrecruzados.
GOMEZ: BASES CONCEPTUALES DE LA SEXUALIDAD
El autor menciona que el origen de la sexualidad se dio con la evolución de la vida, de la especie para ser más específico: ya que un inicio la reproducción era asexual, sin embargo, las especies nacientes de esa reproducción no sobrevivían mucho, por lo que se pasó a una reproducción sexual para generar genes más variados y que aseguren una mayor supervivencia y adaptación. Señala que la reproducción sexual trajo consigo el dimorfismo sexual, que hace referencia a dos formas distintas, que se diferenciaban por su forma biológica, en un principio. Más allá de una diferencia biológica, el contexto sociocultural le da al ser humano, desde su nacimiento, una experiencia psicológica, que varia dependiendo de la cultura. Cada sociedad tiene sus propios constructos de lo que es masculinidad y feminidad, lo cual, es introyectado por las personas a punto que se rigen y se comportan en base a esos constructos. El autor señala que justamente por el hecho de que existe diversas culturas, no se puede llegar a decir que la sexualidad es un concepto cerrado y definido, porque seria limitar e ignorar una realidad pluridimensional. Por otro lado, así como la reproducción sexual dio paso al dimorfismo sexual, la creación de dos especies, también surgió un sistema de atracción entre ellas: el erotismo, el deseo sexual, este sistema forma parte de la sexuación. Este proceso de sexuación forma parte de una dimensión psicológica, sin embargo, también posee una dimensión social, dado que el ser humano es un ser gregario, por lo que la sexuación se expresa por medio de las relaciones interpersonales y los comportamientos sexuales: es la cultura la que nos impone un comportamiento, ideas que no son transmitidas por los demás, al punto que lo introyectamos y nuestro actuar sexuado surge de forma de inconsciente. Desde este punto de vista la reproducción sexual trajo consigo el origen de la sexualidad y lo estableció en tres pilares: biológico, psicológico y social. Si bien la sexualidad empezó como algo necesario para asegurar la adaptación y supervivencia, fuimos nosotros los que le dimos un significado psicológico, dándole diversas formas de entenderla, y transmitiéndola entre generaciones en cada sociedad, por lo que la cultura influencia mucho en la construcción de las identidades de las personas, de esa manera para entender a un hombre o a una mujer en toda su complejidad es necesario entender el efecto de la cultura en él o ella, darle un mirada interseccional: contemplar los diversos elementos que influyeron para dar ese resultado.