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Potreros Cuadrados y No Rectanguales o Puntiaguados
Potreros Cuadrados y No Rectanguales o Puntiaguados
https://culturaempresarialganadera.org/2017/02/28/potreros-cuadrados-por-que/
Hoy es Martes de Zootecnia en CEG Internacional, y voy a aprovecharlo para
hablar de uno de los temas sobre los que recibo consultas más recurrentes por
parte de los ganaderos, en especial de los que se han ido interesando por
el Pastoreo Racional Voisin (PRV), pero persisten diversas dudas para dar el
paso definitivo a su implementación, aunque, extrañamente, también este tipo de
consulta la he recibido de los ganaderos que ya dieron este paso y a pesar de
estar haciendo PRV en sus ganaderías todavía parece que no lo tenían claro.
Hablo de la pregunta que da título a esta nota: ¿Por qué hacer los potreros
cuadrados?
Rec
orridos más cortos = Mayor consumo de forraje = Mayor producción
Praderas más equilibradas: Una de las consecuencias inmediatas de hacer
potreros cuadrados es que permitirá una mayor dinámica en la pradera. Esto
significa que, al ajustar la carga animal al tamaño de la parcela y el aforo de pasto
para que el tiempo de ocupación con ganado no sea superior a 24 horas logrando
cosechar la pradera completamente, estimularemos un mejor desarrollo de las
gramíneas en equilibrio con leguminosas y arvenses (o malezas). La táctica
de manejar cargas animales para cambio de parcela cada 24 horas y logrando
pastoreos rasantes (a fondo), se denomina “presión de pastoreo”. Incluso, si el
productor lo quisiera, cualquiera que fuese la razón que lo motive, podrá acortar el
área de pastoreo usando cerco móvil, y por ejemplo no permitir al ganado entrar a
comer todo el potrero durante 24 horas continuas, sino supongamos, partir cada
cuadrado en 2 rectángulos para ofrecer cada mitad en 12 horas, o partirlo en 4
partes iguales (4 subcuadrados), acortando los tiempos de pastoreo a 6 horas en
cada uno de esos subcuadrados. Mientras más acorte el tiempo de ocupación,
mayor presión de pastoreo y mejor cosecha de la pastura (ya que se usa
exactamente la misma carga animal).
Corresponde concretamente a una estrategia de fraccionamiento del potrero
para obligar al ganado a comer más a fondo. Con este manejo, la supuesta
“selectividad” del ganado para comer se anula por completo, y el ganado se
ve conducido (casi obligado) a comer todo lo que el suelo produce.
Esto favorece el desarrollo de gramíneas, pero dado que las arvenses (y/o
malezas) son menos resistentes al pastoreo rasante, poco a poco van a ir
desapareciendo las menos resistentes y van a ir menguando su
población, tornándose dominantes los pastos. Esta práctica permite anular el
uso de herbicidas, y mantener los potreros con una composición botánica más
equilibrada y favorable para nutrir al ganado.
Así que hoy, con terrazas, podemos lograr darle a las tierras inclinadas y
quebradas un manejo mucho más racional, para anular su erosión y
desgaste. Y en complemento, tenemos que implementar un correcto diseño
de infraestructura de potreros, en cuyo caso el cuadrado no será la forma
más correcta. Como podemos suponer, en este tipo de terrenos el ganado no
tiene los mismos hábitos de conducta, ya que la forma del terreno lo obliga a
desarrollar otro patrón diferente. Por naturaleza, los animales de pastoreo no van
a preferir subir y bajar, sino pastorear horizontalmente sobre la montaña. Subir
y bajar los desgatará demasiado, agotará sus fuerzas, los debilitará, así que para
evitar este desgaste el ganado pastorea en perpendicular a la inclinación. Ya
que esto ocurre naturalmente, se va formando una especie de rutas o caminos
naturales, que a su vez le van dando el aspecto a la montaña de estar escalonada.
Tal vez esto fue lo que observaron nuestros antepasados para decidir imitar ese
patrón de la naturaleza, y simplemente ampliar más el ancho de esas rutas,
formándose las denominadas terrazas o gradas.
Ya luego se les da el nombre a estas delineaciones naturales del terreno
de curvas de nivel (con el desarrollo de la ingeniería). Y concretamente, son
estas curvas las que se toman en consideración para poder diseñar los potreros
en ese tipo de terrenos. Por supuesto, ya no será igual de importante el principio
de equidistancias, porque en tal caso, el ganado tendría que subir y bajar la misma
distancia que recorren de lado a lado en forma horizontal y perpendicular a la
inclinación, y esto sería de un lado imprudente (pensando en el bienestar de los
animales) y de otro lado inconveniente (pensando en prevenir la erosión del
suelo). Así que lo más correcto es formar terrazas y hacer los potreros
longitudinalmente en el mismo sentido que el ganado se desplaza mientras
pastorea, en este tipo de terrenos inclinados y quebrados, y en consecuencia, será
mejor buscar que los potreros queden más largos que anchos.
¿Por qué no hacer potreros puntiagudos?
Para terminar con esta nota, considero importante aclarar porque
definitivamente la forma triangular no es apropiada para un correcto manejo
del pastoreo. Ya hemos indicado cuando es mejor hacer potreros cuadrados y
cuando longitudinales (cuasi-rectangulares), pero igual creo es importante que el
lector tenga claro por qué no debemos trabajar potreros en triángulo.
Razones tenemos varias, pero expondré las más evidentes:
Los potreros en triángulo tienen una base y un vértice (como toda figura
triangular). La base es la parte más ancha, y el vértice la parte más puntuda o
puntiaguda que es la más estrecha de todo el potrero. Resulta que en términos de
presión de pastoreo tenemos un desequilibrio. Ya que la presión de pastoreo es
una relación entre carga animal y superficie ocupada, en la base del triángulo por
ser la parte más ancha tenemos una extremadamente baja presión de
pastoreo, mientras en el punto más anguloso que es el vértice por ser más
estrecho tenemos muy poca área pero debe ser pastoreada por la misma carga
animal lo que se traduce en una extremadamente alta presión de pastoreo. Por
supuesto, ninguno de los dos extremos es bueno. Sin embargo, donde la
presión de pastoreo es más baja (parte ancha del potrero) el pasto se desarrollará
notablemente mejor que en su extremo diametralmente opuesto que es el
vértice donde la presión es elevada y por tanto el pasto prácticamente
desaparece.
Si algún lector ha ensayado hacer pastoreo en radiales, sabe muy bien de qué
hablamos aquí exactamente. En el sistema de radiales (también llamado pastoreo
en forma de torta o ponqué), el eje de la rotación es el saladero o el bebedero, o
ambos. Es decir, el punto al cual convergen todos los vértices de cada potrero se
destina para ubicar allí saladero, bebedero, o ambos, de modo que el ganado
cuando quiera pastorear vaya a la base del potrero (parte ancha) y cuando quiera
sal y/o agua venga al vértice a buscarla. Esto obliga a los animales, primero, a
hacer largos recorridos varias veces a diario (lo estamos sometiendo a
desgaste y por ende no serán animales de los que podamos esperar su mejor
producción), y segundo, estamos causando un fuerte pisoteo que será más
notable en los vértices (porque todos los animales tienen que pasar por ahí para
llegar al agua y la sal, o incluso, la sombra). Esta situación terminará causando un
deterioro tal en los vértices, que cuando estemos atravesando una temporada de
lluvia, el área alrededor del bebedero y saladero (que con seguridad se ha
convertido también en los recostaderos del ganado para reposar y rumiar) se
volverá un completo lodo, bastante perjudicial para los animales mismos, ya
que se vuelve en un foco de contaminación, parásitos y hasta daña-patas.
No me extenderé en más detalles, pero estoy seguro que usted como lector
tomará estas observaciones como “chispa de encendido” para darle rienda suelta
a su imaginación, y deducir por sí mismo, el sinnúmero de desventajas que esta
situación que he advertido trae como consecuencia para la ganadería que
implemente ese sistema de pastoreo. Tal vez en una próxima publicación
advertiremos con lujo de detalles una explicación más amplia sobre por qué no
hacer potreros en triángulo. Por ahora, con argumentos de peso, solo advertimos
que definitivamente no es conveniente para ninguna ganadería.
Concluiré con una observación final, más general, y es que ya presiento que habrá
algunos lectores que refutarán los argumentos presentados en esta nota para
controvertir un poco con nuestra opinión, y mantenerse en su posición de que
aunque lo mejor es hacer potreros cuadrados pueden existir un sinfín de
argumentos de toda índole para decir que no este no es un asunto tan importante
para hacer pastoreo racional. Y dejo claro también de paso, que no pretendemos
jamás estar parados sobre la verdad absoluta y que nos tengan que hacer caso
siempre de todo lo que conocemos y compartimos abierta y generosamente con
ustedes. Soy (y así tratamos de manejarlo en nuestro equipo) de los que
pensamos que “la sabiduría está en la multitud de consejos”. Lo que de ninguna
manera significa hacerle caso a todo el mundo tampoco, sino que hay
que escuchar (o leer), filtrar, retener lo bueno y desechar lo malo, y
establecer un criterio propio. Así que bienvenida la controversia!
Pero termino indicando que aunque cada quien decide qué forma darle a sus
potreros, porque existe un sinnúmero de situaciones que en campo podrían
dificultar hacer un diseño de potreros cuadrados, como por ejemplo, ya tener
cercos instalados, que desinstalarlos y volverlos a instalar puede resultar muy
costoso, lo que nos interesa es que estén bien informados y fundamentados de
cuáles son los criterios a tener en cuenta, y que mientras se pueda, hagan lo
posible de diseñar primero en el papel, como mínimo un 70% de sus
potreros cuadrados (si disponen de tierras planas o levemente onduladas e
inclinadas), y el otro 30% o menos son justamente aquellos potreros que por más
que queramos no se va a poder ya que están en los linderos con tierras vecinas, o
contra los cercos que ya estaban instalados. E igual, si tienen que hacer
potreros longitudinales por estar en terrenos muy inclinados y/o muy
quebrados.
Una vez más, nos ponemos a su disposición, para prestarle nuestros servicios
de agrimensura y arquitectura de potreros, especialmente si usted desea
optimizar el pastoreo y la producción de su ganado, así como reducir costos y
gastos, y lograr mejores ganancias, implementando tecnologías como PRV
(Pastoreo Racional Voisin), SSP (Sistemas Silvo Pastoriles), o la integración
de estos dos que denominamos como SPRV (Silvo Pastoreo Racional Voisin).
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