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Taller de técnicas de estudio

Estrategias para la lectura de textos

1. Asignar un tiempo para realizar una lectura profunda: Para realizar una lectura comprensiva es importante
determinar cuántas “pasadas” serán necesarias para construir una idea global del texto. Aunque muchos
escritos pueden entenderse luego de una sola lectura, la mayoría de las producciones académicas requieren
un mínimo de tres “pasadas”. En cada una de estas relecturas, se subrayan conceptos, ideas y se realizan
anotaciones en los márgenes.
2. Analizar la estructura de un texto: Antes de empezar a leer, es necesario conocer cómo se organiza la
información en un libro. El índice, los títulos centrales, laterales y los subtítulos ofrecen un esquema general
de los contenidos de un texto y ayudan a organizar la lectura en bloques. La información paratextual,
además, ofrece orientaciones acerca del contexto en que se produjo el escrito, el tipo de texto que se lee, la
disciplina o área a la que pertenece el escrito o la densidad conceptual.
3. Identificar criterios o propósitos de lectura: Una lectura eficiente se vincula con revelar qué información es
importante y, para ello, es necesario identificar un propósito de lectura. Esto quiere decir, realizar la
pregunta “¿para qué leo?”, “¿qué espero encontrar en el texto?”. En algunas disciplinas, como la historia, se
lee entre otras cosas para extraer datos de lugares, sujetos y procesos que se enmarcan temporalmente y
por tanto es necesario detenerse en los nombres y fechas.
4. Subrayar: Luego de una lectura rápido que permita una visión global del contenido, el subrayado permite
prestar atención a las partes más importantes y distinguirlas de los aspectos secundarios o detalles. Se
resaltan palabras claves que representan las ideas principales y, al mismo tiempo, hacer anotaciones al
margen y utilizar flechas o símbolos que indiquen conexiones entre conceptos
El subrayado y el resaltado de las partes más importantes estimula la lectura activa y hace más fácil el repaso
posterior del texto.
5. Tomar apuntes: Aunque tomar apuntes, de forma literal o parafraseando, requiere un esfuerzo mayor a
subrayar o resaltar, permite entre otras cosas profundizar la atención sobre el texto, memorizar la
información significativa y reorganizarla. En algunos casos, es posible escribir de manera literal lo que se lee.
En otros, especialmente cuando la información es difícil de abarcar con el subrayado, se necesita organizarla
mentalmente y reescribirla con sus propias palabras.
6. Elaborar un organizador gráfico: La lectura permite extraer conceptos centrales y subordinados que pueden
ser ilustrados y relacionados a partir de esquemas diferentes: esquemas conceptuales, redes, cuadros
comparativos, líneas de tiempo, etc.
7. Hacer resúmenes: Para realizar un resumen es necesario determinar la importancia de cada información
para incluir en el resumen la más relevante; identificar conceptos generales que engloben las ideas de
menor nivel y los detalles; y producir un texto.
Para poder realizar resúmenes, los lectores pueden apoyarse en la toma de notas y los organizadores
gráficos.
8. Verificar la comprensión durante la lectura: Esta habilidad permite reconocer mientras se lee que algo en la
compresión está fallado y utilizar una estrategia para corregir la falla. Se puede seguir leyendo, releer
cuando no se ha comprendido, visualizar ejemplos para conceptos abstractos y generales, identificar y
descubrir el significado de una palabra, etc.

1
Ficha elaborada a partir de Gall, M.D, J. Gall, D.R Jacobsen y T.L Bullock (1994) Herramientas para el aprendizaje.
Guía para ensañar a estudiar. Buenos Aires: Aique

Recomendaciones para elaborar textos escritos

La escritura de cualquier clase de texto suele ser un gran desafío por lo que es recomendable que el enunciador
tenga en cuenta las siguientes etapas:

1) Acceso al conocimiento: antes de comenzar a escribir un texto y luego de haber realizado las lecturas e
investigaciones correspondientes, puedes preguntarte:
 ¿Acerca de qué voy a escribir?
 ¿qué aspectos voy a desarrollar específicamente?
 ¿A quién está dirigido mi texto? ¿Quién lo leerá? ¿Cuánto sabe esa persona de mi texto?
 ¿Cuál es el propósito de mi texto?

2) Planificación: Consiste en la elaboración de un plan de escritura detallado. Para esto resulta preciso que te
hagas las siguientes preguntas:
 ¿Qué extensión tendrá mi texto?
 ¿Qué título llevará mi texto?
 ¿Qué ideas de las que he seleccionado pueden estar en la introducción? ¿Y para el cuerpo o el desarrollo?
¿qué tipo de lenguaje utilizaré? ¿Conozco los términos especializado de la disciplina en la que tengo que
escribir?

Socializa tus decisiones con alguno de tus compañeros y realiza el esquema de tu texto. Puede servirte lo siguiente:

 Título:
 Tema:
 Audiencia:
 Propósito:
 Introducción: (cantidad de párrafos, ideas principales, etc.)
 Desarrollo: (cantidad de párrafos, ideas principales, ideas de apoyo, etc.)
 Cierre: (cantidad de párrafos, ideas de cierre, etc.)

3) Redacción: en esta etapa debe ampliar el esquema que elaboró en la planificación. Para esto es muy
importante que preste atención a las normas de coherencia y cohesión textual.

Coherencia y cohesión

Hay cohesión cuando las distintas partes del texto se conectan lógicamente. Cumplen en ello un papel fundamental
los conectores, que articulan las distintas oraciones y párrafos otorgando lógica y continuidad. Algunos ejemplos son:

- Además, también, asimismo, tampoco.


- Sin embargo, no obstante.

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- En cambio, antes bien.
- En consecuencia, por lo tanto, por consiguiente, por ende, de ahí que, entonces.

La cohesión contribuye a darle una coherencia global al texto. Otros elementos que otorgan coherencia son las
recapitulaciones (“en el primer apartado formulamos una pregunta respecto del rol del enunciador, luego
desarrollamos la concepción de Bleger, veamos ahora...”) y las referencias internas (“véase el apartado 1”, “como
dije al comienzo”, “como veremos más adelante”). Algunos ejemplos de recapitulaciones y referencias internas son:

- Hasta aquí mostré..., resta aún presentar...


- Tal como mencionáramos en la introducción, nos proponemos...
- Como dije anteriormente

Es decir que hay coherencia cuando el texto puede leerse como un todo con un sentido global, cuando hay un “hilo
conductor” y usted le proporciona al lector elementos para que no lo pierda.

4) Revisión: luego del proceso de textualización de las ideas resulta fundamental releer lo escrito y socializarlo
para observar las falencias cometidas y así volver a escribir. Puede utilizar el siguiente cuadro para evaluar su
texto:

Criterios Descriptores Puntaje (del 1 al 10)


Situación comunicativa Explicita el propósito del texto

Se adecua a la audiencia establecida


en la planificación del texto

Aborda solo la temática propuesta


para el trabajo
Coherencia Da cuenta del tema principal en el
cuerpo del texto.

Plantea una conclusión o cierre de


manera clarificadora.

Las ideas principales del texto son


explicadas con precisión.

Cohesión Emplea conectores para relacionar


los argumentos.

Evita repetir palabras en el interior


del texto.

Bibliografía:

Marincovich, J.; Velásquez, M. y Salazar, J. (2009) Aprendiendo a escribir en las disciplinas. Articulación entre el
currículum escolar y el universitario. Valparaíso: Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.

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