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ANGELO DE JESÚS MARQUEZ ZUCHINI

Derecho Administrativo – 4C

¿Puede afirmarse hoy, que el juez contencioso administrativo no puede controlar la


motivación de las sanciones disciplinarias, porque ello lo conduciría a instituirse como una
tercera instancia?

Los procedimientos disciplinarios en Colombia, a pesar de venir revestidos por parte de una
autoridad disciplinaria que lo llena de respeto y firmeza, no están exentos de fallas o errores
por parte de los funcionarios y jueces que intervienen en los mismos. Es por eso por lo que es
de suma importancia, que luego de surtido en su curso normal el proceso en contra de el sujeto
disciplinable exista una herramienta capaz de controlar los errores tanto procedimentales y de
forma, que haya podido tener ese proceso en sus instancias naturales. El control judicial de los
procedimientos disciplinarios es una facultad legal y constitucional que tiene el Consejo de
Estado, en sede contencioso-administrativa, para poder brindarle accionante la posibilidad que
sea revisado todo ese tramite anterior en aras de garantizarle a las partes el derecho al debido
proceso y de la correcta impartición de justicia.

Para responder el interrogante en el cual se centrará este trabajo, podemos comenzar afirmando
que el control judicial de los procedimientos disciplinarios en Colombia NO constituye una
tercera instancia en el proceso disciplinario. La respuesta parece ser clara, pero tiene una seria
de matices e implicaciones que requieren ser precisadas en aras de plantear una respuesta clara
al interrogante, y es precisamente lo que se hará a continuación.

El proceso de control judicial de la decisión disciplinaria.

El proceso empieza con la solicitud del accionante, que puede ser por vía de acción de nulidad
simple o de nulidad y restablecimiento de derecho, que luego de cumplirse los tramites y de
aceptada la acción, se centrara en verificar los aspectos objetivos del acto administrativo objeto
de litigio. Se empezará a verificar tanto los aspectos formales como también los sustanciales
que incidan en el proceso. Esta facultad tampoco es que sea ilimitada. El juez contencioso
administrativo debe centrarse en realizar una interpretación jurídica del acto demandado y ver
que se adecua a los lineamientos legales y constitucionales, al mismo tiempo que debe respetar
y reconocer que hay un proceso administrativo sancionatorio reglado, y con instancias y
procedimientos propios del derecho disciplinario.

Después de ese análisis que realiza el juez contencioso administrativo, si se encuentran


defectos facticos o procedimentales graves, la consecuencia no podrá ser otra que la anulación
de ese acto administrativo que, aunque sancionatorio, es también violador de derechos
procedimentales o sustanciales. El juez administrativo tampoco es que podrá revisar el proceso
disciplinario sin limites o talanqueras, el juez que realiza este control debe limitarse a controlar
debidamente lo que sucedió; si esta bien hecho, dejarlo en firme confirmando la sanción
disciplinaria por grave o leve que sea; si, por el contrario, no lo está, debe correctamente anular
el acto por el cual se comete la injusticia. El juez administrativo no debe ser una tercera voz
totalmente independiente de las instancias anteriores, debe es atenerse a lo sucedido en el
proceso, y con base a eso, decidir si se cumplieron las normas- legales y constitucionales que
reglan el proceso disciplinario. En este control por regla general no se vuelven a valorar
pruebas en el proceso, a excepción, como acertadamente lo ha dicho la corte en su
jurisprudencia1, a menos que en su valoración o en su decreto, se haya violado flagrantemente
el derecho al debido proceso del sujeto disciplinado, y que, además, la prueba sea
contraevidente, totalmente carente de sentido común o alejada de toda razonabilidad en el
proceso. Casi se podía decir que, por la violación absurda de derechos o normas
procedimentales, el juez disciplinario prácticamente no hizo una verdadera valoración de las
pruebas, por lo que la oportunidad para hacerla sería por parte del juez administrativo

¿Porque el control administrativo no es una tercera instancia?

Ya dijimos que el juez puede revisar tanto motivos proccidentales como facticos, graves, para
poder anular el acto administrativo sancionatorio, pero esta limitada a lo que dijimos
anteriormente. Mas importante aún, y es que este control no constituye una tercera instancia ya
que el juez en ultimas, solo debe limitarse a anular y restablecer el derecho, o dejar en firme el
acto administrativo atacado. El juez administrativo por muy poderoso que sea no puede
proferir decisión de fondo de la situación jurídica que se debate ya que efectivamente el no es
una instancia, mientras que las dos instancias disciplinarias anteriores si pueden hacer eso,
porque esa precisamente es su función. Mientras que los jueces disciplinarios tienen un
carácter de decisión, los jueces administrativos tienen un carácter exclusivamente de control,
esto, para respetar la distinción de facultades y la separación de poderes que la ley y la
constitución consagran.

Este es un aspecto que ha tenido cierta discusión en la jurisprudencia. El consejo de estado en


el 20142 estableció que el control judicial ejercido por la jurisdicción contencioso-
administrativa sobre los procesos disciplinarios en sede de nulidad o nulidad y restablecimiento
del derecho es un control integral y pleno, en los aspectos tanto formales como materiales de
las actuaciones y decisiones sujetas a revisión, y no se encuentra limitado ni por las
pretensiones ni alegaciones de las partes. Esto significaba que el juez administrativo tenia
facultades incluso para decidir de fondo el asunto en cuestión, inmiscuyéndose el accionar del
juez disciplinario. Pero acertadamente también corrige el rumbo la misma corporación en
20163, que este control que ejerce el juez no es una facultad ilimitada para revisar el proceso
disciplinario, como si lo hace una segunda instancia, si no que es acertadamente una fase
extraordinaria, limitada y excepcional del mismo, en donde el juez administrativo, donde
además debe limitarse al pliego de cargo como limite también de la actuación misma, por lo
que unifica el criterio de que el juez administrativo no puede pronunciarse de fondo en el
proceso disciplinario

Por lo anteriormente mencionado, se reitera que el control administrativo de los procesos


disciplinarios en sede de nulidad o de nulidad y restablecimiento del derecho, NO constituyen
una tercera instancia de estos.
1
Consejo de Estado, sentencia de 19 de febrero de 2015, expediente: 11001-03-25-000-2011-00606-00(2319-11)
2
Consejo de Estado, sala plena, sección segunda, subsección A, sentencia del 26 de marzo de 2014, Radicación
263 de 2013, consejero ponente: Gustavo Eduardo Gómez Aranguren.
3
Consejo de Estado, sala plena de lo contencioso administrativo, sentencia de 9 de agosto de 2016, radicado
11001-03-25-000-2011-00316-00 (1210-2011)

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