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Derecho Administrativo – 4C
Los procedimientos disciplinarios en Colombia, a pesar de venir revestidos por parte de una
autoridad disciplinaria que lo llena de respeto y firmeza, no están exentos de fallas o errores
por parte de los funcionarios y jueces que intervienen en los mismos. Es por eso por lo que es
de suma importancia, que luego de surtido en su curso normal el proceso en contra de el sujeto
disciplinable exista una herramienta capaz de controlar los errores tanto procedimentales y de
forma, que haya podido tener ese proceso en sus instancias naturales. El control judicial de los
procedimientos disciplinarios es una facultad legal y constitucional que tiene el Consejo de
Estado, en sede contencioso-administrativa, para poder brindarle accionante la posibilidad que
sea revisado todo ese tramite anterior en aras de garantizarle a las partes el derecho al debido
proceso y de la correcta impartición de justicia.
Para responder el interrogante en el cual se centrará este trabajo, podemos comenzar afirmando
que el control judicial de los procedimientos disciplinarios en Colombia NO constituye una
tercera instancia en el proceso disciplinario. La respuesta parece ser clara, pero tiene una seria
de matices e implicaciones que requieren ser precisadas en aras de plantear una respuesta clara
al interrogante, y es precisamente lo que se hará a continuación.
El proceso empieza con la solicitud del accionante, que puede ser por vía de acción de nulidad
simple o de nulidad y restablecimiento de derecho, que luego de cumplirse los tramites y de
aceptada la acción, se centrara en verificar los aspectos objetivos del acto administrativo objeto
de litigio. Se empezará a verificar tanto los aspectos formales como también los sustanciales
que incidan en el proceso. Esta facultad tampoco es que sea ilimitada. El juez contencioso
administrativo debe centrarse en realizar una interpretación jurídica del acto demandado y ver
que se adecua a los lineamientos legales y constitucionales, al mismo tiempo que debe respetar
y reconocer que hay un proceso administrativo sancionatorio reglado, y con instancias y
procedimientos propios del derecho disciplinario.
Ya dijimos que el juez puede revisar tanto motivos proccidentales como facticos, graves, para
poder anular el acto administrativo sancionatorio, pero esta limitada a lo que dijimos
anteriormente. Mas importante aún, y es que este control no constituye una tercera instancia ya
que el juez en ultimas, solo debe limitarse a anular y restablecer el derecho, o dejar en firme el
acto administrativo atacado. El juez administrativo por muy poderoso que sea no puede
proferir decisión de fondo de la situación jurídica que se debate ya que efectivamente el no es
una instancia, mientras que las dos instancias disciplinarias anteriores si pueden hacer eso,
porque esa precisamente es su función. Mientras que los jueces disciplinarios tienen un
carácter de decisión, los jueces administrativos tienen un carácter exclusivamente de control,
esto, para respetar la distinción de facultades y la separación de poderes que la ley y la
constitución consagran.