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2 Segundo conocinions: iy perecer Ja valoracén actual de las obras fp a ue el vale don tee sobre Ia literatura contemaporinea. ¥ —ay, naturalmente— tenergy Soe dada de Ios emitids por nosottos mismes. Penstr de gy sto ante el ejemplo de 1 historia— seria locura, co no weos ttaimens: escépticos. Los grandes esti tan sido ya, casi sin excepcién, ensalzados en su época, La critica ‘fs ijusta suele get Ja de las generaciones inmedi aia ferores (cn intervato de entre medio siglo y un siglo). Ionics del siglo xvimr para con el siglo xvit gy quiz, quizé, también Sajusicia del siglo 2x respecto al xix? (2Y Ja del xxt con re Jacién al x2?) 'H exo también desempefia una funcién en Jo humano, Nuestro jo desenfoca 1o demasiado préximo. De un infnito rosario de juicios manos sobre Jo circundante, todos inexactos, Dios inte- fra ou verdad: Unica critica que munca se equivoca. BL MISTERIO TECNICO DE LA POESIA DE SAN JUAN DE LA CRUZ San Juan de la Cruz, poeta sre © ‘Parnaso, de Calderén, transporta a un plano guna novela espaficla a Jo eH Sine Cap 05 9 1 SH es de una “academia” 0 “justa pottica”, Ssico iss y todo: ‘he ahi Jo que entendemos por “divi- ‘eomprenderé Ja poca importancia que tuvieron estos piadosos Caprichos...” Sin embargo, son nada menos que seis las obras que ‘i, desde la primera y mejor de todas, El caballero del sol (1552) wl lt San Juan de Ia Crus, posta ato a3. de Hernéndez de Villalumbrales, hasta La historia y mij, tina del caballero peregrino (1601), de Alonso de Sina odia haber sido asi de no haber habido un ambiome ng ‘meras, la Caballeria celestial de 1a Rosa Fragante (1559), dat 6 Jenciano San Pedro, habia chocado violentamente con Ia Tnqu cién, que prohibié el libro, y este fracaso reprimié, segurament Jos desarrollos mis fantisicos y extravagantes del género, los guy recisamente habrian halagado més la imaginacién del lector de caballerias. Asi y todo, Espada vive, en el siglo xv, un ambi caballeresco a Jo divino, No es posible aceptar que esas ciones literarias fueran meramente “‘piadosos caprichos a caballeria a Io divino es Ja empresa de San Ignacio, y su institu ¥ ejercicios. Metidos en este ambiente, no nos extrafia nada cuando Don Quijote, al topar con las figuras de un retablo de iglesia, ls interpreta como una caballeria celest aballero fue uno de Jos mejores andantes que tuvo 12 milicia divina: Uamése don San Jorge, y fue, ademis, defendedor de doncellas"; y cosas st- mcjantes dice de San Martin, Santiago y San Pablo, y agrege, con melancolia: “ellos fueron santos y pelearon a Jo divino, y yo soy dor y peleo a lo humano” nee presente que al lado de la novela caballeresca estabe Ia pastoril. No cabe duda de que la Clara Diana a lo divine, de Fray Bartolomé Ponce, tuvo éxito, como lo prueban varias edicir nes entre 1580 y 1599. Y mos vamos a entrar aqui en el mundo del teatro 2 Jo divi, com sus rams y matices en aus) BORE dades y loas, etc. Menéndez Pelayo, que roz6 el tema varias 1 Parte 2%, LVIIL, Kraus menciona Alcalé, Jsimne de, Cabllerle 2° tiana, Alcall, 1570. glo divino itt seatro de Lope, no vio el interés que ofrecta en 3» OE co aspect featal de una caracteristica gentrien ‘otjustor apatiola del Siglo de Oro. Si prélogos toca aqui y alld en el subgénero ‘gambit © reresante de toda esta literatura a lo divino: is importante © xido religioso de una gran parte de nuestra mn Cane tradicional, especialmente de la estréfica. Si; al pit oe Eee rcs de Lope, muchas veces seta en ellos la ppiie d¢ 1 jelicioses canciones de tipo tradicional, vertidas oendlt a embargo, en. ninguna parte vio que estas versiones pdsino STadal inmenso y que lo mis popularizado y sabido ianan Wea de tipo tradicional se puede decir que fue sistemé- de ane ma vere irae de piezas menores? (generalmente un villacico con su glos 0 desarrollo en coplas); pero el nimero de estas obritas § Le falt6 visién general de 1a poesia tradicional a lo divino por una Recltdese el estudio sobre nuestra primitiva lirica del maestro M. Pidal, «Tesoro de la verdadera poesia castellana (ocho tomos, mis uno de es ‘udioy un indice) de Cejador (obra tosca, como todas Jas suyas, pero muy ‘ai, mi antologia (en Poesia de la Edad Media y poesia de tipo tradi~ nal} el infivjo de esta poesia tradicional sobre los poetas que eran j6- Farin Lope, en cambio, tenemos el tema cabs a poe ino, COD ‘yestidura teatral. « iMcreible, i ica es a, a to divin®, ica forma un. inmenso arrastre de dos siglos, inci, peo nn esta a Mraturalidad, en el centro vital de las letras y que ints, COP ‘ese centro hacia el que el espafiol vuelve st fia (€2 Yes de OP fe corresponde fntimamente con dos ee, ‘on aspecto de la tend ee aicisn y ol colectivismo en nuestra a que ba hablado varias veces Menénde: PoESIA DE TIPO TRADICIONAL A LO DIVINO pesagimoncs un momento en el que consieramos mis inte seams panto de vista de foda esta masa literaria a Jo divino: la fossa de tipo tradicional, No he seguido tanto la divinizacién de los romances profancs. axa sin embargo, con bojear el tomo XXXV de Ja Biblioteca de Auores Espafioles para verlos surgit por todas partes. Obsér- ‘ese el remedo por Lépez de Ubeda del romance Morir vos que- reies, padre, Sant Miguel vos haya el alma, del antiguo tema de la “patticién de los reinos” (muerte de don Fernando 1): Moriros queréis, mi Dios, -woestro padre el alma os hayas mandastes las vuestras tierras a quien bien os agradara... Habrd que téner en cuenta stints ti s Qt que estos distint ‘lena! intnrahie| enterica PbcV jigs Hr teatro a lo divino aparece casi siempre abund: i a tradicional, vertida también al plano religioso. En walt es st em oar a ese aaa 10 La cancién que émpieza “En Jos brazos del alba”, alguns ver Antonio Rodriguez Mofiino, figura a Jo divino dos veces en os. distintas, dinamo ue 3 oe ale Mii a Son Juan de 1a Crus, poeta a ty diving alles, calles, Magdalena, y no digas tal palabra, que alli en mi resurreccién no te tengo yo olvidada, etc, © su versiGn del “Mira Nero de Tarpeya”: gritos dan nif ifios y viejos y 4 de nada se dolfa ®. Claro esté que muchas veces es un pat de versos famosos To que, sobre todo, forma el enlace entre Ja versién profna y ig espititual. Innumerables divinizadores rehacen las palabras de Me- lisendra en el romance de don Gaiferos: Caballero, si a Francia ides, por Gaiferos preguntad. Asi, Lépez de Ubeda: Angeles, si vais al mundo, por mi Esposa preguntad... , Asi, Pedro de Padilla: Sospiros’ que al cielo ides, por Dios Hombre preguntad *, 2 Lépez de Ubeda: Cancionero general de ta Doctrina Cristants 1579, en Bibliot. de AA. BE., XXXV, pigs. 92 ¥ 77. B “ Ibid, pig. 108. Jardin espiritual, 1585, en Bibliot, de AA, EE, XXKV, pis. 9 ‘at J acta uss Voces un Tigero toque al villancico coadyuva con ja glosa? cfcacia. a larga! Allé en el siglo xv, Gomez Manri- i6n tan larga: 10s ible de cancién de cuna, y Jo convierte en la qe ‘ritual, “para callar al nifio”: : ‘tual, “para primera sana. esp Callad vos, Sefior, nuestro Redentor, que vuestro dolor durard poquito. jCallad, fijo mio chiquito! La noche fria de diciembre, las paredes encaladas del monas- tetio de Calabazanos. El més alto amor y lo humanamente mater- nal se juntan en aquel coro de monjitas —y, mezcladas con ellas, algunas de las més altas damas de Espaiia— (madres a lo divino), con corazones dulcemente encendidos, a pesar del hielo exterior: Angeles del cielo, ‘venid dar consuelo —s a este mozuelo, ag COMmNETO exprt, 64 ex Bibit, de AA, EB XOOKVs Phe onal a-10.a0iND 23r pe ie Mento, ¥ ditgdo al Nilo Tests, el siguiente ‘iBis° Frey eit nifio y has amor, squd tris cuando: mayor? Be Son Juan de le Crus, poeta Jestis, tan bonito. iCallad, fijo mio chiquito! lo dining Los principios (conocidos) de la divinizacién tic; ‘unas cuantas obras de una primaveralidad, de una pane nee mara, tan exquisita! “bate ‘ después Yo encontramos, Io profano, en varios sitios: 1 ee eres iia y hss ama qué harés cuando mayor? ”. et ama epoca que Fray Hfigo, Fray Ambrosio Montesino toma el tema popular ‘A la puerta esta Pelayo, y llora 18 Nueva Bibliot. de AA. EE., XIX, 15. Menéndez Pelayo vio vaga- Y lo mismo hace con otros temas. En esta misma época (deliciosa Primavera temprana de la poesia a Jo divino) hallamos glosado ea San Juan de la Crus, poeta a 1 9, y Jo aplica al destierro de Nuestro Sefior para Egipto, coplas delicadisimas: unas Desterrado parte el nifio y Horas dijole su madre asi, yy Horas “Callad, mi Seffor, agora” 2, Lo mismo se encuentra, con el mismo fervor, con Ja mi tbundancia, por otras péginas del delicado cancionero de Fant Ambrosio Montesino, Pero hojcemos ahora el Cancionero ext. ritual impreso en Valladolid, en 1549: hhallamos en él, bien di ferenciadas, tres clases de villancicos. Unos, compuestos direct. mente a Jo divino, hay que suponer que por el autor de la colee cién. Otros, “villancicos antiguos”, de sentido profano, a los que tuna nueva glosa o desarrollo basta para cambiar a signifcacin divinas asi ocurre con éste, que como de Garci-Sinchez se sucle citar: Secéronme los pesares los ojos y el corazén, que no puedo Morar, non”, 2 Bibliot, de AA. EE., XXXV, 459. Menéndez Pelayo sefiala el cari ter a Io divin de muchas de las poesias de Fray Ambrosio Montesino as 233 poet fin, ban sido refundidos para adaptarlos al nuevo os; © Fe tancico contrahecho a otro que dize si la noche aonb dita et sisdo © Si con extrema tristura, ccien mil sospiros envio, ge6mo no vienes, Dios mio? *. as car decd En las obras de nuestro santo vamos a encon- ire gjemplos que vienen, sobre poco més o menos, a correspon vera los tres tipos del Gancionero espiritual, de 1549. La misma ince sigue desenvolviéndose a lo largo de los abundantes cancio- sus religiosos de la segunda mitad del siglo xvr y principios del xvi. La tradicién de glosar a lo divino Mega a Lope. Un viejo cantar de vela, cuya popularidad esti atestiguada por ponerlo el autor en boca de Dorotea, en 1a obra de este nombre (Velador que el castillo velas, vélale bien y mira por ti, que velando en 1 me perdi) *, Sen Juan de la Cruz, poeta a Ip ai es glosado por el dramaturgo dos veces, a lo profano menas de Toro, a lo divin en la comedia de El nacmie® Gristo™*. ¥ el cantacillo de El cabaiero de Olmedo ex aie, vars veces con sentido religioso. En el auto de Los co Que de noche le mataron ‘ al caballero, a la gala de Maria, la flor del cielo. En Del pan y del palo: s+ que era Ia gala del Padre y Ia flor de tierra y cielo. La cancioncita de las mayas, que Covarrubias nos ha conser. vado (aqu! Lope se apoyaba, probablemente, en cierta escenif cacién elemental de la maya, a que el mismo lexicégrafo alude, también la tenemos repetidas veces a lo divino, por ejemplo, en el auto de La Maya: Echad mano, aunque clavade, a la Cruz, ete. Y¥ Io mismo ocurre con la Serranilla de 1a Zarsuela, etc, et: Lope s muestra aqui como siempre, resumen de su pueblo, cerct del coraz6n de su pueblo. tool ; ere % Lope de Vega, Cancionero teatral, ed, Robles Pa205; 1935, pag. 101. ono: ot en Lope ocurte también en sus contemporineos 7 o doe 2S acrior del siglo xvi. La tradicién popular y ja eaicion Povendo, por su lado y desde el siglo xv, to ye il vents Teeonel WfJo HUE y el X¥ITharfan con los vers de Petrace, is Tego en. Italia, ¥ et Espafia con los de Garcilaso y sas J Teton a lo divino de la poesfa profana. Results, pues, poeta: TS amano a Jo spiritual una curios. simeuta oe min “castellona tradicional y Ja culta italianizante. ote -TRADICION CORTESANA DEL SIGLO XV, GLOSADA ‘A 10 DIVINO POR SANTA TERESA Y SAN JUAN sates de tratar de Ia masa de divinizaciones en Santa Teresa Cruz, conviene que adelantemos, por su ejem~ le una coplilla que fue utilizada a lo divino por tie con diferente glosa. Se descubren en este genplo varios aspectos interesantes de nuestro tema: cémo se Ghreveran lo cortesano y Jo popular (jcuriosa simbiosis!) en la possa tradicional espafiola y con esa mezcla van a dar a lo di- tino; cémo dos extraordinarias sensibilidades se aplican a glosar ‘mismo niicleo © copla inicial. En fin, el gran sentido tradicio- nal de toda esta rama de nuestra poesia queda comprobado al Yet que un verso del mticleo viene rodando casi un siglo cuando Tegn a Jas manos de San Juan de,Ja Cruz. (Bl caso no deja de ofrecer algunas dificultades textuales, que no nos vamos a plantear.) EL micleo inicial es’ el siguiente: da al que vive més dolor... . ‘Mi vida vive muriendos de don Juan de Meneses: ‘ta mal yo no To entiendo® jvo soy; vivo mutiendo *. Jn de Diego de San Pedro esti al lado mismo sa Sale parq © e & a lista de ejemplos seria interminable. He citado ésos, para ‘ue se vea primeramente qué ambiente t6pico refleja 12 coplilla deseavuelta por Santa Teresa y San Juan, Pero hay més ain: el Yeno “que muero porque no muero” aparece, con ligerisima va~ tiante, en el Cancioneiro Geral, y en dos ocasiones, en’una poesia ener E San Juan de ta Crus, poeta a 1g 4 lo digs ‘Se Pagan como en pintura = de s6lo lo que se ve, y olvidan el no sé qué que sc halla por ventura, eAmor bumano? gAmor divino? La composicién deli lo mente equivocs, pero, en fin de cuentas, vemos que se reac amor humano, aunque al més alto, al més desc ei bles visos de autenticidad, Ja siguiente poesia, de la it eee Poesia, que sélo citaré Por toda la hermosura nunca yo me perderé sino por un no sé qué que se alcanza por venturs. Sabor de bien que es finito Jo mas que puede llegar es cansar el apetito y estragar el paladar. Y¥ as{ por toda dulzura nunca yo me perderé, sino por un no sé qué que se halla por ventura... Que estando 1a voluntad 3 Thesoro de varias poesias, 1580, fol. 149 V- que se halla por ventura. ‘Pues de tal enamorado, decide si habréis dolor, pues que no tiene sabor entre todo lo criados s6lo, sin forma y figura, sin ballar arrimo y pie, gustando allé un no sé qué que se halla por ventura. Sen Juan de la Cruz —si en definitiva le pertenece 1a glosa— o quen sea, ha tomado la copla inicial®, y con una leve susti- % Si la copla inicial es de Pedro de Padilla © no, no lo sabriamos ‘moojas sobre haberles comido unas almojabanas en respuesta de un papel”, view coproldgica: “Dicen que por Ja hermosura empatola, 16 Comparese con Ja de San Juan de Ia Cruz (reprog, Ja copla inicial y Ja ultima estrofa): luzc0 945 ‘Tras de un amoroso lance, y no de esperanza falto, volé tan alto, tan alto, que le di a la caza alcance. ni 245 gb go ‘EL PASTORCICO si cx i io plate ctr muchas interrogantes, i lancélico ‘yaa jorcico, este extratio, dulce, mel poe. ag goblet - on Ja Cruz, que tanto gustaba a Mosén Cinto, Juan Coversion en Arbol de la Cruz del drbol eglé- poo onal Ct Citys engarces. Pero, zde dénde venia la suave go) arom ce ambiente de estos Vers? Un pastorcico solo esté penado, ajeno de placer y de contento, yen st pastora puesto el pensamiento, y el pecho del amor muy lastimado. “ pastorcico herido de amor. 2Es un pastor de Garcilaso? ve Govan parecen venir Ta suavidad, 1a melancolfa, Ja tierna feadura de 1a voz. Ni naturaleza ni imigenes.” Asi velamos el oblema. Fever éte ha sido resuelto hace poco por José Manuel Ble- cua®, Un manuscrito de la Biblioteca Nacional de Paris conserva ta poesia pastoril, andnima: Redondillas Un pastorcillo solo esti penado, ‘ajeno de placer y de contento, y en su pastora firme ¢l pensamiento ¥ el pecho del amor muy lastimado, No Mora por pensar que esté olvidado, ue ningtin miedo tiene del olvido, =—_ sey, Petia do Sam Juan de Ya Crus, ed. ct, cap. Th 2, “Tema det * Bet RF, tomo SOOKT, ao 1945, nes. 378380. ‘Tampoco existe, claro es, propied iedad Literaria, © 1a propi €$ un concepto algodonoso, como si todo se uniera en el et Ia espititualidad hacia un divino anonimato, oi Quiere esto decir que, desde nuestro Punto de vists Preocupa demasiado el deslindar, de la San masa de pocsies que ig Obras, VI, pigs. LXT ¥ XI, Toda Ja erica 8 P, Siverio te esiente de no haber sabido situar a Santa Teresa dentro de la corte dde ia poesia “a lo divino™. Ain més descubren esa falla as apenn de D. Vicente de Ja Fuente en el t. LIT de Ia Bibliot. de Ad. EE: ‘Este nif viene Uorando. Mirale, Gil, que tz esté lamando.” “..,estos versos son harto désdichados, y no los creo de Santa Teresa” (Pigina 515). "Mi gallejo, mira quién lama. Angeles ‘son, que ya vien el alba.” “Esta poesia es tan sosa y disparatada que no puedo creer sea de Santa Teresa” (pig. 516). “Vertiendo esté sangre Dominguillo, jeh! ‘Yo no sé por qué.” “Casi diria de estos versos Jo que de Jos anteriores” (los de “Mi ae Iejo"] (pl. $16). Para el refiado don Vicente, coplas “tan etfs conceptos tan Bajos”, “palabres tan tosces” eran propias de “papel ciego” y absolutamente desprecisbles (pig. $03). poeta «to divino 249 Ja Santa, Jas que verdaderaments le pertene- us ‘hacia versos por devocién y para distract ee 1a menor duda, porque los testimonios son fit Oe rauy mumerosos y concordes. La mayor a ts eg spot ‘Pero hay otras que emanaron TaySente en Ja herencia directa de los conventos ee fo que sacieron deen orte, que Qué imp ‘Véante mis ojos, dulce Jestis bueno; véante mis ojos, muérame yo luego i HI tema aparece en su original forma ie ae ee de Montemayor, de 1554, donde se aes ajeno, es decir, como anterior al poeta. Y, claro esti, ahi es una coplilla amatoria: ‘Véante mis ojos y muérame yo luego, dulce amor mio, y lo que yo mis quiero. Y profana también 1a glosa. vga etre as infin pespetades en miestra poe- use “pel e Salamanca, soi ae ii mia; céatent ¥ A PORSfA! SANTA TERESA wanes = pee ee eras en bo umd te lo olvidamos todo, por. +e ca totimoni aniguo™, cuando el Seno exabe ence aue todo queda sumido en una fervorosa luz ital. As! pees Segin vn fr de Toledo, alld entre 1577 ¥ 1378, 6 ae er ecetiad a ne oem Merci aio & Sachos que pasaban por la calle iban cantando esta Letra: oe Pe res Se om Muérome dé amores, un zagal nuestro ps ates carillo, gqué baré? SESE Pee eas, | —Que te mueras, jalabél © adaptadas al tema de Ja Circuncisién: Este nifio viene Morando; mirale, Gil, que te esté lamando *, ia et del ba a a ee cal ‘exético, sino en el del amor mis. alto. Tons Maria de Cossio refiee otra angedota", que procede de lavida de San Joan de Ja Cruz, por Fray Jerénimo de San José: En él resuenan como un gran aletear blanco las coplas gozosss de lee “Re- Ala ala: © Obras, VI, pég. 116, El ms, transcrito por el P, Silverio lee - Esposo tic" on ln comocida confusién de 3 -g- (*diéguo”s “diaea’s Obnan ads ct, TV, plg- 381. Comp. Tid, pie. 395. Conver smirsblement” cn sonido (ju cn Js Tndes de 12 avers) con 1s 0a de desapego a las formas sensibles esparcida por toda su obra ale diene i posit, (einediendo con ef6 movimiento que hoy se oi 61 BO) un. deliberido propio de mustes (ze o eqntarrfOr ry, de nuestro San Juan de Ja Cruz). we so aot CA Cea yen literatura spafola tun largo proceso i Se como wn nicleo de intensicacién alrededor pao Owe ds 0 mend, de T57O a 1590, © sea precise de 158% TO ios adultos del Santo, centro aproximado del rei- gate erfodo inmediatamente post-tridentino, que se ST Be ‘aqui algunos hechos: poeta a 1o divino, muers en 1382. En 1580 pur Sr Padilla sus indecisas coplas del No sé qué, que oti- a Mir pate de Sm Jusn o en su ambiente un ink divinizado. tun general “a lo divino”), y en el prélogo de su Vergel de flores doinas (1582) reprueba Ja poesfa amatoria y alaba a los que “es- cabieron cosas maravillosas a lo divino”, y él sigue predicando ‘empre con el ejemplo, Al final del periodo comienza a notarse can Diego Cortés (Discurso del varén justo, 592) y Fray Arcingel de Alarcin (Vergel de plantas divinas en varios metros espiritua~ ts, 1594), un matiz. (mal estudiado) ® que culminard en Ledesma. Mens tanto, en Ja novela, por las mismas fechas, se han im- eo la Clara Diana a lo divino, de Ponce; 1a Caballeria cristiana eee sag ipltmable l estudio ertico de todos estos libros, por el ia- se eiael 2PecHl manera “a Yo vino, pero también por I Tok que ctgenes ey MzOHRE sobre Ta evoluctén de os el conceptismo, Seetota.— a7 Son Yuan de la Crus, poeta a ty 4 de Akal; El caballero de ta % nt estrella ie aaa we 41 viento espira, Filomena sospira en dulce canto... (Garcilaso.) vs. el aspirar del aire, el canto de Ja dulce Filomena... (San Juan de la Cruz) ‘Eso no quiere decir que las otras coincidencias sefialadas por ni antecesores © por m{ me parecieran desechables. No; creo que i ‘a mayor parte proceden de indudable contacto directo ®, Por Jo que toca a San Juan de Ja Cruz, los hechos son éstos: a 1 Esti probado, sin que haya Ja menor posibilidad de duda, que so teeeite ae cuando en una serie de indicios (A, San Juan de Ja Cruz (cuya obra pottica*! comienza precisamente 4 Sabemos que desde esa fecha escribi6 poeslas no sabemos si en un im ition Peers quien sin duda (interpretamos, porque 10 catia ya antes : San Juan de la Crus, poeta ¢ ‘También en mi librito sefialé una serie de relacion, es Garcilaso a lo diving 1o doing entre 1g de §. Juan de |, le estitar estudio analitico de este punto mucho mejor el total desvio de Santo, y su de refundidor a Jo més natu an critico francés le escandalizaba, Al empri jo de cotejo entre 1a poesia del Santo cémo Jas imigenes de oscutidad ¢ in l rio, que ya hablan lamado la atencién a Baruzi como posibles antecedentes de la concepciéa o ogra “por medio de un gran niimero de motivos concretos de credibii- dad, incapaz cada uno por si sélo de producir Ja conviccién, pero inven- cibles si se toman en conjunto, porque unos a otros se ayidan y fora Jecen mutuamente, multiplicendo, més que sumando, su fuerza demost- tiva”, En el caso de don Miguel, hoy, en 1950, bien vemos In excelenis de su método, (Comp, E. A. Peers, St. John of the Gross, Londtes 946, Pagina 52.) 010 a inologia de 1a Noche (poema y comente- de Ia tety desarrolladas grandemente en Ja divi- nigenes del poeta profano se cargaban 88) por Obra et Shado por Ja certera in- ie "H] vinculo sospechado por la cert i eso csp aprobaba, pero si antecedente mediato era fy de Baro 3° OeT evidentemente Cérdobe (lectura de San azpliaba esa imagineria y ese Tésico en un », que tanta importancia tiene en hha sido cargada de sentido simb6lico iuego la fuente de Ja Fe, en San Juan “tama de amor viva”, de San Juan, era, con mi- & Cas ‘dl “fuego de amor vivo”, de Cérdoba. La escena Soe joao & Je almena, en 1a profunda noche: HI aire de In almena cuando yo sus cabellos esparcia..., aeaia alg lente en literatura espaiiola? No, no tiene més ee que el recuerdo que hace Silvanio (en 1a obra de Sebastiin de Cérdoba) de “los favores de amos” que otro tiem- po recibib: Alli entre dos almenas hice asiento, y acuérdome que ya con ella estuve las noches de verano al fresco viento... ®. th nce’? Spitzer ha dado otra interpretacién a Jas tltimas estrofas de Noche, Lamento que (por varias razones, que expondré en lugar opor- [iP me sea posible compartir la opinién del ilustre somanista. Comp. ‘22 Soiuer: A. Method of Interpreting Literature, Northampton, May bles. 2x y sigs, ES San Fuan de la Crus, poeta @ lo dling Y ahora podemos comprender 1a formation de ef ae Sen Juan de te Cruz ha tomado —como hemos visto eo". ‘elogico profano y Jo ha reproducido con ligeras vation” ae i a8 amenta de amor abandono. El pocma no deseigen Pt vino, a no ser por una estrofa que ef ca rcico sube a un drbol, abre los brazos ién del madero de Ja cruz en lo de esp’ del Arbol de Ja égloga, la encor en poes! en Sebastién de Cérdoba; inmediatamente des; San Jui Ja Cruz (que manej6 y ley6 el libro de Cérdoba) “. Una serie de temas de Garcilaso, que en San Juan hallamos vueltos al sentido divino, fo habian adquirido antes en 1a obra de Sebast Cér- doba. Una serie de pormenores, desconocides en poesta espafcla, que encontramos en las poesias de San Juan de Ja Cruz, los ha. amos pocos afios antes en Ia de Cérdoba, en aquellas partes donde este divinizador introduce elementos no existentes en Garcilaso, sigue ahora es, erpretacién: en 1575, al leer el libro de Cérdoba Jo conocié en Ja segunda edicién), se le revel6 a San Juan de Ia Cruz Ja posibilidad de poner al servicio del amor divino Ia poesia profana de Garcilaso y, en general, 1a poesia eglégice. 4 Véase el apéndice VIE (“Sobre el Pastorcico de San Juan de 1 cu, 263 iberado propésito, en un plan; nada pensemos €8 UD = intuy6 Ja posibilidad de utilizar ae sence afectos etéticos en el sentido del alto oe paler ¥ SNC gus: tres grandes poemas, el Céntico, la oat Ve cnilisis descubre una serie de elementos suel- ser x0 Llama Oo téntico Garilaso, ya de la divinizacién Nene proceden YO Ce Ja Cruz Iey6 a Crdoba. De esa lectura 8 Bijbe. San TlyGi reminiscencias; sin embargo, el efecto a i . Foon a 3 ob jo— el revelarle la posi- See a a ip clin aa poem gaye Te Ge utilizacién a Jo divino de Ja poe: fied general ee ‘RESUMEN Fumtes de ta diviiizacion. —En casi toda Ja obra pottica de sia amatoria han sido divi- Ta Cruz, elementos de poe: ia ° 5a ae es copies castellanas toma composiciones amatorias aes i ‘ritual mediante nuevas glosas En 1a poesia en endecasilabos, izador, Cérdoba, elementos frag- oxo profano; para divinizarlo le basta agregar un elemento que viene del libro de Cérdoba. Se puede decir que la poesia de San Juan de Ja Cruz tiene, isi exclusivamente, dos procedencias: 1. El cantar de los canta- "2° Poesfa amatoria profana, de 1a cual es divinizacién. ltt tiempos de divinisacién,—Todo, pues, en San Juan esti fatto en una gran corriente de divinizacién de amor profano, Ghincién en tres tiempos muy distintos: x Divinizacién muy ‘nik (Cantar de tos cantares). 2 Reciente, pero antetior al San- CTsita de Cordoba). 3° Obra del Santo mismo. : DM modes de divinizacién, —12 De obras ences: pocsas

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