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Comunicación empresarial: tipos, características y errores comunes

Vivimos en una sociedad en la que gran parte del mercado laboral está configurado con

base en el ámbito empresarial. Sean grandes multinacionales, pymes, negocios familiares

o incluso servicios individuales, todas ellas deben tener en cuenta que un elemento

esencial para su supervivencia es la coherencia en la organización y la comunicación

entre sus partes por aunar esfuerzos y dirigirse hacia un objetivo común.

En este sentido, podemos afirmar que la comunicación empresarial es uno de los

elementos clave a la hora de que una organización, especialmente si tiene cierta

complejidad, funcione correctamente y pueda adaptarse y sobrevivir. Y es sobre dicha

comunicación sobre lo que vamos a hablar a lo largo de este artículo.

¿Qué es la comunicación empresarial?

Se entiende como comunicación empresarial al conjunto de procesos que lleva a cabo

una empresa o parte de ella para hacer viajar la información, tanto a nivel interno entre los

diferentes departamentos o puestos de la empresa como si hablamos de la comunicación

de la empresa con el exterior.

Es importante tener en cuenta que por norma general dicha comunicación no implica solo

la capacidad de emitir la información, sino también incluiría el hecho de recibirla: estamos

ante un intercambio mutuo de datos.

Una buena comunicación empresarial favorece que todos los miembros de la empresa

puedan permanecer motivados y que sus acciones puedan ser conocidas, reduciendo la

incertidumbre tanto de trabajadores como de dirigentes con respecto al estado de la

misma. También facilita la interacción y mejora el clima laboral, además de mejorar la

productividad y permitir reaccionar de forma más óptima ante cualquier eventualidad.


Objetivos generales

Los objetivos que tiene la comunicación empresarial son fácilmente entendibles. A nivel

interno, por un lado permite que se produzca una organización coherente y se comparta la

información y los resultados obtenidos por sus diferentes departamentos o trabajadores,

así como que se pueda generar y transmitir los objetivos y la visión corporativa de la

empresa.

También facilita la comprensión de lo que se espera de cada uno de los

trabajadores, así como el entendimiento de las realidades a las que cada uno de ellos

debe hacer frente. Asimismo se facilita que todos trabajen en una misma dirección, y que

se puedan aprender nuevas formas de llevar a cabo las propias responsabilidades.

A nivel de comunicación con el exterior, la comunicación empresarial es imprescindible de

cara a contactar con el medio y generar una imagen positiva de la propia empresa, así

como de cara a analizar al público objetivo y valorar sus necesidades. También permite

aprender a atraer a posibles clientes y valorar los cambios propios de la sociedad

dinámica y fluida en la que vivimos, algo fundamental de cara a prever y afrontar posibles

dificultades y poder adaptarse al medio.

De cara a que la comunicación sea eficiente, es necesario que la propia empresa cree

canales efectivos para ello así como que potencie con sus acciones la transmisión de la

información, generando medios para poder comunicarse y asimismo trabajando

activamente para que no exista la incertidumbre respecto a qué se pide y se busca

dentro de la organización.

Es importante también trabajar aspectos tanto formales como informales, así como valorar

las necesidades y pensamientos de los diferentes trabajadores. La empatía es también

fundamental, así como una buena regulación y planificación de los mecanismos de

comunicación.
Diferentes tipos de comunicación empresarial

No todas las empresas y organizaciones se comunican de la misma manera, y

existen diferentes tipologías y clasificaciones de comunicación empresarial en función de

diversos criterios.

1. Interna y externa

La primera de ellas es la que establece la distinción entre comunicación interna y externa,

siendo la primera la que se produce entre los diferentes departamentos y trabajadores de

la propia empresa y la segunda la que va dirigida a establecer una comunicación con el

medio.

2. Bidireccional y monodireccional

Asimismo, también podemos encontrar estilos de comunicación empresarial con mayor o

menor nivel de interactividad, pudiéndose encontrar desde la más habitual comunicación

bidireccional en que emisor y receptor interactúan y se intercambian información hasta la

monodireccional en que únicamente se envía un mensaje, generalmente desde puestos

de poder, a un receptor que no tiene opción a réplica.

3. Ascendente, descendente y horizontal

Dentro de la comunicación empresarial interna de una organización, podemos encontrar

tres grandes tipos en función del punto donde parta la información y la posición entre el

emisor y el receptor de una misma comunicación. Hablamos de comunicación

descendente cuando el acto comunicativo se lleva a cabo desde un emisor con un cargo

mayor que el del receptor. Cuando es el subordinado el que emite el mensaje hacia su

superior, hablaríamos de comunicación ascendente. En ambos casos estaríamos ante un

tipo de comunicación vertical, es decir, una comunicación en que los sujetos que

mantienen el acto comunicativo tienen una relación de desigualdad en cuanto a poder

(existiendo una jerarquía entre ellos).


El otro gran tipo de comunicación es la comunicación horizontal, que se establece entre

individuos que tienen una misma posición y se encuentran en el mismo nivel de la

jerarquía.

4. Formal e informal

Finalmente, cabe destacar que en la comunicación empresarial nos podemos encontrar

con la existencia de dos diferentes tipos de vías de comunicación: la formal y la informal.

En la primera es en la que suelen tratarse los aspectos técnicos y vinculados con las

tareas en sí, siendo un tipo de comunicación respetuosa y centrada en la razón y en el

objetivo de la empresa. En la comunicación informal, sin embargo, suelen establecerse

comunicaciones más flexibles y naturales, centradas fundamentalmente en las relaciones

interpersonales y siendo a menudo la que mayor efecto tiene en el bienestar laboral. Esta

última varía en gran medida dependiendo de quien la lleve a cabo y puede trascender el

ámbito laboral, siendo difícilmente controlable por la organización.

Posibles amenazas para la buena comunicación

El hecho de mantener una comunicación empresarial eficiente es fundamental, pero no es

fácil. Y es que deben tenerse en cuenta la existencia de un elevado nivel de variabilidad

en las situaciones que pueden surgir, así como de la existencia de malentendidos,

malos usos y dificultades en las comunicaciones propias de una empresa.

1. Falta de consistencia: Uno de los factores que más influye en que la comunicación

sea en verdad útil es la credibilidad del emisor y la consideración que se muestra para con

el receptor del mensaje Un ejemplo de ello puede ser la existencia de disonancias entre lo

que se dice y lo que se hace, no manteniendo los emisores una manera de actuar

coherente con los mensajes emitidos. Esto último puede suceder en cualquiera de los

trabajadores de la empresa, independientemente de su posición jerárquica o si habla con

un superior, subordinado o alguien en el mismo nivel de la jerarquía, y genera graves

repercusiones tanto para el sujeto (que dependiendo de la situación podría acabar siendo
mal considerado o incluso despedido) como para la organización (generando menor nivel

de confianza en la persona y en caso de tener un cargo elevado incluso en la

organización). Del mismo modo y por ejemplo en el caso de grandes empresas con una

gran cantidad de departamentos, si existen divergencias entre las figuras de autoridad o

referencia dentro de la empresa probablemente podría generarse una situación en que

el trabajador no sabe realmente qué liderazgo debe seguir, algo que puede generar

frustración y desconfianza. Asimismo, es necesario tener gran precaución con la

interpretabilidad de los mensajes, pues la existencia de ambivalencia puede hacer que

diferentes departamentos o trabajadores puedan llegar a interpretar cosas opuestas. Lo

que busca la comunicación empresarial es precisamente garantizar una organización y

coherencia interna, por lo que mensajes poco claros y con diversas interpretaciones

pueden provocar la aparición de incertidumbre y dudas para con los receptores del

mensaje.

2. Falta de conexión emocional: Otro de los problemas puede encontrar en la manera

en que se produce la comunicación. Por ejemplo, en algunas organizaciones puede existir

una dificultad para generar una sensación de vinculación a nivel emocional, lo que en los

trabajadores puede generar un menor compromiso y productividad y en los usuarios una

falta de interés y la búsqueda de otras alternativas. Es necesario valorar que todo lo

que se hace, e incluso lo que no, es en el fondo comunicativo. Así, no es solo importante

el mensaje en sí sino también la manera en que se transmite: no es lo mismo ni ofrece las

mismas sensaciones un email que una reunión presencial o la búsqueda de un contacto

real.

3. No comprender el contexto: También debe valorarse la adecuación a la situación

actual y a los avances sociales, así como a las particularidades de la propia situación. Por

ejemplo, en una sociedad cada vez más globalizada y en el que las nuevas tecnologías

permiten la comunicación inmediata con un amplio número de personas al mismo tiempo,

puede ser necesario analizar e invertir en políticas de comunicación que tengan en cuenta
el poder de las redes sociales y cómo transmitir correctamente la información deseada,

además de valorar el contacto con posibles clientes de otras regiones del mundo.

Asimismo, también es necesario valorar la propia situación de la empresa de cara a no

emprender más de lo que puedan abarcar, siendo para ello necesario tener en cuenta la

situación del conjunto de la empresa. Otro problema podría ser el contenido de los

mensajes que se emiten: es posible que aunque existe la comunicación esta no transmita

o no haga entender el contenido que sería necesario transmitir. Es posible que se centre

en aspectos más bien suplementarios y obvien por ejemplo la orientación o los objetivos

que debe tener un puesto determinado, o que den por sentado la existencia de un

conocimiento que nunca se ha explicitado.

4. Aislamiento y falta de comunicación: Finalmente, el problema quizás más importante

y que puede extrapolarse de todos los anteriores es la posibilidad de que no exista una

verdadera comunicación.

El ejemplo más claro es el uso estable y continuado de comunicación monodireccional, el

cual puede generar una situación de estancamiento y una falta de comprensión de lo que

ocurre en la propia organización. Afortunadamente hoy en día es la menos utilizada

precisamente por ser la menos eficiente y útil. También es posible que los diferentes

puestos no tengan los mecanismos adecuados para ponerse en contacto aún si sus

opiniones fueran a ser escuchadas, existiendo menores posibilidades de retroalimentación

o incluso que diferentes partes de la empresa no tengan contacto entre sí. Es necesario

estimular dicha interacción de manera activa.

Referencias bibliográficas:

 Andrade, Horacio. (2005). Comunicación organizacional interna: proceso,

disciplina y técnica. España: Gesbiblo, S. L.

 Brillouin, L.(2004). Science and Information Theory. Mineola, N.Y.: Dover.

https://psicologiaymente.com/organizaciones/comunicacion-empresarial

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