Las catecolaminas están íntimamente relacionadas y, de hecho, forman tres eslabones
seguidos en la cadena de síntesis. La vía clásica de la síntesis de catecolaminas requiere la actividad de cuatro enzimas: i) La tirosina hidroxilasa (TH), que cataliza el primer paso al convertir la tirosina en 3,4-dihidroxifenilalanina (L-dopa) en presencia de tetrahidrobioptenina como cofactor: La tirosina puede ser sintetizada a partir de otro aminoácido (la fenilalanina), o bien provenir de la dieta y penetrar en la neurona por transporte activo. La enzima TH es un tetrámero constituido por una subunidad catalítica y por una subunidad reguladora. La subunidad catalítica presenta un catión Fe 2+ y la subunidad reguladora presenta residuos de serina que pueden ser fosforilados. Cuando los residuos de serina son fosforilados, la enzima se activa. La síntesis de L-dopa requiere de O2 ya que conlleva la oxidación del cofactor tetrahidrobioptenina a dihidrobioptenina. En presencia de dihidrobioptenina reductasa, la dihidrobioptenina oxidada luego se reduce nuevamente para regenerar a la tetrahidrobioptenina. Esta regeneración del cofactor es el paso más lento en la ruta de síntesis de las catecolaminas, y es por ello que constituye el paso de preferencia para la inhibición de dicha ruta biosintética. Cabe mencionar además que la noradrenalina y otras catecolaminas compiten con la tetrahidrobiopterina por el mismo lugar de fijación sobre la enzima TH y así inhiben la síntesis de más catecolaminas mediante retroalimentación negativa. ii) La L-aminoacido-aromático-descarboxilasa (LAAD), que cataliza la conversión de la L-dopa en dopamina en presencia de fosfato de piridoxal (vitamina B6) como cofactor: La LAAD es una enzima poco específica, ya que interviene también en la síntesis de serotonina y de histamina. iii) La dopamina- hidroxilasa (DBH), que convierte la dopamina en noradrenalina (o norepinefrina) en presencia de ácido ascórbico (vitamina C) como cofactor: La DBH es una enzima vesicular, a diferencia de la TH, la LAAD y la FNMT que son citosólicas. iv) La feniletanolamina-N metiltransferasa (FNMT), que cataliza la conversión de la noradrenalina en adrenalina (o epinefrina) en presencia de S-adenosilmetionina (SAM) como cofactor: El SAM es el cofactor requerido en cualquier reacción de metilación.
La dopamina almacenada en las vesículas presinápticas pueden ser liberadas mediante
un proceso no calcio dependiente por acción de diversos fármacos, tales como la anfetamina, la amantarían, y la tiramina. La dopamina es inactivada por el reingreso mediante el transportador de dopamina, proceso que puede ser inhibido por acción de la anfetamina, la cocaína, y bupropión. Luego es clivada enzimáticamente por la catecol-O-metil transferasa (COMT) y la monoamino oxidasa (MAO). La dopamina que no es clivada por las enzimas es reempacada en vesículas para su reutilización.
La dopamina actúa sobre receptores dopaminérgicos. Los receptores dopaminérgicos se
clasifican en dos grupos D1 y D2. La familia de receptores D1 está acoplada a la proteína Gs, activan a la adenililciclasa, producen la apertura de canales de calcio, y comprende a los receptores D1 y D5. En cambio, la familia de receptores D2 está acoplada a la proteína Gi, inhiben a la adenililciclasa, produce la apertura de canales de potasio y el cierre de canales de calcio, y comprende a los receptores D 2, D3 y D4. La familia de receptores D2 presenta una importante presencia a nivel presináptico, en donde se comporta como autorreceptor. Las principales vías dopaminérgicas son: i) La vía mesolímbica: Se origina en el área tegmental ventral (A10) y proyecta sus terminales nerviosos hacia el núcleo accumbens, el tubérculo olfatorio y la amígdala. Está relacionada con el estado de alerta, las emociones, el aprendizaje y la memoria. ii) La vía mesocortical: Proyecta sus axones desde el área A 10 hacia una gran variedad de áreas corticales. Está relacionada con funciones intelectuales superiores. iii) La vía túberoinfundibular: Se origina en el núcleo arcuato en el hipotálamo y proyecta sus axones principalmente hacia la eminencia media de la hipófisis. Inhibe la liberación de prolactina. Está vía se desinhibe durante la lactancia y diversas situaciones patológicas dando lugar a galactorrea (hiperprolactinemia). El exceso de prolactina en estos últimos casos actúa por retroalimentación negativa a nivel de las estructuras superiores, disminuyendo los niveles de FSH y LH. Como consecuencia se observa un desarrollo anormal de las gónadas, las glándulas mamarias, e infertilidad. iv) La vía nigroestriatal: Se origina en la sustancia negra (A 9) y termina en el cuerpo estriado (núcleo caudado y putamen). Está relacionada con el control del movimiento y la postura. v) Zona quimiorreceptora gatillo del vómito: Ver teórico de Autacoides II.
Dentro de la arquitectura de los ganglios basales, es el cuerpo estriado el que recibe la
mayor parte de las aferencias que llegan desde diversas áreas y núcleos: fundamentalmente de múltiples áreas de la corteza, de los núcleos talámicos y de la sustancia negra. A su vez, el estriado emite su información mayoritariamente hacia los núcleos del tálamo y diversas regiones de la corteza cerebral. Esta información se canaliza a través del globo pálido y de la sustancia negra, ya sea directa o indirectamente mediante previa sinapsis en el núcleo del tracto solitario. De este modo, la información motórica que nace en áreas corticales hacia la médula espinal es modulada por el complejo estriopalidal (cuerpo estriado y globo pálido) gracias a sus proyecciones hacia el tálamo y el tronco cerebral. Desde el punto de vista neuroquímico muchas de las fibras corticoestriadas son de naturaleza glutamatérgica excitadora, la naturaleza de las talamoestriadas son también excitatorias pero su neurotransmisor no se conoce bien, y la aferencia nigroestriada es de naturaleza dopaminérgica excitatoria (la dopamina actúa sobren receptores D 1 para activar la vía directa y sobre receptores D2 para inhibir la vía indirecta). Por su parte, las vías eferentes del estriado al globo pálido y a la sustancia negra son fundamentalmente de carácter GABAérgico inhibidor, y las vías desde el globo pálido y la sustancia negra hacia el tálamo y el núcleo del tracto solitario son también de carácter GABAérgico inhibidor. De esta forma, la eferencia directa da lugar a un circuito de dos vías inhibidoras consecutivas que resulta finalmente en una acción activadora cortical. En cambio, la vía indirecta genera una acción final inhibidora.
La enfermedad de Parkinson es una enfermedad de curso progresivo, de etiología
desconocida (multifactorial), y caracterizada por un síndrome clínico con bradicinesia, temblor, y rigidez. El principal síntoma de la enfermedad de Parkinson es la disminución de los movimientos voluntarios (bradicinesia) por hipoactividad de la vía directa e hiperactividad de la vía indirecta, lo cual a su vez se produce como consecuencia de una lesión degenerativa de la neuronas de la vía nigroestriatal con pérdida profunda concomitante de dopamina en la sustancia negra y el estriado. El temblor en la enfermedad de Parkinson se acentúa en el reposo y disminuye al realizar un movimiento. La rigidez de la enfermedad de Párkinson es un tipo especial de hipertonía y se caracteriza porque al mover pasivamente una articulación produce una resistencia que es continua durante todo el movimiento. La depresión y la bradipsiquia son frecuentes debido al compromiso adicional de neurotransmisores tales como serotonina y noradrenalina, vinculado con aspectos no motores de estos cuadros. También pueden observarse síntomas vegetativos, tales como sensación de calor acompañada de sudoración, hipersecreción salival (sialorrea), y seborrea de la cara. Además suele haber constipación, aumento en la frecuencia miccional y tendencia a la hipotensión. No existen marcadores biológicos o de imágenes que permitan su diagnóstico definitivo ante-mortem. El diagnóstico clínico se basa en criterios estrictos desarrollados a tal efecto. La terapéutica antiparkinsoniana está basada fundamentalmente en la obtención de un alivio sintomático a través de la reposición exógena de la dopamina faltante, ya sea por la administración de su precursor natural la levodopa, o bien por el uso de drogas que remedan los efectos fisiológicos de la dopamina, tales como los agonistas dopaminérgicos y los fármacos que directa o indirectamente potencian las acciones de la dopamina. i) LEVODOPA: Puesto que la dopamina no atraviesa la barrera hematoencefálica, se recurre al aminoácido precursor inmediato, la levodopa que atraviesa la barrera por transporte facilitado propio de aminoácidos aromáticos. Este transporte es saturable y está sometido a fenómenos de competencia entre los aminoácidos que lo utilizan, como sucede con los distintos aminoácidos de la dieta y con la 3-O-metildopa (un metabolito de la levodopa que surge como consecuencia de la acción de la COMT). La levodopa difunde a las neuronas y se convierte en dopamina dentro de aquellas que poseen LAAD. Fuera del SNC, esta enzima existe en las células de la mucosa intestinal, del capilar cerebral y del hígado, y es por ello que el 95 % de la levodopa administrada se convierte en dopamina fuera del SNC y queda inutilizada para actuar en el cerebro. Esto significa que, si la levodopa se administra sola, hay que emplear grandes cantidades que se desaprovechan o que incluso pueden llegar a perjudicar al paciente. Como puede penetrar en otros sistemas no dopaminérgicos, la existencia de levodopa y dopamina se extiende a otras estructuras cerebrales y extracerebrales que normalmente no contienen dopamina o la contienen en menor cantidad. Su acción en estos sitios no será fisiológica, sino que dará origen a reacciones adversas. Por el mismo motivo, puede reducir la actividad neuroquímica de otros sistemas a cuyo neurotransmisor suplanta. La levodopa presenta una vida media relativamente corta (1 a 3 horas). La levodopa no se une a proteínas plasmáticas y la gran mayoría se metaboliza a dopamina. Otros metabolitos son la 3-O-metildopa, la dopaquinona, el ácido vanilpirúvico, el ácido vaniláctico y el ácido 2, 4, 5-trihidroxifenilacético. La importancia de algunos de estos metabolitos estriba en la posibilidad de que, a la larga, originen radicales tóxicos que agraven el curso de la enfermedad. Su acción se ve alterada a nivel del vaciamiento gástrico, por acción de la LAAD periférica, y por la actividad del transportador de aminoácidos aromáticos. La - metildopa, que inhibe la descarboxilación de la levodopa, puede incrementar su contenido, mientras que la reserpina y la tetrabenazina deplecionan sus depósitos. Los múltiples bloqueantes dopaminérgicos (fenotiazinas, butirofenonas y benzamidas) interfieren gravemente en la acción farmacológica de la levodopa. Los inhibidores de la MAO potencian los efectos de la levodopa, por inhibir el metabolismo de la dopamina. La MAO responsable de la desaminación oxidativa de la dopamina es del tipo B. Los efectos adversos más frecuentes son los trastornos gastrointestinales, tales como náuseas y vómitos por activación de los receptores D 2 de la zona gatillo periférica, los cuales pueden ser bloqueados por drogas como la domperidona que no atraviesa la BHE (la metoclopramida no puede administrarse debido a que si atraviesa la BHE y bloquea por lo tanto las reacciones adversas y también el efecto terapéutico). Otros transtornos como consecuencia de la administración de levodopa son los cardiovasculares, caracterizados por hipotensión y vasodilatación por inhibición de la actividad noradrenérgica a nivel central, o bien caracterizados por hipertensión por estimulación de los -adrenoceptores a dosis elevadas. La estimulación de los - adrenoceptores ocurre a dosis normales y da lugar a arritmias que pueden ser tratadas con -bloqueantes. Transtornos de la libido y psiquiátricos también pueden tener lugar. Las complicaciones motoras como consecuencia de la administración de levodopa comienzan a observarse luego de algunos años del comienzo del tratamiento en forma crónica. Estas complicaciones se caracterizan por la falta de movimientos (acinecia) y por la aparición de movimientos involuntarios (discinesia). Las discinesias pueden ser monofásicas (entre dosis) o bien bifásicas (al principio y al final de la ingesta de la dosis). El fenómeno on-off es también un fenómeno discinético que no guarda relación con la dosis y se manifiesta en forma brusca como consecuencia de los cambios de la sensibilidad de los receptores. Con el tiempo, las dosis de levodopa deben administrarse cada vez menos separadas para conseguir el mismo efecto debido al fenómeno wearing-off (desaparición del efecto antes de lo esperado). ii) INHIBIDORES DE LA LAAD: La carbidopa y la benserazida son sustancias relacionadas estructuralmente con sustratos naturales de la enzima LAAD, a la que consiguen inhibir. Al no atravesar ellas mismas la barrera hematoencefálica, inhiben la LAAD en los tejidos periféricos. De este modo impiden que la levodopa se convierta en dopamina y, en consecuencia, consiguen aumentar la cantidad de levodopa que accede al cerebro y en éste se convierte en dopamina. Su administración conjunta con levodopa resulta muy ventajosa porque reducen alrededor del 75 % la cantidad de levodopa que debe administrarse, aumentan la semivida de la levodopa y contribuyen a mantener niveles cerebrales más estables. Al mismo tiempo, disminuye la cantidad de dopamina en tejidos periféricos, responsable de algunas de las reacciones adversas. iii) INHIBIDORES DE LA MAO-B: La selegilina (o deprenilo) inhibe de forma selectiva la MAO de tipo B, isoenzima que actúa sobre la dopamina y no sobre la adrenalina o la serotonina. La MAO-B oxida a la selegilina dando lugar a un metabolito intermediario que, a su vez, inactiva a la MAO-B. Alrededor del 80 % de la dopamina cerebral humana es metabolizada por la MAO-B, de modo tal que la selegilina eleva la concentración de dopamina cerebral sin afectar las otras monoaminas. Además, inhibe la penetración de dopamina y tiramina en las terminaciones correspondientes, lo que, por una parte, mejora la actividad dopaminérgica y, por la otra, no produce la típica reacción tiramínica de los inhibidores de la MAO. Utilizada como coadyuvante de la levodopa en los estadios avanzados de la enfermedad, la selegilina origina una mejoría en el nivel de control de la sintomatología parkinsoniana conseguido por la levodopa. La administración de selegilina a pacientes parkinsonianos en estadios muy precoces retrasa significativamente la progresión clínica del cuadro y la aparición de la sintomatología incapacitante que obliga a comenzar la levodopaterapia. Se ha propuesto que esta capacidad neuroprotectora se debe a la acción inhibidora de la oxidación, al reducir la generación de radicales libres y otros productos de oxidación tóxicos, aparentemente responsables de lesión tisular en la sustancia negra. Se absorbe rápidamente por vía oral y atraviesa bien la barrera hematoencefálica. Se metaboliza más del 95% de la dosis a través del hígado formando derivados anfetamínicosy desmetilselegilina, la cual retiene parte del efecto inhibidor de la MAO-B. A dosis terapéuticas, la selegilina tiene escasos efectos secundarios. Puede observarse la activación de úlceras preexistentes por activación de receptores H2 como consecuencia de la inhibición del metabolismo de la histamina mediado por la MAO-B. De la misma manera, debe evitarse la administración de selegilina a pacientes tratados con antidepresivos como la fluoxetina. En su administración conjunta con levodopa se manifiestan aquellas reacciones adversas que aparecen como consecuencia de la acumulación de la dopamina y que ya fueron descritas anteriormente. iv) INHIBIDORES DE LA COMT: Si hay un inhibidor de la LAAD, la mayoría de la levodopa y de la dopamina son catabolizadas, dentro y fuera del sistema nervioso central, por la COMT, lo que da lugar al incremento de la conversión de levopoda a 3-O-metildopa. Este hecho reduce la concentración de levodopa disponible, disminuyendo el efecto terapéutico de la levodopa en la enfermedad de Parkinson. Los nitrocatecoles son un grupo de fármacos inhibidores selectivos y no reversibles de la enzima COMT. Los fármacos más representativos de este grupo farmacológico son la entacapona y la tolcapona. Estos nitrocatecoles se diferencian casi exclusivamente en su capacidad de paso de la barrera hematoencefálica, pobre para la entacapona y elevada para la tolcapona. Los efectos secundarios más frecuente continúan siendo los mismos que para los de la levodopa. Si bien la entacapona aún continúa siendo comercializada, la tolcapona sin embargo fue retirada del mercado debido a sus elevados efectos adversos. v) AGONISTAS DOPAMINÉRGICOS: a) Derivados ergóticos: Los derivados ergóticos son los agonistas dopaminérgicos más empleados en la terapéutica antiparkinsoniana, dentro de los cuales se encuentran la bromocriptina, la pergolida, la lisurida y la cabergolida. En general son agonistas D2, aunque la bromocriptina es además agonista parcial D 1. La cabergolida presenta mayor vida media que los demás derivados ergóticos. La mayor parte de las acciones derivan de su capacidad de activar receptores dopaminérgicos. La activación de estos receptores en diversas estructuras explica sus acciones: a) en el estriado, mejora el cuadro clínico parkinsoniano, sobre todo la acinesia, pudiendo llegar a producir hiperactivación con manifestación de discinesias; b) en el eje hipotálamo-hipofisario, reduce la liberación de prolactina, aumenta la de la hormona de crecimiento en individuos normales y la disminuye en individuos acromegálicos, y c) en la corteza cerebral, puede producir fenómenos psicóticos. Para ejercer su actividad, la bromocriptina requiere la existencia y el funcionamiento de neuronas dopaminérgicas, es decir, la presencia de dopamina en la terminación sináptica. De hecho, los enfermos resistentes a la levodopa también lo son a la bromocriptina, y los enfermos con parkinsonismo grave no responden a la bromocriptina sola, pero la eficacia aumenta si a ésta se asocia cierta cantidad de levodopa. Esto no ocurre con los demás agonistas ergóticos, capaces de ejercer sus efectos antiparkinsonianos en ausencia de actividad dopaminérgica presináptica. Esta diferencia podría deberse a la necesidad de que participen varios tipos de receptores dopaminérgicos, fundamentalmente D2 y D1, o bien a que la dopamina provoque una modificación en el receptor, indispensable para su activación por la bromocriptina. Por tratarse de fármacos con estructura ergótica, se comprende que también muestren afinidad por receptores noradrenérgicos y serotonérgicos, sobre todo a nivel central, donde suelen comportarse como agonistas parciales. La activación noradrenérgica central puede explicar parte de la acción hipotensora que estos fármacos ejercen por activación de los -adrenoceptores. Todos se absorben en el tracto gastrointestinal, pero sufren intensa metabolización hepática, por lo que su biodisponibilidad es baja. Se unen intensamente a proteínas plasmáticas y tisulares. La metabolización varía mucho de un individuo a otro. Las propiedades biológicas no siguen de forma fidedigna los niveles plasmáticos, en parte debido a la dificultad en atravesar la barrera hematoencefálica y quizás a que se forman metabolitos activos. La duración de la acción es superior a lo previsto por la semivida de eliminación, lo que sugiere una especial retención o fijación en un compartimiento central que contiene los receptores dopaminérgicos. Muchas de ellas, dependientes de la activación dopaminérgica, son similares a las descritas para la levodopa. Sin relación con la dopamina, pueden aparecer vasospasmo digital, diplopía, cefaleas, congestión nasal, incremento de crisis de ángor y otros síntomas ergóticos. En ocasiones se observa eritromelalgia con eritema, edema y dolor de extremidades. b) Derivados no ergóticos: La apomorfina es un derivado sintético de la morfina que carece de acción analgésica. Como tiene alta afinidad por los autorreceptores dopaminérgicos presinápticos, inicialmente puede producir sedación y luego ejerce la acción terapéutica sobre el temblor y la rigidez. Se administra principalmente por vía parenteral y aparece tolerancia con cierta rapidez. Es utilizada para rescatar a los pacientes en períodos off. Otros derivados no ergóticos son se el ropirinol y el pramipexol. Comparten también las reacciones adversas dependientes de la activación dopaminérgica. vi) AMANTADINA: Su actividad antiparkinsoniana se debe a su capacidad de liberar dopamina y de inhibir su recaptación en las terminaciones sinápticas. Posee también ligeros efectos anticolinérgicos y son antagonistas NMDA. Su eficacia clínica es útil en los estadios iniciales de la enfermedad. Disminuye las discinesias provocadas por la levodopa. vii) ANTIMUSCARÍNICOS DE ACCIÓN CENTRAL: No son fármacos de primera elección. Poseen especial selectividad por receptores muscarínicos centrales, tales como trihexifenidilo, biperideno, y etopropazina. La hipofunción dopaminérgica repercute en hiperactividad colinérgica y el aumento de la actividad colinérgica en el cuerpo estriado agrava la sintomatología parkinsoniana. Por lo tanto, el bloqueo de receptores muscarínicos mejora algunos de los síntomas. Algunos anticolinérgicos centrales son también capaces de inhibir la recaptación de dopamina en los terminales, mejorando así la disponibilidad de las moléculas de dopamina liberadas por las terminaciones aún indemnes. Las reacciones adversas son las típicas del bloqueo muscarínico (taquicardia, retención urinaria, disminución del persitaltismo, broncodilatación, disminución de la secreción glandular, midriasis, pérdida de memoria, alucinaciones, etc).