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LA FAENA DE LOS LÍDERES DE OPINIÓN: LOS TOROS EN LAS COLUMNAS

DE 2012 HASTA HOY

ANDRÉS JAVIER CASTRO CIFUENTES

TRABAJO DE GRADO PARA OPTAR POR EL TÍTULO DE:


COMUNICADOR SOCIAL CON ÉNFASIS EN PERIODISMO

DIRECTOR:
JUAN SEBASTIÁN JIMÉNEZ HERRERA

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA


FACULTAD DE COMUNICACIÓN Y LENGUAJE
COMUNICACIÓN SOCIAL
CAMPO PROFESIONAL DE PERIODISMO
BOGOTÁ

2019
ARTÍCULO 23

“La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por los alumnos en sus

trabajos de grado, solo velará porque no se publique nada contrario al dogma y la moral

católicos y porque el trabajo no contenga ataques y polémicas puramente personales, antes

bien, se vean en ellas el anhelo de buscar la verdad y la justicia”.


Bogotá D.C., 21 de mayo de 2019
MARISOL CANO BUSQUETS
Decana de la Facultad de Comunicación y Lenguaje
Pontificia Universidad Javeriana

Estimada decana:

Me permito presentarle mi trabajo de grado para conseguir el título de Comunicador Social


con énfasis de periodismo titulado “La faena de los líderes de opinión: los toros en las
columnas de 2012 hasta hoy”.

Con este trabajo de grado pretendo mostrar, a través de un análisis del discurso, los diferentes
argumentos presentados alrededor del debate de las corridas de toros desde que Gustavo
Petro asumió la alcaldía en el 2012 hasta este último tiempo. Esto se hace desde una mirada
periodística tomando los tres medios más importantes del país como lo son El Tiempo, El
Espectador y Semana. El análisis se realiza tomando las columnas de opinión de estos
medios y ver de qué forma abordan el debate.

Este tema lo abordo ya que me parece un tema de interés general y es un aporte a la discusión
que no solo se centra en las corridas de toros, sino que encontraremos un gran debate de
políticas animalistas. Este trabajo no pierde la mirada académica ya que utilizo la misma
academia para realizar el analisis tomando como referencia principal de este trabajo las obras
del lingüista Teun Van Dijk, siendo una fuente importante para sustentar este trabajo de
grado.

Cordialmente,

Andrés Javier Castro Cifuentes


C.C 1018502748
Bogotá D.C., 21 de mayo de 2019
MARISOL CANO BUSQUETS
Decana de la Facultad de Comunicación y Lenguaje
Pontificia Universidad Javeriana

Estimada Decana:

Tengo el placer de presentarle la tesis La faena de los líderes de opinión: los toros en las
columnas de 2012 hasta hoy del estudiante Andrés Javier Castro Cifuentes. Se trata de una
tesis en la que el estudiante analiza el debate que se generó alrededor de las corridas de toro,
desde la llegada de Gustavo Petro a la Alcaldía de Bogotá hasta nuestros días.

Es, por ello, un trabajo novedoso. Esto, por lo menos, en dos aspectos. Primero: analiza un
tema como el de las corridas de toros desde el discurso alrededor de si estas deben seguir o
no y no desde otros enfoques más comunes, por ejemplo, en el campo de la comunicación
social. A su vez, al poner el foco en los columnistas, permite una mejor comprensión mejor
de una discusión tan enriquecedora. Esa novedad le permite analizar sin apasionamientos
-sino con base en herramientas determinadas y en los postulados de Van Dijk- un tema que
genera controversia desde su origen mismo.

Y el segundo aspecto que hace novedoso o, por lo menos, pertinente un trabajo como este es
que el debate sobre las corridas de toros, antes que menguar, se ha enriquecido. El trabajo de
Castro es, en ese sentido, un aporte a una conversación abierta, más aún desde que la Corte
Constitucional revivió la tauromaquia en Colombia. Esto hace de esta tesis un ingrediente
más para la discusión desde la academia.

Juan Sebastián Jiménez


C.C. 1018422003
Información Básica

A. Problema
1. ¿Cuál es el problema? ¿Qué aspecto de la realidad considera que merece
investigarse? En un párrafo conciso plantee el problema que motiva su investigación.

En Colombia se ha llevado a cabo un gran debate alrededor de las corridas de toros. La

Cámara de Representantes había aprobado, en segundo de cuatro debates, el proyecto de ley

que prohíbe el maltrato animal; con eso, en Bogotá y en toda Colombia estaría prohibido las

corridas de toros. Pero, recientemente, la Corte Constitucional anuló una sentencia emitida

por esa misma corporación en enero de 2017 en la cual se judicializaba a personas que

causaran maltrato animal, sin excepción, incluidas las corridas de toros y se le daba un plazo

al Congreso para que legislara al respecto, de lo contrario, estas iban a quedar

definitivamente prohibidas. Ahora, con la anulación a esa sentencia, las corridas de toros

pueden transcurrir sin ningún problema, ya que están en el marco de actividades artísticas y

culturales.

Muy posiblemente la discusión seguirá por mucho más tiempo y los toros pasen a ser cosa

del pasado en nuestro país, logrando que este se una a la lista de países que dejaron los toros

a un lado. En Bogotá, durante la alcaldía de Gustavo Petro, desde enero de 2012 hasta junio

de 2015, fue donde se dieron los debates más álgidos para abolir la fiesta brava. Incluso,

Petro logró que durante su alcaldía no se hiciera uso de la plaza de toros de la Santamaría.

El debate de abolir las corridas de toros está presente en todas las ciudades, no solo en

Bogotá. Es decir: ha tenido dimensiones nacionales. Medellín y Cartagena siguieron por la

línea de alejar a los toros de sus plazas en su momento y buscando otras alternativas a
eventos en estos espacios para que las corridas de toros no regresaran. Hasta 2018, la plaza

de toros de La Macarena en Medellín seguía recibiendo las corridas.

La discusión gira en torno a si los toros deben seguir siendo una actividad vigente en nuestro

país o, por el contrario, deben prohibirse de manera definitiva en todo el territorio

colombiano. Los discursos manejados en los medios de comunicación evidencian una serie

de diferencias y variedades que vale la pena analizar y comparar, debido a que son una

fotografía del debate que se produjo y de las implicaciones que tuvo. En estos medios es

importante saber cómo se generó el espacio de opinión para abolir las corridas de toros.

Es claro que en estas discusiones las columnas de opinión han ayudado a la construcción del

discurso, tanto para animalistas como para taurófilos y defensores de las corridas de toros.

Pero, también hay un tema que es el político alrededor de estas discusiones, por ejemplo, en

Bogotá las personas que estaban en contra de Petro no veían con buenos ojos el cierre de la

plaza, no porque les gustara ir, sino porque es cuestión de hacer parte de la oposición. Lo

mismo ocurría en España: Barcelona quería sacar algo muy tradicional español de su región y

prohibió los toros en la ciudad: todo encaminado a la independencia de Cataluña.

Es importante para estas discusiones el punto de vista de los columnistas de opinión ya que

ellos conducen las discusiones en la esfera pública al ser líderes de opinión para tratar estos

temas y enriquecer el debate. Como lo dice Elihu Katz en su modelo de comunicación, en el

cual expone que la comunicación de masas se desarrolla por etapas y los líderes de opinión

influyen en gran medida en los sujetos. Esto ayuda a que el público lector tome una postura

sobre las corridas de toros y siga moviendo la balanza en pro o en contra de estas prácticas.
Las discusiones de los toros no iniciaron en Bogotá, pero es en esta ciudad durante la alcaldía

de Gustavo Petro donde deja de ser un debate y empiezan a tomarse decisiones reales para

abolir las corridas de toros, gracias a que se encontró un apoyo en la ciudadanía. En

Colombia empezó a apropiarse el discurso mundial de prohibir las corridas de toros y dejar a

un lado esta tradición, como ya se ha adelantado en países como España, donde es una

actividad muy arraigada en la sociedad española pero que de a poco ha desaparecido de

ciudades, como el caso de Barcelona, donde la plaza pasó a ser un centro comercial ya que

los catalanes poco o nada les interesaba la fiesta brava en su gran mayoría. Esta lucha

centrada en los toros tenía otro tinte y es la larga lucha de los catalanes con el resto de

España. Ese símbolo del toro totalmente español no representa a los catalanes que no se

identifican con los toros, no se sienten en realidad españoles. Esta disputa de los toros va más

allá de lo que pueda significar la tortura animal y los derechos de los animales, es también un

símbolo de identidad español que los catalanes no comparten y motiva en parte a querer

abolir esa identidad muy española que significa las corridas de toros.

2. ¿Por qué es importante investigar ese problema? Enumere las razones que justifican la
investigación que se propone, su pertinencia e importancia, desde para el campo
profesional y para la comunicación. En el caso de los productos, especifique su
originalidad o rasgos que lo distinguen de experiencias similares.

Este análisis de discurso es importante porque nos da claridad en la pluralidad de opiniones y

posturas frente a las corridas de toros y ayuda a ver la construcción de posiciones y de

sectores por medio de los espacios de difusión y representación por parte de los medios; en

este caso, por ejemplo, las posiciones alrededor de las corridas de toros. Con esto, se puede
construir y comparar los discursos que se manejan tanto en los que están a favor de las

corridas como los que están en contra.

Se logra, entonces, observar los diferentes argumentos que se manejan dentro de estos

discursos y con esto logramos ver la transición del debate durante estos años hasta llegar a

que las corridas toros en Colombia van a desaparecer. Es una manera de ver las etapas que

tuvo con los discursos. De esta manera puede evidenciarse cómo manejan los medios de

comunicación un tema mediático como lo son las corridas de toros. Y con esto observamos si

el periodismo pudo influir en los movimientos presentes en los discursos. Al ser este un

debate enorme, es claro que la comunicación tuvo un papel importante e influyó en el futuro

de las corridas de toros, especialmente, vemos la importancia de los columnistas de opinión

en los debates sociales y logró posicionar la polémica de las corridas de toros en la agenda

pública

¿Qué se va investigar específicamente? (Defina el objeto o corpus de la investigación ¿Con


qué materiales, entidades, espacios, textos, etc. va a trabajar?

En este análisis de discurso es central y primordial los artículos en los medios de

comunicación, en este caso se tomarán tres medios que serán El Tiempo, El Espectador y

Semana, esto con el fin de cerrar el espacio de debate y analizar los tres medios más

importantes del país que serían los medios que tienen más influencia y alcance en Colombia,

así como los de mayor credibilidad a la hora de revisar opiniones y posturas sobre temas

mediáticos.
De estos tres medios se sacarán todos los artículos de opinión que hablen sobre las corridas

de toros, tanto los que están a favor como en contra, así tener las dos posturas de cada uno de

los medios y encontrar si en algún medio se inclinan más los columnistas en pro o en contra,

además de los discursos que manejan cada uno. Esto con el fin de ver la pluralidad de

opiniones y posturas y cómo fue el tránsito del debate hasta llegar a lo que ocurre hoy en día.

Además de ver cómo estos artículos de opinión ayudaron a construir el discurso de ambos

movimientos.

Además, se utilizarán textos que ayuden a la construcción del análisis de discurso, de textos

que hablen sobre las construcciones sociales, para utilizar las opiniones encontradas en los

artículos y entender las representaciones que generan. Al igual, se utilizarán textos sobre

toros para darles contexto de las corridas de toros, su llegada a Colombia y América latina.

El espacio de análisis claramente está limitado desde la alcaldía de Gustavo Petro, donde se

inició, por así decirlo, el gran debate y llega hasta lo que está ocurriendo hoy en día con la

ley animalista y las sentencias de la Corte Constitucional. El lugar es Bogotá, pero podemos

encontrar que el debate pasó a ser nacional y el discurso de los toros en la Santamaría se

trasladó a hablar de las otras plazas taurinas del país.

B. Objetivos
1. Objetivo General: ¿Qué busca alcanzar? Párrafo puntual donde define la meta general
que se propone para el trabajo.

La meta de este trabajo es analizar la forma en la que se generó un debate al interior de la

sociedad respecto a las corridas de toros desde la administración de Gustavo Petro en Bogotá
hasta el año 2018 en el país donde las columnas de opinión jugaron un papel importante en

este debate.

2. Objetivos Específicos (Particulares): Especifique qué otros objetivos se desprenden del


Proyecto. ¿Qué tipo de metas se propone cumplir para lograr el objetivo general?

Otros objetivos son encontrar una relación entre los movimientos animalistas y los discursos

antitaurinos y qué tanto impacto tuvo estos discursos para que la alcaldía decidiera abolir las

corridas de toros. Al igual de examinar la importancia de estos debates que lleva a eliminar

una tradición presente en una minoría y con esto lograr que se produzcan cambios

constitucionales y sociales. Finalmente, demostrar que los gustos son construcciones sociales

que pueden dejar de ser vigentes y puede pasar a ser repudiados, además, de la siempre

influencia de los medios de comunicación para formar debate y que estos trasciendan.

Fundamentación Teórica y Metodológica

A. Fundamentación Teórica
1. Estado del Arte ¿Qué se ha investigado sobre el tema? Antecedentes de investigación.
Revisión de la bibliografía pertinente. Para trabajos con producción, ¿hay producciones
que trabajen el mismo tema o alguno similar?, ¿existen manuales semejantes? ¿Textos de
apoyo a su trabajo? Haga aquí una breve relación crítica de los textos que servirán de
apoyo a su trabajo.

Si bien las corridas de toros son un tema que está en la agenda de todos los medios de

comunicación, no se ha tomado el tiempo de analizar el contenido ni la forma en que los

medios abordan este tema y los discursos que se manejan. Encontramos que en España se ha

hecho la tarea de analizar a profundidad la cobertura mediática de la prohibición de las

corridas de toros y su forma de abordar el tema. La gran mayoría de textos que hablan sobre

el papel de los medios en la construcción del discurso y el enfoque que le dieron a el debate
sobre la prohibición de las corridas de toros hablan en el caso de Cataluña y la abolición a

esta práctica tan tradicional en España. Toda esta discusión en España se da por temas

políticos entre el gobierno central y Cataluña.

Los textos mencionan el tratamiento de los medios en el tema de las corridas de toros y

evaluaban su posición frente al tema analizando las noticias que publicaban referente a las

corridas de toros. Así mismo, analizaban la cobertura que estos medios le daban a este tema

para observar la importancia en la línea editorial sobre lo que estaba ocurriendo. Estos textos

muestran un análisis detallado con cifras y datos sobre los medios que están a favor de la

prohibición de las corridas de toros, los que están en contra y los que están de manera

neutral.

Estos textos tienen unos objetivos claros que sirven como ejemplo para realizar este

proyecto. Ellos buscan definir cuál fue el tratamiento periodístico de la decisión tomada en el

parlamento de Cataluña para así ver cuál fue el enfoque utilizado por los medios de

comunicación españoles para crear agenda y así manejar su información. Con esto ver la

diferencia de tratamiento de la información de todos los medios involucrados y así crear

debate y una postura. Los textos mencionados anteriormente son Tratamiento periodístico de

la prohibición de las corridas de toros en Cataluña en la prensa nacional española desde la

perspectiva del framing de Noa Carballa y Cobertura mediática de la prohibición de las

corridas de toros en Cataluña a través de un análisis multivariante HJ-BIPLOT de José

Urchaga, Noa Carballa y Aurora García (2017).


Se utilizarán varios grupos de textos que ayuden a desarrollar este trabajo de grado, primero

utilizaremos algunos escritos para construir la mirada de los toros a nivel social en Colombia

utilizando ejemplos internacionales como México y el ya mencionado caso de Barcelona y

así tener elementos suficientes para iniciar el análisis de discurso.

El primer texto es La fiesta de toros en Colombia siglos XIV – XIX de Jean-Paul Duviols

(1999) donde se habla de la llegada de los toros a la Nueva Granada, se conoce entonces que

los toros arribaron con la conquista. En poco tiempo se adoptó las corridas en las élites de la

sociedad y en las fiestas religiosas. Coronación de reyes y bautizos eran escenarios de las

corridas de toros. Pasando por la llegada de las fiestas a Bogotá y el crecimiento de la afición

taurina en Colombia y llegar a ser el espectáculo más concurrido y esperado por la sociedad.

El segundo texto utilizado es Institucionalización de racionalidades en una industria cultural:

la tauromaquia en México de Francisco Velázquez (2011) y en este texto se analizan los

actores centrales en la organización de la tauromaquia en México. Las ganaderías, las

empresas, los matadores, los banderilleros, los aficionados y muchos más actores que han

conformado la organización que ayuda a mantener vivo este tipo de espectáculo y como de

una u otra forma se logran relacionar, ya que se pensaría que muchos andan por su propia

cuenta y son individuales. También se analiza que este mercado taurino es una industria

especial, como un reflejo heredado de España y cómo se mantiene. Este escrito está realizado

gracias a entrevistas con empresarios y toreros para conocer más el fondo de esta industria.
Otro grupo de textos son los que utilizaremos para armar un contexto histórico de las corridas

de toros y sus orígenes, para eso utilizaremos un texto de Juan Carlos Fernández llamado

Orígenes de la tauromaquia, aquí el autor recopila todos los elementos históricos que se le ha

aportado a la idea de los orígenes de la tauromaquia.

La fiesta brava está relacionada con las actividades físicas y de acá vendría su origen. Los

orígenes están relacionados con el culto al toro como deidad, los ritos de ofrenda a los dioses

y las ceremonias funerarias. Se sitúa los inicios en la zona Andaluz de España y cómo se

extendió en toda la península ibérica, además de sus lazos fuertes con Francia, a donde

alcanzó a llegar la cultura de los toros.

Otro texto es Evolución histórica del toro bravo por David y Emilio Herrero donde los

autores toman diferentes declaraciones históricas y contextos para explicar cómo se ha

llegado a tener el toro como lo conocemos hoy en día. Para ellos, hoy se tienen los mejores

toros de la historia y esto gracias a los errores y aciertos que se han logrado en la ganadería

española para lograr tener a un toro desafiante. Este trabajo también está realizado por la

recopilación de datos que están variados. Algunos son de una documentación confiable, otra

de una documentación más o menos idealizada y por último una documentación con

interpretaciones libres.

Por su parte, La génesis de la tauromaquia moderna: La presidencia de la autoridad y la

construcción de tribunas analiza las transformaciones que tuvo la fiesta brava en la sociedad

y como se convirtió en una fiesta pública. Habla que desde inicios del siglo XVI logró tener
un apoyo fuerte en Sevilla – España y por eso se realizaron las dos primeras construcciones

taurinas, una destinada a la presidencia de la autoridad civil y la otra fue un intento de

construir una grada para el público en general. El texto está encaminado a las construcciones

de estas plazas que son el origen de las plazas de toros en todo el mundo perfilados desde el

siglo XVIII. Estos son revisados desde textos, planos, documentos de las municipalidades,

etc.

Y por último utilizamos Tauromaquia que en este texto se habla también de la parte más

histórica de la tauromaquia, sus inicios, cómo se transformó hasta convertirse en lo que

conocemos hoy en día, cómo se adaptó al público y logró convertirse en un espectáculo de

élites, los escenarios donde se empezaron a realizar las corridas de toros, en qué consiste y

cómo se hace una corrida, entre muchas más cosas. También hay un capítulo para admirar al

toro como arte, y muestra como el mismo arte ha incluido a la tauromaquia en obras como

pinturas y esculturas. Ahí mismo se hace una revisión de la tauromaquia en México, ya que

este país es el segundo con más plazas de toros en el mundo después de España y así mismo

su importancia para que se expandiera esta tradición por América latina.

Finalmente, el otro grupo de textos se refieren a opiniones y diferentes reflexiones acerca de

los toros como tradición, algunas defendiéndolas y otras atacando esta práctica. La primera

es Cincuenta razones para defender las corridas de toros donde se busca justificar las

corridas de toros desde un ámbito animalista, mostrando como una pérdida para la

humanidad lo que significa que la corrida de toros desaparezca.


El mismo autor aclara que estas razones están basadas en la parte de los valores y que en

ningún momento se justifica en el aporte económico y humano de las corridas de toros,

tampoco hablará de la historia de la fiesta ni de en qué consiste la fiesta, como lo dice en un

inicio, se centrará exclusivamente en los valores. Cuestiona los diferentes argumentos contra

los toros, como la sensibilidad y expone que en nuestra vida estamos rodeados de torturas

animales que no son reprochables como lo son las corridas, algo que Tauromaquia:

¿maltrato animal o expresión cultural? de Ingrid Reyes sí se aborda.

En este texto, la autora trata de explicar y demostrar el por qué las corridas de toros son una

práctica cruel hacia el animal y que el Congreso de la República debe penalizarla como tal,

ya que la corrida de toros no está estipulada como maltrato animal en nuestro país. Ella se

centra en tres argumentos los cuales están centrados en: primero que el toro sí sufre durante

las corridas; posteriormente, que la tauromaquia ya no debe ser considerada como una

expresión cultural y, por último, que la raza del toro de lidia no desaparecería sin las corridas,

un argumento que se utiliza generalmente en las discusiones por taurinos.

El siguiente texto es Una reflexión sobre el futuro de las fiestas de toros. La depuración de

la suerte de varas de Álvaro Martínez. En este escrito, se muestra cómo los toros han sufrido

grandes cambios y los obstáculos que ha pasado a lo largo de la historia. Cómo los políticos

ilustres de la época creían que la fiesta no sería apoyada y terminaría desapareciendo, pero

terminó siendo un fenómeno nacional y se acomodó en la sociedad.


La tauromaquia moderna superó prohibiciones debido a las muertes constantes que había en

las plazas de toros, pero no se queda solamente en lo que significa los toros a la sociedad,

también lo que ayuda a las poblaciones en materia de entretenimiento y de surtir de carne a

las poblaciones hambrientas. Los toros también son un atractivo turístico grande para España.

Así trata de mostrar lo que pasará en un futuro no muy lejano con los toros.

Y por último utilizaremos un texto de Cecilio Paniagua llamado Psicología de la afición

taurina (2008) para hacer revisar esa parte poco estudiada y no tan entendida que es el perfil

de un aficionado taurino. En palabras de Paniagua

Se estudia desde una perspectiva psicoanalítica la evolución sociohistórica de la

tauromaquia. Se comenta sobre el encauzamiento psicológico del sadismo, el

narcisismo, el erotismo y las identificaciones de la afición, concluyéndose que la

tauromaquia constituye una compleja transacción cultural entre pulsiones

inconscientes y la cambiante sensibilidad social a la crueldad, expresada por medios

estéticos tradicionalmente sancionados. (Paniagua, 2008)

2. Marco Conceptual ¿Cuáles son las bases conceptuales con las que trabajará? ¿Qué
conceptos, categorías, relaciones conceptuales básicas va a utilizar? Descríbalas
brevemente.

En este proyecto se armarán dos grupos claros que serán analizados en todo el proyecto.

Estos dos grupos son los movimientos animalistas en contra de las corridas de toros y los

movimientos taurinos a favor de las corridas, de ahí se extrae el discurso que ellos manejan,

además de analizar los mismos discursos, pero en las columnas de opinión. Los conceptos

que se van a manejar estarán ligados a lo que nos encontremos a lo largo de las columnas de
opinión, como términos y calificativos que se utilizan para construir una imagen, ya sean de

un animalista o un taurófilo.

Las columnas de opinión, como se ha mencionado antes, son fuente principal de los discursos

que se manejan y serán los mismos que ayuden a construir este proyecto. Los conceptos

básicos que se van a manejar son la definición de la tauromaquia como tradición, la tortura

animal y los derechos de los animales, todo esto ligado a lo que se encuentre dentro las

columnas de opinión de los diferentes líderes de opinión, tanto a favor de los toros, como los

que están en contra de ellos.

Para realizar el análisis del discurso utilizaré al lingüista holandés Teun Van Dijk. Su teoría

del análisis crítico de los discursos encaja con la idea de este trabajo de grado. El análisis

crítico del discurso no se preocupa solamente en las teorías, sino los problemas sociales y

políticos de nuestra sociedad, esto dicho por Van Dijk. El autor se centra en los discursos de

manera Macro y Micro y busca encontrar cómo el discurso está ligado al poder social

justamente con los análisis críticos del discurso. Así mismo, el poder se apropia de los

discursos y le cambia la dinámica a su antojo. Veremos entonces cómo el discurso y el poder

social están estrechamente ligados y así encontraremos una relación directa con los medios

de comunicación y los líderes de opinión que construyen la agenda del debate.

Van Dijk habla del acceso al discurso y al control que posee cada uno. Como individuos

comunes en la sociedad, tenemos el control del discurso con nuestros amigos y familiares y

eso acorta nuestro alcance, pero, los periodistas tienen el alcance que generan los medios de
comunicación. Además, que se refiere al poder de los que manejan esos discursos y los

espacios en los que pueden generar ese discurso, por ejemplo, yo como ciudadano no puedo

ir al parlamento a discutir porque no tengo la autoridad ni el poder para hacerlo, sólo los

parlamentarios tienen el poder para hacerlo, eso mismo sucede con los grandes líderes de

opinión y lo que decía Katz, influyen en gran medida en los sujetos y en los debates.

Eso habla del poder y su inferencia en los asuntos, seguramente, el parlamentario sí tendrá

acceso a mi círculo familiar o de amigos para discutir algún tema por el poder que él posee,

pero yo no tengo el mismo beneficio. Así mismo, Van Dijk se refiere a la credibilidad en el

discurso y a lo que puede llegar a suceder en el control de las mentes

La credibilidad es algo que los receptores asignan a los hablantes o a los escritores,

sobre la base de conocimiento socialmente compartido y de actitudes acerca de

grupos y roles sociales. Del mismo modo también los otros rasgos de los modelos

subjetivos de contexto controlan la influencia del discurso, la definición de la

situación, los papeles comunicativos y sociales de los participantes, las relaciones

entre participantes (de conflicto, dominio o cooperación), los actos sociales que se

están cumpliendo, el escenario (tiempo y lugar), y las creencias de los participantes

(intenciones, objetivos, conocimiento, opiniones, etc.) (Van Dijk, 199, p.31)

Al igual, Van Dijk se refiere a una jerarquización en el discurso para así lograr controlar las

mentes y manejar los discursos a su antojo y por el camino que desee. Van Dijk tiene las
herramientas suficientes para poder construir este análisis del discurso y así sustentar con una

fuente importante lo mencionado anteriormente.

B. Fundación Metodológica
1. ¿Cómo va a realizar la investigación? ¿Cómo va a alcanzar los objetivos propuestos?
¿con qué tipo de metodología? ¿qué instrumentos y técnicas de investigación va a
trabajar? En trabajos con producción, ¿cómo lo va a realizar? ¿supone diagnósticos
previos?, ¿entrevistas?, ¿observación?, encuestas?, etc. Tenga en cuenta que la
metodología no es una sola y está estrechamente relacionada con el tipo de trabajo de
grado que usted(s) desarrollará.

En este proyecto pretendo leer todos los artículos de opinión disponibles de los tres medios

mencionados a lo largo del texto (El Espectador, El Tiempo y Semana). Ya conociendo las

definiciones y discursos que manejan en esos medios de comunicación y de los líderes de

opinión haré el análisis del discurso de estos. Pretendo realizar entrevistas a personas

involucradas en estos medios que hayan sido parte de la discusión para profundizar en los

discursos que ellos manejaron y con eso lograr el objetivo de este trabajo de grado que es

analizar la forma en la que se dio el debate de las corridas de toros en Bogotá durante la

alcaldía de Gustavo Petro y la participación de los medios de comunicación en este debate.

2. Cronograma. ¿Qué actividades desarrollará y en qué secuencia? Especifique tareas y


tiempo aproximado que le tomará cada una. Recuerde que tiene un semestre (18 semanas)
académico para desarrollar su proyecto.

En las primeras cuatro semanas se hará la recolección total de las columnas de opinión de

todos los medios de comunicación mencionados (El Espectador, El Tiempo y Semana). Esto

con lectura y resumen de cada columna para crear el análisis de discurso.


En siguientes dos semanas se analizará toda la información con el fin de encontrar los

enfoques e ideas que manejan todas las columnas y medios de comunicación

En las siguientes dos semanas se harán las entrevistas necesarias para el trabajo de grado con

el fin de recaudar la mayor cantidad de voces y ángulos posibles.

En las siguientes diez semanas, ya con la mayoría de información recolectada, se escribe el

trabajo de grado a la vez que se va presentando cada punto al asesor y así realizar las

correcciones necesarias al documento

3. Bibliografía básica: Escriba todos los datos bibliográficos completos de aquellos


documentos, textos, artículos, fuentes que serán fundamentales en la realización del
trabajo. Siga las normas formales propuestas en el texto Citas y referencias
bibliográficas de Gustavo Patiño.

 Martínez, A. (1999) Una reflexión sobre el futuro de las fiestas de toros. La


depuración de la suerte de varas. Revista de estudios taurinos. Sevilla. 141-170

 Paniagua, C (2008) Psicología de la afición taurina. Revista de humanidades. 140


- 157
 Velázquez, F. (2011). Institucionalización de racionalidades en una industria
cultural: la tauromaquia en México. Universidad de Guanajuato

 Van Dijk, T. A. (1999). El análisis crítico del discurso. Revista anthropos:


Huellas del conocimiento, (186), 23-36.

 Litago, J. D. U., Rivas, N. M. C., & González, A. G. (2017). Cobertura mediática


de la prohibición de las corridas de toros en Cataluña a través de un análisis
multivariante HJ-BIPLOT. Revista Prisma Social, (19), 450-470.
NOTA: El proyecto no debe sobrepasar las 15 páginas.
PTG‐E‐3
Referencia: Formato Resumen del Trabajo de Grado

FORMATO RESUMEN DEL TRABAJO DE GRADO CARRERA DE COMUNICACIÓN


SOCIAL

Este formato tiene por objeto recoger la información pertinente sobre los Trabajos de Grado
que se presentan para sustentación, con el fin de contar con un material de consulta para
profesores y estudiantes. Es indispensable que el resumen contemple el mayor número de
datos posibles en forma clara y concisa.

I. FICHA TÉCNICA DEL TRABAJO

Título del Trabajo: La faena de los líderes de opinión: los toros en las columnas de 2012
hasta hoy

Autor: Andrés Javier Castro Cifuentes D.I. 1018502748

Campo profesional: Periodismo

Asesor del Trabajo: Juan Sebastián Jiménez

Tema central: El debate de la tauromaquia

Palabras Claves: Tauromaquia – Tortura – Barbarie – Cultura – Minorías – Mayorías –


Leyes – Animales – Prohibición

Fecha de presentación: 21/05/2019

No. Páginas: 103 páginas.


II. RESEÑA DEL TRABAJO DE GRADO

1. Objetivos del trabajo

La meta de este trabajo es analizar la forma en la que se generó un debate al interior de la


sociedad respecto a las corridas de toros desde la Alcaldía de Gustavo Petro en Bogotá hasta
el año 2018 en el país donde las columnas de opinión jugaron un papel importante en este
debate. Otros objetivos son encontrar una relación entre los movimientos animalistas y los
discursos antitaurinos y qué tanto impacto tuvo estos discursos para que la Alcaldía decidiera
abolir las corridas de toros. Al igual que examinar la importancia de estos debates que lleva a
eliminar una tradición presente en una minoría y con esto lograr que se produzcan cambios
constitucionales y sociales. Finalmente, demostrar que los gustos son construcciones sociales
que pueden dejar de ser vigentes y puede pasar a ser repudiados, además, de la siempre
influencia de los medios de comunicación para formar debate y que estos trasciendan.
2. Contenido

Capítulo I: Una faena en la sociedad colombiana.


Capítulo II: Más allá de las plazas de toros.
Capítulo III: De las plazas a los escritorios.
Conclusiones.

3. Autores principales

- Teun Van Dijk es un lingüista holandés que se utilizó para realizar el análisis del
díscuro con su texto Análisis crítico del Discurso.
- Juan Trujillo Cabrera es abogado de la Universidad Externado de Colombia, se utilizó
para narrar los derechos de los animales en Colombia.
- Cecilio Paniagua es doctor en medicina y miembro titular de la Asociación
Psicoanalítica Internacional, se utilizó para hacer un análisis psicológico de la afición
taurina.
- Se usó el trabajo de grado de Andrea Bernal, egresada de la Pontificia Universidad
Javeriana, sobre el posicionamiento en la política en Colombia de la protección y
defensa de los animales.
4. Conceptos Clave

- El poder se apropia del discurso y lo acomoda a su gusto, los políticos lo usan de esta
forma al igual que los líderes de opinión.
- Los líderes de opinión son personas autorizadas por la sociedad, estas personas tienen
más validez en sus argumentos, por eso mismo es la importancia de ellos en estos
debates populares.
- La Corte Constitucional califica las corridas de toros como expresión cultural
permitida en regiones que sean tradición.

5. Proceso metodológico

Para realizar este trabajo de grado, utilizamos las columnas de opinión referentes a las
corridas de toros en Bogotá y a toda la problemática que se vivió desde la alcaldía de
Gustavo Petro en el 2012 hasta el año 2018. Las columnas, las recuperamos de los tres
medios de comunicación más importantes de nuestro país que son El Tiempo, El Espectador
y Semana. Posteriormente, tomamos esas columnas de opinión e hicimos una división de
temas que en estas columnas se trataron y con esto procedimos a realizar el análisis del
discurso. Este análisis se hizo a cabo gracias al lingüista Teun Van Dijk y a su texto análisis
crítico del discurso. Finalmente, con el análisis hecho a las columnas y a los temas que en
ellas se hacía, y con el análisis hecho con Van Dijk, se llegaron a unas conclusiones que nos
hacen tener más claro la magnitud del debate de las corridas de toros en Bogotá y en el país.
6. Resumen del trabajo

Las corridas de toros han sido motivo de controversia desde su inicio lo que ha generado un
robusto debate entre quienes consideran que deberían acabarse por considerarlas una tortura
y quienes creen que deberían protegerse como expresiones artísticas. Este debate ha tenido
varios escenarios políticos, jurídicos y sociales; no obstante, este trabajo se enfoca,
principalmente, en los medios de comunicación y, puntualmente, en los columnistas de tres
medios: El Espectador, El Tiempo y Semana. Esto en el entendido de que los columnistas,
como líderes de opinión, jugaron un papel importante al ser los encargados de dirigir y
construir el debate.

Los temas como la tortura animal, la libertad de expresión, el arte, la cultura, los derechos de
las minorías, entre otros, son temas que se discutieron a lo largo de las columnas de opinión
en los medios y que, a la postre, terminaron por darle mayores dimensiones a la discusión. Lo
que se quiere es entender cómo se construyó este debate y, para ello, además, el autor recurre
al linguista Teun Van Dijk para darle una mirada académica al debate y realizar el análisis
del discurso y ver cómo evolucionó el debate y cómo los gustos de algunos dejaron de tener
validez en una sociedad que ha evolucionado.
Agradecimiento a mis padres, Javier y Marcela, porque sin su apoyo y confianza no sería
quien soy ahora. Gracias a mis amigos y compañeros de universidad, la mejor etapa de mi
vida y los mejores recuerdos los llevo de acá.
Tabla de contenido

1. Capítulo I: Una faena en la sociedad colombiana

2. Capítulo II: Más allá de las plazas de toros

3. Capítulo III: De las plazas a los escritorios

4. Conclusiones

5. Bibliografía
1. Capítulo I: Una faena en la sociedad colombiana

En el ensayo La fiesta de toros en Colombia siglos XVI-XIX de Pedro Rodríguez (1999) se

dice que el toreo llegó a Colombia con la misma conquista. Años después de la fundación de

Santa Fe de Bogotá, un ganadero llamado Luis Alonso de Lugo trajo a la sabana cerca de

treinta y cinco toros y treinta y cinco vacas. Se sabe, posteriormente, cerca de la primera

mitad del siglo XVI de al menos seis corridas de toros para celebrar la llegada de autoridades

de la Corona española a la ciudad.

La plaza donde se realizaban era la misma plaza principal, la cual era rodeada con madera y

se hacían con palcos para el público. Al final del siglo se ve la primera prohibición de las

corridas de toros por parte de las autoridades eclesiásticas cumpliendo la orden del papa Pío

V, pero se prohibieron parcialmente, ya que se tiene registro que a lo largo del siglo XVII se

continuaron realizando (Rodríguez, 1999).

Con la creación del Virreinato del Nuevo Reino de Granada se incrementaron las corridas de

toros. El virrey José Solís se encargó de que fueran una fiesta constante en el reino y en la

ciudad de Bogotá. Las corridas hacían parte de cualquier celebración. Luego, al subir Carlos

III al trono del Virreinato del Nuevo Reino de Granda, abolió completamente esta fiesta por

considerarlas bárbaras y bajas (Rodríguez, 1999).


En el siglo XVIII se da una gran transformación en España de las formas de torear, se deja el

caballo para torear a pie y la nobleza dejó de asistir a este espectáculo para que las clases

bajas fueran las que la tomaran. En el Nuevo Reino de Granda aún no se veían los toros,

incluso cuando Carlos III deja su trono y su sucesor mantiene la decisión de él de no

permitirlas. Aún así se llevaban a cabo novilladas, donde participaba la élite santafereña

(Rodríguez, 1999).

Con la independencia de España los toros nunca se fueron; en cambio, las corridas se

arraigaron y popularizaron. Incluso, días después del 20 de julio de 1810, se celebraron

corridas de toros para festejar y, desde ahí, estas no pararon de crecer ni de expandirse. Pero

siempre ha habido tensiones respecto a esta práctica. Momentos en los que las corridas se han

abolido y prohibido; o sea que siempre han estado en discusión (Rodríguez, 1999).

Hoy en día vivimos debates que atañen a esferas distintas de la realidad social ya que, si bien

el centro de la discusión es el prohibir las corridas de toros no solo en la ciudad de Bogotá,

sino expandir la prohibición a todo el país, vemos que la polémica se centra más en la

sociedad y en sus posturas a favor o en contra de las corridas de toros.

Las opiniones que se van creando alrededor de la discusión son en realidad la base del debate

y lo que en realidad se entra a analizar. Sobre esto habla Teun Van Dijk, el lingüista que

utilizaremos para realizar el análisis del discurso, y ver de una manera más profunda este

debate.
Las opiniones son creencias evaluativas, es decir, creencias que están basadas en

normas y valores. Grupos diferentes pueden estar en desacuerdo sobre opiniones, y a

diferencia del conocimiento compartido, éstas no se presuponen, sino que se afirman

y defienden en discusiones (Van Dijk, 1999, p.30).

Los medios de comunicación jugaron papeles fundamentales en este debate; en especial los

líderes de opinión de estos medios. Estos aportaron temáticas y desarrollaron debates que

contribuyeron a que la discusión se acrecentara y tuviera cada vez más personas interesadas

en participar y dar su punto de vista frente a este tema que sobrepasó la discusión y llegó a

discutirse en las instituciones del Estado en, incluso, en la Corte Constitucional.

Tomamos los líderes de opinión porque son los que generalmente conducen los debates

desde los medios de comunicación hasta el público. Elihu Katz (1957) en su modelo de

comunicación habla de la comunicación de masas y cómo se desarrolla por etapas, pasando

por los líderes de opinión y de su influencia en los sujetos de las masas, generando que el

público tome posición frente al tema y haga que las personas, en este caso, decidan si estar en

pro o en contra de las corridas de toros. Bien lo dice Van Dijk en su texto Análisis crítico del

discurso a la hora de hablar del discurso en la sociedad “como hemos sugerido antes,

nuestras mentes controlan nuestra acción; luego si somos capaces de influenciar la

mentalidad de la gente, p.e. sus conocimientos o sus opiniones, podemos controlar

indirectamente (algunas de) sus acciones” (Van Dijk, 1999, p.25).


Estos líderes de opinión contribuyeron a que la opinión pública girara sus ojos ante este

escenario, toros sí o no, e hizo que se fijaran posturas claras en todas las personas sobre los

temas que serán abordados a lo largo de este capítulo. Dentro de los debates que se

plantearon encontramos que los líderes de opinión desarrollaron y se centraron en la tortura

de los animales, el desplazamiento de las corridas de toros a las afueras de Bogotá, tradición,

cultura, la economía presente dentro del mundo de la tauromaquia, entre otras.

La discusión, en resumen, ha trascendido la dimensión del evento y ha pasado a convertirse

en un debate en varios niveles y con consecuencias en la realidad social, por ejemplo, a

través de sentencias de la Corte Constitucional.

La Corte ha tenido varios cambios en los últimos años respecto a la tradición de los toros en

estas ciudades y en general en todo el país. En el 2010 señaló que las corridas de toros podían

realizarse en ciudades donde estas tuvieran un arraigo cultural. En el 2016, el Congreso sacó

la ley 1774 del mismo año donde excluían las corridas de toros de las actividades que se

consideraban delito animal por precisamente considerarse de tradición y de arraigo cultural.

En el 2017, la Corte tomó la decisión de penalizar las corridas de toros en un plazo de dos

años; aunque dejaba el tema en manos del Congreso, ellos tomarían la decisión sobre las

corridas de toros y entendían que, si no se hacía una nueva regulación, pasarían a ser

prohibidas de ese momento en adelante las corridas de toros. Esto se dio en la sentencia C-

041 de 2017.
Pero en el 2018, la corte tomó otra decisión, anuló su sentencia y permitió que las corridas de

toros se realizaran con total libertad en lugares donde fuera tradición. El problema, por

ejemplo, es qué se entiende por tradición, si las corridas son una tradición y si eso justifica el

maltrato a los toros. Vladdo, el caricaturista, en su columna en El Tiempo señala que:

Por el lado de la tradición, el asunto tampoco resiste el menor análisis, puesto que una

costumbre, por muy antigua que sea, no justifica hoy por hoy su ejercicio. Con esa

premisa, prácticas milenarias como la esclavitud o la trata de personas, que hoy

resultan inaceptables, deberían ser autorizadas y tuteladas por el Estado. Si de

tradiciones se trata, más antigua que la de matar toros es la de matar personas, y no

por eso resulta tolerable (Vladdo, 2014, p.1)

Este planteamiento es muy popular dentro de los aficionados a la tauromaquia, donde

afirman que una tradición y una expresión cultural no puede ser prohibida porque se atenta

contra ese grupo, precisamente porque es antigua y es tradicional, por ende, no se puede creer

que en realidad vaya a desaparecer.

Vladdo cuestiona si en realidad por ser esto una tradición debe permitirse; en ese caso, se

debe tener en cuenta que otras actividades que antes fueron una tradición, hoy son

consideradas arcaicas y salvajes.

Del lado de quienes consideran que las corridas sí son una tradición y deben ser protegidas,

está Luis Noé Ochoa. En una de sus columnas, Ochoa señala que “el fallo del 2010, que es el
que prevalecerá ahora, dice que se mantienen las corridas donde hubiese tradición. Eso es

salvar la fiesta, porque la tradición aquí, en casi todas las plazas tiene más de medio siglo”

(Ochoa, 2018, p.1).

Si bien la corte sí le está dando la derecha a los taurinos en que las corridas de toros son una

tradición en Colombia, los antitaurinos cuestionan si realmente esto sea una tradición viva en

Colombia, y en verdad dicen que esta práctica está llegando a su fin. Ni las juventudes ni las

clases elitistas que disfrutan de estos espectáculos van a conseguir que esta práctica se

mantenga en nuestro país.

Poco a poco esta ciudad de casi nueve millones de habitantes ha tenido que aceptar

que la “Fiesta Brava” es una fiesta elitista. Lamentablemente no representa lo

evolucionado del pensamiento nacional, más bien refleja el pensamiento de unas

clases arribistas, que van a toros por esnobistas (Anónimo, 2012, p.1)

Este pensamiento de mayorías, como lo plantea el autor, lo abordaremos más adelante, ya

que es un punto fundamental a la hora de hablar sobre los toros. Es un asunto en el que un

grupo minoritario que participa en la tauromaquia está siendo rechazado por una mayoría que

no ve con buenos ojos estos espectáculos que son considerados arte para los taurófilos, otro

punto donde el debate es fuerte.

Si bien los taurinos se autodenominan como minorías, para la Corte no es lo mismo este tipo

de minoría como sí lo son las minorías étnicas que son protegidas por la Constitución. La
Corte ve a los taurinos como una parte de la sociedad que no son muy diferentes a la

mayoría, simplemente no comparten gustos y posiciones. Por el simple hecho que sean un

grupo minoritario, no presentan diferencias de etnocultura muy distinta a los de los demás

habitantes del país, por ende, no son una minoría vulnerada o en peligro.

Pero, para los taurinos sí son una minoría, porque, además de sentirse así ya que son atacados

por una mayoría animalista.

Y también ellos leen a líderes de opinión que los convencen de aquello y ayuda a construir su

discurso y a formar su lenguaje. Esto analiza Van Dijk acerca de esto.

A menos que sean inconsistentes con sus creencias y experiencias personales, los

receptores tienden a aceptar las creencias (conocimientos y opiniones) transmitidas

por el discurso de las fuentes que consideran autorizadas, fidedignas o creíbles, tales

como los académicos, los expertos, los profesionales o los media de confianza (Van

Dijk, 1999, p.29)

Esto no es exclusivo de los taurinos, lo mismo sucede con animalistas y las personas a las

cuales leen y son líderes de opinión a las cuales les dan esa confianza de ser el que los ayude

a construir discurso.

Las posturas son más que claras, para unos es obvio el arte y la elegancia que se refleja en

una corrida de toros cuando el torero hace una verónica, mientras que otros piensan que es

imposible ver en una corrida de toros arte cuando hay un animal escupiendo sangre con 6

banderillas clavadas en su lomo y una espada atravesada en su espalda. Para ellos esto es
barbarie, una palabra muy presente en las columnas de líderes de opinión en contra de los

toros, pero no solamente en el tema del arte, sino también relacionado con la tradición

presente en Colombia con los toros e incluso con las historias del arte en el mundo de los

toros.

Artistas han escrito mucho sobre las corridas de toros, tanto a favor como en contra. Desde

siempre se ha hablado de ignorancia para entender las corridas de toros, por ejemplo, esto

escribía el español Blasco Ibáñez con ironía “Los hijos de los que asistían con religioso y

concentrado entusiasmo al achicharramiento de herejes y judaizantes se dedicaron a

presenciar con ruidosa algazara la lucha del hombre con el toro, en la que solo de tarde en

tarde llega la muerte para el lidiador. ¿No es esto un progreso?” (Ibáñez, 1908), además decía

que “la única bestia en la plaza es la gente”. Mientras que otras figuras del arte como el poeta

español García Lorca decía que “el toreo es, probablemente, la riqueza poética y vital mayor

de España. Creo que los toros es la fiesta más culta que hay hoy en el mundo” (García,

1936).

La polémica y las diferencias de opiniones siempre estarán presentes dentro de las personas y

los líderes de opinión. Si bien, hay varios líderes de opinión que admiran a escritores y poetas

que eran amantes de las corridas de toros, esto será parte del pasado porque la tradición está

por acabar.

Ya no hay en el toreo nada aparte de una nostalgia que está por quedarse sin corridas.

Sobreviven las pinturas de Goya y de Picasso y los textos de Hernández y de García


Lorca –sobreviven las crónicas de Caballero y de Ochoa– porque tiene que sobrevivir

la Historia. Pero nada más se salva de su ocaso (Silva, 2017, p.1).

En este apartado el autor señala que el único arte que está presente en la tauromaquia son las

obras que han sido repoducidas por artistas y escritores. No afirma que las corridas de toros

sean arte, pero sí destaca las obras que han realizado ellos. A la vez, señala que la

tauromaquia solamente viviría en las obras de esos artistas porque tarde o temprano llegará a

su fin esta práctica.

Para muchos antitaurinos, a quien considere bello y artístico esta actividad lo ven como una

persona ignorante, pero para los taurófilos una persona ignorante es quien no ve la belleza

que hay detrás de las corridas y lo desconoce y decide de inmediato dejarlas a un lado y

condenarlas. Precisamente Antonio Caballero hace este señalamiento en Semana.

Lo que vuelve imposible la discusión con ellos es que no saben por qué ni para qué se

torea. Como quien no sabe para qué se baila, o para qué se compone música, y, por no

entender el sentido de esas actividades, decide condenarlas tachándolas de inmorales

(Caballero, 2017, p.1).

El problema de esta cuestión es que quién define qué es arte, ya que el arte es muy subjetivo,

las posiciones sobre qué es arte son muchas y en esto no hay una verdad absoluta.
Y como tal lo toman los medios de comunicación y los líderes de opinión, encontramos una

discusión polarizada en la que las posturas son totalmente claras y es imposible que cedan.

Es claro que hay una pluralidad de opiniones, pero todo termina en un mismo dilema: es arte

o no, siempre termina en eso, no hay punto medio, e incluso se preguntan si realmente en el

arte hay ética, ya que al considerarse algo como la tauromaquia arte, cualquier actividad que

implique lastimar a un animal lo sería, sobre esto se cuestiona Ilina Restrepo

No debe ser, que por el sólo hecho de que se considere estéticamente hermoso un

espectáculo que se monta alrededor de la tortura y muerte de un animal, se pueda

soslayar el hecho de que éticamente lleva implícito un acto de brutalidad humana que

no hace mejores a quienes participan de la fiesta brava. Por el contrario, los acerca a

su lado más primitivo (Restrepo, 2014, p.1).

En este párrafo recuperado de Semana, escrito por Iliana Restrepo, observamos que para los

antitaurinos esto claramente no es arte, y hasta es ofensivo con el arte considerar que un acto

de brutalidad de matar y disfrutar de los toros sea considerado así. Y como muestra clara

también señala que son “primitivas” las personas que participan en estas corridas de toros, así

como para los taurófilos son ignorantes las personas que no ven en esta actividad belleza y

arte. En este parte, vemos claramente el constante ataque que hay entre los dos grupos, los

dos se ponen adjetivos como “ignorantes” y “primitivos” para referirse al otro. encontramos

entonces que no es una discusión donde haya respeto de ningún lado.


Vemos entonces que la tortura es el tema diferenciador en el “arte” para los taurófilos y los

antitaurinos. Los animalistas ven la tortura sin matices, no encuentran arte y belleza, como sí

lo ven los taurófilos. Así describe las corridas de toros Antonio Caballero

A favor de esa combinación sutil de civilización y de barbarie que es la corrida de

toros, resultado del arte de la crianza, del arte del combate y del arte del juego con la

muerte, que a la solemnidad del rito une la profundidad del sacrificio. Porque una

corrida de toros no es una carnicería, sino una fiesta (Caballero, 2012, p.1)

Para los taurófilos, las corridas de toros son una fiesta por donde se le mire, además

Caballero habla de las corridas como una suerte de arte, desde la crianza del toro, su

selección, cuidado, hasta el momento que llega a la plaza y se dispone a realizar el

enfrentamiento con el matador. Investigaciones acerca de la evolución del toro bravo, hablan

que el toro sale con sus instintos más antiguos “cuando un toro bravo es lidiado en una plaza

de toros, sale a la plaza sin preparación ni adiestramiento. Las reacciones del toro bravo son

espontáneas en el campo y así́ las exterioriza.” (Marcos y Sánchez, s.f, pág. 69)

Lo ven como un arte del combate, una suerte de disputa y una forma digna de que el animal

muera, algo que para los animalistas no es cierto ya que no ven la muerte de un toro como

justa.

Pero no porque la de los toros sea digna, como quiere hacernos ver lo que no es más

que una carnicería, insisto; sino porque jamás será digna, ni justa, ni moral, la muerte
innecesaria de ningún animal en condiciones infames para satisfacción del ser

humano (Padilla, 2012, p.1).

Esto hace parte de una columna de respuesta a la columna de Antonio Caballero puesta

anteriormente llamada “Ay, ¡los toritos…!” donde se cuestiona en realidad la dignidad y

justicia que hay detrás de la muerte de un animal, en este caso los toros. La cuestión que se

entra a debatir de ahora en adelante es si se tiene el derecho a permitir que el animal muera

de esta forma, independientemente si sea tortura o no, los propietarios de estos animales

pueden decidir de qué manera puedo disponer de mi propiedad y además de algo que se está

dejando a un lado, mi libertad de expresión para participar en estos eventos, porque tienen el

derecho a hacerlo legalmente.

También tenemos que hablar que entre los líderes de opinión hay unos que destacan más

sobre otros, siendo común que, en este caso, a Antonio Caballero le respondan muchos

animalistas y antitaurinos.

Claramente ellos no están de acuerdo con Caballero, sin embargo, es una voz autorizada de la

otra parte, por ende, tiene credibilidad. La credibilidad, dice Van Dijk, “es algo que los

receptores asignan a los hablantes o a los escritores, sobre la base de conocimiento

socialmente compartido y de actitudes acerca de grupos y roles sociales” (Van Dijk,1999,

p.31).
Es inevitable entonces que lleguemos a hablar de la libertad de expresión presente en esta

discusión. ¿Es válido que un animal sufra porque es una expresión y un grito de libertad? Se

preguntan los antitaurinos y los taurinos entran a cuestionar ¿van a prohibirme realizar una

actividad legal y un símbolo de mi tradición taurina? Dentro de este debate siempre va a estar

el animal y lo que se hace en la corrida. Para los taurinos es absurdo que se les prohíba hacer

algo que sencillamente no les debe importar, simplemente porque no les gusta, por ende no

consideran que a los que no les gusta que no participen de este movimiento. Dentro de este

debate está el punto de atentar contra su libertad. Alberto Carrasquilla menciona esto

relacionado en su columna en El Tiempo:

Finalmente, quienes cierran la cadena, su eslabón decisivo, los aficionados, acuden

libremente a la plaza para presenciar y hacer parte de un espectáculo por el cual están

dispuestos a pagar de su bolsillo, al igual que los aficionados al violín barroco, al

teatro posmoderno o a la comedia ramplona acuden a los escenarios que

respectivamente los cobijan (Carrasquilla, 2012, p.1).

EL autor destaca que mientras haya personas que quieran acudir a las corridas, se les debe

dejar porque tienen la libertad de hacerlo; si ellos mismos son los que auspician estas

actividades, se les debe permitir asistir, así como se les permite a los asistentes de eventos de

música y teatro.

Los debates siempre serán si como sociedad nos basáramos en la opinión de la mayoría de la

sociedad y desde ahí se tomara la decisión de prohibir las corridas de toros o cualquier
actividad relacionada con un toro, seguramente estas se hubieran acabado hace mucho

tiempo.

Pero la corte defiende estas libertades permitiendo que se pueda participar en todas las

actividades artísticas, entre estas se encuentran incluidas las corridas de toros, que sea arte o

no, esa es otra discusión, pero para la ley es una actividad artística y cultural y se debe

permitir a la sociedad participar en estas.

Cada individuo es sujeto de esos derechos, garantías y libertades, y puede ejercerlos a

plenitud, con el único límite de que su uso no perjudique los derechos, libertades y

garantías de los demás asociados. Así se entiende que mientras un individuo, como

minoría, utilice sus derechos sin afectar a los demás (la mayoría), los demás están en

la obligación de respetarlo a él (Santos, 2015, p.1).

Si no molesto a los demás ¿cuál es el problema? Es lo que dicen los taurinos. Precisamente

para los movimientos animalistas el problema es que se está atentando contra un ser vivo,

contra un ser sintiente que para ellos tiene los mismos derechos que una persona, algo que los

taurinos no comparten.

“Los animales no tienen derechos en el sentido estricto de la palabra, pues tampoco

tienen ningún deber”. Querría decir entonces este disparate que, por ejemplo, los

niños de brazos o los enajenados mentales no tienen derechos en el sentido estricto de

la palabra, pues tampoco tienen ningún deber (Guillén, 2017, p.1)


El debate torna alrededor de si los animales tienen derechos o no. Se le agrega otro

ingrediente: la propiedad.

En cada una de estas actividades específicas, estos hombres y estas mujeres libres

hacen uso de su propiedad privada en un sentido amplio, es decir, incluyendo en el

concepto de "propiedad privada" su experiencia, sus conocimientos y su talento. (…)

Mi argumento es que prohibir la fiesta, mediante un acto administrativo, es sinónimo

de atentar contra la libertad y contra la propiedad (Carrasquilla, 2012, p.1).

Carrasquilla señala precisamente que los toros son propiedad privada y pueden ser utilizados

como sus propietarios deseen. Además, señala que prohibir esta actividad es atentar contra

las libertades de utilizar las propiedades mediante un acto como la consulta, o sea, critica que

los demás decidan por los bienes de los demás.

Por otro lado, los antitaurinos critican la mirada simplista de los taurinos por ver a los

animales como un simple objeto de propiedad.

El toreo no se puede mirar solo desde un punto de vista económico. Dadas las

circunstancias y el grado de violencia y sevicia que se ejerce contra un ser vivo

inerme, se necesita una evaluación ética de esta actividad, bajo la cosmovisión actual

del mundo, como se hizo en su momento con la esclavitud (Londoño, 2012, p.1).
El autor, además de cuestionar el ver el toreo como solo una cuestión económica, señala que

hay un animal detrás que siente. Además, debe hacerse una revisión de esta actividad y su

vigencia en el mundo, ya que como su actual visión no tiene la misma acogida que en el

pasado. Se pone el ejemplo de la esclavitud. Todo para mostrar que, si la esclavitud ya no

tiene cabida, los toros tampoco deberían tener cabida.

Además, los animalistas señalan que los animales sí tienen derechos, utilizan de nuevo el

argumento que en el pasado algunas cosas también eran raras pero que ahora son comunes.

Si suena extraño que los animales tengan derechos, hay que recordar que en otra

época sonaba igual de raro que los niños, los esclavos o las empresas los tuvieran. Por

ejemplo, los niños podían ser comprados y vendidos en tiempos del imperio romano

(Rodríguez, 2013, p.1)

Los antitaurinos están seguros que, si bien a los amantes de los toros se les defiende y se les

permite la total libertad de realizar las corridas de toros, ven como algo positivo que las

nuevas generaciones no estén interesadas en la tauromaquia, así lo señala Sofía Gómez en El

Tiempo.

Decir que las corridas de toros son una expresión artística y que por ello hay que

defenderlas es una afrenta al arte como la expresión más sublime del alma humana.

Pero me consuela ver que las corridas mueren ante el despertar de la conciencia de las

nuevas generaciones ante el repudio de nuestros jóvenes a asistir a estos espectáculos

(Gómez, 2015, p.1).


Hemos visto que como tradición las corridas de toros sí lo son, pero, la autora de esta

columna nos lleva a pensar si en realidad es una actividad vigente, si bien aún se realizan

corridas de toros en plazas como Bogotá y Manizales, ya no hay tanta afluencia de gente

como en épocas pasadas y tampoco se hacen con tanta frecuencia.

Los animalistas se aferran a esto, a la muerte de las corridas por parte del olvido y el poco

interés. Según el Ministerio del Interior, en un artículo del 2018 publicado en su página web,

en la década pasada se vendían entre 50.000 y 70.000 entradas a las corridas, mientras que en

el 2017, solo se vendieron 28.000 entradas. También señala el Ministerio que plazas como

Cartagena han sido canceladas las temporadas taurinas por la poca participación. Los

taurófilos están conscientes de esto y dicen, por ejemplo:

Termino planteando que es muy posible que los opositores a la fiesta tengan toda la

razón y que muchos de quienes hoy la disfrutan dejen, más temprano que tarde, de

hacerlo (…) En ese caso, la corrida de toros habrá muerto de una muerte natural e

inobjetable (Carrasquilla, 2012, p.1).

Los taurinos piden que se les respeten las libertades y sus preferencias, no que se les cuide y

se les apoye. Es claro para ellos que las corridas ya no son como antes, y que la sociedad que

no asiste a toros está sembrando una presión para que dejen de realizarse, pero, quieren que

la muerte de su tradición se dé por culpa de ellos mismos, no que otros entren a decidir su

muerte.
Sin embargo, los debates siguen y no se detienen a esperar que las sociedades tomen

conciencia de lo que se está pasando con la tortura animal y siguen con su inconformidad y

protestas antes los toros torturados y asesinados. Este punto viene siendo fuertemente

criticado por los taurófilos, quienes dicen que dentro de los animalistas y antitaurinos hay

una cierta “doble moral” al criticar con vehemencia la tauromaquia y ser personas que

consumen carne.

Aquí hay otras ‘violencias’:(…) Los toros cebúes, que son capados sin anestesia,

llegan golpeados, a veces con la cola partida, vértebra por vértebra, para que caminen,

sin comer largas horas para que pesen menos, y nadie va a las famas a gritar “asesinos

sin razón, no les compro su capón (Ochoa, 2017, p.1)

El autor cuestiona en realidad si los animalistas están en contra de la tortura de los animales o

si en realidad están en contra de la tauromaquia, ya que plantea otros tipos de violencia con

animales que no tienen el mismo cubrimiento ni la misma protesta, y son animales que

tambien sufren torturas; sin embargo, los antitaurinos se plantean que son casos diferentes en

el que los animales mueren con una razón justa y sin espectáculo, así lo plantea Eduardo

Escobar: “Los taurófilos no pueden condenar la dieta de los taurófobos. Los animales

destinados al consumo se matan de manera más expedita. No mueren humillados. Y en

público” (Escobar, 2017, p.1)

Para los animalistas es distinto que un animal sea asesinado para el consumo humano y que

su muerte sea con ese fin y no que sea humillado en público para la entretención humana, ya
que eso es lo que en realidad se pone en juicio y hacen más énfasis los antitaurinos, la

diversión y entretención de ver a un animal morir.

Sin embargo, periodistas como Adolfo Zableh, cuestionan también la entretención que hay

detrás de todos los animales, y critica si el tener una mascota encerrada en un espacio

pequeño, como una casa o apartamento, es signo de tortura, ya que, no es el espacio para un

animal que al paso del tiempo se domesticó (Zableh, 2014, p.1).

Por eso, según Zableh, si alguien se considera en realidad animalista, debería no tener en su

hogar una mascota, así el fin de esta sea cuidarla, tenerla y quererla, al mismo tiempo habría

una especie de entretención para la persona o familia. Si bien no es igual a la entretención

que significa en las corridas de toros, las mascotas domésticas las mantienen en una relación

de servidumbre y diversión. Para los animalistas claramente no es lo mismo, ya que, por lo

mencionado anteriormente, los animales sí reciben un cuidado especial y no se les tortura

(Zableh, 2014, p.1).

Los planteamientos también han pasado por pensar en la sociedad y cómo afronta que el otro

piense de una forma diferente a la mía. Tanto taurinos como antitaurinos han coincidido en

que las protestas contra las corridas de toros no pueden ser violentas. El defender a un animal

no debe ser excusa para maltratar y atacar a un ser humano como ocurrió en varias

manifestaciones. Sin embargo, hemos visto que en varios párrafos con citas se han utilizado

palabras despectivas para describir los unos a los otros, por ende, la violencia de la que ellos

hablan es pasar a la violencia física, mientras que no se han detenido en condenar la violencia

verbal muy presente en los textos de opinión.


Es importante señalar esto ya que estos mismos insultos y adjetivos que se utilizan en las

columnas son replicados por el público, por ende se puede hablar que las columnas también

están creando una suerte de lenguaje entre los movimientos que se utilizan a la hora de

debatir y describir al otro.

No todos los lectores van a apropiarse del lenguaje que utilizan los líderes de opinión, sin

embargo, sí se apropian del discurso que plantea, por eso el líder de opinión es tan importante

en estas discusiones. Para Van Dijk sucede esto.

Los receptores pueden ser bastante autónomos y variables en su interpretación y uso

del texto y del habla, que son también una función de la clase, del género o de la

cultura (Liebes y Katz, 1990). Pero aunque los receptores raramente aceptarán de

modo pasivo las opiniones recibidas o los discursos específicos, no deberíamos

olvidar, por otro lado, que la mayor parte de nuestras creencias sobre el mundo las

adquirimos a través dei discurso (Van Dijk, 1999, p.28-29)

Por eso en muchos casos podemos ver el extremismo con que las personas defienden sus

argumentos en el caso de las corridas de toros.

Un término muy utilizado por los animalistas y antitaurinos es decir que los taurinos son

“sádicos”, a lo cual, los taurinos toman como una ofensa. Sin embargo, el psicoanalista
Cecilio Paniagua hace un análisis a la psicología de la afición taurina a lo largo de los años y

destaca

La afición a la tauromaquia es debida a que proporciona un marco único para el

desahogo y la proyección de pulsiones instintivas reprimidas. Claramente, su atractivo

central es el de la gratificación inconsciente de las pulsiones sádicas. El dolor y la

muerte del toro se dan por supuestos. En la mente de toda la afición está el hecho de

que pueden correr la misma suerte los caballos y, por supuesto, los toreros (Paniagua,

2008, p.144)

Para el autor, claramente hay una diferencia en los instintos de personas que van a toros,

mientras que las personas que no asisten no tienen estas pulsiones instintivas reprimidas.

Sin embargo, el autor destaca que a lo largo de los años se ha “humanizado” la fiesta a

comparación de los años anteriores, mostrando que ha habido un cambio en la psicología de

la afición con respecto a la tauromaquia de antaño.

Se habla también de ese doble rasero por parte de los animalistas y hasta las mismas personas

que son ajenas a los toros lo perciben.

A mí, la verdad, la tauromaquia me tiene sin cuidado. Me interesa, sí, la moral que

subyace tras este debate. La de una sociedad que protege a los animales, a los árboles

y al medio ambiente, pero que es cada vez menos consciente del valor de la vida

humana (Cubillos, 2012, p.1)


El autor cuestiona el valor de la vida que ponen las personas y le parece totalmente erróneo

percibir la vida solo en animales y medio ambiente mientas se menosprecia la vida de unos

seres humanos. Aura Lucía Mena en su columna en el Espectador se cuestiona lo mismo, las

personas se quedan tranquilas con sucesos como lo son asesinatos, el sicariato, los

desplazados y los problemas que en serio se viven en la realidad humana. Mientras tanto, se

presta más atención a las corridas de toros por encima de todo lo mencionado anteriormente.

Ella señala que no está de acuerdo con que escandalice más un toro en una plaza, un toro que

es de lidia, nacido para pelear, que lo anterior (Mena, 2012, p.1).

Por otro lado, los taurinos destacan que el toreo hace grandes aportes a la sociedad en la parte

económica, según Luis Noé Ochoa en su columna en El Tiempo, esta industria mueve

recursos y hace obras de beneficencia, como donativos a hospitales y la construcción de

parques, destacando que si se salvan los toros, se salvan estas obras benéficas también

(Ochoa, 2018, p.1).

Según las personas que viven del mundo de la tauromaquia, hay cerca de treinta y cinco mil

personas que viven de los toros, de manera directa e indirecta, alegando que esto también

debe ponerse en consideración a la hora de tomar decisiones respecto a la prohibición de la

tauromaquia.

El distrito también se beneficia con los contratos que realiza para las corridas de toros. La

revista Portafolio destacó en un artículo de enero de 2017, que en promedio el distrito recibe
ochocientos once millones de pesos por corrida por concepto de arrendamiento, impuesto al

azar y espectáculos públicos.

En ese mismo año, en la corrida de apertura, se recaudaron cerca de dos mil setecientos

millones de pesos, de los cuales, el distrito recibió un aporte de novecientos millones de

pesos según la revista Dinero (2017). Además, se habla de cerca de quince mil empleos

directos y mil doscientos indirectos gracias a las corridas.


2. Capítulo 2: Más allá de las plazas de toros

Los debates que se dieron dentro de la esfera social no solamente se centraron en un discurso

moral ni subjetivo, esto pasó a convertirse en un debate que también influyó dentro de la

política colombiana.

Gracias a lo polémico del tema y a la importancia de esto en la sociedad colombiana, la

política no podía estar ajena a este debate, y esta jugó un papel fundamental. Incluso, las

corridas de toros han estado siempre involucradas en la política nacional. La más sonada

historia de plaza de toros y política fue cuando el 29 de enero de 1956 la plaza de toros La

Santamaría se unió para rechiflar a la hija del general Gustavo Rojas Pinilla, María Eugenia

Rojas; desde ahí, se inició una represión al interior de la plaza.

El escándalo llegó cuando el 5 de febrero del mismo año, después de que se volviera a

rechiflar a la hija del dictador, oficiales enviados para reprimir cualquier intento de protesta

contra el general o su hija, asesinaron entre 9 y 37 personas ese día. No se conocen los datos

exactos por la conocida censura de la época, pero de eso hablaron testigos años más adelante.

Como vemos, la política pasa a ser un punto importante en la plaza; por mucho tiempo la

plaza era un espacio propicio para que políticos se promocionaran y se dieran a conocer, por

ser un ícono popular de la capital.


Actualmente sigue siendo un punto de encuentro para muchos políticos y personalidades de

nuestro país. La academia está de acuerdo con esta afirmación:

En este sentido es pertinente afirmar que, como producto del activismo de dichas

organizaciones y las demandas que han sido canalizada a través de mecanismos de

incidencia política y de participación, el tema ha cobrado una relevancia significativa

en el plano político. Los avances en normatividad e iniciativas institucionales son

muestra de ello (Beltrán, 2012, p.12).

En las corridas que se realizaron en enero y febrero de 2019 vimos que hubo asistencia de

miembros del gabinete del gobierno del presidente Iván Duque, como el Ministro de defensa

Guillermo Botero y el Canciller Carlos Holmes Trujillo. Al igual que políticos como el

exvicepresidente y excandidato a la presidencia Germán Vargas Lleras.

Son también conocidos asistentes a estas corridas políticos como el ex procurador Alejandro

Ordóñez, el exalcalde de Bogotá Jaime Castro, el ex vicepresidente Francisco Santos, entre

otros.

Es curioso ver como estos políticos nunca dejaron su afición a las corridas aún sabiendo que

no son muy populares y, al contrario, pueden ser muy desfavorables para su imagen política.

Al mismo Germán Vargas Lleras le criticaron cuando en campaña dijo que ya no hacía

presencia en plazas de toros; sin embargo, sigue asistiendo. La plaza sigue siendo un medidor
de la política, no hay medios en ella, o se ovaciona o se rechifla a algún político o hecho que

esté en el momento.

Esto nos trae mucho más al presente, más concreto a la alcaldía de Gustavo Petro en Bogotá,

entre 2012 y 2014, un periodo en el que las corridas de toros entraron en gran debate y donde

ha estado en juego su continuidad, no solo en Bogotá, sino en todo el país.

Cabe aclarar que Petro fue destituido de su cargo en el 2014 por la Procuraduría por varias

decisiones que tomó mientras era alcalde. Según el ente “puso en riesgo a los habitantes de la

ciudad” y esto impidió que culminara su periodo como alcalde (Procuraduría, 2013). El

debate político se dio entre animalistas, y Gustavo Petro, quien es señalado como la cabeza

de esre movimiento, y los taurinos.

En este caso el debate de las corridas se personalizó y estuvo vinculado a personalidades

políticas. En un primer caso, se criticó a Petro por promover sus ideologías a la fuerza, sin

tener en cuenta leyes y contratos, sino que, de manera autoritaria, decidió él mismo acabar

con los toros.

En un segundo caso, aquellos que antes se habían visto identificados con la política de Petro,

pero que no habían tenido mucha aparición en columnas de opinión, empiezan a tener

presencia con el cambio de gobierno y la llegada al poder de Enrique Peñalosa. Si bien,

Peñalosa también dijo que no promovería las corridas de toros y buscaría que se acabaran, no

hizo mucho por hacer esto. Y, como veremos más adelante, se lo recriminaron.
La plaza de toros la utilizaron muchos otros políticos en el pasado para hacer campaña, al

igual que ellos, Petro también la usó, pero no para promoverlas ni vender su imagen como lo

hacían ellos, por el contrario, su periodo como alcalde estuvo empeñado en prohibirlas en la

ciudad, y para muchos se trataba de una estrategia política. En este caso, Van Dijk vería esto

como una manera de tener el control de la situación, ya que ataca un símbolo de élites, que

está en contra de un alcalde popular, y muestra su discurso como importante, quiere mostrar

que él está correcto y ellos no.

En términos generales, el control de la situación social por los grupos dominantes

puede entonces conducir a modelos de contexto que hacen aparecer su discurso como

más creíble, p.e. mediante la eliminación o el desprestigio de fuentes alternativas de

información y de opinión (Van Dijk, 1999, p.31).

Una persona que utiliza la palabra para atraer a una mayoría que no tenía visibilidad y no

tenía voz, es un público el cual puede ser utilizado para atacar a sus contrincantes políticos

según Van Dijk. Y así lo han observado los líderes de opinión que han visto en Petro una

suerte de alcalde de mayorías.

La alcaldía de Gustavo Petro empoderó políticamente a los habitantes de estratos uno

y dos, o sea, a los más pobres, que obtuvieron en su administración una atención que

desde Gaitán nadie más les había brindado. Estos ciudadanos son ahora

indiscutiblemente leales e inalterables partidarios del exalcalde y, en consecuencia,

adversarios permanentes del alcalde actual (Hommes, 2017, p.1).


El autor destaca que Petro fue un alcalde que se preocupó por armar una imagen de “alcalde

de estratos bajos”, se centró en ganarse a ese sector de la sociedad que desde hace mucho

tiempo había sido ignorado en la historia de la ciudad, y que nos llevaba a recordar a Gaitán.

Para él, esto convirtió a ese sector de la ciudadanía en un público pro Petro, personas que

creen ciegamente en el exalcalde y que la lucha de él es la lucha de ellos, así sea en política

con otros alcaldes de la ciudad.

Análisis hechos en la academia ven esto no como una oportunidad que utilizó Petro para su

interés, lo ve más como una decisión que tomó por voluntad de realizar un cambio en la

ciudad con la creciente ola del movimiento animalista, y optó por apropiar políticas

animalistas a la ciudad, sabiendo las consecuencias que traería.

El alcalde tuvo la capacidad de prohibir las corridas de toros en La Plaza, puesto que

el predio es propiedad del distrito, y por ende éste puede limitar su uso a lo que

considere. Es aquí, donde se evidencia la voluntad política que posee el alcalde de

Bogotá, y la receptividad que éste muestra para promover y respaldar los temas de

protección animal en la capital (Beltrán, 2012, p.50).

Sin embargo, hay otros textos que plantean que en realidad sí es oportunismo del alcalde

adoptar políticas como las animalistas; además, de crear un discurso con base en eso.

Van Dijk habla sobre esto como el acceso que tienen los poderosos al discurso; a través de

este, controlan las mentes del público, no literal, sino que le hace creer lo que ellos dicen.
Esto significa que las personas entenderán e interpretarán las situaciones de la manera que él

quiera que la entiendan; con eso mismo, actuarán en consonancia con los deseos y los

intereses que, en este caso, Petro quieren que actuen (Van Dijk, 1999).

Esto no es exclusivo de Petro, todos los políticos en algún momento lo hacen, porque es un

arma política. Lo que finalmente logran es construir un imaginario como una realidad, en

mostrar que esta persona es la que tiene razón y es la verdad. “El poder y la autoridad de los

hablantes, tal y como los presenta el control de los turnos, pueden al mismo tiempo reforzar

la credibilidad de aquéllos, y por eso mismo la construcción de modelos como «verdaderos»”

(Van Dijk, 1999, p.32).

Sin embargo, muchos creen que las decisiones que tomaba el alcalde con respecto a la ciudad

no tenían que ver con su verdadero pensamiento, sino con sus intereses detrás de lo que podía

conseguir con, por ejemplo, cerrar la plaza de toros.

Aunque no son peores que Gustavo Petro y Hollman Morris. Ahí se exhibieron en la

protesta mientras hacían campaña, es decir, mientras hacían negocio. Les importa un

carajo el pueblo, no son de izquierda ni progresistas, son buitres. ¿Saben qué quieren?

Poder y dinero, acceder como sea a lo que no obtuvieron de cuna, como los ricos de

toda la vida (Zableh, 2017, p.1).

Zableh señala que Petro no tiene ningún interés por los animales ni por las personas, lo que a

él le interesa es conseguir poder y utiliza las mayorías antitaurinas para poder llegar a su

objetivo.
Según la academia, la voluntad política de los funcionarios públicos se ve propiciada por

varias razones; “algunas de éstas son personales, otras responden a objetivos o pilares

propios del partido o coalición política, y otras como la consecución de votos, son comunes a

la hora de apoyar o atender a un determinado movimiento” (Beltrán, 2012, p.47)

Petro desde que llegó a la alcaldía de Bogotá en el año 2012 hizo lo posible para acabar con

las corridas, intentó convencer a los empresarios de reformar las tradiciones que hay detrás

de las corridas y uno de los cambios que proponía era, por ejemplo, no matar al toro frente al

público. Ante la negativa de los empresarios, optó por ordenar al IDRD (Instituto Distrital de

Recreación y Deporte) que se cancelara el contrato con la Corporación Taurina de Bogotá y

no permitir las corridas de toros en la ciudad.

Claramente, para la mayoría de los ciudadanos fue una decisión acertada. No obstante, para

algunos líderes de opinión se trató de una “alcaldada” en la cual el alcalde puso por encima

sus ideas y convicciones por sobre la ley y que, como funcionario público, se extralimitó. Y

mucho peor: dejó fuera del diálogo a las personas que disfrutan de estos espectáculos.

Él, que tanto defiende la concertación, que fue a punta de diálogo que dejó las armas,

que discursa sobre la inclusión, que reclama tolerancia, que puede pasarse horas

enteras escuchando argumentos, en este caso ha decidido de un plumazo. ¿Por qué?

(Cortés, 2012, p.1)


En este caso Cortés se refiere a que no es un acto normal de Petro, el cual se considera una

persona presta al diálogo y a llegar a acuerdos, pero, en este caso omitió llegar a uno y puso

por encima su pensamiento e ideología.

Para columnistas como el exalcalde de Bogotá Jaime Castro, la pasión animalista de Petro

está sesgada, solo se refiere a la protección que a su juicio merecen los toros de lidia, pero no

se preocupó lo suficiente para sacar de las calles a los caballos que trabajaban con los

cartoneros, ahí sí tuvo un proceso lento, pero con los toros sí fue inmediato (Castro,

2012).Los taurinos no dudan que esta lucha contra los toros que se planteó Petro tiene que

ver con asuntos de política. “Es un espectáculo visceral que se ama y se lleva en la sangre, o

se odia. Pero la revocación del contrato de la plaza, Petro lo sabe muy bien, da votos y recoge

aplausos” (Mera, 2012, p.1).

A Petro se le señala como un alcalde populista por la taurinos, que hace lo que hace

simplemente para recoger votos y ganarse a las mayorías bogotanas. La academia ve esto

como consecuencia de impulsar beneficios para la sociedad civil, en este caso, beneficios

para los animales. “La voluntad política (…) constituye en sí misma, un escudo o “bandera”

de beneficios para los funcionarios y sus respectivos partidos políticos. Esto, debido a que,

mediante tal voluntad, se consiguen votos y más posibilidades de acceso a cuerpos

colegiados” (Beltrán, 2012, p.49).

Para los taurinos es claro que Petro está en contra de las clases altas y los toros, ya que la

gran mayoría de asistentes a la plaza de toros Santamaría hacen parte de la élite de la ciudad
y del país. Incluso, se cuestionan si tanto le molesta la tortura animal ¿por qué no ha actuado

con tanta vehemencia con otras formas de tortura presentes en nuestra ciudad? “La

Santamaría es para la afición taurina. Petro tiene obligación de devolverla. No más trampa.

No más populismo. Y, a propósito, ¿por qué no se mete con la pelea de gallos? ¿Nos suena el

humedal de La Conejera? ¿Asuntos familiares?” (Mera, 2014, p.1).

Para los taurinos no es asunto de toros ni de plaza, es asunto de ese grupo taurino que

pertenece a las clases altas, las clases favorecidas de nuestro país. Los taurinos se centran

más en este tema porque ven que es una manera de señalar a Petro como un alcalde que no

interesa del público popular que le apoya, por eso destaca el tema de que la pelea es por

poder. Para sustentarlo, vemos que Van Dijk se refiere a esto como una organización de ideas

para darle un orden al discurso, señalando lo más relevante y así ir argumentando con hechos

menos relevantes.

Los temas (macroestructuras semánticas) organizan globalmente el significado del

discurso. Puesto que tales temas con frecuencia representan la información más

importante, pueden influenciar la organización de un modelo: las proposiciones

relevantes serán colocadas en una posición más alta, en la jerarquía del modelo, que

las proposiciones menos importantes (Van dijk, 1999, p.31).

El combatir contra las corridas de toros significa ganarse a la mayoría del país que no ve con

buenos ojos la tortura de los animales y, además, es atacar al poder de nuestro país.
No me importa que tenga un orgasmo cuando matan al toro y diga que es arte, me

arde es que las corridas en la Santamaría sean la reafirmación de sus privilegios y que

para justificarse se ampare en las leyes, como siempre lo ha hecho (Zableh, 2014,

p.1).

Este autor, en especial, no toma partido en la discusión, sino que analiza a los dos grupos del

debate, como ya lo vimos un poco más atrás cuando se refirió a Petro.

Con respecto a la cita, esto muestra que las protestas que realizan a las afueras de la plaza de

toros son contra la tortura animal y contra el poder, que, según el autor, se justifican con las

leyes mientras hacen lo que quieran. Para los taurinos, como vimos en el capítulo pasado, no

es que se les tenga que aplaudir ni apoyar con las corridas de toros, lo que ellos piden es que

se les permita tener la libertad para realizar las corridas como lo permite la ley sin que haya

impedimentos ni política detrás de querer acabar con esta tradición. Hay muchos que señalan

firmemente a Petro como un demagogo y populista por querer acabar con la fiesta. “Así que

no se equivoca Petro en sus cálculos aritméticos de demagogo: siempre han sido más

numerosos los amigos de la prohibición que los de la tolerancia. Los amigos de la represión

que los de la libertad” (Caballero, 2014, p.1).

Posteriormente, cuando Petro fue sacado de su cargo y llegara Enrique Peñalosa, él tambien

llegó con el discurso de querer acabar con los toros, sin embargo, él no afrontó esa lucha

despiadada como sí lo hizo Gustavo Petro, el cual se jactó que en su alcaldía no hubo toros.

Peñalosa sí acató las órdenes de la Corte y los toros regresaron a la ciudad. Los animalistas
que se sentían identificados por las medidas de Petro criticaron fuertemente la decisión de

Peñalosa, incluso, viéndolo marchar contra las corridas en Bogotá.

Como un verdadero acatador de normas se amparó en ella, previo a lo cual anunció, al

llegar a la alcaldía en enero de este año, que de regresar los toros a Bogotá sería el

primero en salir a marchar. Y en efecto, organizó marcha para septiembre. Lo

habríamos preferido, no marchando, sino en su despacho, reunido con académicos del

derecho, buscando salidas jurídicas (Padilla, 2016, p.1).

Además, le recordaron al alcalde Peñalosa, mediante el decreto 1091 en el año 2000 que

condecoró a la Corporación Taurina de Bogotá la “Orden Civil al Mérito Ciudad de Bogotá

en el grado de Gran Oficial” por mantener la tradición viva, generar empleo y promocionar la

ciudad.

Para ellos Peñalosa se quedó simplemente en palabras, y en realidad está conforme con

entregar nuevamente la plaza a las corridas de toros a las élites que siguen teniendo

beneficios.

Como “Dios los cría y ellos se juntan”, nuevamente es Peñalosa quien tiene el gusto

de entregarle la plaza a los taurinos. Lo hizo en 1999 cuando firmó el contrato de

arrendamiento que, renovado automáticamente una y otra vez, le permitió a la

Corporación usufructuar la plaza con beneficios tributarios incluidos (Padilla, 2016,

p.1).
Si bien, Peñalosa hace parte de la oposición para los simpatizantes de Petro, los líderes de

opinión, en su gran mayoría, ven culpa en la Corte que permitió que los toros regresaran.

Es claro que las columnas nos hacen asumir que la lucha de las corridas de toros tiene en

Bogotá dos bandos, clases altas contra clases bajas, y nos hacen construir un imaginario que

se tratan de luchas de políticos con poder contra políticos aspirando a llegar a obtenerlo, y

por supuesto unas minorías contra unas mayorías.

Este último punto es fundamental en la discusión ya que muchos consideran que lo que en

realidad se está haciendo con prohibir las corridas de toros es atacar a una minoría que tiene

la libertad de expresar sus gustos culturales y se está buscando acabar con sus tradiciones.

Sobra decir que el alcalde está en su derecho de que le atraigan o no las corridas y de

que, como él, muchas personas participen de su muy respetable opinión. Pero esa no

es razón suficiente para que imponga su gusto personal a los demás ciudadanos, y

mucho menos al socaire de un contrato administrativo (Editorial, 2012, p.1).

Si bien la mayoría de la ciudad está en contra de las corridas de toros, más que nada por la

tortura animal, en esta editorial escrita por El Tiempo, se habla de un grupo que está siendo

ignorado por los gustos e ideas de una persona. Las minorías taurinas, como así se

denominan los taurinos, saben que, si se pone a consideración de las mayorías, seguramente

perderán y no les parece para nada justo esta pelea desigual. Además, se tiene en cuenta que

las leyes defienden los gustos de estas minorías. “La libertad debe primar por encima de las
creencias filosóficas de un funcionario o de una mayoría. Por eso es que someterlo a

consulta, como pretende el mandatario (Petro), es un absurdo democrático” (Editorial, 2014,

p.1).

Para los taurinos sus libertades están siendo vulneradas constantemente; así como lo dice la

editorial, debe primar la libertad por encima de las creencias de las personas y más por un

funcionario público, que debe velar por las libertades y derechos de todos los ciudadanos.

Es por eso que, en este apartado, se dice que no debe someterse a voluntad popular, por el

simple hecho que las corridas de toros no son populares, son muy resistidas por la sociedad y

claramente van a ser prohibidas. Al ocurrir esto, los derechos avalados por la Corte quedarán

vulnerados y se atacaría directamente a una minoría.

Pero la democracia no consiste solamente en inclinarse ante la fuerza de las mayorías,

sino igualmente en respetar y defender los derechos y los intereses de las minorías,

aunque sus gustos no se compartan. Sin embargo, el que avisa no es traidor. Y hay

que reconocer que Petro avisó (Caballero, 2012, P.1).

Este párrafo conecta con lo ya mencionado anteriormente de hacer la voluntad de las

mayorías. Acá encontramos que el autor señala que los gustos no se deben compartir para

que se deban respetar, eso es democracia.

Cuando menciona que “Petro avisó” hace referencia a una entrevista para El Tiempo en la

que preguntaban “¿Va a ser un alcalde conciliador?” respondió, “Vamos a construir una
democracia de multitudes”. Por eso la consulta popular que se planteaba para ser una

democracia de multitudes, para los taurófilos era peligrosa, precisamente porque sentaría un

precedente en el cual se aplastaría y se pasaría por encima a una minoría. Se estaría acabando

con una tradición cultural reconocida por la historia, por la literatura, la pintura, la música,

por costumbres populares y principalmente por la ley.

Vemos que Para Van Dijk, hablando de los casos de minorías y mayorías, si se trata

meramente de una idea de social, habla que hay un poder en la mayoría y en su discurso para

hablar del status quo. Los discursos de las mayorías sobre las minorías hacen que se cree un

estereotipo y un prejuicio, hace que se reproduzca en todos los discursos, tanto para discursos

de élite como para los discursos populares, y esto trae consecuencias. “Y tales

representaciones sociales a su vez constituyen la base de la acción y de la interacción social,

contribuyendo entonces a la reproducción de la discriminación y del racismo cotidianos”

(Van Dijk, 1999, p.34).

Los políticos como Petro utilizan las mayorías para sembrar su discurso y así crean un

imaginario de las minorías taurinas, haciendo que se refieran a ellos de la manera en que

Petro también lo hace; lo mismo sucedía con los líderes de opinión, lo cual vimos en el

capítulo uno. El autor hablaba de las minorías étnicas y las mayorías blancas, sin embargo,

el ejemplo puede ser utilizado para el caso de los toros unicamente en materia social, porque,

vemos que hay una diferencia entre las minorías raciales y las minorías taurinas y es el poder

que ambas tienen. La minoría taurina tiene un poder muy grande el cual no tiene la minoría
racial, como lo analizaremos más adelante. Fuera de esto, el ejemplo es perfectamente

comparable.

Siguiendo la línea anterior, el hacer una consulta popular para acabar con una minoría, según

los taurinos, sería abrir un boquete para atacar a otras minorías como lo podrían ser los

homosexuales. Sin embargo, para los antitaurinos no es válido ese argumento de minorías

que presentan los taurinos que creen que una sola persona está decidiendo por todos.

Justamente, para evitar que la decisión recaiga en una sola persona o la sentencie un

reducido número de ellas. La trascendencia del conflicto de posturas así lo demanda.

Sí, las minorías tienen derecho, pero en la justa medida en que las mayorías lo avalen

y toleren (Antieditorial, 2014, p.1).

En esta respuesta a la editorial presentada al Espectador anteriormente, se plantea que a las

minorías les serán respetados sus derechos mientras que las mayorías estén de acuerdo con su

posición.

Pero, como ya hemos visto antes, para los movimientos taurinos es ver una lucha perdida, la

decisión popular ya la conocen y no les conviene entrar a defender sus derechos por esa vía

democrática. Ahora bien, para los antitaurinos es ofensivo que los taurinos se autodenominen

como minoría, ya que no consideran que sean una minoría que haya sido vulnerada y mucho

menos que sea indefensa.


Además, no se trata de una de una minoría, como lo han asegurado los

taurinos. Hablar de minorías a partir de lo cuantitativo es desconocer las

discriminaciones e inequidades históricas a las que han sido sometidos numerosos

grupos sociales, que incluso se han visto ofendidos con las afirmaciones de los

taurinos, atribuyéndose semejante concepto (Parra, 2018, p.1).

Para ellos estas “minorías” como se autodenominan los movimientos taurinos no tienen nada

que ver con las verdaderas minorías que existen en nuestro país y que sí tienen un problema

de encajar dentro de nuestra sociedad.

Que sean un grupo minoritario no significa que sean personas a las que se les han vulnerado

sus derechos constantemente, incluso, señalan que este grupo minoritario de personas que

asisten a toros tienen un poder influyente en la esfera política, siendo ellos mismos los que

ponen las leyes y las acomodan a beneficio, siendo una minoría que es incluso más influyente

que la gran mayoría.

Para la Corte, como ya habíamos mencionado en el capítulo anterior, tampoco son una

minoría, ya que, si bien son una minoría en número, no hacen parte de ese grupo de minorías

que defiende la constitución, no tienen diferencias con la mayoría del país, lo único es que no

comparten el gusto por las corridas de toros, pero, para ellos no hace mucha diferencia para

que se autodenominen como una minoría.


Haciendo un análisis sobre lo expuesto anteriormente, para Van Dijk tampoco entrarían en

una categoría de minoría. Así describe él a las minorías.

Las minorías (los aborígenes, inmigrantes del Sur, refugiados, descendientes de

esclavos, etc.) sólo disponen de un acceso reducidísimo a tales formas del discurso

público de élite. Excepto en los USA, las minorías cuentan con muy pocos políticos

importantes, no controlan ningún medio, ni ningún negocio mayor; pocos de sus

miembros son periodis- tas, académicos o jueces prestigiosos, y están escasamente

representadas en las profesiones liberales (Van Dijk, 1999, p.34).

Como vemos, se refiere a que las minorías en realidad no poseen una influencia importante

en campos como la política. Trayendo esto al caso de las “minorías” taurinas, vemos que en

realidad sí poseen gran influencia dentro de la esfera política de nuestro país, e incluso que

ellos mismos son los que están encargados de legislar en leyes que benefician directamente

sus intereses.

Los líderes de opinión saben de esto, sin embargo, hay quienes consideran que sí son una

minoría y al igual de todos, tienen derechos. Incluso, hay personas en contra de los toros que

están de acuerdo con los taurinos en que se les debe respetar los derechos por sobre todo.

Hay minorías, y minorías con poder. Eso da mucha rabia, pero, de nuevo, no es razón

para la censura. Uno puede ser intolerante a muchas expresiones y prácticas, pero
siempre es un error atacar el derecho a la libertad de expresión, que es un derecho

fundamental y facultativo de otros derechos (Ruiz, 2014, p.1).

El dilema que todos entran a debatir es el de respetar los derechos de las personas, ¿cómo

voy a exigir que un animal no sea torturado si para hacerlo voy a atacar las libertades de una

persona? Sería la pregunta que le harían los taurinos a las personas que están en contra de

ellos. Por más detestados que sean los taurinos, se les debe respetar sus derechos, esa es la

consigna que nos deja la columnista Catalina Ruiz, que pone por encima de lo moral y lo

ético, las leyes. Incluso hoy en día se sigue hablando de las “minorías” taurinas y se hace una

fuerte crítica porque siguen siendo los que manejan las leyes, arma que utilizan los taurinos

para defenderse.

Las cuáles tienen el descaro de quererse mimetizar bajo la figura de minoría, cuando

son todo lo contrario a lo que la doctrina de derechos humanos y las mismas Cortes

han establecido, dado que por el contrario son grupos poderosos e influyentes ( Parra,

2017, p.1).

Como hemos observado la lucha entre las minorías y mayorías pende de la ley y la política,

las minorías tienen una fuerza política grande que ha hecho que se mantenga firme, mientras

que las mayorías esperan que las leyes cambien para así conseguir un revolcón total en

cuestión de leyes animalistas, pero no tienen representación fuerte dentro de la política. Sin

embargo, sigue siendo una lucha popular, que sigue encabezando el exalcalde Petro. Para

esto, es importante que el discurso sea más fuerte que el poder, para Van Dijk, si se tiene
ambos, es más fácil controlar la idea general y las acciones, para él, la clave está ahí. “Cerrar

el círculo del discurso-poder significa, por último, que aquellos grupos que controlan los

discursos más influyentes tienen también más posibilidades de controlar las mentes y Ias

acciones de los otros” (Van Dijk, 1999, p.26).

Hay que destacar que gracias a la serie de acciones colectivas que se han realizado en

Colombia, como las de los movimientos animalistas, y su organización en el último tiempo,

el tema ha logrado que se posicione en la agenda política de nuestro país.

Es una muestra clara de cómo los movimientos sociales en nuestro país están tomando cada

vez más fuerza y están incidiendo en leyes y en política, gracias a su constante intervención y

el creciente número de personas que decidieron participar en movimientos que los

identifique, haciendo que el debate se presentara y además creciera, hasta llegar al punto de

tener en cuerda floja la realización de corridas de toros en este caso.


3. Capítulo 3: De las plazas a los escritorios

Los animales en Colombia han tenido espacio en las leyes desde no hace mucho tiempo.

Incluso vemos que en nuestra Constitución no hay presente un artículo que hable

directamente de derechos animales. Encontramos que lo más cercano a referirse a esto es el

artículo 79 de la Constitución del 91 que dice “es deber del Estado proteger la diversidad e

integridad del ambiente, conservar las áreas de especial importancia ecológica y fomentar la

educación para el logro de estos fines”.

Haciendo una mirada a la normativa que ha tenido Colombia, relacionada con leyes que

protejan a los animales, encontramos que existe la ley 5 de 1972, la cual promueve la

fundación y funcionamiento de juntas defensoras de animales.

En esta, además de hablar de las juntas defensoras y sus funciones, habla de facultades para

promover campañas educativas y culturales que despertaran el amor hacia los animales que

fueran útiles al hombre y evitar crueldad hacia ellos, al igual que maltratos y abandono.

Sumado a esto, habla que la policía debe hacer un acompañamiento a estas Juntas para el

cumplimiento de su labor de vigilancia y represión (Cabrera, 2009).

Años más adelante, la ley 9 de 1979 destaca en el artículo 307 que solo podrá realizarse

sacrificio de animales para el consumo humano en lugares que estén autorizados por las

autoridades competentes, cumpliendo las normativas establecidas por el Ministerio de Salud.


Se dice que el verdadero gran avance en materia de protección para los animales en nuestro

país se da con la ley 84 de 1989, donde se optó por el Estatuto Nacional de Protección de los

Animales, cuyas disposiciones eran:

a) Prevenir y tratar el dolor y el sufrimiento de los animales; b) promover la salud y el

bienestar de los animales, asegurándoles higiene, sanidad y condiciones apropiadas de

existencia; c) erradicar y sancionar el maltrato y los actos de crueldad para con los

animales; d) desarrollar programas educativos a través de medios de comunicación

del estado y de los establecimientos de educación oficial y privados, que promuevan

el respeto y el cuidado de los animales; e) desarrollar medidas efectivas para la

preservación de la fauna silvestre (Cabrera, 2009).

Encontramos igualmente la ley 576 de 2000 en la que se expide el código de ética para el

ejercicio profesional de la medicina veterinaria y zootecnia. Al igual que la ley 746 de 2002,

que regula el cuidado y registro de perros potencialmente peligrosos. Esto muestra que en

Colombia se ha reglamentado muy poco sobre los animales a comparación de otros países

como Alemania, donde desde el 2002 tiene expresamente en su Constitución los derechos de

los animales.

La tauromaquia constituye un capítulo aparte ya que, pese a la legislación mencionada

respecto al maltrato animal, esta práctica que algunos consideran cruel también está

protegida. De hecho, Colombia, hace parte de los únicos 8 países que permiten la
tauromaquia en sus territorios, aun cuando desde 1978, la ONU en su Declaración Universal

de los Derechos de los Animales, insiste en que esta práctica se debe abolir por cruel.

Las críticas a que esta práctica en Colombia aún continúe son varias, pero pasando a un plano

más jurídico hay un fuerte disgusto dentro de la sociedad colombiana ya que no ven justo que

las personas que disfrutan de los toros y son grandes aficionados, también sean los

encargados de legislar sobre ellos.

Por ejemplo, en la demanda de inconstitucionalidad contra el Reglamento Nacional Taurino

quedó claro cuáles son las inconformidades del creciente movimiento en defensa de los

animales, una de ellas es la siguiente:

La primera de ellas, es que el legislador colombiano ha debido tener en cuenta

criterios especializados, técnicos y objetivos acerca de lo que constituye una actividad

artística, pues se limitó a una apreciación subjetiva y sin criterio serio, buscando

favorecer la actividad privada y mercantil propia de las corridas de toros. (Cabrera,

2009)

Y es que siguiendo la línea en la cual vemos que la tauromaquia en Colombia tiene una

especie de protección, vemos casos como la ley 84 de 1989, donde se prohíbe el maltrato

animal, pero se hace una excepción con la corridas de toros y las peleas de gallos por

considerarlas tradiciones artísticas que hacen parte de nuestra identidad y la de los territorios

donde se realizan.
La Procuraduría General de la Nación ha señalado que estas actividades como las corridas de

toros, las novilladas, el coleo, las corralejas, el rejoneo, las becerradas y las peleas de gallos

son “expresiones culturales y artísticas que nos identifican como colombianos (...) lo que

hace tolerable el sufrimiento a que son sometidos estos animales.” Esto, dicho ante la

demanda de inconstitucionalidad presentada a la Corte Constitucional contra el artículo 7 de

la ley 84 de 1989, el cual decía que quedan exceptuadas las anteriores actividades.

Para el 2010 vemos un avance en materia legal para los intereses de los movimientos

taurinos. La Corte expide la Sentencia C-666 de 2010 donde se pretende acabar con la tortura

y crueldad para todos los animales en nuestro país. En esa sentencia se planteó la necesidad

de concientizar a la sociedad que los animales son seres sintientes y que “el concepto de

dignidad de las personas tiene directa y principal relación con su protección (Beltrán, 2012,

p.35).

Este debate judicial entre protección animal y la tauromaquia queda evidente en la sentencia

C-666 de 2010, donde en ello se destaca:

i. Las manifestaciones culturales en las cuales se permite excepcionalmente el

maltrato animal deben ser reguladas de manera tal que se garantice en la mayor

medida posible el deber de protección animal. Existe el deber estatal de expedir

normas de rango legal e infralegal que subsanen el déficit normativo actualmente

existente de manera que cobije no sólo las manifestaciones culturales aludidas por el

artículo 7 de la Ley 84 de 1989 sino el conjunto de actividades conexas con las


mismas, tales como la crianza, el adiestramiento y el transporte de los animales.

(Corte Constitucional, 2010)

Posteriormente se confirma que actividades como las corridas de toros, las novilladas, las

corralejas, entre otras, se seguirán realizando por ser tradiciones culturales en territorios de

nuestro país.

iv.    Las manifestaciones culturales en las cuales está permitido el maltrato animal

son aquellas mencionadas por el artículo 7 de la Ley 84 de 1989, no se entienden

incluidas dentro de la excepción al deber de protección animal otras expresiones que

no hayan sido contempladas en la disposición acusada. (Corte constitucional, 2010)

Para muchos esto en realidad no es un avance, porque aún se permiten estos espectáculos en

gran parte de nuestro territorio nacional.

Vemos que en Colombia no había en realidad un movimiento fuerte, si bien vemos que

estaban haciendo lo posible para sacar a los toros del país, eran acciones no tan contundentes.

El punto de quiebre lo encontramos cuando llega Gustavo Petro a la alcaldía de Bogotá en

enero de 2012. Desde ese momento observamos que él empezó a ser la voz fuerte en contra

de los toros cuando ningún otro alcalde se había preocupado por esta problemática, o si

quiera, hizo en realidad algo por acabarla en la ciudad.

El 14 de junio de 2012, el Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD) mediante la

resolución 2080 de la misma fecha revoca el mandato del contrato 411 de 1999 por el cual
"se entregaba en arrendamiento a la Corporación Taurina, la Plaza La Santamaría por 6

fechas durante los meses de enero, febrero y marzo hasta el año 2015”(IDRD, 2012).

El Distrito aludía que en calidad de mandante podía poner ponerle fin al contrato con la

Corporación Taurina de Bogotá por la causal de revocación del mandato contenido en el

artículo 2189 del Código Civil. En el mismo comunicado de la Alcaldía de Bogotá

mencionan que fueron varias las motivaciones que al final hicieron que se terminara el

contrato: "las prácticas de las corridas de toros están asociadas a actividades que pueden

denominarse torturas, que infligen dolor y violencia hacia los animales que llevan a la muerte

de éste. La política distrital es la protección de los animales de los tratos crueles" (Alcaldía

de Bogotá, 2012). Además, el distrito recordó que trató de llegar a un acuerdo con la

Corporación en donde les proponían que no mataran al toro, a lo cual se negaron.

El mismo distrito también, en ese momento, se defendía diciendo que no iba en contra de la

ley ya que no se estaba prohibiendo las corridas de toros en la ciudad, sino que estaba

acabando con un contrato que contraviene con lo que pregona el distrito que es evitar las

torturas y el trato cruel hacia los animales.

Por último, el distrito alude lo siguiente: “La resolución reitera que la Plaza La Santamaría al

ser un bien de interés cultural de la ciudad, no puede destinarse a promover o fomentar

actividades que incluyan sufrimiento, dolor y muerte a los animales en desarrollo de la

Sentencia C-666 de 2010.” (IDRD, 2012)


Como ya lo vimos en los capítulos anteriores, una gran mayoría de los líderes de opinión

estuvieron en contra de las medidas de Petro donde lo señalaban de autoritario y que estaba

haciendo una “alcaldada”, además, de señalarlo de que esto era una cortina de humo para

tapar los errores que estaba cometiendo en su administración.

Lo que está haciendo con la plaza de toros La Santamaría es la muestra más clara de

las cortinas de humo. Sabe de sobra que los que somos aficionados a la Fiesta Brava

somos una enorme minoría. (…) Ojalá que los altos tribunales se pronuncien al

respecto de esta torpe decisión. La plaza de toros La Santamaría es para celebrar

corridas de toros. Punto (Mera, 2012, p.1).

Y lo tribunales se manifestaron, aunque de forma descoordinada. Primero, el 24 de

septiembre del 2012 el Consejo de Estado declaró que no era adecuada la acción de tutela

que presentó la Corporación Taurina de Bogotá, que alegaba, una violación al debido proceso

por la cancelación del contrato. Pero dos años después, el 2 de septiembre del 2014, la Corte

Constitucional le da la razón a la Corporación Taurina de Bogotá y falla a favor de su

demanda y ordena al distrito reanudar las corridas de toros en Bogotá, lo cual celebraron los

taurinos, y se vio reflejado en las columnas de los líderes de opinión.

Es un triunfo de la Corporación y de los novilleros. Sobre todo, es un triunfo de la ley.

Porque, más allá de lo taurino están la Constitución y el respeto a los derechos

ciudadanos, que están por encima de los caprichos de un alcalde, que para ser justos,

es rescatable su tarea en educación (Ochoa, 2014, p.1).


En esta cita, el autor destaca la decisión de que los toros regresaran a la ciudad. Celebra que

la ley se haya respetado por encima de, lo que él señala, “caprichos” de Gustavo Petro que

impedían a una parte de la población disfrutar de la tauromaquia en la plaza de toros de la

Santamaría, sin embargo, el autor destaca que el alcalde ha hecho un buen trabajo en materia

de educación en la ciudad. Otros columnistas señalan que la decisión que tomó la Corte

Constitucional fue acorde a sus pensamientos y a la ley.

Por ello, la sentencia de tutela que ha proferido el máximo tribunal constitucional no

es sorprendente. El eje fundamental de esta decisión no es un tema contractual, sino la

defensa de dos derechos fundamentales: la libre expresión cultural y el debido

proceso (García, 2014, p.1).

García (2014) señala que la decisión que tomaron va en defensa de la libre expresión y el

debido proceso; derechos que, para él y la Corte, fueron vulnerados por el Consejo de Estado.

En esa misma columna, García señala que la línea de pensamiento de la Corte es la de avalar

las expresiones culturales como, por ejemplo, los castigos indígenas, que, si bien no son

compartidos ni aplaudidos por la mayoría de la opinión pública, es un tema cultural que la

Corte defiende.

También el autor destaca que se puso en riesgo la separación de poderes, al emprender

acciones el Distrito que no le corresponden y sí al ente legislador (García, 2014). Esto, para

García, significo algo importante en defensa de los derechos de las personas que viven en el

mundo de la tauromaquia.
Y sin duda lo es, pues al hacer respetar esta separación de poderes, la Corte

indirectamente tuteló el derecho a la libertad de ejercer profesión u oficio de los

novilleros, para impedir como pretendía el Distrito, llevar a estos jóvenes a ejercer

una profesión distinta, o a marginarlos de ejercerla en el territorio que pasajeramente

administran, sencillamente porque sus “principios” o más bien sus caprichos no se

ajustan al gusto por la tauromaquia (García, 2014, p.1).

Sin embargo, algunos líderes de opinión no estuvieron de acuerdo con la decisión de la Corte

y se manifestaron de inmediato en sus columnas de opinión.

Aunque la Corte no desconoce el carácter sanguinario de la tauromaquia, decide, no

obstante, darle protección constitucional por considerarla, no una “invención de los

tiempos modernos”, sino “una tradición cultural”. Y para avalar el argumento se

recurre al razonamiento circular: el alto tribunal no encuentra ninguna norma legal

“que imponga la prohibición general de los espectáculos taurinos”. ¡Vaya sorpresa! Si

la misma ley de protección animal fue redactada para excluir de manera conveniente a

los toros (Ziegler, 2014, p.1).

En este caso Ziegler destaca que las leyes en las cuales se basan para justificarse los amantes

de los toros son leyes que ellos mismos armaron. Destaca que la Corte sí reconoce que la

tauromaquia es sanguinaria, es una tradición cultural que no es de los tiempos modernos.

Vemos que hay una gran indignación presente en esta cita con la decisión que toma la Corte,
esto lo veremos muy presente en las columnas de líderes de opinión que están en contra de

las corridas de toros.

Acá vemos otro ejemplo de un columnista de opinión en contra de las corridas de toros que

está indignado con la decisión tomada por la Corte Constitucional.

El lamentable fallo de la Corte Constitucional que restablece las corridas de toros en

Bogotá no solo produce una inmensa indignación, sino que causa una gran vergüenza,

pues solo una corte medieval podría justificar la barbarie que se comete contra los

animales, aduciendo que se trata de una “expresión artística” (Vladdo, 2014, p.1).

En este caso, Vladdo critica que hayan vuelto las corridas de toros en Bogotá; le produce una

gran indignación y una gran vergüenza, ya que ve esto como una decisión de una corte

medieval, la cual sería la única que avalaría la barbarie presente en las corridas de toros con

la justificación que se trata de una expresión artística.

Vladdo también critica lo que García destacaba anteriormente y es el empleo que generan las

corridas de toros y las personas que viven de esto. Para él, las condiciones laborales que se

dan detrás de las corridas de toros están lejos de ser buenas como la de los toreros. Y por

último en su columna el autor sostiene que “si los defensores del toreo creen que es una

actividad tan popular, ¿por qué no se somete la decisión de su continuidad a una consulta

popular?” (Vladdo, 2014, p.1). Con esto último empieza a ponerse sobre la mesa el debate de

si debe hacerse una consulta popular.


El alcalde propuso la idea de realizar la consulta popular y lo puso a consideración del

concejo de la ciudad, donde hubo una votación mayoritaria para permitir que se realizara

dicha consulta. Aunque, en teoría, la palabra final la tenía el Tribunal de Cundinamarca.

Varios líderes de opinión se centraron en la consulta para hacer que, en últimas, fuera la

ciudadanía de Bogotá la que tomara la decisión final. Una voz fuerte de los taurinos como lo

es Antonio Caballero comentó acerca de la decisión del Concejo:

Aunque esto de someter la fiesta de los toros al voto popular es mero fingimiento

oportunista. Lo que mueve a los politiqueros –el alcalde, los concejales, los

exmagistrados, la secretaria de la Alcaldía– es la pura demagogia: quieren que

parezca que de verdad “le meten pueblo a la democracia” (Caballero, 2015, p.1).

Como se expone anteriormente y en los capítulos anteriores, para los taurinos era una forma

de populismo que utilizaban los políticos para conseguir adeptos; además, que no es justo

que la mayoría decidiera por ellos y que en realidad con la consulta se quería cambiar las

leyes, a lo que líderes de opinión, a favor de la consulta popular, respondieron:

El contraargumento es sencillo: la consulta no pretende suprimir ni modificar la ley

que regula el tema taurino. Se trata, ni más allá ni más acá, de no permitir la

realización de la tauromaquia en la jurisdicción de Bogotá en la medida en que, entre

otras, es atribución de las autoridades locales tomar estas decisiones (Pineda, 2015,

p.1).
Para los líderes de opinión a favor de la consulta, esta era la forma de conocer lo que la

mayoría quería y que, antes que cambiar la ley, lo que se quería en realidad, era sacar a los

toros de la jurisdicción de Bogotá, lo cual es, según él, una decisión de las autoridades

locales.

Para los defensores, esa es, finalmente, la solución obvia y clara: que, si no se llega a un

consenso entre los políticos y leyes, que la ciudadanía fuera la encargada de tomar esta

decisión. Pero, para otros columnistas no era la manera de hacer que la tauromaquia dejara de

estar presente en la ciudad, ya que, si una ley permitió que se realizaran, solo una ley puede

prohibirlas, así lo manifestó García en su columna en El Tiempo:

Si una ley permitió las corridas de toros y destinó la Plaza de Santamaría para tal

actividad, solo una ley puede echar esto para atrás. Habrá que recordar que en nuestro

Estado Social de Derecho, por regla general, las leyes las hace y las deroga el

Congreso. O el pueblo, por medio de un referendo derogatorio, no por consulta local

(García, 2015, p.1).

Para García, más adelante en su columna, el simple hecho de que la mayoría de las personas

quiera acabar con las corridas de toros va en contra de la Constitución. Como él señala, la

Constitución del 91 deja atrás el modelo de democracia ejercida únicamente por

representantes y es diversa en mecanismos de participación ciudadana. Todo esto se somete a


una democracia constitucional, donde esta tiene sus límites y estos los establece la

Constitución con todo lo que implica: valores, principios y reglas.

Con esto, él menciona que no toda participación ciudadana tiene carácter absoluto, o sea, lo

que el pueblo diga se hace. (García, 2015). Además, señala que el legislador es el único que

puede tomar la decisión de acabar o no con las corridas de toros.

La Corte ordenó el regreso de los toros a la Santamaría en la sentencia T-296 de 2013

y fue categórica al señalar, como fundamento de que únicamente el Legislador puede

prohibir los toros el “principio constitucional de reserva legal, que impide que las

autoridades ejecutivas establezcan limitaciones a los derechos fundamentales, como

salvaguarda de las libertades de los individuos frente al poder” (García, 2015, p.1).

Por último, él señala que esto sería entrar a un “Estado de opinión” ya que todo debate se va

a avalar por el apoyo de las mayorías.

Sin embargo, la consulta continuó con su camino y recibió también el aval del Tribunal

Administrativo de Cundinamarca, que decidió que esta se llevaría a cabo el día 25 de octubre

de 2015 y les daría la oportunidad a los bogotanos de decidir por el destino de la tauromaquia

en la ciudad. Lo que tuvo en cuenta en su momento el Tribunal fue que esto no fuera en

contra de la Constitución. La pregunta que se pretendía realizar en esa consulta popular era

“¿está usted de acuerdo, sí o no, con que se realicen corridas de toros y novilladas en Bogotá,

Distrito Capital?”.
A lo largo de toda esta discusión salieron señalamientos contra esta decisión, como que no se

había tenido en cuenta la sentencia de la Corte Constitucional T-269 de 2013 y las

apreciaciones de la Universidad Libre de Colombia y la Universidad del Externado las cuales

exponían que no se podía excluir por completo las corridas ya que estaba vigente el estatuto

taurino.

Sin embargo, el Consejo de Estado tumbó esa decisión del Tribunal Administrativo de

Cundinamarca ya que, según el Consejo, se violó el debido proceso y no se tuvo en cuenta lo

dicho en sentencias pasadas la Corte constitucional.

La Sección Quinta, en el caso de la referencia, debe concluir que el Tribunal

Administrativo de Cundinamarca al pronunciarse en única instancia dentro del trámite

de la consulta popular de iniciativa del Alcalde Mayor de Bogotá, violó el derecho

fundamental al debido proceso de los accionantes, por cuanto desconoció de manera

flagrante el precedente constitucional, contenido expresamente en la sentencias C-889

de 2012 y en la T-296 de 2013, esta última en la que se definió expresamente que en

el Distrito Capital está habilitada la actividad de la tauromaquia al precisar que en la

Plaza de Toros de Santamaría debe permitirse de manera permanente “la realización

de espectáculos taurinos”, expresión definida por el legislador en el artículo 13 de la

Ley 916 de 2004. (Consejo de Estado, 2015)


Con esto, oficialmente regresaban los toros a Bogotá, pese a que Gustavo Petro dejó claro

que la plaza necesitaba adecuaciones y no estaba en optimas condiciones para recibir corridas

de toros inmediatamente.

Con el cambio de alcaldía, muchos de los animalistas esperaban que el nuevo alcalde de

Bogotá para el periodo 2016 – 2019, Enrique Peñalosa, siguiera con la lucha que había

llevado a cabo Petro. Sin embargo, Peñalosa no entró en esa disputa y acató las órdenes

dadas por la Corte, donde esta decía que el distrito tenía un plazo de seis meses contando

desde marzo de 2016 para darle cumplimiento al fallo, desde ese momento, el distrito

empezó las obras y entregaría la plaza de toros en el 2017 a las corridas de toros.

Algunos líderes de opinión lamentan que regresen las corridas y señalan que los taurinos, en

cabeza de las corporaciones taurinas, llegan recargados y quieren expandirse por el país:

Tras cuatro años de suspensión, las masacres de toros regresan a Bogotá. Entre enero

y febrero de 2017 habrá cinco corridas y una novillada, más dos novilladas en agosto

(…) Como era de esperarse, el concesionario será la Corporación Taurina de Bogotá

que llega “remasterizada”. El nombre de su alianza con la Corporación Taurina de

Manizales, “Consorcio Colombia Taurina”, sugiere una suerte de misión

reconquistadora de todo un país (Padilla, 2016, p.1).


Posteriormente a esto, se ve un gran avance en materia de derechos animales en Colombia ya

que el 6 de enero de 2016 el Congreso de la República saca la ley 1774 del mismo año, con

la que se modifica el código civil, la ley 84 de 1989, el código penal, entre otros.

En esta ley, los animales pasan a tener un papel mucho más protagónico dentro de las leyes

colombianas. En el artículo 1 se destaca:

Los animales como seres sintientes no son cosas, recibirán especial protección contra

el sufrimiento y el dolor, en especial, el causado directa o indirectamente por los

humanos, por lo cual en la presente ley se tipifican como punibles algunas conductas

relacionadas con el maltrato a los animales, y se establece un procedimiento

sancionatorio de carácter policivo y judicial. (Congreso de la República, 2016)

Sin embargo, en esta misma ley en el artículo 339B “circunstancias de agravación punitiva”

en el parágrafo 3 se destaca que no serán objeto de acciones legales previstas por la ley

conductas descritas en el artículo 7 de la ley 84 de 1989, las cuales son “el rejoneo, coleo, las

corridas de toros, novilladas, corralejas, becerradas y tientas, así́ como las riñas de gallos y

los procedimientos utilizados en estos espectáculos.”

Después de esto, la Corte Constitucional sacó la sentencia C-041 de 2017. En ella analizaba

si gracias a la nueva ley de protección animal, el artículo 339B de la ley 84 de 1989 era

inconstitucional. En esta sentencia es menester destacar varios puntos, por ejemplo, esto:
Una lógica de lo razonable permite comprender que el hecho de que los animales no

puedan reclamar directamente un buen trato o el respeto por sus derechos no significa

que deba prescindirse de su garantía. Su condición de indefensión haría forzosa la

figura de la representación o agencia humana, pudiendo ser un instrumento efectivo

las acciones populares o incluso la acción de tutela, mientras se establece la

regulación. (Corte constitucional, 2017)

Esto demuestra que hay unas posiciones que se ponen de acuerdo, la ley habla de una mayor

protección de los animales y habla de unas sanciones más ejemplares. En la sentencia, la

Corte destaca que los animales, si bien no pueden expresarse, no son exentos de tener un

buen trato y derechos. También se refiere a la cultura presente en nuestro país, donde podría

entenderse entre líneas que se refieren a las actividades donde están presentes el maltrato

hacia los animales.

La cultura se transforma y revalúa constantemente en el marco de las mentalidades y

de los imaginarios de una civilización, para adecuarse a la evolución de la humanidad,

la realización de los derechos y el cumplimiento de los deberes, más cuando se busca

desterrar rastros de una sociedad violenta que ha impuesto categorías de

marginalización y dominación de determinados individuos o colectivos. (Corte

Constitucional, 2017)

Esto sería una clara muestra de que los imaginarios de cultura y tradición, para la Corte,

deben ir de la mano a las mentalidades y el avance de una sociedad moderna y una evolución
de la humanidad. Además, utiliza el término “desterrar”, haciendo un señalamiento que no se

deben legislar ni controlar, sino que se deben acabar con los rastros de una sociedad violenta

que ha tenido muestras de dominación contra individuos; en este caso, siguiendo la línea de

la Corte, entran los animales en el término de “individuo”.

La Corte también destaca que cada vez son más los países que prohíben la presentación de

espectáculos donde sean maltratados los animales y se les vulneren los derechos y hace un

llamado para que esto se adopte en nuestro país y se fortalezca.

Para la Corte es claro que los animales no son individuos idénticos a los humanos, pero la

Constitución busca cuidar ambas especies, humanas y no humanas, porque hacen parte del

entorno en el cual habitamos.

Esto significa que, tanto los animales como los humanos, deben tener la misma protección ya

que comparten capacidades y niveles de raciocinio. Estas diferencias presentes en ambos no

hacen que se pierda la condición de ser vivo y menos de un ser sintiente.

Estas observaciones dadas por la Corte en la sentencia C-041 de 2017 terminan con señalar

lo siguiente:

La inconstitucionalidad del parágrafo 3º del artículo 339B del Código Penal conlleva

a la desaparición de la excepción contenida en dicha disposición. Es ese sentido, es

procedente diferir los efectos de esta decisión por el término de dos (2) años, contados

a partir de la notificación de esta sentencia, atendiendo los efectos que podría tener la
desaparición inmediata de estas excepciones con respecto a intereses protegidos por el

ordenamiento jurídico (Corte constitucional, 2017).

Esto significaba que el Congreso, que es finalmente el único que puede decidir si se prohíben

o no las corridas, debía tomar una decisión respecto a si acababa o no con ellas; sin embargo,

se le daba un plazo al Legislativo para que tomara una posición clara al respecto.

Con esa determinación de la Corte, las columnas de opinión no se hicieron esperar,

claramente muchos destacaban el gran avance que se había dado con la ley, pero sentían un

retroceso con que la Corte no prohibiera las corridas

Durante los últimos cuatro años las corridas de toros estuvieron proscritas en Bogotá,

pero ahora regresan, en la administración de Enrique Peñalosa, uno de los alcaldes

más depredadores de la naturaleza y el medio ambiente que ha tenido la ciudad

(Guillén, 2017, p.1).

Sin embargo, los intentos no mermaron para que las corridas de toros dejaran de llevarse a

cabo en la ciudad. Se continuaron los intentos por realizar una consulta antitaurina y

esperaban que la Corte Constitucional diera el aval para que esta se realizara en Bogotá y en

la sentencia T-121 del 2017 la Corte dio el visto bueno y ordena al alcalde de Bogotá

continuar con los trámites necesarios para llevar a cabo la consulta popular.
Sin embargo, más adelante la Corte misma anula su sentencia alegando que la competencia

de prohibir o no las corridas de toros le corresponde exclusivamente al legislador y con esto

los toros se reafirmaron en la ciudad.

En la sentencia T-121 del 2017 la Corte se pronunció acerca de un tema de debate, y era si en

realidad los taurinos eran una minoría que debía defender la Constitución, sin embargo, para

la Corte no era así

Cabe recordar que para para que una minoría sea constitucionalmente protegida no

basta con que sus prácticas culturales no sean realizadas por una mayoría numérica,

sino que es necesario que sus miembros hayan sufrido y sigan siendo víctimas de

algún tipo de opresión histórica, estructural y sistemática por su pertenencia a dicho

grupo social (Corte constitucional, 2017).

Por ende, para la Corte los aficionados a la tauromaquia no encajaban en una minoría

susceptible a una protección constitucional como sí lo eran comunidades étnicas o personas

LGBTI. Para la Corte, no era evidente que los taurinos hayan sufrido una opresión cultural

por el hecho de participar en corridas de toros (Corte constitucional, 2017).

Así mismo, la Corte también señala a la actividad taurina como una expresión artística del ser

humano en la Sentencia C-1192/05, en esta destaca lo siguiente


La tauromaquia puede ser reconocida por el legislador como una expresión artística

del ser humano (...) en la parte resolutiva de esta providencia, declarará la

constitucionalidad de la expresión: “Los espectáculos taurinos son considerados como

una expresión artística del ser humano”. (Corte Constitucional, 2005)

Además, en esa misma sentencia, la Corte reconoce el reconocimiento histórico de la

actividad taurina y la continúa reconociendo como una “expresión artística” que muestra la

diversidad cultural de un pueblo.

En esta misma sentencia, se hace la salvedad de entender al arte como “virtud, disposición o

habilidad para hacer algo” y reconoce la valentía del hombre frente al animal y todo lo que

conlleva una corrida, señalando que el hombre enaltece atributos como la valentía, el coraje,

la tenacidad y la paciencia.

La Corte también señala que en estas manifestaciones se pone en peligro la integridad del

toro y del torero y que además reconoce que se infringe dolor al animal, señala que esto no

corresponde a actos de crueldad o barbarie sino a “demostraciones artísticas, y si se quiere

teatrales, de las disyuntivas constantes a las que se enfrenta el quehacer humano: fuerza y

razón, arrojo y cobardía, vida y muerte”. (Corte Constitucional, 2005)


4. Conclusiones

Como hemos visto a lo largo de estos capítulos, las corridas de toros han sido una parte

importante para la política colombiana, no solo en nuestros días; como vimos en el primer

capítulo han influido en gran medida en la política siendo incluso un lugar de medición para

figuras importantes. Pero los políticos ya no la usan como antes, ya no hacen ni cierran sus

campañas ahí, ya no la utilizan para venderse, todo lo contrario: ahora intentar acabar con las

corridas de toros es la manera de hacer campaña política.

Los toros dejaron hace mucho tiempo de ser populares, lo que vemos hoy en día es una ola

de movimiento animalistas muy fuerte y mayoritaria que no aprueba estas tradiciones en

nuestro país, y que, a los políticos, no les conviene ir en su contra.

Este encuentro entre dos movimientos hizo que las posiciones se discutieran y debatieran de

una manera en que nadie pudo quedarse afuera de esto. Dentro de la opinión pública se

fijaron posturas, más allá de conocer el significado de la tauromaquia y el arte que dicen los

taurinos presente en esta actividad, se generó dentro de las personas que no estaban

identificados con la tauromaquia una suerte de empatía con el animal. Mientras que, dentro

de los aficionados a las corridas, creció una cierta clase de orgullo de la fiesta y una

necesidad de defenderla por tradición.

Dentro de este caldo de cultivo, los líderes de opinión jugaron un papel fundamental a la hora

de hacer crecer tanto la discusión como de involucrar a muchas más personas en el tema.

Ellos se encargaron de hacer que el debate se diera, ponían sus puntos de vista a
consideración y crearon un lenguaje dentro de ambos movimientos. Desde la mirada

académica, Van Dijk nos acercó a entender de forma más clara cómo los líderes de opinión

lograban, desde su posición de voz autorizada, construir un discurso al público lector y que

este se apropiara del discurso y lo defendiera.

Estos líderes de opinión, como ya mencionamos, eran los encargados de construir el discurso

de ambos lados, pro y contra de la tauromaquia, y como lo vimos con Van Dijk, al ser

personas con una credibilidad enorme por ser voces autorizadas del tema, eran las personas

encargadas de hacer que el debate continuara bajo el lenguaje que ellos también plantearon.

Estos líderes guiaron una forma de pensar en la mentalidad del público, y lograban que se

identificaran con las posturas que ellos querían transmitir. Por eso mismo, encontramos que,

por ejemplo, en el caso de los taurinos, los líderes de opinión que estaban a favor de los toros

se autodenominaban como una minoría y señalaban que se les estaba atacando por ello; ese

mismo discurso lo adopto la afición taurina que empezó a replicar tal argumento.

Para rasgos más generales, concluimos que hubo muy pocos consensos en el debate. Entre

los temas que planteamos y en el que hubo más discusión no se llegaron a ningún acuerdo y

entre más crecía la discusión, mucho más desaparecía el respeto entre las partes.

Acá encontramos que el no estar de acuerdo con el otro significó señalar a la parte contraria

como personas ignorantes, bárbaras, primitivas, sádicas, entre otras. Esto vino en ocasiones

de los líderes de opinión e hizo que entrara en el lenguaje de la opinión pública y que se
adecuara dentro del discurso, esto, siendo sustentado por Van Dijk, por la razón de que las

personas tienden a aceptar las opiniones de una persona que le den el rótulo de voz

autorizada o un experto.

Tal vez en el único punto en el que se haya llegado a un consenso es en que las corridas de

toro sí son una tradición en Colombia y que es parte de nuestra cultura; sin embargo, el

debate llega a que las sociedades se van transformando y cambiando en cuanto a sus

prácticas culturales, y así debería suceder con las corridas de toros.

Además, la creciente lucha por los movimientos animalistas en todo el mundo hace que cada

vez sea más criticada esta práctica y por ende que esté mucho más en duda, no solo aquí,

también en los pocos países donde aún se conserva esta tradición.

Por otro lado, los temas de arte, cultura, tortura animal y libertad de expresión siguieron

siendo cuestionados y criticados. El arte siguió siendo subjetivo para ambos movimientos,

claramente cada unos considerando su postura como la correcta. Lo mismo ocurría con

cultura, no todo espectáculo se puede considerar como cultura y no cualquier cosa es arte. La

tortura animal entró en un ambiente más científico, donde los argumentos pasaron a

investigaciones sobre el dolor que en realidad siente el animal, las supuestas maneras en que

son criados los animales, entre otros, este sería uno de los puntos menos subjetivos dentro de

la discusión pero que los líderes de opinión abordaron con fundamentos científicos.
Hay que tener en cuenta que a la hora de sustentar en gran medida los argumentos

presentados por cada parte, las leyes pasaron a ser el centro de la discusión; es decir: qué

permite y qué no permite la ley. Si bien los líderes de opinión expresan su punto de vista de

tal forma que lograron transmitir su punto de vista, el argumento pasaba por si este punto de

vista iba de la mano con la ley. Por lo que la parte judicial en este gran debate fue crucial

para definir muchas cosas, como los conceptos de minorías, cultura, libertad de expresión,

etc, que, en últimas, le daba más validez al que utilizaba el argumento.

El debate de la tauromaquia ha estado presente siempre, sin embargo, encontramos que hay

un punto de quiebre en la alcaldía de Gustavo Petro, ya que antes de él, ningún alcalde o

político había tomado medidas en contra de las corridas de toros y mucho menos había

afrontado esa batalla judicial tan decidida como lo hizo él. Precisamente, fue por esto que en

análisis realizado en esta tesis tuvo como punto de partida el año 2011, cuando Petro llegó al

Palacio de Liévano.

Además, fue un gobernante que incluyó al pueblo en la discusión, siendo esta su arma más

fuerte contra una conocida afición taurina influyente dentro del poder de nuestro país. Por

ende, decimos que el debate se personalizó, siendo Petro la cabeza del movimiento en contra

de la tauromaquia en la ciudad y convirtiéndose en fuente de inspiración para otras ciudades

que también decidieron acabar con esta tradición en Colombia como Cartagena y Medellín.

Hay que ser claros en que este debate estuvo lleno de falacias y ataques contra el prestigio de

las personas; esto dicho por Van Dijk, es una manera en que la persona puede sacar ventaja
frente al otro mostrando que su discurso o idea es más creíble que la del otro, utilizando el

desprestigio para conseguir esto.

Para los líderes de opinión a favor de los toros, Petro era un alcalde populista que utilizó la

lucha contra la tauromaquia para conseguir aplausos y apoyo de la mayoría de la ciudad que

estaba en contra de las corridas de toros. Al igual, consideran que Petro tiene una pelea larga

contra la élite del país y las corridas de toros son símbolo de esos privilegios que esta clase

favorecida tiene, por eso, creen que Petro inició esta lucha.

Por ese caso, vemos que para la opinión contraria a Petro esto era una lucha personal, donde

él era el símbolo en contra del poder, pero, vemos que los columnistas que no estaban de

acuerdo con las corridas de toros, no se preocuparon nunca por defender al alcalde Petro de

estas acusaciones donde lo señalaban de “populista”, “caprichoso”, “autoritario”, entre otras.

Sin embargo, Petro contaba con el apoyo de la gran mayoría de la ciudad, que tomó empatía

con los toros y no fue ajena a este debate.

Petro, como todo político, manipula el discurso a su gusto y con esto hace creer a las

personas unos imaginarios que terminan convirtiéndolos en una realidad para este público a

favor de él; así como lo dice Van Dijk, es la manera en que a través del discurso crean unos

modelos y lo pasan de ser unos simples imaginativos a plantearlos como verdaderos. Incluso,

cuando Petro dejó de ser el alcalde, todavía era esa voz autorizada de las personas a favor de

sus políticas contra las corridas de toros y siguió siendo la voz fuerte del debate.
Como consecuencia de esto, el alcalde entrante, Enrique Peñalosa, no tuvo el apoyo de esta

masa de personas ya que él no tomó el tema como sí lo hizo Petro e hizo caso a las sentencias

de la Corte Constitucional que ordenaban que regresaran los toros. Esto hizo que el grupo

que estaba a favor de los animales identificara a Peñalosa como una persona pro-toros y

estuviera en contra de sus medidas.

Las personas que estaban a favor de las políticas de Petro estuvieron en ese instante en contra

de Peñalosa, beneficiando políticamente a Petro. También hay que destacar que el discurso

de minorías y mayorías dentro de la política fue muy polémico. Si bien los taurófilos sí son

una minoría en cantidad de personas, son un grupo de personas muy influyentes dentro de la

sociedad bogotana y colombiana y además son muy influyentes en política.

Así también lo señaló la Corte en su momento al momento de mencionar que no han sido una

minoría a la que se le hayan vulnerado los derechos y que ser un grupo minoritario no

significa pertenecer a una minoría. Vemos como a lo largo de cada discusión se refleja más

lo dicho, los líderes de opinión a favor de los toros establecieron ese discurso de que son

minoría y los aficionados lo replicaron.

Como hemos visto, acá hay una lucha entre una minoría influyente en nuestro país que

defiende sus gustos y tradiciones contra una mayoría del país que está en contra de la tortura

animal que busca por todos los medios acabar con esta práctica que para ellos es tradición

pero que no tiene vigencia.


La lucha de ambos grupos, además de ser una lucha de opiniones y puntos de vista, también

es una lucha que se llevó al campo de las leyes y los escritorios.

Las leyes en Colombia sí defienden la tauromaquia por la tradición, la cultura y la libertad de

expresión que está presente en ella según la Corte Constitucional. Sin embargo, esto se ha

puesto en tela de juicio gracias a la discusión que se ha planteado y a la gran lucha que se ha

realizado por parte de los movimientos animalistas en nuestro país que tomaron ejemplo de

ciudades como Barcelona en España y fueron apoyadas por el exalcalde Gustavo Petro.

La lucha para estos grupos no ha sido fácil ya que, como hemos mencionado, detrás de estas

leyes hay un poder que pertenece a la afición taurina que no permite que se modifiquen las

leyes y que hacen los mismos esfuerzos que los animalistas para defender sus intereses, en

este caso, dejar que las corridas de toros continúen.

Los medios de comunicación y los líderes de opinión utilizan estas disputas legales y debates

largos que se centran en la Corte para sustentar y argumentar sus opiniones. Algunos se

preocupan por explicar el panorama legal que hay detrás de estos debates. Hemos visto que

los líderes de opinión utilizan los argumentos de leyes bajo conveniencia y lo que hace esto

es enredar el debate, ya que no se dan las cosas claras y se oculta o se deja de dar una

información precisa solo por defender o no afectar un argumento.


Gracias a estas discusiones y debates que se dieron en los medios de comunicación y en la

esfera pública, vemos que en materia de leyes animales Colombia avanzó significativamente,

siendo esta discusión de la tauromaquia y su vigencia el punto de partida para que se diera

esta gran revolución en materia legal. Los planteamientos que llevaron a cabo los columnista

y líderes de opinión ayudaron a que la discusión pasara de palabra a hechos, y además de

construir el debate, influyó de manera indirecta en la legislación animal de nuestro país.

Es claro que la discusión continuará en la esfera pública y política de nuestro país y

seguramente nos encontraremos con lo mismo que nos hemos topado. También es seguro que

encontraremos nuevos argumentos que alimente la discusión y que llame cada vez a más

personas a participar de este debate que nos incumbe como sociedad.

Es papel de los líderes de opinión y los medios de comunicación seguir haciendo que el

debate se dé con los argumentos claros y veraces para hacer que sea justo posible, haciendo

un llamado siempre al diálogo y al respeto a la hora de encontrarse con personas con

posiciones contrarias.
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