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Primer Acto
Personajes:
Arlequín 1 (mujer)
Arlequín 2 (hombre)
Mimo 1 (hombre)
Mimo 2 (mujer)
Esquilo
Sófocles
Eurípides
Arlequín 1: Buenas tardes tengan todos aquí. Caballeros, lindas féminas, niños, niñas,
abuelos, abuelas, maestros, maestras, panaderos, bomberos, parteros, médicos
cirujanos, abogados, enfermeras, ingenieros, mascotas… y seres vivos en general. Lo
digo por si es que alguien aquí presente no “pertenece” a ninguna de las clasificaciones
antes mencionadas. Mi nombre es… bueno, en el libreto para esta obra aparezco como
“Arlequín 1”, así que dejémoslo así. Arlequín 1 es mi nombre, así me pueden llamar. En
verdad, llámenme. Y también tengo fb por si a alguien le interesa… yo sé que sí. ¡En fin!,
estoy aquí porque el día de hoy realizaremos un recorrido por el grandioso, extraordinario,
pasmoso, a veces extraño, embobador, algo embarazoso, inexplicable y en ocasiones
aterrador, pero sobre todo, ¡mágico! mundo del teatro. T – E – A – T – R – O.
Es bien sabido que la historia y transición del teatro a través de los años, puede llegar a
ser muy extensa y algo tediosa. Esto ocurre cuando no se le pone el “toque” necesario de
diversión y entretenimiento. Así que me he permitido invitar a un amigo para que me
ayude. Un cómplice sobre el escenario. Con ustedes, el Arlequín 2. Porque así lo dice el
libreto.
Arlequín 2: ¡Hey, hey!, buenas tardes, mi público encantador. Me siento profundamente
halagado por haber recibido la invitación de mi queridísima amiga…
Arlequín 2: ¡Ah!, de mi… de El Arlequín 1, (¿sí estoy bien?). ¡Bien!, la invitación del
Arlequín 1. Y como ya les mencionó, estamos aquí para presentarles una pequeña reseña
de lo que ha sido y de lo que es, actualmente, el teatro. O algo así. Esperemos que
resulte… la verdad es que nunca presté mucha atención en las clases de... Antecedentes,
antecedentes, antecedentes del teatro. Iniciar en el sobrio mundo de los griegos sería lo
más adecuado. Llegando al hediondo pero, eso sí, erudito mundo medieval.
Deteniéndonos con los neoclásicos y románticos; y concluyendo, quizá, en el siglo XX y
en nuestro actual mundo socio-económico-político capitalista pos modernista y neoliberal.
Y todos esos conceptos que los de humanidades entenderán…
Arlequín 1: Así es. Porque, ¿qué sería del mundo sin el teatro? ¿Qué? ¿Quééééééé…?
Arlequín 2: Sí… ¿Qué? ¡Mejor hay que comenzar! (Saca sus anteojos, saca el libro, lo
abre y comienza a leer.) “Capítulo IV: LITERATURA GRIEGA. Siglos V y IV A. DE J. C.
EL TEATRO. En ésta, la edad de oro de la literatura helénica, durante el cual el genio
griego se muestra en toda su grandeza, y alcanza Atenas, bajo el gobierno de Pericles, su
máximo esplendor. Durante las centurias V y IV a. de J. C. aparecen géneros nuevos…”
Arlequín 2: ¿Cómo que qué hago? ¿No es obvio? Explico los principales antecedentes
de la dramaturgia. O sea, ¡Daaahhh!
Arlequín 1: Ok, ok, tranquilo. Ya veo. Solo que… No creo que esta sea la mejor forma de
presentarles la historia del teatro. Porque, bueno, tú entenderás, comprenderás, que
puede ser algo… Pues, tú sabes… ¡¡ABURRIDO!! ¡¿Acaso quieres que nos echen a
patadas como la última vez?! ¿¿EHHH?? Querido, esta no es la forma correcta,
¿entendido?, ¿e n t e n d i d o? (Aplaude, toma el libro, y un tercer Arlequín entra, agarra
el libro y sale de escena rápidamente.) Bien, ustedes disculparán. Ahora sí, comencemos
bien...
Arlequín 2: Oye… Arlequín 1, ahora tu disculparás que te interrumpa, pero… si no vamos
a recurrir a los métodos tradicionales didácticos de la lectura para la enseñanza, ¿cómo
vamos a realizar el tan mencionado “viaje” a través de la historia del teatro?
Arlequín 1: Basta, basta. Tú eres el único presentador y anfitrión esta noche, junto
conmigo. A lo que me refiero es que he traído, o mejor dicho, se me ha permitido traer a
unos invitados viajeros del tiempo. VIAJEROS DEL TIEMPO. Con los cuales, se nos hará
mucho más sencilla e interesante la explicación de lo que ha sido el teatro a través de los
años. Así, el público no se aburrirá ni nos ignorarán con sus celulares o charlando entre
ellos. ¿Verdad? (Dirigiéndose al público.)
Arlequín 1: Lo que acabas de escuchar. Y mejor observa, queridísimo amigo. Por favor,
reciban con un fuerte aplauso a tres grandiosos dramaturgos griegos: ¡Esquilo, Sófocles y
Eurípides!
Arlequín 1: Cállate que no alcanzó el presupuesto para más. Además, son los más
relevantes dentro de la tragedia clásica griega. Mejor tomen apuntes para sus futuros
exámenes… ¡Bienvenidos!, pasen, pasen. Créame que hablo por todos, al decir que es
un tremendo placer el tenerlos aquí.
Entran los tres dramaturgos griegos, pero también entra un mimo. Mimo 1 entra
confundido, perdido. Fuera de su contexto escénico. El Arlequín 1 y el Arlequín 2 no le
toman tanta importancia, así que continúan con la presentación.
Arlequín 1: Pasen, pasen. Sean bienvenidos al siglo XXI. Y sí, AMLO es nuestro
presidente. Lamentablemente.
Arlequín 2: Oigan, chicos, ¿se les apetece algo, un refresco, algún bocadillo? ¡Hey,
Esquilo!, ¿qué me dices tú?, ¿te gustaría una sombrilla, un casco? Tú sabes, el del clima
pronosticó una fuerte lluvia de caparazones de tortuga. Jajaja, bueno, de hecho solo
caerá un caparazón de tortuga… y como tienes la peor suerte de todas, te caerá a ti.
Jajaja jajaja, jaja, ja, ja…
Arlequín 1: ¡Así se hace, “bufón”!, has hecho llorar al pobre de Esquilo, y ni siquiera
llevaba cinco minutos aquí. Seguro que esto le dejará traumas de por vida. ¡No me mires
así!, ve por él.
Arlequín 2: Claro, claro, disculpa, no era mi intención… (Sale del escenario a paso veloz
detrás de Esquilo.)
Arlequín 1: Bien, muchachos, mientras mi tonto amigo regresa con Esquilo, cuéntenme
sobre ustedes. Estamos en confianza… Ya todos aquí sabemos que los griegos eran
unos loquillos.
Arlequín 1: ¡Maldita sea!, ¿por qué siempre me envían a los locos? (También saca un
celular y escribe.) “Aquí con los trágicos griegos. Kill me please xDDD.”
En ese momento regresan a escena Esquilo y el Arlequín 2. Esquilo trae puesto un casco,
también lleva una sombrilla y lame nerviosamente un helado.
Arlequín 2: Tú disculparás, Arlequín 1, pero Esquilo se puso un poco mal. Lo tuve que
llevar por un helado… y al baño… Y el casco es por, pues tú sabes. Por si las moscas.
Recuerda que no tenemos seguro.
Eurípides: Pues es interesante que preguntes acerca de él. Gracias a él comenzaron las
representaciones teatrales. Verás…
En ese momento, suena una alarma. Tres Arlequines más entran, y sacan a los invitados
griegos. Pero el Mimo, continúa ahí, sentado. Observándolos con una gran sonrisa. Una
sonrisa algo incómoda.
Arlequín 1: Es todo. Muchas gracias. Fue un honor el que ustedes, grandes dramaturgos
griegos viajeros del tiempo estuvieran con nosotros esta tarde/noche
Arlequín 2: Oye, Arlequín 1… ¿siempre quién es ese tipo, y por qué sigue aquí?
Arlequín 1: Tienes razón. Es tan silencioso, que me olvidé de él por un momento.
Disculpa… Amigo, ¿quién es usted?, ¿también es un dramaturgo griego?, porque si es
así, me temo decirle que es momento de que se retire.
Por razones bien conocidas, el Mimo no dice nada. Sigue sonriendo. Se pone de pie, y
comienza a “hacer la pared” mientras que, acto seguido, sale corriendo del escenario.
Arlequín 2: ¿Eh?
Arlequín 1: Nada, nada. Querido público, estoy segura de que han aprendido algo de lo
que acaba de ocurrir. Espero que sí; porque yo no. En fin, recuerden que no solo existió la
Tragedia. Es preciso mencionar que la Comedia…
En ese momento, el Mimo regresa “jalando una cuerda”. Llega hasta donde se
encuentran los dos Arlequines. Se da la vuelta hasta quedar de espaldas. Pegado, en su
trasero, trae consigo una hoja doblada a la mitad. El Arlequín 2 la jala de las posaderas
del Mimo, la abre y se la muestra al Arlequín 1.
Ambos Arlequines salen del escenario. Entran otros Arlequines y sacan todo
rápidamente. Inmediatamente, con una luz baja, aparece otro Mimo. Es el Mimo 2. Está
caminado, al parecer recolecta flores. Y de repente, sale corriendo el Mimo 1. Casi
tropezando y tirando al Mimo 2, el Mimo 1 comienza a “contarle” lo que le acaba de
ocurrir. El Mimo 2 parece sorprendido. Furioso. Inmediatamente que el Mimo 1 termina de
“decirle” todo, el Mimo 2 toma una cara de seriedad. Se sube los puños de la camisa,
agarra al Mimo 1 y sale del escenario con él… Entran nuevamente los Arlequines
ayudadores a montar la escenografía siguiente.
Segundo Acto
Personajes:
Arlequín 1
Arlequín 2
Monje 1 (hombre)
Monje 2 (hombre)
Arlequín 2: Es bueno saber que tantas personas continúan con nosotros. Con un interés
con el que hasta dan ganas de ser maestro… Y no es sarcasmo. Ahora, retomando; el
teatro griego nació del culto a Dionisos. Mediante algunos cánticos en su honor. En torno
a su altar. Y fue gracias a varios personajes, como los invitados que acabamos de tener
con nosotros, que dichos cantos y danzas fueron evolucionando hasta convertirse en
afamadas representaciones teatrales. Y no solo tragedias. Aristófanes fue el
comediógrafo griego por excelencia. En una lástima que seamos pobres; porque si no
fuera así, también hubiera estado esta noche con nosotros.
Arlequín 1: Ahora, si fue así como se inició el teatro, ¿cómo llegó a representarse en la
Edad Medieval? Sería interesante saber cómo es que se representaban las obras
teatrales en una época donde la caca abundaba y en las calles; y en donde si no estabas
enfermo, lleno de úlceras y con menos de una semana de vida, no estabas a la moda. Y
para responder a esta duda, tenemos a dos invitados que nos pueden dar respuesta. Con
ustedes, el Monje 1 y el Monje 2. Lo sé, somos todos unos creativos con los nombres. Por
favor, un fuerte aplauso.
Las luces se ponen tenues y en el fondo se alcanzan a escuchar unos cánticos
gregorianos. Lentamente, y con unas largas túnicas las cuales los cubren completamente,
entran ambos mojes. Hasta que llegan a un lado de los Arlequines, la música cesa y la luz
regresa a su normalidad
Arlequín 1: Es un placer tenerlos aquí, monjes medievales viajeros del tiempo. Por favor,
tomen asiento.
Todos se sientan. Los Arlequines se ven entre ellos; extrañados de que ninguno de los
monjes hayan dicho palabra alguna. Asustados por la apariencia tan “tétrica” que tienen
ambos frailes.
Monje 1: (Sin mostrar el rostro y con una voz grave e imponente.) ¡El teatro no fue bien
recibido en la Edad Media!
Monje 2: (Igual, sin mostrar su rostro y con una voz igual de imponente.) Aun así, el teatro
que llegó a existir, tanto el religioso (ambos monjes se persignan), como el profano,
derivaron de nuestras festividades eclesiásticas. (Ambos monjes realizan una pequeña
oración en latín. Cuando terminan la plegaria, se voltean a ver y afirman con la cabeza.)
Ambos Monjes: ¡Milagros! (Se ponen de pie, se quitan la capucha de la túnica y alzan
sus manos y sus caras hacia el techo.)
Empieza la canción “Aleluya”. Salen cuatro ángeles, una virgen, dos pastores, tres diablos
y “Jesucristo”. Inmediatamente comienza una canción cristiana (como las que suelen
poner en las iglesias de cristianos afroamericanos). Todos aplauden y se colocan en
medio círculo. Ambos monjes son los más emocionados. Los dos Arlequines se han
arrinconado mostrando una importante extrañez. Después de unos pocos segundos de
esta “escena”, la música cesa. Todos los personajes “bíblicos” salen y los monjes
adquieren, nuevamente, una actitud de imponencia. Se dirigen a sus asientos y se
sientan al mismo tiempo.
Arlequín 2: ¡¿WTF?!
Arlequín 1: ¡Ya estuvo bueno! (Se pone de pie, exaltada. Se dirige hacia los animados
personajes y los corre.) ¡Se me van de aquí! ¡Ustedes también diablitos! ¡Suficiente!
(Regresa a su lugar y gritándoles a los Monjes.) ¡Basta de sus “”Milagros””! (La música ya
iba a iniciar otra vez pero el Arlequín uno hace un señal de amenaza hacia el otro lado del
escenario.) Pobre de ti si me pones esa musiquita otra vez, eh. ¿Dónde estamos? ¿En
“Dementelandia”? Ni que fuéramos estudiantes de ____________. (Respira hondo y
pareciera tomar cierta tranquilidad.) Frailes, queridos frailes. Por favor, solo queremos que
nos expliquen lo que era el teatro en su época. Es todo. Sin necesidad de tanta
celebración. Por favor.
Ambos Monjes se miran mutuamente. Niegan con la cabeza, voltean hacia el público y
hacen “Palm face” al mismo tiempo
Monje 2: Amén.
Arlequín 2: El “Auto de los Reyes Magos”. Una obra teatral española que consta de 147
versos, y su asunto procede del Evangelio de San Mateo...
Arlequín 2: Bueno… se trata de eso, o estos tres sujetos se dirigen a una fiesta de
disfraces. Una fiesta de disfraces fetichista. (Guiña.)
Comienza nuevamente la canción y el auto, junto con los tres personajes, sale de escena.
Monje 1: No, no, no, nada de eso, hijo mío. Tu primera deducción es la acertada. Esta
obra es de las más relevantes de nuestra época y, afortunadamente, todavía se conserva
hoy en día.
Arlequín 1: ¿De las más importantes?, pues con lo que acaba de ocurrir, no dio la
impresión de que fuera tan relevante…
Monje 2: Hija mía, recuerda que en esta vida, nada es lo que parece. Nada. Nada…
En ese momento la luz se vuelve una vez más tenue. Los Monjes se acercan al proscenio
y una luz los resalta.
Ambos Monjes: (Con la cabeza hacia abajo y las manos en posición como si fueran a
rezar.) ¡Nada es lo que parece!
Ya no seas gruñona
Tal pareciera que los Monjes se han ido, pero de repente uno de ellos regresa y
dirigiéndose hacia la mitad del escenario, levanta su mano y en señal de cruz menciona
con voz grave:
Arlequín 1: Mejor cállate. ¡Me voy a volver loca! (Se dirige hacia una de las sillas y se
sienta bruscamente.) Todo esto está de dementes. Y solo vamos a la mitad de lo que
tenemos que presentar. Creo que… que esto de traer a sujetos de diferentes épocas no
fue tan buena idea como esperaba. Todos son tan raritos.
Arlequín 2: ¿Estás loca? Todo lo que ha pasado ha sido de lo más entretenido y
divertido. Y, no sé tú, pero yo he aprendido mucho. Además no todo está perdido. Según
lo que ensañamos, todavía falta mucho por exponer en esta noche. ¡Ánimo! Ven, mejor
vayamos por un vaso de agua para que te tranquilices. Sirve que limpian todo este
desmadre.
Tercer Acto
Personajes:
Arlequín 1
Arlequín 2
Mimo 1
Mimo 2
Arlequín 1: Después de que la popó, las ratas y las enfermedades, y sobre todo, después
de llevar una vida corriente y apestosa; se inició un movimiento artístico y literario durante
los siglos XV y XVI que restableció la tradición clásica. Así es, los griegos y latinos
estuvieron de moda nuevamente. Se dio la bienvenida al Renacimiento.
Arlequín 2: ¿Y mi toga?
Arlequín 1: Ya será en otra ocasión. Además, dudo que el público aquí presente esté
dispuesto a verte en paños menores. En verdad, lo siento.
Arlequín 2: Pues ya qué. Aunque sí que quería usar mi toga… Pero, oye, si no
hablaremos del Renacimiento, ¿ahora qué sigue?