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EVALUACIÓN

Plan Estudios
ABOGACÍA - 2003 (DIST.)

Materia
DERECHOS REALES

Semestre
7

Período
01/2012

Turno
Noche D

División
A

Evaluación
EVALUACIÓN PARCIAL Nº 3

Fecha
15/03/2012 - 21/12/2012 

Responde
ALARCÓN, MIRNA SOLEDAD

Situación Problemática 1

A) a) ¿Qué argumento resulta determinante para el  rechazo de la demanda en  la Resolución judicial  de la
actividad  2 del módulo 4?  b) ¿Qué argumento resulta determinante en el  caso: "NAYI CARLOS RAUL   C/ INST.
DEL CEMENTO PORTLAND ARG. - USUCAPION".    c)  Determine que tienen de común ambos casos de
jurisprudencia.

a) En la actividad 2 del módulo 4 la parte actora demanda promueve demanda de usucapión por un automotor
contra Javier Ramón Martínez y/o quien se considere con derecho al mismo.

El argumento determinante para el rechazo de la acción radica en que para la aplicación de la prescripción del Art.
4016 bis del C.C. no puede unirse la posesión de la actora a la de los poseedores anteriores ya que deberían ser
todos poseedores de buena fe, por lo que no se encuentran cumplidos los plazos de dicho artículo. Los Arts. 4016
bis C.C. y 4 del decreto ley 6582/58 - texto ordenado por decreto 1114/97, prevén la posesión de buena fe para
poder prescribir y no puede haberla sin inscripción. Mediando inscripción, el término de prescripción el plazo
comenzará a computarse desde entonces. En este caso no hay inscripción.

Pues entonces podemos argumentar que equivale a la mala fe en la posesión, ya que si no se inscribe, la
transmisión no hay título y por ende, buena fe, pues si no ha logrado inscribir el automotor, no puede tener la
creencia sin duda alguna de ser el exclusivo señor de la cosa que exige el Art. 4006 del Código Civil, ni estar
persuadida, en razón de ignorancia o error de hecho de la legitimidad de su posesión, como dice el Art. 2356.
Asimismo, tampoco se encuentran cumplidos los 20 años contemplados por el Art. 4016 para la posesión veinteñal
donde no se le exigiría la buena fe.

b) En cuanto a los argumentos determinantes para el rechazo de la demanda en el caso Nayi, vemos que el
apelante no demuestra la posesión del automóvil, no contando con el título correspondiente y la inscripción registral
es requisito indispensable para acreditar la buena fe en la posesión prevista por el art. 4016 bis del C.C.

Además, el agravio propuesto en esta sede no alcanza la suficiencia técnica adecuada por lo que debe ser rechazado
el recurso de apelación.
c) En ambos casos, los apelantes han pretendido hacer valer la posesión del bien, sin la correspondiente inscripción
registral, que configura un requisito indispensable para la prescripción adquisitiva prevista por el Art. 4016 bis del
C.C.

B) Determine las diferencias existentes entre la resolución dictada en autos: “LOPEZ, ARMANDO M.  C/  
MILANESIO, HUGO F.  -     DIVISION DE CONDOMINIO -  INCIDENTE POR COBRO DE ALQUILERES”   y la
dictada en autos: “ALTAMIRANO, FERNANDO ARMANDO P.S.A. ENCUBRIMIENTO, ETC. -RECURSO DE
CASACIÓN” (Expte. “A”, 33/2006)

(35 puntos) 

En la causa: “LOPEZ ARMANDO M. C/ MILANESIO HUGO F. - DIVISION DE CONDOMINIO - INCIDENTE POR COBRO
DE ALQUILERES”, López reclama a Milanesio el pago del alquiler por el uso de un inmueble en condominio. El cobro
de la parte proporcional del alquiler pertinente a la cosa común, por parte del condómino que no utiliza la propiedad
a quien la ocupase es debido solo a partir de su petición, presumiéndose que la ocupación anterior a esa solicitud es
gratuita, ya que el comunero que ocupa la cosa común ejerce un derecho que le es propio sobre ella y, mientras no
conozca la voluntad de los demás comuneros de ejercer igual derecho, nada les debe, en este caso Milanesio debe
abonarlo desde el momento en que se le cursó la intimación.

Respecto al reclamo de Milanesio a López por el pago del 50% de las sumas pagadas en concepto de impuestos,
servicios cloacales, mutuo bancario contratado y gastos de cancelación de la hipoteca, Milanesio encontrándose
obligado al pago de tales deudas por imperio del Art. 2689 del Código Civil, en que las cargas reales que gravan la
cosa, como la hipoteca sólo en el supuesto que todos los condóminos la hayan constituido, cada uno de los
condóminos está obligado por el todo de la deuda (habiéndose difundido en la doctrina y la jurisprudencia, la idea
según la cual las reglas de la citada norma se extienden a los impuestos, tasas, contribuciones, etc. que recaen
sobre la cosa), acredita haber cumplido con ello, y por lo tanto tiene acción para exigir de López el reintegro del
50% de las sumas abonadas toda vez que en las relaciones entre condóminos las cargas reales no son solidarias
sino divisibles entre ellos.

Por su parte, en la causa ALTAMIRANO, FERNANDO ARMANDO P.S.A. ENCUBRIMIENTO, ETC. -RECURSO DE
CASACIÓN” (Expte. “A”, 33/2006), se recurre una sentencia penal, agraviándose el condenado por la pena
accesoria de decomiso de un automóvil de su propiedad por entender que ha aplicado erróneamente lo dispuesto
por el art. 23 del Código Penal al caso de autos. Al respecto, refiere que, según doctrina y jurisprudencia que cita,
los automotores usados como instrumentos de un delito no son susceptibles de ser decomisados, puesto que no se
trata de elementos destinados específicamente para delinquir y porque pueden llegar a consistir en elementos de
trabajo. Agrega que, por otra parte, la medida adoptada afecta los intereses de una persona totalmente ajena al
hecho, como lo es la Sra. Marcela Karina Acosta, quien se encuentra casada – separada de Fernando Altamirano.
Por lo que el referido bien pertenece a la sociedad conyugal en condominio, ya que es un bien ganancial (art. 1272
C.Civ.), aun cuando haya sido adquirido a título oneroso en nombre de uno solo de los cónyuges.

Por lo anterior, estima que la medida aquí cuestionada afecta los derechos que en parte tiene la Sra. Acosta sobre el
mismo, siendo ella tercero en relación al delito por el cual se lo condenó a Altamirano. Sostiene que, tratándose de
un bien registral indivisible, es abundante la doctrina y jurisprudencia que entiende que corresponde la entrega del
bien a quien resulta ser tercero ajeno al hecho investigado y motivo de condena.

El Tribunal rechaza el recurso por las siguientes razones: el decomiso es una pena accesoria, inherente a todas
las penas principales mencionadas en el art. 5 del Cód. Penal, que consiste en la pérdida de cosas (muebles o
inmuebles) a favor del Estado Nacional, de las provincias o de los Municipios, para su entrega,
enajenación o destrucción, según el supuesto de que se trate (art. 23 C.P., según L. 25.815).

La sanción que nos ocupa, según lo dispone la ley (art. 23, Cód. Penal), recae –entre otros supuestos- sobre las
cosas que han servido para cometer el hecho, esto es, sobre los antes denominados "instrumentos del delito".

Los instrumentos del delito son los objetos intencionalmente utilizados para cometer el delito consumado o tentado
(C.C.C., 22/9/31, Fallos t. II, p. 36 - C.C.C., 10/11/39, Rev. LA LEY, t. 16, p. 1011).

Pueden constituir un instrumento del delito, tanto los objetos destinados a cometerlos, como los utilizados
eventualmente para hacerlo, siempre que el actor se haya servido de la cosa como medio comisivo del delito, pues,
contrariamente a lo que entienden algunos tribunales (C.C.C. 22/9/31, Fallos, t. II, p. 36; CFed. de Rosario,
26/4/47, J.A., 1947, II, p. 217) y el quejoso en la presente causa, la ley no atiende al destino de los objetos, sino a
su utilización en el caso concreto (Núñez, Ricardo C. op. cit. 81/82).

Por consiguiente, integran el concepto de instrumentos del delito, todos aquellos medios utilizados para "cometer el
delito", resultando indiferente que eventualmente fueren destinados a ese fin o que constituyan elementos de
trabajo del condenado.
Y en cuanto a la cuestión del condominio, a diferencia de lo argüido por el impetrante, durante la vigencia de la
sociedad conyugal, cuando la cosa ingresada al patrimonio de uno de los cónyuges es ganancial, no por ello se
engendra un condominio entre los esposos. “Bien ganancial” y “cosa en condominio” son dos conceptos diversos
que no pueden, ni deben, confundirse.

Los bienes gananciales son propiedad exclusiva del cónyuge que los ha adquirido (en el caso, el
condenado Fernando Armando Altamirano), ya que, mientras dure la sociedad conyugal, el otro cónyuge no tiene
sobre ellos ninguno de los derechos de propiedad.

Es decir, que en ambas causas se pueden ver cuestiones referidas al condominio, pero la cuestión de fondo es
completamente distinta.

Situación problemática 2

A) Relacione el caso: "AZZARONI LILIANA ALEJANDRA Y OTRO C/ CONS. PROP. GARCIA DEL RIO 4062 S/
DAÑOS Y PERJUICIOS"  con la resolución dictada en autos: "CONSORCIO DE PROPIETARIOS VUELTA DE
OBLIGADO 2270/76  C/ DAMONTE, ALBERTO E. Y OTRO" y determine las obligaciones, en cada
supuesto,  de los propietarios de las unidades de propiedad exclusiva.

En ambos casos, se tratan cuestiones vinculadas a la ley 13.512, que es la ley que establece el régimen legal de la
propiedad horizontal. Es decir, que en ambos casos se lleva a la justicia un conflicto surgido entre copropietarios de
un edificio.

En el primero entran en juego cuestiones referidas al pago de las obligaciones de expensas comunes; y el segundo
sobre la instalación de un comercio en una de las unidades, que causaba grandes molestias a los demás
copropietarios y, además, se encontraba prohibido en el reglamento de copropiedad.

En el primer caso, era obligación de las actoras pagar la suma que había dispuesto la administración en cuanto a
deudas por expensas y gastos comunes, ya que el art. 17 de la ley mencionada ut supra establece: “La obligación
que tienen los propietarios de contribuir al pago de las expensas y primas de seguro total del edificio, sigue siempre
al dominio de sus respectivos pisos o departamentos en la extensión del artículo 3266 del Código Civil, aun con
respecto a las devengadas antes de su adquisición; y el crédito respectivo goza del privilegio y derechos previstos
en los artículos 390 y 2686 del Código Civil.”

En el segundo, es de aplicación el art. 6 de la misma ley, que establece: “Queda prohibido a cada propietario y
ocupante de los departamentos o pisos: a) destinarlos a usos contrarios a la moral o buenas costumbres o a fines
distintos a los previstos en el reglamento de copropiedad y administración; b) perturbar con ruidos o de cualquier
otra manera la tranquilidad de los vecinos ejercer actividades que comprometan la seguridad del inmueble, o
depositar mercaderías peligrosas o perjudiciales para el edificio.” Obviamente aquí, la obligación del propietario era
adecuar su actividad comercial a lo dispuesto por el Reglamento de copropiedad, y asegurar la traquilidad de los
vecinos y la seguridad del inmueble.

B)  Determine las diferencias existentes  entre la resolución dictada en autos: “AZZARONI LILIANA ALEJANDRA
Y OTRO C/ CONS. PROP. GARCIA DEL RIO 4062 S/ DAÑOS Y PERJUICIOS" y la resolución dictada en la
resolución judicial de la actividad 4 del módulo 5.

En el primer fallo las actoras, carecen del derecho de reclamar al consorcio, ya que según lo dispuesto por el Art. 17
de la ley de propiedad horizontal (Ley 13.512) las obligaciones de los consorcistas de contribuir al pago de
expensas, entre otras, siguen siempre al dominio, aún las devengadas antes de su adquisición, sin perjuicio de las
acciones que pueda luego ejercer contra en dueño anterior.-

En autos: “YAÑEZ ALICIA NELIDA C/RAMONDA STELLA MARY-ORDINARIO-DAÑOS Y PERJUICIOS”, la demandada


quien tenía el uso exclusivo de la terraza realizó obras en su propio beneficio, las que causaron daño en el inmueble
de la actora, lo que hace aplicable para la resolución de la causa, del disposiciones del Art. 1113 CC, por servirse de
dicho espacio.

En ambas causas se discuten sobre disposiciones de la ley de propiedad horizontal, siendo aplicable en la última de
ellas, a partir del uso exclusivo de la cosa, las disposiciones que reglan las cuestiones de la responsabilidad civil.-
Fundamentalmente que gastos son a cargo del consorcio y cuales a cargo de los propietarios en forma individual

(30 puntos)

Situación problemática 3
A) Determine las diferencias y semejanzas existentes entre  la resolución judicial de la actividad 1 del  módulo 6 y
la actividad 2 del módulo 6.

Tanto la resolución dictada en la actividad 1 del módulo 6, como la dictada en la actividad 2 del módulo 6, analizan
el derecho real de hipoteca, declarando nula la hipoteca constituida por no dar cumplimiento a los caracteres
esenciales que la doctrina enumera y que surgen del análisis integral de la normativa prevista en el Código Civil.
Asimismo se señala que en materia de derechos reales rige el orden público, que amén de establecer un numerus
clausus (Art. 2502 CC.), fija las condiciones sustanciales y formales que deben cumplirse a fines de su constitución,
las cuales no pueden ser modificadas por la voluntad de las partes. En consecuencia la vulneración de los caracteres
esenciales acarrea la nulidad de la hipoteca.

En autos: “SHELL COMPAÑÍA ARGENTINA DE PETROLEO S.A. (SHELL CAPSA) C/ JULIO MARIA GABRIELS Y OTRA –
EJECUCION HIPOTECARIA-”, la escritura hipotecaria resulta nula ya que la obligación principal no se encuentra
predeterminada en la misma, ni es determinable. La hipoteca, como todo derecho real de garantía, es accesoria de
una obligación principal, no puede existir si no hay un crédito al cual garantice. El principio de especialidad en la
constitución de una hipoteca, recae sobre el objeto, o sea un inmueble determinado, que en este caso se encuentra
cumplido y sobre el crédito, que es lo que no se cumple en este caso; la hipoteca se debe constituir por una suma
de dinero cierta y determinada (conf. Art. 3109).

En autos: “PAPALINI ALFREDO JUAN C/ BANK BOSTON S.A. -ORDINARIO-”, también resulta ser nula la garantía
hipotecaria, pero en base a que la obligación principal no existía crédito, el préstamo, no se hizo efectivo como
fuera determinado en la escritura pública. No cumpliéndose tampoco en este caso el principio de accesoriedad que
determina que si se extingue o es inválida la obligación principal, también se extingue o es inválida la hipoteca, ya
que lo accesorio sigue la suerte de lo principal.

B)  Igualmente determine las diferencias de ambas actividades del módulo 6 con la resolución dictada en
autos: : "BANCO HIPOTECARIO S.A. C/ MARQUI MARIA ROSA - EJECUTIVOS PARTICULARES -
EJECUCIÓN HIPOTECARIA EXPTE Nº 297368/36"

(35 puntos)

Como ya lo he dicho supra, Tanto la resolución dictada en la actividad 1 del módulo 6, como la dictada en la
actividad 2 del módulo 6, analizan el derecho real de hipoteca, declarando nula la hipoteca constituida por no dar
cumplimiento a los caracteres esenciales que la doctrina enumera y que surgen del análisis integral de la normativa
prevista en el Código Civil.
Asimismo se señala que en materia de derechos reales rige el orden público, que amén de establecer un numerus
clausus (Art. 2502 CC.), fija las condiciones sustanciales y formales que deben cumplirse a fines de su constitución,
las cuales no pueden ser modificadas por la voluntad de las partes. En consecuencia la vulneración de los caracteres
esenciales acarrea la nulidad de la hipoteca.

La resolución dictada en autos: : "BANCO HIPOTECARIO S.A. C/ MARQUI MARIA ROSA - EJECUTIVOS
PARTICULARES - EJECUCIÓN HIPOTECARIA EXPTE Nº 297368/36",  por su parte, si bien trata también de
una ejecución hipotecaria, en este caso lo que se cuestiona es la existencia de la letra hipotecaria y la valoración de
la escritura pública como instrumentación de la hipoteca. La demandada pide se desestime la sentencia de primera
instancia en base a que en la escritura pública se acuerda la creación de una letra hipotecaria, la cual no ha sido
acompañada por la actora al presentar la demanda; razón por la cual considera que la demanda debe ser
rechazada. Sin embargo, su recurso no encuentra sustento en los vocales de la Cámara, debido a que según el art.
39 in fine de la ley 24441 introduce la letra hipotecaria denominada escritural consignándolo así: "las letras
hipotecarias también podrán ser escriturales". Consecuencia de esta peculiaridad es su neto carácter registral, que
se desprende del art. 3° del dec. 1389/98, el cual reza: "La letra hipotecaria escritural se considerará emitida
cuando la persona a cargo del registro tome razón de la misma". Y esto último no ha sucedido, lo cual surge del
informe de la Caja de Valores SA, que sostiene que no existe la inscripción de dicha letra. Por lo cual, es imposible
requerir del actor, la presentación de una constancia informática de la existencia de un título desmaterializado,
cuando la entidad que tiene a su cargo el registro de los mismos y por ende la expedición de dicha certificación,
informa categóricamente acerca de la inexistencia de la mentada letra.

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