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BOLILLA VI
2) Críticas: La teoría tradicional, dice Kelsen, inicia su teoría con una seria
contradicción: si el derecho natural es un derecho perfecto de validez universal,
¿para qué hace falta que exista el derecho positivo?.
Los mismos jusnaturalistas, dice Kelsen, se encargan de acentuar la
necesidad de que el derecho positivo exista, de que exista algo que deba estar
subordinado, esto es una reiteración del derecho ya que el derecho positivo no hace
más que repetir lo que ya estaba, en estado latente, creado por el derecho natural.
Es como, dice Kelsen, iluminarse con luz eléctrica a plena luz del día.
Lo que ocurre es que la teoría que encierra este dualismo inicial, es una teoría
que encierra ideologías, el resaltar al derecho natural superior por encima del
derecho positivo no es más que defender una ideología determinada.
Concretamente el dualismo del derecho natural y del derecho positivo encierra dos
ideologías:
a) La defensa y la inviolabilidad de la propiedad privada. Aquellos defensores de
la propiedad privada, necesitaban fundamentar ese derecho de propiedad en algo
superior. Dice Kelsen, caen en una seria contradicción porque inclusive las teorías
religiosas que tanto entienden que debe existir un derecho natural superior, porque
las Sagradas Escrituras se refieren no a la propiedad privada sino a la comunidad de
bienes. Por lo tanto es una falsa interpretación de las Sagradas Escrituras y una
adecuación de las mismas a intereses particulares.
b) Esta teoría dualista adquirió gran fuerza, sobre todo a mediados del Siglo XIX,
porque ya había aparecido en el mundo en 1848 el Manifiesto Comunista de Marx,
donde se cambia el Evangelio Cristiano por el evangelio comunista, se basamenta
un nuevo movimiento que estaba en contra de la propiedad privada. Por lo tanto la
segunda ideología que encierra este dualismo es la lucha del capitalismo contra el
comunismo.
2) Kelsen entiende que no es cierto que los derechos subjetivos sean anteriores al
derecho objetivo; no es cierto que el legislador terrenal o positivo nada más se limite
a reconocer los derechos subjetivos que existían con anterioridad sino que los crea,
los derechos subjetivos sólo existen, dice Kelsen, en la medida que sean creados
por el legislador estatal. Si el legislador estatal no crea un derecho subjetivo
este no existe. Por ejemplo el derecho de propiedad en un sistema capitalista es
declarado inviolable, pero en un sistema comunista, donde el derecho de propiedad
no existe, no hay derecho subjetivo de propiedad.
Por lo tanto la crítica que puede hacérsele a este dualismo, dice Kelsen, se
basa, en que los derechos subjetivos solo existen en la medida que sean creados
por el legislador positivo.
3) El titular, el dueño de una cosa, no tiene una relación con la cosa, la relación es
entre el titular y el resto de la comunidad que tiene, el resto de la comunidad, el
deber jurídico de respetar esa propiedad. Por lo tanto el derecho de propiedad, el
titular, lo puede hacer valer erga omnes.
En definitiva, la relación jurídica en los llamados derechos reales es también
entre personas. Por lo tanto no hay dualismo.
2) Kelsen entiende que existe una confusión conceptual con respecto a este
dualismo: Porque parece ser que se llega a la conclusión de que el ser humano es
titular de derechos y por lo tanto el hombre es un concepto jurídico, y en realidad,
dice Kelsen, cuando nos referimos al ser humano estamos hablando de un concepto
psicológico, anatómico, fisiológico, pero no jurídico. Tampoco tiene sentido hablar de
persona jurídica, dice Kelsen como una especie de súper hombre, como un ente
especial, compuesto de seres humanos pero que se separa de ellos.
Lo que tendría que hacerse es unificar los conceptos y no hablar de persona
física por un lado y persona jurídica por el otro, sino hablar de sujeto de derecho.
2) Kelsen parte de la base que no hay, tampoco aquí, un derecho dual, ya que la
forma de destruir este dualismo consiste en que los particulares siempre participan
en la formación del derecho que los va a regir.