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Reyes Ramírez Geraldine Elizabeth Grupo: 1751

“Fisiología de los nutrientes”

Hambre y/o apetito

Hambre: Conjunto de sensaciones provocadas por la disminución de los depósitos de nutrientes.


El hambre responde a una necesidad fisiológica de nuestro organismo; expresa un deseo y unas
ganas de comer cualquier alimento.
Cuando nuestro cuerpo tiene hambre y no saciamos esa necesidad, el organismo comienza a
consumir glucógeno (molécula de almacenaje de energía), descomponiéndola en glucosa (fuente
de energía). Parte de esta energía es mandada a nuestro cerebro, músculos y células
sanguíneas. El hambre fisiológica no corresponde a un estímulo emocional, ni a un impulso, no
aparece de manera repentina por un estado de estrés o ansiedad y no es específico de un
determinado grupo de alimentos: es una necesidad básica de nuestro cuerpo que ha de ser
resuelta.
Apetito: Deseo de ingerir un tipo de alimento. Es un estado afectivo que se acompaña de placer
y no depende de una necesidad.
El apetito es selectivo, suele aparecer de forma repentina, de forma urgente, causado
generalmente por un sentimiento emocional. El deseo de la comida en este caso es específico: te
apetece un alimento en concreto, ese trozo de tarta de chocolate exquisito que viste el día
anterior en la pastelería, una porción de pizza de tu pizzería favorita, unas palomitas en una
tarde de cine o sofá.
Apetencia

Apetencia: Podemos definir la apetencia como el impulso de satisfacción a una necesidad básica;
como comer, es una sensación de hambre.

Ingestión de alimentos, importancia de las características organolépticas.

Ingestión de alimentos: La ingestión es la introducción de la comida en el aparato digestivo al


servicio de la alimentación o de la hidratación, y en la forma que nos es más familiar se realiza a
través de la boca. El "bocado" o pieza alimentaria que se incorpora debe tener dimensiones
mayores a las moléculas para denominarse ingestión. En caso contrario, constituiría una de las
formas de absorción, que en último término se puede reducir al paso de barreras celulares; o
bien de vacuolización, que es la manera de ingerir partículas o volúmenes líquidos muy chicos
pero mayores que las moléculas. Todas esas formas se relacionan con el balance energético del
organismo, y a través de ello trascienden la biomedicina de la nutrición y pasan también a ser
estudiadas por la ecología.
Importancia de las características organolépticas: Características organolépticas de los
alimentos. Se refieren al conjunto de estímulos que interactúan con los receptores del analizador
(órganos de los sentidos). El receptor transforma la energía que actúa sobre él, en un proceso
nervioso que se transmite a través de los nervios aferentes o centrípetos, hasta los sectores
corticales del cerebro, donde se producen las diferentes sensaciones: color, forma, tamaño,
aroma, textura y sabor.
Estas propiedades son utilizadas cotidianamente para distinguir por ejemplo un alimento fresco
de uno descompuesto.
Deglución, digestión, absorción y destino de los nutrientes (hormonas y otros
factores participantes).

Deglución: La deglución es el paso del alimento desde la boca a la faringe y luego hasta el
esófago. Los alimentos masticados por los dientes, amasados por la lengua y humedecidos por la
saliva, toman forma de una bola de consistencia pastosa, el bolo alimenticio. Una vez formado,
la lengua lo empuja hacia atrás y entonces ingresa en la faringe. El paso del bolo alimenticio
desde la boca hacia la faringe se denomina deglución. A través de esta, el bolo continúa su
camino hasta llegar al esófago (tubo de aproximadamente 25 cm de longitud que conecta la
faringe con el estómago). No se debe de confundir este proceso con la Fonación, aunque ambos
procesos comparten varios grupos musculares.
Digestión: La digestión es el proceso de transformación de los alimentos, previamente ingeridos,
en sustancias más sencillas para ser absorbidos. La digestión ocurre tanto en los organismos
pluricelulares como en las células. En este proceso participan diferentes tipos de enzimas.
Fases
Fase cefálica: esta fase ocurre antes que los alimentos entren al estómago e involucra la
preparación del organismo para el consumo y la digestión. La vista y el pensamiento, estimulan
la corteza cerebral. Los estímulos al gusto y al olor son enviados al hipotálamo y la médula
espinal. Después de esto, son enviados a través del nervio vago.
Fase gástrica: esta fase lleva de 3 a 4 horas. Es estimulada por la distensión del estómago y el
pH ácido. La distensión activa los reflejos largos y mientéricos. Esto activa la liberación de
acetilcolina, que estimula la liberación de más jugos gástricos. Cuando las proteínas entran al
estómago, unen iones de hidrógeno, lo cual disminuye el pH del estómago hasta un nivel ácido
(el valor del PH va de 0 a 14 siendo 0 el nivel más ácido y 14 el más básico). Esto dispara las
células G para que liberen gastrina, la cual por su parte estimula las células parietales para que
secreten HCl. La producción de HCl también es desencadenada por la acetilcolina y la histamina.
Fase intestinal: esta fase tiene dos partes, la excitatoria y la inhibitoria. Los alimentos
parcialmente digeridos llenan el duodeno. Esto desencadena la liberación de gastrina intestinal.
El reflejo enterogástrico inhibe el núcleo vago, activando las fibras simpáticas causando que el
esfínter pilórico se apriete para prevenir la entrada de más comida, inhibiendo los reflejos
Absorción: La absorción es un proceso importante ya que permite el paso de las sustancias
digeridas presentes en el interior del tubo digestivo a los vasos sanguíneos y linfáticos, para que
desde aquí vaya a todas las partes del organismo.
La absorción se realiza en:
El intestino delgado
El intestino grueso

Anatomía y fisiología de los órganos participantes.

El aparato digestivo es un conjunto de órganos que tienen como misión fundamental la digestión
y absorción de nutrientes. Para lograrlo, es necesario que se sucedan una serie de fenómenos a
lo largo de las diferentes partes que lo constituyen. Debemos distinguir entre el tubo digestivo
en sí mismo y las llamadas glándulas anejas.

El tubo digestivo está formado por la boca, la faringe, el esófago, el estómago, el


intestino delgado y el intestino grueso o colon. En cada una de estas partes del tubo digestivo
tienen lugar los diversos eventos que permitirán la digestión y la absorción de los alimentos
ingeridos.
Boca
Cavidad que se abre en la parte central e inferior de la cara y por la que se ingieren los
alimentos. En la boca encontramos la lengua y los dientes. Es aquí donde vierten su contenido
las glándulas salivales y tienen lugar la masticación y salivación de los alimentos. Con la
salivación y los fermentos digestivos que contiene la saliva (amilasa salival) se inicia la
digestión de los alimentos, formándose el bolo alimenticio. Después de estos procesos se
produce la deglución del bolo alimenticio, que es el proceso mediante el cual éste pasa de la
boca y faringe al esófago.
Faringe
Se comunica con la boca por la parte anterior, y por la parte posterior con la laringe, de la que
está separada por la epiglotis, y con el esófago, al que derrama el bolo alimenticio. La deglución
implica una gran coordinación neuromuscular a nivel de la faringe. Los defectos en estos
mecanismos pueden producir el paso de alimentos a las vías respiratorias o en la nariz,
en vez de pasar al esófago.
Esófago
Conducto muscular de 18 a 26 centímetros de longitud que recoge el bolo alimenticio una vez
terminada la fase bucofaríngea de la deglución. Mediante una serie de movimientos contráctiles
de la pared del esófago, el bolo alimenticio sigue su curso hacia el estómago. Por lo tanto,
el esófago sólo participa en la progresión ordenada del alimento.
Estómago
El estómago es una dilatación en forma de J del tubo digestivo, que se comunica con el esófago a
través del cardias, y con el duodeno a través del píloro. Ambos, cardias y píloro, funcionan como
una válvula que regula el paso del alimento. El estómago funciona, principalmente, como
un reservorio para almacenar grandes cantidades de comida recién ingerida, permitiendo
así ingestiones intermitentes. El paso del contenido gástrico al duodeno, que tiene una
capacidad volumétrica muy inferior, se produce de forma controlada por el efecto del píloro. En
el estómago se encuentran diferentes tipos de células que participan en la secreción del jugo
gástrico. El jugo gástrico contiene ácido clorhídrico y pepsina, responsables de la digestión
gástrica del bolo alimenticio. Además, el estómago facilita la trituración de los alimentos y
su mezcla con el jugo gástrico, debido a los movimientos de contracción de sus paredes.
Posteriormente, se produce el vaciamiento hacia el duodeno. Una vez mezclado con los jugos
gástricos, el bolo alimenticio pasa a llamarse quimo.
Intestino delgado
Conducto de 6 a 8 metros de largo, formado por tres tramos: Duodeno, separado del estómago
por el píloro, y que recibe la bilis procedente del hígado y el jugo pancreático del páncreas,
seguido del yeyuno, y por la parte final llamada íleon. El íleon se comunica con el intestino
grueso o colon mediante la válvula ileocecal. En el intestino delgado continúa la digestión de
los alimentos hasta su conversión en componentes elementales aptos para la absorción; y
aquí juega un papel fundamental la bilis, el jugo pancreático (que contiene amilasa,
lipasa y tripsina) y el propio jugo intestinal secretado por las células intestinales. Una
vez mezclado con estas secreciones, el quimo pasa a llamarse quilo. Las paredes del
intestino delgado tienen también capacidad contráctil, permitiendo la mezcla de su contenido y
su propulsión adelante.
Colon
Estructura tubular que mide aproximadamente 1,5 m en el adulto. Se encuentra unido al
intestino delgado por la válvula ileocecal y concluye en el ano. El colon presenta una forma
peculiar debido a la existencia de unas bandas longitudinales y contracciones circulares que
dan lugar a unos bultos llamadas haustras. En el colon distinguimos varias porciones: la
primera porción, el ciego, más ancho que el resto, encontramos el apéndice; el colon
ascendente, que se extiende desde el ciego hasta el ángulo o flexura hepática; a este nivel el
colon gira y cambia de dirección, llamándose colon transverso.

Glándulas salivales
Hay tres pares: dos parótidas, una a cada lado de la cabeza, por delante del conducto auditivo
externo; dos submaxilares, situadas en la parte interna del maxilar inferior, y dos sublinguales
bajo la lengua. Todas ellas tienen la función de ensalivar los alimentos triturados en la
boca para facilitar la formación del bolo alimenticio e iniciar la digestión de los hidratos de
carbono (por efecto de la amilasa salival).
Hígado
Glándula voluminosa de color rojo oscuro que produce la bilis, que se almacena en la vesícula
biliar. Durante las comidas la vejiga biliar se contrae, provocando el paso de bilis en el
duodeno, a través del conducto colédoco. La función de la bilis en el intestino delgado es
facilitar la digestión de las grasas. Por otra parte, el hígado juega un papel clave en las vías
metabólicas fundamentales. Recibe de la sangre proveniente delintestino los nutrientes
absorbidos, los transforma y sintetiza los componentes fundamentales de todos los tejidos
del organismo. El hígado contiene también numerosas vías bioquímicas para detoxificar
compuestos absorbidos por el intestino delgado.
Páncreas
Glándula de forma triangular situada inmediatamente por debajo del estómago y en contacto
con el duodeno, y que tiene una función doble: 1) Páncreas exocrino: fabrica el jugo
pancreático que contiene las enzimas digestivas (amilasa, lipasa y tripsina). El jugo
pancreático llega al duodeno por el conducto de Wirsung para participar en la digestión de los
alimentos. 2) Páncreas endocrino: fabrica varias hormonas que se excretan en la sangre
para llevar a cabo funciones imprescindibles para el organismo. La más conocida es la
insulina, que regula el metabolismo de los azúcares.

Regulación y control delos procesos anteriores (enzimas, hormonas y otros


factores participantes)

La regulación de las actividades digestivas corre a cargo de nervios intrínsecos (propios del
sistema) y extrínsecos, así como de hormonas digestivas. Y como en el resto de sistemas
reguladores, participan receptores sensoriales, sistemas de integración y efectores (células que
ejecutan la respuesta reguladora). En los vertebrados, este sistema regulador se superpone a la
actividad básica propia de la musculatura lisa del sistema digestivo, modulándola, además de
ejercer otros efectos.
Las células de la musculatura lisa del sistema digestivo de los vertebrados desarrollan una
actividad eléctrica espontánea denominada ritmo eléctrico básico. Ese ritmo puede dar lugar a
que se desencadene una secuencia de potenciales de acción, generando las correspondientes
contracciones de las células musculares. Que se lleguen a producir los potenciales de acción o
no depende del efecto de factores mecánicos, nerviosos y hormonales, y también del valor de
potencial de membrana en torno al cual se producen las oscilaciones del ritmo eléctrico básico.
En presencia de alimento en el tubo digestivo ese valor es más alto y, por lo tanto, es más
probable que la oscilación alcance el valor de potencial de membrana umbral para que se
desencadene el potencial de acción.
En la pared del tracto digestivo hay receptores sensoriales que responden a cambios químicos y
mecánicos locales. Los quimiorreceptores son sensibles a las variaciones químicas que se
producen en la luz del tubo. Los mecanorreceptores (barorreceptores, o receptores de presión)
responden a la tensión de la pared o su grado de estiramiento. Y los osmorreceptores detectan
variaciones en la concentración osmótica de la luz del tracto. Cuando estos receptores son
estimulados, se desencadenan respuestas que consisten en reflejos nerviosos o secreción de
hormonas a cargo de células endocrinas, y que provocan variaciones en el nivel de actividad de
sus células diana, que son los efectores de este sistema. Estas pueden ser células de la
musculatura lisa del sistema o glándulas exocrinas que liberan jugos digestivos.

La integración de la información procesada por los receptores sensoriales corre a cargo de dos
redes o circuitos nerviosos y de las hormonas gastrointestinales.

Determinación clínica de la presencia de nutrientes.


Técnicas de valoración de la digestión y absorción de grasas

1. Determinación de grasa en heces: La determinación cuantitativa de grasa en heces recogida


durante 72 horas, descrita por Van de Kamer hace casi 60 años7, aún es el "gold estándar" para
el diagnóstico de la esteatorrea, sin embargo tiene algunos inconvenientes como: a) no estar
disponible fácilmente; b) es muy engorrosa para los pacientes y para los técnicos; c) por otra
parte las enfermedades del páncreas, del intestino delgado o de otras localizaciones que pueden
producir esteatorrea se pueden diagnosticar con otras técnicas; d) además la normalidad de la
prueba no descarta la existencia de patología (casi un 40% de pacientes con celiaquía pueden
presentar valores normales y la insuficiencia pancreática exocrina solo cursa con esteatorrea
cuando es grave, con menos del 10% de reserva funcional pancreática), e) y por otro lado se han
visto cifras superiores a 14 g de grasa/día en voluntarios con diarreas inducidas y en pacientes
con un peso de las heces mayores de 1.000 g/día8.

En la población sana la excreción de grasa en heces es menor de 6 g al día y se mantiene


constante incluso si se incrementa el consumo de grasa a 100-125 g por día. La eliminación de
más de 6 g de grasa en heces por día es patológico aunque los pacientes con esteatorrea suelen
tener más de 20 g/día.

La recogida de heces durante 72 h reduce la variabilidad y el error que se puede dar si se hace
con más cortos periodos de tiempo. Los pacientes deben consumir una dieta con 70-120 g de
grasa/día ya que en pacientes ancianos sanos si consumen una dieta con más de 140 g de grasa
tienen una elevada eliminación de grasa por las heces y puede dar falsos positivos. Asimismo
deben saber que los sustitutos de la grasa no absorbibles pueden dar falsos positivos9. El
porcentaje de grasa absorbida puede ser calculado y es igual a la grasa ingerida menos la grasa
eliminada dividido entre la grasa ingerida, siendo normal si es mayor al 94%.

La determinación cuantitativa de grasa en heces no discrimina entre las causas de esteatorrea.


Pero a pesar de que se han desarrollado otros test para el diagnóstico de la malabsorción grasa,
que son más fáciles de realizar, más rápidos y menos engorrosos que la determinación de grasa
fecal de 72 h, ninguno la ha podido reemplazar por el momento como prueba de referencia10.

2. Tinción con Sudán III: es un test cualitativo que si se realiza de manera adecuada, puede
detectar hasta el 90% de los pacientes con esteatorrea clínicamente significativa. Sin embargo la
variabilidad en su realización e interpretación limitan la fiabilidad y la sensibilidad. Un grupo
sugiere que el contaje y medida del tamaño de los glóbulos de grasa presentes en las heces
puede mejorar la fiabilidad de la prueba e incluso permitir una evaluación cuantitativa de los
datos11.

3. Esteatocrito ácido: consiste en separar mediante centrifugación una muestra de heces en fase
sólida, lipídica y acuosa. Un estudio que evaluó esta técnica halló una sensibilidad del 100%,
especificidad del 95% y valor predictivo positivo del 90%, comparándolo con la recogida de
heces de 72 horas como técnica de referencia.

4. NIRA (análisis de espectrometría casi infrarroja): es una técnica nueva, rápida que podría ser
en un futuro la técnica de elección en el diagnóstico de la malabsorción de grasas. Su precisión
es similar a la recogida de heces de 72 horas requiere mucho menos tiempo y mide en una
misma muestra: grasa, nitrógeno y carbohidratos12.

5. Test de trioleína 14C: se basa en la medición de 14CO2 en aire espirado tras la ingestión de
triglicéridos (la trioleína es el más utilizado) marcados con 14C (aunque también se puede
utilizar el 13C) y mide la cantidad de grasa absorbida. Se administra con una sobrecarga de 60 g
de grasa y se determinan las muestras de aire espirado cada 15-30 minutos durante 6 horas.
Posteriormente se determina la cantidad de 14C en la cámara de centelleo. En personas sanas
se elimina más del 3,5% de la dosis administrada por hora. Es una prueba eminentemente
cualitativa, con una sensibilidad para la presencia de esteatorrea entre el 65-100% y una
especificidad del 85-95%. Su resultado puede verse alterado por diversas enfermedades y por la
edad por lo que en la actualidad no se utiliza13. Nuestro grupo la utilizó en pacientes VIH y
comprobó la dificultad de su realización en la clínica diaria14.

Además esta técnica tampoco puede ayudar a diferenciar entre las causas de esteatorrea más
frecuentes como insuficiencia pancreática exocrina, enteropatía o déficit de sales biliares.

6. Test del 13C-MTG: Para intentar discernir si la esteatorrea es secundaria a alteración


pancreática se ha utilizado el test del 13C-MTG (2-Octanoil-1,3 diestearilglicerol), que es otra
prueba de aliento espirado que tiene una adecuada correlación con la producción máxima de
lipasa tras la estimulación hormonal, indicando que puede valorar de forma indirecta la actividad
de lipasa pancreática en el duodeno. Se administra por vía oral un desayuno de prueba y el 13C-
MTG, de manera que al digerirse por las enzimas pancreáticas se libera el 13C que se mide en el
aire espirado15.

7. Test del Dilaurato de Fluoresceína: El dilaurato de fluoresceína se administra con una comida
de prueba y es hidrolizado por la arilesterasa pancreática, de manera que la fluoresceína
liberada es absorbida en el intestino delgado, conjugada en el hígado y eliminada por orina,
donde se mide en la orina recogida durante las 10 horas siguientes. Dos días más tarde se repite
la prueba con fluresceína libre para valorar los resultados de la absorción intestinal, el
metabolismo hepático y la excreción renal. Los resultados se expresan como cociente entre
fluoresceína excretada el primer y el segundo día, con unos valores normales cuando es superior
al 30%.

De manera que esta prueba valora la Maldigestión de las grasas secundaria a insuficiencia
pancreática. En pacientes con insuficiencia pancreática severa la sensibilidad de la prueba llega
al 80% con una especificidad variable entre 45-97%. Los tratamientos con enzimas pancreáticos,
Vit. B12 y sulfasalazina deben suspenderse 5 días antes. La insuficiencia biliar puede dar falsos
positivos ya que las sales biliares son necesarias para una acción adecuada de la enzimas, y en
el caso del sobrecrecimiento bacteriano que puede hidrolizar el dilaurato de fluoresceína puede
dar falsos negativos16.

Técnicas de valoración de la absorción de carbohidratos


Curvas de Glucemia tras sobrecargas de H de C: La base de la valoración de las pruebas de
absorción de los Hidratos de Carbono es la determinación de las glucemias tras la sobrecarga de
un determinado H de C, de tal manera que una curva aplanada de la glucemia sería indicativa de
malabsorción de ese H de C. Si queremos evaluar la absorción intestinal global de los H de C se
emplearía glucosa o un H de C complejo, y si queremos evaluar la función de las enzimas del
ribete en cepillo intestinal utilizaríamos lactosa, trealosa, etc. Pero la realidad es que estas
pruebas de tolerancia a los H de C tienen demasiados factores de posible error (diabéticos,
población normal con curvas aplanadas,...) que hacen que no se utilicen como pruebas d
malabsorción.

Test D-Xilosa: El test de la D-xilosa mide la capacidad de absorción del intestino delgado
proximal17. Es la prueba de absorción de H de C más utilizada en la práctica clínica3. La D-xilosa
es un monosacárido (pentosa) que puede ser absorbido fácilmente en intestino (y que se elimina
por orina) tanto por difusión pasiva como difución felicitada. A la dosis que se utiliza en el test se
suele absorber por difusión pasiva.

Tras el ayuno nocturno se dan al paciente 25 g de Dxilosa y se recoge la orina las siguientes 5
horas, también se recoge una muestra de sangre venosa a la hora. La excreción urinaria normal
de D-xilosa es 6 ± 1,5 g (en > 65 años el límite inferior es 3,5). Una excreción inferior o una
concentración sérica menor a 20 mg/dl sugiere malabsorción y sugiere una enfermedad de la
mucosa intestinal. En la insuficiencia pancreática la absorción no se ve alterada, ya que no se
requieren enzimas pancreáticos. Sin embargo muchas situaciones pueden dar falsos positivos
como la presencia de disfunción renal o una recogida inadecuada de la orina, aunque en estos
casos el valor sérico sería normal. Esto puede ocurrir en los pacientes mayores de 65 años en los
que hay un descenso de la filtración glomerular asociado con la edad. También hay falsos
positivos en los casos de vaciado gástrico lento, ascitis, retención urinaria y de fermentación de
D-xilosa por las bacterias del intestino en el caso de pacientes con sobrecrecimiento bacteriano.
También drogas como neomicina, aspirina, indometacina, y glipizide disminuyen la excreción
urinaria de D-xilosa.

Test de tolerancia a la lactosa: Después de la administración de 50 g de lactosa, los niveles de


glucosa sanguínea son monitorizados a los 0, 60 y 120 minutos. Un incremento de glucosa
sanguínea menor de 20 mg/dl junto con el desarrollo de los síntomas es diagnóstico de
intolerancia a la lactosa. Puede haber falsos negativos en pacientes con diabetes y con
sobrecrecimiento bacteriano.

Otra forma del test de tolerancia a la lactosa es la medida de hidrógeno espirado tras la
administración de lactosa. Un incremento de hidrógeno espirado de más de 20 ppm es
diagnóstico.

Test de Hidrógeno espirado: Todas las pruebas de aliento con H de C se basan en que cuando un
H de C no es absorbido en el intestino delgado, llegan al intestino grueso y allí son fermentados
por las bacterias colónicas con producción de gases y entre ellos del gas H2, que en un 15%
aproximadamente se absorbe y posteriormente es eliminado por el pulmón (fig. 4). Ya que el
único origen de gas Hidrógeno es la fermentación bacteriana de los H de C, una elevación del H2
espirado indica una malabsorción intestinal del H de C administrado o un sobrecrecimiento
bacteriano del intestino delgado. Estas pruebas de H2 espirado han sustituido a las curvas de
glucemia tras sobrecargas orales y también a la administración de H de C marcados con 14C y
13C.
La utilización más frecuente del test del H2 espirado es para estudiar la tolerancia a la lactosa,
como ya hemos comentado, y también otros azúcares simples como la fructosa y el sorbitol.
También se ha utilizado para la valoración de la función pancreática administrando H de C
complejos como harina de trigo o de arroz, pero al ser poco sensible sobre todo cuando la
alteración pancreática es moderada o leve y su escasa especificidad junto a que la prueba debe
prolongarse durante al menos 8 horas, han hecho que su uso con este fin no haya fructificado18.
Otros Test respiratorios: Los test respiratorios con 14CO2, 13CO2 pueden ser utilizados para el
diagnóstico de malabsorción de distintas formas de carbohidratos (sacarosa, isomaltosa, lactosa,
fructosa...)19. Aunque puede existir discrepancia entre los test respiratorios de H2 hidrógeno y
13C-lactosa debido a que la eliminación de 13CO2 puede alterarse por la producción de gas
colónico20, una combinación de ambos métodos puede ser más sensitiva que por separado.
Todos estos test basculan sobre la fermentación bacteriana de los H de C no absorbidos, por lo
que el uso de antibióticos puede alterar los resultados.

Datos clínicos para determinar la presencia de sub-nutrición o sobre-nutrición.

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