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LHCb sigue observando una

anomalía en la desintegración de
mesones B neutros
Por Francisco R. Villatoro, el 23 marzo, 2020. Categoría(s): Ciencia • Física • LHC -
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Los resultados de LHCb en el LHC Run 1 para la distribución angular de los


productos de la desintegración de un mesón B neutro en un kaón neutro y una
pareja muón-antimuón mostraba una anomalía sin explicación en 2017. Se
acaba de publicar que, al añadir el análisis de las colisiones de 2016 de LHC
Run 2, alcanzando 4.7 inversos de femtobarn, la anomalía se mantiene para
los parámetros FL, AFB, S5, y P´5. La significación estadística de la anomalía
depende del parámetro y del modelo teórico usado, pero alcanza hasta 2.9
sigmas (con LHC Run 1 llegó hasta 3.0 sigmas). La anomalía no ha decrecido
mucho, pero tampoco ha aumentado. Aún así, esta anomalía es una de las
más prometedoras que apuntan a nueva física más allá del modelo estándar.
Pero hay que ser cautos y esperar al análisis de las colisiones de 2017 y 2018
del LHC Run 2, que están en curso.
El nuevo artículo es LHCb collaboration, «Measurement of CP-averaged
observables in the B0→K∗0μ+μ− decay,» arXiv:2003.04831 [hep-ex] (10 Mar
2020); recomiendo el seminario LHC de Eluned Anne Smith, «Updated angular
analysis of the decay B0→K∗0(→K+π−)μ+μ−,» LHC Seminar, 10 mar 2020. Los
seguidores del podcast Coffee Break: Señal y Ruido recordarán la entrevista a
Joaquim Matias en el episodio 116 (LCMF, 23 jun 2017). Además, les
recomiendo la pieza en español de Joaquim Matias, «Desintegraciones de
mesones B,» Inference 3 (23 Nov 2017), y en este blog «Crece la anomalía en
mesones B de LHCb tras Moriond EW 2017», LCMF, 02 abr 2017. La figura de
abajo está extraída de Adrian Cho, “In familiar decays, a whiff of new
physics,” Science 356: 229-230 (21 Apr 2017),
doi: 10.1126/science.356.6335.229.
Se ha estudiado la desintegración de un mesón B0, por convenio formado por
un antiquark b (bottom) y un quark d (down), en un kaón K∗0, formado por un
antiquark s (strange) y un quark d (down); nótese que en la figura se muestran
sus antipartículas. Hay que recordar que el kaón K∗0 (se indica con un asterisco)
tiene paridad par, JP=0+, siendo un estado excitado (o resonancia) del kaón
K0 (sin asterisco) con paridad impar, JP=0−; la paridad depende del momento
angular orbital (L) de los quarks constituyentes del mesón, siendo impar para
L=0 y par para L=1.
La desintegración del mesón B neutro en un kaón neutro es debida a la
desintegración del quark fondo (bottom) en un quark extraño (strange), b → s +
ℓ+ + ℓ−, que se representa por un diagrama de Feynman de tipo pingüino (LCMF,
20 mar 2015); el quark b emite un bosón W virtual y se transforma en un quark
t virtual; el bosón W virtual emite un bosón Z virtual, que se desintegra en el par
leptón-antileptón (par muón-antimuón en el análisis de LHCb); y el bosón W
virtual se recombina con el quark t virtual original dando lugar a un quark s.
Los diagramas tipo pingüino (LCMF, 05 sep 2010) reciben este nombre porque
John Ellis apostó en 1977 que si perdía una partida de dardos contra Melissa
Franklin tendría que incluir la palabra «pingüino» en su siguiente artículo
científico. Los diagramas de tipo pingüino describen procesos raros (muy
improbables o muy suprimidos) porque involucran un lazo (loop) en forma de
triángulo con partículas virtuales de gran masa (quarks top y bosones W y Z).
Recuerda que las partículas virtuales no son partículas, a pesar de su nombre,
porque no cumplen con la relación energía-momento de Einstein (no son
partículas on-shell), con lo que no son observables; las partículas virtuales son
excitaciones de vacío de los campos cuánticos asociados, simples mediadores
responsables de los intercambios de energía entre dichos campos cuánticos,
siendo necesarias para explicar ciertas desintegraciones de partículas en
partículas. En un diagrama de Feynman solo son observables las partículas
exteriores; todas las «partículas» internas del diagrama son partículas virtuales
imposibles de observar.

El análisis publicado por LHCb de las desintegraciones de mesones B neutros


en kaones neutros se basa en una serie de parámetros técnicos que describen
la distribución angular de los muones resultado de la desintegración. El mesón
K∗0 se desintegra en un kaón cargado y un pión de carga opuesta, K∗0 → K+π−,
así el número de sucesos candidatos a la desintegración del mesón B0 se
parametriza por la masa invariante de las partículas observadas, m(K +π−μ+μ−), y
por tres ángulos, Ω = (cos θl, cos θK, φ). En el sistema de referencia en el que el
par muón-antimuón está en reposo, θl es el ángulo entre el muón (antimuón) y
el mesón B (antimesón B); en el sistema de referencia en el que el kaón
K∗0 está en reposo, θK es el ángulo entre el kaón cargado y el mesón B;
finalmente, φ es el ángulo entre las normales de los planos definidos por el par
muón-antimuón y el par kaón-pión.
La fórmula en esta figura muestra los observables (coeficientes que multiplican
los productos de funciones trigonométricas) que se usan para la medida de la
violación de la simetría CP en las desintegraciones de mesones B neutros. En
concreto, describe cómo varía el promedio de la anchura (Γ) de la resonancia
asociada a las desintegraciones de mesones y antimesones B neutros. Como
se ve en la figura, la definición técnica es complicada, al involucrar tres ángulos
diferentes y productos de funciones trigonométricas asociadas a cada uno. No
pretendo explicar esta fórmula en detalle, pues los lectores que podrían
entenderla no le necesitan y para los demás aportará poco.
La estimación teórica de estos parámetros angulares asociados a estas
desintegraciones tan raras requiere cálculos complicados en cromodinámica
cuántica (QCD), la teoría que describe interacción entre quarks y gluones, tanto
a nivel perturbativo como no perturbativo. Las correcciones no perturbativas
son difíciles de evaluar, por lo que existe el riesgo de que en los cálculos se
cometan errores sistemáticos que induzcan una anomalía inexistente. Desde
2005 se han desarrollado unos observables normalizados que permiten
factorizar la parte no perturbativa y facilitan los cálculos teóricos. La
Colaboración LHCb ha usado las estimación teóricas del equipo ASZB
(Altmannshofer, Bharucha, Straub, Zwicky), liderada por David M. Straub
(Universidad Técnica de Múnich, Garching, Alemania), obtenida entre 2016
para los parámetros FL, AFB, y S5, y la del equipo DHMV (Descotes-Genon,
Hofer, Matias, Virto), liderada por Joaquim Matias (Universitat Autònoma de
Barcelona, España), para el parámetro P´5. Para la estimación de los ángulos
en las colisiones por el método ASZB se ha usado un software en Python
llamado Flavio.
Para el parámetro P´5 esta figura muestra dos anomalías con una significación
estadística de 2.5 y 2.9 sigmas, que han bajado ligeramente respecto a a las
2.8 y 3.0 sigmas que se observaron con los datos de LHC Run 1. La bajada es
pequeña, con lo que la anomalía sigue siendo de unas tres sigmas. Las
anomalías para los otros parámetros son de menor significación.
Seguro que te preguntas, caso de que se confirme esta anomalía, ¿cuál puede
ser la causa? Hay muchas explicaciones teóricas posibles, pero las más
razonables son o bien un nuevo bosón Z’ de gran masa (más allá del alcance
del LHC), asociado a una nueva simetría U(1) en el modelo estándar, o bien la
existencia de leptoquarks LQ, partículas de tipo bosón capaces de transformar
los quarks y los leptones dentro de una misma familia (recuerda que el modelo
estándar tiene tres familias de partículas). En ambos casos, se trata de
predicciones de las teorías de gran unificación (GUT), con lo que su
descubrimiento indirecto sería un gran impulso observacional para estas
teorías.
En resumen, el LHC ha observado múltiples anomalías de pequeña
significación respecto a las predicciones del modelo estándar. Interpretadas por
separado parece razonable que sean producto de fluctuaciones estadísticas o
de sesgos introducidos por errores sistemáticos en los análisis. Sin embargo, si
las interpretamos juntas varias de ellas (y en muchos casos se puede) su
significación crece y apunta a física más allá del modelo estándar. Pero siendo
producto de desintegraciones muy raras, su análisis es complicado y lento, con
lo que estas anomalías prometen acompañarnos durante toda la próxima
década (recuerda que se inicia en 2021). Crucemos los dedos y disfrutemos de
la física de partículas, que es apasionante.

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